Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Magistrado Ponente:
AQUILES ARRIETA GÓMEZ
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1
La acción de tutela que se revisa en esta ocasión fue seleccionada el 22 de agosto de 2014, por la
Sala de Selección Número Ocho de esta Corte, integrada por los Magistrados Gloria Stella Ortiz
Delgado y Gabriel Eduardo Mendoza Martelo. En esa misma fecha se profirió auto por el cual se
asignó el reparto de la misma al Magistrado Jorge Iván Palacio Palacio, quien presentó proyecto de
fallo el 12 de mayo de 2015. No obstante, los Magistrados Martha Victoria Sáchica Méndez (e) y
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub se apartaron de la decisión propuesta. En consecuencia, la ponencia
inicial fue derrotada y reasignada al Magistrado Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, quien, luego de
solicitar nuevas pruebas y realizar vinculaciones adicionales a las presentadas inicialmente, presentó
nuevo proyecto de fallo. Sin embargo, el Magistrado Alberto Rojas Ríos, que reasumió funciones en
la Sala Séptima de Revisión de Tutelas, decidió apartarse de la decisión presentada. En este orden de
ideas, al suscrito Magistrado le fue reasignada la ponencia y procede a dictar sentencia sobre el asunto
que se plantea. Para el momento de tomar una decisión, la Sala había sido recompuesta con el también
Magistrado encargado, Iván Humberto Escrucería Mayolo. El Magistrado Alberto Rojas Ríos siguió
haciendo parte de ésta.
La señora Inés Estela Ojeda Gutiérrez, Representante Legal de la Junta Social
Proreubicación de Tabaco, La Guajira, presentó solicitud ante la Personería
Municipal de Hatonuevo, La Guajira, con el fin que fuera elevada acción de
tutela contra el Ministerio de Minas y Energía, el Ministerio del Interior, el
Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible y la empresa Carbones
del Cerrejón Limited.2 La actuación en nombre de la comunidad asegura que
en el proceso de ejecución de la licencia otorgada mediante Resolución No.
003058 del 11 de septiembre de 1998, se omitió la realización de una consulta
previa a la comunidad afrodescendiente de Tabaco; así como también, se han
incumplido los acuerdos pactados como medidas resarcitorias por la
expropiación de sus tierras ancestrales. Por esta razón, sostienen que se
vulneraron sus derechos fundamentales a la igualdad, autonomía étnica,
consulta previa, desarrollo sostenible e integridad cultural y social de la
comunidad de Tabaco y, en consecuencia, solicitan la realización de una
consulta previa. Para estos efectos, exponen los siguientes hechos y
argumentos.
1. Hechos
2
Documento original de la solicitud de la señora Inés Estela Pérez Arregocés, donde solicita al
Personero Municipal de Hatonuevo, La Guajira, que interponga la presente acción de tutela (Cd. 2,
Fl. 18 del expediente).
2
la Ranchería Paradero, cercana a la población de Los Remedios. Lo
cual en ese entonces la mayoría de los habitantes del poblado eran
afrodescendientes y en menor proporción indígenas. Al principio el
pueblo se llamó Brunibella nombre que le daban los indígenas.
Posteriormente, se llamó Tabaco, posiblemente debido a la
presencia de ese cultivo en las inmediaciones. El Cementerio se
construyó en donde estuvo ubicada una Ranchería que los indígenas
llamaban Cataca”.
3
Indican que la palabra viene de hosco, proveniente del latín Fuscus: oscuro.
3
física y social, consulta previa e indemnización colectiva por la expropiación
de sus tierras ancestrales”.4 Sin embargo, expresa el accionante que en
diciembre de 1998 y en febrero de 1999, el Ministerio de Minas y Energía
expidió las resoluciones 82330 y 80244, respectivamente, por las cuales ordenó
“la expropiación administrativa sobre parte de la zona urbana del
corregimiento de la comunidad de Tabaco”, para declararlo como bien de
“utilidad pública e interés social”.
1.7. El accionante expone que en el 2007 nació la Red Tabaco, la cual se trata
de una cuenta donde está el dinero que le pertenece a la comunidad de Tabaco,
girados por el Cerrejón “para mejorar sus niveles de vida, para concederles
créditos a los miembros de la comunidad de Tabaco, para realizar proyectos
productivos y otros”. También menciona que los recursos son girados “para
que estudien los miembros de la comunidad, y en materia de salud”, aunque la
comunidad “no ejerce control alguno sobre la Red la cual la utilizan como una
4
Anexo: Documento original del Certificado de Existencia y Representación Legal de la Junta Social
Pro Reubicación de Tabaco (Cd. 2, Fls. 19-21 del expediente).
5
En esta providencia se ordenó: “que en el término máximo de 48 horas, y en consonancia de las
normas legales aplicables, inicie los trámites correspondientes para materializar las soluciones
efectivas tendientes a establecer la construcción de la infraestructura comunal y el desarrollo de un
plan de vivienda a favor de los miembros de la comunidad de Tabaco, corregimiento de Hatonuevo
(Guajira), que atienda la necesidad y educación de los menores pertenecientes a las familias
demandantes; así mismo, ordenar a la misma autoridad pública que una vez aprobado el plan de
inversión respectivo, inicie su ejecución de manera inmediata.”
4
empresa y está integrada por personas ajenas a la comunidad y sus
actuaciones no son consultadas”.6
6
Aduce el accionante que la Red Tabaco, “de acuerdo a los testimonios de las personas de la
Comunidad Tabaco, esta no ha logrado mejorar la calidad de vida de ellos, al contrario ahora están
en extrema pobreza, porque los créditos ofrecidos por la Red Tabaco, para sus proyectos no han dado
resultas, ellos se encuentran debiendo muchas cuotas del crédito concedido, reportados en las
centrales de riesgo, embargados lo poco que les queda, por parte de Cerrejón, todo pignorado a
nombre de Cerrejón y algunas personas beneficiadas con los créditos no pertenecen a la comunidad
de Tabaco y la Red solo ha empeorado sus niveles de vida, a pesar de que hasta la fecha la Red
Tabaco ha manejado más de diez mil millones de pesos y la comunidad de Tabaco desconoce en qué
se han invertido, el cual se está desviando y van a parar a terceras personas que son las que se están
enriqueciendo y no pertenecen a la comunidad o sea que la Red Tabaco es un foco de corrupción.
Los programas en salud, educación y empresarial es un fracaso total, hay más pobreza y más
desempleo en la comunidad de Tabaco y antes del desplazamiento forzoso y de la expropiación ellos
tenían un mejor nivel de vida.”
7
El acuerdo de la referencia indica, entre otros aspectos “1.2. LA JUNTA Y CERREJÓN convienen
que las indemnizaciones reconocidas con base en el presente ACUERDO Y TRANSACCIÓN
comprenden y compensan de manera integral la totalidad de daños y perjuicios materiales (daño
emergente y lucro cesante tanto a bienes como a personas) y la totalidad de perjuicios inmateriales
(daños morales y fisiológicos) que hubieran podido ocasionarse o derivarse del Caso tabaco. // 1.3.
Como consecuencia de lo anterior, LA JUNTA y CERREJÓN convienen expresamente que
CERREJÓN reconocerá a los miembros de la comunidad de Tabaco, conforme la distribución por
grupos indicada en el numeral 1.1. la suma de dinero acordada con LA JUNTA de manera individual
y cuyo valor global asciende a la cantidad de CUATRO MIL CINCUENTA Y TRES MILLONES
DOSCIENTOS SETENTA Y SIETE MILTRESCIENTOS VEINTICINCO PESOS M/CTE
($4.053’277.325) que equivalen a UN MILLÓN SETECIENTOS SETENTA Y NUEVE MIL
OCHENTA Y SIETE DÓLARES CON CINCUENTA Y TRES CENTAVOS DE DÓLAR
AMERICANOS (US 1’779.087.53) a la tasa de cambio vigente en la fecha de suscripción del
presente documento ($2.278,29) PARÁGRAFO: El valor antes indicado es neto y, por lo tanto, los
impuestos que se causen para tal fin serán a cargo de CERREJÓN. // FORMA DE PAGO:
CERREJÓN constituirá a su costa una FIDUCIA con una entidad bancaria local en donde consignará
el dinero indicado en el numeral 1.3. anterior para que, con base en el listado que igualmente le será
entregado a LA FIDUCIA, que contiene los nombres, las identificaciones y los montos de dinero
respectivos, efectúe los pagos correspondientes de manera individual a cada beneficiario. El
mencionado listado ha sido firmado como señal de aprobación, tanto por los representantes de
CERREJÓN como por los representantes de LA JUNTA. PARÁGRAFO: para efectos de los pagos
correspondientes por parte de la FIDUCIA cada beneficiario deberá suscribir, además de los
documentos señalados por esta entidad, un documento mediante el cual declara que define y extingue
todas las obligaciones que existían o pudiesen llegar a existir entre él (ella) y CERREJÓN, en razón
o por causa de la reclamación por el Caso Tabaco y, además, desistirá y/o solicitará la terminación
de todos los procesos o acciones iniciados en razón de este mismo caso. // 1.5. LA JUNTA y
CERREJÓN han convenido que, si luego de suscrito el presente ACUERDO Y TRANSACCIÓN,
se llegare a presentar reclamación (es) por parte de alguna (s) persona (s) que alegue (n) haber sido
omitida (s) en los anteriores listados, CERREJÓN procederá a validar la legitimidad o no del derecho
reclamado y le (s) reconocerá o no la indemnización que corresponda en las mismas condiciones en
que fue tasada y convenida con LA JUNTA para todos los casos, según los grupos. PARÁGRAFO:
para efectos de lo anterior, se establece un plazo máximo de dos (2) meses contados a partir de la
suscripción del presente ACUERDO Y TRANSACCIÓN. // SEGUNDO – RECONSTRUCCIÓN
DE TABACO: 2.1. CERREJÓN apoyará la reconstrucción de Tabaco y por lo tanto ratifica los
siguientes compromisos incluidos en el citado convenio, así: (i) CERREJÓN adquirirá y entregará al
MUNICIPIO DE HATONUEVO un lote apropiado localizado en la jurisdicción de ese municipio
con destinación exclusiva a la reconstrucción del corregimiento de Tabaco. (ii) CERREJÓN realizará
5
que “la reconstrucción física y social se efectuará aplicando los principios de
justicia, equidad, ajustado a las buenas prácticas internacionales, y de acuerdo
a la guía operacional que establecen el Banco Mundial y la CFI”. Todo ello,
para efectos de lograr “el desarrollo sostenible” en el mejoramiento de su
calidad de vida.8
las obras de adecuación de los lotes y trazado vial del predio. (iii) CERREJÓN construirá a su cargo
de manera exclusiva un (1) centro comunitario, cuyo diseño será concertado con LA JUNTA y demás
miembros de la comunidad de Tabaco que deseen participar en este proyecto. PARÁGRAFO: Para
efectos de materializar los compromisos aquí señalados, CERREJÓN destinará la suma de TRES
MIL MILLONES DE PESOS M/CTE ($3.000´000.000) (…). TERCERO: CIERRE DEL CASO
TABACO: LA JUNTA Y CERREJÓN convienen que el presente ACUERDO Y TRANSACCIÓN,
una vez cumplidos los compromisos en él asumidos, adquiere los efectos de cosa juzgada material
(…) en consecuencia, LA JUNTA Y CERREJÓN declaran que mediante el presente documento
definen y extinguen todas las obligaciones que existían o pudiesen llegar a existir entre ellas en razón
o por causa de la reclamación por el caso Tabaco, que origina el presente ACUERDO Y
TRANSACCIÓN, mediante los pagos de las indemnizaciones, el aporte para la reconstrucción de
Tabaco, dentro del cual se incluye la construcción del centro comunitario y, los reconocimientos que
aquí se hacen recíprocamente (…).”
8
Anexo: Copia de los acuerdos firmados entre Carbones del Cerrejón y la Junta Social Pro
Reubicación de Tabaco (Cd 2, Fls. 28-57 del expediente).
9
Al respecto, asegura el accionante que “La reconstrucción física por el momento está suspendida,
lo cual es algo injusto para esta comunidad afrodescendiente (…), donde han pasado más de 13 años
de desplazamiento forzoso de ellos y aún Carbones del Cerrejón no cumple con su responsabilidad
social con esta comunidad. Esta comunidad se encuentra dispersa por toda Colombia y su tejido
social [e] identidad cultural y social a punto de desaparecer, porque aún Carbones del Cerrejón no
los ha reubicado socialmente, no ha cumplido con la indemnización colectiva realmente a los
miembros de la comunidad de Tabaco, porque el pago que efectuó en el año 2008, lo recibieron
personas que no pertenecen realmente a la comunidad de Tabaco, el cual fue un proceso de
indemnización no transparente, no estuvieron presente instituciones del Estado ni la comunidad en
general, teniendo en cuenta que la propiedad de la comunidad de Tabaco es colectiva, no individual
como lo realizó Cerrejón. El poder otorgado por Escritura Pública al Doctor Armando Pérez Araujo,
para representar supuestamente a la comunidad de Tabaco en el proceso de indemnización con
Carbones del Cerrejón, no se lo otorgó la comunidad de Tabaco sino el señor José Julio Pérez, como
Representante Legal de la Junta Social Pro Reubicación de Tabaco, el cual al señor José Julio Pérez,
le otorgaron poder algunos miembros de la comunidad de Tabaco, sin ser él abogado, lo cual viola
la Ley 196 de 1971 […] en el Certificado de Existencia y Representación Legal de la Cámara de
Comercio de la Junta Social Pro Reubicación de Tabaco, no está conferida la facultad para que el
Representante Legal inicie negociaciones de indemnizar colectivamente a nombre de los miembros
de la comunidad de Tabaco con la empresa Carbones del Cerrejón u otra diferente por cualquier
concepto […] los dineros girados por Cerrejón entregado al señor, José Julio Pérez, […] él se los
entregó en su mayoría a personas que no son de la comunidad de Tabaco”.
6
haber convocado al proceso de consulta previa entre la población y la empresa
Carbones del Cerrejón, según lo exige el Convenio 169 de 1989 de la OIT y
por la obligación que tiene el Cerrejón de reconstruir, reasentar o reubicar física
y socialmente a la comunidad de Tabaco, toda vez que fue dicha empresa quien
solicitó que se expropiara el territorio ancestral donde estaba asentada la
población de Tabaco, quien realizó las exploraciones y explotaciones de
carbón.
2.1. En primer lugar, expresó que las negociaciones con los habitantes de
Tabaco se dieron en forma legal, con la supervisión del Ministerio del Medio
Ambiente. Explicó que mediante comunicación del 06 de noviembre de 1997,
esta compañía “informó al Alcalde del Municipio de Hatonuevo la
determinación de que el Corregimiento Tabaco, bajo jurisdicción del
mencionado Municipio sería objeto de los planes de expansión minera de la
empresa”. Eso condujo a que “la zona rural donde se encontraba este
corregimiento fuera declarado sector de utilidad pública e interés social y
ambiental”. Por esta razón, “se le solicitó al Alcalde Municipal tomar las
medidas administrativas conducentes a controlar las construcciones y
ocupaciones de cualquier índole”. Así las cosas, expresó que la prohibición
emanada de la Alcaldía de Hatonuevo, para construir, ampliar, demoler,
parcelar y subdividir predios para urbanizaciones, tuvo como razón principal
mantener un control sobre las mismas, puesto que el corregimiento de Tabaco
estaba ubicado en una “zona rural que por sus características ambientales y de
utilidad pública tenía restringida su posibilidad de urbanizarse”.10 Sostuvo que
para la ejecución del contrato de concesión minera, “[n]o se requiere consulta
previa ni para este permiso, así como tampoco para la expedición del Plan de
Manejo Ambiental de operación de nuevas áreas a explotar en el Cerrejón
Zona Norte”. Esto, en virtud del Oficio 0070 del 25 de febrero de 2002, a través
del cual, la Directora General de Comunidades Negras, Minorías Étnicas y
Culturales del Ministerio del Interior, certificó que “de acuerdo con el listado
10
Al respecto, señaló: “En cumplimiento de lo establecido en el Plan de Manejo Ambiental de las
nuevas áreas de minería, en lo referente al programa de adquisición de predios y posible reubicación
de la población, Intercor contrató los servicios de la firma Gómez Cajiao y Asociados, para efectuar
una evaluación a todos los poseedores del Caserío, con el fin de determinar las inclinaciones y
expectativas de los mismos, en cuanto a las alternativas de negociación de sus derechos de posesión
y mejoras o una eventual reubicación. El resultado de dicha evaluación arrojó que el 95 % de los
poseedores prefería la negociación directa, es decir, el pago por su posesión y mejoras y no la
reubicación, entre otras razones; porque la mayoría de ellos ya tenía vínculos de residencia o
domicilio con otros municipios de la región. Por lo anterior, la empresa dio inició el proceso de
negociación directa de las posesiones y mejoras existentes en el Corregimiento, contactando en forma
personal a cada poseedor y/o propietario de mejoras […] Así, se negociaron un total de 192 de las
213 posesiones existentes en el mencionado Corregimiento, una parte en forma directa y personal
con sus poseedores o propietarios de mejoras y otra a través de abogados designados por ellos para
efectuar la negociación a su nombre. De todo esto, se le informó al Ministerio de Medio Ambiente”.
7
del Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana NO
EXISTEN Comunidades Negras en el Municipio de Hatonuevo (Guajira)”.
Además, agregó que el Departamento de La Guajira también certificó que con
base en “los registros, mapas y bases de datos institucionales del IGAC y el
DANE en el área donde se pretende desarrollar el proyecto no existen
comunidades ni parcialidades indígenas que se puedan ver afectadas con el
mismo”.
2.2. En segundo lugar, sostuvo que no es cierto “que la Junta Pro Reubicación
de Tabaco se creó con la finalidad de defender los derechos fundamentales de
la Comunidad Afrodescendiente de Tabaco”. Señaló que del Certificado de
Existencia y Representación Legal de esta organización, se observa que su
objeto social es: (i) fomentar la reubicación de sus miembros; (ii) asumir la
vocería en asuntos que sean de su interés; (iii) capacitar a sus miembros para la
superación de sus necesidades; (iv) establecer planes para cumplir sus
objetivos; y (v) asesorar a sus afiliados en cuanto a moralidad, seguridad e
higiene. En este mismo sentido, afirmó que “[t]ampoco es cierto que el
Corregimiento de Tabaco estuviera conformado por una propiedad colectiva
de un grupo étnico afrodescendiente”, toda vez que del loteo que realizó la
Secretaría de Planeación Municipal de Hatonuevo, así como de la certificación
expedida por el Jefe de Planeación del municipio en el año 2000, “se
identificaron todas y cada una de las personas que tenían derechos de posesión
y/o mejoras en el referido corregimiento, con quienes CERREJÓN negoció
directamente los predios y a quienes les canceló el valor de los mismos”.
Además, el INCORA o INCODER nunca adjudicó “el predio denominado
Tabaco a favor de la persona jurídica denominada Consejo Comunitario
Negros Ancestrales de Tabaco”.
2.4. En cuarto lugar, aseguró que “la Red Tabaco no es una empresa, ni una
persona jurídica, sino una estrategia social para atender a las familias del
caserío Tabaco, con el fin de potenciar la calidad de vida, servicios,
8
solidaridad y productividad”. En este sentido, mencionó los siguientes
aspectos sobre este programa social: (i) para su creación “Cerrejón destinó
$3.100.000.000”; (ii) “incorpora un fondo educativo para garantizar el acceso
a la educación a los estudiantes que hacen parte de las familias de la
comunidad Tabaco”, así como un “fondo de becas universitarias para alumnos
destacados”; (iii) su forma de operar se encuentra enmarcada dentro del
“reglamento construido por la misma comunidad, denominado Reglamento de
Fondo Social Tabaco, en el que se establecieron unos comités de control
entregados por miembros de la misma comunidad”; y (iv) “Cerrejón no es
responsable, ni puede serlo, del manejo financiero que realicen los miembros
de la comunidad de Tabaco a sus recursos”.
2.5. En quinto lugar, manifestó que no fue vinculada dentro del proceso que
culminó con la orden de la Corte Suprema de Justicia del 07 de mayo de 2002
(Exp. 0014-01). No obstante, para dar por terminado el Caso Tabaco, el 12 de
diciembre de 2008 suscribió un acuerdo de transacción con la Junta Pro
Reubicación de Tabaco, en el que se convino, entre otras cosas, “que las
indemnizaciones reconocidas con base en este acuerdo comprendían de
manera integral la totalidad de los daños y perjuicios materiales […] y la
totalidad de perjuicios inmateriales […] que hubieran podido ocasionarse o
derivarse del caso Tabaco”. De esa manera, manifestó que: (i) “el valor global
reconocido a todos los miembros de la Comunidad” fue de $4.052.277.325, los
cuales fueron repartidos y entregados “de manera directa a ellos y recibidos a
satisfacción”; (ii) Cerrejón se comprometió a entregar la suma adicional de
$3.000.000.000, “para las obras de adecuación de los lotes y trazado vial del
predio que donó al Municipio para la reconstrucción de Tabaco”; y (iii)
mediante escritura pública No. 3148 del 17 de noviembre de 2012, Cerrejón
“transfirió a título de donación al Municipio de Hatonuevo el lote de terreno
denominado Tabaco 1, […] con una extensión superficiaria de 14 hectáreas”.
3.1. En primer lugar, adujo que los hechos narrados por el accionante a partir
del libro Red Tabaco Desarrollo Endógeno, constituyen una “manifestación de
carácter general, con apreciaciones subjetivas sin soporte legal”. Sostuvo que
dentro del relato expuesto por el accionante, “no existe referencia alguna que
permita siquiera presumir la intervención del Ministerio de Minas y Energía,
en la ocurrencia y/o desarrollo de los [hechos descritos]”. De esta manera, si
9
el peticionario pretende atacar las Resoluciones 82330 y 80244, deberá hacerlo
“por los medios judiciales ordinarios para atacar actos administrativos”.
3.2. En segundo lugar, aseguró que existe falta de legitimación por pasiva para
demandar al Ministerio. Expuso que “para la época de los hechos de la
demanda, este Ministerio delegó algunas funciones como autoridad minera
entre las cuales se encuentran la tramitación y otorgamiento de títulos
mineros”. Fue así como el Instituto Colombiano de Geología y Minería
(INGEOMINAS) y algunas gobernaciones asumieron esa función, en ese
sentido, las funciones que a juicio del accionante fueron omitidas no eran de
competencia de ese Ministerio. Así también, manifestó que la acción de tutela
es improcedente por no cumplir el requisito de inmediatez, ya que no existe un
término razonable entre la ocurrencia de los hechos y la interposición del
mecanismo constitucional.
5.1. En primer lugar, expresó que en el año 2002, la Corte Suprema de Justicia
otorgó a la Alcaldía Municipal de Hatonuevo un término de cuarenta y ocho
(48) horas, para iniciar “los trámites correspondientes para materializar las
soluciones efectivas tendientes a establecer la infraestructura comunal y el
desarrollo de un plan de vivienda a favor de los miembros de la comunidad de
Tabaco”. Sin embargo, aún “el predio no ha sido entregado en su totalidad ni
con las características convenidas”. Todo ello, porque “[l]os funcionarios han
10
argumentado la realización de los trámites notariales y administrativos […]
no obstante, este no ha sido un plazo razonable para el cumplimiento de un
fallo judicial de carácter urgente e inmediato”.
5.2. En segundo lugar, aseguró que “las personas que han venido participando
dentro de las reuniones entre la administración pública y la empresa carecen
de legitimidad para realizar dichas concertaciones”. Explicó que en el marco
de la representación de la Junta Pro Reubicación de Tabaco, debe tenerse en
cuenta el cambio de Junta Directiva, pues la representante actual es la señora
Inés Pérez Arregocés, quien debería ser llamada a las reuniones y no el señor
José Julio Pérez. Asimismo, agregó que los acuerdos y convenios pactados con
Carbones del Cerrejón son enfáticos en afirmar que: “EL MUNICIPIO, LA
JUNTA Y EL CERREJÓN se comprometen a generar espacios de participación
que resulten necesarios para que se involucren en el proyecto de
reconstrucción de TABACO todos los ex residentes de la mencionada
población”. De esta manera, las personas que hacen parte de la Junta deberían
ser convocadas a los espacios en los que se informe y discuta sobre el devenir
de los compromisos de las partes.
5.3. En tercer lugar, sostuvo que la comunidad de Tabaco sufre una afectación
a sus derechos fundamentales al mínimo vital y otros derechos culturales,
económicos y sociales conexos. Esto como consecuencia de que “hace más de
13 años la comunidad se encuentra sobreviviendo en las cabeceras
municipales del departamento de La Guajira y otros departamentos, en razón
al desalojo y desplazamiento que tuvieron que sufrir”. De igual forma, señaló
que la negligencia en los trámites administrativos de reasentamiento de la
comunidad de Tabaco, debe ser entendida “como una vulneración sistemática
de los derechos fundamentales, particularmente al mínimo vital que les era
proveído por la tierra que no les ha sido restituida”. Por esta razón, declaró
que “el retraso por parte de la empresa y las autoridades locales del predio,
no puede observarse a la luz de un simple incumplimiento de un convenio”.
6. Decisiones judiciales
11
años entre uno y otro evento. Por el contrario, lo que si desvirtúa tan
prolongado lapso es la inminencia de algún perjuicio irremediable”.
6.2. Impugnación
11
La parte actora sostiene que esta información se desprende de la página 86 del libro La Red Tabaco
Desarrollo Endógeno.
12
trámites correspondientes para su reconstrucción. En este sentido, aseguró que
“los interesados deben acudir al juez de primera instancia para reclamar su
efectivo cumplimiento”, con el fin de valorar la posibilidad de “complementar
la decisión mediante la incorporación de una orden tendiente a la realización
de una consulta previa”. Además, aclaró que los accionantes “deben acudir a
las vías ordinarias” para reclamar los demás asuntos que aluden, como la
suspensión de la licencia ambiental concedida al Cerrejón y las
indemnizaciones económicas por los daños materiales y morales que se
hubiesen ocasionado. Esto, puesto que el carácter sumario del proceso de tutela
“no permite determinar realmente el impacto y las consecuencias de un litigio
como estos que se encuentra revestido de alta complejidad”.
12
“PRIMERO.- ORDENAR al Ministerio del Interior que informe a esta Corte si ha implementado
una política pública en materia de desplazamiento por desarrollo en general, y en concreto en el caso
de la comunidad afrodescendiente del corregimiento de Tabaco en el municipio de Hatonuevo
(Guajira). En caso afirmativo, se solicita que remita a esta Corporación un recuento detallado acerca
de tales acciones, allegando los documentos y soportes que considere oportunos. Para ello dispondrá
de veinte (20) días contados a partir de la notificación del presente auto. SEGUNDO.- ORDENAR
al Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible que informe a esta Corte si ha
implementado una política pública en materia de desplazamiento por desarrollo en general, y en
concreto en el caso de la comunidad afrodescendiente del corregimiento de Tabaco en el municipio
de Hatonuevo (Guajira). En caso afirmativo, se solicita que remita a esta Corporación un recuento
detallado acerca de tales acciones, allegando los documentos y soportes que considere oportunos.
Para ello dispondrá de veinte (20) días contados a partir de la notificación del presenta auto.
TERCERO.- INVITAR al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) y a las facultades
de antropología de las universidades Nacional de Colombia, de los Andes, del Cauca y del Magdalena
a que dentro del marco de sus competencias participen en torno a la discusión de varios aspectos
relevantes del expediente bajo estudio, para lo cual se les enviará copia de la demanda de tutela. Es
de especial interés para la Corte establecer: (i) cuáles son los efectos que recaen sobre una comunidad
que se ve obligada a desplazarse por la ejecución de proyectos; (ii) si es posible la reconstrucción
física y social de dicha comunidad; (iii) si existen alternativas distinta esa esta reconstrucción para
mitigar el impacto de un desplazamiento de estas características. Dispondrán de veinte (20) días
contados a partir de la notificación del presente auto. CUARTO.- INVITAR a las facultades de
sociología de las universidades Nacional de Colombia, del Rosario, de Antioquia y Santo Tomás a
que dentro del marco de sus competencias participen en torno a la discusión de varios aspectos
relevantes del expediente bajo estudio, para lo cual se les enviará copia de la demanda de tutela. Es
de especial interés para la Corte examinar: (i) cuáles son los efectos que recaen sobre una comunidad
que se ve obligada a desplazarse por la ejecución de proyectos; (ii) si es posible la reconstrucción
física y social de dicha comunidad; (iii) si existen alternativas distinta a esta reconstrucción para
mitigar el impacto de un desplazamiento de estas características. Dispondrán de veinte (20) días
contados a partir de la notificación del presente auto. QUINTO.- INVITAR a la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Colombia (ACNUR), al Consejo
Noruego para Refugiados en Colombia, a Dejusticia, al Instituto Sociales y Culturales PENSAR y al
Observatorio de Territorios Étnicos del Departamento de Desarrollo Rural y Regional de la Facultad
de Estudios Ambientales y Rurales, los dos últimos de la Universidad Javeriana, a que como
autoridades expertas en la materia, participen en torno a la discusión de varios aspectos relevantes
13
8. Respuesta del Instituto Colombiano de Antropología e Historia
(ICANH)
8.1. En primer lugar, sobre la pregunta ¿Cuáles son los efectos que recaen
sobre una comunidad que se ve obligada a desplazarse por la ejecución de
proyectos?, sostuvo que para una comunidad afrodescendiente como Tabaco,
que cuenta con un conocimiento específico sobre los lazos de su territorio desde
1780, y además se encuentra organizada en un Consejo Comunitario de Negros
Ancestrales reconocido por la Ley 70 de 1993, un efecto concreto “es la
fragmentación de los vínculos familiares y entre los cuerpos de las personas y
el suelo que han habitado y construido”. En este sentido, expuso que ese tipo
de divisiones “inciden de manera violenta sobre la identidad de los colectivos
y los individuos”, pues no sólo “niegan de forma tajante formas de asociación,
sino que naturalizan el destierro de personas mientras que se construyen
estigmas de ellos al tratar de reivindicar sus derechos”. Así, se presenta un
“impacto específico en la pérdida de los conocimientos de sus prácticas
agrícolas, de sus cultivos, de su gastronomía y de su seguridad alimentaria”.
De esa manera, mencionó que esta realidad fue reconocida por las ganadoras
de un concurso llamado “Cocineras de Sueños Ancestrales”, quienes eran
del expediente bajo estudio, para lo cual se les enviará copia de la demanda de tutela. SEXTO.-
INVITAR a la Asociación Colombiana de Minería (ACM) y a la Asociación Nacional de Industriales
(ANDI) a que, como agremiaciones industriales, participen en la discusión de varios aspectos
relevantes del expediente bajo estudio, para lo cual se les enviará copia de la demanda de tutela. Es
de especial interés para esta Corte establecer: (i) cuál es la importancia del desarrollo minero para el
país, en especial el de Carbón, y (ii) cómo mitiga el sector minero el desplazamiento por desarrollo
que puede generar la actividad minera. Dispondrán de veinte (20) días contados a partir de la
notificación del presente auto. SÉPTIMO.- INVITAR a la Fundación Activos Culturales Afro
(ACUA) a que, en su calidad de promotora de proyectos productivos para la población
afrodescendiente, participe en torno a la discusión de varios aspectos relevantes del expediente bajo
estudio, para lo cual se le enviará copia de la demanda de tutela. Es de especial interés para esta Corte
establecer: (i) si existe evidencia histórica en el sentido de que la actividad minera tiene un impacto
negativo diferenciado en las comunidades afrocolombianas respecto de otros segmentos de la
población. Para ello dispondrá de veinte (20) días contados a partir de la notificación del presente
auto. OCTAVO.- INVITAR al señor Gustavo Wilches, experto en la materia y autor del estudio “La
red tabaco de desarrollo endógeno, un proceso de crecimiento humano, unión comunitaria,
construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a partir del conflicto”12, a que ilustre a la Corte
si es de su conocimiento si las recomendaciones plasmadas en dicho reporte han sido aplicadas dentro
del proceso que lleva Carbones del Cerrejón para la reconstrucción física y social de la comunidad.
Adicionalmente, que dada su condición de conocedor de la problemática, explique a la Corte si
cuenta con información adicional y relevante relacionada con el caso, allegando los documentos y
soportes que considere oportunos. Para ello dispondrá de veinte (20) días contados a partir de la
notificación del presente auto”.
14
habitantes de la comunidad de Tabaco y realizaron su participación, por medio
de una receta tradicional y ancestral con la que “quisieron expresar la
vulneración de sus derechos, a través de un plato que narraba el proceso de
desarraigo de dicha comunidad, junto a las semillas de maíz cariaco morado
como única evidencia de memoria con que cuentan”.
13
Este documento señala, entre otros aspectos: “Otro ejemplo más sonado fue el de la población de
Tabaco, en la cual las negociaciones por parte de la empresa no avanzaron en parte por haber iniciado
relativamente tarde, y, por encontrar algunos apoderados que demoraron y entorpecieron el curso de
las negociaciones que, aprovechando la necesidad de la empresa de contar con esas áreas para abrir
nuevos tajos, buscaron mayores beneficios económicos. Es así como la empresa se vio obligada a
recurrir a la instancia legal de la expropiación que resultó en un malestar para la comunidad al ver
que a la fuerza fueron sacadas ciertas personas de sus hogares. Si bien es cierto, las acciones de la
empresa estuvieron enmarcadas dentro de la ley y el derecho, esto no evitó que hubiera un impacto
negativo en algunas familias y que se generara un ambiente desagradable para el proyecto. Además,
la empresa compensó a las familias expropiadas con dinero, dejando dudas sobre si esa era la mejor
manera de compensar a personas que nunca habían ganado más de un ingreso equiparable al salario
mínimo”.
14
Al respecto, indicó que para la empresa: “[E]sta expresión es una marca registrada de su forma de
solucionar distintos problemas empresariales, una forma de actuar y de servir a sus clientes, por lo
cual en el expediente es claro el problema sobre las deudas que tienen los ex-pobladores de Tabaco
con la Red Tabaco que les ha otorgado créditos, en la medida que para la racionalidad de dicha
comunidad sería lógico pensar que al verse desplazados por un proyecto de desarrollo, el no-pago es
una forma de reparación”.
15
tipo de comunidades hay un “conocimiento importante acerca de cómo volver
a tejer lazos sociales y presiones de confianza que se rompieron, las cuales son
replicadas en la medida que la gente se encuentre en un proceso de reubicación
sobre unos predios específicos”. Por esto, sugirió a esta Corporación “obrar en
la dirección de ordenar a la empresa Carbones del Cerrón la donación de
predios escogidos en acuerdo con los representantes del Consejo Ancestral de
Tabaco y de la Junta Pro Reubicación de Tabaco”; así como también, ordenar
“una aclaración de la situación relativa a las denuncias sobre personas ajenas
a la comunidad que están manejando los dineros de la Red Tabaco”. Para estos
efectos, declaró que debe considerarse “el impacto ambiental que afecta en
forma generalizada a las comunidades del sur de La Guajira”, cuyo principal
problema “no es la escasa cantidad de agua que la naturaleza proporciona”,
sino “la cantidad de agua que utiliza la empresa Carbones del Cerrejón para
el desarrollo de sus actividades mineras”.
15
Sobre este punto, sostuvo que: “El hecho de que las comunidades afrocolombianas tengan unas
particularidades ancestrales, una historia común, una cultura específica y una cosmovisión que rige
para el desarrollo de la vida ancestral y comunitaria, hace que sea necesario diferenciarlos
jurídicamente del resto de la población. Esta diferenciación se encuentra fundamentada, no solamente
por los argumentos fácticos que aquí se describen y que son el fundamento mismo de la diferencia,
sino además por […] el nuevo orden jurídico que pretende dar primacía a los derechos fundamentales,
a la inclusión y a la reivindicación de las desigualdades”.
16
coarta también el principal medio de subsistencia de la comunidad”. Por esto,
expresó que las comunidades afrodescendientes “tienen derecho a que se
respete y proteja la potestad de decidir autónomamente sobre su propio
desarrollo cultural, social y económico, su espiritualidad, sus instituciones y
sus tierras”.16
10.1. En primer lugar, se refirió a los efectos que recaen sobre una comunidad
que se ve obligada a desplazarse por la ejecución de proyectos industriales.
Sostuvo que “la historia de cada comunidad es el sentido del acontecer de la
misma y fue ese acontecer el que construyó el sentido de la vida allí”. De esta
manera, no es posible asimilar “una comunidad recién formada cuando se crea
un conjunto residencial o una ranchería de colonos hace dos años, a un pueblo
16
Además, señaló que: “[L]a mayoría de los afrocolombianos descienden de africanos que fueron
esclavizados en la época colonial para realizar, a lo largo de todo el territorio nacional, trabajos
forzados que iban desde minería y agricultura hasta el servicio doméstico. Aunque este antecedente
histórico ha traído como consecuencia que muchas comunidades afrocolombianas tengan fuertes
nexos con la actividad minera, usualmente de aluvión […] la vinculación de las comunidades
afrocolombianas a la minería artesanal se predica mayormente de las comunidades del Pacífico
colombiano, dada la alta concentración aurífera en este litoral. No ocurre lo mismo con las
comunidades afrodescendientes de la región Caribe colombiana, pues sus actividades productivas
ancestrales han estado orientadas en mayor proporción a la pesca artesanal, la agricultura y la
producción pecuaria. En actividades como estas, el requisito indispensable para asegurar el sustento
de las comunidades que de ellas se sirven es la indemnidad del territorio que ocupan”.
17
Para el caso Tabaco, expuso que: “[C]iertamente debe contar con la protección que el ordenamiento
jurídico colombiano ha dispuesto para la protección de sus comunidades étnicas. Al elemento
subjetivo de autoreconocimiento como pueblo Hosco, que les da una identidad grupal definida, se le
suma el elemento objetivo que da cuenta de la existencia de rasgos culturales y sociales compartidos
por los miembros del grupo, que les diferencien de los demás sectores sociales. Ello constituye la
certeza de que se está ante un pueblo afrocolombiano, beneficiario por lo tanto de una serie de
derechos de cuya protección es responsable el Estado. El hecho de quitarle a una comunidad étnica
su territorio, como ha ocurrido en este caso, aún bajo medidas administrativas técnicamente
adecuadas a la ley, resulta incoherente con las disposiciones constitucionales”.
17
que se creó hace más de doscientos años”. Por ello, en el caso de Tabaco, es
necesario valorar que “se creó en 1780, tiene más de doscientos años de
historia y un pueblo o comunidad con doscientos años de historia es parte de
un patrimonio nacional”, lo que trae como consecuencias: (i) “el desarraigo y
la exclusión”; (ii) “la pérdida de los referentes físicos de su historia y de la
memoria”; y (iii) “la destrucción de la comunidad, la desconfianza y rabia al
Estado, instituciones y gobernantes que permitieron la expulsión del
territorio”.
18
no sean completamente nuevas y adversas a la condición climática que los
habitantes tenían antes”.
18
Sobre el particular, explicó: “A lo largo del proceso, estas poblaciones ribereñas han superado su
condición de víctimas y han adquirido autonomía frente a los distintos actores armados. Han tenido
como principales objetivos la recuperación de las tierras comunales y un proceso de reconstrucción
identitaria a través del fortalecimiento de sus formas organizativas tradicionales y sus consejos
comunitarios y han logrado, de esta manera su reconstrucción física y social. Sin embargo, en otros
casos, el desplazamiento prolongado, puede coadyuvar a la destrucción física de la comunidad y de
su identidad colectiva. La comunidad se fragmenta por la dispersión geográfica de las familias que,
para sobrevivir, se ven obligadas, a tomar rumbos distintos, costumbres distintas y nuevas
identidades. En el caso de la comunidad de Tabaco, expropiada desde el año 2002, se requiere
identificar cuáles son hoy las condiciones particulares de ocupación de su territorio ancestral, cuáles
son las condiciones de la vida actuales de esta comunidad afrodescendiente y sus 420 familias, cuáles
son sus necesidades y expectativas para precisar si existe esta posibilidad de reconstrucción física y
social”.
19
11.3. Finalmente, se manifestó sobre la posibilidad de que existan otras
alternativas distintas a dicha reconstrucción, que permitan mitigar el impacto
de un desplazamiento de estas características. Afirmó que para el caso concreto
de Tabaco, “la misma comunidad ha aceptado su reubicación en el mismo
territorio que antes habitaba, la cual es una opción viable y conveniente si se
tienen en cuenta las potencialidades organizativas presentes en ella”.
19
El Magistrado Ponente de esta providencia fue Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, toda vez que la
ponencia inicial presentada por el Magistrado Jorge Iván Palacio Palacio fue derrotada y reasignada
al Magistrado Jorge Ignacio Pretelt.
20
Sobre los informes de cumplimiento presentados por Carbones del Cerrejón a esta entidad, declaró:
“A mediados del año 2005 la Presidencia de Cerrejón y la División de Comunidades y Tierras -hoy
Departamento de Responsabilidad Social- decidieron poner en marcha la Red Tabaco de Desarrollo
Endógeno con el fin de fortalecer el tejido social de la Comunidad Tabaco para potenciar su capital
social, lograr su desarrollo sostenible y su seguridad territorial en el lugar que hoy ocupan. En el año
2008 se inicia un proceso de concertación y negociación con el 10 % de la población que no negoció
sus tierras con Cerrejón y en diciembre del mismo año, firman un acuerdo donde se establecen unos
compromisos […] la empresa Cerrejón se comprometió a: Pago de indemnizaciones pendientes a
familias de Tabaco; Donación de un área de terreno en el Predio La Cruz; Construcción de un Centro
Comunitario; Diseño y adecuación de vías urbanas y lotes; Acompañamiento a la Comunidad de
Tabaco y al Municipio de Hatonuevo en el fortalecimiento de la capacidad de Gestión para lograr la
reconstrucción física de Tabaco; Involucrar a todos los ex residentes de Tabaco interesados en
participar en los proyectos de la Red Tabaco de Desarrollo Endógeno. // Entre el 2008 y el 2009 se
pagaron las indemnizaciones pendientes acordadas en la mesa de trabajo constituida para tal fin y a
partir del 2010 se inicia un proceso de integración entre las familias que venían participando en la
Red Tabaco y el grupo con el cual se firmó el acuerdo, para completar el 100 % de la población de
Tabaco que se beneficiará con el Proyecto de Reconstrucción Física y Social”.
20
13.2. De lo descrito, aseguró que el proyecto de reconstrucción física y social
de Tabaco se encuentra conformado por nueve programas bajo la supervisión
de la ANLA. Entre ellos están: “[p]rograma de participación comunitaria”;
“[p]rograma de información y comunicación”; “[p]rograma de educación
ambiental y capacitación; “[p]rograma fortalecimiento institucional”;
“[p]rograma vinculación de mano de obra no calificada”; “[p]rograma
fortalecimiento productivo de comunidades indígenas”; “[p]rograma manejo
afectaciones a terceros e infraestructura”; “[p]rograma de capacitación,
seguridad y medio ambiente”; y “[p]rograma de arqueología preventiva”. De
esta manera, adujo que las actividades relacionadas con este proyecto, como el
transporte férreo y operación portuaria, “han estado vigiladas por esta entidad
con el fin de garantizar la protección de los derechos étnicos y colectivos,
mediante la imposición de medidas que amparan los recursos naturales y la
estabilidad ciudadana”.
13.3. No obstante lo anterior, declaró que según el Decreto 3573 de 2011 y las
Leyes 99 de 1993 y 489 de 2011, las funciones de la ANLA se circunscriben
en autorizar que “los proyectos, obras o actividades sujetos a licencia, permiso
o trámite ambiental, cumplan con lo previsto en las normas ambientales”. Por
esta razón, “esta entidad no está llamada a responder por la posible
vulneración de derechos fundamentales” invocados por la tutela, puesto que
esto corresponde a otras entidades.
21
16. Escrito presentado por la Corporación Colectivo de Abogados José
Alvear Restrepo
21
Al respecto, manifestó: “Aunque la acción de tutela conmina a comparecer a una gran cantidad de
sujetos y entidades del Estado, responsables de la omisión histórica frente a la Comunidad de Tabaco,
es claro que quien adquiere mayor relevancia dentro del proceso es el Ministerio del Interior –
Dirección de Consulta Previa, Ministerio de Ambiente – Agencia Nacional de Licencias Ambientales
y Carbones del Cerrejón, sobre quienes recae la obligación de identificar y reconocer los graves
impactos socioeconómicos y ambientales en las comunidades de la zona de influencia minera. Es
decir, en relación con el primer ítem sobre (i) la identidad de las partes, no son los mismos sujetos
que protagonizaron el debate en la acción resuelta en 2002. De otro lado, (ii) la identidad de la causa
petendi, no es la misma en tanto lo que se alega son los procedimientos con los cuales se llevó a cabo
la expropiación, claramente disonantes con las disposiciones sobre derechos humanos y Consulta
Previa que para entonces regulaban la materia. Pretensión a todas luces distinta a los objetivos de la
sentencia de 2002 en donde se buscaba el reasentamiento inmediato de la comunidad desalojada.
Finalmente, aunque los hechos sobre los que versan ambas tutelas se encuentran enmarcados en los
momentos trágicos que vivió la comunidad al ser desalojada violentamente y su posterior éxodo, la
(iii) identidad de objeto resulta ser distinta toda vez que se controvierte específicamente el
desconocimiento de la identidad étnica que conllevó a la vulneración en particular del derechos
fundamental a la consulta previa”.
22
16.3. De igual forma, señaló que si bien para el año 1999 no existía el desarrollo
jurisprudencial que actualmente hay sobre el derecho a la consulta previa, “el
Estado colombiano contaba con normas aplicables al caso, que fueron
inobservadas tanto por el Ministerio del Interior, como por la empresa
operadora de la mina”. Agregó que los acuerdos y medidas compensatorias y
restitutorias celebradas en este proceso no han cumplido con los principios
establecidos en el Convenio 169 de 1989 de la OIT, por cuanto: (i) se violó el
artículo 6º de este instrumento al haber socializado de forma indebida los actos
jurídicos y judiciales a la Comunidad de Tabaco; (ii) se suspendieron los
servicios públicos esenciales y se cerraron las instalaciones educativas y de
salud sin haberse dado dialogo alguno con la comunidad; y (iii) durante el
proceso de desalojo, el escuadrón anti-disturbios desplegó acciones
“intimidatorias y humillantes como la destrucción y quema del cementerio, la
quema de las viviendas, la prohibición del tránsito en el territorio, la
inundación del camino real, desvío del agua del río para beneficio de la
compañía, entre otros”.
22
Sobre esta misma línea manifestó: “Ejemplo de ello, es la acción de tutela que la Junta Social Pro
Reubicación de Tabaco tuvo que interponer en contra de la Alcaldía Municipal y Carbones del
Cerrejón, cuando el 26 de mayo de 2015 la empresa asistió a una de las reuniones del Comité -
Empresa, Alcaldía y Junta Social Pro Reubicación- con ocho personas más de la Comunidad que
hacen parte de la Red Tabaco y fueron convocadas únicamente por la empresa, para resolver
problemas ajenos a la reubicación de Tabaco. En la reunión, según la acción de tutela, estas personas
se dieron a la tarea de atacar la legitimidad y la transparencia de la Junta, distorsionando el escenario
y profundizando las rupturas que la comunidad tiene luego de más de quince años de búsqueda de
reparación integral al desplazamiento”.
23
17. Intervención de Carbones del Cerrejón Limited
17.2. De igual forma, sostuvo que “más allá de los acuerdos que se
suscribieron con los miembros de la comunidad, todos cumplidos, la empresa
directamente promovió y alentó la conformación de una red que permitiera
mantener la cohesión comunitaria”. En su opinión, gracias a ello se llegó a un
acuerdo ulterior “con enfoque diferencial con la comunidad en el que se
concertó una compensación adicional, el mantenimiento de diversos
programas y el apoyo económico para la entrega del predio requerido y la
construcción del centro comunitario en el nuevo poblado”. En este sentido,
adujo que se “pagó íntegramente a los afectados la indemnización integral, la
cual posteriormente de manera voluntaria fue incrementada a los mismos
afectados”; además, “se financió y facilitó los lotes de terreno para que allí
pudieran adelantarse planes de vivienda de manera concertada con la
comunidad”. Así, afirmó que “no puede ahora imputarse a la empresa, los
defectos de gestión municipal o la ausencia de consenso en la comunidad”.
17.3. En este orden de ideas, declaró que si bien para el año 1998 estaba en
vigor el Convenio 169 de la OIT, “la interpretación del pueblo tribal tanto en
el ámbito internacional como interno era particularmente estrecha”. A su
juicio, en Colombia, la caracterización de los pueblos afrodescendientes como
comunidades tribales se dio “[s]ólo hasta el año 2003, al tutelar los derechos
23
Adicionalmente, explicó: “El proceso de Tabaco data de finales de los años 90. Entre el 1992 y
2002 se perfeccionaron los acuerdos con los respectivos titulares del territorio, sobre prácticamente
la totalidad de los predios y en los casos restantes se iniciaron y culminaron los respectivos procesos
de expropiación. Una vez definida la propiedad en cabeza de Cerrejón, la actividad minera se
expandió consecuentemente sobre tales terrenos, sin que haya permanecido asentado un núcleo de la
antigua población o se hayan verificado nuevos reasentamientos. Se trata así de un caso anterior en
el tiempo al proceso de Chancleta y Patilla a los que se refiere la Sentencia T-256 de 2015. En el
caso de Tabaco no se procedió a condicionar o canalizar las compensaciones acordadas y pagadas en
su integridad atándolas a un reasentamiento de toda o parte de la población en un lugar determinado,
puesto que el Estado autorizó y ejecutó cabalmente el mecanismo constitucional de la expropiación
y de este modo restableció, conforme a la ley, los derechos de las personas afectadas. Previamente
y, al inicio del proceso, incluso ya se había constatado el hecho de que muchos de los antiguos
habitantes del corregimiento y titulares de predios habían emigrado hacia otras poblaciones. Dentro
de la población propiamente asentada, la misma, una vez recibida su indemnización completa
emprendió similar camino”.
24
de la comunidad negra del río Cacarica en la sentencia T-955”, en la cual, “la
Corte avanza decididamente en el camino de reconocer la consulta previa de
esta población”. Por esta razón, “el Corregimiento de Tabaco no se ajustaba
al patrón de propiedad colectiva definida en la Ley 70 de 1993 y prevista para
efectos de la consulta previa por el Decreto 1320 de 1998”. Así, de
conformidad con el marco vigente para la época, “se acudió a la figura legítima
de la expropiación con indemnización y no a la consulta previa”, de manera
que entre los años 1998 y 2002 “se negoció en la primera fase un total de
$3.564.673.429 por concepto de indemnizaciones”.
24
Sobre el particular argumentó que “Las autoridades para ese entonces certificaron la no presencia
de comunidades negras, lo que se debe entender de manera coherente con la noción de comunidad
afrodescendiente que imperaba en la época y que de ningún modo supone negar la riqueza cultural y
el raigambre afro que justamente ha operado como sustrato para la recuperación y afirmación de
dicha comunidad […]. La presunta comunidad que los individuos con los que se negoció integraban,
no se relacionó en dicho momento, como la contraparte de la empresa, ni como la titular de la
propiedad o de los derechos culturales. La comunidad como un todo o como sujeto independiente,
más allá del puro dato sociológico, no exigió la respectiva participación y concentración del proceso
de participación y, en todo caso, no ha sido titular o poseedor ni antes ni ahora de ninguna propiedad
colectiva. No lo hizo así, ni siquiera cuando comenzó a organizarse en conglomerados como la Junta
Social Pro-reubicación de Tabaco por la sencilla razón de que aún no contaba con el grado de
conformación necesaria como para operar efectivamente como sujeto activo en una consulta previa
propiamente dicha”.
25
17.6. De igual forma, afirmó que las diferencias que existen entre las distintas
organizaciones que integran la comunidad de Tabaco, no han permitido llegar
a un consenso para que el asunto avance. Además, el lugar de reasentamiento
seleccionado por la misma comunidad (predio La Cruz), constituye un área
frente a la cual la Alcaldía Municipal “ha explicado que técnica y
financieramente le es imposible levantar el nuevo poblado en esa zona”. Por
esta razón, asevera que el caso Tabaco “no es posible asimilarlo al caso de
Chancleta y Patilla”, de manea que “la única vía para aflorar un clima de
buena fe y confianza mutua parte de reconocer el cumplimiento de las
obligaciones a cargo de la compañía”; diferenciar “entre la órbita de
actuaciones de empresa y del Estado”; así como “trazar el límite entre el
cumplimiento de las obligaciones normativas y las actividades que forman
parte de la responsabilidad social de la empresa”. Agregó que “sin perjuicio
de la importancia de los grupos étnicos que buscan su reconocimiento”, no
puede concebirse que esa dinámica cultural como un pretexto “para desconocer
los actos jurídicos cumplidos y ejecutados”.
17.8. Por otra parte, afirmó que existe cosa juzgada material en este caso, ya
que la Corte Suprema de Justicia definió que la entidad responsable de la
relocalización del corregimiento Tabaco y del emprendimiento de planes de
vivienda para los moradores es en municipio de Hatonuevo. De esta manera,
solicitó mantener coherencia con lo resuelto, pues, para efectos de facilitar la
labor del municipio, Cerrejón ha donado terrenos y otras ayudas. Igualmente,
aseguró que no se puede aplicar retroactivamente el marco normativo, pues si
bien para el momento de los hechos se encontraba vigente el Convenio 169 de
la OIT, no es menos cierto que la noción de pueblo tribal era más restringida y
no abarcaba a las comunidades afrodescendientes. Asimismo, aseguró que la
empresa no ha actuado de mala fe ni estimulado la fractura de la comunidad de
Tabaco.
26
II. CONSIDERACIONES
1. Competencia y procedibilidad
2. Problema Jurídico
2.1. Vistos los antecedentes del caso, corresponde a esta Sala resolver el
siguiente problema jurídico: ¿Las entidades territoriales correspondientes de la
Guajira y las empresas de minería a gran escala (Carbones del Cerrejón)
vulneran o amenazan los derechos fundamentales a la vida, la dignidad humana,
diversidad étnica y al mínimo vital de una comunidad afrodescendiente, en
razón a los fracasos parciales de una política de reubicación y recuperación de
la memoria, debida al desplazamiento de la comunidad por un megaproyecto
mineros, a pesar de que la empresa alega (i) haber cumplido sus obligaciones,
de conformidad con el estándar legal requerido en el momento en que se tomó
la decisión de mover el pueblo, (ii) que algunas fallas del proceso de
reubicación se pueden deber a las autoridades públicas o a la comunidad misma,
y (iii) que el debate sobre la reubicación ya había tenido lugar ante los jueces?
27
2.2. Para resolver esta cuestión la Sala de Revisión se ocupará de varios
asuntos. En primer término, (i) se hará referencia a la obligación de protección
especial a la comunidad de Tabaco. (ii) En segundo lugar, se analizará lo
relativo a los proyectos de desarrollo a gran escala, y al desplazamiento que
puede implicar su ejecución para algunas comunidades. (iii) En tercer lugar, se
abordará el tema referente a la consulta previa y (iv) finalmente se procederá a
estudiar el problema jurídico planteado, y a dar su solución a la luz de las reglas
y principios constitucionales aplicables. Teniendo en cuenta lo decidido, se
indicará cuáles son las medidas que se adoptarán con relación al reclamo
constitucional presentado por la parte accionante.
25
Para ver los detalles del proyecto, ver UNESCO, División de Proyectos Interculturales “La ruta
del esclavo”. Francia, Pp. 3 y ss.
26
Tomado de www.portal.unesco.org. Dada la relevancia, el impacto y su magnitud, desde el 2006,
el proyecto ha redefinido sus estrategias y principales líneas de acción. Al respecto ver “The New
Strategy for the Slave Route Project”, disponible en la misma dirección electrónica.
28
agricultura y minería, además de quehaceres domésticos.”27 Este desarrollo
histórico y sus impactos constitucionales, han sido objeto de estudio por la
jurisprudencia de esta Corte.28
3.3. No obstante haberse abolido la esclavitud, esta institución causó una serie
de efectos negativos para la población afro colombiana que aún hoy se hacen
evidentes en la sociedad colombiana. Las formas de discriminación social,
económica, simbólica que sufren los negros, afrocolombianos y raizales tienen
un referente directo identificable a partir de la institución de la esclavitud. Esta
situación ha hecho que el racismo, característico de la economía esclavista del
siglo XVI, perdure en el tiempo y se proyecte hoy, de manera persistente, bajo
nuevas formas de discriminación en contra de la población afrodescendiente.29
27
CIDH, Observaciones Preliminares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tras la
visita del relator sobre los derechos de los afrodescendientes y contra la discriminación racial a la
República de Colombia. Párr. 16.
28
Al respecto ver, entre otras, las sentencias C-931 de 2009 (MP María Victoria Calle Correa con
AV; SV Juan Carlos Henao Pérez y Luis Ernesto Vargas Silva) y T-691 de 2012 (MP María Victoria
Calle Correa).
29
Sobre la justificación de este argumento ver los artículos que componen el texto, Afro-
Reparaciones: Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos y
raizales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Abril 2007 y aquellos que hacen parte del libro
“150 años de la abolición de la esclavización en Colombia: Desde la marginalidad a la construcción
de la nación”, elaborado en el marco de la VI Cátedra anual de Historia, Bogotá, 2003.
29
afrodescendientes y sus miembros. Puntualmente, el artículo 13
establece que: ‘Todas las personas nacen libres e iguales ante la
ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y
gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin
ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen
nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
filosófica’, y obliga al Estado a promover las condiciones para
que la igualdad sea real y efectiva, así como a adoptar ‘medidas
en favor de grupos discriminados o marginados’. El artículo 70,
por su parte, reconoce que ‘la cultura en sus diversas
manifestaciones es fundamento de la nacionalidad’, y obliga al
Estado colombiano a ‘reconocer la igualdad y dignidad de todas
las que conviven en el país’.
31
Así mismo dispone el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que “ la libertad, la
justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los
miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables”, los cuales “se derivan de
la dignidad inherente a la persona humana” (Preámbulo); que los Estados Partes “se comprometen
a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su
jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social” (Art. 2) y que “todo niño tiene derecho, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social,
posición económica o nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere,
tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado”. (Art. 25).
31
Convenio; (Art.1)’; instituye la obligación de los gobiernos de
‘asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación
de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática
con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a
garantizar el respeto de su integridad’, tomando medidas que:
‘a) que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar, en
pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que la
legislación nacional otorga a los demás miembros de la
población; b) que promuevan la plena efectividad de los
derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos,
respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y
tradiciones, y sus instituciones; c) que ayuden a los miembros
de los pueblos interesados a eliminar las diferencias
socioeconómicas (…)’ (Art. 2).
[…].33
32
Convenio 169, artículo 7.
33
Al respecto añadió la Corte: “Sumado a esto, el Convenio establece otros deberes de los Gobiernos
frente a las comunidades tribales, entre otros los de: (i) ‘consultar a los pueblos interesados, mediante
procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez
que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente (…)’;
(ii) asegurar ‘los medios para el pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos
(…)’; (iii) brindar ‘protección contra la violación de sus derechos (…)’ (Ar.12); (iv)’respetar la
importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste
su relación con las tierras o territorios’ (…) (Art. 13) y que exige, entre otras acciones, que los
Gobiernos ‘tomen las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos
interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de
propiedad y posesión.’ (Art. 14); (v) adoptar ‘medidas especiales para garantizar a los trabajadores
pertenecientes a esos pueblos una protección eficaz en materia de contratación y condiciones de
empleo’ (Art. 20); (vi) poner a disposición de los mismos medios de formación profesional que
consulte a sus intereses (Art. 21 y 22); (vii) garantizar el acceso a servicios de salud adecuados (Art.
24 y 25); y (viii) asegurar el derecho a la educación (Art.. 26), en condiciones que permitan responder
a ‘sus necesidades particulares (…) abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas
de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales’ (Art. 27). ||
Adicionalmente, el Convenio 169 de la OIT consagra una serie de disposiciones para garantizar el
respeto de los territorios de los pueblos indígenas y tribales, y establece que en caso de que estos
excepcionalmente sean trasladados se deberán, siempre que sea posible, adoptar las medidas para
32
En síntesis, conforme a los instrumentos internacionales
reseñados es claro que el Estado tiene unos compromisos y
deberes especiales frente a las comunidades afro colombianas,
que lo obligan no sólo a evitar eventuales discriminaciones, sino
también a desarrollar acciones tendientes a garantizar que éstas
comunidades y los individuos que las componen puedan gozar
de todos los derechos constitucionales, individuales y
colectivos, en igualdad de condiciones.”34
que estos pueblos puedan regresar a sus tierras tradicionales ‘en cuanto dejen de existir la causa que
motivaron sus traslado y reubicación’ y si el retorno no es factible, ‘dichos pueblos deberán recibir,
en todos los casos posibles, tierras cuya calidad y cuyo estatuto jurídico sean por lo menos iguales
a los de las tierras que ocupaban anteriormente, y que les permitan subvenir a sus necesidades y
garantizar su desarrollo futuro (…)’ (Art. 16). || En todo caso, las autoridades están en la obligación
de desplegar las acciones necesarias para impedir ‘que personas extrañas a esos pueblos puedan
aprovecharse de las costumbres de esos pueblos o de su desconocimiento de las leyes por parte de
sus miembros para arrogarse la propiedad, la posesión o el uso de las tierras pertenecientes a ellos’
(Art. 17) y deberán prever ‘sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada en las tierras
de los pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas por personas ajenas a ellos’ (Art.
18). || De otra parte, el Derecho Internacional Humanitario, cobija directamente a los miembros de
las comunidades afrodescendientes. De manera general, impone una obligación internacional al
Estado colombiano de atender las necesidades especiales de las víctimas del conflicto. […]”
34
Corte Constitucional, Auto 005 de 2009 (MP Manuel José Cepeda Espinosa).
35
Ver por ejemplo, la sentencia T-586 de 2007 (MP Nilson Pinilla Pinilla). La Sala tuteló el derecho
de una mujer afrodescendiente a ingresar a la Universidad del Tolima como miembro de su etnia,
luego de que la Institución educativa la hubiese rechazado bajo el argumento de que en Ibagué, lugar
de residencia de la accionante, no hay comunidades afrodescendientes.
36
Corte Constitucional, sentencia T-586 de 2007 (MP Nilson Pinilla Pinilla).
33
colectividad en cuestión.’37 ”38
37
Ver, entre otras, las sentencias C-169 de 2001, MP Carlos Gaviria Díaz; T-375 de 2006 MP Marco
Gerardo Monroy Cabra y T-586 de 2007 MP Nilson Pinilla Pinilla. En la sentencia C-169 de 2001
se estudió la constitucionalidad del proyecto de ley estatutaria mediante el cual se desarrolló el
artículo 176 de la Constitución Política de Colombia. En esta oportunidad se resolvió, entre otras
cosas, que las normas legales estudiadas eran constitucionales, en “[…] el entendido de que las
comunidades raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia se entenderán incluidas, para
todos los efectos de la presente ley, dentro de las comunidades negras.”
38
Corte Constitucional, Auto 005 de 2009 MP Manuel José Cepeda Espinosa.
39
Sentencia T-691 de 2012. MP María Victoria Calle Correa. Resalta la providencia en mención que
“Las reglas y principios que inspiran un estado social y democrático de derecho como Colombia,
excluyen los actos de discriminación en contra de cualquier persona. Son actuaciones contrarias al
principio de dignidad humana y, por tanto, proscritas del orden constitucional vigente. Cuando tales
actos conllevan una puesta en escena, ante un grupo de personas que hacen las veces de público, la
discriminación implica afectaciones inmateriales a la dignidad que han de ser especialmente
valoradas por el juez constitucional, de acuerdo con las reglas aplicables.”
40
Artículo 80 Constitución Política.
41
Artículo 333 Constitución Política.
42
Corte Constitucional, sentencias T-244 de 2012 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub) y T-348 de
2012 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
43
Corte Constitucional, sentencia SU-039 de 1997 (MP Antonio Barrera Carbonell; SV Hernando
Herrera Vergara, Vladimiro Naranjo Mesa, Fabio Morón Díaz y Jaime Vidal Perdomo).
34
derechos fundamentales de manera intensa, incluyendo el ambiente sano, la
salud, la diversidad étnica y cultural, la autodeterminación y la vida. En estos
casos, la Corte ha considerado necesario, incluso, suspender los proyectos que
no cuentan con el consentimiento de las comunidades afectadas.44
4.4. Los impactos de esta clase de reubicaciones son tan graves, que cuando la
decisión de reubicar a una comunidad no está adecuadamente justificada, esta
se cataloga como un desplazamiento forzado. En efecto, los Principios Rectores
de los desplazamientos internos, instrumento usado por la Corte Constitucional
para interpretar los derechos fundamentales de los desplazados en Colombia
desde la sentencia SU-1150 de 2000,45 señalan que:
44
Corte Constitucional, sentencia T-769 de 2009 MP Nilson Pinilla Pinilla.
45
Corte Constitucional, sentencia SU-1150 de 2000 MP Eduardo Cifuentez Muñoz. La Corte
estableció que “[l]os Principios Rectores no han sido aprobados mediante un tratado internacional.
Sin embargo, dado que ellos fundamentalmente reflejan y llenan las lagunas de lo establecido en
tratados internacionales de derechos humanos y que han recibido una gran aceptación por parte de
distintos organismos internacionales de derechos humanos, esta Corporación considera que deben
ser tenidos como parámetros para la creación normativa y la interpretación en el campo de la
regulación del desplazamiento forzado y la atención a las personas desplazadas por parte del Estado.
Lo anterior, claro está, sin perjuicio de que todos sus preceptos que reiteran normas ya incluidas en
tratados internacionales de derechos humanos y de derecho internacional humanitario aprobados por
Colombia gocen de rango constitucional, como lo señala el artículo 93 de la Constitución.”
35
4.5. La Sala debe observar que en el proceso de expansión minero del Cerrejón
y los actos que lo respaldan no se demostró el “interés público superior o
primordial” que permitía desaparecer un corregimiento para dar vía a la
expansión del proyecto minero. En este tipo de casos, se considera debería
demostrarse que el proyecto es necesario, no solo para la empresa sino para el
desarrollo del país y la región, y deberían establecerse deberes de
compensación a la comunidad local y al país superiores a los que de ordinario
se exigen a quienes desarrollan esta clase de actividades. De hecho, no es claro
para esta Sala de Revisión, que la comunidad de Tabaco actualmente haya
recibido el tipo de protección y de compensación a que tendría derecho.
46
Michael Cernea, “Internal Refugee Flows and Development-Induced Population Displacement”
en Journal of Refugee Studies, Vol. 3, No. 4, 1990, pp. 320-339.
47
Michael Cernea, “The risks and reconstruction model for resettling displaced populations” en
World Development, Vol. 25, No. 10, 1997, pp. 1569-1587.
48
En reiterada jurisprudencia, la Corte ha reconocido que, cuando una persona o grupo de personas
ha sido víctima de violaciones a sus derechos humanos, surge el derecho fundamental a ser reparado
integralmente. Por ejemplo, en la sentencia T-821 de 2007, en la que se tuteló el derecho fundamental
a la reparación integral de una víctima del desplazamiento forzado en Colombia, la Corte afirmó que:
“las personas que han sido objeto de violaciones de derechos humanos tienen el derecho a la
reparación integral del daño causado”. También existen instrumentos internacionales, que disponen
una serie de normativas relacionadas con la reparación de las víctimas, tales como la Resolución
60/147 de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 16 de diciembre de 2005, mediante la
cual se establecen los “Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones
manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho
internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones”. Salvamento de voto de los
Magistrados Juan Carlos Henao Pérez y Luis Ernesto Vargas Silva a la sentencia C-931/09.
36
con diligencia por la empresa proponente de la actividad y por el Estado. En
casos anteriores la Corte Constitucional ha hecho cumplir este tipo de
compromisos. En la sentencia T-462A de 2014, la Sala Séptima de Revisión
ordenó a la empresa propietaria de una represa, cuya construcción causó
grandes impactos a una comunidad indígena, proveer soluciones de
infraestructura para “solventar el aislamiento de las comunidades indígenas
asentadas alrededor de la represa Salvajina”, de acuerdo con el compromiso
adquirido en conjunto con el Estado y con la comunidad.49 En los casos de
desplazamiento inducido por el desarrollo, y en general, de megaproyectos que
causan grandes impactos sobre las comunidades locales, la vigencia de los
derechos fundamentales depende en gran medida del cumplimiento de los
acuerdos de compensación a que se lleguen con el Estado y con el sector
privado. Las respuestas que se den a estas situaciones, se debe construir a partir
de las necesidades del pueblo étnica y culturalmente diverso.
49
Corte Constitucional, sentencia T-462A de 2014 MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SPV Luis
Ernesto Vargas Silva. Sobre la exigibilidad de los compromisos suscritos con la comunidad, la Corte
afirmó lo siguiente: “La Sala observa que desde la construcción del proyecto de la Central
Hidroeléctrica Salvajina, las poblaciones aledañas sufrieron de cambios trascendentales en sus vidas
por el desplazamiento y la transformación del entorno al que fueron sometidas. El Acta 86 buscó en
parte resolver los problemas que esos cambios generaron, por ello se suscribieron compromisos en
materia de infraestructura vial y adecuación de planteles educativos, puestos de salud y servicios
públicos, entre otros. Para la Sala, la ausencia del cumplimiento integral de los acuerdos ha generado
la vulneración de los derechos fundamentales a la libre circulación, a la salud y a la educación de las
comunidades indígenas actoras. Esta situación ha sido agravada por el abandono institucional y por
los nuevos impactos y afectaciones que no se previeron en los años 80, y que se producen por la
operación misma de la represa.”
50
Constitución Política de Colombia. “Artículo 7º. El Estado Reconoce y protege la diversidad étnica
y cultural de la Nación colombiana.”
51
Corte Constitucional, sentencias T-462A de 2014 MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SPV Luis
Ernesto Vargas Silva; y T-213 de 2016 MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, AV Alberto Rojas Ríos;
SV Luis Ernesto Vargas Silva. En estas sentencias la Corte Constitucional reiteró que el derecho a
la consulta previa es desarrollo mismo del derecho a la autodeterminación de los pueblos y a la
participación.
52
Ratificado por Colombia mediante la Ley 31 de 1967.
37
garantizarles tierras de la misma calidad o medidas de compensación acordes
con sus costumbres y cultura.53 No obstante, el mencionado Convenio se adoptó
en un contexto mundial en el que los pueblos indígenas y tribales eran
considerados como sociedades atrasadas y transitorias, por eso, para que
pudieran sobrevivir, se creía indispensable integrarlas en la corriente
mayoritaria mediante la asimilación.54 Estas ideas fueron reevaluadas con el
tiempo, debido a la cantidad de foros internacionales -por ejemplo, el Grupo de
Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de las Naciones Unidas- en los que fueron
participando cada vez más miembros de comunidades indígenas y tribales, lo
que contribuyó a comprender sus diferentes culturas y el valor de esas
diferencias en el contexto de su sociedad pluralista. Para responder a estas
exigencias, la OIT, luego de convocar a una reunión de expertos que estuvieron
de acuerdo con revisar el Convenio 107, inició un proceso de análisis del
documento en el que participaron organizaciones civiles, gobiernos y pueblos
indígenas y tribales del mundo. Luego de dos años de debates y discusiones, se
redactó el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales No. 169 de junio de
1989,55 ratificado por Colombia mediante la Ley 21 de 1991. Este Convenio
cambia la concepción del No. 107 y se basa en el respeto de las culturas, formas
de vida, tradiciones y costumbres propias de las comunidades étnicas.
53
Organización Internacional del Trabajo, Convenio 107 relativo a la protección e integración de las
poblaciones indígenas y de otras poblaciones tribales y semitribales en los países independientes
“Artículo 11. Se deberá reconocer el derecho de propiedad, colectivo o individual, a favor de los
miembros de las poblaciones en cuestión sobre las tierras tradicionalmente ocupadas por ellas.
Artículo 12. 1. No deberá trasladarse a las poblaciones en cuestión de sus territorios habituales sin
su libre consentimiento, salvo por razones previstas por la legislación nacional relativas a la
seguridad nacional, al desarrollo económico del país o a la salud de dichas poblaciones. 2. Cuando
en esos casos fuere necesario tal traslado a título excepcional, los interesados deberán recibir tierras
de calidad por lo menos igual a la de las que ocupaban anteriormente y que les permitan subvenir a
sus necesidades y garantizar su desarrollo futuro. Cuando existan posibilidades de que obtengan otra
ocupación y los interesados prefieran recibir una compensación en dinero o en especie, se les deberá
conceder dicha compensación, observándose las garantías apropiadas. Se deberá indemnizar
totalmente a las personas así trasladadas por cualquier pérdida o daño que hayan sufrido como
consecuencia de su desplazamiento. Artículo 13. 1. Los modos de transmisión de los derechos de
propiedad y de goce de la tierra establecidos por las costumbres de las poblaciones en cuestión
deberán respetarse en el marco de la legislación nacional, en la medida en que satisfagan las
necesidades de dichas poblaciones y no obstruyan su desarrollo económico y social. 2. Se deberán
adoptar medidas para impedir que personas extrañas a dichas poblaciones puedan aprovecharse de
esas costumbres o de la ignorancia de las leyes por parte de sus miembros para obtener la propiedad
o el uso de las tierras que les pertenezcan. Artículo 14. Los programas agrarios nacionales deberán
garantizar a las poblaciones en cuestión condiciones equivalentes a las que disfruten otros sectores
de la colectividad nacional, a los efectos de: a) la asignación de tierras adicionales a dichas
poblaciones cuando las tierras de que dispongan sean insuficientes para garantizarles los elementos
de una existencia normal o para hacer frente a su posible crecimiento numérico; b) el otorgamiento
de los medios necesarios para promover el fomento de las tierras que dichas poblaciones ya posean.”
54
Al respecto puede verse el Manual de aplicación del Convenio 169 sobre comunidades indígenas
y tribales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, 2003. Disponible en:
http://www.ucm.es/info/IUDC/img/biblioteca/Manual_c169.pdf
55
Al respecto puede verse el Manual de aplicación del Convenio 169 sobre comunidades indígenas
y tribales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, 2003. Disponible en:
http://www.ucm.es/info/IUDC/img/biblioteca/Manual_c169.pdf
38
representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles directamente”. A su turno, el
artículo 7-1 del Convenio prevé que las comunidades tienen derecho a:
5.3. De otra parte, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas incorpora cuatro principios fundamentales respecto
de los derechos de estos pueblos:56 (i) el principio de no discriminación, según
el cual las personas gozan de iguales derechos al resto de la población, pero su
goce efectivo asociado con la diversidad étnica no debe convertirse en un
obstáculo para el ejercicio de los demás derechos humanos, (ii) el derecho a la
autodeterminación, (iii) la relevancia del principio de no asimilación como
derecho fundamental de las comunidades, y (iv) la participación, la consulta
previa y el consentimiento libre e informado frente a las medidas que los
afecten.
56
Aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 13 de septiembre
de 2007. A/RES/61/295, 10 de diciembre de 2007, artículo 3. Esta declaración ha sido aplicada por
la Corte Constitucional de Colombia en varias ocasiones, como en las sentencias T-376 de 2012 (MP
María Victoria Calle Correa), T-005 de 2016 (MP Jorge Iván Palacio Palacio; SV Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub), T-197 de 2016 (MP Jorge Iván Palacio Palacio; AV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub),
T-213 de 2016 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV Alberto Rojas Ríos; SV Luis Ernesto Vargas
Silva) y C-389 de 2016 (MP María Victoria Calle Correa; AV María Victoria Calle Correa; AV Luis
Guillermo Guerrero Pérez; AV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; AV Jorge Iván Palacio Palacio;
SPV Alejandro Linares Cantillo; SPV Luis Ernesto Vargas Silva). La Declaración fue aprobada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas con 143 votos a favor, cuatro en contra y 11
abstenciones. La delegación de Colombia hizo parte de quienes se abstuvieron de votar, pero lo hizo
principalmente por estar en desacuerdo con los artículos 19, 30 y 32. El delegado colombiano agregó
en su discurso, en relación con los demás temas tratados por esa Declaración, que “[l]a Constitución
y la legislación colombianas, así como los instrumentos internacionales ratificados por nuestro país,
están de acuerdo con la mayoría de las disposiciones de la Declaración sobre los derechos de los
pueblos indígenas”. Ver documento de las Naciones Unidas A/61/PV.107, páginas 18-20.
39
5.4. Al respecto, en la sentencia T- 376 de 2012 la Corte señaló que esta
Declaración reforzaba el deber de consulta, reiterando que es procedente de
forma general frente a cualquier medida que afecte a los pueblos indígenas y
prevé la participación y cooperación en todas las decisiones asociadas a los
programas que incidan en su forma de vida y desarrolla la obligación de adoptar
medidas de reparación e indemnización para los casos en los que se ha dado
una afectación a las comunidades sin consulta o de ser el caso, sin
consentimiento previo.57
57
Corte Constitucional, sentencia T- 376 de 2012 (MP María Victoria Calle Correa). En esta
sentencia la Corte concedió la tutela del derecho a la consulta previa a una comunidad negra para la
adjudicación de una concesión sobre un sector de la playa en la cual tales comunidades se dedicaban
a actividades de pesca, celebraciones tradicionales y actividades asociadas a la prestación de los
servicios turísticos.
58
Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, párr. 149. Ver también Caso
Masacre Plan de Sánchez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de noviembre de
2004. Serie C No. 116, párr. 85; Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa, párr. 118, y Caso de la
Comunidad IndígenaYakye Axa, párr. 131.
59
Corte IDH. Caso Yatama contra Nicaragua. Sentencia del 23 de junio de 2005, párr. 225.
40
5.5.2. En el caso Saramaka contra Surinam, relativo a la protección de los
derechos a la propiedad colectiva y a la participación de una comunidad tribal
frente al otorgamiento de concesiones por el Estado que implican la exploración
y explotación de los recursos naturales de territorios indígenas y étnicos, se
estableció que es una obligación estatal garantizar: (i) la participación efectiva
de los miembros de las comunidades afectadas con el proyecto, de conformidad
con sus costumbres y tradiciones en relación con el plan de desarrollo,
inversión, exploración o extracción; (ii) asegurar que los beneficios de la obra
o proyecto sean también para la comunidad indígena o étnica asentada en el
territorio donde se realiza la explotación de los recursos; y (iii) controlar que
no se emita ninguna concesión dentro del territorio de las comunidades hasta
tanto, bajo la supervisión del Estado, se realice un estudio previo de impacto
social y ambiental.60
60
Corte IDH. Caso Saramaka contra Surinam. Sentencia del 28 de noviembre de 2007, párr. 129.
61
“En el caso Saramaka, la Corte interamericana dio ejemplos de la gama de medidas estatales que
requieren consulta previa, cuando ordenó al Estado de Surinam que consultara con el pueblo
Saramaka “al menos acerca de los siguientes seis asuntos”: a) el proceso de delimitación,
demarcación y otorgamiento de título colectivo sobre el territorio del pueblo Saramaka; b) el proceso
de otorgamiento a los miembros del pueblo Saramaka del reconocimiento legal de su capacidad
jurídica colectiva, correspondiente a la comunidad que ellos integran; c) el proceso de adopción de
medidas legislativas, administrativas o de otra índole que sean necesarias para reconocer, proteger,
garantizar y dar efecto legal al derecho de los integrantes del pueblo Saramaka al territorio que
tradicionalmente han ocupado y utilizado; d) el proceso de adopción de medidas legislativas,
administrativas u otras requeridas para reconocer y garantizar el derecho del pueblo Saramaka a ser
efectivamente consultado, de conformidad con sus tradiciones y costumbres; e) en relación con los
estudios previos de impacto ambiental y social; y f) en relación con cualquier restricción propuesta
a los derechos de propiedad del pueblo Saramaka, particularmente respecto de los planes de
desarrollo o inversión propuestos dentro de, o que afecten, el territorio Saramaka”. Tomado del
Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre “Los derechos de los pueblos
indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales”, párr. 279.
41
beneficios razonables con ellas, y realizar evaluaciones
previas de impacto ambiental y social.”62
62
Corte IDH. Caso Saramaka contra Surinam. Sentencia del 28 de noviembre de 2007, párr. 143.
63
Corte IDH. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador. Fondo y reparaciones.
Sentencia de 27 de junio de 2012. Serie C No. 245, Párrafo 299.
64
Corte IDH. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador. Fondo y reparaciones.
Sentencia de 27 de junio de 2012. Serie C No. 245, Párrafo 300.
65
Corte Constitucional, sentencia C-882 de 2011 (MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), reiterada en la
T-800 de 2014 (MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo).
66
Corte Constitucional, sentencia T-745 de 2010 (MP Humberto Sierra Porto).
42
Para especificar aún más los supuestos en los que se produce tal afectación, esta
Corte ha fijado los siguientes criterios: (i) cuando la medida administrativa o
legislativa altera el estatus de las comunidades porque impone restricciones o
concede beneficios,67 (ii) cuando las medidas son susceptibles de afectar
específicamente a las comunidades indígenas como tales y no aquellas decisiones
que son generales y abstractas,68 (iii) cuando se trata de aplicar las disposiciones o
materias del Convenio 169, por ejemplo la regulación de explotación de yacimientos
de petróleo ubicados dentro de los pueblos indígenas69 y, (iv) cuando las medidas a
implementar se traten sobre explotación y aprovechamiento de recursos naturales en
territorios indígenas.70 Concretamente la Corte ha identificado la presencia de una
afectación directa en los casos de medidas legislativas,71 presupuestos y proyectos
de inversión financiados con recursos del presupuesto general de la Nación,72
decisiones sobre prestación del servicio de educación que afecten directamente a las
comunidades,73 decisiones administrativas relacionadas con proyectos de desarrollo,
como licencias ambientales, contratos de concesión y concesiones mineras entre
otros.74
6.1. El pueblo de Tabaco fue fundado en 1780 por esclavos cimarrones que
sobrevivieron al naufragio del galeón español que los trajo a América. Una vez
libres se asentaron sobre la ribera del río Ranchería en donde se dedicaron a la
67
Corte Constitucional, sentencia C-030 de 2008 (MP Rodrigo Escobar Gil).
68
Corte Constitucional, sentencia C-030 de 2008 (MP Rodrigo Escobar Gil).
69
Corte Constitucional, sentencia C-175 de 2009 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; SV Nilson Pinilla
Pinilla; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SV Cristina Pardo Schlesinger; SV Humberto Sierra
Porto).
70
Corte Constitucional, sentencias C-030 de 2008 (MP Rodrigo Escobar Gil), C-175 de 2009 (MP
Luis Ernesto Vargas Silva; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SV
Cristina Pardo Schlesinger; SV Humberto Sierra Porto), C-366 de 2011 (MP Luis Ernesto Vargas
Silva; AV María Victoria Calle Correa; AV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SV Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo; SPV Humberto Sierra Porto; SPV Luis Ernesto Vargas Silva), C-196 de 2012
(MP María Victoria Calle Correa; SV Jorge Iván Palacio Palacio; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Luis
Ernesto Vargas Silva) y C-317 de 2012 (MP María Victoria Calle Correa; AV Luis Ernesto Vargas
Silva; SV Mauricio González Cuervo; SPV Nilson Pinilla Pinilla; SV Jorge Ignacio Pretelt Chaljub).
71
Corte Constitucional, sentencias C-030 de 2008 (MP Rodrigo Escobar Gil), C-175 de 2009 (MP
Luis Ernesto Vargas Silva; SV Nilson Pinilla Pinilla; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SV
Cristina Pardo Schlesinger; SV Humberto Sierra Porto), C-702 de 2010 (MP Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub; AV Nilson Pinilla Pinilla; SV Mauricio González Cuervo; SV Humberto Sierra Porto), C-
366 de 2011 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; AV María Victoria Calle Correa; AV Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub; SV Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; SPV Humberto Sierra Porto; SPV Luis
Ernesto Vargas Silva), y C-331 de 2012 (MP Luis Ernesto Vargas Silva; SV Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo; SPV María Victoria Calle Correa; SV Mauricio González Cuervo; SPV Nilson
Pinilla Pinilla; SV Humberto Sierra Porto; SPV Luis Ernesto Vargas Silva).
72
Corte Constitucional, sentencia C-461 de 2008 (MP Manuel José Cepeda Espinosa).
73
Corte Constitucional, sentencias C-208 de 2007 (MP Rodrigo Escobar Gil), T-907 de 2011 (MP
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; AV Luis Ernesto Vargas Silva; SV Humberto Sierra Porto), T-801 de
2012 (MP Jorge Iván Palacio Palacio) y T-049 de 2013 (MP Luis Ernesto Vargas Silva).
74
Corte Constitucional, sentencias SU-039 de 1997 (MP Antonio Barrera Carbonell; SV Hernando
Herrera Vergara, Vladimiro Naranjo Mesa, Fabio Morón Díaz y Jaime Vidal Perdomo), T-652 de
1998 (MP Carlos Gaviria Díaz), T-547 de 2010 (MP Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), T-745 de
2010 (M.P. Humberto Sierra Porto), T-129 de 2011 (MP Jorge Iván Palacio Palacio), T-693 de 2011
(MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), T-993 de 2012 (MP María Victoria Calle Correa) y T-172 de
2013 (MP Jorge Iván Palacio Palacio).
43
agricultura, la ganadería, la pesca y la caza. Hace aproximadamente 40 años,
Tabaco estaba conformado por 14 casas y posteriormente la población llegó a
tener 500 habitantes. La escuela comenzó a funcionar en 1968 y antes de
desaparecer el pueblo había aproximadamente 50 estudiantes. La mayoría de
habitantes se dedicaba a la cría de cerdos, ganado vacuno, cultivo de yuca,
maíz, guineo y frutas, actividades desarrolladas en tierras individuales o
colectivas de su propiedad o que poseían de hecho. En los años 90, con los
primeros ingresos de regalías, el municipio de Barrancas al cual pertenecía el
corregimiento de Tabaco, construyó las redes eléctricas y mejoró el sistema de
abastecimiento de agua. Al momento del desalojo, el pueblo contaba con:
iglesia, inspección de policía, escuela rural, puesto de salud, cementerio, parque
infantil, caseta de bomba de agua, cancha de fútbol, dos tanques de
almacenamiento de agua, sistema de energía eléctrica, plaza, calles y vías de
acceso. El pueblo de Tabaco dejó de existir el 28 de enero de 2002.75
6.2. Por otra parte, Cerrejón es la mina a cielo abierto más grande del mundo.
En 1975 el Gobierno colombiano invitó a 17 firmas a participar en la licitación
para la explotación de 32.000 hectáreas que actualmente componen el Cerrejón
Zona Norte. En 1976 Carbones de Colombia S.A. (Carbocol) e Intercor,
después de un concurso internacional, firmaron un contrato de asociación por
33 años para desarrollar las reservas carboníferas de El Cerrejón Zona Norte.
Este contrato contemplaba tres etapas: exploración (1977-1980), construcción
(1981-1986) y producción (1986-2009). En enero de 1999 se firmó un acuerdo
con el Estado colombiano para extender la última etapa por 25 años más, hasta
2034. En 1980 se firmó la declaratoria de comercialidad de Cerrejón Zona
Norte. En 1983 el gobierno nacional otorgó en concesión a Carbocol unas zonas
de playa y terrenos de bajamar en Bahía Portete y autorizó la construcción y
operación de un puerto privado para la explotación y exportación del carbón y
todos aquellos productos necesarios de infraestructura de los proyectos
carboníferos. En noviembre de ese año se le da el nombre de Puerto Bolívar al
más importante puerto carbonífero de América Latina que contaría con un canal
dragado de 4 km. de longitud, 19 m de profundidad y 225 m de ancho, con
capacidad inicial para recibir barcos de hasta 180.000 toneladas de peso muerto.
75
“La Red Tabaco de Desarrollo Endógeno. Un proceso de crecimiento humano, unión comunitaria,
construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a partir del conflicto.” Gustavo Wilches Chaux.
76
Información tomada de http://www.cerrejon.com/site/nuestra-empresa/historia/nuestra-historia-
1990-1999.aspx
44
Hatonuevo y a los residentes del corregimiento de Tabaco, que era necesario
adquirir los predios localizados en ese corregimiento, razón por la cual, en el
año 2002 y después de surtirse una serie de actuaciones administrativas
adelantadas por el municipio de Hatonuevo el corregimiento de Tabaco dejó de
existir.
45
- En diciembre de 2012 se hizo entrega al municipio de 14 hectáreas
del predio La Cruz para que este iniciara el procedimiento requerido
para el proyecto de reconstrucción física de Tabaco.
6.3.2. Pago de indemnizaciones a los habitantes de Tabaco entre los años 1998
a 2002. En este periodo se adelantaron negociaciones con 150 personas, a
quienes se les pagó un total de $3.564.673.429 y entre diciembre de 2008 a
abril de 2009 se le pagó a 159 personas más, la suma de $5.084.291.171.
6.3.3. Red Tabaco de Desarrollo Endógeno. A partir del año 2007 se creó esta
red con el objeto de implementar una serie de programas sociales encaminados
a atender a los antiguos residentes de Tabaco, teniendo como programas
insignia los siguientes: creación y fortalecimiento microempresario, educación,
desarrollo asociativo, generación de ingresos, atención al adulto mayor,
recreación, cultura, deporte y salud.
46
- El municipio de Hatonuevo realiza actualización de la caracterización
socioeconómica de los antiguos residentes de Tabaco y adelanta gestiones
de aseguramiento de recursos para iniciar estudio de zonificación de los
predios en proceso de registro ante la Oficina de Registro de Instrumentos
Públicos.
47
de este tipo de comunidades. Pese a esto, en la actualidad persisten hechos
discriminatorios actuales, así como también persisten impactos de las
injusticias y crímenes del pasado. Hay acciones u omisiones con las que esta
población resulta marginada y excluida, bien sea por un impacto que se buscó
deliberadamente, o por razones estructurales. Los megaproyectos, tales como
los adelantados por la empresa Cerrejón en el departamento de la Guajira,
donde toda una comunidad tuvo que ser desplazada, imponen altísimos retos a
las diferentes entidades del Estado involucradas, y reclama una especial
atención del juez constitucional.
6.8. Por otra parte, respecto de la consulta previa que a juicio de los habitantes
de la comunidad de Tabaco no fue realizada en su territorio, previo a realizarse
la expansión minera del Cerrejón, es preciso señalar que en algunas ocasiones
puede ocurrir que sea difícil para el Estado establecer que una comunidad étnica
viene haciendo presencia tradicionalmente en un área de influencia de una obra,
proyecto o actividad. No obstante, tal situación no puede implicar en modo
alguno desprotección por parte del Estado. Por el contrario, el que una
comunidad pueda ser desconocida o no tenida en cuenta, debido a que se ignora
su presencia, impone más deberes en cabeza del Estado, no menos. La entidad
encargada de dirigir la consulta previa debe establecer si efectivamente hay
presencia de comunidades étnicas en el área de influencia del proyecto y
convocar las a todas.
48
esta comunidad. Es una situación que evidencia el grado de exclusión e
invisibilización de la comunidad, que debe ser valorado por el juez
constitucional. Asimismo, puede verse que el desarrollo jurisprudencial sobre
la materia en este momento era casi incipiente, es decir, esta omisión a la que
alude el accionante de no haberse realizado la consulta previa a la comunidad
de Tabaco se presentó en un contexto en el que el derecho a la consulta de las
comunidades indígenas y afrodescendientes no se encontraba muy desarrollado
y definido como lo está ahora.77 En otras palabras, las comunidades como la de
Tabaco no eran conscientes para entonces del alcance de sus derechos y las
posibilidades para reclamarlos. En gran medida, como se ha dicho, no por
desidia o por falta de interés, sino porque la falta de conciencia sobre los
propios derechos es, precisamente, una de las consecuencias que una exclusión
y discriminación histórica generan.
6.10. Para reactivar el plan de acción existente, las partes tendrán un término
máximo de cinco meses para llevar reactivar plenamente los acuerdos pactados
con la población de Tabaco, por supuesto, ajustándolos al contexto al cual se
77
Al respecto puede verse que la sentencia SU-039/97 MP: Antonio Barrera Carbonell fue uno de
los primeros pronunciamientos de esta Corporación relacionados con la consulta previa, en la que se
estudió la controversia que se originó por el otorgamiento de la licencia ambiental a la sociedad
"Occidental de Colombia Inc" para la realización de las actividades de prospección sísmica del
bloque Samoré, sin haberse agotado el procedimiento de consulta a la comunidad indígena U'wa.
78
Sobre los problemas que enfrenta la población infantil wayu de la Guajira ver por ejemplo la
sentencia T-302 de 2017 (MP Aquiles Arrieta Gómez), en la que se resolvió, entre otras cosas,
declarar “la existencia de un estado de cosas inconstitucional en relación con el goce efectivo de los
derechos fundamentales a la alimentación, a la salud, al agua potable y a la participación de los niños
y niñas del pueblo Wayúu, antes el incumplimiento de los parámetros mínimos constitucionales
aplicables a las políticas públicas del Gobierno Nacional, del Departamento de La Guajira, de los
municipios de Riohacha, Manaure, Maicao y Uribia y de las autoridades indígenas con jurisdicción
en esos municipios.”
49
enfrenten al momento de ser notificada la presente decisión judicial. Se deberá
crear un espacio adecuado de participación y deliberación con la comunidad.
Un espacio que sea incluyente, que tenga en cuenta sus necesidades y
costumbres. Y no sólo se trata de las cuestiones materiales. La memoria y el
patrimonio simbólico de la comunidad también está en juego y debe ser objeto
de rescate.
Del relato realizado por el accionante, se evidencia que los habitantes de esa
población actualmente se enfrentan a unos bajos niveles de vida, al desempleo
y a las dificultades del pago de unos créditos obtenidos con la Red Tabaco.
Aunque en la tutela no se indica, por ejemplo, quiénes adquirieron los créditos,
qué tasas de interés se cobraron, qué facilidades de pago se han ofrecido,
quiénes son los acreedores, ni qué actitud han asumido frente al no pago, se
hace necesario establecer si, en efecto, estos créditos ofrecidos por la Red
Tabaco actualmente vulneran derechos fundamentales de los acreedores. Esto
es, si han dejado de ser herramientas para ayudarles a mejorar sus condiciones
de existencia, para convertirse en obstáculos difíciles o insalvables, que
impactan sus derechos fundamentales de forma amplia, en especial al mínimo
vital y a una existencia digna. Sin propiciar en manera alguna una cultura del
no pago en los acreedores, es preciso que se adopten las medidas adecuadas y
necesarias para que el cumplimiento de tales obligaciones, en ningún caso, se
convierta en una barrera o un obstáculo al goce efectivo de los derechos
fundamentales. Las partes involucradas deben buscar mecanismos o
alternativas de concertación que no pongan en juego los derechos
fundamentales al mínimo vital y dignidad humana de las personas de la
comunidad de Tabaco. La Sala también solicitará a la comunidad de Tabaco
que tome las medidas adecuadas y necesarias para colaborar de la mejor forma
posible en el proceso de reactivación e implementación del acuerdo que ya se
había suscrito.
7. Conclusión
50
A los representantes de la Red Tabaco, realizar una verificación concreta de los
créditos otorgados a los habitantes de Tabaco por la Red Tabaco y establecer si
el cobro de estos generan una vulneración de sus derechos al mínimo vital o
dignidad humana, caso en el cual será pertinente llegar a acuerdos o
mecanismos que no pongan en juego los mencionados derechos. (iii) Remitir
copias del expediente a la Procuraduría General de la Nación, a la Defensoría
del Pueblo y la Contraloría General de la República quienes conformarán un
comité para monitorear el cumplimiento de lo dispuesto y para informar a esta
Corporación de los resultados y avances que se alcancen. Deberán verificar que
se cumpla el plan trazados en los acuerdos realizados entre Carbones del
Cerrejón con la comunidad de Tabaco y el municipio de Hatonuevo. En caso
de encontrar incumplimientos específicos o vulneraciones concretas de
derechos fundamentales, estos órganos deberán tomar las medidas adecuadas y
necesarias para materializar las órdenes impartidas en esta oportunidad y en
instancias judiciales anteriores (específicamente, lo dispuesto en la decisión de
la Corte Suprema de Justicia de 7 de mayo de 2002, en favor de la comunidad
de Tabaco79), sin perjuicio de la competencia del juez de tutela para asegurar el
cumplimiento de las órdenes.
8. Comentario final
79
Ver antecedentes de la presente sentencia.
80
WILCHES-CHAUX, Gustavo (2011) La Red Tabaco de desarrollo endógeno. Un proceso de
crecimiento humano, unión comunitaria, construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a
partir del conflicto. ARFO editores e impresores. Bogotá, 2011. p.9
51
ampliando sus horizontes y sus posibilidades, y reduciendo su dependencia de
la actividad minera.”81 Dentro de las herramientas obtenidas a lo largo del
proceso, se destacan las siguientes;
8.3. Para la Sala de Revisión este caso deja una importante enseñanza sobre el
impacto real que tiene en las comunidades negras y afrocolombianas el despojo
de su tierra, sobre todo teniendo en cuenta el pasado histórico de desarraigo y
81
WILCHES-CHAUX, Gustavo (2011) La Red Tabaco de desarrollo endógeno. Un proceso de
crecimiento humano, unión comunitaria, construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a
partir del conflicto. ARFO editores e impresores. Bogotá, 2011. p.15
82
WILCHES-CHAUX, Gustavo (2011) La Red Tabaco de desarrollo endógeno. Un proceso de
crecimiento humano, unión comunitaria, construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a
partir del conflicto. ARFO editores e impresores. Bogotá, 2011. p.16-17
52
despojo que justamente se tuvo que vivir. En el presente caso, las
imposibilidades de cumplir el plan trazado con la compañía y las autoridades
muestra los límites y posibilidades reales para llegar a reubicar adecuadamente
una comunidad. Esto es, para garantizar los diferentes tipos de seguridad que
requiere una comunidad: seguridad de soberanía y autonomía alimentaria;
ecológica; social; económica; energética; jurídica-institucional; organizativa;
afectiva; emocional y seguridad cultural.83
III. DECISIÓN
RESUELVE
TERCERO.- ORDENAR a las partes dentro del proceso que tomen las
medidas adecuadas y necesarias para reactivar el plan de trabajo y los acuerdos
pactados en torno a ‘la Red Tabaco de desarrollo endógeno”, para propiciar la
reubicación y el restablecimiento de la comunidad de Tabaco. En cualquier
caso, en el término de cinco meses, contados a partir de la notificación de la
presente sentencia, deben estar en marcha las medidas que se decida adoptar.
Para el efecto se deberá definir un espacio de participación incluyente, que
asegure la posibilidad de que la comunidad de Tabaco pueda efectivamente
83
WILCHES-CHAUX, Gustavo (2011) La Red Tabaco de desarrollo endógeno. Un proceso de
crecimiento humano, unión comunitaria, construcción de alianzas y fortalecimiento territorial a
partir del conflicto. ARFO editores e impresores. Bogotá, 2011. p.32-34
53
ejercer su derecho de participación. De forma similar, se ORDENA a la
comunidad de Tabaco tomar las medidas adecuadas y necesarias para colaborar
armónicamente con el proceso de reactivación del acuerdo y de los pactos
previamente suscritos.
54
Magistrado
55