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Érase una vez… jefes, jefazos y jefecillos (Juan José Almagro)

Análisis

El mundo empresarial es bastante amplio en cuanto a los conocimientos, aptitudes, actitudes


y experiencias que se requieren para poder introducirse satisfactoriamente en este. Una de
las áreas donde mas surgen controversias en las empresas es en los responsables de algún
departamento, entiéndase, un jefe.

Los jefes y la actitud que estos toman en cuanto a los empleados y responsabilidades es el
meollo de este libro. En el mismo no se tiene como protagonista a los altos directivos, como
en la mayoría de los casos, sino que el autor se enfoca, especialmente, en el comportamiento
y en la dirección de aquellos jefes de mandos medios, aquellos que dirigen un determinado
grupo de personas pero que también ellos son dirigidos por otro grupo de personas; el libro
categoriza a estos como el corazón de la empresa, los cuales dan continuidad e impulso al
funcionamiento de la empresa, pero que no reciben la atención que se merecen dentro de la
misma.

De la misma manera el autor realiza un hincapié en los llamados “jefecillos” los cuales son,
según el libro “aquellas personas que tengan la categoría o el titulo que tengan, gritan
mucho… y se creen siempre lo que no son. Es decir, ni son jefes ni son nada”; aquellos que
no saben tomar decisiones, y no asumen las responsabilidades que les corresponden.
Aquellos aduladores, presuntuosos que se dejan llevar por la ambición de poder y que no
tienen aptitudes para el puesto que ocupan.

Y por esta razón es que el autor plantea la necesidad que tienen las empresas de desarrollar,
formar, capacitar y educar todas aquellas personas que tienen responsabilidades sobre otras
personas, ya que una de las cosas a las que se debe prestar mayor atención en las compañías
es saber atender, ocuparse y preocuparse por encima de todo de sus factores humanos,
controlando que estos estén bien formados y realicen su trabajo eficazmente. En este tema el
autor hace mayor esfuerzo en poner en claro, y es que, en muchas empresas, por lo general
cuando un empleado se va de una empresa, es por descontento o desacuerdo con su jefe
inmediato, y por tal razón es importante saber a quién se le otorga un puesto de tal categoría.

Almagro menciona que un jefe no debe relacionarse o dirigirse a sus empleados sin tes
condiciones esenciales, las tales son: educación, respeto y verdad. Debe ser capaz de manejar
los problemas sin la necesidad de insultar, levantar la voz y mucho menos humillar, de
manera que se fundamente el respeto. De la misma forma un jefe debe de hablar con
sinceridad y sin disfraces, ya que es una exigencia imprescindible para todo aquel que aspira
ser jefe.

Ser jefe en estos tiempos se ha vuelto una tarea que debe ser realizada por personas capaces
y cualificadas, para no llegar al extremo de ser categorizado como una falta de respeto,
prepotente, autoritario, irresponsable, ya que estas son las mayorías de las quejas de los
empleados con respecto a sus jefes. Y esto es a lo que el autor define como un mal jefe, aquel
que no posee habilidades directivas, aquel que personalmente tenga cualidades negativas ya
propias del carácter y también aquel que posea comportamientos negativos adoptando la
conducta de un “jefecillo”.

En base a lo anterior dicho y otros muchos comportamientos negativos, muchas veces


adoptados por jefes, el autor presenta un decálogo para los que tienen la responsabilidad de
dirigir a otras personas. El decálogo consiste en los siguientes aspectos, los cuales podrían
llamarse consejos:

● Querer ser jefe y saber por que quieres serlo. Si alguien aspira ser jefe entonces tiene que
poner los medios para realizar su labor lo mejor posible. ● Respetarse a sí mismo. Conocerse
y averiguar cuales son sus virtudes y defectos. ● Respetar a los demás. De la misma manera
como nos respetamos a nosotros mismos, así se debe de hacer a los demás. Respetar su
dignidad sin ser autoritario. ● Ser tolerante. En mi opinión, podría decir que una de las mas
importantes, ya que no quiere decir que sea blando de carácter, sino que hay que tomar en
consideración las opiniones y las cosas buenas que hacen los demás, aunque difieran con
nuestra manera de pensar. ● Tener ganas de aprender y propósito de enseñar. Necesita
formarse y aprender cada día, mejorar y ampliar sus habilidades, y transmitir de la misma
forma tales conocimientos.

Continuando un jefe debe ser, ● Ser Innovador. Se necesita preguntarse cada día que hacer
para mejorar la empresa, para optimizar sus procesos, y de retener y desarrollar el talento
dentro de sus empleados. ● Saber delegar. Dar a cada uno la oportunidad de realizar lo que
sabe y tiene que hacer, no acaparando toda la responsabilidad para sí mismo. ● Saber
comunicar. Si bien es una de las mas relevantes, hacer participes a los empleados en saber
para qué sirve su trabajo. ● Ser leal y comprometido. Ser un ente de confianza para los
empleados y responsable con sus obligaciones. ● Dar ejemplo. Un ejemplo diario enseña
mas que un libro, una asignatura o una maestría, por lo tanto, un jefe debe de cumplir con sus
obligaciones si quiere cultivar la confianza y el respeto dentro de sus empleados.

Dicho lo anterior y viendo ahora la compleja tarea por la que pasa un jefe, concluyo con una
de las frases que Juan José Amargo menciona en su libro: “Ser jefe no es una cuestión solo
de mérito, sino de capacidad”. Por lo tanto, las empresas deben tomar mucha consideración
en capacitar esas personas que tienen la responsabilidad de dirigir el curso de la empresa.

Denisse De Los Santos Saliche 2016-0276

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