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1° Versión - 2018
1- Introducción
Este documento constituye el trabajo de evaluación de la materia Intervención
psicosocial en urgencias, emergencias y desastres, correspondiente al
segundo año de la Residencia en Psicología del Servicio de Psiquiatría del
Hospital Dr. Marcial Quiroga de San Juan. Su diseño reconoce como principal
antecedente al Manual ABCDE para la aplicación de Primeros Auxilios
Psicológicos, en crisis individuales y colectivas (2018), 1° Edición, de los
autores Paula Cortez Montenegro y Rodrigo Figueroa Cabello, ambos
investigadores de la Pontificia Universidad de Chile y el CIGIDEN, Centro de
Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres de Chile.
En su elaboración, se buscó ubicarlo en el contexto del Plan Nacional de Salud
Mental de Argentina, que dispone incluir la Salud Mental en la planificación de
los abordajes de situaciones de emergencias y desastres en la comunidad,
para hacer efectivos los lineamientos presentes en la Ley nacional de Salud
Mental N°26.657. Así mismo, el Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020
de la Organización Mundial de la Salud, y las recomendaciones de Naciones
Unidas a través de la Inter-Agency Standing Committee, proponen abordar a
sujetos y comunidades que atraviesan situaciones críticas, emergencias y
desastres a partir de una estrategia basada en la promoción de la salud y las
intervenciones psicosociales, enmarcadas en la Psicología de Emergencias. En
concordancia con ello, reconocidos autores de la región lo reafirman en sus
investigaciones (Rodríguez, Zaccarelli & Pérez, 2006; Arraigada, Verón y
Cepeda; 2016; Valero, 2002). Lo particular de este material es que, a la vez
que se nutre de clásicos aportes de índole nacional e internacional, recoge e
incorpora elementos locales, producto de sistematizaciones que la tutora y
docente de la materia ha realizado durante más de 15 años de trayectoria,
interviniendo en urgencias hospitalarias y en Centros de Operaciones de
Emergencias provinciales.
Denominamos “Primeros Auxilios Psicológicos” a un conjunto de intervenciones
que pueden ser realizadas por quienes manejen estas técnicas, en momentos
de crisis, y que consisten en una ayuda breve e inmediata de apoyo y rescate
dirigida a uno o más sujetos, con el objetivo de restablecer la estabilidad
emocional y facilitar la restauración pronta de ciertos mecanismos psíquicos
que permitan el afrontamiento de la nueva situación. (D´Andrea, 2009)
Los objetivos de estas intervenciones, según Rabelo (2010) apuntan a
acompañar al sujeto afectado por una súbita e inesperada modificación de su
entorno “a aceptar lo sucedido, expresar sentimientos, facilitar que busque
soluciones y apoyo social, ayudar a que recupere el nivel de funcionamiento
que tenía antes del incidente y prevenir la aparición de consecuencias
negativas para su salud mental”.
➢ Preparación y evaluación
Antes de ingresar a una situación disruptiva, es importante chequear si se está
preparado, tomarse unos minutos para evaluar las condiciones personales
frente a lo ocurrido. Si se encuentra afectado por un motivo personal, si no se
encuentra en condiciones o no siente la seguridad necesaria, es recomendable
evitar una intervención que puede traer consecuencias negativas en sí mismo y
en el otro.
➢ Trabajo en equipo
Es recomendable establecer un equipo de trabajo, sobre todo si se encuentra
en una condición (laboral o voluntaria) en la que son posibles situaciones de
crisis o emergencias. Antes de intervenir procure coordinar con los otros
organismos que están participando en la respuesta a la emergencia; una
intervención que no se encuentra bien articulada con el resto del sistema es
altamente probable que sea inefectiva.
➢ Búsqueda de información
Si ha decidido intervenir, es importante que anticipadamente recabe la mayor
cantidad de información posible sobre la situación, desde fuentes confiables.
Es recomendable encontrarse bien preparados, con un amplio conocimiento
acerca de los recursos disponibles en el lugar de la emergencia, de esa
manera podrá orientar mejor al/los afectado/s. Organizar un plan de prioridades
y necesidades junto con el afectado es una opción para reducir su ansiedad y
tomar mejores decisiones.
➢ Aplicabilidad
No todos aquellos que experimentan una crisis van a requerir su ayuda. Es
muy importante respetar las decisiones y recursos personales del afectado, así
como comunicar que usted estará disponible si necesita ayuda más adelante.
No olvide evaluar si algún damnificado se encuentra en una situación de
emergencia psiquiátrica, pues en ese caso, la aplicación y los resultados de
este material pueden ser ineficaces.
➢ Identificación
Es fundamental compartir con el afectado su nombre, institución a la que
pertenece, y razones de su presencia en el lugar; esto creará un ambiente de
seguridad para ambos. También es necesario conocer datos generales del
afectado en el lugar de la emergencia o desastre (ej. su nombre, qué estaba
haciendo allí, quién lo acompaña).
4- Herramientas básicas
A- ESCUCHA
Si el sujeto está muy angustiado y desorganizado, no puede detener el llanto o
el movimiento involuntario, ayúdele primero a calmarse. Puede, por ejemplo,
ofrecer un vaso de agua, hablarle buscando sostener su mirada o recurrir a
algún ejercicio de respiración que se maneje fácilmente. Más adelante se
explica un ejemplo posible.
Una vez controlada la respiración, podrá generar un momento de escucha.
Poder comunicarse cuando el otro está angustiado, ansioso o alterado es
fundamental. En este estado, es factible que este quiera contarle su historia, o
no. Si desea hacerlo, escuchar ese testimonio puede ser de gran ayuda para
recuperar la calma momentáneamente perdida, por lo cual es esencial generar
este espacio para que emerja de manera espontánea lo que le está ocurriendo,
sin presionar. Para algunos afectados, guardar silencio será preferible:
permanecer a su lado, en silencio, puede ser de gran ayuda. Lo central de la
escucha es ser capaz de transmitir que allí hay otro humano, que frente a tanto
desorden y desorganización, está intentando comprender lo que le pasa. Esta
sencilla herramienta tiene la potencia de propiciar la metabolización psíquica de
lo ocurrido.
Cuídese del furor curandis, un impulso irreflexivo por ”hacer algo” por quien
está sufriendo. Esto podría llevarlo hacer o decir cosas que dañen a la persona,
aunque no haya sido su intención. Igualmente, no presuponga que todos los
sujetos encuentran consuelo en ideas como religiosas, las relacionadas con el
destino, o los mensajes del universo.
El lenguaje corporal es una herramienta fundamental para transmitir
comprensión y empatía. Utilizar las posturas, los gestos, el tono de voz y el
contacto visual son parte importante de esta técnica, por tanto cuide también la
expresión de su rostro, que puede comunicar algo diferente de lo que lo hacen
sus palabras. Guíe su escucha con la siguiente tabla:
“Mi nombre es ___ y hoy estoy aquí para ofrecerle mi ayuda. Primero, y solo si
usted quiere, podemos conversar sobre lo que le ha pasado. Y luego, veremos
en qué puedo serle útil. ¿De acuerdo? ¿Alguna pregunta?... ¿Quisiera
contarme algo?".
B- RESPIRACIÓN
Algunos sujetos que atraviesan una crisis pueden mostrarse ansiosos o
alterados, sintiendo confusión o encontrándose sobrepasados por la situación,
observándose temblorosos, teniendo dificultades para respirar o sintiendo su
corazón muy agitado. Por esta razón, se contemplan unos minutos para
enseñar y practicar técnicas de respiración y así poder ayudar a las personas a
tranquilizarse. Este paso puede tomar 10 minutos, aunque habrá quienes
necesiten más tiempo.
Explique que la forma como respiramos influye en nuestras emociones, y que
es por eso que el yoga y la meditación se trabajan con la respiración.
En caso de que usted ya conozca y domine una estrategia, póngala en
práctica.
Proponemos una técnica de respiración sencilla, conocida como “Técnica del
cuadrado”, que consiste en una inspiración en cuatro tiempos, retención del
aire con los pulmones “llenos” en cuatro tiempos, exhalación por la nariz o por
la boca, en cuatro tiempos, y retención con los pulmones “vacíos” en cuatro
tiempos. Los “cuatro tiempos” no siguen necesariamente un tiempo
cronometrado, la duración es variable, según el estado de agitación de la
persona. Acomode la duración de los tiempos para que el afectado se sienta
cómodo y no se quede sin aire.
Puede contar en voz alta, y no espere que este modo de respiración se consiga
a los primeros intentos, sino que será algo gradual. Mientras se intenta,
aliéntelo a lograrlo, se puede utilizar las palabras “eso es”, “calma”, “vamos de
nuevo”, al igual que imaginar que la tensión escapa con el aire.
Luego de que el afectado haya comprendido la mecánica, puede dejar que
continúe solo por 10 minutos, reforzando la importancia de lo que está
haciendo.
Ejemplo de cómo ofertar esta herramienta:
“Quizás yo podría ayudarlo(a) a estar un poco más tranquilo(a) luego de lo
que Ud. ha vivido con algunos ejercicios de respiración que podría enseñarle.
¿Le gustaría que los practiquemos?... podrá utilizarlos más tarde en su casa si
lo desea, lo que podría ayudarlo(a) a estar más tranquilo(a) en los próximos
días también”.
C- ORGANIZACIÓN
Durante una situación de crisis y luego de esta, es común que se produzca
confusión mental y dificultades para identificar y ordenar los diferentes pasos
que deben seguir para solucionar sus problemas (ej. denuncia de siniestro,
llamada de familiares, búsqueda de pertenencias, trámites legales, etc.). Usted
puede ayudar acompañando en el proceso de organización de necesidades,
para luego colaborar en el contacto con los servicios de salud y trabajo social
que podrán serle de utilidad. Recuerde que esta es una intervención breve y
su trabajo se centra en ayudar a identificar las necesidades y poder
jerarquizarlas. Es importante para la recuperación saludable de los
damnificados, que ellos mismos utilicen sus propios estilos, recursos y/o redes
de apoyo personales o comunitarias para hacerle frente a la crisis que está
viviendo, de manera que lo logrado se mantenga luego de que usted termine su
trabajo.
Usted puede intentar las siguientes frases: “¿Cuál cree que es el problema más
importante a resolver primero?”; “Obviamente son muchos los problemas juntos
que sería bueno ordenar para ir uno por uno, si quiere puedo ayudarlo a
hacerlo”; “Intentemos poner en orden lo que necesita para ir paso a paso
solucionando los problemas, partiendo primero por lo más urgente, ¿le
parece?”.
D- ENLACE
Una vez identificadas las necesidades, ayude al afectado a contactar a las
personas y/o servicios de apoyo social que requerirá para satisfacer dichas
necesidades, ahora y más adelante. Anticípese a situaciones que, de acuerdo
a la información con la que ya cuenta, espera que se produzcan, generando
nuevas necesidades en el afectado. Para este paso es indispensable que
conozca la oferta de servicios de apoyo social disponibles en el lugar, y esté
dispuesto a conseguir más información para problemas que no había previsto.
Recuerde que la primera red de apoyo es la familia y amigos, y que sólo el
afectado conoce la prioridad para contactarlos. No suponga que alguien es más
importante sólo por su condición de hijo/a, esposo/a, etc. Siempre que sea
posible, consulte y respete el orden determinado por el damnificado.
E- INFORMACIÓN
Es muy importante que usted no provea información de la cual no está
absolutamente seguro al damnificado, así como tampoco datos que no le
competen. Es preferible que ante ciertas preguntas que este pueda hacerle,
usted responda “no lo sé” o bien “en cuanto usted se encuentre mejor, puedo ir
a preguntar eso que le preocupa”, pero de ninguna manera genere o propague
rumores, datos que escuchó en la prensa, o saque conclusiones sobre
aspectos que no son de su ámbito, como por ejemplo, sobre diagnósticos
médicos del afectado o de otros involucrados en lo que ocurrió. En todos los
casos, usted deberá enfocarse en la recuperación de los procesos
psicosociales de ese afectado, priorizando estos elementos a otros. Para ello
la información que sí puede proveer es la que tiene que ver con la orientación
del mismo, en caso de que sea necesario, o dudas sencillas: dónde se
encuentran, qué momento del día es, quiénes lo están asistiendo, dónde están
sus objetos personales (si están a la vista), etc.
En este sentido, algo importante que usted puede hacer consiste en normalizar
las reacciones emocionales, que aunque sean incómodas, son esperables ante
dichas situaciones. De esta manera el afectado no interpretará lo que le ocurre
como una señal de estar perdiendo la cordura. Enfatice que lo más probable es
que el malestar que siente vaya pasando a lo largo de las horas, días o
semanas, mostrando posibles maneras de ayudarse a sí mismo y a sus
conocidos, y cómo detectar señales de alarma.
La tabla que aparece a continuación es de utilidad para conocer las reacciones
esperables frente a experiencias de crisis.
➢ Ideación suicida
➢ Excitación psicomotriz con agresividad hacia sí mismo y terceros
➢ Catatonia (alteración del control de los movimientos voluntarios)
➢ Delirios o alucinaciones
➢ Trastorno psiquiátrico previo, con riesgo de descompensación producto
de la situación de crisis (esquizofrenia, trastorno bipolar, dependencia de
sustancias, etc.).
Por último, recuerde ejercitar la auto observación constante, con el fin de
identificar signos de estar sobrepasado y exhausto por el trabajo, procurando
realizar actividades de autocuidado a nivel individual y como equipo. Estas
herramientas también pueden ser usadas con usted mismo o con su equipo.
http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000294cnt-
2018_lineamientos-atencion-urgencia-salud-mental.pdf
6- Glosario