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"Piedad para los hombres

que todos los días

luchan en las fronteras del infinito".

(Apollinaire)
PROLOCO I

Este libro ha sido escrito por todos los que me habi-


tan. Es un ejercicio de democracia esquizofrénica. Carece de las unidades
tradicionales de la composición aunque aspira a lograr la unidad atmosférica
que tienen las orquestas de jazz donde cada quien hace lo suyo en armonía con
lo que hacen los demás. Proviene del hemisferio derecho del cerebro y es el
izquierdo quien dirige y ejecuta la partitura. Está escrito para el cuerpo,
esperando que el alma se lo venda a la cabeza. Las únicas verdades que
encontrarás en él serán las que tu corazón sienta como tales. Se recomienda
su lectura en los baños, únicos lugares privados que quedan en este mundo ati-
borrado para sentarse a evacuar una lectura, que de paso sea dicho, es bas-
tante fácil pues se puede empezar a leer por cualquier parte y da lo mismo. Si
lo entiendes magnífico, si no, no te hagas mala sangre, simplemente pásaselo
a alguien de la generación siguiente y así sucesivamente. A amigos y enemigos,
por igual, se lo puedes regalar. Si te parece basura, antes de quemarlo piensa
que a veces el problema no es la boca del otro sino el oído propio. Si a pesar
de la reflexión te sigue pareciendo basura, pregúntate quién en ti anda com-
prando basura. Si te aporta claridad, con la misma te comportes, que este no
es un viaje de turistas sino de Magallanes, magullones y mamagallistas que
buscamos el amor donde nadie lo ha encontrado a ver si damos con las pistas
de la santa mutación que se nos vino encima.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

PROLOCO II

Hace 2.000 años, San Pablo se preguntaba: "¿Por


qué hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que deseo?"
Modernamente podríamos parodiar a San Pablo y preguntarnos lo mismo: ¿Por
qué el mal que no queremos copa los noticieros y del bien que deseamos, no
tenemos ni noticias?
Es asombroso constatar cómo en el ser humano actual el adelanto técnico sólo
es superado por el retraso ético. Impacta el contraste entre el vuelo de su pen-
samiento y el reptar de su conducta. Se tiene la impresión de que ignora que
la luz de sus ojos también sirve para aclarar las oscuridades del compor-
tamiento y que la conciencia es, precisamente, la resultante de iluminar la
inconciencia.
¿Por qué repetimos incesantemente el mal que no queremos?
¿Será que hemos indagado mucho sobre el bien que no hacemos y muy poco
sobre el mal que nos hacemos?
¿Será que el mal que San Pablo hacía sin querer, no era otra cosa que la con-
ducta alterada de su sombra despreciada o su ignorado demonio?
¿O será que el bien que deseaba y no realizaba estaba escondido en la som-
bra negada, como el diamante en el carbón o la semilla en la tierra?
Cuenta el cuento que Peter Pan no crecía porque de sombra carecía. Que sólo
cuando Wendy a sus pies se la cosió, a crecer el niño comenzó. Y dicen que fue
entonces cuando Peter de la Tierra de Nunca Jamás seré un adulto, se salió.
Algo peterpanesco está sucediendo en el planeta. Una tecnología nacida de la
expansión del cerebro y el encogimiento del corazón, nos está dejando en
manos de niños patetas jugando con artefactos fatales. Una peligrosa combi-
nación que bien podría llevarnos a ser despertados, como San Pablo, por el
rayo que lo bajó del caballo.
Hay que hacer algo porque si no algo nos hacen. De pronto rebelarnos contra
la cobardía que nos impide revelarnos, a ver si logramos la claridad que nos
permita desorganizar lo que no ha dado resultado para poder organizar algo
que resulte.
PROLOCO III

Cae como un rayo silencioso partiendo en dos tu


realidad. Llega como un demonio terrible cargado de resplandores angélicos.
Te deja donde no estabas y enfrentado a quien no eras. Esquizofrenia es una
palabra que te puede convertir en carne de psiquiatra o en carne para el verbo.
Tu eliges. ¿Insistes en quedar donde estabas y seguir siendo el que creías, o
aceptas el Otro, el que Jesús aceptó? ¿Carlitos o el nagual? ¿Locura de sal o
sal de la locura? Es propio de la condición humana elegir para elegirse o
destituirse. Si el libre albedrío es verdaderamente libre, tú eres la incertidum-
bre de Dios. Procura elegir de tal manera que Dios pare de rascarse la cabeza
al ver que elegiste dejar de ser el elector para ser el elegido, es decir, el que
hace la Voluntad del que lo eligió.
Eso sí, como elegido dile adiós a la razón que no lee el corazón y saluda a la
razón del co-razón. Ordénale a tu palabra que no diga nada de las cosas, hasta
que las cosas no le digan lo que quieren decir. Recuérdale a tu ojo que su deber
es de ver y a tu o-reja que, sin barrotes, es oído. Deja de hacer suceder la vida,
para que la vida pueda sucederte. Let it be.
Si eliges entenderte elegido, a la soledad quedas ascendido. Tan alto cargo, sólo
consiste, en desaparecer ante los ojos de los demás para reaparecer ante los
propios. Cuestión de habituarse a caminar por los poco transitados senderos
del bosque profundo, donde es apenas natural ver a los gnomos guardar sus
tesoros bajo los pies del arco iris, a Merlín ensayando el truco del conejo en el
sombrero y a la liebre de abril saludándole con el suyo, a Jesús discutiendo con
el carpintero que le hizo la cruz y al diablo proponiéndole un pacto de no agre-
sión. Y recuerda que no existe soledad sin amor y sin humor, y de existir,
desolación es su nombre.
Finalmente, si por elegir cargar al que te eligió para cargarlo, en la tierra te lla-
man esquizofrénico, esquizitofrénico en el cielo serás llamado.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

PROLOCO IV

¿Cómo cayó usted en un asunto tan loco? –No caí,


me empujaron. –¿Quién? –Debió ser el otro. –¿El otro? –Sí, el número dos de
uno. –¿Y ud. lo aceptó? –Ego al principio no. De hecho, mientras caía manotié
bastante. Luego cuando vi que no volaba, me dejé caer. –¿Caer dónde? –En el
mismo punto donde cayó Alicia, justo al lado de la puertecita parlante que
abría el camino al País de las Maravillas.
–¿Se dio muy duro? –Me dio muy duro. Igual que Alicia me puse a llorar y como
ella paré de hacerlo cuando noté que me iba a ahogar en mis propias lágrimas,
en lugar de desahogarme con ellas. –Una razón muy técnica para dejar de llo-
rar. –No todo lo del ego es ordinario. –Y dígame, además de llorar, ¿cuáles
eran sus otras opciones? –Nostalgia y autocompasión por la realidad perdida
y la pérdida de realidad y/o cruzar la puertecita habladora. –¿Qué decidió? –
Cruzar. Cruzar porque, si bien ego estaba aterrorizado, no por ello dejaba de
comprender que la situación carecía de reversa. Imagínese que desde donde
estaba, la vieja realidad se veía a través de un vidrio. Parecía una pecera.
Muchos peces boquiabiertos. Ego me puse a pensar, con una pincelada de uvas
verdes, que de todas maneras en la vieja realidad ego no iba para ninguna
parte. Allí mi vida se repetía todos los días. Siempre los mismos cuentos. La
cuotidianidad le decían. Era como el impuesto del tedio. Pague con aburri-
miento su derecho a ser un fiel cumplidor del deber. Ud. sabe. El deber ese (de
heces), el que nunca deja existir al ser como es. El que detesta a Let it be y
ama a Laisse faire passer. Me dije que si todos los días veía y hacía lo mismo,
era porque nunca me había movido de donde estaba. Y uno no puede ir a
ninguna parte sin moverse. Y ego quieto. Así que me pareció buen negocio
moverme, incluso pasando por la bocona de la puertecita. –¿Qué del otro lado?
Il–Incómodo al principio, despistado después. Hasta que me topé al gato Sonrisa
de Luna, felino no muy educado pues siempre desaparecía con una sonrisa en
los labios. El me empistó haciéndome ver que cuando uno no sabe para dónde
va cualquier camino es bueno. Más o menos que por cualquier lado se llega a
cualquier parte. Cuando nos despedimos del sabio minino, otro me la remachó:
¡Viste! -exclamo- no importa dónde estás, ahí estás. Debo decir que ahí fue
-ahíí puntualmente- donde le robamos el reloj al Conejo Afanado. –¿Qué
hicieron con él? – Lo empeñamos en no decir la hora. –¿Bueno, al fin y al cabo
supieron dónde estaban? –Supimos dónde estábamos pero no dónde habíamos
quedado. –¿Cómo así? –Es curioso. Estábamos en el país de Alicia navegando
en la pecera y ahora ego era el boquiabierto. Otro parecía muy contento.
Cuénteme, ¿otro se alimenta? –De mí y ego me nutro de él. –No me diga que
lo nutre con maná. –Lo que sea, me va convirtiendo a ego en yo. –¿Y ud. qué
le da a él? –Existencia. Le encanta manifestarse. –En serio, ¿cómo financia-
ron el viaje? –Con frases. Otro sabe frases para todo. Cuando empezó el viaje
me dijo: "Uno puede ser rico de dos maneras: aumentando los ingresos o dis-
minuyendo las necesidades". –Obviamente nosotros vamos a ser ricos a lo
pobre, observé. –Correcto, respondió. Vamos a tener más tiempo, más libertad,
más soltura, más paisaje. –Y Dios nos proveerá como a las avecillas del campo
y a las llores del valle que ni labran, ni tejen, ni hilan ni nada y sin embargo
nunca a su plumaje y petalaje algo le faltó -le interrumpí-. –Pues sí, aunque le
parezca raro. Raro me pareció quedar tranquilo. La verdad, nunca faltó nada.
Nada que hiciera falta, me refiero. –¿Cuánto duró el viaje? –Siete años, tiempo
justo para darme tres vueltas a mí mismo en bicicleta. –La familia, los amigos,
¿qué pasó con ellos? –No sé. Les dejé una nota en la puerta parlanchína:
"Digan que no saben cuándo regreso, que salí ayer tarde a buscar un sueño".
No creo que la hayan leído. –Bueno ¿y ahora sí cree que va para alguna parte?
–Cuando le toqué el tema a Otro, se limitó a decirme: "Vamos a donde nunca
llegamos porque el lugar de destino se abre camino en nosotros''. –¿Pero ud.
qué cree? –Ego le creo. Finalmente, lo que disfrutamos es el viaje y todos los
días llegamos a donde vamos, porque ahí vamos.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

PROLOCO V

"Porque hasta hoy tú te ceñías e ibas donde querías.


Pero llegará un día en que otro te ceñirá y te llevará, incluso donde tú no
querías ir".
Ese día el reino de los cielos estallará en tus entrañas y tú quedarás muy
extraño.
Desde ese día, "deberás aparecer como loco ante los ojos de los hombres, para
quedar cuerdo a los ojos de Dios".
Recuerda que "yo no vine a traer la paz sino la espada. Que vine a separar a
los padres de los hijos y a las suegras de las nueras".
Si no asumes tu propia vida y no dejas que tus hijos asuman la suya propia, no
eres digno de mí. Y si no dejas de ver a tu madre o a tu hija en la esposa o a
tu padre y a tu hijo en el esposo, tampoco serás digno de mí.
Sé tú mismo y permite que los demás lo sean y tendrás por enemigos a los de
tu propia familia. Quién sabe si, hoy por hoy, el padre esté perdonando a los
que andan haciendo lo que no saben.
Si vives una vida ajena a tu corazón, esa ganarás perdiendo la tuya. Si pierdes
la que otros querían para ti, esa perderás para ganar la tuya.
Toma, entonces, tu cruz y síguete que yo estaré contigo.
OFERTORIOS

A mi padre...
Fue obsceno mirar tu dolor como un mapa,
Pero fue saludable hacerlo.
Ciertas intencionalidades que siempre habían
Permanecido en la sutileza se hicieron evidentes,
Hasta aclararme hacia dónde correr para escapar
De la ley del embudo.
Logré ubicar en mí determinados miedos que a ti te
Causaban insomnio y supe que tendría que dormir
Con ellos.
Observé que las flores del jardín de tus virtudes
Lucieron en la solapa de muchos y en el corazón
De pocos. Le prometí a mis flores jardinería
Sin jarrones.
Reconocí en ti una antigua fuerza herida, de la cual
Yo me sentía el último desgarrón. Gracias por la
Risa y el humor que tanto nos acercaron al amor,
Esa antigua fuerza herida.
Ruego al Padre por la paz de mi Padre.
Bendigo a mi padre por haberme legado la necesidad
del combate.

A mi madre...
Busqué mujeres para explicarte y al final
Tú me explicaste las mujeres que encontré.
Gracias por haber sido como fuiste, porque si no,
Yo no hubiera llegado a ser Duro de matar III.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

A mis hijas...
Perdón por intentar con alas y no quedar en nadie como un recuerdo inocente.
Tenía que viajar a la región de los sueños a rescatar los frutos que, espero,
retornarán la salud a la semilla.
Siempre procuré no caer en la tentación de convertirlas en barricadas que me
defendieran de la revolución interior.
Ustedes tienen sus raíces en mí, pero yo no tengo las mías en ustedes. Si los
padres somos los arcos, los hijos son las flechas que atraviesan nuestros cora-
zones antes de llegar al blanco.
Perdón si no fui lo que esperaban y espero que algún día puedan aceptar lo
inesperado que fui.

A mis amigos...
" mi familia son los que hacen conmigo la voluntad de mi Padre".
(Mateo 12, 46 a 50)

A la familia...
"Yo no tengo familia,..."
(Mateo 12, 46 a 50)

A mis enemigos...
Gracias por haberme ayudado a entender la diferencia.

A la iglesia...
"Me preguntan si lo que yo explico es la teología de la liberación; y yo
contesto que lo que explico es la liberación de toda teología .
(Tony de Mello)

J
...A mi país
Cuando los colombianos comprendamos que la gloria inmarcesible y el júbilo
inmortal están en el surco de Dolores, el bien germinará.

A Medellín...
Gracias por el yin que me dio.

A la de Siempre...
No pude ser el hombre de la que no eras, ni el amante de la que fabricaron tus
padres. Ellos sin pasión ni compasión se realizaron en ti, dejándote sin yo y
también sin mí.
Yo no necesitaba que repitieras la imagen de mi madre, más bien que inven-
taras la tuya propia, que a lo mejor era la mía, la misma que en mí andaba bus-
cando espejo.
No puede ser que el temor de tu abuela por su cuerpo, en ti ya sea pánico. Ni
que la codicia de tu madre te impida hacer el amor con...fiada.
No te rescataré de la torre ni del vientre del dragón. La Edad Media ya pasó y
el siglo XX espera que saltes para caer en ti misma. Siempre la misma en cuer-
pos distintos y caras diferentes. Siempre una necia adelante y una sabia
detrás. Y yo asomándome por encima de ti para verte. Y yo amándote en todas
las mujeres donde parece que apareces, aunque en ninguna todavía estés com-
pleta.
Pero siempre mantendré la esperanza de ver resplandecer la belleza escondi-
da en la carne de una mujer, como resplandecer se vio la carne de Magdalena
el día de Pentecostés.
■ ■ ■ LUIS E N R I Q U E MEJIA D.

LA LOCURA QUE SANA Y LA INSANA LOCURA

La Locura es, después de la muerte, el gran miedo


de los hombres. También el más viejo. Por distintos caminos, ambas conducen
a la pérdida de la conciencia. Son dos caras del mismo miedo que pueden vi-
sitarnos en cualquier momento de la vida.
Podría decirse que la locura ha sido el miedo a perderse en el otro lado y la
muerte el miedo a no encontrarse en el otro lado. Tan fuerte vigencia del miedo
a extraviarse o desaparecer, resalta la indigencia de opciones que caracteriza
actualmente nuestra vida. Estamos paralizados por no jugar a la esperanza. El
viaje del loco y el muerto es el mismo. Ambos van al otro lado. El uno viaja con
su cuerpo y el otro sin él. Si el loco no se extravía, regresa. Si el muerto no
desaparece, resucita. Se nos olvidaron los viajes de Jesús. El primer loco que
regresó y el primer muerto que resucitó. Cuarenta días viajando por el desier-
to para saber lo que de cierto tenía. Tres días viajando por la muerte y lo que
tenía de cierto, eso fue lo que no murió, mejor dicho, lo que resucitó.
Probablemente el loco del desierto regresó a Jerusalem por estar casi cierto de
que el muerto que Jerusalem mataría, vivo seguiría. Y digo casi cierto porque
en Getsemaní Jesús aclaró cómo era el maní. Da la impresión de que lo que el
loco averigua, al muerto tranquiliza. Esa debe ser la conexión entre la locura
y la muerte. Viaje ahora para que no se asuste a la hora de viajar. Asuma su
locura para que la muerte no lo arreste. No espere a que su cordura frene en
seco y la locura le dé por detrás.
Hablemos ahora de la energía del loco. Me refiero a la del loco amoroso. La que
lo permite enloquecer sin extravío. De la otra locura más tarde hablaremos, si
me a-cuerdo.
La palabra loco viene del latín locus, que significa lugar. Esto garantiza que
el loco siempre esté en su lugar. Por lo mismo es el más ubicado o loca-lizable.
Su gran emoción es viajar: la loco-moción. Es una energía que nos impulsa a
averiguar cómo ocurre adentro lo que nos sucede afuera, buscando conocer
mejor el ser para optimizar su aparecer.

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Sin pretender precisar su singularidad, y con la certeza de quedarme corto,
arriesgo una descripción, así:
Haga de cuenta que una parte de Dios en usted se quedó indeterminada con el
fin de poder gozar de lo determinado sin predeterminaciones. Como no tiene
Corma, el loco no se compara con nada, pues no tiene desde dónde hacerlo. Y
si no se compara con nada, es porque de nada está separado. ¡Loco amoroso!
Para él nada es distinto, porque él no es diferente a nada. Con la misma inten­
sidad con que se apropia de los seres y las cosas, de ellas se desapega, y de
ellos se despega.
Es su esencia. Sin memorias que le distingan su última experiencia de la
primera, no necesita olvidar porque no retiene nada. Para él, lo que interrumpe
es continuación. Camina apasionadamente por el filo de la navaja, sabiendo
que la vida se avispa cuando la muerte se aviva. Por eso nunca muere. Siempre
está en un lugar que es el lugar donde está. Allí sus ojos creen lo que ven,
porque sabe que su única realidad es la que existe en el lugar donde está y
comprende que existe por ser necesaria y es necesaria por existir. En otras
palabras, acepta lo que sus ojos ven porque sabe que el corazón lo muestra.
Ama la verdad y por ello no le cuestiona a Dios su creación. ¡Simplemente se
la goza! La recorre con la actitud de no detenerse jamás. Que lo que pase, siga.
Que lo que es, suceda. El transluce lo que va sucediendo. Por eso nada lo atra­
pa. No rechaza nada porque de nada se siente enemigo. Puede vivir en
cualquier forma, mas sólo la forma adecuada puede vivir en él. Siempre tiene
opciones, por entender que todas son válidas. Sabe que todo lo que encuentra,
lo andaba buscando. No encuentra el amor porque él es el amor. Como no
conoce la culpa, no es prisionero de nadie. Es un canto de libertad que
traspasa cualquier reja que quiera silenciarlo. Al loco no le interesa la veloci­
dad de la luz, sino la luz viajando. Es nadie, es el cero que iluminado es un
lucero. Anterior a toda cultura y a toda civilización, el loco es inmemorial, pos­
terior a ellas, es eterno.
Y re-cuerdo que íbamos a hablar de la otra locura, la del que:
Quiso
Ser
Y frenó
Esquizofrénico
■ ■ ■ LUIS E N R I Q U E MEJIA D.

La locura maluca. La del que frenó el desarrollo de su locura dulce, y se dividió


por no diferenciarse. La del ego negando al otro. O la del otro imponiéndose al
ego que lo negó. La locura nacida de las polaridades en guerra. El odio entre
los complementarios y la esclavitud entre los suplementarios. La del odio que
enajena porque ignora que el amor lo-cura. La de aquellos que creyeron que
vivir era regalarse a las corduras oficiales o a las histerias organizadas. Los
robots pulimentados que viven por agenda ajena y mueren ajenos a su agen-
da. La de Adán negándose a comer la manzana o la de Eva rehusando entre-
garla. El verbo huyéndole a la carne y ésta escondiéndosele al verbo. La del
soberbio facho y la sumisa histérica o la amazona tajante y el Peter Pan rega-
lado. Hay para todos los gustos y en cualquier dirección. Hasta en los cielos,
los eclipses no dejan de ser una lucha entre el sol y la luna para ver quién tapa
a quién. Y eclipse es la locura oscura, donde el loco ya no es lugar sino
extravío. No en vano, la humanidad siempre ha temido a los eclipses. No abun-
demos más en lo que podemos resumir manifestando que en cualquier lugar y
en todo tiempo, la locura maluca es el desarrollo del odio a nosotros mismos
en cuanto enfrentamiento de nuestro cerebro con nuestro corazón.

SI EGO ... CIEGO

Amo si me dejan ser el amo. No soy un pequeño cre-


ciendo, soy el que crece pequeño. Necesito que me carguen pues no quiero
sostenerme. Cuando la ansiedad me acose, debe bastar el chasquido de mis
dedos, como antaño bastaba mi llanto, para conseguir la leche. Descargo el
látigo de la culpa sobre las espaldas que se me resisten y en mis espaldas el
látigo descargo para calmar mis culpas. No puedo creer que los últimos serán
los primeros porque, como Jalisco, nunca pierdo y cuando pierdo, arrebato. Y
Arrebatando lo ajeno me paso la vida y de paso me salvo de la envidia, que es
el dolor de no quitarle al otro lo que siento mío. Y mío es todo porque soy lo
máximo, tanto que no conozco el tú porque soy un yoyo.
LA T.V. QUE TE VE

Entre otras cosas, la T.V. es una estupenda


manera de evitarnos. Incapaces de producir ideas, acabamos padeciendo las
ajenas. Igual sucede con las imágenes. Ciegos para ver las propias terminamos
viendo las ajenas en T.V. Y, lo que es peor, enajenados en ellas. Por eso la T.V.
te ve. Porque no ves tus imágenes en la caja sino que tú encajas en las suyas.
Si no podemos reconocer nuestras imágenes, fatalmente nos convertiremos en
adeptos de la ideología visual vigente. Eludirnos es aparecer como no somos
adentro, representando los papelones que nos impone el afuera. Al efecto la T.V.
se pinta sola para mostrarte cómo quieren que T.Veas.
Que no se nos olvide que el art-e es un espejo y no un sustituto de la vida. Una
cabeza, que tome de la T.V. las imágenes que no alcanza a extraer de la expe-
riencia, está despistada y también decapitada por desligada del cuerpo. Nos
quiere hacer creer que la mitad es el todo y da pie a la conocida imagen del
hombre con cabeza de televisor.
La evolución se mueve al paso de las verdades que vamos descubriendo y se
detiene con las verdades que vamos ignorando. Consagrar la T.V. como un susti-
tuto del inconsciente no deja de ser un torpe intento de suplantar a la natu-
raleza, elevando lo virtual a la categoría de real. Un error garrafal que todos los
asociados del norte pretenden vendernos como una verdad de su ignorancia y
nosotros compramos con ignorancia de la verdad. Es la misma vieja cham-
bonada de convertir la naturaleza en materia prima de la ganancia, ahora como
intento de fabricar un inconsciente plástico para consumo global. Hollywood y
Disneylandia falsificando masivamente la realidad. En la realidad, U.S.A. pierde
la guerra de Vietnam y en el cine se usa a Rambo y Norris para ganar la guerra
de Vietnam. Prestidigitadores de la imagen, bárbaros de la imago.
Tremenda que sería la T.V. si como medio tradujera fielmente los mensajes del
inconsciente. O del corazón si lo prefieren. No faltan programas y películas que
lo hacen y en ellos y con ellas profundizamos en el mundo interno. Nos con-
mueven y descansan. En minutos nos resumen vivencias de toda una vida.
Son catarsis de imagen y, como tales, de un valor inmenso para la salud del
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

alma. Y es que lo dicho no ha sido un ejercicio maniqueo para establecer la T.V.


como algo malo. He procurado solamente denunciar la trampa que a través de
la T.V. se está montando. La trampa consumista que nos está consumiendo. La
del escamoteo de las imágenes sensibles y reales por las falsas imágenes de
una razón embriagada de poder.
Es asombroso el cuento famoso del japonecito que se suicidó y le dejó una nota
n su televisor, agradeciéndole por haber sido su único amigo. Sí, en realidad el
amigo que más le ayudó a suicidarse, en tanto le sirvió para alimentar al que
lo asesinó suicidándose.
Sospecho que en ello incidió la mala calidad de la programación, que alimentó
con huecos el vacío de su alma.
¡Coño! Y suceder todo esto en el país que inventó el suicidio como una manera
de evitar la deshonra y lavar la cobardía.

UN TEÓLOCO DE BALDE

Como dijo el hermano Teófilo, mi colegial profesor de


religión, es más fácil meter el mar en el balde de un niño que juega en la playa,
que explicar el misterio de la santísima trinidad. Como quien dice, ni le breguen
niños. Pero creo que, justo en ese momento, logró despertar el teólogo dormi-
do del infante. El mismo que ahora, cuarenta años más tarde, no teme perder
el examen, porque ya no cree en las ciencias que lo examinaron. Por estos
tiempos ya no creo sino en lo que me dice la sangre.
Y ella me dice que los niños perdimos la magia, dudando de ella para creerle a
la ciencia. Ahora de viejo dudo de la ciencia para recuperar la magia. Por eso,
ya no me asusta tratar de meter el mar en un balde, aunque sea en balde.
Y con la primera oleada, digamos que el misterio de la santísima trinidad es el
ministerio del logos del padre conectado con el Espíritu Santo de la madre,
conexión hecha posible por el amor del hijo que llamamos Cristo. Padre y
madre se conectan en Cristo y por Cristo se conectan. Los dos están en Cristo
y Cristo está en los dos. Misterio del amor que dos se hagan uno en el tercero,
para quedar todos en trino, tres en uno, aceite santo, óleo sagrado donde arde
la llama del amor
Yaveh no era padre porque no era trino. Más bien trinaba de las ganas de ser
padre, de tener un contacto con la madre, anhelado desde la orfandad del hijo.
Mucha soledad le reportaba al viejo la dureza de sus tablas, pues temor y obe-
diencia no son respeto y acogida. Y a medida que la eternidad corría, más solo
se sentía. Yavecita, su hijo le decía, es una tontería andar tan solo habiendo
sabiduría. Hacele a mi madre una poesía, un Cantar de los Cantares que
acerque su lejanía. Aceptale que prohibir la manzana fue la pendejada que te
dejó en la "luz inaccesible que nadie jamás ha visto", la misma que no ha visto
jamás a nadie. ¿Qué sentido tiene tu luz sin una oscuridad para aclarar? Sin
nada que revelar, tu luz es un vacío. Tocate con mi madre para verla como vio
Adán a Eva después de comer manzana. Dale un mordisco a la fruta prohibi-
da para que el bien y el mal se conozcan y así el árbol de la ciencia en el de la
vida se convierta. Permití la manzana que salva al man del abandono.
Suponemos que Yaveh escuchó esa parte de sí mismo que tan buenos consejos
le brindaba y buscó su oscura sabiduría para iluminarla. También suponemos
que se casaron, dándole vida al hijo que con amor los unió. Entonces Yaveh fue
padre y quedó trino como trinos quedaron el hijo y la madre, todos juntos y
ninguno confundido, como corresponde a la unidad del amor que no es apego,
del amor que es santo y trinitario.
Pero aquí no acaba el cuento. Porque todo lo narrado sucedió en el cielo, donde
todas las cosas pasan sutilmente en la sutil mente de Dios. Puros pensamien-
tos, o pensamiento puro, porque el cielo es arriba como arriba es la cabeza y
en ella no existe la imagen como experiencia, la cual es propia del cuerpo, que
es el abajo de la cabeza o la tierra sobre la cual está el cielo. Arriba se ve mas
no se toca. Abajo se toca para ir viendo. De acuerdo al tacto que se ponga en
el acto, hirviendo en el contacto.
Por eso el cuento tenía que seguir. Porque arriba el abrazo entre el padre y la
madre, aunque lleno de significado, carecía de sentido. Faltaba sentir en la tie-
rra lo pensado en el cielo. Encarnar la visión. Convertir la santísima trinidad
del cielo en la sagrada familia de la tierra. Que lo sucedido en la cabeza del
padre, ocurriera también en el cuerpo de la madre. Sustancializar la esencia
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

como dirían los griegos. Y nada mejor para ello que llenar otro balde con el mis-
terioso mar de la encarnación. El misterio que condensa el trinitario, abajo. El
del Cristo como verbo emanado del padre, haciéndose hombre. Pero como los
hombres ya estaban hechos, simplemente introduciéndose en ellos, en su
carne. Como lo hizo el Cristo en Jesús.
Y hasta aquí todo iba bien. Ya teníamos en la tierra una sagrada familia donde,
al igual que en el cielo, Jesucristo era el hijo. ¿Pero, era esto suficiente? ¿No
sería necesario un desarrollo posterior? ¿Que Jesús el Cristo, cumpliendo con
la inversión que sufren las cosas al pasar de la cabeza al cuerpo, como en las
imágenes del espejo, asumiera la posición de padre para dar continuidad a la
estirpe de sangre real? Lo contrario sería condenarlo a no superar la condición
de hijo y a quedarnos con la imagen de un Peter Pan divino.
No sabemos bien lo que pasó. Porque los evangelios que conocemos nos dicen
Que la única boda a la que asistió Jesús, no fue la suya. Que en Canaán en lugar
de ser el esposo, fue el vinatero. Tampoco nos aclaran qué pasó con Magdalena
y Betania. Lo cierto es que no quedó constancia de boda alguna y menos de
descendencia. Desde otro ángulo, los evangelios gnósticos y demás documentos
de Nag Hammadi (1947) señalan una mayor familiaridad de Jesús con las
damas y un lenguaje más cercano al amor como asunto de polaridad, pero tam-
poco dan testimonio de que haya tenido vida en pareja con hijos y cuotidianidad.
Así las cosas, no sabemos si el misterio de la encarnación quedó donde lo par-
quiaron las iglesias con el dogma, o si apenas está en proceso y va más allá de
la encarnación del Cristo. Lo cierta del caso es que tal como y donde quedó, no
logró configurar un mito lo suficientemente claro como para derivar de él un
modelo matrimonial y familiar que ejemplificara con más precisión en la expe-
riencia carnal, los caminos del amor en la pareja y sus frutos.
Por mi parte y en aras de la esperanza, me quedo con la opción procesal. Creo
que el misterio de la encarnación aún está pendiente. Que siendo muy posible
que el amor esté germinando en el mundo, es muy improbable que ya esté
establecido en él. Que aún no somos portadores conscientes pero podemos ser
pioneros en despertarlo. Sigo esperando un hombre que cargando al Cristo,
encuentre una mujer que tenga Espíritu Santo y celebren las bodas del amor.
Ya es hora de darle un nieto al padre para asegurar el futuro del amor en la
tierra. Y establecer definitivamente la estirpe sagrada.
Postdata
Como teólogo aficionado a la ciencia ficción religiosa, confieso que vivo acari-
ciando la idea de un avatar femenino que, como Jesús al Cristo, encarne al
Espíritu Santo. Quién sabe si esa no sea la segunda venida. No la del que ya
vino y aquí está, sino la del Paráclito que El nos prometió. Quizás esa
muchacha es la que está haciendo falta para desempantanar la encarnación.

SIENDO

Porque todos los que he sido sabían del que soy.


Gracias muchachos por irse transformando en
Mí sin mezquindades. Les aseguro que si otro
Aparece más adelante, yo estaré a la altura
De la generosidad de ustedes y como ustedes
Desapareceré para volver en el siguiente, que
Seré yo más alguna cosa que en mí desconocía.

EL ABANDONO

El abandono es siempre un niño desconectado del


corazón de la madre y por lo mismo, extranjero en la tierra. Un niño siempre
asustado por una realidad que puede pensar, mas no puede sentir. Niño porta-
dor del miedo que tenía a parirlo la que lo parió: mal parido, siempre revesti-
do de rechazo y disfrazado de aceptación. Huérfano de su cuerpo porque nunca
mujer alguna iluminó su corazón. Niño siempre temeroso de verlas partir y no
verlas llegar.
El abandono es la sexualidad de los contactos que no logran conexión, la cama
donde se niega el deseo para impedir que se disfrute, la cabeza del varón en la
bandeja de Salomé.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

El abandono es el truco terrible que inventaron las matriarcas para arrebatar-


le el discurso a los varones, aun a costa de la poesía de sus propios cuerpos.
Truco fraudulento ganador de miserias, porque el discurso no es sabio sin el
concurso del corazón de la mujer.
Pírrica victoria para obtener un cambio de ignorancia, pues si no pudieron con
el placer del cuerpo propio, menos podrán con el saber de la cabeza ajena.

SOBRE LA FE

H a y una fe que impide el milagro porque no lo nece-


sita y una conciencia que lo permite porque lo descubre. Los milagros no suce-
­­­ en la vida. La vida es el milagro sucediendo. "Hay que creer en lo que
vemos y no ver lo que creemos", decía Alan Watts. Los jueces del Galileo sa-
crificaron el milagro para salvar la creencia, crucificaron la visión para preser-
var la fe. No entendieron que la fe es espera y que cuando lo esperado llega, la
fe termina y la visión comienza.
El sanedrín nos dejó la impresión de que la fe que impide el milagro es la de los
sacerdotes que la administran. Un hombre que ve no necesita la fe pues ya ve
lo prometido por ella. Tampoco necesita sacerdotes que le digan lo que tiene que
ver porque ya lo está viendo y viviendo como el milagro que le corresponde.
"El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga", decía Jesús.
El que tenga fe que crea lo que no ve y ojalá que la fe le sea suficiente para
vivir sin la visión.
La fe es anterior al ojo que ve y al oído que oye. La visión es posterior.
La fe es búsqueda, el ojo encuentro. Hay quienes se especializan en buscar
para no encontrar y quienes se aterran a la fe para no ver.
lo difícil del milagro no es creer que sucederá sino aceptar que sucedió y, en
el mejor de los casos, aceptar que siempre está sucediendo.
Hoy en día el asunto con el Cristo no es de fe sino de presencia. O lo sentimos
o no lo sentimos. O lo vemos o no lo vemos. El verdadero cristiano lo es porque
vive en Cristo y ello sólo es posible porque Cristo vive en él, y él percibe su
presencia continua o intermitentemente según su grado de conciencia.
Los milagros que Jesús hizo a petición de parte no se hicieron por la fe de los
peticionarios sino porque vieron el Cristo en Jesús y pidieron basados en dicha
visión. Si así no hubiera sido, igual podrían habérselos pedido a Simón el Mago.
Necesitamos una fe que dé paso a la visión y no acabe con ella. Necesitamos
comprender que la visión es una escala superior de la fe que nos permite vivir
el milagro y no solamente esperarlo. Los cristianos no estamos esperando a
Cristo, más bien Cristo nos está esperando. Y a fe mía que estamos retrasados.

EL CONEJO DE ALICIA

Encontrarse
Es dejar de esconderse
Uno no corre sino huyendo o persiguiendo.
Siempre que corremos vamos detrás de algo
Que nos rehuye o huimos de algo que nos acosa.
Por eso el que corre no encuentra.
Porque a lo mejor aquello que lo persigue
Es lo mismo que se le escapa. Quizás si se
Dejara atrapar no tendría que perseguir.
Corriendo es muy difícil encontrar y
Muy fácil tropezar.
Por eso los vagos...

LA VULGAR PALABRA

(No apto para mayores. Si lo leen se recomienda lo hagan en compañía de un


menor)
Admito que me gusta el verbo callejero, el latigazo
semántico, el exabrupto coloquial, la palabra que pavimenta las calles, la que
adorna los sumarios y ameniza las trifulcas de los barrios. En otras palabras,
me encanta la vulgar palabra. La que la élite desprecia y utiliza para despre-
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D .

ciar. La que escupe en el oído de los que no matan una mosca. La que moles-
ta a las señoras en la calle y en la cama las excita. La que es munición de ira,
violencia en sonido y terapia instantánea. Mejor dicho, la oscura palabra que
Utiliza la sombra para quitarse la máscara.
Quiero hacer un homenaje a ese procaz lenguaje que parece brotar más del
cuerpo que de la misma cabeza. Palabra plebeya que sin pena expresa lo que
otras con pena apenas insinúan. Cinco he elegido para darles tribuna y permi-
tir que se expresen a sus anchas, que superen su condición de epíteto y nos
cuenten su concepto, que aquí puedan ser algo más que una exclamación y
nada menos que una explicación.
Démosle pues la bienvenida a nuestras invitadas, y con ustedes la
Chimba: Soy sonora, vibrante y rosada. Según los entendidos dizque soy
sinónima de vagina, opinión que no comparto pues mi experiencia me indica
todo lo contrario, que soy antónima y nada sinónima. Fíjense ustedes que con
la vagina se procrea y conmigo se goza. Por eso digo que chimba tenemos las
hembras y vagina las señoras. La de ellas es seca y la mía secreta. A veces me
siento vacía y me dicen vagina alcancía. Para recuperarme me empapo y ella,
por lo general, se empepa. Somos muy distintas. Tanto es así que mi abogado
me contó que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, y no crean que
por eso está de mi parte, dice que la vagina es una vaina porque eso significa
en latín. En cambio, de mí dicen que soy "una especie de dulce hecho con
huevos, almendras y almíbar". ¡Qué tal! Por si les queda alguna duda les aclaro
que yo también puedo ser madre, incluso, con más ganas y sin cesárea. Chao.
Pichar: Soy un verbo inexistente para la Real Academia, pero abundante para
la realidad de la calle. Me encargo de hacer el amor con deseo y soy conside-
rado vulgar por los que lo hacen sin él. Dicen que no soy espiritual y de entra-
da reconozco que no lo soy, pues los novatos no ven. Pero como San Juan el
del evangelio, a medida que me conjugo, he ido notando que uno le saca jugo
a la carne si la trata con el verbo.
Miné: Soy un término acuñado por los lingüistas de barrio para resolver la
negativa de los latinistas de la lengua a traducir como lengua en coño el llamado
cunnilingus, aduciendo para ello que la lengua nada tiene que estar haciendo
por fuera de la academia.
Malparidez: Soy un concepto inexistente que define un estado abrumador.
Soy lo que siente un niño cuando la mamá le cierra la puerta de su corazón en
las narices. Habito en un hueco que se hace más hondo con cada portazo.
Hueco lleno de plomo autocompasivo y cagalastimero, donde chapoteo sin
encontrar la salida. Fui fundado por Edipo cuando lo colgaron de un árbol para
que se lo comiera el tigre y así él no pudiera comerse a la mamá. Pertenezco
al círculo vicioso de los abandonados que no comprenden la soledad.
Güebón: Me considero un término de uso común para denominar un tipo de
varón más común que el mismo término. A causa de mi fonética todo el mundo
confunde mi genética.
Debo aclararle a la afición que no provengo de los testículos, sino que del
huevo vengo y que soy aquel pollo que por no salir del huevo, voy creciendo
adentro y con el huevo, hasta llegar a huevo grande o huevón y como los niños
no dicen huevo sino güevo, quedar definitivamente como güebón.
Podría seguir cursando invitaciones pero no quiero arriesgarme a aparecer
como un tipo vulgar ante los lectores. Espero que lo dicho les haya parecido
una chimba.

OREMOS HERMANOS

Como todo en la vida, la comunicación tiene polari-


dad. Como siempre ocurre en occidente, también en la comunicación con Dios
se enfatiza la polaridad masculina en detrimento de la femenina. Dicha ten-
dencia nos ha llevado a creer que la oración oral, activa, vocal y bucal, reúne
en sí misma toda la posibilidad de comunicación con Dios. Raras veces parece
contemplarse la posibilidad de comunicarnos de una manera receptiva, pasiva,
auditiva, visual, oyente. Como si toda la comunicación con El consistiera en
hablarle sin escucharlo y sin verlo. Para ser justos o equilibrados tendríamos
que hacer un esfuerzo para completar el concepto de comunicación con Dios.
Al efecto es preciso añadir al aspecto masculino, activo y oral de la comuni-
cación, que denominamos oración, el aspecto femenino, pasivo, audiovisual,
que podríamos llamar audiovisión. No se puede sostener una buena conver-
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

sación si no vemos al interlocutor o creemos que éste no tiene nada qué decir.
Esto sería monólogo y no diálogo. Lo dicho nos lleva, entonces, a comprender
que la comunicación con Dios, como fenómeno total, conlleva dos fases: la acti-
va o fase verbal, que siempre hemos conocido como oración y la pasiva que
hemos denominado audiovisión. La primera se dirige a Dios Padre, a la cabeza
de Dios, a Dios como idea, como logos, como verbo. La segunda nos conecta
con el Dios Madre, con el cuerpo de Dios, con la naturaleza de Dios, con Dios
como experiencia, sabiduría y Espíritu Santo. De la primera sabemos mucho y
de la segunda, más bien poco. Consecuencias de la tendencia patriarcal occi-
dental que mencionábamos al comienzo. Esta segunda fase que podríamos dis-
tinguir como fase sensible o experiencial de la comunicación con Dios implica
escuchar y ver a Dios, escucharlo con el ojo y el oído. Un ojo observando es un
ojo escuchando imágenes. Un ojo viendo es equivalente a un oído escuchando.
Ambos nos permiten poner de presente a Dios. Me da la impresión de que
cuando Jesús decía: "El que tenga ojos que vea y oídos que oiga", se refería a
un nuevo nivel de conciencia que abría la puerta a la visión y la escucha de
Dios. Quizás este nuevo nivel era el que posibilitaba la "oración en espí-
ritu" que él anunció a la samaritana. No siendo esta otra cosa que la percepción
sensorial de Dios en nosotros. Escucharlo adentro y verlo afuera como proyección
interna. Resumiendo apretadamente, digamos que la comunicación con Dios
como fenómeno total, completo, sería la oraudiovisión, término que concatena
la oración, la escucha y la visión como proceso lógico-sensorial de comuni-
cación con Dios, algo así como una trinidad de la boca, el ojo y el oído actuan-
do coherente y complementariamente en el misterio de la conversación entre
lo terrestre y lo celeste.
Tratemos ahora de aterrizar un poco más lo dicho hasta el momento. Hablemos
de la oración como fase verbal de la comunicación con Dios. ¿De qué habla-
mos, desde dónde y para qué? Hay todo un menú de opciones y cada quien se
ha despachado a su gusto. La inmensa mayoría le habla para pedirle. Desde un
favorl hasta un milagro, desde un almuerzo hasta la lotería, desde un objeto
hasta un fenómeno. En fin, desde todo lo que necesitamos hasta todo lo innece-
sario, Dios padre proveedor para hijos bien provistos. Obviamente, esta moda-
lidad es un claro síntoma de que nuestra evolución espiritual no ha logrado
suiperar la adolescencia. Todavía confundimos a Dios con el papá.
Más maduro y fructífero sería solicitarle que nos ayudara a conseguir las habili­
dades y destrezas que nos permitieran solucionar personalmente nuestras
necesidades. "A Dios rogando y con el mazo dando", o "Te rogamos Señor que
nos facilites el mazo para darnos". Esta sería una muy decorosa manera de orar.
Recordemos que el séptimo día de la creación, Dios lo dedicó al descanso. Esto
quiere decir que Dios también necesita descansar. Si pidiéramos lo necesario
para no tener que volver a pedir, le estaríamos ampliando las vacaciones a Dios
y a lo mejor tendría más tiempo para jugar con nosotros.
No contentos con pedir cosas, también pedimos privilegios, protecciones,
poderes e inmunidades, olvidando ingenuamente, y a veces no tanto, que es
contrario a Dios pedirle que nos evite lo que nuestra energía convoca o que nos
otorgue aquello de lo cual no nos hemos hecho dignos. Y digámoslo de una vez:
el primer postulado de una buena oración es tener en cuenta que Dios no es
bobo. Si lo tuviéramos en cuenta hasta cuenta nos daríamos de lo torpe que
resulta solicitarle a Dios que se contradiga para darnos gusto. Que para
demostramos su generosidad pase por encima de su lógica. Que para
demostrar misericordia deje de lado su justicia. A nosotros llega lo que nues­
tra energía llama. No nos llega lo que queremos porque nos llega lo que somos.
Que esto funcione así quiere decir que así funciona el libre albedrío, que es el
don más grande que Dios le haya concedido al hombre. No le pidamos
entonces, que cambie lo que nosotros decidimos. Más bien, que nos ayude a
cambiar nuestras decisiones o a hacer su voluntad, si es que no es lo mismo.
Oraciones como "Líbranos Señor de todo mal y peligro", suenan como líbranos
Señor de nosotros mismos, que somos los que ejercemos el mal y nos ponemos
en peligro. Sálvanos Señor de asumirnos, de la autogestión y el ere-cimiento.
Todo bueno, Señor. Maluco nada.
Por otro lado, para qué le pedimos lo que no tenemos con qué cargar. Hazme
sabio, Señor, mientras ejercemos nuestra ignorancia. Tal vez, 'Ayúdame a salir
de bruto" sea más realista y adecuado. No podemos pedirle a Dios que nos tape
el error con la virtud. La oración no es para pedir atajos, descuentos, preben­
das o escamoteos. Hay gente que pidió la lotería y para su desgracia se la con­
cedieron. ¿Qué pidieron entonces? Sencillamente una prueba que no tuvieron
con qué superar. Hagámonos merecedores, no merecidos. Al que pide como
merecido le dan...y duro...su merecido.
■■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Que orar a Dios no se convierta en una manera de irrespetarlo. La oración


debe ser respetuosa y esto no tiene nada que ver con asumir posturas reve-
renciales, más bien alude a tener en cuenta al interlocutor, a su ciencia, su jus-
ticia, su misericordia e incluso su paciencia.
Otros aspectos de la oración más interesantes y relajados, para Dios sobre
todo, serían aquellos en los cuales orando le decimos al Señor cómo lo vemos,
le preguntamos cómo nos ve y si cree que hay algo que debamos cambiar, a lo
mejor, le hacemos reclamos y pataletas, canciones y poemas, lo ponemos al día
sobre los avances tecnológicos del pecado, la artesanía del alma y el progreso
de los fundamentalismos. Charlamos de la encarnación, del susto que a El le
produce y el pánico que El nos produce. Le preguntamos cómo va el verbo ilu-
minando la carne de las muchachas para saber cuánto falta para que tengamos
novias con el Espíritu Santo. En fin, buena conversación con Dios padre, que
dicho sea de paso, debe salpicarse con gotas de buen humor, porque si algo me
queda claro es que la oración que más le agrada a Dios es la que lo hace reír.
Ahondemos ahora sobre la fase dos o audiovisión. Fase receptiva, pasiva,
femenina, sensible o vivencial. Audiovisión de la madre. Contacto y conexión
con ella como naturaleza de Dios, como corporeidad y sustancialidad divina,
como el ave celeste que se torna Eva terrestre. Conexión sólo posible con los
sentidos, en el sentir, y desde el sentido. No podemos seguir creyendo que el
Misterio de la Encarnación, columna vertebral del cristianismo, se pueda
realizar despreciando la carne, el cuerpo, los sentidos. "Nada llega al intelec-
to sin pasar primero por los sentidos", decía Santo Tomás de Aquino, y creo que
lo mismo pensaba el otro, el del dedo en la llaga. Nada llega a la cabeza sin
pasar por el cuerpo. El Misterio del Amor se realiza con el Misterio de la
Encarnación. El amor entre Dios y la Diosa será real cuando un hombre car-
gado de Cristo y una mujer llena de Espíritu Santo lo realicen amándose, ce-
lebrando con sus almas y a través de sus cuerpos la Boda Celeste entre sus
espíritus. Buscando esto, la mater se mater-ializó y el verbo se hizo carne en
Jesús. Lo primero está sucediendo desde hace millones de años, lo segundo
hace apenas 2.000 que comenzó a suceder.
¿Pero cómo ocurre esta comunicación vivencial con la madre? Básicamente a
través de experiencias que no son otra cosa que imágenes. Imágenes que nos
acercan a la verdad de nosotros mismos y de Dios en nosotros. Imágenes que
encontramos o que nos encuentran, de cualquier modo, imágenes para ser
ledas. Las que encontramos son fruto de la búsqueda personal, de la necesi-
dad de vernos. Las que nos encuentran son la respuesta de Dios a nuestra
búsqueda y la aceptación de ser vistos. Obviamente, entre lo que descubrimos
y nos muestran vamos consolidando una sólida versión de nosotros mismos.
Versión que vamos y nos van revelando.
Descubrirnos es oración del cuerpo. Implica desarrollar los radares de la per-
cepción. Volver a creer en los sentidos y en lo que con ellos sentimos. Confiar
en tu visión, la intuición, la visión en ti. Sondear nuestras conductas oscuras y
revelarlas. Darle paso y espacio a las luces que nos habitan. Creer en lo visto
y por lo visto cambiar lo que creemos haciendo lo que vimos. Así es como vivi-
mos. Acechar nuestras vidas, analizar las experiencias, sacar conclusiones,
vislumbrar significados.
Dejarnos descubrir es aprender a captar los momentos en que Dios nos habla.
Volver a creer en la antigua sabiduría de los sueños. San Pablo decía que "el
misterio es lo que vemos con los ojos cerrados". Pues bien, el misterio es lo que
vemos cuando soñamos. El misterio de nosotros mismos plasmado en imá-
genes. El lenguaje por excelencia de la madre. Con ellos ella nos habla de todo
lo que nos concierne. Oremos escuchándolos, viéndolos, escribiéndolos, inter-
pretándolos. Son imágenes, como imágenes son las que brotan de la televisión,
el cine, el arte, la calle, etc. Entendamos que cada imagen de estas está tratan-
do de decir algo. Pongamos atención al entorno como si éste fuera una pelícu-
la proyectada por el interno. Igual adentro que afuera. Cada cosa está hablan-
do. La vida es un tejido sin hilos sueltos. No sucede nada que no signifique algo.
Así es como nos habla el lado femenino de Dios. Y este lenguaje no es lógico
lineal, es lógico simbólico. Para entenderlo se hace necesario comprender que
tiene un alfabeto propio, el del símbolo. Así como el lenguaje de las palabras se
vale del alfabeto de las letras, el lenguaje de las imágenes se vale del simbóli-
co. El símbolo es la llave que abre las puertas de la comunicación con el
Espíritu Santo. Quien comprenda el símbolo podrá leer la imagen, podrá ver y
oir a Dios de múltiples maneras. Aprender simbología es una de las más altas
maneras de orar porque es la manera de construir el puente para comuni-
carnos con El, porque al hacerlo con El, lo hacemos con Ella.
En fin, todo es cuestión de volverle creer a nuestro corazón, al co-razón, a
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

la razón sentida. La razón que piensa y la razón que siente son los cónyuges
del matrimonio de la sabiduría, de las bodas del amor.
¡Ah! Y no olvidemos que así como el espantapájaros del Mago de Oz busca un
cerebro y el hombre de hojalata un corazón, el león buscaba su perdida valen-
tía. Sin ésta no es posible la acción, no es posible llevar a cabo lo sentido por
el corazón y explicado por la razón.
Oremos pues hermanos porque mi Dios no se le aparece a uno, sino que los
ojos de uno van haciendo aparecer a mi Dios.

UNA RESACA DE 50 AÑOS

Cargas al Señor en un momento dado y al siguiente


debes hacer chistes flojos, para como San Pablo, no quedar por fuera del
afuera, y hacerse como todos, en el afán de que mi Señor el Cristo habite entre
todos, metiendo la cucharada en la sopa que lo ve como una mosca y lo saca
con la punta del olvido. En fin, para llenarse de hombre y derechos de hablar
del cielo en algún momento, quizás cuando termine el chiste flojo, el fricasé de
pollo y el cuento del cura huérfano de la Santa Madre que mandó a Jesús a las
nubes para administrarlo en la tierra sin molestas competencias apasionadas.
Y el Cristo,
Mientras yo hacía el denso trabajo de llegar a ser un hombre,
El Cristo,
Miraba los muslos de Omaira buscando su Espíritu Santo su Novia Escondida
en los pliegues de una carne silenciosa que lloraba en homenaje a la tontería
de los hombres que no se permitían ni siquiera un chisporroteo de sus cora-
zones, porque un momento de realidad amorosa podría echar a perder el
rumbo de los negocios o derrumbar las murallas de la supervivencia segura y
comprobada a través de las generaciones que van pereciendo convencidas y
confiadas de burlar la muerte que las carcome a medida que se salvan de la
vida, muriendo en un vivir de tres comidas diarias, con postre de jubilación y
palmadita en la espalda por no haber hecho mucha bulla, apenas la sindical
necesaria para perpetuarse en el logro de las reivindicaciones heroicas del por-
centaje salarial, que finalmente obtenido los deja satisfechos porque el papi les
aumentó la plata de la semana, me refiero a la del viernes, día señalado por los
corazones reprimidos para gastarse el instinto en un flojo acontecer donde
matamos el goce riéndonos toipemente en el murito que nos impide tener alma.
Y seguimos en la ola de la extrañeza que nos deja desamparados, cuando
debiéramos sentarnos en silencio a escuchar la presencia que nos haría pre-
sentes en ese vacío al que sometemos al Cristo, que se contentaría con sólo
vernos caer en cuenta de cómo el mundo a nuestro caigo perece en un atarde-
cer que insistimos en considerar liviano aunque nuestro corazón bombee plomo
por los ventrículos exentos de amor.
No quedó claro si la noche fue perdida o el deber de pasar entre los hombres
cumplió su cometido.
Hermano Verbo cuya conjugación se negó en el cumpleaños del destierro,
ármate de una paciencia que aplaque mi impaciencia por saberte presente y no
poderte presentar, porque mejor ausente que ridículo ante quienes uno espera,
y es saludable esperar, que algún día se cansarán de evitarte, y, quizás por
curiosidad acepten amanecer saturados de vivir dormidos.
Ayúdame Señor a llenarme de ti sin creer que traiciono a los hombres. Permite
que te permita en mí como una fuerza callada que sólo acuda a las fiestas
donde la risa provenga de la alegría y los silencios asuman el dolor de las ver-
dades que nos llevan al amor.

OIDO EN BOCA AJENA

Oído en boca ajena pero escuchado como me


hubiera gustado decirlo.
Me encanta el verbo que sale de otras bocas, la palabra que viste sobre medi-
da las sensaciones del corazón. Me gusta en las otras bocas tanto como en la
mía. No importa que lo que el otro diga sea un enredo pues, si lo dice clara-
mente, uno siente la brisa de la verdad en el ámbito de su confesión. Y es que
la palabra que es fiel al sentido siempre produce significado. Esa complicidad
de razón y corazón es lo que invariablemente me ha cautivado de la
■■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

conversación. Escuchar una frase, donde se perciba al sonido iluminando las


imágenes del Ser, es una experiencia mágica. Uno escucha que apareció el
Amor en un renglón. Es como una visión auditiva. Por eso, es una bendición de
la vida, bastante escasa por cierto, tener prójimos que gocen con la simetría
de la palabra.
En los últimos 17 años he conversado con una bandada de pájaros, pájaras la
mayoría, que me deleitaron con sus cantos. Quiero compartir con ustedes las
notas que alcancé a llevar al pentagrama de mis libretas y lo voy a hacer sin
alterar el orden en que llegaron. He preferido guardar en secreto sus nombres
porque ellos cantaron en la intimidad y allí deben quedar sus identidades
aunque no sus cantos. Los señalados con una (V) son de pájaros machos, los
demas damas. Que disfruten el concierto.

"Ella tiene por allá su infinito pegado y sus ganas de no verlo".

"Mis alternativas siempre han sido infinito o tiro".

"Además, yo no sé nada de geografía. Para mí la naturaleza es una".

"Yo soy una histérica con un espacio donde me dejo de güebonadas".

"Eduardo, no me hable cuando le estoy interrumpiendo".

"Póngale la máxima atención, pero hágale el mínimo caso". (V)

"Entre amigos, las precisiones se pueden hacer, pero no se deben". (V)

"...sufrió mucho, pero murió económicamente bien".


(Dos amigos en un bus hablando de la muerte de un compañero)

"...si me va a pegar pa' qué me insulta".


(Una pareja discutiendo en una fiesta)

"Sería un crimen curar un verdadero loco".


31



"Las ojeras son los ojos de los que lian visto demasiado".

"...y Jesús limpiaba su ego expulsando a los mercaderes del templo".

"...imagínese la hora que es y estos zapatos


ya me están haciendo peladura".
(Una muchacha en la calle a las 7:30 a.m)

"El amor que no encarcela es libertad bajo confianza". (V)

"En este mundo lo inesperado es infinito".

"Por más bacano que sea el otro uno no puede dejar de ser uno".

"Un pecador que peque sin intención de ser santo, es un güebón". (V)

"Yo no quiero llenar mi vacío con huecos".

"Sin vos no puedo cantar". (V)

"Karma es karma, y lo que no resuelva ahora me lo empacan como fiambre


y recalentao es peor".

"...ese h.p. psiquiatra me tenía amarrado de patas y manos a punta de


pepas". (V)

"Seguido no es bueno nada".

"Y mientras pasa esta apoteosis del instinto, ¿dónde pongo el alma?".

"Lo que me molesta del sexo no es la culpa sino el desparrame".

"No sé si tú me amas o es que no has podido encontrar


la forma correcta de matarme".
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

"A mí me gusta sentirme protegida pero no inválida".

"Si yo soy la que tengo que ponerle límite a mi energía,


entonces no necesito un hombre al lado".

"¿Y yo qué me gano con que un hombre


me construya una casa vacía de sueños?"

"Si él tiene que organizar lo que yo siento, ¡pobrecito!"

"Para un gentío se necesitan dos y todos sus habitantes".

"Las hembras no somos fieras,


podemos ser encantadas pero no domadas".

"Tan somos imágenes


que el miedo siempre es a borrarnos".

"He abierto tus heridas para revisarlas".

"El arte es lo más concreto de lo abstracto".

"Yo a mis hijos prefiero limpiarles sangre que mocos".


(Una mujer a otra en un bus de Manrique)

"De pronto la Virgen es la misma hembra bañada y peinada". (V)

"Yo no sé si ella me dañó el matrimonio,


lo que sisé es que me salvó el corazón". (V)

"Preocúpese si eso la tranquiliza". (V)

"El amor es la ausencia de miedo


dentro del más alto riesgo".
"Cuando uno ha padecido toda la vida una carencia afectiva,
se prostituye por una migaja de afecto".

"Juntos se matan, solos se mueren". (V)

"Una mala experiencia amorosa nos deja con hambre,


pero sin ganas de repetir".

"Miento al decir que me duele: el sufrimiento".

"Subastar el corazón es entregárselo al mejor impostor".

"Es que para ser uno, hay que ser todos". (V)

"El problema del contrato matrimonial,


es que a uno siempre se le olvida leer la letra menuda". (V)

"Yo vivo el presente con lo que se me presente".

"El problema con las matriarcas


es que en lugar de ser Pachamamas son Papamachas".

"¡Uhm! La diferencia que hay entre lo que me tocó estudiar y


lo que me tocó saber".

"Una tonelada de autocompasión equivale


a una tonelada de autorreconocimiento".

"Los declaro marido y mujer


hasta que la conciencia los separe". (V)
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

EPIFANIO MEJIA

Lejano pariente, hermano cercano, orate fratello.


Quién iba a pensar que después de tantas generaciones vendría la vida con una
fotico tuya a notificarme que llegada era la hora de retomar el asunto aquel de
la locura, iniciado por ti con una. zambullida en el otrora cristalino río.
Cabalgando ya sobre el incierto potro, con el tiempo entendí que no era posi-
ble repetir tus pasos porque el mental de Bello no entendería mi locura como
alguna vez el manicomio de Aranjuez entendió la tuya. Tú aclaraste en
Aranjuez: "No son todos los que están..." "¡Ni estarán todos los que son!", le
aclaré yo a los de Bello.
Mirando la fotico, en tus ojos azules que son como los míos, percibí un deste-
llo celeste, síntoma de la locura dulce que te andaba buscando. También en
ellos vislumbré la melancolía que amargó el paisaje de tus sueños. Dejar atrás
el pasado no te fue posible y debo confesarte que hoy en día para mí, apenas
es probable. Pero ahí vamos hermano. Añadiéndole centímetros a la elevación
de las llanuras y mermándole pulgadas a la altura de las montañas, en pos de
un clima propicio para el alma. Sé que esa era tu mira y hacia allá sigo miran-
do. Tranquilo dulce anciano inmemorial que tu locura no fue en vano. Tranquilo
Epifanio que sí fuiste Epifanía. Una primavera con "hojas de tu selva, amari-
llas y verdes y rosadas". Un otoño con tristeza nazarena.
Un eco tuyo aún resuena en mi corazón y como las tuyas "cargadas de silen-
cio pasan mis noches, serenas son mis tardes con arreboles", y en ocasiones
"mañanas bulliciosas y alegres llegan a casa".
No repetí tus pasos, aunque sí tus pasos repasé. Se me hace que no estar en Bello
ha sido como liberarte de Aranjuez. Me late que en el futuro algún navegante del
rio de nuestra sangre, no contento con haber evitado a Bello, logrará serlo.

35



EL MODELO FAMILIAR CATÓLICO

Célula básica de la sociedad, es La manera como el


Papa, hombre cargado de hijos metafóricos y sin consorte conocida, define
insistentemente la familia. Si esto es así, la una debe ser reflejo de la otra. Lo
que sucede en la sociedad es lo que está sucediendo en la familia. Y según lo
que muestran los noticieros de televisión, grave está la familia.
Todos sabemos que la familia colombiana es un trasunto del modelo familiar
católico. Todos padecemos la bancarrota del modelo social colombiano. ¿Pero
entendemos todos que la crisis de nuestra sociedad es la crisis de su célula
básica? ¿O sea la crisis del modelo familiar católico? Si esto no es verdad,
entonces la definición del Papa tampoco.
Machaconamente la Santa Madre insiste en que la crisis de su modelo obedece
a la desobediencia de sus feligreses, que el modelo es infalible y la equivocación
está en los modelados. Que si volviéramos a rezar el rosario de la aurora, que
si los padres le impusieran a sus hijos una férrea disciplina moral, que si los
hijos fueran castos, que si todas estas y otras brillantes ideas se implemen-
taran en las familias, mejorarían muchísimo los noticieros de la T.V. ¿Esto será
ingenuidad o soberbia? ¿Obsolescencia o dogmática?
Es sorprendente que a nadie en el orbe católico se le ocurra buscar la enfer-
medad en el modelo. A simple vista muchos son los síntomas y asusta ver cómo
se pasan por alto. Ocupémonos de uno bastante obvio, coyuntural en el
momento y de influencia permanente en la estructura.
Qué tal una iglesia donde los sacerdotes están pidiendo a gritos que les permi-
tan casarse y tener familia, es decir, quedes permitan tener la experiencia que
no tienen. Otra vez el fantasma de Enrique VIII está merodeando porque lo que
no se resuelve vuelve.
En el celibato la familia no es posible. Por lo mismo, desde el celibato es
imposible hablar de la familia. Muy difícil imponerle a otros como norma lo que
uno mismo no sabe si funciona coala experiencia.
Codificar un fenómeno no experimentado es como resolver un acertijo sin datos.
Yo quisiera creer que la creciente rebelión de los sacerdotes contra el celibato
es un intento de revelar y resolver uno de los achaques básicos del modelo
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

familiar católico: su desconexión con la realidad cuotidiana.


Creo que a todos nos gustaría ver las imágenes de una familia conformada por
sacerdotes o monjas con sus respectivos hijos, mostrándonos en vivo y en
directo la bondad del modelo o su dificultad. Ambas cosas serían importantes,
bien para consagrarlo o bien para replantearlo. Mínimo, para que nos quede
claro que los dueños del modelo saben de qué están hablando.

LA NUEVA ERA

A grandes rasgos, Nueva Era es el nombre con el


cual el hombre actual ha bautizado sus próximos 2.000 años. Supone un
movimiento histórico del cual surgirá un hombre espiritual que convertirá el
planeta en el anhelado lugar de paz y amor, donde todos seremos felices y co-
meremos perdices.
Loables expectativas, nobles en algunos, torpemente asumidas por otros y
maliciosamente aprovechadas por los demás. Porque siendo muy claro, que en
lo corrido de la Nueva Era, la mayoría percibe un movimiento energético pro-
fundo en ellos mismos y su entorno, no menos cierto es que sólo en algunos se
consolida como imperativo de cambio real, en otros como simple caricatura y
en los demás como oportunidad de hacer negocio con el cuento de moda.
Desde otra perspectiva, parece muy dudoso un movimiento iluminista que pre-
tenda pasar por alto la oscuridad iluminable y que en lugar de conducir al ser
humano a un nuevo conocimiento de sí mismo, se dedique a renovar funda-
mentalismos, a jugar muñequera con conceptos ocultistas, sabios pero
anacrónicos por incapaces de actualizar su significado, a realizar malabaris-
mos rituales con la parafernalia vulgarizada de mánticas, inciensos, velas y
demás elementos puestos a su disposición por los consabidos mercaderes
especializados en asimilar al sistema cualquier energía que lo desafíe.
No obstante, a pesar del boom de los tontos y los picaros, considero que efec­
tivamente existe una Nueva Era. Interna, callada, poderosa y selectiva, que
paulatinamente va tocando a la puerta de los corazones maduros para el amor,
que implacablemente va convocando a los cansados de su oscuridad, a los
sedientos de luz, a los saturados de la pesadilla. En fin, una Nueva Era con un
hombre nuevo, el mutante, el hombre crístico, el Ecce Homo.
Para el mutante, esta Nueva Era es un período de la humanidad construido y
desarrollado por hombres que liberarán el potencial energético de su cuerpo,
es decir, la energía, tanto oscura como luminosa, contenida en su dimensión
inconsciente.
En efecto, dicho período se inicia o comienza a cobrar realidad histórica en el
Instante mismo en que la física moderna descubre la posibilidad de liberar la
energía contenida en la materia y fabrica la bomba atómica. A mi modo de ver,
ese hongo radioactivo que genera la explosión se constituye en el símbolo ini-
cial de la Nueva Era, pues nos muestra contundentemente que una nueva
energía ha hecho su aparición sobre el planeta.
Habido es, que el universo está conformado por tres dimensiones o planos. El
físico o natural, el psíquico o humano, y el espiritual o divino. Que los tres son
estados diferentes de la misma energía. Que por lo mismo existe entre ellos una
ley de correspondencia o reflexión por la cual nada sucede en uno de ellos, que
no esté sucediendo en los otros dos. No debe extrañarnos, entonces, que una
liberación de la energía en el plano físico conlleve una liberación energética en
el plano psíquico y en el espiritual.
Pareciendo corroborar lo dicho, tanto la psicología como los que de ella se han
ocupado con posterioridad a 1945, han venido notando un inusitado incre-
mento en la liberación de la energía del inconsciente, tanto personal como
colectivo, la cual se ha traducido en una aceleración vertiginosa de la historia,
que la humanidad percibe como un desbordamiento de los acontecimientos y
una incapacidad de controlarlos. Ello porque el paso incontrolado de la energía
inconsciente hacia la conciencia produce el afloramiento involuntario de trau-
mas anímicos y arquetipos conexos que, en individuos sin auto-observación
ocasiona una saturación numinosa en la estructura de su personalidad, la cual
difícilmente puede asimilar y mucho menos convertir en conducta coherente.
Así las cosas, cuando aumenta la carga energética de los individuos que com-
ponen un sistema, aumenta la carga del sistema y con ella la tensión de la
estructura que la regula, la cual, de no adecuarse, termina siendo desbordada
por la sobrecarga. Me imagino que es desde este punto de vista que K.G. Jung
señaló la psique como el peligro contemporáneo de la humanidad.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Nadie está desligado de la estructura que se está sobrecargando y por lo tanto,


nadie puede eludir un rango de responsabilidad ante una eventual catástrofe
del colectivo. Se hace necesaria, por parte de lodos, una reflexión sobre la
índole de la energía que se está liberando para poder comprender la naturaleza
de los cambios requeridos por la estructura que nos rige, de tal manera que, la
mencionada energía se sienta cómoda y bien expresada en los nuevos modelos
de organización diseñados para concretarla en el mundo. Podría decirse que la
situación se asemeja a la planteada por Jesús con relación al vino nuevo que
se corrompe en las odres viejas. La humanidad debe decidir si cree o no en el
advenimiento de un vino nuevo sobre el planeta y, de creerlo, disponer las
nuevas odres para evitar su corrupción.
Quién se comprometa con los vientos mutacionales de la tierra, inexorable-
mente tendrá que modificar sus modelos vitales, es decir, sus conceptos infle-
xibles y las rígidas actitudes de y para con la vida. No es posible cambiar y
seguir siendo el mismo. Es hora de poner en duda las viejas "verdades" que
han cimentado la patológica realidad contemporánea. Tiempo de repensar las
experiencias congeladas por la dogmática. La verdadera Nueva Era pertenece
a los mutantes. A los capaces de dudar, repensar y modificar los paradigmas
represivos y excluyentes que mutilaron nuestro yo dejándolo en la triste condi-
ción de ego confuso y adolorido. A los que no temen confrontarse con las
energías de su inconsciente porque reconocen en ellas las que su conciencia
necesitaba para liberarse.
Para bien o para mal, la Nueva Era como fenómeno colectivo va a depender de
los procesos individuales de los asociados, de la habilidad que éstos tengan
para reconocer las imágenes que el inconsciente está liberando y su destreza
para estructurar con ellas una nueva realidad mundial.
Tratando de ilustrar un poco lo expresado y con la seguridad de no equivo­
carne más allá de lo que ya podemos estarlo, voy a intentar el ejercicio
prospectivo de trazar un boceto del mutante en el que se puedan apreciar lo
que serían las nuevas características de sus relaciones consigo mismo, el amor,
la muerte, la ciencia, el trabajo, la religión, el sexo y la política, como aspectos
básicos de la vida y por ello muy apropiados para darnos una idea de los posi-
bles cambios del modelo.
1 El mutante será bidimensional. Esto quiere decir que
abandonará su actual condición unidimensional, la que ha hecho de él
un hombre unilateralizado, convencido de poder resolver su totalidad en
una mitad de sí mismo. Para ello descubrirá su dimensión inconsciente
y la conectará con la consciente, convirtiéndose en un ser doble,
andrógino, bipolar. Comprenderá que simultáneamente es masculino y
femenino, celeste y terrestre, yin y yang, cerebro y corazón, palabra y
carne. Este paso le permitirá ejercer la diferencia para superar la
división, le abrirá la posibilidad de amarse a sí mismo concillando los dos
que hay en él. Consecuentemente, como a sí mismo, amará a los demás.
Y por lo demás, será un hombre menos perfecto pero más complejo. Qué
tal viejo Jung.
2 El mutante por ser par será pareja. El tendrá claro
que la mujer que busca es la que lo habita y ella que es habitada por el
varón que busca. Nada de medias naranjas. Dos naranjas completas o
nada. Cada quien entero con sus dos mitades, una de las cuales viene
siendo el otro. Pareja acuariana de una sola carne con dos tajadas com-
plementarias y no suplementarias. Polaridades alternando como unidad
diferenciada. A la manera de Rilke, dos soledades que se aman, se
respetan y se reverencian. Amantes con intimidad, padres arcos, hijos
flechas. Otro matrimonio, otra familia, donde cada quien es cada uno.
Nadie cargando a nadie y todos ayudando a que cada quien se cargue
y se encargue de honrar su propia vida. Adiós familia incestuosa, mel-
cocha de culpas, gloria del karma y tumba de destinos.
3 Para los mutantes la sexualidad será vía y no
desvío. Ellos entenderán que el cuerpo no miente y que cada mo-
vimiento suyo habla. Aprenderán a mirar las imágenes de la cama para
comprender la película de, sus cuerpos. Se sorprenderán descubriendo
personajes y pulsiones, límites y posibilidades, posesiones y exorcismos.
Caerán en cuenta de que el cuerpo cuenta. Incluso historias que no
están en la historia de su dueño y episodios que renacen con un gesto.
Olvidarán la sexualidad de desempeños estadísticos y circenses, de
videos prefabricados en los estudios de la masturbación, de lujurias
jadeantes que desaparecen sin dejar huella.

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■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Optarán por el erotismo de la caricia que renuncia al tiempo para vagar


por el espacio de la piel surcando la memoria del corazón.
Navegarán con sus cuerpos por el mar de sus almas hasta encontrar de
nuevo el paraíso. Y por el final, muy cerca ya de la verdad, verbo y carne
iluminada, de golpe, con una mirada morderán de nuevo la manzana.
4 El mutante será cristiano. Sospechará de Roma
porque así se escribe Amor al revés.
Se encargará de inaugurar el cristianismo, luego de 2.000 años de
catolicismo y, esta vez, león que coma cristiano tendrá problemas de
metabolismo.
Portará al Cristo y como Cristo indique se portará. Si puede. Si no,
aprovechará la ocasión para deslumbrar al Cristo con la excepcional
experiencia del pecado.
Pasará en camello por el ojo de una aguja para conseguir que Dios le
dé propina a los ricos.
Pecará sabiendo que pecador que se pesca su pecado, a sí mismo se ha
pescado y que oveja que abandona el rebaño es el cordero del año.
Besará a la Magdalena para ver en los ojos de Betania el brillo amoroso
de la virgen.
Orará en espíritu con los ojos y los oídos puestos en el afuera, que es
donde aparece el adentro, respondiendo la oración.
Viajará de la fe a la visión, del discurso a la vivencia, de la liturgia al
rito, de la pompa a la intimidad y de la iglesia al cuerpo.
¡Ah! Y no se olvidará de hacer reír a Dios porque ahí están los puntos
para sentarse a la diestra.
5 El mutante hará ciencia con conciencia y
conciencia con la ciencia. Será una ciencia aliada con la búsque-
da del significado de la vida y no cómplice en la pérdida del mismo.
Ciencia capaz de poner entre paréntesis lo que sabe para darse la opor-
tunidad de descubrir lo que no sabe. Ciencia que se abstenga de clavar
las mariposas para comprender su vuelo, que no sacrifique el saber en
aras de la clasificación, que deje vivir lo que no puede medir. Ciencia
que en lugar de borrar, dibuje al hombre, que le devuelva la condición
de sustantivo embolatada entre tantos adjetivos. En fin, algún día
tendremos una ciencia sutil y delicada, que deje de encuellar los obje-
tos y los trate como ellos lo requieran. Ese día la ciencia logrará
estrechar el abrazo de los hombres con la tierra y la ciencia se habrá
salvado de la ciencia.
6 Para el mutante las comunicaciones tendrán por
objeto informar sin tratar de uniformar o deformar. Será su
deber, mostrar la locura existente en la cordura vigente y la cordura
vigente en la cordura existente.
Conjugarán la palabra con la imagen para obtener el verbo como
medio... de acabar con el discurso.
Y creo que hasta habrá periodistas enterados de que sin tacto no hay
contacto.
7 Para el mutante el poder será personal y no
institucional. En efecto, podrá gobernar quien demuestre saber go-
bernarse.
La desobediencia civil ocupará el lugar de la servil obediencia.
Las revoluciones serán internas y personales.
El voto será de confianza y la elección casi un sorteo.
La comunidad será sostenida por miembros que no buscarán que la
comunidad los sostenga.
8 Para el mutante el trabajo será vivencia y no sub-
sistencia. Lo entenderá como un vehículo para expresar su destreza
y no como un medio de alquilarla. Como una oportunidad de realizarse
y no como la realización de una oportunidad. Como una manera de ser
y no como una forma de silenciarlo. Todos sus dioses y demonios ten-
drán empleo en el trabajo, dejando así su mediocridad cesante. Lo
vivirá como una síntesis y no como un paréntesis.
9 Para el mutante la muerte será el método para
seguir viviendo. Morir para mutar y mutar para no morir. Muere la
forma y vuelve la energía al caos, que no es otra cosa que la posibili-
dad de un nuevo orden en otra forma.
El mutante sabe que el caos de la energía liberada de la forma, lo deja
en loco por un tiempo. El tiempo de la mutación, el que corre entre la
muerte y la resurrección. El tiempo de decirse: estoy loco, en lo que he
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

sido, en lo que siendo y en lo que seré. Resucitado, el re-cuerdo me dice


que, nuevamente y en otra forma, soy el que sigo siendo lo que siem-
pre he sido.
Por eso el que muta no mata. No necesita la muerte del otro para seguir
viviendo. Con la propia le basta.
Y dijo el prosista: Nada que tenga conciencia de su propia energía
muere.
Y el poeta dice:
Cuando la muerte te visite
Lo que no muera en ti
Eso eres.
Y tranquilo, que si la muerte te visita y te morís todo, simplemente no
eras viable. Y creo que eso no duele.
10 Debemos tener cuidado de que la Nueva Era no
sea la repetición de la vieja. Lo que integra un chamán desinte-
gra un chambón. El diluvio no vendrá del cielo. Está lloviendo adentro.
Las señales del tiempo indican un tiempo señalado. El dedo de Dios
apunta hacia nosotros. No le demos la espalda cuando nos está pidien-
do un rostro. Hay que dar la cara para que no se rompan los sellos. El
ojo es el sol del cuerpo y cerrarlo sería abrir las canillas del aguacero
que no paran las sombrillas.

LA MUECA

Como quedó establecido en otro lugar del texto,


(Modelo Familiar Católico) la realidad social contemporánea es un espejo de la
realidad familiar vigente, por ser esta última la célula básica de la primera. Así
las cosas, se tiene la impresión de que, actualmente, más duro que quedarse
sin familia, sería quedarse con la realidad familiar.
Y es que implacablemente, el dolor eludido, el deseo negado, la alegría fingida,
el combate esquivado, el poder abusivo, la verdad falseada y la mentira con-
sagrada, son cosas que con los años van convirtiendo el rostro del amor en una
mueca, la misma que exige el maquíllaje de la máscara para implicar afuera lo
que adentro se murió.
Difícil para la última generación de una familia, regenerar lo degenerado, po-
nerle dientes a la mueca y verla sonreír de nuevo.
Muchas lágrimas serán necesarias para lavar el maquillaje acumulado en si-
glos de sainete y mucho valor indispensable para asumir la soledad que la
familia pretendió resolver en condición de clan.
Y habrá que vertirlas y llenarse de coraje para mantener viva la esperanza de
llegar a conformar una familia donde el amor nos permita comprender y com-
partir la soledad individual que nos librará de la melancolía del incesto.

EL ASTROLOCO

Todo defecto es una virtud enredada


Y toda virtud es un defecto resuelto

Siempre me ha parecido que el zodíaco son doce tipos, que como los apóstoles,
representan las doce maneras posibles de ser humano. Cada uno dotado con
una particular combinación de luz y sombra. Cada quien con un demonio que
se cree santo y un santo que no cree en su demonio.
Por eso me gusta el zodíaco, porque es un juego del alma, que bien jugado, nos
conduce a las virtudes posibles transitando por los defectos vigentes. Y digo
defectos, porque el camino de la verdad está empedrado con el error y, por lo
mismo, el 90% del tiempo necesario para llegar a la virtud, lo pasamos en los
estaderos del defecto.
Así que este paseo por el zodíaco no deja de ser una broma sobre las oscuri-
dades del signo iluminadas por el ascendente, una charada sobre la virtud que
aparece cuando se destapa un defecto.
Que nadie se ofenda si los astros le tocan un callo, pues mi signo también está
en juego y en cuestión de defectos, todos somos tocayos.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Sagitario
El diablo haciendo hostias. Cuando están con Dios echan de menos la
cama y cuando están en la cama echan de menos a Dios. Buscadores
en el cielo de lo que se les perdió en la tierra, les encanta ser discípu-
los de gurú pobre y cónyuges de bobo rico, quedando, finalmente, en
santos con tarjeta de crédito. Son como el fuego de brasa, que deja
asado todo lo que abraza. Cuando meten la pata, por sacarla más la
meten. Como son la aspiración conteniendo la respiración, si aprenden
a soltar el aire, podrán respirar tranquilos.

Capricornio
El alquimista cómodo. Signo utilizado por Dios para reencarnar
aristócratas. Llamados a convertir el plomo en oro, se contentan con
bañar en oro el plomo. Contunden la comodidad con el placer, el nivel
con la clase, lo útil con lo sutil, y el ascenso social con la subida al cielo.
Consideran la manipulación como el máximo desarrollo del sentido
práctico. Cuando la usan es virtud y cuando los usan, defecto. En cues-
tiones de geometría, sostienen que la menor distancia entre dos puntos
es la travesía. Hábiles para hacer trampa, son mejores para caer en
ella. Son tan prácticos que el arte se les convierte en diseño y la estéti-
ca en decoración. Suben como palma y por ello tienden a ser cocos.

Piscis
El cristiano anticuado. El devoto al servicio del sacrificio. Siempre esperan-
do que Dios le mande una causa para gastarse en los demás y quedar en
nada con ellos mismos. Si los acuarianos son los cristianos del futuro,
estos son los cristianos del pasado. Antipasto de leones, plato fuerte de
Nerones. No se les ocurre que el servicio puede llegar a ser vicio. Que ser
devoto no es regalar el voto. Que el sacrificio puede ser sacro oficio y no
necesariamente inmolación. Salgan del mar que de allí salió la vida.
Salgan del útero, queridos feto peces, no se queden atrapados en el
anzuelo del cordón umbilical. La salvación no es amar la gente al cielo,
sino salvar en la tierra lo que en nosotros y los otros, al cielo pertenece.
Y recuerden que no sólo espinas tiene el pez. Es cama también.
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Acuario
El príncipe mendigo. Viven temerosos del presente porque no se parece
al futuro de donde provienen. Por haberse caído de un ovni, tienden
a camuflarse y en su afán de no ser descubiertos, niegan saber lo que
saben y copian perfectamente lo que no saben. No tienen enemigos
sino prójimos extravagantes. De puros postmodernos pueden llegar a
ser muy prehistóricos. Continuamente miran al cielo buscando la
nave madre y sólo de cuando en cuando miran p'adentro los hijue-
madres. Finalmente, si no logran reinar sobre la mediocridad serán
sus reyes.

Aries
Yo soy yo y los demás son monte. Muchachos, uno no se diferencia de
los otros afuera hasta que no diferencia a los otros adentro. Con su
desapacible franqueza y precisión cirujana, ustedes son excelentes
para cantarle a los otros cómo los ven de pendejos. Háblense ustedes
en el espejo y hagan lo mismo con su pendejo. Así sabrán que el yo sólo
aparece, cuando desaparece la pendejada del ego. No detesten lo
efímero so pretexto de que el yo se consolida durando, pues el ego
también durando se consolida. En todo caso muchachos, en Marte ni
se casen ni se embarquen.

Virgo
La totalidad del detalle. Holográfico personaje capaz de meter en un frag-
mento la totalidad del paisaje. Por su condición de héroe laboral, no
tiene inconveniente en recibir parte del sueldo en felicitaciones. Si se
derrumba el entorno, él ve caer los detalles. Por desconfiado, previsi-
vo al máximo y, por lo mismo, siempre sorprendido por lo inesperado.
Avaro con lo que ama. es generoso con lo que está engüesado. Amante
del formato, se lo aplica hasta al orgasmo. Como fanático de la civi-
lización, es sensorialmente inculto y como ateo de la cultura, a la
razón rinde culto. Son los niños juiciosos de la virgen y en el ajedrez
los peones de la dama.

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■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Leo
El cobarde valiente. Sólo le tienen miedo al ridículo y al miedo. Del miedo
se protegen con la valentía e ingenuamente creen que el heroísmo los
salva del ridículo. Parecen no comprender que el verdadero heroísmo
es la capacidad de vivir en la ridiculez cuotidiana. Siempre quieren ser
el centro de una periferia abarrotada de público, preferiblemente
aplaudiendo. Cuando no les paran bolas, se dan el pantallazo rugiendo
como el león de la Metro. Si no logran impresionar a nadie, quedan
como el Mago de Oz. Perdonan con nobleza a quienes les perdonan su
nobleza y nadie tiene problemas con ellos siempre y cuando les obe-
dezcan. Nunca juegan en la banca, a menos que sea un trono. Y digan
lo que digan, sigo siendo El Rey.

Tauro
El mezquino generoso. Necesita de la mezquindad para equilibrar su na-
tural desmesura. A menudo confunden el ser con el tener y esto porque
piensan que tener es lo que le da existencia al ser. Por lo mismo, plati-
carle a un tauro de pobreza es como hablarle a un pigmeo de basquet-
bol. Como buenos rumiantes, son lentos para digerir cualquier cosa,
pero una vez que lo logran, buena o mala la conservan hasta la muerte.
De ahí, su proverbial terquedad y lo difícil que es lidiar con ellos. No
tienen problema en embestir una espada y en acudir muchas veces al
engaño. Sin distinguirse por el sentido del humor, cuando lo tienen son
maestros del burladero. A diferencia de los demás signos, consideran
con naturalidad todo lo que el cuerpo segregue, emane, exhale o dis-
pare. Amos y señores de la paciencia, cuando se les agote, líbranos
señor de la embestida de un tauro.

Libra
El juez cojo. En efecto, cuando violan la ley, lo hacen en ejercicio de un dere-
cho, y cuando juzgan, lo hacen en cumplimiento de un deber.
Preocupados por el equilibrio, manejan la balanza como cualquier ten-
dero tramposo. Siempre de lo que ofrecen, algo se guardan y lo guarda-
do es su falta, lo que les queda faltando para conservar el equilibrio.
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Esa falla de balance, con vanidad compensan y por eso piensan que
justificar es hacer justicia y que el kilo pesa una libra.

Escorpión
El Don Juan de San Juan. Saben que el espíritu está en la carne y siem-
pre están averiguando en qué punto exactamente. Perciben al prójimo
como una sucursal de su libido. Es el único signo de agua que no sabe
nadar, pero le encantan los lugares húmedos y vellos. Muchos de ellos
se caracterizan por un extraño brillo metálico en sus ojos, que algunos
atribuyen al deseo y otros a la voluntad de matar lo que no pueden
poseer. Personalmente, creo que dicho brillo obedece a lo primero y si
lo deseado no se deja, le aplican la segunda. En todo caso, si usted está
cansado del amor platónico, con ellos podré conocer el amor plutónico.

Géminis
La división que multiplica. Es un signo matemático cargado de dividen-
dos y a cargo de varios divisores a los cuales se les hace muy difícil lle-
gar a ser cuocientes. ¿O conscientes? A los géminis, la división de la
personalidad les multiplica las personalidades. En ellos, todos se la
pasan pensando qué van a hacer y prácticamente ninguno se encarga
de lo que ha hecho, porque, finalmente, nadie sabe quién lo hizo. Por
eso se dice que cargan la experiencia en un balde roto. Por lo demás,
es muy divertido charlar con ellos, aunque a la hora de abrazarlos uno
siente que se esfuman en el aire como un espejismo.

Cáncer
El ternero huérfano. Signo mamón por excelencia. Siempre dando o reci-
biendo teta, es un paramédico afectivo y un traumatizado de la leche.
Especializado en la culpa, igual la siente o la produce. Posesivo, como
los cangrejos, antes que soltar, prefiere perder la pinza. El abandono es
para él la peor ofensa y por lo mismo la mejor defensa. En efecto, cuan-
do se siente ofendido, esconderse es su mejor ataque y hundirse la per-
fecta manera de salvarse. Todavía no comprende que la homeopatía del
abandono es la soledad. Se considera sensible pero ante todo es
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■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D

susceptible. Su miedo al futuro lo resuelve almacenando enlatados y


conservando objetos del pasado. Paradójicamente, a cáncer lo mata el
corazón.

EXPL-ORACIONES

Somos una ilusión que se desvanece


Salpicando de experiencia a Dios.

Gracias Señor
Por la locura dulce
Que me zafó de la locura amarga.
Por esta pobreza de rico
Que me libró de la riqueza pobre
Por los minutos de Amor
Que sanaron los años de apego
Por la soledad
Que me salvó de las malas compañías
Por el destierro que me sacó del entierro.

Gracias Señor por todo lo que me has dado y lo que aún me estás debiendo
pnra completar lo estipulado. Bastantes males me has enviado para en bienes
invertirlos. Grande fue tu confianza y espero no haberla defraudado, pero sigo
siendo tan porfiado que no dejo de preguntarme si acaso no hubiera sido posi-
ble hacerme de males menos acaudalado.

Mercurio
Buen bandido de socarrona risa
Espíritu flotante de las transmutaciones
Tú que ves iluminada la oscura belleza de la tierra
Regálame la magia de las conexiones
El arte de ambular por las fronteras
Robándole a la vida lo que me faltaba para completarla.
Señor: No somos dioses en proyecto, sólo un proyecto de los dioses.
No pretendemos alcanzar tu gloria, aunque sí manifestarla.
Recuerda que sólo somos imágenes tuyas en pos de la semejanza.
Que no te molesten los caminos que abrimos para poderle encontrar.

Te percibo escaso Señor


Para los hombres que te buscan
Y aún para los que te encuentran.
Sospecho Señor, que la crueldad
De las imágenes nos está dejando ciegos
Y sordos el volumen de las lamentaciones.
Entendemos Señor que no seremos tu
Semejanza hasta que no comprendas que
Somos tu experiencia.
Nuestra carne no quiere ser verbo,
Sólo espera que el verbo la ilumine.
Arriesga un poco más Señor
Hasta ser más justo con los justos
Gomo alguna vez lo fuiste con tu siervo Job.
Dicen Señor que con oraciones como esta
Arriesga uno a probar tu rayo, y puede ser,
Porque, actualmente, poco sabemos de tu ira.
De mi parte Señor manifiesto,
Que si mi petición rebasa tus límites
Es mío tu rayo
Si no, expande tú nuestros límites.

Manirroto
Con los panes
Con los peces
Con los clavos.
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■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D

Crucifixión +
Resurrección
Cruci-ficción

Por
La bella
Soñadora
Intrépida
Y solitaria
Oveja perdida,
Jesús abandonó todo el rebaño.

Señor: Eres infinito. Nosotros tu experiencia del límite.


Eres eterno. Nosotros tu vivencia en el tiempo.
Eres el camino. Nosotros tus sandalias.
Eres la luz. Nosotros tu sombra.
Señor
Algunos hombres ya saben
Que es su destino caminar
Por esta noche del amor
Con ojo limitado y tiempo límite
Esperando encontrar algún día
Las puertas de la Jerusalem celeste
Y diluirnos en la inmensidad de tu ser
Como gotas de verbo conjugado.
Señor
Ya es hora de sacar la esperanza
Del fondo de la caja de Pandora,
Pues los males que de ella se escaparon
Nos están quebrantando las sandalias,
Y el dolor de los hombres Señor
También tiene un límite en el tiempo.
MADRE CHINCA

He aquí mi corazón buena madre, tómalo que a ti


recurre buscando reposo, cansado de oír los vanos rumores de la tierra, viene
a escuchar tu secreta palabra llena de sutil encanto.
Ábreme los ojos hasta que pueda verte en el reflejo del agua, en el perfume de
la rosa y en el rostro de tus hijas, coronada de estrellas mirando serena con
dulce sonrisa mi asombro de niño al contemplar fu belleza.
Aquí vengo pues a depositar en tu altar mi corazón, bien conoces su inconstan-
cia, date prisa en tomarlo que tal vez esta noche no estará ya en mi poder y
lágrimas me costaría recuperarlo. Ocúltalo ahora mismo, guárdalo en el tuyo y
si en adelante te lo reclamo alguna vez, no me lo entregues y adviérteme desde
ahora que no acogerás mi petición, que te lo di y ya es tuyo para siempre.
Hazme puro ante tus ojos, concédeme la inocencia, un corazón grande para
amarte y tu regazo para el reposo.
Dame la visión y con ella la esperanza, otórgame sabiduría y fuerza como vir-
tudes de vida que me conduzcan a una muerte santa.
Cuando debilitados mis pasos se encaminen a la tierra y ya mis labios hayan
gustado el cáliz de la amargura, colócame las alas de la paloma y acude a
recibirme a las puertas de la eternidad. Así sea.

__ EL DURO

Hoy tengo en primera línea al que me gusta, al


muchacho cielo terrestre, verbo en la carne, al que se juega a cara y sello y
parada le cae la moneda.
No te dejes mover el piso muchacho para que podamos gozar de una noche sin
miedos. Oídos sordos a los lamentos del resto del elenco, lengua pronta al soplo
del viento, con destreza marinera en el mar de las palabras. Escribe gaviero
en las cuatro direcciones, la brisa nos es cuatro veces favorable. Cualquier
cosa que digas goza de cuatro aprobaciones. Es un bendito día de gracia que
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

debemos aprovechar capturando cualquier instinto serpenteante que pueda


ser cazado con las palabras exactas, las que lo harían bailar sin velos ante los
ojos de Dios, que miran a través de los míos la desnudez de natura vestida con
verbo transparente.
Mantenlos a raya. Que no entren sus lamentos ni quejidos, sus culpas y dis-
culpas. Que nos dejen cantar esta noche la tonada mágica de la vida. Deciles
que contás con mi respaldo, que vos sos El Duro. El más duro de conseguir.
Deciles que ya sé que vos sos el Yo.

EL DESUSO DE LA SENSACIÓN

A los siete años los niños llegan al uso de la razón.


Por la tal razón, hay que entrarlos al colegio, benemérita institución donde
nadie sobrevive sin razón. Igualmente, en ese momento los consideramos aptos
para recibir al Cristo y les hacemos la primera comunión, generalmente festi-
va, ruidosa y muy poco religiosa.
Alrededor de los catorce llegan al uso de la sensación. Para esto no hay cole-
gio, ni siquiera iniciación, salvo que así denominemos la menstruación y la
masturbación. Ahí callamos, pretendemos ignorar para qué los hace aptos el
asunto. No hay nada qué celebrar y se da la impresión de que tampoco hay
nada qué recibir. Por lo tanto, no hay segunda primera comunión.
¡Ya eres una mujer! Le decimos a las niñas cuando les llega la regla. Y también
el reglamento que les prohibe ejercer la mujer que les llegó. Ya somos hombres,
pensamos los niños cuando descubrimos la paja. Pura paja que seamos hom-
bres sin haber tocado a una mujer. Iniciaciones en abstracto. Parecería que el
uso de la sensación exigiera ser autodidacta y ateo. Hágalo usted mismo, con
usted mismo y sin nada sagrado en ello.
Se tiene la impresión de que existe un culto a la razón y una conspiración con-
tra la sensación. Que la cabeza mete goles y autogoles el cuerpo. Que la cabeza
aclara y el cuerpo enreda.
Torpezas de un racionalismo que pretende ignorar, cuando no reprimir, las
manifestaciones del cuerpo. Como si las palabras valieran más que los actos.
Como si no supieran que su función es leerlos y, de no hacerlo, padecerlos.
Esto es grave porque significa dividir a los niños haciéndoles creer que su
cabeza es divina, lo cual es cierto, y diabólico su cuerpo, lo cual es falso. Pues
qué otra sensación dejan los adultos en los niños con su silencio culpable y sus
actitudes represivas sino la que les hace sentir que con el cuerpo llegan los
instintos, con ellos la sexualidad, con ésta el pecado, con éste la oscuridad y
en conjunto llegó el diablo. Por eso no hay fiesta y nadie a quién recibir.
Lo verdaderamente catastrófico de todo el asunto, es que no aparezca ni
siquiera un adulto que sospeche que con el cuerpo lo que llega es la posibili-
dad del entendimiento y, con él, el Espíritu Santo.

EPILOCO

La página que sigue es el verdadero testamento.


Salta a la vista que es una página en blanco, donde están y no se ven, los más
hermosos poemas que nunca escribí. Si la miran detenidamente, notarán que
está llena de silencios. No tiene remedio, lo más hermoso de la vida siempre
nos deja mudos. Quizás palabras había pero yo no me las sabía. Quizás nos
deja en blanco lo insólito de los hechos. Es que hay imágenes que superan la
evolución de la palabra. Las llamamos secretos. Los únicos verdaderos porque
no se dejan revelar. Son la sustancia de nuestra intimidad con Dios. La marca
invisible de su presencia inescrutable.
Esa página es la constancia de todo lo imposible que me consta. Y queda para
dar fe de las visiones que mañana serán sospechas y al final revelaciones. Es
lo que me guardo porque ni yo mismo me lo pude entregar. Ahí estoy yo, en mi
más yo de todos. El imagen y semejanza de lo inefable.
Conste que cuando esto escribo, del libro apenas voy en la tercera parte. Es
muy raro saber cómo termina lo que apenas ando comenzando. Y que desde el
principio confiese que finalmente no les dije nada. O apenas una pizca que para
mí es demasiado. Un pequeño punto de partida que dibujaré en el centro de la
última página para resumir el libro y dar una idea de lo que quedó faltando. Algo
así como un punto de vista sobre lo que está por fuera del alcance de la vista.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA O.


"Dijo alguien
que aunque siempre dijo
lo que le pareció,
posteriormente,
no siempre le pareció lo que dijo.
Nunca pude pulir lo que viví
porque esto es privilegio
de los que logran tener raíces
y yo no logré tenerlas.
Así que muchas cosas de estas libretas
ya no logran expresar
fielmente algunas ideas".
(Luis Enrique Mejia)
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Hasta aquí Luis Enrique. O por lo menos la parte del


libro que escribió con su propia mano. Un ejercicio de lucidez, de desandar
tiempos, pensamientos y emociones.
Buena parte de sus últimos meses los dedicó a mirar y volver a mirar sus libre-
tas de apuntes, esas donde anotaba lo esencial de su vida y algo de las vidas
ajenas. Aquello era como un viaje hacia territorio desconocido. Creemos que
Luis se topó igual con flores y con fieras. Creemos que recordó noches y recu-
peró olores perdidos.
Y creemos que de alguna manera, su trabajo con el libro lo decidió definitiva-
mente a dar el último salto, a lanzarse con la audacia de los inocentes a ese
otro lado, a ese espacio que él tocaba con la punta de los dedos cada que
escribía un poema, cada que se "pieleaba" con Dios, cada que le daba un abra-
zo a la locura o se apropiaba algún secreto susurrado en un sueño.
Difícil su encargo de terminar lo empezado. ¿Qué textos elegir? ¿Cuál era el
libro que él veía, ese al que no teníamos ya acceso?
Finalmente tomamos la mejor decisión: la de permitir, escuchando todos sus
textos, que fueran la intuición, la nostalgia, la risa, el asombro y por supuesto
el amor, los que fueran señalando el camino.
Renunciamos también a todo orden. Detectamos unos cuantos temas funda-
mentales y allí fuimos agrupando los textos. Al fin, cuando después de muchas
noches de leer y releer escuchamos la versión definitiva, no nos asombró
mucho comprobar la presencia de la magia y sentir que leer aquellos textos era
como charlar con Luis.
Quienes tuvieron el privilegio de hacerlo recuerdan sus carcajadas. Su lucidez
para abordar cualquier tema, su poder de síntesis. Sus silencios, cuando
súbitamente lo visitaba la Presencia. Su, a veces terrible y otras dulce, capaci-
dad de desnudarnos con una simple frase.
Este es, pues, el libro de Luis ya terminado. No nos queda más que agradecer
al universo el regalo que significó compartir un destello de tiempo con él...

Los editores.
LA POESIA...

"Usted ya sabe lo que es el vértigo: estar ebrio de la propia


debilidad, el deseo insuperable de caer". (Kundera)

En una noche paralela


A la noche que vivía
Mi silencio y el silencio
Sus silencios aliaron
Para escuchar el canto
De la soledad que acompaña
A las soledades que no tienen compañía

Lo vio mi alma provenir de las estrellas


Desde las llores lo vio llegar mi corazón

Quedó claro en esa noche


Que otra noche se aclaraba
En las entrañas de un mundo
Que otro mundo entrañaba.
-Cañón de la tigresa, II-15-85-

Peregrinos son los pies del monje


Muro de convento su piel
La tierra el camino, sandalia su fe
El cielo destino, las alas no sé.

Hola mi niña amada. Es de mañana y quiero cantar para ti. Como el pinche y
el compinche. Pájaro-monje mesurado gorrión que sale temprano a buscar su
grano de luz. Y lo encuentra. A veces en el viento. A veces en el agua. En la
tierra a veces. Hoy en una rosada herida abierta. Que le cambia las alas por
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

conchas. Para llorar perlas. Como las ostras. Que baten sus alas. La concha
para volar en el agua y tornar de nuevo a pájaro-pinche-gorrión-compinche
tuyo rosada herida abierta.

Deja volar mis dedos


Por tu piel de viento
Hasta las puertas del huracán.

Con un buen fuego en el pecho


Serás hoguera sin hogar
Y es posible
Sólo posible
Que descienda sobre ti
La calma de las brasas.

Déjame amarte con el mejor deseo de amar


El de las alas, el de las velas, el de las olas
El que profesa el colibrí a las amapolas.

Dime si estás dispuesta a la contravía


A marcharte conmigo calle abajo
Piel adentro y cielo arriba.

Había que vestir el cuerpo de distancia


Y llevarlo a todas las derrotas. Era la
Única manera de reconquistar el misterio
Que se había perdido en la necesidad.

Cuando estoy contigo


Soy el otro
El que contigo estaría
De ser impecable mi amor.
Ella era paulatinamente honrada
Uno podía esperar de ella la verdad
Pero en las horas de la madrugada.

A tres o cuatro intuiciones


Agregue una o dos sospechas
Con una pizca de ganas de ser.
Bátase lentamente hasta que el caldo espese
Esparciendo gotas de humor para evitar que se le queme.
A fuego lento muchas noches
Debe cocinarse el cocinero
Y no se extrañe porque el plato es extranjero.
Por último
Sírvase de lo servido
Para luego servirle a los demás
La sopa celeste que corre por sus venas
Por todos los siglos y para siempre jamás.

Háblame con tu piel


Para creerte con la mía.
¡Déjame pielear contigo!

De ti aprendí
A no esperarte
A igualar el verte llegar con el verte partir
A ir dejando suceder
A jubilar el destino.

En los días del azar


Me quedas tan grande
Que tengo que crecer.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Es posible que le permita a la luz del sol


Entrar en la noche sin matarla, sin poseerla.
Una humilde entrada que no deslumbre
Para que la noche pueda seguir siendo
Noche iluminada.

Que mi fuego arda


Sin quemarme
Que mis pasos no tropiecen
En la oscuridad
Que mis ojos vean
En la noche.

Cuando el león toque la gacela


Gomo el rayo de sol toca la rosa roja
Terminará la larga noche.

Déjame aprender de vos


La lujuria callada de la jaula
vacía
Déjame asoliar la soledad en tu
patio.

Duele que no vengas


Pero está bien que duelas
Y que no vengas también
Pues no viniendo te vas.

No quiero matarte porque te amo


Porque te amo prefiero morir yo
Y muriendo yo muere mi cólera
Y en el espacio de su cadáver todo es posible
Hasta amarte sin que me ames.
61



En un país de piel y carne amada como a mí mismo
Donde un día proscribieron las caricias
Y una mano detuvo mi mano para decirme que ya no
Era uno con esa tierra sino dos en el destierro.
Allí en ese país nació mi cólera
Celosamente guardada como un error precioso
A través de todas las edades y todas las mujeres.

Debe haber un hombre en mí


Y una mujer en alguna parte
Que puedan hacer el amor
Con la mirada el silencio
El roce la sonrisa
El camino y el sonido
De una ciudad misteriosa que los espera.

Poemas en favor del mito


A lo mejor Quizás
De pronto Probemos
Uno qué sabe No importa
Es posible Vamos a ver
Qué le hace Hay que arriesgar
Déjese hombre Lo que sea
Y si de pronto Esperemos
Nadie sabe Ojo
A veces No haga repulsa

Quiero preservar tu amor


Para conservar el amor.
Si es necesario
Lo cubriré de silencio y distancia.
Si es necesario
Le daré la otra mejilla.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

¿Qué mago tejedor


Cosió nuestros corazones
Con ese hilo que se pierde en el infinito?
¿Qué aguja despiadada
Ligó heridas hermanas
Para inventar un dolor desconocido?
¿Qué cosa dulce
Podrá derramarse
Sobre esta noche tejida en un encuentro?
Ya no eres amable
Tus santuarios de luz han caído
Tienes rostro de guerra perdiéndose
Obligas a transitarte con cautela.

Cada vez que voy a morir


Con una de las muertes que te incumben
Te marchás diciendo que sólo me incumben.
Cerrás la puerta
Y con el ojo en la cerradura
Dura y cerrada
Te quedás mirando cómo agonizamos.

Me declaro ausente de tu amor


Prisionero de mí mismo
Espero que la luz que guardas
Habite otras mujeres
Que amen hasta el perdón.

Quemaba despacio mi pasión en el fuego ártico de las luciérnagas


Me dejaba ronco de presencia silenciosa
Ardíamos en afonía como estrellas de una misma noche
Llegamos a temer más el encuentro que la ausencia.
63



Nos separamos
Para que algo en ti "que no"
Quedara contento
Y algo en ti "que sí"
Quedara triste.

Eras el dolor futuro que me dolió siempre.


El peligro de amanecer clavado en un madero rosado.
La mirada silenciosa del callado amor lejano.

No deseo más sal para mi sed


Haz con tu piel otra vela
Y navega con ella la distancia
Del olvido.
Yo quiero naufragar en el mar sagrado.

El vapor es el agua que la luna


Bebe de la tierra
La lluvia, es llanto de estrellas,
Lágrimas que bebe la tierra
De los ojos celestes.

Usted duele muchacha


Usted reparte más herida que remedio.

Soy caña de siete agujeros


Frágil flauta posible
De sonar con el aliento
de tu mirada.

Le hacía un seguimiento a la mañana


Para detectar el humor del día.
64



■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Me gustaría fueras
Un poema de siete lecturas
Pendientes de un hilo
Poema móvil
Para el móvil del poema.

Hoy amanecí adentro


Y sin ganas de salir.
¡Hoy todo será mirada!

Palabra viva que se agota como lluvia escampando.

Tu rompecabezas me
Hirió porque no
Encontré la pieza
Donde te escondías.

Las anclas de mi nave son mis alas ahogadas.

Es normal que las alturas callen


Que teman descender si cantan
Pero claro es también que la llanura grite
Que se asuste de subir en el silencio.

Olvido los poemas para conservar el deber


De hacerlos cuando las muertes me cogen
De sorpresa o a lambetazos la vida
Me sorprende.

Padezco una esperanza intermitente


Como las luces que iluminan los desastres.
Tu dolor sin bodega en mi carne
Lo sufro de inmediato para que
No amargue y oxide mi corazón.

Francamente
No entrés a esta guerra
Si no sabés nadar en la duda cangreja
Volar en la oscuridad lechuza
Caminar sobre el fuego salamandra
Respirar bajo tierra duende
Si no soportás la quemadura del látigo
El frío de las noches sin Magdalena
Francamente
No entrés a esta guerra de cielo o nada
De bayoneta clavada en el costado del vencedor.

Desapego es volver las cosas paisaje.

Háblame como el aire sutil que rodea la fuerza


Suaviza mi poder ordenador
Ama mi sable
Enséñale a diseñar fronteras
Comprende que mi destino es descifrarte.

Ay dolores que no caben en ninguna parte


De tan largos y tan anchos sólo pueden habitar el aire
Desvelados al pie de las ventanas celestes
Donde la esperanza y yo esperamos
La cometa la flor y la mariposa.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Si estás ahí
Vivo
Si no
Medro
Si estás allí
Amo
Si no
Esclavo
Si estás ahí
Verbo
Si no
Discurso
Si estás ahí
Canto
Si no
Grito
Si estás ahí
Tengo sentido
Si no
Código
Si estás ahí
El dolor fortalece
Si no
Mata
Si estás ahí
Vive en mí
Si no
Que el agua se disuelva en el agua
El aire en el aire
La tierra en la tierra
Y el fuego en el fuego.

Un día una nube se comió una mariposa y


Llovió con arco iris.
67



Cometa el sueño
Soltando pita
Sin soltar la pita.

Vos chiflada quedarías herniosa


Serías alada y de bello plumaje.

Déjame sucederte
Está escrito en las hojas de los árboles que
Sólo quedarás libre el próximo otoño.

Tenía un poema que hacía salir el sol.

Hace diez di-minutos siglos que


Te conozco desde siempre.

Esa noche la trompeta secreta derribó el muro de cristal que guardaba tu oído.
Un clamor de libertad desnudó tus pies y caminaste descalza por las avenidas
de la luna. El amanecer amaneció pidiendo muro y distancia. De nuevo el
cristal pendiente. Y los zapatos de la distancia, -antes del jueves- dijiste, -antes
del aguacero-, pensé.

Sancho ego mío, déjate de tonterías,


¿o acaso deseas terminar de nuevo gobernando una ínsula barata?

Poeta y santo
Del mismo pájaro
Vuelo y canto.

Tus labios traen el mar a mis palabras


Pero tu corazón se esconde
Tras las rocas.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

A ti
Semen de estrella
La luz te perderá
Para hacerte más luz.

Cansado de trillar ilusiones


El viejo molino cruzó las aspas
Y se puso a escuchar el viento.

Podría quedarme quieto después de


Escribir esto y cerrar todas
Las puertas
Que hay que abrir para llegar
A ti.
A la diosa blanca que de súbito te habitó
Y otra vez abrasado
Por la sed estrellada de la vía láctea
Te pido una Águila
Y me la bebo mirándote de reojo
Por todos los poros
Quedándome lejos por todos los peros.

Las aguas de tus aguaceros


Llovieron y llovieron
Hasta que yo vi.

Fuiste muy dura con mi sueño y él


Prometió no soñarte más.
In memoriam Jack Kerouac
Sé de una soledad
Que buscó a Dios en auto-stop
Que viajó en tren por su agonía
Que subió a las montañas para ponerse
A la altura
Que bebió vino para embriagar el filo
De la lucidez
Que vivió el día nuestro de cada día
Y aún después de su muerte
Sé que Jack Kerouac
Por su manía de moverse solo
Ha sido nombrado silbador de medianoche
Expreso de luz sobre los railes del infinito.

El grillo canta como titila la estrella.


¿Será su canción lo que la estrella canta?

Si ocurre que me abisme en el abismo


de mí mismo
Sin que pluma ni ala interfieran el vértigo
De caer por las edades
Hasta el primer ojo que vio
Si ocurre
Búscame entre los grillos cantores
Entre los elementales del sonido.

Cuando el cielo lluvia


Sus lágrimas dibujan
Ojos en los charcos.
Por la imposibilidad de ser uno
Se viaja a buscar el doble
Del talento que nos fue dado.
70



■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

La necesidad de ti
Labrará en mi corazón
El ojo que te verá
La mano que te asirá.

Has visto ya todas las visiones posibles


En tu caleidoscopio de niño.
Ya sabes en qué sueños quisieras ser el héroe.
Ahora
En este día crecido hasta el crepúsculo
Elige una visión, una sola
Aquella por la cual vas a morir.

Homenaje a los calzoncitos de T. G.


Nadie se puede marchar sin espalda ni equipaje.
Sin espalda, la mirada permanece,
Sin equipaje no habrá vacío en el clóset.
Debo añadir, sin embargo,
Que cuando te marchaste,
Los calzoncitos que "olvidaste",
Me miraban y llenaban el clóset,
Eran como una estrella de esperanza
En la constelación de mis calzoncillos.

Tus alas y mis alas


Se aliaron en un descuido del miedo
Y como agua y piedra
Se acariciaron en el lecho del río.

71



La vida cania aunque los hombres no escuchen
La vida muestra aunque los hombres no vean
La vida actúa aunque los hombres no hagan
Son gritos los cantos de la vida para los sordos
Pesadillas sus imágenes para los ciegos
Agresiones sus actos para los paralíticos
La vida no muere porque los hombres la nieguen
Los hombres
Sí mueren
Por negarla.

Agua primera del día


Rocío
Cargas el poder de la noche.

Amas el sol que ilumina tu cuerpo


Y odias la sombra que proyectas.
¡Oh! Peter Pan ingenuo, nada inocente,
sigue soñando con baños y retretes
donde limpies y evacúes el malestar
que te impide ser el santo bacán que eres.

Eras trigo fugitivo


Del hambre que te buscaba
Rosada espiga sin rumbo
Extraviado pan de mi camino

Por el Oriente de la cama


Donde estabas y ya no estás
Se nota temblar el aire
Presagiando la visión
De una mujer de hojalata
Buscando su corazón.
72



■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Tuvimos una noche


De repente congelada
Por el sol intempestivo
De unos ojos inocentes
Que eran tuyos y eran míos.
Tuvimos una noche
Que fue más que no tener ninguna,
Corta dura tajante
Gomo oscuras las noches del deseo.
Tuvimos una noche
Construida con horas retrasadas,
Una y no mil
Para contarnos los secretos de la carne.
Tuvimos una noche
Capaz de contener las que faltaron
Incapaz de imaginar
Las venideras noches en que faltarías.
Esa noche mujer
Cabalgaron estrellas por la sangre
Y fuegos iniciales encendieron
Los ojos inocentes de la niña
Los ojos tuyos, la niña de mis ojos.

Quiero mirarte como miran los ciegos:


Acariciando con los ojos tridimensionales
De mis manos el misterio del vino tinto
Profundo que ilumina tu carne como
Una señal luminosa que atraviesa
Todas las edades.
Siendo el enigma es probable que
Seas la respuesta y si acaso no lo
Eres, con lo que has sido me basta,
Pues al encontrarte he perdido las
Ganas de buscarme.
73



El día que amanezca sin coartadas
Lo aprovecharé para mirarme.

Omaira
Rumbo al encuentro que nos alejaría,
Todo era síntoma. El lecho ya no era
Río y risa no había.
Necesidad sí, de calmar la ausencia
Presente en la distancia que ningún
Abrazo acorta.
Se inicia el rito con el grito silencioso
De la muerte y quedamos a las puertas
De la tierra prometida musitando
Un casi, igual a "por un pelo",
Infinitamente más doloroso que un
Sencillo adiós cargado de desencuentro.
Repica sobre las sábanas
Una música nausica
Convocando las aguas de tus ojos y
Los míos a correr por el lecho
Inventando el fuego dulce que
Derritió todo lo que tú y yo, antes
De la fundación de la memoria,
Habíamos congelado en la garganta.
Luego el grito fue canto, la distancia
Presencia y tu alma la mía.

Hablas de mi pito como si fuera un


Osito que abrazas todas las noches
Para poder dormir. Si quieres gozar
De tu rosado estuche comprende
Niña que mi pito no es peluche.
74



■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Concédeme Señor oslar allí


Cuando el arco iris se descomponga
En flores y mariposas.

Un día te vi como Boticelli te hubiera pintado,


Entonces sentí la alegría
Del placer sin el apremio del orgasmo.

Por qué no se te hace imposible faltar a la cita que no hicimos.


Deberías caminar automáticamente hacia la equis de la ecuación celeste,
Donde recalan mis pies y todo lo que sostienen,
A ver si despejamos esta incógnita del amor
Por la que se te hace posible no acudir a la cita
Que otros dispusieron para nosotros.

Había algo más amor y tú lo sabías


Algo solar que te necesitaba lunar
Para completar nuestra noche con algo de día,
Algo que te perdería si te cansabas de olvidar
Fugaz para tus ojos, para tus pies fuga,
Algo pendiente que debimos subir juntos
Para no dejar nuestro amor pendiente.

Cuántos poemas y de qué índole


Debo escribirte para lograr
Que esos sonidos que mascullo y plasmo
Se despeguen y, como sabuesos alados,
Le sigan la pista al olor de tus cabellos,
Penetrando por ellos al cerebro
Hasta lograr que el centro del habla
Aulle mi nombre de tal manera
Que tu corazón no pueda dejar de oírlo
Y así este amor y yo
Tengamos el alivio de inquietarte.
75



Donde estás que cada vez orean menos
Tus aires sobre mi piel. Sé buena y
Envíame las coordenadas de un beso
Con suficiente longitud para cambiar
La actitud de mi alma subalimentada.
Permite que tu corazón capte el identificado
Objeto adolorido que a velocidad
De crucero orbita mis atmósferas.
En fin, emite una señal que se tropiece
Conmigo antes de ponerse el sol, que
Es cuando más la necesito para salvarme
De la noche.

¿Cabalgarás conmigo hasta las raíces de la noche?

Este amor me tiene vacunando dardos


Envenenados con un antídoto que me
Amarra la lengua y me condena a no soplar
La cerbatana que te enviaría al infierno
Donde yo ardería en los fuegos fatuos
Que tanto le agradan a mi ego.

Tú me hiciste brujo amor


Pues sin estar contigo en tu corazón estoy
Arte nagual y sin igual estar donde no estoy
Bruja destreza que no me deja destrozar.

En la gota que me quedó de tu amor


Ya nadan peces dorados y crece una flor
De loto.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA O.

Entrégate al buen Dios


Cuando tengas el mapa de tu piel navegado
Y señaladas las entidades del mar
Que entre susto y belleza te hicieron hombre
Condición única para reventar o dispararse
A las estrellas que te reciben por haber perdido todos los lugares
Donde hubieras podido apoyar la cabeza.

Gomo al trueno
Y las campanas
Que no inventé
Presto mi oído
A tus silencios.

Propongo una muerte que se nos parezca


Propongo que digamos por qué irnos fue un alivio
Propongo un nivel de dolor para este adiós de fuga
Propongo que nos declaremos reos ausentes.

Tejía preguntas para abrigar dudas:


¿Cuántas cosas se murieron de sed porque no fui agua?
¿Qué hace la palabra razón en el corazón?
¿Cuántas muertes para crecer un centímetro?
¿Por qué los adultos adulteran a los niños?
¿Alguien ha muerto inventando un rito?
¿La fe da certeza o ser teso?
¿En qué misterio me alojé, por embellecer sospechas?
Suramérica de Inti
Sol íntimo de los incas
Suramérica de Moraes
Samba en el filo de los sables
Suramérica del viento
Soplo en las cañas del lago y de la quena
Suramérica del indio
Chanda lloviznada cazando la guagua
Suramérica de los tiranos
Pueblo cantando libertad con los dientes apretados
Suramérica del amor
Porque nace en las tierras abonadas con dolor.

Tenés la mirada de lago


La que me impulsa a ser primavera.

Me enseñaste a ser casto con todas


menos contigo.
Te hiciste señora de mi deseo
Y a mi deseo lo hiciste sagrado.

Andás lenta
Como creciendo
Tenés flores en la mirada
Y palomas en las manos.

Qué raros nos sentimos


En lugares como el desierto
Donde sólo somos espejismos
Hasta que entendemos el arte
De beber el sol y derretir la noche.

Dejando de caer
La cascada calló.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Era sabio como el sauce


Aromaba el aire como el sándalo
Caminaba en el mar como el mangle
Convertía el agua en vino como la vid
Muriendo nos trajo la luz como leña.

Rastrea un sueño
Maestro cazador
Acorrálalo
No lo presiones
Suelta tus armas
Déjate cazar por él.

¿Podría enamorar contigo otro aguacero?

Si sigues
Te vas a quedar así
Decía una madre a su hijo
Que jugaba a ser invisible.

Vos sabés
Que mi sueño es Dios
El poder circundante
La punta de la evolución
La reconexión con la luz
Yo sé que vos
Soñás con el mundo
El poder circulante
La punta de la revolución
La cancelación de la cuenta de la luz.
79



Contigo
Por una vez
Piel y palabra fueron una
Y a la vez.

Ama las magias


Que poco a poco
Te llevan a la luz
Ama por ejemplo
La flor y el I Ching
La mujer y los astros
La palabra y el Tarot.

Amanecieron
Los surcos
De tu campo
Cargados de sueños
Esperando ser
El agua
De tu diluvio
Interior
Fecunda
Inundación
Donde el arcano
Del corazón
Se descifrará
Navegando
El mar
Con leones y ovejas
Antes opuestas parejas
Ahora lana y melena
Que la paloma cuelga
En la misma rama
Del olivar.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Estoy dejando envejecer la noche


Para que pierda sus ímpetus
Estoy esperando la mañana
Para ir a visitarte con el cansancio del amanecer.

Estoy ronco de gritarte con el ojo


Que si vas a quemar mi pasión
Lo hagás despacio
Con un fuego de luciérnaga
Que me impida sentir
Tu ausencia como alivio.

En otros tiempos
Este hubiera sido el tiempo de asesinarte
Pero ahora que me decidí por el despacio absoluto
Gasto el tiempo de los asesinatos
Haciendo poemas que te aumenten la vida
Y esperando que la muerte barra para el sol mi patio.

A Durga la encontré una tarde en la puerta norte


De mis fronteras provisionales inquietando
El paso de los viajeros con un perfume de nube.
Su nombre era el sonido periférico de un eje
Inaccesible que cruzaba la línea del crepúsculo
Conectando el sexo del mango y la naranja,
El misterio de los grandes espejos quebrados
De occidente y la dulce risa de Sanye, un niño
hindú
Enamorado de los atardeceres de Bombay.
A Durga la amé con una mirada larga, capaz
De sostener la distancia indispensable para
Empacar mis fronteras y cruzar la puerta
del norte
Sin comprometer el misterio de la salvación.
Habitante del desierto
Desertor sediento de infinito
Bebedor del agua de las estrellas
Lluvia fría sobre fuego eterno
Lucidez
Quemadura helada
Castillo de cristal
Habitado por el unicornio blanco
Caballo de virgen
Muchacha impoluta
Amante del navegante cósmico
Que siempre se va
Quedando con ella
En la perpetua distancia
Del lecho desnudo
Espacio inminente
Colmado de olvidos
Y sensaciones abiertas
Sin nombre todavía
Como la muchacha que me espera
En algún universo donde las rosas nacen sin espinas.

A veces
Por soledad
Mi poesía y yo
Nos hacemos.

Escucho tu voz cada vez más lejana


Como si el olvido fuese la fuga de un sonido
Una distancia cada vez más larga hasta el perfume
Una tarde que se sumerge en el silencio de la noche
El amor por los hilos de la cometa que nos robó el viento.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Sostenían una guerra


Que alguna vez entendieron
Sentados en la banca de un parque
Viendo jugar los niños de los otros
Y entregando la sonrisa de entender
Al señor que recogía las basuras.

Soy
El hombre y la mujer
La cúpula del templo
La paloma en el alero
Una noche que termina
Un resplandor que comienza
Don Juan y Francisco
Ella y todas las que habité
Sol luna soluna
Solo uno
Soledad de célula mítica
Mitosis mística de la célula
La esquizofrenia de Galilea.

Enderezaba
Su voluntad
Contra los muros
Del laberinto.

Eran los hombres


Jinetes asombrados
Sobre ángeles y demonios.
Desbocados potros
Cabalgando las llanuras
Del Padre.
(...)
Globos rojos y verdes
que se escapan al azul.
Palomas blancas
Plumas vivientes
En el sombrero
Del general de bronce
Que vigila el parque.
La proclama
Del mercader del número
Que te convoca
A comprar un sueño.
El menú callejero
Del mango biche
Y las papas fritas.
, Los muchachos de Krisna
Que espantan a Dios
Con tambores y platillos.
El viento
Que llena de alegría
Tu mirada de dos años.
El barrendero
Que sonríe al verte
Su hija.
La luz
Que se va
Con las campanas del Angelus.
El taxi
De regreso
Tu silencio
Mi silencio.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Mantenía la sensación
De que los espejos
Eran ventanas.
Les puso cortinas.

Cortejo
Una palmera
Porque le gana
Al cemento
De la vecindad.

Levantaba
Cada célula
De su corazón
Buscando
La respuesta
Intangible.
Cualquier día
La Presencia
Lo habitó.

Debió pasar
Largos años
Rastreando
Su fe de niño.

Mostraba
Las cosas
Sin nombrarlas...
Enseñaba caminando
85



La luz
La rodeaba
Completamente
Esperando
Una grieta

Lluvia
Además de mojar
Sé que eres el espíritu
De la mujer celeste
Humedeciendo la tierra.
Cada gota en un charco
Es un ojo que se abre
Para que yo sepa que yo vi.

.Ser errante
No es error
Del caminante
Pues sabio es
Aceptar el rumbo
Del instante.

Qué más oración


Si además de erizarme
Lloro.

Amad
A las mujeres
De la piel ajena
De la sangre propia
Las del espacio nuevo
Las del tiempo velado
A todas sin excepción
Las que os han llovido o asoleado.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Yo no vine
A traer paz
Sino espada.
Vine a unir
Lo disperso
Y a separar
Lo apegado.
Todo esto lo decía
Un antiguo carpintero
Mientras unía con cola
Lo que había serruchado.

La soledad
No es tan mala
Como dicen.
Te faculta
Para hablar
Con las paredes.

No navegues mar adentro


Sin el cero como anillo
En el dedo del co razón.
Te tragaría el infinito.

Las libélulas
Vislumbraron
El gran estanque-
Equivocadas
Despegaron a las 5:45.

Paradoja de la verdad su cercana lejanía


Dime de verdad ¿qué es la verdad?
Cerca está la verdad cuando hablas con ella
Lejos cuando le preguntas quién es ella.
La agonía de estar lejos del infinito.
De ser prisionero de uno mismo.

Si no escalo esta noche tu serranía


Mi próxima montaña tendrá un monasterio.

A veces
Después de muchas veces
La humildad que se nos reclama
Acaba siendo un lugar de complacencia
Con las batallas que nunca ocurren
Con los viajes que nunca comienzan
Con las sabidurías de sillón.

Notó
Que las palabras
Devoraban los hechos...
Enmudeció de asombro.

LO SAGRADO...

"Tengo... una terrible necesidad... ¿diré la palabra?... de religión. Entonces


salgo por la noche y pinto las estrellas". (Van Gogh)

El Padre creó al hombre para obtener un recipiente


consciente en el cual encarnarse y poderse conocer. Lo que el Padre parecía
ignorar era que él tenía una espalda, un lado oscuro. Y que la conciencia -El
hombre- se lo mostraría. Y que a él no le gustaría verlo. Había una necesidad
del hombre pero también un temor de él. Yaveh se sentía como el que sabe que
tiene que ir a la dentistería pero no quiere ir. Por ello, a veces, era amoroso con
los hombres -cuando se acordaba de la finalidad de su creación-, y a veces los
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

ignoraba o los golpeaba -cuando le hacían ver su lado oscuro-. Cuando Job le
muestra que él sabe que tiene un lado oscuro con el cual la relación sólo es
posible con el temor, Yaveh decide hacer lo que tiene que hacer para conocerse
y hacer justicia a Job y lo que decide es encarnarse, pues ve que Job ya sabe
sobre él más que él mismo. El trámite de la encamación se lo deja a la
Sabiduría -el Espíritu Santo- pues en la primera creación hecha por él su lado
oscuro pudo intervenir como quiso y evitar que Yaveh lograra proyectar luz -
conciencia- sobre ese lado oscuro. Cuando Yaveh ve su lado oscuro conoce su
miseria y sabe que la manera de redimirla es percibiéndola experimentalmente
-en el consciente- y llega entonces el temido instante, el del espíritu que logra
sentir dolor -o su lado oscuro-. Mientras más dolor siente, más amor tendrá la
capacidad de sentir. Mientras más dolor sienta, más amor podrá sentir por el
hombre y más grande será la reparación para los hombres, por las injusticias
que cometió con ellos mientras crecía su conciencia. Es como si todo el dolor
que hubiera causado él injustamente a los hombres lo quisiera condensar en él
y sentirlo a través del hijo. Con todo ese dolor quemaría oscuridad convirtién-
dola en amor.

La misión de Satán -como pensamiento de duda- es ponerle obstáculos al hom-


bre, o sea ponerle trampas que le hagan dudar, y así hacerlo reflexionar. Así
surge de la oscuridad la luz. Al comienzo ésta fue una de las funciones de la
cacería. Los grandes animales contra los que no podía obtener victorias de
poder a poder debía cazarlos con trampas y para hacerlas debió aprender a
reflexionar.

Qué le pasará a la intuición de los que necesitan argumentos con 2.000 años
de antigüedad para creer.

El escándalo del Ambrosiano, el affaire Sindona, el caso Cody, la dudosa


muerte de Juan Pablo I y en general la historia del papado, nos muestran clara-
mente que el catolicismo es una estructura violadora de la ley, que administra
la prohibición de hacerlo.

Fe es creer con el cuerpo.


89



La fe comienza con un acto sin fe, y, acaba en la visión.

No tener con qué sentir a Dios, es no tener con qué sentirse hombre.

El dolor del viaje es la oración del cuerpo.

Trataré Señor de ser el artista que interpreta tu ser para ti. El artista vacío. El
que carece de guiones personales. El inmenso asombrado del ser que repre-
senta. El perplejo artista que se sabe representando el ser que es su único
público pero también el público total. El artista que simultáneamente es espec-
tador del drama que pasa a través de él. Trataré Señor de representarte bien
para verte mejor.

Cuando permitimos que el Cristo nazca en cada uno de nosotros, el cielo se


llena de ventanas.

La parusía será como entrar a una finca a robar manzanas con el perro ama-
rrado. O disfrutar del mundo sin el diablo o un flash de mil años.
Al cabo de los cuales estaríamos fundidos de meter lucidez y manzanas.
Entonces sueltan nuevamente al perro y hasta al diablo.

La oscuridad da a luz y muere devorada por la radiante criatura.

Dios aguanta mis imperfecciones como yo aguanto sus perfecciones. Yo le duelo


como templo que no puede habitar. El me duele como rey que no puedo albergar.

Tengo la impresión de que la escolástica ha sido, más bien, una fábrica de argu-
mentos destinados a legitimar el paulatino concubinato entre el poder espiri-
tual y el temporal.

Mi aventura es con Dios, no con los hombres. Más preciso: con Dios a través
de los hombres.

La creación es un logro inmenso, aun para la divinidad.


■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Judas era el ego de Jesús. El momento de su muerte es el momento en que se


completa la encarnación. Es cuando el Cristo habita totalmente la forma de
Jesús. Cuando Jesús es plenamente el Cristo: Jesucristo. Dentro de Jesús ya
no queda ningún contenido de su vieja personalidad. Ahora es Jesús vacío
(forma) llenado por una energía crística (contenido): Jesucristo. Es el momen-
to en que termina la esquizofrenia del galileo, y nace el hombre nuevo, el com-
pletado, el reunido, con su Dios o su arquetipo, con su destino. El superhom-
bre: el normal.
Que Judas sea el ego de Jesús se lo tienen pillado Kazantzakis y Vargas Vila.
Kazan en La Ultima Tentación y Vargas en La Tragedia del Cristo o María
Magdala.

Siendo Jesús templo del Cristo pudo decirle a la samaritana del pozo que algún
día los hombres podrían orar en el templo sin ir al templo. Orar en espíritu fue
exactamente lo que dijo. Orar esquizitamente.

Jesús & Cristo murió para matar el miedo a la muerte.

Los elegidos no son, como a veces se piensa, una élite pre-escogida para la sal-
vación. Son, más bien, un residuo que acepta vivencialmente una convocato-
ria general a la trascendencia. Obviamente, son las dificultades de la vivencia,
su exigencia de heroísmo, lo que deja todos los convocados convertidos en ape-
nas un resto. En este sentido, la parábola del sembrador sería exacta, pues
hubo semilla hasta para la tierra pedregosa. Pero la dureza de la piedra impidió
la entrada de la semilla en la tierra fecundante, así como la dureza del corazón
impide la entrada del Cristo en el cuerpo que lo podría manifestar.
Y hasta las piedras tendrán que aceptar que fueron convocadas, porque desde
hace 2.000 años la palabra resuena sobre todas las piedras de la tierra y sólo muy
pocas han aceptado las tristezas del carbón para obtener la luz del diamante.

Si naces del cuerpo de tu padre


Serás Magdalena
Si naces de la cabeza
Santa Teresa.
91



Primer principio teológico:
Dios no es güebón.
Principio ontológico único:
Si la muerte te visita
Lo que no te mate
Eso eres.
Segundo principio teológico:
Dios no se encarna en tarros de galletas.
Tercer principio teológico:
Si el libre albedrío es realmente libre, el hombre es la incertidumbre de Dios.
Cuarto principio teológico:
La luz en la luz es oscuridad.
Quinto principio teológico:
La luz sin la oscuridad es ciega.

Excepto por el don, la virtud se extrae del pecado. Por ello, más que a no pecar,
lo que un cristiano debería aprender es a pecar, o sea, a trabajar la materia...
prima de su virtud, pues por raro que parezca, sólo al don Juan le será posi­
ble la castidad, cuando ésta no sea un don y el sea sólo Juan.

Los físicos como Hawking y Sagan hablan de Dios (hipotéticamente, por


supuesto) como de un cerebro extraordinario que formuló e instrumentó un sis-
tema de realidad material llamado universo, regido por un cuerpo de leyes muy
inteligentes y sofisticadas, cuyo descubrimiento y sistematización tiene como
finalidad proveer a los físicos de un oficio y un sentido en la vida.
Piensan que la creación del universo fue en el mejor de los casos, una brillante
operación lógica del Dios, y olvidan que además ha sido su propia y sentida
vivencia.
No parecen percatarse de que la creación fue un asunto que comprometió no
solamente el Logos sino también el Eros divino.
Le queda a uno la impresión de que el problema de los físicos no es que no
sepan de física, sino que no saben de Dios.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

"Lo que atareis en la tierra será atado en el cielo y lo que desa-


tareis en la tierra será desatado en el cielo". Cabría reinterpre-
tar cristianamente que: "Lo que atareis en vosotros mismos
quedará atado en vuestro espíritu y lo que desatareis en
vosotros mismos quedará desatado en vuestro espíritu .

Según la teología campesina, si Dios fuera perfecto la pepa de los aguacates


sería una arepa, y si Dios fuera imperfecto, los alacranes tendrían alas.

La parte más oscura de Satán, o sea la que no es demiurgo, corresponde a la


parte más inconsciente de Dios y del hombre.

La contradicción más notoria de la iglesia católica, desde su fundación hasta


nuestros días, ha consistido en enseñar que el verbo se hizo carne para luego
exigirle a sus fieles que nieguen la carne para obtener el verbo.

El diálogo del mago es con Dios como naturaleza. El diálogo del profeta es con
Dios como visión. El diálogo del teólogo es con Dios como imagen. El diálogo
nuestro es con Dios como intimidad que incomoda la oscuridad que maneja
nuestras vidas, como oscuridad que reclama seriamente su derecho a ser luz.
Siempre que morimos en El, resucitamos en nosotros.

Orar es todo acto o sonido que nos mantenga unidos


con la presencia.

"Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será
la venida del hijo del hombre... inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor", etc.,etc.,
¡Qué diría Mateo si hubiera presenciado Hiroshima!
Aclárame Señor:
Soy
Misterio
Ministerio
O Monasterio?

Ya no se trata de divulgar el verbo sino do revelarlo, pues ¿qué lugar de la tie-


rra se ha quedado sin pastor o misionero? No más hablarle a la carne, más bien
dejar que la carne hable.

Creo que para un hombre es tan importante revelar a Dios como revelar su
instinto. A lo mejor lo uno no es posible sin lo otro. Así como el carbón carga
diamantes, de repente el instinto carga luz. Uno no sabe, pero dicen que Dios
es uno.

¡Revelarás a tu Dios como a ti mismo!

Se puede luchar con Dios. Lo que no se puede es pelear con él.

El pecado de omisión
No tiene perdón,
Porque no se cometió.

Señor:
¿Eres mucho para poco?
¿Somos poco para tanto?
O, ¿acaso, lo mucho que eres
Ya lo soy y no lo sé?

El rito es la innovación, la liturgia la tradición.


Si la liturgia es el rito institucionalizado, los ritos libres son la posibilidad de
renovar la liturgia. Cuando entendemos a Dios de una forma nueva, no nos
podemos comunicar con El a través de una liturgia vieja.
Eso fue lo que percibió Juan XXIII y quiso concretar con el Vaticano II.
94



■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Todos somos alguna vez verdugos de la divinidad y convertidos en sables pade-


cemos la angustia de distinguir entre podar y herir.

Sólo hay una cosa más peligrosa que encontrar al Cristo y es dejarlo pasar.

Encontrar a Dios con la razón es encontrar su lógica. Encontrarlo con la sen-


sación es encontrar su amor. Encontrarlo con las dos es encontrar su concien-
cia o sea, su perfección.

Oíme místico: ahora que estás allá con él, por qué no te acordás que estás aquí,
y te lo traés.

Parece que la noche oscura que parió el rayo, teme la claridad que parió.
Los hombres, uno tras otro, entierran sus talentos y los hijos de Urano no
nacen.
Hasta los héroes están cansados y a punto están de jugarse su destino a cara
o sello con su talento.
Ya sospechan que el primero que no puede soportar el resplandor de su rostro,
es el mismo Dios,
Lejana, entonces, continúa la tierra prometida.
Sin embargo, que prosiga el martillo en la fragua, pues es destino de los hom-
bres concretar hasta el temor del Dios.

Con los clavos


Nos dejaron sus manos
Abiertas para siempre.

LO JUNGUIANO...

"Ying
Yang
Yung" (Luis Enrique Mejia)
95



La intuición es un saber femenino que se comprueba
con la razón experimental masculina. Si esta boda se celebra por convenien­
cia, el hijo se llama Conciencia (saber con ciencia o conciencia de lo sabido) o
conocimiento. Si la boda se hace por amor, el hijo se llama Sabiduría (saber con
ciencia y amor).

Parece que en el estado de pleroma o bardo o de inconciencia o de indiferen-


ciación, todo es perfecto pero no hay ninguna conciencia sobre esa perfección.
El estado de unidad y el de totalidad no se diferencian. Quizás lo que Dios bus-
caba a través de la criatura era su individualización (concentración de con-
ciencia) para luego reingresar conscientemente (como individuo) a la totalidad.
Esta sería la gota de agua que perteneciendo al océano tranquilo permanece
siendo ella misma.

Los sueños son como el que sueña. Si el soñante es incoherente en la reali-


dad, los sueños le mostrarán la imagen exacta de su incoherencia. La gente
se inventa una versión de la vida (doctrina - ideología - sistema) para camu-
flar una incoherencia que se siente incapaz de manejar. Como la de los
sueños.

La incoherencia inherente a la realidad es la del complejo. La incoherencia


de los sueños es la incoherencia del complejo. Por eso una comunidad que ha
perdido la capacidad de interpretar sus sueños está a oscuras. No puede ver
su incoherencia. Esto ayudaría a comprender por qué los sistemas totalitar-
ios (acomplejados) deprimen todo tipo de conducta que consideren absurda
o incoherente (que no esté en el código del sistema). Ellos saben que estas
conductas absurdas o incoherentes reflejan la realidad profunda de la comu-
nidad, la cual no pueden cambiar pero sí disciplinar. Y no pueden cambiarla,
porque esa realidad pertenece a cada ciudadano y sólo él puede hacer algo
por modificarla. En otros términos, el complejo sólo puede limpiarlo el que lo
padece.

El sueño son todas las posibilidades de la vida y su conciencia. Una inter-


pretación sería una de las infinitas posibles interpretaciones. Un sistema es
■■■ LUIS ENRIQUE MEIIA D.

querer eternizarse en una interpretación del sueño. Un sistema es un empo-


brecimiento cuando se pretende obtener de él una coherencia que ya no es la
que necesita el ser. ¿O el sueño?

Los sueños muestran el ser deformado porque el soñante tiene deformada su


percepción. Una forma perceptora que se deforma percibe con un error igual a
la deformación que padece. La purificación de nuestro ser es la purificación de
la forma perceptora que somos. Se puede decir que una forma perceptora está
purificada o limpia cuando puede VER. ¿Ver qué? El ser, el verdadero ser. El
ser que es.

Ni los sueños ni los símbolos pretenden disfrazar u ocultar cosa alguna.


Sencillamente son lenguajes del inconsciente, que, siendo femenino no se le
entrega al primero que llega ni se deja conquistar de cualquier manera. El
inconsciente debe ser cortejado como una exquisita dama de alto rango y sólo
si nos encuentra dignos nos otorga sus secretos.
Sueños y símbolos conllevan la dificultad propia de lo inconsciente, o sea, no
ser manifiestos y mucho menos evidentes. Más bien son manifestadores o re-
veladores de contenidos inconscientes, y aun así no responden a las lógicas del
consciente o de la razón, sino más bien a las del corazón.

Lo que se reprime en los sueños (o sea lo que el sueño muestra que se oculta
o disimula) es lo que sucederá en la realidad.
Cuando el Complejo se enfrenta consciente y voluntariamente, aparece en los
sueños como piscina. Cuando se elude o padece inconscientemente aparece
como pantano.

Las constelaciones de energía que en el inconsciente logran la concentración y el


equilibrio necesario para producir significado son detectadas desde el consciente
con los telescopios del arte y la religión, el sueño, el acecho y el mito.

Viniendo de allá hay que dividirse para estar aquí. Saliendo de aquí hay que
unificarse para estar allá.
Estrictamente la conciencia sería el ego vacío, y el ser lo percibido por el ego
vacío. Así también puede decirse que la depresión es la pérdida de energía que
ocurre cuando la conciencia se da cuenta de que lo que percibe no es el ser.

Ninguna estructura de realidad es mala en sí misma, porque el solo hecho de


haberse estructurado (léase ordenado) la hace necesaria. Lo malo es creer que
su necesidad la convierte en eterna, cuando sólo es un momento de la
eternidad.

Sospecho que el límite de la psiquiatría occidental comienza al preferir el ate-


rrizaje al vuelo.

Por el énfasis que ponen los psiquiatras occidentales en adecuar a la gente, se


diría que consideran eterna la actual estructura de la realidad.
Adecuar a la estructura: adecuar a la ¡aula. Volar no es para los hombres pero
la ¡aula sí.

Freud es el padre de la psicología profunda. Jung es la madre.

Me imagino al viejo Jung un perfecto ejemplar del "Atisbador" de González.

Si estás sucio, la luz que entre en ti se volverá oscuridad. Si estás limpio, la


oscuridad que entre en ti se tornará luz.

Uno puede ser tan femenino como masculino pueda ser.

Una pulsión podría ser el golpe que una energía da en la puerta del consciente.
La compulsión sería, entonces, el debate entre el deseo de abrir y el de no
hacerlo.

Con el tiempo descubrí que lo que mis amigos y yo llamábamos con orgullo la
"arrechera" no era cosa distinta de lo que el viejo Freud llamaba "complejo de
Edipo": un deseo frenético de sumergirnos en la madre. La mujer que
elegíamos para consumar el hartazgo de chupar y penetrar la leche era, por lo
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

general, Moría Tetero, llamada también Magdalena


por uno que dejó de tomar leche.

El temor del neurótico es a dividirse


y el del esquizofrénico a no volverse a juntar.

El toque con el arquetipo se reprime o se concientiza.


Si lo primero, lío; si lo segundo, cambio.

El Complejo de Poder nos hace creer que superamos el Edipo,


cuando en realidad lo coronamos.
Complejo de Edipo + Complejo de Poder = Edipo Rey.

Expulsar del consciente un contenido sin un mínimo de realización resulta un


asunto de mucha densidad y gravedad, pues dicho contenido, furioso, podría
llegar a asumir en el inconsciente una posición anti-conciencia que en el plano
de la física se denominaría anti-materia. (La materia sólo existe en el
consciente).
En otros términos, es muy posible que los contenidos rechazados por la con-
ciencia se conviertan en agujeros negros en el inconsciente, los cuales se refle-
jarían como cáncer y esquizofrenia en el plano físico o mental.

La proyección es un mecanismo psicológico por el cual uno puede odiarse a sí


mismo en el otro.

Despojar a un histérico de una forma que ha concretado en la realidad


es como dejar sin tabla a un náufrago.

La conciliación de opuestos que hace una pareja, en el plano físico, al procre­


ar un hijo, tiene el deber de realizarla también en los planos psíquico y
espiritual.

El aborto sería la consolidación, en el plano físico, de la negativa a realizar la


conciliación de los opuestos (yin - yang).
99



Iniclalmente el hombre trasciende la "participación mística" y se separa de la
naturaleza, logrando mediante la diferenciación salir de la inconciencia física.
Actualmente trasciende la masa y se separa de la psique colectiva, logrando
mediante la "individuación" salir de la inconciencia psíquica.
La ecología sería el primer intento del hombre por regresar dlferenciadamente
(sin confundirse) a la naturaleza.

Neurótico es un tipo que no come manzana


Cree que todas están podridas
O quizás envenenadas
Por ello el neurótico es un tipo
No - erótico.

No dividir las polaridades en el tiempo preciso y de la manera correcta genera


neurosis. No reconciliarlas en el momento oportuno y en debida forma produce
psicosis.

Que una mujer se masculinice no significa que asuma en un todo y para todo
la polaridad masculina, pues con ello sólo lograría convertirse en un macho
dominante. Significa más bien, que administre la sensación (femenino) que
tenga, con la lógica (masculino) que adquiera.

El espíritu se encarna como instinto y se eleva como conciencia.

Si hay culpa se borra la noche y queda la oscuridad. .Si se borra la culpa, queda
la noche iluminada. Quedamos conscientes, somos materia revelada, oscuridad
iluminada.

El Complejo sería la posibilidad de reactivar como experiencia la información


karmática.

El mundo moderno ya no es de pecadores sino de neuróticos (conversión de la


culpa teológica en culpa psicológica).
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

¡Experto en Jung!... Ni Jung.

Mientras el padre sea el aspecto más importante del ánimus de una mujer, le
será muy difícil evitar casarse con un hombre que repita la energía de su padre
o la contraria, según le haya ido en la vida con él.

A menor conciencia, mayor superstición.

El ánima
El aspecto más preponderante en el ánima de un varón, es la madre. Ella es la
imagen que más influye en el alma femenina del varón. Los que han carecido de
ella o han tenido poca, en esta vida, deben atenerse a una imagen karmática y a
las experiencias que tengan tratando de encontrarla. Así como un niño puede
perder a su madre en un supermercado durante una hora, un hombre puede
quedarse sin madre toda una vida. Me imagino que sucede para enseñarle a vivir
sin mamá, como un adulto responsable de sí mismo. Seguramente en otras vidas
fue muy hijo de su madre y eso lo perdió. Ahora pierde la madre para encontrarse
él, Me imagino que quienes en vidas anteriores, se la han pasado peleando con
la madre, en esta vida, nunca su madre será de las que fallezcan en el parto ni
después del parto, al menos, no antes de 70 años.
Personalmente, creo que la influencia de la imagen de la madre en las mujeres,
puede llegar a ser tan poderosa, como la del ánima en los varones, sólo que en
ellas dicha influencia se daría como sombra.
El ánima le plantea al varón el problema de la infinitud. La hembra es expan-
siva, fértil, generosa, prolífica, o sea que tiende al infinito. A su vez, es erótica
y en función de Eros tiende a juntar lo que está separado. Igualmente es sabia
porque siente y uno sabe lo que siente y es oscura porque ignora lo que sabe.
El ánimus le plantea a la mujer el problema del límite. El varón es restrictivo,
normativo, formal, o sea que tiende a la estructura. A su vez es lógico, y en
esta función tiende a separar lo que está confundido. Igualmente, puede ser
sabio porque es capaz de ver lo que siente y manifestarlo. También puede ser
oscuro cuando no siente, pues su mirada no tiene sobre qué posarse.
101



La mujer es materialista en función de mantener la vida, o sea, de permitirle
seguir su marcha hacia el infinito.
El varón es materialista para la que la vida se concrete, o sea, para irla reve-
lando mientras marcha hacia el infinito.

El Complejo teme morir, es decir, teme ser aclarado. Cuando una parcela de su
oscuro cuerpo se ilumina, parece concebir el resplandor corno sangre de su
herida. ¿Qué o quién podrá mitigar el dolor que la luz le causa al ego?

La psicología, más que un nuevo conocimiento, es una nueva dimensión del


hombre que imprescindiblemente debe ser asumida, pues negarla sería dejar
sin puentes nuestras orillas.

La Diferenciación es la conciencia de la división.

La medida de lo invadido que estoy, es la medida de mi incapacidad para


realizar actos autónomos.

Me gustan mucho Jung y Graves y el hecho de que la comunidad científica los


trate de charlatanes no los disminuye ante mis ojos, sino que por el contrario
los hace más grandes, pues he visto que sus datos, además de servir para
elaborar y explicar hipótesis, permiten al hombre construir sus sueños.

Sobre la interpretación del símbolo


H. Zimmer, consideraba que la actitud científica no era la adecuada para abor-
dar la interpretación de las siempre imprevisibles y pasmosas metamorfosis del
símbolo. Era capaz de percibir que ante los afanes sistematizadores de la cien-
102
m
M
m
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA I)-

cia, los símbolos se comportaban como espíritus burlones: con una carcajada
y un súbito cambio de lugar, burlaban al especialista que creía tenerlos atra-
pados en la red de su método o en la jaula de sus clasificaciones. Sin embar-
go, el símbolo siempre será esquivo a dejarse clavar como una mariposa en la
pared de un sistema, porque él es el vuelo insólito de la mariposa. Rehuye ser
cadáver, porque es la apariencia viviente de la energía que anima el objeto que
miramos, con él no es posible la actitud del médico forense, sino un diálogo
vivencial que posibilite la acción simbólica y la aceptación de lo simbólico en
nuestra acción.
Parece ser que el diletante está más facultado para hacerse cargo del sím-
bolo porque su actitud de deleitarse con las cosas, permite que goce con
las cabriolas del símbolo o disfrute con todas las posibilidades del mismo.
Y es que la palabra diletante, cargada peyorativamente como sinónimo de
charlatán, realmente hace alusión a alguien que tiene deleite en
algo, el símbolo en este caso, alguien que se deleita teniéndolo continua-
mente ante sí.
El símbolo no es un objeto de conocimiento sino de reconocimiento, que nos
permite reajustar nuestro afuera reconociéndolo en las imágenes del adentro.

Lo que caracteriza a un buen analista, no es tanto lo que des-


cubra en el paciente, como lo que haga para protegerlo de lo que
descubrió.

En la infancia de la humanidad los hombres percibían la vida como un sueño.


Se desarrollaban en una atmósfera mágica igual que los niños. De tarde en
tarde se ocupaban de pensar en lo que vivían y cuando lo hacían, algo nuevo
inventaban, es decir, algo nuevo convertían en realidad. Mientras más pensa-
ban menos soñaban y más inventaban. Fue así como el Dios del fuego paulati-
namente se convirtió en estufa. Así perdimos el fuego por mejorar la cocina.
Ahora la humanidad piensa mucho, inventa demasiado y sueña muy poco. En
este proceso pendular, donde nos fuimos de un extremo al otro, metimos al
Dios del fuego en la estufa y acabamos adorando los electrodomésticos. En
realidad perdimos la vida como imagen para poseerla con la palabra hueca y
vivirla como discurso vacío.
Ahora bien, la postmodernidad ha sido definida profunda y graciosamente
como el "lento y penoso camino de los hombres hacia lo obvio" y es en este
intento de retomar lo evidente, que los sueños recobran la importancia que
tuvieron en la antigüedad.
Al hombre se le perdió algo en el transcurso de su evolución. Y sospecho que
pudo ser su alma. De hecho tal sospecha se hizo insoportable hace 150 años
cuando la humanidad percibió la apremiante necesidad de recuperarla, porque
el positivismo y sus mitos: el racionalismo, el iluminismo, el enciclopedismo y
la revolución industrial habían decidido darle el golpe de gracia.
Es en ese momento cuando aparecen Segismundo Freud y Carlos Gustavo Jung
proponiendo la Psicología como un quehacer dirigido a la recuperación del
alma perdida, tanto individual como colectiva. Y, no es para nada extraño que
ambos genios consideraron los sueños como algo imprescindible en la tarea
que se propusieron: la de recuperar la salud anímica del planeta.
No se trata ya de regresar a la concepción onírica de la vida, ni de continuar
con el concepto intelectual de la misma. Se trata más bien de lograr una ma-
nera de vivir en la cual se reconozca la importancia de las imágenes que brotan
del interior como generadoras de sentido, e igualmente la necesidad de mirar
dichas imágenes con el pensamiento a fin de extraer el significado de lo senti-
do. Así la vida tendría afuera un significado, para lo sentido adentro. A esto lo
llamaríamos vida consciente, que es vivir la vida dándole vida afuera a lo que
sentimos adentro.
Dicha tarea encuentra un gran aliado en los sueños. Ellos son las imágenes del
espejo. Nosotros la forma en que se reflejan.

A veces el destino, el grande, el que nos podría ayudar a concebirnos como


algo más que micos babeados, toca las puertas de nuestro corazón y no hay
nadie que le abra, porque estamos en la tienda de la esquina haciéndole el
mandado a mi amá.

Existen dos tipos de Carlitos: El destripador que se pasa la vida matando la


mamá por haberlo abandonado y el romántico que acaba muriéndose de aban-
dono o tristeza si lo prefieren. Pueden ser alternativos.
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

El romántico prefiere morir de tristeza por el abandono que asesinar de la ira


a la que abandonó.

Así como el arquetipo es la constelación de las fuerzas divinas, el complejo es


la constelación de las fuerzas satánicas.

Cuando los alquimistas intentaban trasmutar metales de baja ley (impuros) en


oro, la transformación que buscaban en el fuego era el paso de lo corruptible
a lo incorruptible, de lo perecedero a lo imperecedero,
Quizás lo que los alquimistas sabían era que mediante el fuego del dolor que
quema la materia impura, que es el apego, se podía obtener una chispa (ego
limpio) eterna (conciencia) en el cuerpo humano.

Trauma del nacimiento


Pienso que lo que la psicología denomina el trauma del nacimiento es una sen-
sación de abandono que se apodera de nosotros al nacer. El hecho de sepa-
rarnos del vientre materno lo interpretamos como un abandono. El vientre
femenino es un infinito donde lo sabemos todo por fuera de la necesidad. Salir
de él significa caer en lo finito donde no sabemos nada u olvidamos todo por la
necesidad. Salimos de un inconsciente para entrar en un consciente. De una
unidad inconsciente a una dualidad (separación) consciente. Del placer al
dolor.
En el momento de la separación quedamos estructuralmente esquizofrénicos o
divididos en dos opuestos (masculino-femenino) que cuando chocan, engen-
dran hijos de la oscuridad y cuando se concilian, hijos de la luz.
En el momento de la disociación o abandono se crea un estado de pánico y
dolor (angustia) generado por el caos y la confusión. Este estado acaba por
concretarse en ira y odio y consecuente deseo de matar al opuesto para
resolver la dualidad. Incluso el que se suicida está asesinando al opuesto en él.
No se mata él, mata al insoportable otro. Al no resuelto. Por ello muere por
fuera de la muerte.
fistos sentimientos organizados significativamente (constelados) producen una
energía que les confiere autonomía. La primera energía autónoma producida
por el choque de los opuestos (sensación de abandono - duda) ha sido
llamada Complejo, Tánatos, Satán, Pecado Original. Es un hijo del odio y de la
ira. Hijo de la oscuridad. Cada vez que experimentamos una ruptura o sen-
sación de abandono estos sentimientos se apoderan de nuestro espacio
psíquico y Caín mata a Abel.
Pero también en ese mismo momento de la separación se concretan o conste-
lan sentimientos de conciliación, de luz, de amor, originados en la necesidad de
unidad (nostalgia). Sentimientos que corresponden a la memoria de la unidad
anterior a la separación. Este opuesto ofrece su vida al otro. Muere por lograr
la unión. En vez de matar muere. Y crea el espacio donde el otro se entrega sin
temor. El sacrificio de amor le hace comprender la importancia de la reunión.
Cuando los opuestos se reúnen amorosamente cesa la sensación de abandono.
El opuesto que muere renace como hijo de la luz, hijo de amor. Lo hemos lla­
mado Arquetipo, Eros, Cristo, Gracia.

-¿Y por qué se metió en una cosa tan mítica?


-Bueno, porque vi que la cosa real no iba para ninguna parte.
-¿Cómo que no?
-Fíjese que mi vida se repetía todos los días. Siempre los mismos asuntos. La
cuotidianidad le decían. Era como un impuesto del tedio. Lo pagué hasta que
la cuotidianidad cubrió de vanidad mi realidad. En fin, que me puse a pensar
que si todos los días veía, y hacía lo mismo, era porque no me había movido de
donde siempre estuve. Y cuando uno no se mueve es porque no va para ningu-
na parte. En cambio, en la cosa mítica el asunto no para. Va usted de susto en
susto, de belleza en belleza, de conocimiento en conocimiento. De usted
mismo. Y del universo. Del poder del terror y la maravilla. Nunca pasa uno por
el mismo sitio. Lo único que se repite es uno. Pero lo hace corregido y mejora-
do. O más equivocado y empeorado. Una manera como cualquier otra de evi-
tar el falso equilibrio de la mediocridad. Siempre en movimiento. Como los
peregrinos. Esto da la sensación de que se va para alguna parte.
-¿Y sospecha usted para dónde?
-Para un espacio vacío donde se reunirán tres en uno.

Lo que limita conmigo es diferente a mí y referencia para mí. Por ello todo lo
que me limita me aumenta mi conciencia.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

La represión es el olvido obligatorio.

Un aspecto difícil en los procesos de cambio es la sensación de estar desa-


pareciendo y apareciendo de diferentes maneras. A veces completo, a veces
medio y otras veces sólo la sonrisa, las orejas o la cabeza, siendo esta última
forma de aparecer muy utilizada por el gato de Chesire cuando la Reina Roja
lo manda a decapitar.

LA VIDA Y LA MUERTE...

"Mejor encender una luz,que maldecir en la oscuridad".


(Heniles Trismegisto)

La vida ciega
Siega la vida
Ciega la vida
Siega la muerte

Propongo que la desterrada muerte vuelva a nuestras vidas. Si nos mata nos
confirmará que no estábamos vivos. O que no queríamos o teníamos con qué
estallo. Si algo sobrevive sabremos que lo que está realmente vivo no muere.
Oíste es un conocimiento propio de la resurrección.

Suicidarse es morir separado de la muerte.

El suicida apaga la luz quebrando la lámpara.

Paradójico es ver cometer un asesinato con un suicidio.

Así como la bestia ama a la bella que no huye de su presencia y con tacto la
trata, así la muerte ama la vida que no se asusta de su contacto y no la mata.
107



Es el vacío del cero
El lugar donde el dolor mató a la muerte.

La muerte son mil incidentes


Mortales todos ellos.

Por eso me gusta la soledad, porque allí el único que se muere es uno.
Vivan para que tengan de qué morirse.

¿De qué se morirán los que no viven?

Mudo de piel porque me calló la muerte.

El arrepentimiento es una de las muertes más difíciles. Implica conciencia. El


que está muriendo sabe por qué.

¿Matar o mutar?

ESQUIZITESAS...

"¡Todo es muy carajo! De ayer a hoy se me fue la PRESENCIA y no he podido


recuperarla". (Fernando González)

¿Explorar interiores es asunto demente o de mente?

Asómbrate de lo que no tenga sombra.

Hay cosas que deben manifestarse con ritmo de chorro en una atmósfera cal-
cinada.

La admisión del espíritu es su misión.


■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA I).

El que explica desconfía de su claridad.

Palabra viva es la que expresa una sensación a la que no se le ha muerto nada.

El problema de los ricos consiste en renunciar a lo que tienen y el de los pobres


en renunciar a lo que no han tenido.

Buen vino es el que guarda duendes conciliadores.

Yo sueño poemas que no me encadenen.

Un vago es un tipo con ritmo propio.

Las verdades son increíbles.

Ya puedo atravesar un espacio de dolor sin apresurar el paso.

Un lío es un demasiado de algo o muy poco de lo mismo.

Si siempre dudas es porque nunca dudas de tu duda, ello te convierte en un


dogmático dudoso.

Si dudo de lo que pienso no actúo.


Si dudo de lo actuado, pienso.

Recapacitar es la capacidad de pensar de otra manera los pensamientos que


los hechos han desbaratado.

La verdad, el error y la duda: La trinidad del conocimiento.

Drácula o el canibalismo líquido.


Neurosis o canibalismo energético.

El tiempo mágico de las cosas es el de las ganas de hacerlas.


Es tan difícil escapar de las fuerzas oscuras como entregarse a las de la luz.

HAMLET 1995:
¿Uno hez o no hez?

Dejar ser para dejar al ser hacer.

El arrepentimiento es la medida de la medida que no dimos.

Ya la esperanza tiene dueños.

La lucidez total sólo puede existir en un espacio neutro.

Los verdaderos fantasmas son los que existen en una falsa realidad.

Lo que Es tiene lógica propia. Lo que no es debe fabricársela.

El discurso es una fábrica de lógica para lo que carece de ella.

Que toda regla tenga su excepción significa que no existe ningún espacio sin
ventana, ¿para mirar hacia dónde?

Que toda regla tenga su excepción es la única regla sin excepción.

Inconsciente es quien ignora el inconsciente. Además es bruto.

Alguien en nosotros engorda porque alguien en nosotros tiene hambre:

"Envaina tu falo", dijo el señor al ego.

Paradoja que no comprendas es parajoda.

La paradoja es la unidad de los opuestos complementarios. Paradójico es ver


la unidad de dos.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA U.

La oscuridad está llena de luz...


si encuentras el suiche.

Una mujer es una hembra asomada a la ventana desde donde se ve la virgen.

Qué voy a hacer si estoy aprendiendo a no hacer.


Aprender a no hacer es aprender a dejar suceder.

Uno está equilibrado cuando quiere hasta al diablo.

Masturbarse es hacerse justicia por su propia mano, impidiendo la acción de


los órganos competentes.

REY: Poseo el más grande harén del desierto.


BUFON: Y yo poseo el más grande harén desierto.

El hombre nace bizco y muere tuerto.

Uno se puede oír a sí mismo en el eco y en el ego.

Es complejo decir adiós a la unidad.

Hongo
Ojo

Interior

Me gusta aprender cosas que no sirvan para estar acá, sino para ir allá.

Un dogma es una idea que agoniza.

Entre otras razones porque no vuelve a ser pensada.

Las instituciones son los lugares donde las ideas se tullen.

Mientras más dura seas, más trillada te dejará el molino del mundo.
Aprende a vivir sin ella para que puedas vivir con ella.

Debes ir allá si quieres estar aquí de otra manera.

Algunos buscan el sueño en el sueño. Otros lo buscamos en la realidad.

Tratar de anular el dolor que nos causan con el dolor que causamos: la dialéc-
tica de la venganza.

La quietud es su misión.

Deseo llegar a gozar con todo lo que se atraviese sin atravesar yo nada.

La ira es un combate donde se defiende una importancia.

Lo que te impide pasar a través del espejo es tu imagen: tu importancia.

Embellecía el complejo para no abandonarlo.

El falso aspecto de la lejanía es la incapacidad de estar presente.

Intelectual es un señor que pretende saber lo que su cuerpo ignora.

Rebelarse contra el dolor revelándolo como poema.

Le gritaban ¡Zafado! Y él decía que sí. Que de las cadenas.

Cenáculo: lugar donde se come mierda.

Uno puede equivocarse con lo que elige, no con lo que le llega.

El Error es la mayor parte del tiempo de la perfección.

Transformarse sin añadir y sin quitar.


■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA

El gato es un animal de las estrellas. Es un fuego frío.

Para bajar llueve. Para subir evapórate.

El que no hace lo que siente


Separa su saber de su poder.

El que se divide,
¿queda pobre en el cuociente o en el consciente?

El caos tiene futuro


El orden historia.

Destino es la partitura que nos corresponde en la sinfonía del infinito.

No es que el dolor ya no me duela, es que ya no me paraliza.

Si te disfrazas de lo que eres, jamás se te ocurrirá que estás disfrazado.

No he tenido sino una sola mujer y han sido todas ustedes.

Uno debe mantener sus dudas por si las dudas.

Aguanten todo que están evolucionando.

La negación del ocio es el negocio.

Llorar sobre leche derramada es adulterar la leche, añadiéndole agua.

Hay ciertas tentaciones que son verdaderas obras maestras de la trampa.

Repetir quita poder. Por eso la rutina...

No debemos esperar nada de nadie. Ni siquiera las devueltas.


Después de las olas
Sólo en el tambor queda el son - ido.

Me da duro dejarme dar.


¿Cómo me dará pedir?

Hay lugares tan duros que en ellos parezco suave.

Prefiero la distancia clara a la cercanía zalamera.

Profesor es un individuo capaz de sobrevivir en el vacío académico.

Dijo el hindú
Mayá es ilusión
Y los mayas desaparecieron.

Dios puso el pan y los hombres el circo.

Por lo general las mujeres son hinchas del equipo perdedor porque compren­
den muy bien la parte pasiva del gol.

Que la intención de ir a Jerusalem no sea vencida por las anclas.

A lo mejor el tigre sueña con alguien que le pise la cola.

De cierto mi razón
Sin la flor desierto es.

Teorema:

Entre el ángulo y la curva el vino.

Existen hombres de mucha pluma y pocas alas.

¿Ser o enser?
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

¡Ay del hombre que al olvido añada sordera y ceguera!

Con la horca se mata la carne y con la corbata se ahorca el espíritu.

La mediocridad no existe
La mediocridad sobrevive.

Cuando lees el mundo con deseo

Lees la versión de tu ego sobre el mundo.

Lo primero que se muere en un sistema es el tema.

Enfrentando o escapando se va uno apropiando o enfermando.

La calvicie es el motilado cósmico.

Tengo amigas del alma y amigas del karma.

El tetero es la bebida nacional de Occidente.

Deja de mirar la semilla estallar; estalla tú como semilla.

Las convicciones se cocinan en la parrilla de la duda.

Se vaciaron los seminarios y se llenaron los gimnasios.

Lo insoportable del ser no es la levedad sino la lejanía.


Porque muchos fueron
Los llamados y pocos
Los que aceptaron.
¿O acertaron?

El alma cristiana es al alma católica lo que el alma zen es al almacén.


A mí que no me salve nada que no tenga poesía.

Si todos vamos al mismo lugar,


qué importa de dónde viene el que quiera llegar.

Conocí una muchacha muy hermosa y emocionante.


Cada rato parecía que se iba a quedar sin frenos.

Mi palabra es pirómana y no-piraña. No quiere morder sino encender.

La lucidez es un navajazo en el oído del prójimo.

Repútase mujeriego aquel que alimenta con mujer su ego.

Lucidez es hacer de cada herida un ojo.

Vivimos olvidando como si pintáramos borrando.

Edipo cerró sus ojos con broche de oro.

Tú me ves miando fuera del tiesto


Yo te veo muriendo en él.

Callar no es dejar de hablar sino aprender a decir lo preciso.

El papel del hijo es ser papel de lija.

La marihuana destraba.

Cristo está vivo de puro milagro.

Un cristiano es un judío que se desa-tora

Un recién nacido es un pecesito al que se le quebró la pecera.


■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA

Hay quienes brillan su lado oscuro como si fuera biselado.

El que deja de chupar aprende a silbar.

Tu neurosis perturba mi esquizofrenia.

El fútbol lo hizo Dios para que los hombres descansaran del ajedrez.

El dólar americano
Está a la par con el dolor
Suramericano.

Torpe es lo tieso tratando de ser ágil.

Conserva una prudente distancia con la cordura


por si acaso frena en seco.

Lo sagrado es un grado del asombro.

Ahorrar muerte quiebra la vida.

Tu piel fue clara para la yema de mis dedos.

Te caes bien porque te levantas solo.

Si el rico no robara, extinguiría a los ladrones que le roban.

Carro de segunda: Después de que mi psiquiatra examine al dueño.

Tratamos de resolver en la guerra


lo que no hemos podido resolver en la cama.

Ojalá te salga el sol


Aunque sea por el norte.
Buscando, el problema es la ausencia.
Encontrando, el problema es la Presencia.

Trampa tesa: creer que la mierda que nos cubre es crema inglesa.

El "Che" es a Castro lo que Lennon a McCartney.

La muerte del sueño nos condena a la literalidad.

¿Mediocridad
O
Miedocridad?

Callar es un no-hacer que nunca hago.

En Medellín el loco va para bello.

Vos queriendo que yo le ladre a la vida,


y yo pensando en dejarme morder por ella.

No conozco a nadie que se haya ganado sus demonios en una rifa.

No me des el mapa para descubrir a América.


Acompáñame con tu Santa María.

Quiero ser Enrique y no Enrique ser.

Creo que me estoy engordando para defenderme de la levedad del ser.

Es mejor hacer poquito consciente que mucho automáticamente.

En todo lo que te produzca rechazo encontrarás una clave tuya.

La intuición es la razón a alta velocidad.


■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Posesivo es quien mantiene su bandera clavada en los espacios del otro.

Quien patina sobre el mismo punto se lo gasta.


Sólo entonces deja de patinar.

Por lo general el adjetivo calificativo es un adjetivo descalificador.

El deber es de ver.

Las alergias del cuerpo son las fobias del alma.

Intelectual es aquel que cambia lo sexual por lo textual.

Sin conciencia todo es pecado. .


Con conciencia todo es experiencia.

No importa dónde estés, ahí estás.

¡No se raje... Divídase!

Involuciona quien traiciona cualquier nivel de conciencia adquirido.

El asunto es que uno nunca tenga que ceder porque ya se dio.

La luz terminará por poseer lo más oscuro sin que desaparezca la noche.

La lujuria sería saturar de caricias el cuerpo


para compensar la ausencia de caricias en el alma.

El verbo no brota en la carne negada.

Si yo no necesito manejarlo todo, puedo respetar más.

La pereza es el pecado capital del capitalismo.


Son muchos los que pueden leer las señales del tiempo, pero muy pocos los que
pueden leer los tiempos señalados.

Contra anestesia, dolor.

Los grandes donjuanes no tienen mil experiencias, sino la misma experiencia


mil veces: la de la mamá.

Es frecuente encontrar que las mujeres de difícil orgasmo están casadas con
varones de orgasmo fácil.

Dejar que lo que pase, siga.

La amante es el tema que la esposa teme.

Al que quiere que lo carguen, obligarlo a caminar le parece explotación.

Las esposas de los zánganos son las sin ganas.

Mataste al padre

Pero viste caer al marido.

Llora como hombre lo que no supiste retener como mujer.

El columpio es el vuelo de los niños.

No se atragantan de placer, porque duele tanto como el hambre.

Los ladrones son a la avaricia como los supositorios al estreñimiento.


De tanto abrir las piernas,
Al fin se te abrieron los ojos.

Nada que aceptes te daña.


■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Encerramos a los ladrones y por los ladrones nos encerramos.

La magia del amor radica en que lo que esté unido esté separado.

Digamos que lo que más le molesta a la eternidad es el afán.

Realmente uno llega a la virtud es por cansancio en el ejercicio del defecto.

A veces llamamos deber a la renuncia del placer propio


en favor de la comodidad ajena.

El pene se vuelve sabio cuando aprende a no meterse en lo que no le importa.

El progreso de la Psicología nos permite ver el atraso en que vivimos.

Cuando uno siente el dolor como víctima, uno sufre pero no siente el dolor.

Crecer es pasar de las tiras cómicas a las tiras cósmicas.

La vida no olvida, sólo espera los tiempos adecuados.

El banquero guardó su alma en la caja fuerte poco antes de quedar amnésico.

Cuando el apego goza de buena salud,


es porque el amor está enfermo.

Jesús habló en parábolas y nadie le paró bolas.

Soy tu - yo Señor.

Jesús tenía tanta madera


Que en ella terminó clavado.

Ascender es calarse.
La verdad es increíble.

Dolor consentido es dolor con sentido.

Verbo es toda forma capaz de manifestar una sensación sin quitarle energía.

Confundimos lo que es con lo que se puede ver. Reducimos el ser al límite del
ojo, negándole lo que el ojo no vea.

Cuando cerraba la puerta


A su belleza interior
Pitaba la olla de-presión.

Presiento que el olvido no bastará


El día de la espada.

Vela sin risa


Pierde la brisa.

Aprendió
La libertad
Cuando pudiendo
No quiso.

Ego metría
Geo metría
Terrateniente.

Cuando has saltado


Todo lo sospechado
Adquiere dimensión.

Enjaula el agua en las piscinas


Y verás al mar hundir tus yates.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Se inyectaba
Miedo
Todos los días
La dosis
Para no dormirse.

La muerte sólo mata


Al que no quiere morir
Muere entonces para vivir.

Era una colmena de poros


Donde bullían sabidurías
Por su cerebro ignoradas.

Todos quieren maestros


Que guíen maternalmente
Fuera del complejo materno.

Le dieron
Toda la libertad...
Se encartó.

Ella buscó
Su espacio interior
Su madre el exterior
La urbanizaron.

La luz te cambia la sombra por asombro.

Aquí y ahora
Dijo la lora
Del monasterio
Zen.
Desconfía
De una ideología
Capaz de volver serio
Un pueblo de costeños.

Es tanta la perfección posible


Que es imposible imaginarnos perfectos.

La vieja alquimia buscaba convertir el plomo en oro.


La nueva busca conseguir el oro a plomo.

Aléjate de una mujer cuando se erija juez de tus límites


y desertora de tus posibilidades.

Un pueblo que ha perdido la imaginación,


incapaz de crear valores, crea modas.

Cuando las mujeres declaran sus ambiciones,


queda establecida la jornada de trabajo de los hombres.

Un cínico es un tipo capaz de permanecer sentado en la mierda y conservar el


sentido del humor.

Cambiar es hacer con lo mismo otra cosa.

Hubiera sido imperdonable haber pasado por aquí


y catre que no te vi.

Los remordimientos son recuerdos que muerden.

El presente come futuro y caga pasado.


Así que, si desean ser sanos, cuiden la digestión.

La dignidad es la sencillez del orgullo.


■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

A pesar de su madre, siempre sonreía al enjabonarse el pubis.

Estaba tan solo, que una llamada equivocada le pareció un banquete.

Si nada juzgas nada te atrapa.

A menudo tenía la tentación de ser inteligente y caía.

Casi es la calvicie de un solo pelo,

el que se le cayó a nada y la dejó privada del todo.

Puedes por igual saber que ignorar, y con el mismo dolor, parir o morir.

Toma tu cruz y síguete.

La paradoja del Sí mismo es no ser uno.


Lo que tengas de cierto
Lo sabrás en el desierto.

Es propio del chino quedarse zen tao.

Las beldades son cuentos chinos.

Sobre caballos de fuerza


Huyeron las destrezas del cuerpo.

Sin tacto no hay contacto.

El talento es la moneda de los que juegan con el destino.

Es mejor hacer con hambre lo que me gusta, que harto lo que me jarta.

Cuando tengo odio en el oído son rejas mis orejas.


Tememos más al milagro que a la catástrofe.

Lo que en filosofía llaman el imperativo categórico, cu botánica sería la tuna.

Apreciado señor:
He sabido que usted y mi mujer se entienden
¿Sería tan amable de informarme qué entendió?

EL TAROT...

"No nos aclaramos más imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente
nuestra oscuridad". (Jung)

Carta II - La Sacerdotisa - La Papisa:


En el libro de la sacerdotisa están escritos los nombres de todas las
muertes que enterramos vivas y de todas las iras no resueltas. Está
escrita la canción que nos pertenece y nuestro verdadero nombre.

Carta V - El Papa:
Este señor es el que tiene el poder de leer en el libro de la Papisa.
La Papisa conoce los secretos de las plantas. El Hierofante su principio
activo.
La carta VI del tarot pertenece al aliado Rafael que es una energía sabia
que lleva al sujeto a comprender que sólo la castidad abré la corriente
energética de la XIIII.

Carta X
Según el esquema de las proporciones del cuerpo humano de Da Vinci,
el chakra Muladara está localizado en el centro de la figura humana
inscrita en un cuadrado, o sea en el cruce de sus diagonales (centro de
la cruz de San Andrés). Esta estructura convertiría al pene erecto en
un eje sobre el cual gira la cuaternidad o la materia. La erección
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

establece que Muladara está vibrando, que está produciendo energía


vital: La energía de la materia, la energía instintiva: Materia prima de
la fuerza. Coincidiendo con Da Vinci o éste con ellos, los hindúes re-
presentan el Muladara como un loto de cuatro pétalos y en el centro un
pene erecto, con una serpiente enroscada en él y atravesándolo.
"Casualmente" la carta X (cruz de San Andrés) del tarot es la RUEDA
DE LA FORTUNA (la palabra sánscrita chakra significa rueda), la cual
"insólitamente" gira sobre medio eje como si fuera la base del pene
erecto. *

* Da la impresión de que lo que Levi quería decir es que la energía que


mueve la rueda es la libido.

Carta XII:
La carta XII es la cruz asumida como un Pedro: cabeza abajo. Por ello
es la carta del Mesías y del sacrificio. Es un estado mental de no-hacer
o sea de vivir en forma diferente a la de siempre. Se ejerce el amor
mediante el no-ejercicio de la venganza. Es convertir el sacrificio en el
sacro oficio u oficio sagrado. Cuando no se asume con conciencia deja
de ser sacro-oficio y se convierte en sufrimiento puro y simple. El suje-
to entonces queda suspendido para la vida. Queda extrañado.
Desterrado de todo. Hasta de sí mismo. Sólo puede salir comprendien-
do que hay unos dolores que lo esperan para limpiarlo. Los que no
quiere asumir.

El 12
3x4=12
El Cristo penetrando en la cuaternidad.
El Cristo materializándose.
La trinidad encarnándose a través del hijo (el padre y la madre
reunidos en el andrógino: el Cristo).
El cuarto elemento de la trinidad sería el recipiente en el cual se encar-
na: el hombre.
La trinidad encarnada es el hombre cristificado.
Cristo es el consciente.
La 21
La trinidad encarnada en el hombre crisfifieado.
El 12 al revés sería el 21.
Es uno pasando a través del espejo-(dos) y entrando al consciente.
(1 2)1 1 ( 2 1).
El uno inconsciente (1) se divide (2) para volverse a unificar con
conciencia o sea uniéndose (2) en (1) o 21 que por reducción es 3
(trinidad).

Carta XVI
Vana será tu forma
Si no es templo
Vano será tu templo
Sin la piedra angular.

Carta XVII
La esperanza es como la vía láctea: un. sendero de pequeñas luces en
la oscuridad.
A lo mejor sea por eso que la carta XVII del tarot simboliza la esperan-
za y se llama la estrella o las estrellas.
También es carta de adivinación porque cada lucecita es una respues-
ta, un lugar a dónde ir.
Las estrellas deben ser muchachas
Hijas de la Diosa Blanca,
Sacerdotisas,
Vírgenes por la claridad que aman
Y dispensan como leche a los unicornios.

La Luna- carta XVIII


La Luna es una luz encargada de aclarar las tinieblas en el in-
consciente. Es la única luz que puede penetrar en la oscuridad sin
matarla. O sea la única luz que la oscuridad admite.
Los perros ladran para rechazarla de los dominios del complejo gober-
nado por el apego del cangrejo que pierde la pinza por no perder la
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

presa; el apego del escorpión que mata la presa para no perder la


pinza.
Y el apego de la rémora que so le pega a la presa para no perder la
presa. Animales los tres del agua.
Ella puede llevarse la luz a la oscuridad porque ella misma es oscuri-
dad que recibe luz. Y la refleja en sus arenas de plata a modo de espe-
jo cósmico. Puente que pasan los fantasmas de la noche en su des-
ganado viaje hacia el cadalso de la virtualidad.
La sacerdotisa es la hija virgen de la Luna. Virgen porque no quiso
quedarse en el consciente y ser penetrada por él. Diana que le pidió a
su padre la dejara vivir en los bosques. Es la única que puede ir y
conoce las regiones más recónditas del inconsciente. Sólo envía sus
informaciones a través de la casta y blanca luz de la Luna a los varones
castos, como el Eremita (VIIII) depositario de la sabiduría que ella le
entrega a través de La Luna.
Así que la luna lleva luz a la oscuridad y recibe información de la
oscuridad para traerla a la luz.
Es el gato el animal de las estrellas
El águila del sol
El buho de la luna
La serpiente de la tierra.
La luna es la luz amiga de la oscuridad. Es la clarividencia. Las estre­
llas son el frío amigo del fuego. Son el papel de agua helada donde se
puede envolver el fuego. Es la lucidez.
La lucidez es la verdad percibida con la razón. La clarividencia es la
verdad percibida con el cuerpo, desde la sensación.
EL ARTE...

"Quien mira hacia fuera, sueña. Quien mira hacia adentro, despierta". (Jung)

Una obra de arte es un hermoso grito en medio de un gran silencio.

El verdadero artista es un contrabandista de energías obtenidas al otro lado de


la frontera.

Un arte que nos tenga lástima es trampa.

Sólo las formas vacías permiten que en ellas suceda cualquier cosa. Hasta lo
imposible. Que por lo demás, sólo sucede en espacios vacíos.

Muy pocos pintores han pintado lo que es. Generalmente pintan las formas que
encierran lo que no es. Es muy difícil precisar las formas que pueden contener
lo que es. Pero una flor o un pájaro siempre serán formas de lo que es.
Para pintar lo que es, el pintor debe volverse dócil para que lo que es pueda
manifestarse a través de la mano capaz de obedecer instantáneamente la
orden de virtualizar una sombra, de oscurecer un destello, de convertir una
escalera en la cola de un gato. Pintar así es un desvelar. Hacer aparecer lo que
subyace. El que pueda dejar que la vida le suceda podrá pintar así. Dejar que
la vida suceda es dejar a lo que es ser. Vivirla así es colorear la sombra y
oscurecer el destello con la obediencia que debe la forma a la esencia. Sólo las
formas vacías siguen incondicionalmente las esencias. Esa es la belleza del
cero y de su equivalente humano: el loco.

Los que pintan lo que es, pintan a Dios. Los infinitos rostros de Dios. El senti-
do profundo del arte: una ventana al infinito.

Mis amigos pintores piensan que la pintura es un misterio. Y tienen razón. Sin
embargo, este no radica, como ellos creen, en la forma de hacerla sino en la
dimensión de donde proviene.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJÍA D.

Había un pintor que se negaba a firmar sus cuadros porque los desequilibraba.
Al menos, eso afirmaba.

El arte del final de los tiempos reclama que fu cuerpo sea el lienzo donde se
pinte el ser.

El auténtico pintor es sólo un testigo de su mano.

La pintura es una forma de revelarme que me permite una forma de rebelión.

Picasso:
Me gusta mucho Picasso. Gomo hombre y como pintor. Su actitud ante la vida.
Eso de no detenerse nunca. Aquello de no buscar por estar muy ocupado
encontrando. Me gustan sus períodos pictóricos y sus periódicas mujeres. La
rosa, la azul y la africana y la cúbica. En fin, me gusta mucho Picasso porque
era como un cometa.

Amo a Picasso porque nunca se detuvo en su pintura.


Lo amo más aún porque de él aprendí a no detenerme
Ni siquiera en la pintura.

La silla de Van Gogh resplandece como su


Sol interno
Los gordos de Botero brillan como sus
Apartamentos.

Hay pintores que captan la luz de afuera y con ella resuelven sus cuadros. Hay
pintores que captan la luz de adentro y con ella sus cuadros se resuelven.

No es fácil aceptarle a la pintura que nos muestre un destino diferente al de


pintar.

En pintura no cuenta tanto lo que a uno le parezca como lo que a uno se le


aparezca.
Sin el color todo sería dibujo.

Considero que la pintura de Botero no tiene grandeza sino gordura.

Es lío de pintores cortarse una oreja para no escuchar al amarillo penetrar en


la alcoba del azul cobalto.

Hay cuadros que no soportan al pintor.

La veladura en pintura es velar y velar para revelar.

Todo hombre que diga conocer una sensación que no ha vivido, miente. Por ello
Borges o la mentira esquizita.

Al menos en cantidad, la literatura occidental supera la oriental. La diferencia


se explicaría por el temor a la palabra en ellos y al silencio en nosotros.

Uno puede definir un estilo de escritura no comunicando lo que resolvió o llegó


a saber sino dando pistas para saber o resolver. Así, cada uno puede saber o
resolver individualmente. Darle a la gente soluciones es darles ideologías o reli-
giones. Mejor que cada uno llegue solo y uno sólo puede contribuir con pistas.
Hay que dar pistas y que cada uno aterrice con ellas lo que tiene volando.

Borges ciega luciérnaga


Del laberinto
Donde vagas fosforescente.

El problema de Borges fue no haberse casado con la Yourcenar.

Hemingway me parece inmenso en El viejo y el mar. Un verdadero pescador no


puede darle la espalda al tirón más grande de su vida. Pero siempre me pre-
gunto si un pescador deportivo es un verdadero pescador. Porque en la vida
real, si es que tal cosa existe, me parece que míster Hemingway terminó
traspasado por la espada del pez que "atrapó". A veces hacemos literaria-
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA O.

mente lo que vitalmente dejamos de hacer. ¿Sí alcanzará? ¿Fue suficiente,


míster Hemingway? ¿O era solamente un cuento?
Llama la atención que el viejo de Hemingway se lance al mar en una canoa de
vela cuando el joven Ernest siempre lo hacía en yate.

El que quiera leer mucho leyendo muy poco, lea poesía.


El que quiera decir mucho en pocas palabras, escriba poesía.
Los poetas hacen imágenes que compendian muchas palabras.

Conocí un sastre llamado Jean Paul


Incapaz de coser un sueño en su camisa.

Lo que garantiza la fuerza de un poema es que haya sido necesario.

Los poetas no inventan poemas. Sólo los ven.

Los intelectuales temen que su verdad sea mentira.


Los poetas que su verdad sea verdad.

Es raro encontrar un crítico de arte cuyos aguaceros mojen.

Lo que más me gusta del teatro es que forma gente capaz de dejarse poseer
por una energía extraña sin enloquecerse.

En el teatro el verdadero escenario es el actor.

El verdadero arte del actor es vaciarse. Lograr un espacio interior


desocupado donde pueda aterrizar el personaje que quiere representar.

Hay músicos para quienes la música no es musa sino moza.

La buena música es una serpiente


expresándose mediante una ecuación de sonido.

Generosa la música, no sé tocarla y ella me toca.


LA CASTIDAD...

"El espíritu aún no ha podido hacer casa en el cuerpo".


(Fernando González)

La castidad es el amor de la luz, que toca sin tocar.

Dejar de hacer el placer sería la primera castidad. Dejar de hacer el amor.


Nótese que esto supone haber encontrado con quién, Dejar de hacer el amor
es dejar de hacerlo por tenerlo permanentemente. Esta sería la segunda casti­
dad.

En el mundo de la materia lo que llamamos Deseo, en el mundo del espíritu se


llamaría Aspiración. El Deseo aspira a poseer los seres. La Aspiración desea
ser poseída por el ser.

A quién le sirve tu castidad: ¿a Dios o a tu ira con los hombres?

La castidad es un cambio en. la dirección del orgasmo.

Castidad es toda forma sensual esquizita.

El ayuno es a la oralidad lo que la castidad al incesto.

Decantar la lujuria para obtener lo erótico. Decantar lo erótico para obtener lo


místico, o sea la sexualidad entre los cuerpos intangibles.

Pues no quiero ser casto


Negándole al cuerpo la sensación de su carne,
Prefiero acariciar con reverencia
Orar sobre la carne con mis dudas y mis dedos.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

La castidad puede llegar luego de recoger en el viento la última brizna de la


flor del tiempo, el último pétalo seco y perfecto entre las hojas del libro que se
fue escribiendo con los silencios del corazón.
Puede llegar pero no como algunos la temíamos, no como el aliento mustio de una
primavera que se muere en los brazos del otoño, ni como un viento frío que se
congela entre las manos del invierno. No, lo cierto es que va llegando como el
recogimiento de algunas flores que se cierran al comprender que eran estrellas.

LA FAMILIA...

"Porque los hombres vivimos juntos, pero cada uno se muere solo...".
(Unamuno)

Actualmente mi padre se comporta como si la


sabiduría que nos enseñó no hubiese estado nunca en él. Como si toda su vida
Hubiese sido un gran esfuerzo por afirmar una normalidad que siempre estaba
lejos de sentir. Creo que está regresando al niño asustado de todo el tiempo.
Como si el hábito de la normalidad se le estuviera cayendo a pedazos por
acción de los tiempos. El espíritu del miedo a la pobreza lo persigue por todos
los rincones. Como si nunca lo hubiese combatido. A lo mejor lo enfrentó con
la riqueza y era la pobreza el arma. Se ha hecho difícil amarlo. La imagen
amada se desdibuja a cada momento para dar paso a imágenes desconocidas
y no propiamente bellas. A veces esas imágenes saltan sobre uno y le hacen
evidentes ciertas intencionalidades que siempre habían permanecido en la
sutileza. Saber, sintiendo y viendo, que nuestro padre real y profundo es un
desconocido incluso para él mismo, es un saber obsceno. Golpea. Habla de
muchas transacciones y pocas batallas. Exuda dolor. Se erige como espejo de
una fuerza herida desde hace mucho tiempo. Me siento obsceno por mirar el
dolor de mi padre pero, ¿dónde tendría para mí la oscuridad más luz que en el
espejo de mi padre? Dónde podría comprender mejor la necesidad de un
cuchillo de fuego para la fuerza herida, sino en el último desgarrón. Ahora él
es un campo de batalla. Sus armas, sus armaduras le han sido arrebatadas
implacablemente por la vida. Está desnudo. Nadie puede cambiar su medida.
Soy espectador de mi padre. Sólo puedo amarlo. Somos la misma herida. Dos
imágenes de la misma herida. Es obsceno mirar el dolor del padre como un
mapa. Pero es la ley del gran espejo. Ruego al Padre por la paz de mi padre.
Doy gracias a mi padre por haberme legado la necesidad del combate.

Mi familia es un triángulo con un lado permanentemente deshabitado.

Mi padre es panadero y no sabe hacer pan.


Mi hermana es traductora y no sabe que las palabras tienen espíritu.
¿Qué será lo que soy y no sé?

Un autista sería una forma excesiva que no deja salir la energía.


Un mongólico sería una forma deficiente incapaz de contener la energía.
Un autista o un mongólico serían, en último término, una notificación perento-
ria de la naturaleza a la familia, de que la tara ha llegado al límite.

Los mongolos no son un castigo, más bien, la última sonrisa del corazón mori-
bundo de la familia.

Marta Cecilia era París y el Campestre


Luz Fanny la India y Sonsón
Medellín Luz Miriam.

Creo que hasta hoy la familia no ha sido la base de la sociedad


sino de la masa.

Para papá Para papá


Yo sé que Beethoven te gustaba, igual que el whisky, el golf, y el mar. Siempre
deseaste que lo mejor para ti, fuera lo mejor para mí. Hasta pocos días antes
de morirte, cuando captaste que lo mejor para mí podría no ser lo mejor para
ti y continuar siendo lo mejor para mí. Fue cuando sentí que me amabas. Por
eso no lloré tu muerte más de lo indispensable, pues también entendí, al saber
que me amabas, que ya no importaba que estuvieras aquí.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Para mi familia fue ridicula mi lucidez. Ahora sé que puedo lucir ridículo.

Las familias de rancio abolengo deberían preocuparse más por lo rancio que
por el abolengo. A fin de cuentas, rancio es lo que está a punto de podrirse.

A mi madre le bastaba con que yo no fuera yo.


Mi padre necesitaba que yo fuera él.

Lo que mi madre hubiera podido amarme


Menos los que me amó realmente
Es igual a lo que a-morosamente
Mi madre me quedó debiendo.

Hacían barricadas con sus hijos


Para defenderse de la revolución
Interior.

Cuando tu madre no te conecta a tu corazón, te devora con el cerebro.

La máxima comodidad al menor costo


¿Es capitalismo o madre?

Todos los padres desean secretamente que sus hijos conviertan la ira en amor.
O sea la tara en salud. Y esta es la idea correcta. En los procesos evolutivos
todo aporte cubre una falta. Y toda falta de aporte aumenta la necesidad del
aporte. Por esto los padres nunca se equivocan. Siempre será el hijo el respon­
sable. Por ser el depositario. El último de la cadena. La fuerza que puede
enfrentar la muerte personal. Los que llevan a las familias a su destrucción son
los padres. Los que permiten que los padres destruyan la familia son los hijos.
Argumentar en contrario sería una nueva pataleta de las que han impedido a
los hijos convertir en amor la ira.

Hay pueblos que por extrañas circunstancias históricas se hacen dueños de


paradojas especiales. En Antioquia, por ejemplo, uno nace católico, pero si se
convierte al cristianismo, puede llegar a ofender profundamente los sentimien-
tos judíos de su padre.

Generalmente las madres no ven a sus hijos: los suponen.

A veces uno odia al padre porque no resolvió lo que uno tampoco.

Dijo el poeta: "Siquiera se murieron los abuelos...". Se equivoca el poeta. Los


abuelos no han muerto porque no los han dejado morir y, por lo mismo, los
nietos no han podido nacer.

Los esposos antioqueños tienen amantes porque es la única posesión de la que


sus esposas no pueden disponer.

Con los hijos repetimos todas las películas de las que nos hemos salido.

Embarazo sin sexo


Es madre que olvida su hembra,
Futura mujer no deseable;
Es hijo de padre ausente
Cónyuge futuro de su madre;
Es exposo, expadre y examante,
Un extraño para sí mismo y los demás.

Es muy raro ver un pariente parirse.

La esencia de Cupido: la concupiscencia. Según los juristas vaticanos el matri-


monio es el remedio-contra la concupiscencia, que dicho sea de paso, no sabía
que fuese una patología pero, bueno, lo que me ocupa no es el asunto de que
ellos consideren las sanas actividades de Cupido como una enfermedad, más
bien me interesa aclararle a los aficionados que más que el remedio, el matri-
monio es la eutanasia.
De cualquier manera, doctores tiene la Santa Madre Iglesia y casos se han visto
de gente sana que murió pese a los esfuerzos de los doctores por curarlos.
■■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Cuidaban en los otros los miedos propios, los llamaban familia.

El incesto es honesto
Sin la carne
Por supuesto.

LOS PENSAMIENTOS...

"Lo que hemos cogido, lo hemos tirado.


Lo que no hemos cogido,
Lo llevamos siempre con nosotros". (Un pescador zen)

El universo es un espacio mágico donde el infinito reduce su velocidad para


ser conocido por las conciencias que han logrado ser.

Si quieres detener el tiempo, reduce tu espacio a un punto o crúzalo a la


velocidad de la luz.

El espacio-tiempo es la dimensión donde Dios construye la conciencia que le


permitirá conocer su infinitud-eterna.

El tiempo es una forma de concentrar la eternidad.


El espacio es una forma de concentrar el infinito.

Cuando una conciencia sea capaz de percibir y reflejar instantáneamente todos


los fenómenos del espacio-tiempo, estará lista para percibir y reflejar todos los
mundos del infinito-eterno.

La vagancia es una yoga del tiempo.

Entre la revelación del ser y la velocidad del tiempo hay una relación. Vagad y
lo comprobaréis.
Da la impresión de que la ciencia confunde lo que Es con lo que puede ser
conocido. Así, el ser sería lo que la ciencia logre ver, aunque el ser siga siendo
a pesar de que la ciencia no lo vea. Y la miopía, actualmente, está siendo ope-
rada con éxito por la ciencia.

Creo que el primer servicio que nos puede prestar el ascetismo es permitir que
podamos ver en toda su desnudez nuestra cólera interior. Todos los placeres,
comodidades y acompañamientos son en el fondo paliativos que nos permiten
mantener nuestra cólera en un nivel manejable que denominamos cordura.
La medusa griega es la cólera de cada uno. Cuando la tienes te vuelves piedra.
Te pierdes en ti mismo, No logras salir de ti mismo. No puedes amar. Eres
piedra.
La cólera nació con la creación. Cuando el hombre perdió su unidad con el
infinito y quedó confinado en la necesidad. La cólera se recrea en cada parto,
cuando el nacido pierde su unidad con el inconsciente y queda atrapado en el
consciente.
La cólera es producto de la división y aumenta con la ausencia de una actitud
conciliadora entre los opuestos.

Deberíamos tener en nuestras vidas un tiempo para aceptar las visitas del
dolor. Un tiempo para la alquimia del dolor. El proceso de borrar las viejas
memorias y fijar los nuevos conocimientos. Los que permiten la mutación.

La célula es la información viva de cómo la vida física y psíquica cambia y se


perpetúa. Ella nos muestra la esquizofrenia como estrategia de mutación.
División-conciliación-división. En cada nueva conciliación un aumento de la
información que determina la necesidad de otro estado que corresponda a esa
información. En síntesis: todo aumento de conciencia determina un cambio en
la estructura que habita.

A cada rato se escapan heridas del combate interior. Van buscando la herida
externa que les corresponde. Imágenes buscando espejo. Para verse. En el
otro. En el dolor del otro. Reflejo del propio. Inquilino de la noche hasta el
amanecer del amor. Emoción difícil que nos hace permanecer donde
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

quisiéramos desaparecer. Recogiendo heridas. Que nos corresponden. Desde


siempre y hasta el alivio de la herida interior, suya, mía.

A veces me invade la sensación de que la vida que estoy viviendo es definiti-


va para resolver una especie de acertijo inmemorial. Como si fuera ahora cuan-
do se va a definir un peligroso juego que ha durado miles de años. Algo que va
de no tener ojos a tener siete como el cordero del Apocalipsis. Algo que va del
ciego adolorido y asustado a la visión gozosa y asombrada.

El error es necesario puesto que ocurre. ¿Podrá afirmársele error a lo nece-


sario? ¿Podrá nombrarse lo necesario como error? ¿Puede pensarse el error
como el noticiero clandestino de nosotros mismos? ¿No será el error la pieza
del rompecabezas que queremos ignorar? ¿No será información que surge vio-
lentamente, sin armonía, por fuera de nuestros canales oficiales, los cuales
hemos cerrado? ¿Sí será el error tan error? Peor aún, ¿no será realmente el
error la incapacidad de interpretar los "errores"?
El viejo Freud no era ningún bobo.

La historia no tiene leyes sino problemas que se repiten porque nunca han sido
resueltos. Esta persistencia da una apariencia de constantes en la historia que
parece permitir su formulación como leyes. Quizá la única ley de la historia sea
la de su repetición, mientras el hombre no resuelva los conflictos que la
constituyen.

Existe una rara manera de enseñar sin enseñar. Se trata de mostrar al aprendiz
cosas que le hagan creer y a continuación cosas que le hagan desconfiar de lo
que creyó. Así logra lo más importante del aprendizaje: que el aprendiz decida.

Una estructura social es reflejo de la estructura psíquica de sus asociados. Por


esto cualquier ciudadano puede cambiar la estructura de la sociedad en que
vive, modificando la propia.

Lanzamos ciertas flechas sin sospechar que atravesarán nuestro corazón


rumbo a su destino.
La física sería el intento de encontrar al ser en la lógica del universo.

Un guerrero no puede ser sitiado porque no tiene posesiones personales qué


defender.

En realidad lo que los contratos regulan o tratan de regular en el fondo es la


rapiña. Siendo un intercambio de tallones y placeres, las partes siempre están
tentadas de apropiarse el placer y eludir el tallón o precio, convencidas de que
el no pago dobla el placer o prestación, con lo cual han hecho un magnífico
negocio, que además es de ,1o que se trata, si el otro se deja, pero como el otro
para no dejarse consigue un abogado, entonces los contratos en el fondo...

Todo primer pecado estrena una sensación que nos puede capturar en la
intrincada telaraña del pezón, ese ancestro milenario del tetero.
Cuando quedamos prisioneros en la telaraña, se dice de nosotros que hemos
tenido un tro-pezón.
Edipo y Ulises tuvieron en común una vida llena de tropezones.

El pecado es un acto de honradez en. cuanto manifiesta las sensaciones


oscuras y es un acto de iluminación en cuanto nos permite verlas.
Repetirlo sin ninguna intención de verlo es negarle a la sensación oscura su
posibilidad de emoción luminosa.

Sólo muy pocos han dejado de creer que la ideología y las algas nos salvarán
del odio y el hambre.

Un buen pecador es el que peca hasta no soportarse a sí mismo. Entonces


cambia.

Si somos del camino


Vamos al manzano
Si somos del camino
Volvamos al camino.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Una buena mujer rica manejando la abundancia tiene, paralelamente, los mis-
mos problemas que una buena mujer pobre manejando la escasez. La una sufre
por conseguir lo que falta y la otra porque no se dañe lo que sobra. Ambas sien-
ten que carencia y desperdicio podrían amarse y dar a luz el pan nuestro de
cada día.

Carezco de un plan rentable para mi vida. Quizás ahora pueda vivir al día.

No creo que la pobreza salve o que la riqueza condene. Salva la pobreza al


pobre que percibe en ella su riqueza. Condena la riqueza al rico que ignora en
ella su pobreza.

Sólo sé que viajo por el misterio. ¡Mentira! Sólo sé que estoy intentando comen­
zar el viaje por el misterio. Vergonzosamente he descubierto que aún no tengo
la fe requerida.

La marihuana es peligrosa porque:


1 Vuelve evidente lo latente haciéndolo ineludible.
2 Muestra cómo nos volvimos expertos en eludir lo inevitable.
3 Enseña a mirar lo que hemos aprendido a no ver.
4 Contiene una sabiduría que ayuda a revelarse.

Cuando me separé de la esposa y la muchacha, emprendí un viaje hacia el cen-


tro de mí mismo. Siendo mi centro, no pensé que quedara tan lejos. Extraño
es, que a veces, percibo el asunto como un vuelo de regreso. Vuelo porque una
vez que se inicia el camino, queda uno como en el aire. Regreso, porque vuelve
uno a pillarse las cosas como cuando niño. Además, si tengo un centro, mi pe-
riferia de hoy sólo pudo ser originada por ese centro. Ergo Ulises Odiseo puede
ser, además de un hermoso cuento, un invaluable mapa del regreso al lugar
donde se teje desteje el tejemaneje: Itaca, posteriormente conocida como
Jerusalem, ciudad donde termina la odisea de Jesús, quien con su viaje nos
deja, quizás, el mapa definitivo, al menos, en lo que respecta a la salida del
espacio-tiempo.
La virtud se comprende pecando
La fe dudando y los procesos
Interrumpiéndolos.

Es más honesto declararse la guerra a sí mismo que a la sociedad en que se


vive. A fin de cuentas, nada malo hay en ella que no esté en uno. Lo que desee
cambiarle lo debo cambiar en mí y, si no lo logro, pierdo el derecho de pedirle
a los demás que lo cambien en ellos.

¿Desconfiar de todo para que nada me mate, o dolarme matar de todo para no
desconfiar de nada?

Si el tiempo que nos pasamos lloriqueando porque la vida no tiene sentido, lo


gastáramos en encontrárselo, a lo mejor...

¿Será el olvido la dulce muerte de lo que no nos corresponde?

Como Tiresias a Edipo, Juan Bautista a Herodías le precisa que vive en inces­
to. Edipo ciega sus ojos para no ver. Herodías cierra los ojos de Juan para que
no vea.
Para Edipo, Antígona fue luz y guía; para Juan, Salomé fue oscuridad y muerte.

Es posible que ciertos actos de cortesía de los varones para con las mujeres
sean un ritual erótico inconsciente. Así podemos notar que el acto por el cual
un caballero se levanta en presencia de una dama contiene toda la estructura
de una erección.

Sospecho que la mayoría de los hombres no luchan por su destino, sino que
más bien se limitan a ignorarlo;

Prefiero urna energía desorganizada a una organizada falta de energía.

Me puse en marcha porque hay jornadas que deben cumplirse para no dejar
incompleta la vida.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Yo deseo asistir en mi bosque a las bodas de la roca y el hongo. Que sólidos ojos
sean sus hijos. Pupilas para el gran chamán ciego.

La luz es sombra para la oscuridad y ésta también tiene inquisidores, así que no
os extrañe sufrir persecuciones si lleváis en vosotros la sombra de la sombra.

No creo en revoluciones hechas por matones.

Todos cayeron por el mismo precipicio y sólo algunos aprendieron a volar antes
de llegar al suelo.

Que las cosas adquieran su propio tamaño y no el que yo les quiera dar.

Miguel Jackson pieleó con su negra piel


Y blanquiándola la negrió.
¡Oh Miguel! ¿Cuál será el destino de los asesinos de su propia piel?

El miedo imperante en una estructura


es equivalente al desequilibrio que la afecta.

Puede que aún no sea otro,


pero sí un poco menos el mismo.

¿No has notado que somos un espacio donde la vida se muere de hambre?

Estamos en guerra porque tus liturgias invadieron mis ritos...


y yo me irrito.

Nos suceden cosas distintas a las que deseamos porque nos suceden cosas
iguales a lo que somos.

Para el moralista, hechos y palabras sólo generan consecuencias cuando violan


la norma. Parece creer que la vida descodificada admite cualquier tipo de vio-
lencia, verbal o fáctica, en razón de no estar incorporada a su sistema
El encantador de serpientes es la vaga imagen de una antigua y deseada ver-
dad: que el sonido del verbo sea el que haga danzar el tremendo poder de la
serpiente.

Hay personas para quienes sólo existe


aquello que pueden golpear.

Comprendía perfectamente la teoría, lo que se le escapaba era el por qué no


podía ponerla en práctica.

El único lugar desconocido para los socios de un club social es el mundo.

Sólo podré dejar de fumar cuando asuma mi verdadero Yang. O sea que dejar
de fumar es muy difícil, pues casi tendría uno que resolver la vida, para poder
hacerlo. ¡Nada!

Cuando una sociedad se pone de acuerdo para matar a alguien, es porque ge-
neralmente ese alguien representa una pregunta que dicha sociedad es inca-
paz de contestar.

La ira es el vehículo mediante el cual escupimos como odio el dolor que no


pudimos aceptar.

La H no suena, es silenciosa.
Pero quítele la H a chulo y entenderá los sonidos del silencio.

Los brujos usan máscaras


para que las energías invocadas no los reconozcan.

Al que pelea con su cuerpo, éste le queda sirviendo exclusivamente para trans-
portar la cabeza.

Las ideas existen sin mí -yo las expreso, pero no las hago existir- quizá com-
pleto su existencia expresándolas.
■■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

La represión es una paradoja del olvido: tú olvidas lo reprimido pero lo repri-


mido no te olvida a ti.

A la vejez llegas cuando pierdes las ganas de celebrar tus propios chistes y de
alabar tus propias guerras.
Cuando te invade una sutil distancia con el entorno y puedes amar sin sofocar.
Cuando esperas y toleras porque sabes que siendo muy posible que el amor esté
germinando en el mundo, es muy Improbable que ya esté establecido en él.
En fin, a lo mejor comprender la vejez dependa de entender que la vida puede
ser hermosa sin aspavientos.

¿Para qué quiere visiones el hombre cuya vida es una visión?

Nadie puede ser honrado, si no se honra a sí mismo.


Honrarse es darse el honor de ser uno mismo.
Y ser honrado es ser uno mismo, afuera.

La vida no es un problema para ser resuelto, sino un misterio para ser vivido.

Sólo quien está dispuesto a escuchar su corazón, verá las visiones del tambor.

Esterilizamos el conocimiento dejando de vivirlo y la vivencia negándonos a


verla.

Es importante saber que el otro tiene la razón, pero es más importante saber
por qué no la tengo yo.

El guardián del umbral es cualquier miedo que te impida pasar a otra dimen-
sión de ti mismo.

Yo soy hijo de la cabeza de González y el corazón de Epifanio. Igual a ellos no


pertenezco a nadie y como ellos a todo pertenezco.
Creo en el gerundio de González porque sé cuán lejos estamos del presente
perfecto.
Admiro a Epifanio por lanzarse al río Medellín para iniciarse en la locura con
impecabilidad simbólica.
Comparto con los dos, que el viaje de la vida puede hacerse a pie o sentado en
el taburete del manicomio.

Dos pesadillas ha tenido Antioquia, ambas procedentes de Envigado.


La de González denunciando la oscuridad y la de Pablo concretándola.

Es hora de abandonar las cosas por las que vivimos y conquistar las cosas por
las que estamos dispuestos a morir.

Busca una mujer que energéticamente te produzca erecciones enérgicas y ver-


balmente intuiciones profundas.

Nos sobró cerebro para llegar a la luna y nos falló corazón para mantener
limpios nuestros ríos.

Se puede pensar lo que se siente y la palabra que expresa lo sentido es verdad.


Se puede sentir lo que se piensa y la acción que expresa lo pensado es verbo
conjugado.

Los violentos son muy sensibles para sus propios velorios,


como insensibles son para los velorios que ellos fabrican.

El autoconocimiento no consiste en conocerse uno,


sino en lograr que los dos que hay en mí, se conozcan entre sí.

La medicina ya no puede limitarse a curar síntomas.


Debe hacer conciencia sobre lo que los origina.

Aceptar los dolores y placeres de la vida, completa la vida. Negarlos la des-


garra. Cuando eludo lo que me duele o me place, la herida externa que pre-
tendo evitar con ello, se hace interna, inevitablemente. Experiencia que
■ ■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

ocurrida no acepto, o deseada no asumo, recae compensatoriamente sobre el


cuerpo como enfermedad, o accidente.

Sujetos con voluntad de poder y sin voluntad de saber son sujetos con deseos
de civilización y sin ganas de cultura.

Hay personas que llamadas a ser lúcidas


se contentan con ser inteligentes.

Nunca hagas una oferta que no estés dispuesto a aceptar.

Además de teológica, por ser agradable a los ojos de Dios, la humildad es una
virtud metodológica, pues hacernos pequeños permite que se vea grande lo que
nos rodea.

No es la falta de Academia lo que nos hace ignorantes, es más bien la falta de


reconocimiento del conocimiento en nuestra sangre, lo que ignorantes nos
hace.

Lo importante en mi vida no ha sido el logro,


sino la indagación de la dificultad para lograr.

Un placer alegre sólo es posible con un instinto amoroso.

Acechar es ver el interno en el entorno y soñar es ver el entorno en el interno.

El arte de acechar sería el arte de observar cómo mueve el espíritu nuestro


entorno para que se reproduzcan en él nuestros procesos internos.

En todas las profesiones sirve la buena voluntad, en el humorismo no.

Uno tiene que aprender a dormir con el miedo que le produce insomnio.

Hay que asumirse todos los días para llegar a pertenecerse algún día.
Si uno lograra darle más o menos importancia a todas las cosas, disminuiría
notablemente la tasa de sobresaltos.

Es muy difícil pretender que el corazón no duela porque uno tenga muy bue-
nas razones para que no lo haga.

Un grave problema de nuestra sexualidad radica en que nuestras fantasías


eróticas satisfacen carencias y no apetencias. Es una sexualidad de abando-
nados, donde lo primordial es lo que faltó y lo olvidado es lo que se tiene.

No sé qué es la verdad, pero sí sé que mis mentiras están cargadas de señales


que apuntan a ella.

Y seguimos creyendo que amar es matar al otro con los actos para resucitarlo
con las palabras.

La historia es la suma total de todo lo que habría podido evitarse. Obviamente


esto lo sabemos luego de haber sido incapaces de evitarlo. Y está bien que haya
sucedido todo lo evitable, pues era inevitable para los hombres a los que les
sucedió, dado que su estado evolutivo apenas alcanzaba para lo sucedido.

Yo no sé dónde he llegado, pero sí sé dónde no me quedé.

Mientras los hindúes creen que meditar es ver las cosas internas
adentro, algunos occidentales pensamos que meditar es ver las
cosas internas, afuera.

La carne se siente tan incómoda en la cabeza como el espíritu en el culo. Lo


primero, sublimación. Lo segundo, represión.

Vida interior
Tener una vida interna no significa vivir separado del mundo exterior. Significa
más bien, que sólo sean de recibo los hechos externos que percibimos conec-
■■ ■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

tados con lo interno y las acciones que realizamos impulsados por lo interno.
Mirada así, la vida interior es la vivida como una conexión de lo interno con lo
externo, o sencillamente aquella en la cual le damos validez a lo externo sólo
cuando conecta con lo interno o se origina en él.

Yo no vine a traer la paz sino la espada que divide lo que no multiplica, dife-
rencia lo indiferenciado, separa lo apegado, distingue lo confundido, y mata la
muerte.
¡Qué vaina si la envainas!

No me cuidés la vida porque ya la viví, cuidame la muerte porque es la que me


falta por vivir.

Y si uno entiende que el placer es tan cortico, ¿por qué el dolor tiene que ser
más largo?

Vos tirás mucho paraíso para evitar el sudor que aparece mucho más abajo de
la frente.

Y hay quienes hacen de todo para no hacer nada de lo que hay que
hacer.

Yo desconfío de lo que me arregla la vida y se jode si se va la luz.

Querida Salomé, no me importaría poner mi cabeza en tu bandeja, si la


escucharas para dejar de ser pendeja.

Dame todo lo que temes que te reciba para poderte recibir todo lo que temes
entregarme.

La paradoja de la evolución es que lo que hace dos mil años era correcto, ahora
no lo es y sin embargo, sigue siendo correcto.
Por lo tanto nosotros ahora somos los perfectos correctos que mañana seremos
los güebones perfectos.
La ciencia es la magia de la cabeza y la magia es la ciencia del cuerpo.

Si todos no fuéramos verdugos al servicio de la divinidad, ¿quién le causaría al


prójimo las muertes que tanto necesita?
Los verdaderos maestros son verdugos virtuosos.
Los cabrones son verdugos chambones. Producen dolor innecesario.
¿Innecesario?

Siempre hay algo que uno deja para después: el pedacito de uno mismo que
necesita ser cambiado... después. Esto ayuda a comprender nuestros trabajos
incompletos.

Si se pone la verdad en las manos de un par de opuestos, rápidamente alguien


empezará a matar en nombre de la verdad. Creo que la inquisición es un buen
ejemplo de ello.

El único que puede acercarse al placer sin peligro es el capaz de


dolor. Y éste siempre trata de situarse a igual distancia de
ambos.

Se confunde lo que es con lo que puede ser conocido. Se reduce el infinito a la


limitación de la criatura. El ser sería lo que la criatura logra ver. Se le niega lo
que la criatura no ve.

Omnisciencia es saber todo sin distinguir nada


Ciencia es distinguir todo sin saber nada
Conciencia es un saber distinguido.

Le dio un beso a su dolor y le dolió menos.

A veces en nombre de la humildad


Se nos pide complicidad con el guerrero
Que confunde los desfiles con las batallas.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA O.

Cuando dejó que la vida le sucediera comenzó a ser como era.

El rumbo es cosa del viento, decía la veleta más anciana.

Lo que la normatividad pretende es construir una normalidad basada en la


represión de la naturalidad.

Creo que actualmente la luz que creemos tener no es la ver-


dadera, es la interpretación que sobre la luz. nos vendió la
oscuridad.

Ando como revelado. A lo que no le vea verdad le paso de largo.

Los ejecutivos venden sus mentes


y los intelectuales ponen con ellas negocio propio.

El uno es un punto que no sabe cuál es el punto


Aunque siempre imagina estar a punto de saberlo
Y así es uno.

Es difícil encontrar gente que mire fijamente a ninguna parte.

Deja que el espejo te hable


y luego crúzalo caminando detrás de lo que escuchas.

La lógica es la inteligencia de la razón y la astucia


es la inteligencia de la sensación.

Raro es que la perfección viva casi toda su vida en el error.

Acude a lo indio de tu sangre para vivir el tiempo del jaguar.

El único dolor que un hombre tiene derecho a causar es el que resulte de ser
fiel a sí mismo.
Ser digno es reunir las, condiciones necesarias para entrar en contacto con
cualquier cosa.

Lo que realmente debería interesarnos del diablo no es lo que


ofrece, sino lo que sabe acerca de nosotros y que le permite
vendernos toda su mercancía.

No hay que ir. Basta con dejarnos llegar.

LAS HIJAS...

"No limpies mi camino, me lo borrarías". (Suzuki)

A Melissa
Para recordarle que su nombre viene de la miel.
A Manuela
Para recordarle que su nombre viene de Emmanuel.

Manuela sabe de mi corazón.


Melissa de mi cerebro.
Para que sepan mi totalidad
Melissa tendrá que contarle
A Manuela el cuento que se
Sabe. Igual Manuela.
Muchachas hermosas, si quieren
Saber quién era su padre
Tendrán que ser hermanas.

Que mis hijas estudien lo que quieran aunque eso no sea lo que deben saber.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Lo único que puedo ofrecerle a mis hijas son los paisajes de mis caminos.

...Cuidadosamente el mago extrajo del corazón de la gota un destello de estrel-


la. Lo depositó suavemente en la mirada de Melissa y le dijo: "En adelante tus
ojos serán una ventana al infinito. Observa pacientemente y algún día te verás
pasar más brillante que el sol. Salúdate con alegría. Abre tus puertas y salta
por la ventana".

Papi, ¿se puede contar una historia sumando pájaros?


(Melissa en un sueño)

Melissa
Melissa no nació. Simplemente invadió la tierra y se la fue apropiando a golpes
de imagen y sonido.
Con sus modos y lenguajes recreaba a los seres que penetraban su atmósfera.
Así, el perro según Melissa fue un nuevo perrotipo.
Le gustaba hacer y vestir combinaciones.
Melissa no nació. Pero a través de ella sí volvió a nacer el universo. Y presen-
ciar este tipo de cosas lo parte en dos a uno.
Melissa ventana. Melissa espejo. Melissa lila. Melissa narcótico. Melissa dolor.
Melissa sola. Melissa vino. Melissa fuego. Melissa bruja. Melissa guerrera.
Muchacha dulce.

Noviembre 2 del 86:


Voy al circo con Melissa y Mini. Sueltan unas palomas y una de ellas al volar
sobre nosotros deja caer una pluma blanca que desciende sobre mi mano.
Pacto del aire.

Melissa
Por todos los poros
Ojos ciegos de la piel
Que te miran sin una palabra
Como si fueras nueva luego de seis años de mirarnos.
Percibo tus ojos soportando incómodos
El escrutinio de mi amor particular por ti
Sustancia de la sustancia tantas veces indagada
Ahora con la mirada
Te hago la misma vieja pregunta
Y en el viaje de tus ojos
Por los míos
Espero descubras el paisaje secreto de tu padre.

Melissa
Algo que siempre me asombrará de Melissa es que a los 4 años descubrió el
pecado original, se percató solita de que en ella había una bruja mala como la
del mago de Oz. Me pareció que en el conocimiento de sí misma Melissa iba
más lejos que la mayoría de adultos que conozco. Por esos mismos días, un
niño de 3 años señaló a Melissa a su madre y le dijo: "Ella es energía". El niño
se llamaba Faro. Estoy seguro de que por ese tiempo Melissa supo que ella era
doble: un universo compuesto de luz y oscuridad. Ojalá el señor Dios y la seño-
ra Diosa le permitan conservar la destreza con la que percibió sus compo-
nentes, para conciliarios.

He notado que lo que más le incomoda a Melissa es la lucidez.


En esto es igual a la madre. Saben que lucidez es claridad y que ésta obliga.
Que lo que es claro es ineludible y por tanto muy duro cuando lo que deseamos
es diferente a lo que la claridad nos muestra. Salomé y Herodías le cortaron la
cabeza a una claridad masculina que no soportaron.

La Melissa mía de seis primaveras


Fundía el plomo con vueltacanelas.

Pequeño refresco
29 de diciembre de 1987. Melissa cierra su primer ciclo de 7 años. Feliz
cumpleaños muchacha amada.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Poemita para Melissa:


Siete años buscándonos en el reflejo del espejo
Y como el sol y la luna
Encontrándonos en un rayo de luz.

Deseo para Melissa:


Que el uso de razón no te lleve al desuso de la sensación.

Melissa mi Eros
Manuela mi Logos
Hermanas medias son Melissa y Manuela.

El karma de Melissa: Meli$$a.

Melissa
Que creces
A escondidas
De tu padre.

Manuelita
Tan pronto naciste, guardafaro me hice
Sin saber si cuidarte o darte custodia
Como al primer fuego que tuvo el hombre.
Algunas veces y cada vez más a menudo
Brota de ti algo dulce y luminoso,
Como una señal intermitente,
Parecida a los guiños de una estrella,
De aquellas que guían a los navegantes
Por las radiantes aguas de la noche verdadera.
Espero impedir siempre que tu luz se apague
Y siempre conseguir que tu luz crezca
Como faro estelar entre dos mundos.
Sol soledlo
Cocuyo Manuelita
Brisa cargada de viento,
Primera sonrisa que atrabesó mi corazón.

Manuelita
Primavera interminable
Polen de la rosa azul
Eco del canto inicial
Dibujo secreto en las alas de la mariposa.

Manuela se fue a la India a pasear por su Dhanna y nació en Colombia para


conocer su Karma.

LA LOCURA...

"Fe es entrar en el abismo". (San Juan de la Cruz)

Locura maluca:
sumergirse en la totalidad dividido.
Locura cuerda:
sumergirse en la totalidad unificado.

Loco es el que se va para la tierra prometida a construir su casa en el aire.

Es raro. Me fui en enero.


No regresé nunca, y sin embargo estoy aquí desde abril.

Un cuerdo es un loco desnutrido.

Buena prensa será la que muestre la locura existente, en la cordura de la


sociedad que informa.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Un hombre loco de verdad es


Zafado a tiempo
Zafado un tiempo
Zafado del tiempo.

El delirio es un sonido lúcido como de liras.

La esquizofrenia es incurable porque no es una enfermedad. Siendo la puerta


del cielo o del infierno, lo que no tiene remedio es cruzarla.
Más que una puerta la esquizofrenia es un largo zaguán.

Un perro me enseñó el secreto de la mirada del loco: asusta porque es muda.


No dice nada y por eso todo cabe en ella. Es una bomba de tiempo que no se
sabe si estallará en un beso o en una dentellada.

Santo es el que se chifla esquizitamente.

No se sabe qué es más difícil: si cruzar la frontera de ida o de


regreso.

La locura no duerme, sueña.

Locos... todos
Que lo sepan... pocos
Y estos, por lo general, se dedican a la psicología,
Pues comprenden que poner la locura propia
En manos ajenas, enajena.

Yo convoco a quien conozca


Mi latitud y mi longitud
¿Acaso al loco sin longitud ni latitud?
Yo convoco a quien conozca
La latente actitud de mi corazón
La longitud de mi actitud.
Yo no pretendo curar a nadie de su locura. Sólo aspiro a que se la apropie.

Un loco cuerdo es el que tiene el dinero del neurótico y el tiem-


po del psicótico.

Esquizitofrenia
No tenemos que morir porque un lado nuestro mate al otro, ni enloquecer
porque lo ignore. Es origen de toda muerte y locura pretender resolver la total-
idad en una mitad de la misma. Es muy tonto creer que lo revelador puede vivir
sin lo revelable. Ingenuo pensar que la luna pueda iluminar la noche sin el sol
y el sol sin la luna pueda con la noche conversar, pues escrito está que el sol
prende la luna y la luna se solprende. Día y noche tenemos y juntos la tierra
son. Significado y sentido somos y unidos la verdad consiguen. Forma y ser nos
constituyen y ligados nos manifiestan. Nada hay en este mundo que no sea de
a dos. Desde lo tragicómico hasta lo Jesucrístico. Siempre un Uno compuesto
de Dos, los cuales por separado consideran ser el todo.
No abundemos más en lo que podemos resumir diciendo que en cualquier lugar
y en todo tiempo, el odio entre opuestos complementarios engendra la división
de la polaridad y ésta es el símbolo básico que señala el comienzo del viaje
hacia la locura furiosa cuyo único remedio se encuentra en el amor.

Todo aspirante a psicólogo debe acreditar presentimientos de locura y los


miedos consiguientes.

La esquizofrenia es una puerta de entrada y de salida de la misma


trampa.

Un esquizofrénico es una persona que tiene la verdad guardada en una caja


fuerte cuya clave se le perdió.

Cada vez me parece más clara la chifladura de los chiflados que la cordura de
los cuerdos.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

La fórmula "Divide y vencerás" no significa partir al enemigo en dos. Parece


que más bien invita a dividirse uno en dos para obtener sabiduría. Este sería
el lado luminoso de la esquizofrenia.

LA MUJER, EL VARON...

"¡Cuidado! No cuides tanto eso, que no eres la única que lo tiene".


(Facundo Cabral)

"¡Cuidado! No muestres tanto eso que no eres el único que lo tiene". (L. B.)

Muchas mujeres me han señalado como promiscuo


sin percatarse de que en todas las mujeres que han pasado por mi cama siem-
pre he visto la misma: una necia adelante con una sabia detrás. Total, cómo
puedo ser promiscuo si siempre me acuesto con la misma: la necia por lo ge-
neral y la sabia por lo excepcional. Claro que una noche con la sabia, que yo
llamo Doncella, justifica todos los trasnochos con la necia. Necias son las vír-
genes que no pueden desnudarse porque se salen de la moda. Las que dejaron
acabar el aceite de sus lámparas y perdieron de vista al esposo. Sabias son las
que se dejan desnudar para revelársele al esposo y dejar de ser vírgenes como
le ocurrió a Eva cuando Adán la vio.
Promiscuo, si lo he sido, no ha sido por nada distinto al haber entendido que
no toda valva carga perla, así corno no toda necia deja que le florezca la sabia,
pues de hacerlo no quedaría necia detrás.

Ya las mujeres no dan a luz. Sólo reproducen su oscuridad en los hijos. El sín-
drome de la fotocopia. Y muerto el original, desaparecida la copia. El síndrome
de Lola Flórez.

Diecisiete siglos necesitó el catolicismo para desdibujar el modelo femenino


occidental, consolidando un prototipo de mujer alejado de la naturaleza,
divorciado de su instintualidad y ajeno a su deseo. Una mujer que abjuró de su
naturalidad femenina para convertirse a la normatividad masculina, que
renunció al placer en aras del poder, que cambió el parto por la cesárea. Todo
ello como resultante de una falsificación en el proceso natural de masculi-
nización de lo femenino que, siguiendo su curso habitual, debería llevar a la
mujer a la adopción de un modelo masculino que le permitiera conocer con la
cabeza lo que sabe con el cuerpo, razonar sobre lo que intuye, leer con pa-
labras las imágenes del instinto.
Pero es claro que el catolicismo le impuso a sus feligresas el modelo masculi-
no patriarcal judaico, propio del Antiguo Testamento y totalmente opuesto al de
aceptación y reconocimiento de la mujer que Jesús el Cristo estableció en el
Nuevo. Salta a la vista que el viejo modelo patriarcal se nutre de una filosofía
misógina, en la cual la imagen de la mujer primordial, Eva, deja la impresión
de un femenino equivocado, que a su vez induce al varón a la equivocación. De
Eva como la perdición de Adán, de la mujer como un ente peligroso que debe
someterse a la ley del varón para neutralizar su veneno.
La imagen mítica de la mujer como serpiente ponzoñosa. La misma que adop-
tó el catolicismo para sustentar la represión que impuso sobre la instintualidad
(léase serpiente) femenina, pasando por alto la buena nueva Crística y circun-
cidando de paso el cristianismo.
Y es que no se entiende cómo una Iglesia basada en el evangelio, que según
San Juan, dice que el Verbo se hizo carne, pueda luego predicar que los ene-
migos del hombre sean el demonio, el mundo y la carne, trilogía que a la luz de
la tradición católica, alude a la mujer.
Se necesita ser cristiano para entender que el Cristo vino en nombre del Padre
a cancelar la maldición de Yaveh sobre la serpiente, a rectificar el error del
paraíso cuando prohibió que las polaridades se encontraran. Precisamente por
eso Cristo es el Amor, porque es el que hace posible el encuentro de las pola-
ridades, es el segundo Adán, el que vino con licencia para comer manzana,
para meterse con la carne y en la carne, para abrazar a Eva, sin violar la ley
y, más bien, con el fin de lograr su cumplimiento. Ya no es Eva ofreciendo la
manzana. Ahora es Adán solicitándola.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Permíteme Señor encontrar una mujer, interesada en sacudir su oscuridad


para iluminar las cosas que le impiden ser y las cosas que ella es.

El instinto de la matriarca es pervertido porque la palabra con que describe las


imágenes que están en su instinto no concuerda con la realidad de dichas imá­
genes. Esta descripción distorsionada, lleva su energía instintual a realizarse
en experiencias masculinas de poder y control, ajenas y enemigas de su propia
naturaleza femenina.

Las matriarcas cambiaron la naturalidad por la normatividad.


Con ello se matricularon en el apego y la culpa.

Varón que no piensa en lo que siente,


en su lado femenino es mujer que no acepta su deseo.

Así como lo femenino es sustancialmente natural,


lo masculino es esencialmente normal.
Que lo masculino sea normal implica la capacidad del logos.
Lo masculino normal no legisla sobre el instinto,
simplemente le permite fluir organizadamente.

Las mujeres son las criaturas más libres del mundo.


Tanto que si tratas de apropiártelas,
desaparecen, y en su lugar surge mami.

La normalidad de las mujeres


no radica en encontrarse con el inconsciente
sino en salir de él.

¿Femenina o feminina?
Las gatas son femininas.

Cuando varón te hablo


Cuando mujer te escucho.
Los varones preguntan por lo que no saben.
Las mujeres preguntan por lo que saben.

El placer de lo masculino es el poder


y el poder de lo femenino es el placer.

Cuando logres desconcertar una mujer,


conocerás la plenitud de tu masculinidad.

Cuando una mujer se baña en la agüita de su propia sensación,


el varón no tiene que temer por su erección.

El goce puede ser la realización del deseo sin culpa.


La más alta expresión del deseo femenino es la realización del sentimiento.
El sentimiento es la máxima claridad del instinto en la carne.
Es la carne que percibe claramente el espíritu que la habita.

Una mujer se rebela con b larga porque un hombre no la reveló con v corta.

Una buena manera de acercarse al amor sería aprender a respetar a la mujer


allí donde más irrespetada ha sido: la cama.

La reproducción es un asunto que exige la máxima potenciación de lo femeni-


no, por ello la mujer embarazada se desplaza hacia el inconsciente durante la
gestación.
Desplazarse al inconsciente implica alejarse del consciente (masculino). Esto
podría explicar los rechazos al marido, los estados somnolientos, los descuidos
con la cuotidianidad, miedos, etc., que ocurren a las mujeres que se entregan
sin reservas al proceso de la gestación.
En la medida en que la mujer se aleja del consciente, el varón debe hacerse
cargo de éste, como la mejor manera de contribuir al procesa de la reproduc-
ción de la vida.

La puta quiere que sus hijos sean árboles, la matriarca que sean bonsais.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA I).

Las señoras tienen principios y las putas estrategias. Algunas señoras uti-
lizan los principios como estrategia y algunas putas desarrollan principios
estratégicos.

Cuando una mujer ejerce el masculino sin tener puta, de seguro que se le va la
mano en señora.

"Mi señora" dicen los maridos, refiriéndose a la mujer con quien reemplazaron
a la madre.

Las mujeres que más me gustan, son las que tienen clara su oscuridad.

La verdadera puta es una mujer rebelada buscando un hombre que la revele.

La mujer
Que buscaba
Lo habitaba.

Los varones podemos tener una lista de ideas y por ello ser idealistas. Las
mujeres deberían tener un cuerpo teórico.

No toques la carne de la mujer cuyo espíritu no vayas a poseer.

EL AMOR...

"Donde falta el amor, el poder ocupa el lugar vacío". (Jung)

Sobre el deseo y la seducción


Yo creía que mi deseo era tan sencillo como el pene del Anturio, plácido y erec-
to, en el centro de la flor.
Yo creía que mi deseo era de sed y no de ser.
Yo creía que mi deseo era una explosión de biología que placenteramente per-
turbaba la especie.
Yo creía que mi deseo era un incendio que se apagaba con la explosión de un
orgasmo. También creía que la seducción era el arte de cazar un lugar para
estallar. Con el tiempo mi sencilla concepción, de repente y por obra de una
bendición, sufrió una fuerte modificación. De cazador pasé a casado y mi deseo
ya no fue un incendio, sino una obligación. De explotar pasé a explotado y en
lugar de estallar me reventé. Creo que fue bueno que esto sucediera, pues vi
que mi sencilla versión no era sencilla sino ramplona y que la nueva me pro­
ducía aversión.
Fue entonces cuando empecé a comprender que en la palabra deseo también
estaban las palabras sed como imperativo de ser y como necesidad de agua, y
deo como Dios en latín. Igualmente me percaté que en la palabra seducción
estaban las palabras sed y succión. Esto me pareció muy inquietante, porque
así las cosas y tomándose uno la libertad de ser más poético que científico,
resultaba que Deseo podría significar la sed que uno calma bebiendo el agua
viva que es el Cristo, héroe solar por excelencia. En otros términos, la necesi-
dad que uno tiene del Amor.
Y resultaba además, que seducción o sed de succión podría estar hablando de
la necesidad de beber leche, de beber la lechosa luz de la luna, que tan gra-
ciosamente porta la mujer. Luz de entendimiento que es la que le permite al sol
ver lo que hay en la oscuridad de la tierra.
Nocturno:
Sed de agua, sed de Cristo, sed del Amor
Deseo
Sed de la luna, sed de leche, sed de mujer
Sed del Espíritu Santo
Seducción.
Le queda a uno la sensación de que la sed del agua viva sólo se calma bebien­
do la leche Santa.

Me parece difícil que en el ocaso de la vida logre realizar lo que comprendí


sobre el amanecer de la misma. De todas maneras muchachos y muchachas,
ahí les dejo la inquietud.
■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

El amor acaba con el deseo porque es su realización.


Lo que desea es lo que está incompleto.
Deseamos lo que nos falta.
Lo que tenemos no lo deseamos porque ya lo tenemos. Desde ahí el deseo siem-
pre nos habla de estar incompletos. Y como el amor es la unidad, la completez,
el deseo siempre es señal de que no hemos logrado el amor.
El deseo finaliza en el amor como la fe en la visión.

Mami:
Hoy pude aceptar en otra mujer tu deseo-ira, el mismo que sientes como peca-
do porque nadie lo aceptó cuando lo percibías como virtud.
El deseo como pecado nace cuando a uno se lo rechazaron como virtud.
El rechazo del deseo inocente genera un deseo perverso, es decir, cargado de ira.
Hay que restablecer el deseo inocente acolitándole a la mujer su deseo per-
vertido. Permitiéndole que lo ponga en la cama sin enjuiciarlo, y no sólo eso,
siendo además su cómplice seductor para que lo exprese hasta en su más
recóndita y retorcida imagen. Si eres un hombre ella sabrá que la amas, y su
ira, la que pervirtió su deseo, disminuirá quizá hasta desaparecer, y su deseo
recobrará una inocencia cargada de la experiencia dolorosa del perverso, con
lo cual será un deseo inocente pero no bobo.
Yo no había aceptado la ira de mi madre porque no sabía que su ira era su
deseo.

Ella le dijo que él nunca la había aceptado como era. Puso comillas a la pa-
labra "era". Repuso él que ella nunca había sido.

La primera atención es la de los que se aman a sí mismos. La segunda aten-


ción es la de los que aman si son amados. La tercera atención es la de los que
aman.

Piensa como una jaula vacía y entenderás el amor y la libertad.

Por ser la más amada fuiste la menos poseída.


El hombre es tan extraño que puede hacer el amor sin amor.
Incluso puede hacerlo con odio.

Casualmente lo que nos disgusta en los demás es nuestro propio defecto. Lo


vemos en el otro y lo hacemos nuestro en él. La ternura del espejo. Lo que a
veces no soportamos. Y.entonces quebramos los amigos.

La distancia más larga del mundo es el centímetro


que separa a un hombre de la mujer que ama.

El apego es la melaza que empegota las alas,


la cadena que nos ata al tiempo y al espacio.

Te miré y supe que teníamos una pena pendiente.


Por eso no te esperé a la salida.

Santa y puta eres


Y yo sin inventar una sexualidad sagrada.

El asunto no es dejar de sentir sino, más bien,


de despojar ,1a sensación del deseo de poseer.

Tocar sin poseer:


Eso es acariciar.

Perdono tu belleza
También tu lucidez
Lo imperdonable es
Que no las conjugues.

El divorcio es la incapacidad del otro.


El divorcio es la incapacidad de aceptar la lectura de sí mismo en el otro.
El divorcio es la incapacidad de cambiar en sí mismo lo leído en el otro.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

Preservar el sentido del amor con el sentido del humor.

El amor que no encarcela:


Libertad bajo confianza.

El amor no es un punto de partida sino un punto de llegada.

No puedo pertenecerte
Pues dejaría de pertenecerme;
Pero si tú te pertenecieras
Podríamos pertenecemos.

Haz el amor negando el animal que eres y animal triste después del coito serás.

Hay que gastar dolor para conseguir amor.

El dolor era inmenso. Alguien en mí reclamaba tu presencia. Y alguien sabía


que el dolor era necesario como tu ausencia. Ese dolor quemaba una ira vieja,
una vieja necesidad desatendida. Tu lejanía me acercaba a un vetusto
cementerio demente. Muchos de sus muertos habían sido enterrados vivos. Y
me reconocían y me saludaban y me regalaban foticos de sus agonías. Y eran
mis agonías olvidadas. Y hube de sentarme pacientemente a padecerlas de
nuevo. Era intenso el dolor. Me permitía entender por qué un adulto puede lle-
gar a revolcarse en sus propios excrementos. Yogas de la agonía. Tu ausencia
hacía posible este viaje al país de los muertos. También hacía posible el dolor
que ahora soportaba sin rebelión. O más precisamente: con algunos tice de
rebelión. Era como tener la oportunidad de conjurar el oráculo. Regresaba la
tentación del Edipo y tú la figura y el espacio perfectos para desarrollarlo. De
nuevo. Y para evitarlo sólo el dolor lacerante. Que limpia espacios de
aceptación. Espacios que te permitirán irte sin que mi pequeño asesino blanda
el sable. Espacios donde te dejaré ser lo que seas siendo amada.

Vivir en soledad es aceptar la separación. Sólo lo que se separa se puede


reunir. Sólo los que están separados pueden ejercer el amor.
Tu ausencia (abandono) me confina en un calabozo oscuro con una bola de
hierro encadenada al tobillo. Desde allí te maldigo a cada instante y clamo ven-
ganza griega (justicia). Esta sensación hace imposible el buen amor por ti.
Detiene el desarrollo de mi amor desde hace mucho tiempo. Yo no lo sabía
hasta que tu ausencia me lo mostró. No lo sabía tan claramente. Y sé que debo
arreglar el asunto, si quiero llegar al buen amor. Al universal. Al limpio y para
todos y todo. ¿Cómo desactivar esta estancadora sensación? Lo único que se
me ocurre es que debo meterme voluntariamente al calabozo y así poder per-
manecer allí sin maldecirte, sin clamar venganza. Trabajando la posibilidad de
amarte bien. Separarme de tí es entrar voluntariamente en el calabozo.
También puede ser una forma poética para describir mi venganza. Sin embar-
go, el dolor será el mismo para la venganza o el conjuro. No así sus efectos. Si
en lugar de cerrar la herida, la abro más, estrecharé el calabozo, aumentaré
las maldiciones y crecerá mi muerte.

He aprendido desapego viendo volar las mujeres que deseo.

Básicamente hay dos seres en uno: el que piensa y el que siente. Cada uno tiene
su sexo y su función. El que piensa quiere organizar lo que siente. El que siente
se resiente cuando queda mal organizado, y el que piensa se resiente cuando se
lo dicen. Este es el eterno matrimonio (el verdadero) que bulle en nosotros
aunque estemos solteros. El que reproducimos cuando nos casamos. Feliz ma-
trimonio parece ser entonces, aquel donde el que piensa logra organizar al que
siente como éste siente que debe estar organizado para que no le duela.

No existen juicios justos, porque lo propio del juicio es añadir o quitar. Por eso
el que ama no enjuicia y con ello ejerce la justicia.

Todo el mundo está perfectamente bien casado, siempre y cuando no pretenda


ser feliz en el matrimonio.

De tanto mirarse .
Acabaron por verse...
Se odiaron.
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

No podían amarse a través del amor


Se amaron a través de la ira.

El que ama es dueño del dolor, y el que no, de la rabia.

Cuando las comunidades se quedan sin amor producen vida y muerte


irresponsablemente.

Es posible que algunos amantes resuelvan su karma aprendiendo el desapego


que una separación supone.

La pareja es la única posibilidad de agotar todas las posibilidades. Esto es lo


que los homosexuales no captan.

Conocer cómo piensa él y sentir lo que ella siente, es lo que permite a los
amantes su lenguaje secreto.

Tres matrimonios son tres intentos de amar a alguien.


Tres divorcios son lo mismo más el dolor de no haberlo logrado.

El Matrimonio sería el espacio donde un varón conoce el dolor de sentir para


sentir el placer de conocer y donde una mujer siente el dolor de conocer para
conocer el placer de sentir.

De los problemas del amor


1 Las mujeres no son amables si los hombres no son rentables.
2 Las mujeres ya no se pagan con el goce, sólo gozan con el pago.
3 Las mujeres no comprenden que el marido no les debe lo que el padre no
pagó.
4 Muchachas, no renuncien a vivir lo que sus madres se negaron.
Niéguense a morir en la ira que aceptaron.
5 Estrelladas son las hembras que no impulsan a sus hombres a llegar a las
estrellas.
6 Las señoras piensan que reducir el pene, hace crecer el clítoris.
7 El pezón del seno ya es el tropezón del pene.
8 Las señoras matan el marido para ver caer al padre.
9 La chimba vacía es vagina alcancía.
10 La señora cocina, la hembra alimenta.
11 La vagina tiene principios, la chimba estrategias.
12 La chimba goza, la vagina reproduce.
13 La vagina es seca, la chimba secreta.
14 La hembra se empapa, la señora se empepa.

Los que se aman no se pueden separar porque de hecho,


el amor es entre dos soledades.

El orgasmo es un momento en el cual te unilateralizas sin peligro porque tu


pareja es la polaridad que abandonas.

Hasta que no cantemos el dolor que nos impidió el amor, chao amore.

¿Hasta dónde mujer estás dispuesta a matar el amor


para salvar el matrimonio?

Decía que amar era dejar suceder sin ofenderse.

El amor se dirige al valor del otro, no a su utilidad. Esta le interesa al apego.


■ ■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

DOS SUEÑOS...

La muerte 1/7/98
Estoy en la parle alta de la escalera, en la baranda,
de la casa de La Matea. Veo que del sofá de la sala empieza a salir hacia la
escalera una mujer con un manto completo de virgen color negro con café y
como untado de tierra. No camina, se desplaza. Cuando va pasando por el re-
llano se detiene y me mira. Su cara tiene músculos o algo parecido, pero no piel
y los ojos son redondos y un poco brotados y el iris es dorado opaco. Me mira
con una gran neutralidad, mayestática y de ella emana un inmenso poder que
está concentrado en ella. Yo la miro directamente a los ojos y no siento susto.
No percibo en ella ninguna carga desagradable. Luego se voltea y sigue
desplazándose hacia el patio. Creo que me desperté con susto pero pasajero.
Me volví a dormir.

A la mañana siguiente me levanté muy bien. Cuando ella me miró yo supe que
era la muerte.
Black bird 12/5/99
Voy siguiendo un jeep que transporta dos soldados,
uno de los cuales es mi padre quien ostenta un alto rango. El que va manejan-
do no lo conozco. Ya estaba oscureciendo o amaneciendo, de cualquier ma-
nera, la atmósfera era claroseura. El espacio por donde transitan es la parte
baja de Prado, como por Balboa, sector donde nací. En un momento dado se
van estacionando al lado de dos puertas de garaje cerradas con persianas
metálicas y ahí yo ya estoy en la parte de atrás del jeep. Aparece en el aire un
pájaro negro que reúne en él como la forma universal del pájaro. No era ni este
ni aquel, simplemente era el pájaro. Está cantando una melodía hermosa, que
en otro sueño yo le había oído cantar pero que nunca terminaba, siempre que-
daba inconclusa. Sin embargo esta vez, el pájaro la estaba concluyendo y yo
embelesado escuchaba cómo sus trinos dulces y melodiosos iban llegando al
final hasta que quedamente se apagaron.

Pájaro negro cantando en la muerte de la noche


Toma tus alas rotas y aprende a volar
Toda tu vida esperaste este momento
Toma tus ojos hundidos y aprende a ver
Toda tu vida esperaste por este, el momento de ser libre
Pájaro negro vuela dentro de la luz
De la oscura negra noche.
(Black Bird, Los Beatles)
■■■ LUIS ENRIQUE MEJIA D.

EL EPÍLOGO...

50 años son muchas cosas que se agolpan en el alma


solicitando una síntesis que le otorgue a la vida el sentido de camino y el sig-
nificado de reconocerlo.
En este lugar del tiempo donde el pasado ya es más largo que el futuro, y
nuestros sueños están cargados de objeciones históricas, se hace presente la
necesidad de tejer un poco nuestros hilos dispersos para ver qué imagen se
perfila en la tela de la vida.
Como Neruda, confieso que he vivido. Y aunque esto no garantice nada, al
menos me asegura no haber sido mezquino con la experiencia. En otros térmi-
nos, me he dejado suceder y espero seguir siendo un sucediendo.
En ese ir sucediendo, me ha sucedido el haber tenido tentaciones de ser como
Dios y tentaciones de ser como el diablo. Sé que no he sucumbido a ninguna de
las dos. Es en esa medida que ha ido creciendo en mí la sospecha de que ser
hombre, tentación a la cual sí me entregué, consiste en construir un alma
donde cielo y tierra, luz y oscuridad, espíritu y materia, logren ponerse de
acuerdo. Quizá mi sospecha sea el recuerdo de lo que Jesús logró o intentó. No
estoy seguro. De lo que sí estoy seguro es de que debo seguir intentándolo
porque claro es para mí que aún no lo he logrado. El amor, quiero decir. Aquello
que nos hace sentir uno con lo otro, con los otros y en mi caso particular, con
la Otra, en cuya carne iluminada presiento el Espíritu Santo, virgen negra en
la tierra, compañera María Magdalena. El amor digo, aquello que no es otra
cosa que matar lo que queremos amar en el afán de no perder el amor.
Pero no hablemos aún de la mujer, ese hilo lleno de nudos que he podido
desnudar mas no desanudar. Continuemos con Aquel a cuya luz generosamente
le he puesto de presente mi oscuridad para que ejerza su oficio de iluminar. Y
digamos que no lo he amado como me enseñaron porque me sentía que adorar
la luz en el cielo era traicionar su deseo de iluminar la tierra. Si el verbo se hizo
carne y habitó entre nosotros, yo supongo que sabía el riesgo que corría. El
riesgo de encontrarse un tipo como yo, con todas las manducaciones terre-
nales, que como Jacob lucharía con El y como Job le cuestionaría la falta de
claridad con su propia oscuridad, la misma que nosotros tan Belmente repre-
sentamos.
Nuestra relación ha sido un juego duro. Cierto es que me ha humillado y yo he
recibido su humillación, en un principio porque me di cuenta de que no podía
resistirla y al final porque capté que enderezaba mis caminos. Pero cierto tam-
bién que me he humillado voluntariamente ante su grandeza, su inteligencia
llena de amor y de humor, y la dicha inefable que me produce su Presencia
cuando he podido recibírsela plenamente.
Creo haber comprendido en estos 50 años, que así como Dios sufre por la
oscuridad que hay en su luz, el diablo también sufre por la luz que hay en su
oscuridad. Y tengo la espina de que este sufrimiento es el drama del esposo que
no aceptó el deseo de su esposa y de la esposa rechazada que no acepta la luz
de su esposo. Creo también estar entendiendo que Jesús el Cristo es el inten-
to de reconciliación cósmica, mediante el cual Dios Padre, a través de su hijo,
acepta el deseo de Dios Madre (léase la tierra y la mujer y aun el diablo) para
iluminárselo, para quitarle el veneno a la serpiente y darle las alas de la pa-
labra: Espíritu Santo Eva María Ave María. Boda celeste donde un varón hijo
del Padre iluminará la carne de una mujer hija de la Madre y serán una sola
carne y un solo espíritu en el Amor, así en la tierra como en el cielo, igual abajo
que arriba.
Luego de lo dicho, sobra decir qué es lo que durante 50 años he buscado en la
mujer: una serpiente que renunciando a su, desde algún lado, justificado
veneno, se deje tocar por el sol como lo hace la luna, y se cale las alas de la
paloma para elevarse al cielo y ocupar el lugar que le corresponde al lado de
su marido, el padre que la cortejó en la tierra a través de su hijo. Y nosotros
los hombres, si luego de todo esto seguimos siendo necesarios, podremos can-
tar en la cuotidianidad el Cantar de los Cantares, porque el deseo habrá logra-
do su fin último: ser reconocido y revelado por el Verbo, lo que muy descuida-
da e ignorantemente hemos llamado el AMOR.
Parece que como siempre, hablarle a los amigos le permite a uno aclararse, y
excusarme si he abusado de ustedes para mi propio beneficio, pues siento
luego de lo expresado, que he reunido en una trenza dos hilos conductores de
mi vida: lo celeste como cabeza y lo terrestre como cuerpo, mujer o deseo.
También diablo si nadie se molesta u ofende.
Observo en lo que he dicho, factores que más adelante me permitirán enten-
der por qué en la facultad de derecho los liberales pensaban que yo era
■■ ■ LUIS E N R I Q U E MEJIA D.

conservador y los conservadores creían que yo era liberal. Por qué mi asesora
tributaria me asegura que yo carezco de importancia para el fisco. Por qué las
mujeres que han compartido mi vida, han partido de mi vida, por qué hay quién
piense que sirvo a Dios y otros al diablo. Quizás todos tenían razón y a lo mejor
ninguno la tiene.
50 años en contravía, calle abajo y cielo arriba, no le dejan a nadie nada claro.
Pero declaro que siempre he tratado de reconocerle a las heridas el dolor que
me han causado y al placer la alegría que la culpa le ha negado.
Finalmente reconozco que llevo 50 años siendo un tipo raro, cargado de
apologías y rechazos, razón por la cual no tengo más remedio que esperar
poder hacer mía, antes de la muerte, aquella famosa frase de San Pablo según
la cual: "Aparecí como loco ante los ojos de los hombres para poder quedar
cuerdo ante los ojos de Dios".
Así sea.

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