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LA ACTITUD FILOSÓFICA (RECOPILACIÓN)

La actitud natural y la actitud filosófica

La actitud natural y la actitud filosófica

En el presente trabajo se propone reflexionar sobre la actitud natural o prefilosófica y la actitud reflexiva o filosófica,
destacando la importancia de superar la primera por la segunda, con el propósito de aprender desarrollar el espíritu
crítico, a pensar por sí mismo, a aprender a filosofar, para distinguir entre aparente y lo real.

Hay dos maneras de saber cómo es el mundo: mediante la observación de nuestros sentidos (actitud natural o
prefilosófica) y a través de la razón (actitud reflexiva o filosófica). La actitud natural nos dice: el mundo es tal y como
lo vemos, mientras que la actitud filosófica nos dice el mundo no es como parece ser. El individuo que tiene una
conciencia o actitud natural (ingenua, objetivista y dogmática) no pregunta ni se pregunta. Perdido en su mundo
cotidiano, concibe el mundo como existiendo, sin atreverse a cuestionar, sin problematizar la realidad. Como sólo se
interesa por el mundo de los objetos, termina alejándose de sí mismo, con la concomitante alienación que lo
convierte en un objeto dentro de los objetos. La actitud natural del individuo es tan ingenua y espontánea que éste
asume la postura de suponer que lo que existe son las cosas que encuentra en su entorno, y que es capaz de
percibirlas y obtener una idea de lo que son éstas. La aparente realidad y la existencia de las cosas en el mundo, en
el mundo de la experiencia externa al pensamiento, no es problemática para la actitud ingenua y espontánea. Él vive
sólo en el plano del saber meramente aparencial, "que se queda en el parecer de la opinión y responde al puro
aparecer de las cosas"[1], desconociendo que hay otro plano del saber, que es auténticamente real y responde a lo
que son las cosas en realidad. "El filosofar implica una gran necesidad de estar en la realidad y una gran necesidad
de saber cómo es esa realidad, más allá de sus apariencias puramente empíricas. Quien no tiene esas dos condiciones,
no es apto para filosofar. Hace falta también un talento especial: muchos de los ataques a la filosofía nacen de la
contradicción entre quienes necesitan algo así como filosofar y, sin embargo, son incapaces de hacerlo, pues no
pueden dominar sus requisitos técnicos. La filosofía no les dice nada, sobre todo en sus apartados más técnicos, no
porque la filosofía no diga nada, sino porque ellos son incapaces de escucharla. Por eso acuden, en el mejor de los
casos, a aspectos filosóficos que están más de moda o que son más asequibles para el público"[2].

En la actitud natural la relación sujeto y objeto no es problemática, el ser de las cosas no resulta problemático; se
acepta sin cuestionamiento, y esto permite que los objetos predominen sobre el sujeto, que, moviéndose en la
tendencia objetivista, se olvida de sí mismo. El sujeto se resigna pasivamente a aceptar tradiciones, costumbres,
convenciones, supuestos, creencias y supersticiones, porque así lo han querido los demás, porque eso han hecho sus
antecesores. En esta actitud el individuo se pierde en lo cotidiano, en lo dado, en lo instalado, en la inautenticidad y
se aliena profundamente. "Se considera incontrovertible que lo auténtico, lo que confiere al hombre identidad
personal, mismidad e interioridad y lo redime de la alienación es obrar con apertura, de modo espontáneo y
autónomo, ateniéndose a criterios propios, elaborados en la propia intimidad frente a toda proposición o imposición
que venga de fuera por vía de encauzamiento normativo, o de vinculación a formas heredadas de la tradición, vista
como algo distante, externo y extraño al hombre actual"[3].

En la actitud natural o prefilosófica el hombre carece de la dimensión en que es posible el preguntar filosófico, el
preguntar por el ser de las apariencias. "Esta actitud está sustentada por una fe ingenua en la existencia del mundo,
la que nunca se quebranta en el existir cotidiano… El hombre, empero, vive primariamente en la actitud natural, en
la cual se deja guiar por opiniones recibidas desde afuera sobre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo útil y lo inútil.
Aquí el sujeto es enteramente pasivo; no hace más que tomar ciegamente lo que se le ofrece como válido. Por esto
carece de claridad sobre los motivos de su obrar, pues no lo inquietan. El hombre de la actitud natural vive, por
decirlo así, en la irreflexión… En ésta existe el hombre seguro del mundo circundante, guiado ciegamente por la fe,
impasible frente a los enigmas que lo rodean… En la actitud natural prefilosófica el hombre está en relación con las
cosas mediante la experiencia natural, percibiéndolas, deseándolas, modificándolas, valorándolas, imaginándoselas,
etc. Lo experimentado en esta experiencia son las cosas y el mundo circundante… En ella vive el hombre dirigido
hacia las cosas de su contorno y las toma como aparecen. Sus cambios constantes, los errores y las ilusiones en el
comercio con ellas lo tienen sin cuidado. Es prisionero de un mundo de apariencias, en el cual está instalado
cómodamente sin preocuparse nunca por hacer un esfuerzo de liberación, es decir, sin tomar en sí la dura faena del
preguntar filosófico por las apariencias, el cual lo sacaría de su papel de espectador de un espectáculo
fantasmagórico… En la actitud natural el yo está olvidado. Las cosas son lo real, lo existente. La actitud natural es
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precisamente una fe ciega en la realidad de las cosas… La actitud natural se caracteriza por la ingenuidad. En ella
estamos en relación con las cosas representando, juzgando, queriendo y sintiendo, y lo representado, juzgado,
querido o sentido se pone ingenuamente como existiendo. Pero esta ingenuidad entra en crisis cuando se constata
que continuamente somos víctimas de engaños, ilusiones, alucinaciones, en fin, que el mundo de la actitud natural
está en un flujo incesante"[4]. En este tipo de actitud el individuo es dado a la creencia ilusoria en la existencia de las
cosas, viviendo en una especie de fe ontológica, confiando en el mundo como el fundamento de lo existente. En la
actitud natural lo que se da como verdadero no es más que mera ilusión, apariencia. En esta actitud poseemos
sabiduría convencional. "Todos tenemos una gran provisión de información que "todo el mundo sabe" y que
aplicamos a nuevas situaciones y problemas. Desafortunadamente, el hecho de que todo el mundo lo sepa no lo hace
correcto. La sabiduría convencional es muchas veces demasiado convencional: normalmente refleja la forma más
simple de ver las cosas. A veces podemos tener que salir de las convenciones para encontrar nuevas soluciones"[5].

La actitud natural no suscita en el hombre inquietudes, problemas, cuestionamientos, crítica ni disensos, y carece de
claridad conceptual; se puede decir que no es un ser "problemático". En aras de esa "claridad conceptual", es
necesario aclarar conceptos. Las personas que viven en la actitud natural entienden que un individuo problemático
es un ser conflictivo. Una cosa es un problema y otra bien distinta un conflicto; por tanto, problemático no es igual a
conflictivo. ¿Qué quiere decir "problemático"? Para las siguientes definiciones acudiré al Diccionario de la Real
Academia Española. En su primera acepción es un adjetivo, y significa "que presenta dificultades o que causa
problemas". En su segunda definición es un "conjunto de problemas pertenecientes a una ciencia o actividad
determinadas". Un problema es una "cuestión que se trata de aclarar". Conflicto, de donde proviene conflictivo, es
un término multívoco, polisémico. Desde la perspectiva gramatical es: "Combate, lucha, pelea. Enfrentamiento
armado. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida". En el ámbito sicológico significa: "Coexistencia de tendencias
contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos". Como se aprecia, "conflicto"
no es sinónimo de "problema". Ahora, ¿qué es "conflictivo"? "Que origina conflicto. Perteneciente o relativo al
conflicto. Dicho de un tiempo, de una situación, de una circunstancia, etc.: En que hay conflicto". ¿Conclusión?
"Problemático" no es igual a "conflictivo". ¡Ojalá todas las personas fueran problemáticas, mas no conflictivas! El
hombre problemático cuestiona, interroga, refuta, analiza, discute, disiente, pregunta, valora, emite juicios
fundados, acude al diálogo argumentado y consensuado, busca la verdad y tiene claridad conceptual.

El individuo que deambula perdido en el confuso y aparente universo de la actitud natural acepta que lo que percibe
coincide con la realidad, como una verdad incuestionable. Por ejemplo, cuando escucha la frase: "El cielo es azul", da
por sentado que esa es una verdad, porque así lo percibe con el sentido de la vista y lo procesa en su entendimiento.
Pero ¿es "verdad" o cierto que "El cielo es azul"? En apariencia, sí. ¡Cuidado! Las cosas no son lo que parecen ni
parecen lo que son. Analicemos esta frase. Está compuesta de un artículo o determinante ("el"), un sustantivo
("cielo"), una cópula ("es, que también es un verbo en tercera persona) y un adjetivo ("azul"). Gramaticalmente,
"Cielo" es un sustantivo común, concreto, individual, contable y simple, que se define como: "Esfera aparente azul y
diáfana que rodea la Tierra". Según su forma gramatical, es un sustantivo de género masculino y número singular.
En su forma léxica es un sustantivo homógrafo. El adjetivo "azul" quiere decir: "Del color del cielo sin nubes. Es el
quinto color del espectro solar". Sintácticamente, es una oración simple, bimembre, enunciativa, copulativa y
atributiva. "El cielo" es el sujeto gramatical, y "es azul" es el predicado nominal. "Cielo" es el núcleo del sujeto, y
"azul" es el núcleo del predicado.

La expresión, oración o frase "El cielo es azul" es un juicio. ¿Qué es un juicio? Gramaticalmente, juicio (que es una
palabra multívoca, polisémica) es una "proposición, opinión, parecer o dictamen". Desde el punto de vista lógico, es
un acto del pensamiento que afirma o niega algo de algo. Ontológicamente, es un juicio de hecho, por cuanto anuncia
el ser; lógicamente, es un juicio apodíctico, debido a que no admite contradicción. "Juicio apodíctico es aquél en el
cual la cópula expresa la unión necesaria, la relación única, sin alternativa ninguna, que cabe entre los términos"[6].
"El cielo es azul" es un juicio tautológico, toda vez que el predicado ("es azul") es una parte necesaria del sujeto ("el
cielo"). Tautológico procede de tautología, que es "repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas
maneras". Es tautológico porque en el concepto de "cielo" está implícito el predicado "es azul", si nos atenemos a la
definición: "Esfera aparente azul…".

Ahora, la frase "El cielo es azul", ¿será verdadera o falsa? Lógicamente, sería una verdad, porque, aparentemente, el
pensamiento concuerda con la cosa. Como se sabe, la verdad lógica implica la correspondencia entre aquello que
uno piensa y aquello que uno dice. La verdad lógica está en el pensamiento, el yo, el intelecto, la inteligencia, el
entendimiento, discurso, el lenguaje o la idea, y no en el ser, la cosa, la realidad, el fenómeno o el objeto. La verdad
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lógica se da a nivel del juicio. Pero si nos sumergimos en la profundidad, esta aparente verdad estaría en duda. ¿Por
qué? Porque la definición de cielo afirma que es una "esfera aparente azul". Pero, ¿el cielo es una esfera? La esfera
(otro término multívoco, polisémico, se define, desde la perspectiva geométrica (que es lo que aquí nos interesa),
como un "sólido terminado por una superficie curva cuyos puntos equidistan todos de otro interior llamado centro" o
como la "superficie de este sólido". El cielo no es, tal como aparece a nuestros sentidos y a nuestro entendimiento,
ni un "sólido" ni una "superficie". Entonces, en realidad, ¿qué es o qué sería? Aquí es donde la frase "El cielo es azul"
se torna problemática. El "cielo" es un concepto más de la irracionalidad religiosa que de la racionalidad física. En
términos religiosos, el cielo sería "la morada y el trono de Dios, de sus ángeles y bien aventurados"[7]. Dios, ángeles
y bienaventurados, ¿no son, acaso, entes metafísicos? Si son seres o entes metafísicos, no pueden ser entes o seres
físicos, porque se estaría violando el principio de identidad, que dice que una cosa no puede ser y no ser al mismo
tiempo. En consecuencia, el "cielo", como "objeto" o "cosa" subjetiva, es posible; pero como "objeto" o "cosa"
objetiva, no lo sería, a juzgar por lo que se acaba de analizar. ¿Acaso no ha dicho la ciencia que eso que las
convenciones llaman "bóveda celeste" no es más que el espacio exterior a la tierra, el espacio sideral…? Y la frase "El
cielo es azul" se torna aún más problemática si tenemos en cuenta que los colores no existen; y al no existir éstos, el
color "azul" no existiría.

Los colores de las cosas dependen de la luz con que estén iluminadas y de la refracción y absorción de las diversas
frecuencias de la luz. La luz del sol llega a nosotros en muchos "colores": violeta, azul, amarillo, verde, anaranjado,
rojo, que corresponden a luces de diferentes longitudes de onda. Las luces violeta y azul tienen las longitudes de
onda más cortas; la anaranjada y roja, las más largas. Lo que percibimos como "colores" es la manera en que nuestros
ojos y nuestro cerebro leen estas longitudes de onda de la luz. Un vestido negro absorbe todas las frecuencias de la
luz, mientras que una camisa roja absorbe todas las radiaciones, menos la roja que refleja.

El color que damos a las cosas es consecuencia de una combinación de la luz o la vibración de un cuerpo; el contexto
donde se encuentra y la interacción entre su propia luz y la luz de su entorno; y la sensibilidad de la retina del ojo
que lo mira. El color es un efecto de la luz, y es sabido que no existe ningún color en la luz. Los colores son producto
de nuestras convenciones. Nuestra visión de los colores es consecuencia de un efecto óptico, casi podríamos decir
de una ilusión… "La primera cuestión a recordar es que el color realmente no existe... al menos no en sentido literal.
Las manzanas y los coches de bomberos no son rojos, el cielo y el mar no son azules y ninguna persona es
objetivamente "negra" o "blanca". Lo que existe es luz. La luz es lo real. Se puede medir, tener y contar (de cierta
manera). Pero el color no es luz.

El color es completamente fabricado por nuestro cerebro… Así que todos vemos el mundo de una forma distinta. De
hecho, no tenemos otra opción, dado que nuestras experiencias son diferentes. Pero ninguno lo ve como es. En ese
sentido, todos vivimos engañados: lo que cada uno de nosotros ve es un significado derivado de nuestras historias
individuales y compartidas"[8]. Un experto en "colores", el pintor suizo Max Hunziger, señala que un cristal azul
parece azul cuando la luz brilla a través de él, porque absorbe todos los otros colores y no los deja pasar. "Es decir,
llamamos "azul" al cristal precisamente porque no retiene las ondas azules. No se le nombra por lo que posee, sino
por lo que ofrece"[9]. Así las cosas, si el sustantivo "cielo" y el adjetivo "azul" están cuestionados, si se pone en duda
su existencia real, ¿la frase "El cielo es azul" concuerda con el fenómeno que describe y afirma, o en otras palabras:
el enunciado, la frase o el juicio coincide con la llamada "realidad"? Pero el problema se complica muchísimo más si
tratamos de definir ¿qué es la "realidad"? Como se afirmó antes, ¿las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que
son?

La actitud natural, ingenua, espontánea, acrítica, no es el terreno fértil para el filosofar, debido a que en ella no
germinan la inquietud reflexiva, filosófica, que se encuentra problemática la relación del sujeto con el objeto, y se
acepta la realidad sin objeción crítica. En esta actitud las cosas o la realidad son exactamente a como se perciben. "Si
el sentido común nos indica que todo lo que nos rodea es real, la filosofía comienza en el momento en que vuelve
posible cuestionar esa idea. Hacer filosofía implica una actitud desconfianza frente a lo obvio. Y no hay nada más
obvio lo que nos presenta como "real"… Aunque todo lo que nos rodea parezca que es lo que es, también es posible
pensarlo de otro modo. Pensar las cosas, no en su referencia a la realidad, sino en relación con otras cosas: como
una red de significados que se relacionan entre sí. Normalmente… no nos estamos cuestionando qué hay detrás de
todo lo que nos rodea o qué es esto en lo que estamos metidos. Y quizás sea porque si llevásemos la pregunta por la
realidad hasta su extremo, seguramente no nos sentiríamos muy cómodos… La realidad parece ser algo simple y
poco problemática, sin embargo la filosofía considera que todo es cuestionable, o por lo menos que todo puede ser
abordado desde diferentes perspectivas… Lo que se plantea, entonces, es si existe algo real en sí mismo o, bien, el
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hombre está limitado a acceder a las cosas siempre de modo parcial. Dicho de otro modo, lo que se plantea es que
si, en el fondo, lo que el hombre hace no es más que interpretar lo real, situado siempre en una u otra perspectiva.
Todo acceso a lo real, por ser un mero acceso, un camino posible, puede ser cuestionado; es un acceso, no es lo real,
y si se trata de un acceso es porque puede haber otros, ¿por qué le daríamos más crédito a un punto de vista en vez
de otro?"[10]. Las personas que se dejan llevar por la visión realista del sentido común dan por supuesto que los
objetos físicos que captamos son tal y como los percibimos y que existen y existirán aunque nadie los perciba.

Únicamente cuando el individuo es movido por el asombro, la curiosidad y la reflexión se interesa por la totalidad;
porque, cuando ésta no lo mueve, podrá ser científico o cultivar otra actividad intelectual, pero nunca ser un
pensador, ser un filósofo. "Por eso el filosofar se distingue desde su raíz de toda otra actividad intelectual, y si es
verdad que la realidad exterior sirve de estímulo al asombro y curiosidad del hombre, a éste le es dable solamente
dentro de sí, por la meditación reflexiva, hallar la solución de los problemas universales que se ha planteado…"[11].

Solamente cuando se pasa de la actitud natural a la actitud crítica y reflexiva, el sujeto percibe el mundo como
problema, fuente de múltiples interrogantes profundos que demandan respuestas para la comprensión del mundo
problemático. La claridad radica en lo profundo. "En la actitud natural el hombre está en relación con las cosas, en
tal forma que se encuentra perdido entre ellas. La superación de este estado mediante la actitud filosófica se logra
en la trascendencia. En ella se trascienden las cosas y el hombre mismo como una cosa entre cosas"[12]. En la actitud
reflexiva se detiene la marcha ingenua y espontánea del pensamiento para lanzarse sobre las cosas, captarlas,
definirlas y volver el pensamiento sobre el sujeto mismo. De esta manera el mundo de las cosas, la realidad exterior,
se torna problemática, es decir, filosófica. "El hombre aspira a saber y no se da por satisfecho con el saber natural,
sino que se siente acosado por preguntas que lo impulsan hacia un saber fundado y del cual pueda hacerse
responsable"[13]. En la conciencia natural el sujeto no es consciente de sus actos y, conforme a su voluntad,
movilizada por la libertad, elige quedarse allí enajenado, o pasar al camino filosófico, a través de la reflexión. Es
imperativo, por tanto, el filosofar como una manera de superar la actitud natural del individuo. El punto de partida
no es la actitud cotidiana natural, la cotidianidad natural, "sino la existencia humana colocada en la situación histórica
del hombre griego embarcado en la aventura filosófica"[14].

La actitud reflexiva, crítica, filosófica, surge de la admiración; se opone a la actitud natural o espontánea en que esta
no se cuestiona la vida y la desarrolla respondiendo tan solo a la urgencia de supervivencia; se opone a la actitud
dogmática, aquella que admite ciertas verdades como principios inamovibles y no sujetos a discusión; rechaza el
sometimiento y el fanatismo; invita a utilizar como guía la propia razón, para ser ciudadanos libres y autónomos. "Es
"vivir despierto", "en alerta", "aguijoneado", no habituado al mundo, sino en un constante inconformismo. Plantea
interrogantes radicales y últimos. Radicales, pues están en la raíz de la realidad y de la existencia humana; últimos,
pues más allá no se puede preguntar. Busca el sentido de la existencia y desborda lo pragmático (es desinteresada).
Es un modo de "humanizarse", porque con ella realizamos lo que nos vuelve más radicalmente humanos: pensar,
desvelar la verdad, descubrirla. Se expresa adecuadamente en el "audesapere", una invitación para utilizar la razón
para huir de la ignorancia (minoría de edad) y tomar como guía el uso de la propia razón, para ser libre y evitar el
sometimiento y los dogmatismos"[15]. Un sujeto abandona su actitud natural cuando se atreve a pensar. La actitud
reflexiva se pone en movimiento cuando el individuo expresa su afán de saber y comprender, de pensar las cosas en
su conjunto, desde la totalidad. Ese deseo de saber y comprender lo instan a la aprehensión de la realidad como un
todo y a considerar las cosas desde un modo de reflexión totalitario y universal: "todo lo cual no puede explicarse
sino en virtud de las causas primeras dentro del orden natural[16]

El filosofar se desenvuelve en la actitud reflexiva, especulativa, problemática, crítica, filosófica. En ella es posible la
disposición problemática, la disposición teorética y la voluntad de abstracción, que son las actividades necesarias
para filosofar. En la actitud problemática, el individuo problematiza todo aquello que despierta su asombro y su
curiosidad; "la conciencia problemática se pone en marcha ante su extrañeza, ante el contraste entre lo conocido y
lo desconocido"[17]. Surge la pregunta del cómo y del por qué. En la actividad teorética, el hombre "se propone
responder a sus preguntas iniciales, para lo cual contempla el desfile de sus datos (teoría), y se traza un camino
(método), a fin de organizar dichos datos y dar satisfacción a su afán de saber total[18]Así, esta actividad o disposición
teorética sistematiza las ideas a través de la contemplación y organización de esos datos. Cuando la mente pensante
examina las cosas asume una actitud crítica, y cuando los sistematiza se da la actividad especulativa. La filosofía es
un saber de fundamentación, hecha del pensar de toda la humanidad sobre sus mayores y más acuciantes preguntas,
y de las respuestas que los mayores pensadores intentaron encontrar. "De ahí surge, en el contenido mismo y en el
código de la filosofía, su paradójica vulnerabilidad y consistencia, su abstracción y su utilidad para el pensar y el ser
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en la vida"[19]. Mediante la voluntad de abstracción, el sujeto establece la unidad por medio de una visión sinóptica
de los datos. "Pensar es salir del abismo central de la existencia, zona donde la objetividad desaparece en beneficio
de una red donde los seres humanos aparecen como puntos que tensionan o distienden el entramado, haciendo el
espacio polivalente, siendo posible ver al hombre y la cultura desde múltiples perspectivas, focos de centralización e
irradiación en constante interjuego que, conservando su singularidad, no intentarán con violencia imponer a los otros
su modelo"[20].

Autor:

Luis Angel Rios Perea

2012

[1] ANÓNIMO. Filosofía, ¿para qué? http://www.uca.edu.sv

[2] Ibídem.

[3] LOPEZ QUINTAS, Alfonso. Manipulación del hombre a través del lenguaje. http://www.riial.org.

[4] CRUZ VÉLEZ, Danilo. Filosofía sin supuestos.Sudamericana, Buenos Aires, 1970, págs. 30, 39, 71, 240, 253 y 284.

[5] RABINOWITZ, Phil.Pensar críticamente. Caja de herramientas. http://ctb.ku.edu/es.

[6] DICCIONARIO ENCICLOPEDICO HIPANO-AMERICANO. Montaner y Simón Editores, Barcelona,


1887.http://www.filosofia.org

[7] DICCIONARIO DE LAS RELIOGIONES. Alianza ediciones del Prado, Madrid, 1994.

[8] BBC mundo. Los colores no existen. http://www.bbc.co.uk.

[9] Citado por ROMM, Erich. En ser y tener. www.ucm.es

[10] SZTAJNSZRAJBER, Darío. La filosofía. www.xn--pens-8na.com/2012/05/mentira-la-verdad.html

[11] GARCIA TUDURI, Mercedes y Rosaura. Introducción a la filosofía. Minerva brooks, La Habana, 1973, p. 16.

[12] CRUZ VÉLEZ, Danilo. Ob. Cit. P. 251.

[13] Ibídem. P. 77

[14] Ibídem. P. 30.

[15] http://www.hhcarmelitas.com/temas/filo1bach/2filosofiaactitiudcritica. La filosofía, actitud crítica.

[16] GARCIA TUDURI, Mercedes y Rosaura. Ob. Cit. P. 32

[17] Ibídem. P. 20.

[18] Ibídem.

[19] CIPRIAN PAJUELO, Alfonso. Didáctica de la filosofía. Revista digital Ciencia y Pedagogía No. 46.
http://www.enfoqueseducativos.es
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[20] RESTREPO RAMIREZ, Luis Carlos. La trampa de la razón. Arango editores, Bogotá, 1995, p. 126.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos93/actitud-natural-y-actitud-filosofica/actitud-natural-y-actitud-


filosofica.shtml#ixzz3Pjentpev

La actitud filosófica

Para los niños, el mundo y todo lo que hay en él es algo nuevo, algo que provoca su asombro. No es así para todos los
adultos. La mayor parte de los adultos ve el mundo como algo muy normal.
Precisamente en este punto los filósofos constituyen una honrosa excepción. Un filósofo jamás ha sabido habituarse
del todo al mundo. Para él o ella, el mundo sigue siendo algo desmesurado, incluso algo enigmático y misterioso. Por
lo tanto, los filósofos y los niños pequeños tienen en común esa importante capacidad. Se podría decir que un filósofo
sigue siendo tan susceptible como un niño pequeño durante toda la vida.
J. Gaarder, El mundo de Sofía

El origen de la actitud filosófica: la extrañeza


El comienzo de la filosofía no es sólo histórico, como un hecho cultural, sino también personal. ¿Qué es la filosofía?
¿Por qué resulta tan radical y necesaria en la vida humana? ¿Cómo puede defenderse la actitud filosófica en un
mundo cambiante y multiforme como el nuestro? Son temas que se han planteado desde el mismo momento en que
el hombre, consciente de su propia capacidad de pensar, comenzó a preguntarse por su misma naturaleza humana.
El ser humano tiene un deseo irreprimible de saber (ya Aristóteles se dio cuenta de ello). Pero ese deseo arranca de
un modo de mirar: de la extrañeza ante las cosas. El mundo, las cosas y las personas se nos presentan ante nuestros
ojos y no nos pasan desapercibidos. Despiertan en nosotros la curiosidad, la admiración, la extrañeza. Y de ahí surge
el deseo de saber y conocer utilizando la razón. Por tanto, no es una mera contemplación admirada de lo que vemos,
sino un movimiento real de búsqueda de respuestas, una insatisfacción en la ignorancia, un ímpetu que nos mueve
a pensar: a pensar más y de otro modo.

La filosofía como actitud


La actitud filosófica consiste, pues, en ese "vivir despierto", en un constante inconformismo que nos lleva a plantear
preguntas. Quien tiene actitud filosófica no se habitúa al mundo, porque ese ámbito en el que desarrolla su vida le
produce una extrañeza tal, que buscar explicaciones y respuestas se convierte en la tarea de una vida. No puede vivir
dormido, ocupado en el discurrir tranquilo del tiempo, sino en alerta, despierto y mirando en derredor en continua
situación de admiración.
Así pues, esa actitud vital que es la actitud filosófica se distingue de la "actitud natural", que es aquella que no se
cuestiona y que desarrolla la vida respondiendo tan solo a la urgencia de la supervivencia. La actitud filosófica plantea
interrogantes radicales y últimos, busca el sentido de la existencia y desborda las dimensiones humanas pragmáticas,
intentando alcanzar lo que está más allá, lo cual, en ocasiones, obliga a recogerse en lo más íntimo y a mirar en el
interior.

La filosofía como quehacer


Todos tenemos una actitud filosófica: los niños, con su insistente preguntar, están mostrando su interés por descubrir
un mundo que les admira y asombra, que les produce extrañeza y que les interroga manteniéndonos despiertos. Sin
embargo, poco a poco vamos olvidando esa capacidad, interpretamos la admiración como ignorancia y dejamos de
asombrarnos. Nos "dormimos" y nos instalamos en la actitud natural.
La filosofía es un quehacer: se va haciendo. Cada ser humano la hace día a día, con un esfuerzo gratificado y
compensado por estar realizando lo que nos vuelve más radicalmente humanos. Es un modo de "humanizarse".
Quien no se admira, busca, pregunta y reflexiona, probablemente está empezando a deshumanizarse.
Ese quehacer, esa labor dinámica y a veces dolorosa que es la filosofía la han ido haciendo los seres humanos de
todas las épocas. Por eso, aunque cada uno de nosotros hace filosofía y se plantea sus propias preguntas -que, en el
fondo, son siempre las mismas-, no parte de la nada: dispone de una tradición y de una historia. La humanidad hace
filosofía históricamente, lo cual permite compartir un patrimonio común de conocimientos y preguntas.
La historia de la filosofía ya es filosofía, porque constituye un modo de pensar problemático sobre la misma esencia
del pensar y sobre los cambios que ha sufrido a lo largo del tiempo. Las demás ciencias y saberes tienen un objeto
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externo a ellas mismas y no han de hacer un ejercicio de "volver la vista sobre quien está mirando". Por ejemplo, la
física no reflexiona sobre su propia tarea y, si lo hace, es desde el exterior de la misma (no está haciendo física quien
hace historia de la física). Pero la filosofía es una reflexión constante sobre sí misma; es decir, es un volver a
"doblarse" sobre sí. Ese volver sobre sí misma para encontrar respuestas no es arbitrario. Aunque todos y cada uno
de nosotros podemos tener actitud filosófica, la filosofía es una tarea rigurosa que exige un método y unas
herramientas que nos permiten canalizar adecuadamente nuestra búsqueda de respuestas. De ahí que sea tan
importante conocer cómo, desde la actitud filosófica, se puede hacer filosofía.

Saber y sabor filosófico


La actitud filosófico es, pues, una forma de mirar. Consiste en un "estar despierto" ante el mundo y ante el mismo
ser humano. Es aquello que nos obliga a interrogarnos, a buscar un sentido y a ser más humanos. Por eso tiene dos
dimensiones: el saber, el conocimiento, y el sabor, la experiencia personal y radical de la vida, el gusto por las cosas
y el disfrute ante el mundo.
Esas dos dimensiones no son ajenas la una a la otra, porque la filosofía es también poder disfrutar del conocimiento.
La experiencia personal y única es un saber práctico que permite saborear el sentido y el discurrir vital, consiguiendo
que el saber sea un saborear la realidad en su comprensión.

……………………………….

No se refiere a ciertas actitudes externas si no a la actitud disposición, a la actitud espiritual, a la vivencia.

Si al filosofo se le concede e espléndido aislamiento que pide y necesita, esta ya satisfecho. Asiste al festin de la
vida de sus hermanos, pero desde afuera, mejor dicho, desde muy alto. La filosofía, en abstracto, no existe. Como
no existe el hombre, como no existe el animal. Existe lo singular lo concreto. No defiendo el nominalismo, ni me
inclino al conceptualismo.

Existe mi filosofar que, es original, existe esta persona que filosofa y que hara una filosofía.

Históricamente la filosofía si comenzó con Tales, pero en sentido personal la filosofía comienza en cada filosofo el
filosofar es tarea inalienable de cada persona, tiene su origen en cada filosofo nace desde mi dice:
Weltanschauung.

Toda filosofía autentica es original. El verdadero filosofo no adopta una filosofía, no se adhiera a un sistema, sino
que se asombra de los entes en el ser. Esto no quiere decir por supuesto, que sea inútil tener en cuenta lo que han
escrito los filósofos, solamente son una ayuda.

No solo filosofar es decisión y compromiso, es también y ante todo búsqueda amorosa y difícil del fundamento
ultimo de los entes.

Filosofar nunca ha sido fácil. Todo loo contrario filosofar es casa grave. Ya Platón decía que hay que volverse con
toda el alma, a partir de lo que deviene, hacia la contemplación de lo que es, hasta lo que se pueda fijar de mirada
en lo que hay de mas luminoso en el ser. Significa que filosofar requiere de una preparación, una ascesis de los
entes al ser, una actitud moral.

Esta actitud moral para el autentico filosofar ya fue puesta de relieve en la antigüedad por Platón. En nuestro siglo
adquirió capital importancia en pensadores de orientación personalista entre ellos destaca M. Scheler. Para
Scheler el objeto de la filosofía solamente se da y adecuadamente por cierto cuando se le ve desde una
determinada disposición moral. Señala tres actos, el amor, la humillación y el autodominio como actos morales
básicos que hacen posible el conocimiento filosófico.

Nos lleva, por lo tanto, allende y por encima de los objetos que existen relativamente respecto de nuestro ser.

(la humildad nos conduce del existir contingente de algo... hacia la asencia)
8

El autodominio nos conduce de lo inadecuado... desde la magnitud cero, hacia la plena educación del conocimiento
intuitivo.

Estos actos morales básicos eliminan los tres obstáculos que se oponen al recto filosofar.

M. Buber critica la opinión de Scheler porque se basa en el dualismo y en la oposición entre espíritu y vida.

Sin embargo, la intención profunda de Scheler es correcta. Puede haber un desorden existencial en lo moral que
el filosofo debe corregir, mediante una actitud moral. Entonces el ascetismo no consiste eliminar los impulsos sino
en orientarlos siempre al ser. Vivir según el espíritu eso es la filosofía implica lograr la integración de cuerpo y
espíritu.

Filosofar no es negar la puganza de la vida, sino poner la vida al servicio del espíritu. En todo caso no filosofa el
entendimiento sino el hombre entero desde el espíritu. Por eso la filosofía es ascesis... no se dirige contra la
naturaleza... sino contra sus miserias, a fin de que el filosofo sea ese hombre que Platón describe magníficamente
en el Teetero liberado de las pasiones y de los engaños sensibles.

El filosofo es el que liberándose de las cadenas vuelve la mirada a la luz el ser es la luz y se asombra de que haya
sombras y comienza a saber que las sombras son sombras de algo, que los entes son ontofanias. El filosofo es el
que al romper las cadenas entra en desequilibrio y se afana por abandonar la caverna. Para ellos es un desequilibrio
y no saben que el filosofo se aparta de los humanos afanes y se ocupa de lo divino. El filosofo es tenido por el vulgo
como un perturbado, pero el vulgo no sabe que esta poseído por la divinidad. Así pensaba Platón.

Nada raro, entonces, que quien ha encontrado el ser formule esta decisión indeclinable, como Sócrates: “pasar
mis días en el estudio de la filosofía estudiándome a mi mismo y estudiando a los demás”. Porque sabe que
filosofar es faena vital.

Porque sabe, en todo caso, que filosofar es someter lo finito al paso al limite infinito en virtud de una potencia
transfinita que descubre y pone de manifiesto (verdad, aletheia), precisa y únicamente por virtud de esta
transfinitud.

FILOSOFIA Y ACTITUD FILOSOFICA


1.- Necesidad de la filosofía. La etimología de la palabra filosofía se llego a la conclusión de que se trata de un amor
a la sabiduría mediante la admiración. Y el hombre se admira de ser y delas cosas: se asombra porque ignora porque
existe y porque ignora que son las cosas, se asombra del hecho mismo de existir y del hecho de que haya cosas.
Todas las preguntas filosóficas aluden, de una manera o de otra a la existencia humana en toda su compleja y a veces
contradictoria, las respuestas podrían ser y de hecho son múltiples. La filosofía entonces, se mueve entorno a la
existencia humana, y su finalidad, su aventurado intento será proyectar un Haza de luz sobre el fondo problemático
de nuestra existencia.
El hombre tiene que hacer filosofía no solo porque en su vida encontrara dificultades, sino, y esencialmente porque
su existencia es un problema. De aquí que la filosofía no sea un mero pasatiempo ni una tarea para desocupados ni
un puro malabarismo intelectual. Es una necesidad.
La verdadera necesidad es la que el ser siente de ser lo que es, el ave de volar, el pez de bogar y el intelecto de
filosofar. La razón fundamental de que la filosofía sea una actitud necesaria al hombre es la necesidad de que algunos
espíritus tienen de totalidad de explicación radical.
2.- Progreso y regreso.- La filosofía surge cuando una conciencia se enfrenta a un problema radical e intenta darle
solución. De ahí que la filosofía sea un problema.
A veces se dice y por cierto con mala intención que la filosofía no hace mas que plantearse problemas insolubles. Así
se admite sin pretenderlo la verdadera significación de la filosofía: el hecho irrecusable de que el hombre tenga
problemas insolubles, de que el mismo sea un problema. Se ve, entonces que la filosofía no solo inicialmente plantea
problemas si no que es, y seguirá siendo, un permanente problema. Y que sus soluciones serán, a su vez,
problemáticas. La perpetua problematizacion es la ida de la filosofía.
Esta desconcertante verdad esta expresada en la celebre frase: “philosophia duce, regredimur; siguiendo la filosofía
retrocedemos” porque ella es un consante proceso problemático.
9

En efecto, la filosofía progresa de modo inverso a como progresan las ciencias. Estas progresan linealmente,
acumulando verdades. La filosofía,, ahondando críticamente sus propios problemas. Sin embargo, estos dos
movimientos se complementan: el retroceso de la filosofía contribuye al progreso de la ciencia beneficia la marcha
de la filosofía.
Frecuentemente se dicen que la filosofía no ha producido nada importante para la humanidad. Sobre todo, el
científico sin cultura filosófica suele despreciar la filosofía porque ve que ella no tiene resultados universalmente
válidos, como los tiene la ciencia.
El conocimiento científico aparece al menos en ciertos dominios como definitivo en tanto que el filosófico es siempre
problemático y que esta la filosofía en su problemática radical, estimulo la creatividad del espíritu humano e hizo
posible el progreso de la cultura, de la ciencia y de la técnica.
3. - Teoria y Practica- la filosofía nos parece como un imperativo teorico, como un imperativo de conocimiento.
Conocimiento de las cosas, conocimiento del yo. La filosofía es una tarea intelectual, teórica. Así la presenta la
historia. Los filósofos todos los tiempos han tratado de explicar que el ser, que es el mundo, que es el hombre que
es el movimiento, que es el tiempo, que es la materia, etc...
la inteligencia contempla y explica lo contemplado.
El hombre común no suele interesarse y menos profundizar en el problema del sentido de su acción y de su vida.
Simplemente hace los que los otros hacen. Es la existencia inauténtica de lo que habla Heidegger. Es el reino de la
dependencia. El yo esta sometido a la necesidad de subordinarse a los demás en las obligaciones cotidianas y hasta
en las ideas: el neutro impersonal.
El se suprime la propia responsabilidad en aras de una responsabilidad común responsabilidad de nadia cada uno es
el otro y nadie es yo. La existencia inauténtica es un ser real inmenso totalmente en el ser en común carente de
personalidad.
A pesar de las condiciones el hombre se dispensa de la capacidad de pensar y de actuar en cuenta propia. Ya no
decide él otros deciden por él. Tiene que aceptar criterios y valores impuestos por los medios masivos de
comunicación.
En esta situación, rara vez se plantea el problema del sentido último de su acción y de su existencia. Si alguna vez lo
hace, le una respuesta cualquiera la primera que se le ocurre o la primera que escucha en sus conversaciones banales.
Es la existencia trivial en la que el hombre vive al día y no se preocupa ni se asombra de nada. Es una manera inclusive
feliz de vivir, pero quiza no sea una forma digna de vida humana.
Ahora se entiende mejor porque la filosofía problematizacion radical es una actividad indispensable y necesaria.
Aquí se manifiesta la posibilidad, mas aun la realidad, de una vida valiosa, porque todo saber tiene que estar
orientado de una manera o de otra.
La verdadera naturaleza de la filosofía es mas que teórica, practica contemplar para actuar. El filosofo no es el que
se desentiende de los problemas prácticos de la vida es el único que se los plantea en profundidad, es el único que
pregunta radicalmente que sentido tienen las cosas.
La filosofía compromete al hombre en su totalidad. Y le da la posibilidad de dignificarse. Porque la filosofía es
trascendencia. Trascendencia de lo problemático hacia o meta problemático.
La filosofía es un interés de contemplación, pero también una exigencia eminentemente practico, de orden ético.
El hombre busca seguridad para su existencia. El puro conocimiento no basta para tal seguridad. Porque el hombre
actúa y vive primordialmente de sus convicciones. Pero no puede vivir solamente de ellas. Necesita de principios. El
hombre actúa después de pensar, cuando llega la noche de la crisis. La filosofía adquiere el carácter de un saber de
salvación. Porque filosofar es salir de la noche de la duda, es encontrar los motivos para salir de la angustia. Si se
llega a una nueva fé, la meditación filosófica lograra traducirla en un orden nuevo de ideas.

Consideraciones en torno a la actitud filosófica en el sujeto moderno


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INTRODUCCIÓN

“El discurso filosófico se origina por tanto en una


elección de vida y en una opción existencial y no
a la inversa”.
(…)
“…la filosofía es en efecto, ante todo, una manera de
vivir, pero que se vincula estrictamente con el discurso
filosófico”.

Pierre Hadot: ¿Qué es la filosofía antigua?

Se entiende por actitud filosófica una toma de postura frente al mundo, al saber, a la sociedad y a sí mismo. Es la
actitud que asume quien busca “pensar por sí mismo”, al ser crítico frente a los supuestos que fundamentan a las
sociedades y al sujeto. Formar la actitud filosófica es formar el hábito de “pensar por sí mismo”, tal como lo reza
modernamente el lema kantiano; es fomentar el placer por el saber (del latín sabor), por la investigación al avivar el
asombro (Aristóteles). En síntesis, es cultivar desde la actitud filosófica una vida práctica, que en el mundo antiguo
se caracterizaba por unas tecnologías propias para su consecución, reflejadas en el arte de vivir en un ser que se
gobierna a sí mismo, en un estilo de vida único, como llegó a formular Foucault en sus últimos escritos. Es decir, una
ética y una estética de la existencia. En palabras de Werner Jaeger, Paideia (1997, p. 1031): “La obediencia del alma
al logos es lo que llamamos dominio de sí mismo”.

Formar la actitud filosófica significa colocar como objetos de reflexión e investigación los supuestos con que trabajan
las disciplinas y los participantes en el proceso educativo, estableciendo un puente entre el saber cotidiano y el saber
de las disciplinas para que el proceso educativo sea vital y responda al contexto en el cual se desenvuelve en un
saber-hacer. En otras palabras, es hacer del conocimiento y del proceso de enseñanza y aprendizaje un asunto de
investigación constante en permanente cambio y actualización, en el cual el sujeto asuma por sí mismo los procesos
que ameritan su transformación, en un mundo inmerso en procesos de globalización que exige de él desde principios
autónomos, conocerse, cuidarse y gobernarse a sí mismo, en la constitución de una democracia que ha de tener al
otro como referente de vida, de cooperación y de construcción de sociedades justas, disensuales y plurales.

¿Cuándo y por qué la actitud filosófica debe estar presente en el proceso educativo, ético y político? ¿Cuáles son las
condiciones para su desarrollo? ¿Hasta dónde, en el impulso de la cultura en la cual se encuentra inscrito el sujeto,
el ethos, la moral, la política, la libertad, la ciencia y la vida misma, esta presente la actitud filosófica? Son en esencia
estos interrogantes, la preocupación y el derrotero sobre el cual gira este trabajo y de hecho conducen a revisar la
filosofía de la práctica educativa, y por lo tanto reivindicar una nueva actitud reflexiva y crítica de la educación y del
sujeto contemporáneo. Es decir, hoy la solución a los graves problemas que aquejan a la humanidad pasa por la
mirada que se tiene del sujeto.
11

En el campo de la filosofía, la actitud filosófica aparece en la antigua Grecia, con sus más notables pensadores; y
entre ellos se destaca Sócrates que ironizando la sabiduría de sus coetáneos les responde con una célebre frase, “Yo
sólo sé que nada sé”, para conducir inductivamente su reflexión en la búsqueda del conocimiento de sí mismo.
Encontrarse a sí mismo se logra a través del continuo indagar a sus semejantes, enfrentándose a otras opiniones para
construir su propia visión del mundo: la verdad; desde luego, sin estar al margen de la ley, respetando las tradiciones
y costumbres. En Sócrates el indagar concreta su actitud filosófica en la necesidad de educar a los jóvenes en el arte
del diálogo y la capacidad de interrogar y reflexionar en la búsqueda de la verdad. Es, en esencia, la figura del filósofo
maestro.
Siguiendo los caminos de su maestro, Platón fue otro notable de los antiguos que en el orden del conocimiento,
orienta el indagar del individuo para deducir la verdad sobre el mundo de las ideas. Gesta ese gran instrumento
metodológico: la dialéctica, con la cual recuerda la verdad. Indagar precede a todo tipo de actividad humana, pues
para Platón, si bien es cierto el conocimiento está en el interior del hombre, éste pregunta porque no conoce y es
menester encontrar la verdad con una actitud crítica frente a la opinión (doxa).
En este sentido, para Aristóteles la actitud filosófica como verdad es fruto del alma y de los hábitos como virtud;
esta última la divide en arte, ciencia, prudencia, intuición y sabiduría. Las cuatro primeras son de orden práctico y la
quinta es la excelencia, que se caracteriza por ser rigurosa y por tener experiencia, porque va más allá de los meros
bienes humanos, va hacia el sentido y la verdad de todo principio, “pues así también la sabiduría produce la felicidad,
porque siendo una parte de la virtud total, hace al hombre dichoso por su hábito y por su acto”, que se consuma en
la obra que es la vida misma. La sabiduría es el fin y la ética el medio. La actitud filosófica vendría a ser una virtud o
una disposición, que es un hábito acompañado de razón cuando se lleva a cabo. Todo esto nos permite decir que la
actitud filosófica es la mejor manera de conducirse en la vida, que da un temple al estado de ánimo, una continencia
que evita desfallecer, es fruto de una elección que es la norma recta en la vida, que está sujeta a reflexión en aspectos
concernientes al saber y al vivir en comunidad.

La actitud filosófica se encuentra en hombres que:

1. Viven de acuerdo consigo mismos. Es la vida como obra.


2. Se afanan por hacer el bien en su vida práctica.
3. Quieren vivir y conservarse a ellos mismos. Es seguir siendo lo que se es.
4. Aman el saber.
5. Vuelven su vida un arte, son sus propios artesanos.
6. Reflejan en su vida el obrar y el pensar.

La obra, que es la vida modelada como acto, es amada y apreciada por el artista, pues lo más deleitoso y bien hecho
es el acto mismo, es la amistad que se lleva a cabo con el saber, en nuestro caso la disposición de actitud hacia la
filosofía, ya que todo hombre revela lo que él es por medio de la disposición que le permite asumir la vida como
riesgo, pensarla distinto a como se la piensa y llegar a ser un creador. Es decir, rompe con la reproducción del vivir y
del pensar como mera repetición.

En suma, la actitud filosófica es pensarse a sí mismo; esto lo hace la filosofía: piensa el pensar. La filosofía es objeto
de sí misma, su mirada se vuelve íntima, para luego desplegarse en el mundo. Es decir, cómo desde la subsistencia,
en nuestro caso el pensamiento filosófico, se asume la existencia filosófica, a partir de una actitud como ethos en
cualquier momento de la vida humana. La actitud filosófica es una mirada (noeîn) espiritual, que es la actividad de la
razón (noûs), órgano del cual se vale la filosofía para ver su propio pensar, sus ideas, su ser (Platón). Tal como lo
destaca Danilo cruz Vélez Filosofía sin supuestos (2001).
Es pues, la actitud filosófica, un estado de existencia que nos convida a filosofar en la elaboración de un modo o
estilo de vida propio (Foucault), en la que el sujeto juega un papel protagónico en su constitución por medio de unas
técnicas pedagógicas y éticas, entre otras.
La presente reflexión, procura entre otras razones restablecer un verdadero diálogo entre la filosofía y el público, en
lo que sería una filosofía práctica, como fue el esfuerzo realizado por Montaigne, que gozó de amplia receptividad
en su tiempo. Además, se irá explorando qué es eso de la actitud filosófica y cuál es su importancia para nuestra
actualidad, cómo ha incidido en la modernidad, qué papel juega en la educación, cómo el ethos es parte clave de
ella, ante todo en la constitución de una voluntad dueña de sí misma, capaz de decidir a partir de sí misma, en lo que
sería un verdadero sujeto autónomo de carne y hueso, no un sujeto formal que ha causado profundos
desgarramientos en sí mismo, que Hegel había visualizado en su filosofía.
12

El texto se encuentra dividido en dos partes fundamentales: la primera titulada Filosofía y ética, la cual comprende
un capítulo titulado: ¿Qué es la filosofía?, explorará desde una problematización contemporánea qué es eso de la
filosofía hoy, qué nos puede decir y cuál es su estrecha relación con la ética, asumida a partir del ethos, que nos invita
a tomar una posición ante sí mismo y ante el mundo en la elaboración de una actitud filosófica para el sujeto. La
segunda, con el título: La actitud filosófica en el mundo moderno como forma de pensarse a sí mismo comprende los
siguientes capítulos: el primero La moral kantiana y el principio de autonomía. Tal como lo señala el filósofo
colombiano Danilo Cruz Vélez (2001), hablar de actitud filosófica en el mundo moderno es radicalmente distinto a
como se asumía y se entendía en el mundo antiguo. El pensar filosófico inaugurado por Descartes nos conduce a un
sujeto centrado en la razón, en el yo. En esta dirección, Kant va a jugar un papel clave en lo que sería la constitución
del principio de autonomía moral y de libertad subjetiva para la modernidad, en la formulación de un pensamiento
reflexivo y crítico, magistralmente condensado en su pregunta: ¿Qué es la Ilustración? que invita al género humano
a atreverse a pensar por sí mismo, a ser el dueño de su propio pensamiento, principio de libertad reflejado en el
imperativo categórico cuyo fin último es la humanidad. En esta dirección podríamos hablar de una actitud filosófica
del hombre moderno, quien formula una postura de vida desde su pensamiento como sujeto autónomo y
responsable de sí mismo. Es así como este capítulo pretende rastrear y fortalecer la formulación y fundamentación
de esta actitud filosófica en el sujeto autónomo kantiano. El segundo: La ética de Kierkegaard. Entre Sócrates y Dios,
destaca la importancia de la existencia y no del sistema en el pensamiento de todo sujeto, a partir de una decisión
ética, en un diálogo interno, en el conocimiento de sí mismo (Sócrates), en el cual la filosofía se ha de convertir en la
mediadora dialógica en el conocimiento del otro (Dios); permitiendo consolidar una actitud filosófica ante el mundo
desde la existencia humana. El tercero: De la actitud natural a la actitud filosófica en el mundo de la fenomenología,
pretende rastrear lo que es la actitud natural en la vida de los seres humanos y la actitud filosófica como algo que
trasciende la mera posición de la actitud natural, en la búsqueda de sentido y significado en un sujeto con conciencia
de mundo a partir de la fenomenología hursseliana. El capítulo está dividido en cinco grandes subtemas. El primero
es un ejercicio de acercamiento de lo que es la actitud natural y filosófica. El segundo lo que es una fenomenología
pura en la consolidación de una actitud fenomenológica. El tercero el papel que desempeña la fenomenología en las
relaciones intersubjetivas. El cuarto destaca la importancia de la cultura en su transformación a través del ejercicio
fenomenológico. El quinto aborda algunas consideraciones generales en torno a la fenomenología. El cuarto: El otro
en mi horizonte de vida. Retomando la reflexión fenomenológica, la mirada y la intención que tenemos hacia el otro,
implica una actitud de vida que va a generar múltiples consecuencias, no sólo para quien asume dicha intención sino
para el otro. Es aquí donde entran en escena dos filósofos: Sartre y su postura fenomenológica del ser en el mundo
y la idea del proyecto de vida para consigo mismo, en un ser condenado a su propia libertad a través del compromiso
social. Lévinas, quien nos dice que el otro es un ejercicio de responsabilidad que asumo para conmigo mismo, una
vez se cruce en mi horizonte de vida. El quinto: La actitud comunicativa en Habermas.El capítulo centra su atención
en destacar la relación y el papel de la actitud comunicativa en la teoría dialógica de Jürgen Habermas. Para este
propósito el escrito se ha dividido en dos subtemas, a partir de una mirada didáctica de lo que se pretende, centrado
en el texto de Habermas: Teoría de la Acción Comunicativa.2 tomos (1999). Asimismo, un último subtema que recoge
algunas consideraciones respecto a la teoría de la acción dialógica. El sexto: Ética y estética de la existencia. Fotografía
de un artista, parte de ver los últimos planteamientos de Michel Foucault al abordar la vida como una obra de arte,
mediada por el ethos en el dominio y gobierno de sí mismo, en el que la libertad se convierte en la garante de dicha
vida. El séptimo: Palabras finales: por una ética de la resistencia, recoge una breve postura final para nuestra época:
¿Cómo mantener nuestra libertad en la transformación de sí mismo por medio de una ética de la resistencia?

Por otra parte, es de destacar que el presente escrito descansa en su argumentación en una metodología que busca
el ejercicio de una filosofía práctica, su estilo rompe en gran medida con la manera de abordar ciertas temáticas, es
un diálogo vivenciado entre quien escribe y los filósofos con los cuales se involucra en torno a la problemática
específica: la actitud filosófica y el sujeto moderno.

Por último, deseo agradecer a los distintos docentes de la Atlantic International University por sus observaciones y
contribuciones sobre estos tópicos, al grupo Educar para Pensar, del grupo de Filosofía y Pedagogía del Instituto de
Educación y Pedagogía de la Universidad del Valle, con los cuales vengo profundizando e intercambiando sobre esta
temática y a los estudiantes de la primera promoción de la Especialización en Humanidades Contemporáneas de la
Universidad Autónoma de Occidente de Santiago de Cali, por sus aportes a esta reflexión. No sin antes agradecer con
todo mi afecto a mi esposa Ana Bolena Salamanca por su infinito amor y apoyo, a mis hijas Laura Fernanda y Ana
Sofía pues a pesar de sus cortas edades supieron comprender este esfuerzo. A mi padres y hermanos por su apoyo
incondicional.
13

Actitud filosófica

Acabo de señalar que no todos somos científicos pero todos somos hombres. Es fácil apreciar la
perogrullada que acabo de pronunciar; las pláticas entre jóvenes nos muestran que, por una parte, los
intereses, ideales, proyectos de los seres humanos, en gran medida son diferentes; sin embargo, en
otra gran medida son prácticamente iguales. Todos se preparan para lo mismo, para ser hombres de
una polis, para vivir como animales racionales. Ahora bien, si la ciencia permite a los que se dedican a
ella conocer de manera racional la parcela que han elegido como objeto de estudio, la filosofía permite,
no a unos cuantos hombres "explicar y/ o transformar" la realidad estudiada, sino que prepara a todo
hombre --a todos los hombres-- para que se realice como el verdadero hombre que deberá ser a lo
largo de su vida.

No es, en rigor, absolutamente necesario estudiar académicamente la filosofía para realizarse como
hombre; pero es absolutamente indispensable la actitud filosófica ante la realidad, ante los otros y ante
uno mismo.

¿Qué es lo que entiendo por una actitud filosófica? Dicho brevemente, la reflexión filosófica, la actitud
filosófica que todo ser humano debe tener consiste, más que nada, en un sentido del orden. A lo largo
del pensamiento occidental se ha definido al filósofo como el hombre sabio y a la filosofía como la
sabiduría.

¿Qué es lo que quiero dar a entender por orden? La filosofía viene a consistir en ordenar todos los otros
saberes. Se trata de jerarquizar los saberes científicos, artísticos, históricos, etc.; ubicar a la ciencia en
la perspectiva que le es propia es una labor que no hace la ciencia, sino la filosofía. Aparece de
inmediato la noción de jerarquía que resulta solidaria de la anterior noción de orden. Es la filosofía la
que determina el valor de todas las actividades que realiza el ser humano. Filosofar significa reflexionar
sobre la totalidad de lo que nos aparece, con vistas a la última razón y significado. Además, este
filosofar, así entendido, es un empeño razonable e incluso necesario, del que no se puede en modo
alguno dispensar el hombre que verdaderamente vive en el espíritu; quiero decir con esto último, el
hombre que sencillamente piensa.

Observemos con cuidado: las cuestiones filosóficas siempre tienen una "resonancia" humana e
interesan al hombre porque es su mismo ser el que se encuentra en juego. De esta manera surgen las
interrogantes relativas a la naturaleza y existencia del ser, del mundo, del conocimiento, de la verdad y
de la falsedad, de los valores, del bien y del mal, de la norma de conducta y de la responsabilidad, del
derecho como de la sanción, etcétera.

Existe además otro punto que merece ser recordado para entender bien el planteamiento del asunto
que nos ocupa. Existen algunos pensadores, grandes filósofos sin duda, que se han preguntado qué
sentido tiene la filosofía, especialmente para nuestro mundo, y han destacado con razones por demás
interesantes, que para hacer filosofía --y en ocasiones para su defensa-- es necesario comprender la
"inutilidad" que tiene. Esto en el sentido de que la dignidad filosófica le viene precisa mente del hecho
de no ser "un instrumento" que sirva para lograr un fin superior, que no es un puro medio cuya dignidad
y sentido se deriven de la meta que permita alcanzar. La filosofía, señalan, tiene toda la nobleza de un
fin y en este sentido no sirve para nada; se caracteriza por su inutilidad.

Hoy, cuando el ser humano se siente con tanta frecuencia desamparado a nivel exístencial, es natural
que se vuelvan los ojos esperanzados hacia la meditación --entiéndase reflexión-- filosófica para esperar
de ella alguna ayuda. Las nuevas generaciones, decepcionadas repetidas veces por las ciencias positivas
y las conquistas tecnológicas, vuelven de nuevo su atención a la filosofía solicitando de ella alguna
indicación.
14

Lo anterior resulta aleccionador; en efecto, la filosofía busca las causas más definitivas de lo real, la
inteligencia humana tiene un apetito natural de "hacer" filosofía, y es que, por estructura constitutiva,
gracias a su inteligencia, el hombre busca saber; y también por estructura constitutiva el hombre anhela
conocer las causas últimas de lo que estudia, de lo que le rodea. El hombre es por naturaleza filósofo,
lo que de ninguna manera significa que siempre haga buena filosofía. Lo importante es que la filosofía
no aparece como el resultado de una diversión o de un pasatiempo, de una curiosidad o de un espíritu
ocioso, sino que más bien la filosofía responde a la exigencia de clarividencia que lleva ínsita la
inteligencia humana. Por ello se puede afirmar que "somos hombres y por eso naturalmente
filosofamos".

Apréciese, de paso, al mismotiempo que se señala en qué consiste la reflexión filosófica, una
comparación entre ciencia y reflexión filosófica. Ante el hecho de la muerte de un ser humano el
problema no consiste tan sólo en determinar si la causa de la muerte fue un infarto o un cáncer (ciencia
positiva) sino en determinar por qué el hombre es mortal (filosofía); o bien, responder al modo como
las cámaras legislativas elaboran las leyes positivas (ciencia positiva) deja todavía abierta la cuestión de
la determinación de la razón última que, hace necesaria la existencia de tales.leyes (filosofía).

Una aclaración sobre los fines propios de la filosofía, que a veces no son entendidos debidamente. No
confundir los fines que tiene la filosofía con los fines que puede tener el sujeto que hace filosofía. Puede
ser que ambos fines coincidan o que discrepen. Lo que aquí me interesa que quede claro es determinar
el fin al que tiende el saber filosófico. De este modo, podemos ver que un sujeto emplea su saber
matemático para obtener dinero y otro recurre a la música para poder dormir, lo que de ninguna
manera autoriza a concluir que la finalidad de las matemáticas consista en la obtención de dinero o la
de la música sea procurar el sueño.

Para comprender lo anterior es necesario recordar que el concepto de útil se relaciona con el de medio;
ambos designan realidades que son amables, que se buscan en razón del término al que conducen y
que dan explicación de su apetencia. El medio vale por el fin; lo útil es apetecible por lo que permite
alcanzar; no es en este sentido ninguna paradoja afirmar que si todo fuese medio nada sería medio,
que si todo fuera útil nada sería útil en verdad. Algo es medio o útil en relación a algo posterior y
superior. Y hay realidades que valen precisamente como medios, en tanto que hay otras que poseen la
categoría de fines, son valiosos por sí mismos. La filosofía especulativa, en este sentido, no es útil para
nada, no se justifica por su ordenación en algo diferente y superior; ella misma se autojustifica, es
valiosa por sí misma, es, en otras palabras, un fin, ello constituye su nobleza y dignidad.

Cierto, nuestra época está afectada por una especie de ceguera absoluta con relación a aquello que
precisamente por tener el carácter de fin es lo más valioso, como puede ser la importancia del amor
humano, el significado de las obras de arte o el mismo sentido que guarda la persona humana. Todas
estas realidades, al igual que la filosofía especulativa, se catacterizan por no servir para nada, no son
medios sino fines.

¿Se podría decir, por ejemplo, que la ética carece de utilidad? Parecería absurdo sin las consideraciones
anteriores. Si algo hay que lamentar en la época en que vivimos es precisamente la ausencia de
conocimientos tan necesarios como los de la ética para dar a la conducta humana su cauce adecuado.
A un nivel no científico, la ausencia de, la virtud de la prudencia explica en la historia que nos ha tocado
vivir una serie de opciones dramáticamente negativas.

Quizá lo único que pudiera devolver al hombre el significado de su ardua existencia, el sentido de sus
acciones, la luz de sus desvelos y sacrificios sería una adecuada filosofía moral. Es todo un mundo el
que aparece: el de los valores, el del bien, el del amor, el de la ley, el de la responsabilidad, el del bien
común, el de la justicia, el de la fortaleza, el de los derechos, etcétera.

El hombre inmerso en el mundo es como un rumiante que pace. Su cabeza inclinada hacia abajo le
impide contemplar las estrellas. Pero hay estrellas entre los hombres. Si no las vemos brillar es
simplemente porque no las miramos. Pero lucen y están allí a nuestro alcance y para nuestro provecho,
ofreciéndonos su ejemplaridad.
15

Para concluir, quiero señalar que esta forma de concebir a la filosofía no es la única; existe también la
concepción transformadora de la filosofía. Sin embargo, aquí expliqué la concepción que tengo de la
filosofía.

EN QUE CONSISTE LA ACTITUD FILOSÓFICA

* “La actitud filosófica que todo ser humano debe tener consiste, más que nada, es un sentido del orden. A lo largo
del pensamiento occidental se ha definido al filósofo como el hombre sabio y a la filosofía como la sabiduría.”
* “La actitud filosófica es la preparación para el entendimiento, por lo tanto es modelo de educación: científica,
moral, política etc.”
* “La actitud filosófica te prepara para discernir el conocimiento cierto el cual finalmente en la vida del ser es relativo
por la misma constitución de la naturaleza humana.”
Conclusión: la actitud filosófica es la preparación para el entendimiento, que todo ser humano debe tener, es un
modelo de educación: científica, moral, política, etc., que le permite discernir el conocimiento cierto.

LA ACTITUD FILOSÓFICA

de Sócrates resulta extraña en la actualidad, pero realmente fue el modo de filosofar de muchos pensadores griegos
anteriores a él que usaron, también, el diálogo y el contacto directo con los interlocutores como método de
indagación filosófica. El mismo Platón, fuertemente influido por Sócrates, redactó casi toda su obra filosófica a modo
de diálogos. De hecho Sócrates marca un punto de inflexión en la historia de la filosofía por ser el último gran
pensador griego “de calle”, que desdeñaba escribir tratados y que consideraba su labor pedagógica como una
obligación religiosa y ciudadana.
Lo que sí fue característico de Sócrates fue su método de interlocución. Este filósofo ateniense partía desde una
posición contraria al relativismo de la época, encarnado por muchos sofistas, que consideraba que los valores de bien
y mal son construcciones sociales que carecen de valor absoluto. Sócrates nunca esboza una teoría moral definida,
al menos en los testimonios que tenemos de él, sino que más bien se decanta por una posición destructiva frente al
escepticismo moral. Es decir, el ateniense criticaba el relativismo como una postura lógicamente inconsecuente, pero
no aportaba, al menos que nos conste, una teoría moral elaborada que contraponer a ese escepticismo.
En sus debates con otros personajes relevantes de la vida cultural o política de Atenas, Sócrates adoptaba, en
principio, un actitud irónica. La frase socrática “Solo sé, que no sé nada” es reflejo de esta ironía con la que el
ateniense pretendía poner en entredicho las certezas de las que partía el interlocutor. En esta primera fase del
método socrático, se duda de las afirmaciones del interlocutor pero sin contraponer a la opinión del afirmante otra
afirmación sino, sencillamente, dudando de la validez de su propuesta. Es una actitud claramente destructiva, que
irritaba a los supuestos sabios que quedaban en evidencia ante el genio socrático.
Por ejemplo, si se discutía lo que era el valor, y el interlocutor lo definía como “arrojo en las situaciones de peligro”,
Sócrates lo atacaba intentando hacer que el afirmante definiera “peligro” o mostrando como hay situaciones en las
que el arrojo ante el peligro no sería considerado como valor: entrar en un volcán en erupción por capricho no es
valor sino locura.
Si la ironía era destructiva, la segunda parte de su método tenía un cariz más creativo. Esta segunda fase se llama
mayéutica que significa “técnica para ayudar a dar a luz”. Todos tenemos dentro de nosotros inteligencia y, por tanto,
capacidad para captar la verdad. Tras la fase destructiva, Sócrates acompañaba a su interlocutor en la búsqueda de
la verdad a través del diálogo y el intercambio de ideas. Aunque la mayéutica es considerada por algunos una mera
técnica de convicción, lo esencial de esta parte del método socrático era la idea de que el conocimiento no se
establece prioritariamente como un proceso de interiorización especulativa, sino que es fruto del debate y la
reflexión conjunta. Sócrates, con su mayéutica, parece querer ejemplificar un modo de pensar que huye tanto del
escepticismo como del dogmatismo de la autoridad. Esta lucha contra el cinismo moral, por un lado, y el
autoritarismo de la clase política, por otro, le costó la vida.
Quizás sea pertinente recordar la fuerte implicación vital que tenía para el ateniense su actividad filosófica y
pedagógica; cuando en el juicio con el que se le condenó a muerte se propuso que dejase de filosofar, prefirió
16

explícitamente la muerte a dejar su actividad filosófica, pues como afirmó “una vida sin reflexión no merece la pena
ser vivida”.

Hola MAX POWER!

¿Por qué surge la actitud filosófica?

Aristóteles (384-322), dijo que la actitud filosófica empieza en la ADMIRACIÓN, cuando ya se han satisfecho las más
inmediatas necesidades vitales.

Descartes (1596-1650), en cambio, pone el comienzo de la filosofía en la DUDA, y dice que nace cuando, por distintos
motivos, el hombre desconfía de su experiencia y se pone a cavilar acerca de ella.

Por su parte Kant (1724-1804), asocia el quehacer filosófico a una cierta actitud judicial, de CRÍTICA y discernimiento
de nuestras posibilidades cognoscitivas.

Por último Heidegger (1889-1976) liga la actividad filosófica a la PREGUNTA, al ejercicio del preguntar: porque el
hombre dispone de una capacidad inquisitiva que quizás no le hace llegar a conclusiones definitivas, pero que
siempre le permite cuestionarse cuanto le aparece.

Saludos!
-------------------------------
¿Alguien me responde a esta pregunta?
http://ar.answers.yahoo.com/question/ind...

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Otras respuestas (6)

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(¯‘•.•´¯) DIOTIMA respondido hace 7 años

Mira...siempre ante una situación límite....por ej. un dolor o enfermedad que uno no pidió venir.......
nos preguntamos:
#porqué amí...?
#para que me sucede esto?...
#Que hago ahora..?
#que va asuceder con los demás..afectos......
y así vamos revisando...cada area de nuestra vida..ahondando su valor..importancia que quizás antes no dábamos.....

mira agrego esto..creo que lo grafica más:


17

Nocturnos

Padre Nuestro que estas en los cielos


por que te has olvidado de mí?
Te acordaste del fruto en Febrero,
al llagarme su pulpa rubí.
Llevo abierto tambien mi costado,
y no queres mirar hacia mí!

Te acordaste del negro racimo,


y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del alamo
con tu aliento, en el aire sutil.
Y en ancho lagar de la muerte
aun no quere mi pecho oprimir!

Caminando vi abrir las violetas;


el falermo del viento bebí,
y he bajado, amarillos mis párpados,
para no ver mas Enero ni Abril.

Y he apretado la boca, anegada


de la estrofa que no he de oprimir.
Has herido la nube de ontono
y no quieres volverte hacia mí!

Me vendio el que beso mi mejilla;


me nego por la túnica ruín.
Yo, en mis versos el rostro con sangre,
como tu, sobre el pano, le dí.

Y en mi noche del huerto, me han sido


Juan cobarde y el ángel hostil.
Ha venido el cansancio infinito
a clavarse en mis ojos al fín;
el cansancio del dia que muere
y el del alba que debe venir;
El cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!
Ahora suelto la martir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche levanto
el clamor aprendido de Tí;
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS,
Por que te has olivado de mí!

Fuente(s):

luz¡¡¡¡

poema de GABRIELA MISTRAL..(cuando se entera de su enfermedad..)

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krishnamurti_reloaded respondido hace 7 años

se piensa que si se entienden las raices del sufrimiento, este desaparecera

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jaimemarintico respondido hace 7 años

Es inherente al ser humano, al ser inteligente. Me imagino que surgio desde que fue creado el primer ser humano,
de hecho, fue la mismisima serpiente la que puso a filosofar a Eva preguntandose ella: Y por que no podemos comer
de este árbol, acaso no puedo decider yo comer de esta fruta, que me lo impide?, alli mismo abrio su mente al
conocimiento del bien y del mal.

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sinuhé el egipcio respondido hace 7 años

lo q refieres como "actitud filosófica", es lo que el dicho popular refiere como "tomárselo con fiosofía" y creo que
apunta a que cuando uno se encuentra frente a situaciones fuertes, lo mejor es tratar de mantener la cabeza fria,
para no dejarse desbordar por las pasiones.
pero no es lo mismo que ser filòsofo o hacer una práctica de la filosofía
la flema no es la única solución, a veces desbordarse puede ser muy sano

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Andres v respondido hace 7 años

Estoy en desacuerdo contigo, una actitud filosófica es una actitud de cuestionamiento de las bases de nuestras
creencias, ideas, valores, etc. Es ser consiente que no se tiene la verdad. En cambio una persona que esta cerca a la
muerte, lo que busca precisamente es al sentido de la vida, la creencia de la vida después de la muerte, y ya no quiere
cuestionar sus creencia sino reforzarlas.

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Dani_malaga respondido hace 7 años

La actitud filosófica existe principalmente, porque está en cada uno de los seres humanos. Todos los humanos,
tenemos esa capacidad de asombro que nos diferencia de los animales, esta capacidad que nos hace preguntarnos
el porqué de las cosas, aunque desde cualquier punto de vista, no dependamos de ellas.
POr ejemplo, ¿para que nos sirve saber más de la Luna?, realmente es una pregunta que no tiene una respuesta que
implique un beneficio "real" para el ser humano, simplemente la Luna a sido algo que desde tiempos inmemoriales
a despertado la curiosidad del hombre.
Al no poder explicar ese fenómeno, que nos sirve de ejemplo, el hombre al principio da una explicación no-empirica,
el mito, que tambien debe ser considerado una actitud filosofica, ya que aunque sin base cientifica, pretende dar una
explicación al fenomeno. Este mito, mediante la investigación, el querer explicar, el comprobar, se vence con el logos,
el razonamiento del hombre, unido a su faculta heurística (imaginación a favor de la ciencia), es este logos el que
acaba imponiendose al mito, el que nuestra facultad cognitiva, propia del ser racional, persigue a toda costa.
Espero haberte ayudado en tu pregunta. De todas formas te aconsejo que leas textos de Aristoteles, en su tratado
metafísca, que circulan por internet.

Un saludo, suerte con los deberes ;P

Vigencia de la actitud filosófica

Por último, y para concluir este primer tema, hablaremos sobre las principales características de la actitud
filosófica, que implica esta:

-Problematizadora: En vez de resolver cuestiones ya dadas, se dedica a creas nuevas.

-Universitaria e interdisciplinaria: Trata de abarcar toda la realidad. Establece puentes entre las diferentes ciencias.

-Crítica: Cuestiona todo conocimiento. Intenta descubrir errores, falacias, y manipulaciones ideológicas.

-Clarificadora: Aporta claridad. Es una actividad que consiste en el análisis conceptual del lenguaje.

-Práctica: Su interés es casi siempre, orientarnos en la vida.

Con esto podemos concluir la primera parte, una introducción a la filosofía. Hemos visto un poco de todo como
donde nació lo que provocó su nacimiento, el mito desaparece, el carácter de la filosofía (racional sistemático y
critico), sus similitudes y divergencias con la ciencia y la religión, y por ultimo lo que provoca que la filosofía sea
un escándalo y las características de esta. espero que os sea de utilidad.
filosofia desafio I
20

todas las preguntas son de seleccion multiple con unica respuesta

1. La palabra modernidad hace referencia a:

a) el periodo historico comprendido entre el siglo XVII y el siglo XVIII.

b) los cambios que se presentaron despues del siglo XV anivel filosofico

cientifico y cultural.

c) la superacion definitiva de los planteamientos de las epocas anteriores .

d) la consolidacion de la duda metodica propuesta por Descartes como la

unica forma de llegar a la verdad.

2. Para Kant, la mayoria de edad del individuo implica la reflexion que este realiza de

cadauno de sus actos y la conveiccio uqe tiene de ellos . por esta razon dejamos de

ser dejamos de ser autonomos cuando.

a) rechazamos las leyes solo por el hecho de ser leyes

b) actuamos de acuerdo con las normas

c) somos concientes de nuestras pasiones y las controlamos

d)reconocemos cunado nos equivocamos

3.San Agustìn afirmo que para encontrar la verdad era necesariovolver a nuestro interior .Esta afirmacion tiene
sentido en San Agustìn por que para èl .

a). la suoerioridad del hombre se refleja en la comprecion de la realidad

b). por medio de ldo sentidos nos es imposible acceder ala verdad

c). Dios es la verdad que se manifiesta en la profundidad del ser humano

d). relacionarnos con el mundo nos aleja de la gracia divina

4. La actitud filosofica para un joven de hoy es importante por que :

a). le proporciona un metodo poara superarse en la vida y lograr el exito

b). ella lo forma como persona culta y sabia

c). le permite reflexionar y comprender mejor diferentes situaciones


21

d). relacionarnos con el mundo nos aleja de la gracia divina

5. Para Schopenhauer la mnas perfecta de las formas de artees la musica en particular la musica instrumental enla
cual se encuentran plasmada de manera perfecta la representacion de la naturaleza de manera uqe los tonos bajos
la representaicon de las formas inferiores de la vida y los tonos altos las formas mas perfectas. De esta forma la
musica cobra un especial sentido para el reconocimiento mismo de la vida por que

a). la musica instrumental es lamanifestacion exacta de la voluntas¡d de vivir


b). expresa la superioridad del hombre
c). se escapa a los limites de la palabra
d). schonpenhauer era amante de la musica sinfonica instrumental

6. La actitud que recoge la afirmacion de protagoras "el hombre es la medida de todas las cosas" es :

a). aceptar que ferte a la vida existen distintas concepciones


b)juzgar la palabra de los demas como opciones carentes de valor
c).permanecer indiferente frente a los consejos de los demas
d).conciderar inferiores a los demas seres de la naturaleza

7. Para Kant el ser humano considerado como persona no tiene precio y por lo tanot no es un medio puesto que
posee dignidad es decir es un fin en si mismo el acto qeu contradice esto es

a). la publicidad que los medios de comunicacion hacen de los objetos que el hombre necesita
para vivir
b). el incremento anual en los costos de la educacion y de la salud

c).el el castigo que los padres implantan a sus hijos cuando desobedecen para formarlos como seres responsables

d). el intercanbio de la tranquilidad de una persona por una suma de dinero

8. Se podria pensar que lso hombres no tinen ninguna diferencia con los animales pues dice Rousseeau que si nos
fijamos bien en un primer momento el hombre actua de la misma forma que estos porq ue vive en funcion de calmar
sus apetitos con la unica preocupacion de mantenerse con vida de esta forma el ser humano seria explicado y
determinado completamente por las leyes del mecanicismo igual que lso otros seres sin embargo Rousseau se aleja
de esta conclucion al introducir a:

a) la libertad como elemento diferenciador y aprticularizador del hombre

b)la razon como manifestacion de superioridad del hombre frente al animal

c). la condicion humana como alemento ieeductible a los conceptos

d) el alma como manifestacion de la infinitud ala que pertenece el hombre

9 El apeiron es un concepto filosofico utilizando por Anaximandro que implica infinitud . A partir de esto es valido
afirmar que este autor

a). defendio un penteismo como explicacion de la existencia del mundo

b). penso la realidad como un continuo devenir

c). se intereso por explicar los continuos cambios ocurridos en el mundo

d). se preocupo por encontrar la causa primera


22

Responda las preguntas 10 y 12 de acuerdo con la siguiente informacion

La realidad la encuentro es lo que quiere decir ya la palbra como estando ahi delante y la tomo como se me da
tambien como estando ahi . Ningun dudar de datos del mundo natural , ni ningun rechazarlos alteraen nada esta
tesis general de la actitud natural
EDUMUND HUSSERL : ideas

10 segun el autor

a) dudar de los actos de los sentidos o rechazarlso es totalmente antinatural

b) la palabra realidad se refiere a lo que encuentro en el mundo

c) la tesis de la actitud antural consiste en no creer que nos equivocamos


d). tener datos del mundo natural solo es posible si estos estan ahi delante

11. el hombre actitudnatural significa que

a) es equivocado dudar de los datos de los sentidos

b) conocemos bien lo que esta ahi delante

c). en general pensamos que ahy cosas fuera de nosotros

d) es imposible dudar de que el mundo existe

12 una manera de salir de la actitud natural es:

a) estudiar ciencias naturales


b) dudarde que el mundo existe
c) investidar sobre el sueño
d) leer distintas obras de ficcion

13 para Parmenides el ser es uno y por lo tanto afirma que el ser es y no es al mismo tiempo es dejarse guiar por los
sentidos y alejase de la verdad El ejemplo que representa la afirmacion de Parmenides es

a) aunque camine varias veces por la misma calle las personas que encuentro son distintas

b)aunque ayer el cielo estuvo gris y azul se que es el mismo cielo

c) el numero 3 y el 4 son distintos pero puedo estar seguro que la suma siempre sera 7

d) aunque mi cuerpo cambie mi pemsamiento permanece inmovil

14 Para Aritoteles la fisica o naturaleza de todo ser era aquello a lo cual este tendia a desorrollarse y el moso como
se comportaba normalmente por lo tanto para Aristoteles:

a) la fisica un caracter eminentemente totalizante que abarcaba casi todo lo existente

b) Aristototeles interpretaba y explicaba un mundo como si todas las cosas tuvieran vida

c) todos los fenomenos

d) los propositos de la indignacion cientifica era encontrar la verdad de todas las cosas

15 Para san totomas Dios es la causa de todo lo existente porlo cual el no tiene causa una postura que se aleja de la
23

mirada teologica es la que plantea que

a) la explicacion causal es imposible pues todo es devenir


b) las causas de las situaciones sociales son culturales o economicas
c) la explicacion de lateologia carece totalmente de sentido
d) la naturaleza es el elemento constitutivo de todo lo que existe

16 en la pelicula MATRIX el mundo que reconocemos a nuestro alrededor es una ficcion qeu soñamos estasmos
conectados a una gran maquina que si vivimos en un mundo como el de MATRIX lamejor forma de tratar de descubrir
el engaño es
a) preguntando a los demas si estan engañados
b) buscando contradicciones en lo que vemos
c)distinguiendo entre realidad y sueño
d) conociendi de antemano la verdad

17 Para tales de mileto la primera causa de la realidad era el agua pues segun el esta elemento se encontraba en
todas las cosas existentes apartir de esto es valido afirmar que para esta tesis el filosofo se apoyo sobre todo en

a) la mitologia
b)el metodo deductivo
c) la matematica
d) al metodo inductivo

18 cuando afirmamos que para conocer el efecto es necesario conocer la causa nos referimos a que

a) es posible tener un conocimiento del mundo por que ignoramos su origen


b) unicamente adquierimos conocimientos si partimos de premisas logicas
c) el hombre solo puede explicar el mundo si parte de la fe en un ser supremo
d)explicamos un fenomeno cuando le asignamos su causa respectiva

19 la filosofia busca la representacion de conceptos de la realidad socrates propuso un metodo para descubrir la
verdad por medipo d e preguntas continuas hasta llegar a ella luego platon establecio como metodo la dialectica
ciencia que trata del racicinio de sus leyes formas y modos cuya base para llegar a la idea pura universal es el dialogo
segun lo anterior la filosofia requiere para su estudio
a) un tipo de investigacion definido por el objeto
b)un procedimiento logico de razonmiemtos ordenados
c) una ciencia de conocimientos logicos
d) un metodo de investigacion

20 para Spinoza el conocimineto sensible radica en la afeccion que un cuerpo genera en otro cuerpo. sin embargo
este conocimineto no puede ser considerado conocimiento cientifico por que las ideas generadas por la experiencia
son inadecuadas puesto que

a) estas dependen de las modificaciones corporales y carecen por tanto de un conocimineto objetivo de las relaciones
casuales
b) es imposible la mente obtenga alguna informacion a partir de ellas
c) la sensibilidad hace errar cualquier juicio y porlo tanto obstaculiza completamente el acceso ala verdad
d) estas son simples reflejor de las sensaciones generadas por otro sera

Etimológicamente el termino saber viene del latín “sapare”, “sapienta”, que significa conocer una cosa; tener
noticia de ella. La academia de la lengua, además de la equivalencia anterior, considera saber cómo conocimiento y
como el arte de conocer y adquirir ciencia.
Según Salazar Bondy saber es “conocimiento en el sentido más general, tanto teórico como practico, tanto
científico como filosófico y vulgar”.
24

Tipos de Saber
a. Técnico: Según Aristóteles es la habilidad especial para hacer algo, a la que denomina “tekne”.
b. Experiencial: Es decir la capacidad de algo en merito a las experiencia. El mismo Aristóteles designo a este saber
como “empírea”, es decir, como experiencia en el mejor sentido.
c. Científico: un nivel más alto supone el saber científico: sistemático, metódico, riguroso y expresado en un
término que es continuamente utilizado por Platón: “episteme”.
d. Filosófico: el saber filosófico se fundamenta en la razón, la cual elabora conclusiones atreves de datos vulgares o
científicos, incluso de presupuestos teológicos. Organiza juicios y Argumentos, relaciona principios y consecuencias,
discierne posibilidades y probabilidades, selecciona verdades y opiniones. Reflexiona, en una palabra, para llegar a
la seguridad y la veracidad, a la firmeza y la objetividad, a la filosofía en definitiva.
e. Teológico: Incorporado a la escala del saber hasta aquí presentada, hay un escalón más: el teológico, basado en
la fe, como saber revelado, sustentado en las diferentes religiones.

La ACTITUD
Definición: en términos generales, la actitud es una disposición estable y continua. Las actitudes se van formando
sobre la base de tres elementos fundamentales: los procesos del conocimiento, los componentes afectivos y el
componente del comportamiento. Por tanto, las actitudes impulsan, orientan y condicionan la conducta,
contribuyendo a la formación de los rasgos de la personalidad.
Es lo que se refiere específicamente a la actitud cognoscitiva, esta se manifiesta en diversas formas.
TIPOS
a. Espontanea. Es aquella por la cual llegamos a establecer el saber vulgar, es decir tenemos una tendencia natural
a conocer, asumiendo que todos de manera espontanea y natural adquirimos conocimientos y nos servimos de
ellos en el curso de nuestra vida diaria. Esta clase de actitud trata de satisfacer nuestros impulsos más elementales,
con nuestros sentimientos y nuestros intereses y por lo general se refieren a los problemas inmediatos que la
existencia nos plantea.
b. Científica. Es aquella por la cual llegamos a establecer el conocimiento científico, la cual requiere de un gran
esfuerzo y una preparación especial. Es ese sentido podemos decir que la actitud científica está caracterizada por
ser selectiva, metódica, sistemática, explicativa, objetiva y racional. La cual la convierte en una visión racional y
orgánica de la realidad.
c. Filosófica. Es aquella por la cual llegamos a establecer un conocimiento filosófico, lo cual implica que el hombre
busca, atreves de esta, los principios últimos el fundamento y sentido del mundo, quiere adquirir un saber radical,
capaz de ofrecer una explicación satisfactoria del conjunto de lo existente. En este sentido podemos decir, según
Salazar Bondy, que el hombre adopta la actitud filosófica pone en tela de juicio las certidumbres, problematiza
todos los conocimientos adquiridos, aspirando a poseer un saber definitivo y fundamental, no da por supuesto, no
admite ningún método y ninguna opinión sin someterla a la critica rigurosa.
LA FILOSOFIA
Origen: el saber filosófico tuvo comienzos en las factorías del Asia menor hace aproximadamente 3,000 años a.C.
Logra su patrón clásico con los presocrático, durante el siglo VI a.C.
El Origen de la filosofía tiene varias explicaciones:
Platón Afirmaba que el asombro es el origen de la filosofía. Decía que nuestros ojos “nos hacen ser participes del
espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste”. Este espectáculo nos dio el impulso de investigar el
universo. De aquí broto para nosotros la filosofía, el mayor de los bienes deparada por los dioses a la raza humana.
Aristóteles afirmaba: pues la “admiración es lo que impulsa a los hombres a filosofar: espesando por admirarse de
lo que les sorprendía por extraño, avanzando poco a poco y se preguntaron por las vicisitudes de la luna y el sol, de
los astros y por el origen del universo”.
Después del asombro y la admiración, dice Karl Jaspers, pronto se anuncia la duda, pues sin una duda radical, no
hay un verdadero filosofar. Y posteriormente nos damos cuenta de nuestra humana situación, a la que
denominamos “situaciones límites”, de la cuales no podemos salir y que no podemos alterar. “la conciencia de
estas situaciones límites es después del asombro y de la duda, el origen, más profundo aún, de la filosofía”.
Definición: etimológicamente el término filosofía proviene de dos voces griegas:
-PHILIA (Philos) que significa Amor.
-SOPHIA (Shopos) que significa sabiduría.
Por lo tanto etimológicamente filosofía significa amor a la sabiduría.
A los largo de la historia se han dado diversas definiciones de filosofía. He aquí alguna de ellas:
a. Filosofía es la ciencia teórica de los primeros principio, de las primeras causas de lo que es. Principio es lo que es
primero en el ser y primero en el conocer(Aristóteles)
25

b. Filosofía es el saber efectivo de lo que es. La filosofia no debe ser Amor y entusiasmo por el saber; debe ser el
saber mismo, el saber efectivo de la realidad (Hegel).
c. La filosofía es una actividad (praxis) para la transformación del mundo, para hacer la revolución (Marx).
d. Tipo de conocimiento eminentemente problemático y crítico, incondicionado y de alcance universal, cuyo temas
de investigación van mas allá de la experiencia, lo cual hace de él, además un saber trascendente y
metafísico(francisco Miro Quesada)
CARACTERISTICAS
a. Universal. Porque pretende ser el conocimiento de la totalidad de las cosas.
b. Problemática. Siempre está buscando el porqué de las cosas.
c. Reflexiva. Orienta la meditación de las personas en un intento de conocer la realidad.
d. Analítica. Descompone la realidad en partes para un mejor estudio.
e. Critica. Toda afirmación es puesta en tela de juicio.
f. Incondicional. No admite ninguna base de antemano.
g. Objetiva. Trata de proporcionar datos, tal y conforme se dan los hechos en la realidad.
h. Metódica. Emplea una metodología adecuada de acuerdo a las necesidades.
i. Sistemática. Exige Coherencia entre las partes.
j. Radical. Busca la raíz de todo fundamento.
k. Racional. Permite hacer uso de la Razón.
DISIPLINAS FILOSOFICAS
a. Gnoseología. O teoría del conocimiento: es aquella disciplina que se ocupa del estudio de la validez del
conocimiento y de las formas como este se establece.
b. Epistemología. Es una disciplina más específica que la gnoseología y estudia la validez del conocimiento
científico, el lenguaje de la ciencia.
c. Ontología. Es la disciplina que se encarga del estudio del ser de las cosas y de la realidad. E tema ontológico
fundamental es referente al problema planteado por la pregunta ¿Cuál es el fundamento de la realidad?
d. Antropología Filosófica. Es la disciplina que se encarga del estudio de los problemas que plantea la existencia
humana, es decir la naturaleza y el sentido del ser humano. Esta disciplina es considerada la más importante de la
filosofía.
e. Ética. Es la disciplina que tiene como objeto de estudio los sistemas morales y las formas que lo integran. Son
temas eticos el lenguaje en que se expresan las normal morales y el fundamento de la obligatoriedad que ellas
demuestran.
f. Axiología. Es la disciplina cuyo objeto de estudio son los valores tales como lo bueno, lo justo, lo bello, etc. Son
temas axiologicos los referentes a la manera como conocemos los valores y el fundamento y validez de las
afirmaciones valorativas llamados también juicios valorativos.
g. Estética. Es una disciplina filosófica que se encarga del estudio de la belleza, reflexiona entre otras cuestiones
sobre el valor del arte, el origen de la belleza o las expresiones artísticas, etc.
h. Teodicea. Disciplina que se encarga de estudiar a Dios desde el punto de vista de la razón y no de la fe.

CLASIFICACION DE LA FILOSOFIA
a. Idealista. Se fundamenta en que las explicaciones de la materia es a través de espíritu. Para los idealistas, el
pensamiento es el elemento primordial, porque la idea produce la materia. Son idealistas, entre otros, Platón,
Santo tomas de Aquino, descartes, Hegel, etc.
b. Materialista. Sostiene que la materia es lo primero y el espíritu lo secundario. Son materialistas, entre otros, los
filósofos jonios, Aristóteles, bacón, locke, Dideront, Feuerbach, Marx, Engels, etc.
METODOS GENERALES DE LA FILOSOFIA
a. Dialectico. Es de carácter cientifico y se contrapone a la dialéctica idealista y a la metafísica. Concibe la realidad,
no como algo acabado e inmutable, sino como algo en proceso, en constante cambio y desarrollo. Se opone a todo
apriorismo. Las concepciones, categorías y las leyes no están dadas de antemano, sino se cristalizan en el proceso
de análisis de la realidad. No sustituye el método de las ciencias particulares, sino constituye una base filosófica
común y se presenta en calidad de instrumento del conocer de todas las esferas.
b. Metafísico. Concibe la realidad como algo acabado, idéntico e inmutable. Aíslas las cosas de su contexto y las
interrelaciones que tiene con ellas. Opone los contrarios, afirma que dos cosas contrarias no pueden existir al
mismo tiempo (la vida es la vida y la muerte es la muerte), no existe una tercera posibilidad, porque es algo
absurdo. De manera que niega los nexos y transiciones entre ellas.
Además existen otros métodos de investigación filosófica entre los que destacan: fenomenológicos, estructuralista,
hermenéuticos, etc.
26

Cinco actitudes antifilosóficas


Hablemos de la "No filosofía" en el Día mundial de la filosofía · Listas para pensar
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Hablemos, hoy que se celebra el día mundial de la filosofía, de todo aquello que alienta precisamente su destrucción.
Y no es que nos pongamos hoy pesimistas: muy al contrario es un sano ejercicio filosófico el apuntar hacia las
actitudes concretas que la aniquilan, pues esto nos servirá para señalar también otras formas de vivir y pensar que
logran hacer de la vida una experiencia más humana y plena. Pues de esto, y no de otra cosa, se trata en filosofía:
vivir de una forma auténticamente humana. Sirva esta lista para desear, no sin sarcasmo en los tiempos que corren,
un feliz día mundial de la filosofía a todos cuantos la lean.

1. El dogmatismo: quienes se creen en posesión de la verdad difícilmente pueden aprender de los demás, cuestionar
sus propias ideas e incluso compartirlas. Cuando alguien trata de “meternos” sus ideas en la cabeza suele despertar
todas las alarmas y se termina por no escucharle.
2. La indiferencia: pasar del mundo, de la vida, de todos los demás, de los libros, de la tele y la política. Hastiarse y
refugiarse en lo que sea. Perder el interés por todo. Esta actitud, que por desgracia aparece en la sociedad más de lo
que debiera, es uno de los mayores enemigos de la filosofía. Porque pensar es, antes que nada zambullirse en la vida
y el mundo. La filosofía nunca se conforma con lo dado.
3. La falta de curiosidad: ser incapaz de plantearse alguna pregunta es uno de los peores síntomas en lo que a la salud
de la filosofía se refiere. Y también, por qué no, para el ser humano que no se interroga. Las preguntas son el oxígeno
del pensamiento filosófico.
4. La soledad: podrá sorprender a más de uno, y habrá quienes disientan, pero la filosofía es ante todo construcción
común, charla y contraste de ideas. No tiene sentido una filosofía encerrada en sí misma. Desde la misma enseñanza
hasta las conversaciones más mundanas, pasando por la discusión más técnica o académica basada en el intercambio
de argumentos, críticas y objeciones. Acaso tendrá sentido una soledad inicial para formar ideas propias, pero este
esfuerzo será estéril si no se comparte su resultado en un auténtico ejercicio filosófico.
5. La miopía intelectual: nada hay más antifilosófico que carecer de perspectiva general, que renunciar a una
interpretación global y refugiarse en enfoques unilaterales de la realidad y los problemas que nos lanza. Los miopes
intelectuales “piensan” mal de lejos, se agarran a visiones del mundo que tratan de explicarlo todo desde un solo
punto de vista. La filosofía pasa necesariamente por la superación de cualquier explicación única, apuntando a la
intedisciplinariedad.

6. Posmodernismo como Actitud Filosófica


7. La identificación de concepto posmodernidad como una entidad distinta del modernismo, y el esclarecimiento de los
vínculos entre ambos, es una situación aún constante en la teoría poscontemporánea. Se considera a Friedrich
Wilhelm Nietzsche el primer posmoderno, pero hay intérpretes que se remontan a ciertas actitudes posmodernas
de algunos sofistas. Este artículo examinará particularmente los precursores, pero se concentrará en la producción
teórica relacionada de manera más o menos directa con la crisis del estructuralismo en los años 1960.
La idea de un financiamiento posmoderno ha sido fuente de arduas discusiones que continúan aún.

Una de las interferencias de esta discusión se encuentra en que no es capaz de menguarse en términos psíquicos,
pues son el resultado de diferentes ecuaciones, pensamientos y tecnicismos en los distintos campos de la cultura
27

occidental. Así en el campo científico, la teoría de la relatividad y posteriormente la física nuclear, revolucionaron la
física moderna newtoniana la forma mecanicista de interpretar el universo. Del mismo modo lo han hecho en el
campo filosófico. En la ciencia han sido muy importantes la Teoría del Caos, o la imposibilidad de predecir hechos
suficientemente futuros, y la transcripción del Principio de incertidumbre de Heisenberg, nombre que define una de
las mayores características del pensamiento posmoderno así como las consecuencias del teorema de Bell. Lo mismo
ha ocurrido en el área de la epistemología y de la filosofía con el devenir del psicoanálisis. Aunque Freud ha sido
siempre tratado como un autor clásico en el sentido que si bien critica algunos aspectos de la cultura moderna -
especialmente en El malestar en la cultura- algunos de sus seguidores como Lyotard y
Vattimo se han deslizado hacia planteamientos posmodernos.

El filósofo italiano Gianni Vattimo define el pensamiento posmoderno con claridad: en él lo importante no son los
hechos sino sus interpretaciones. Así como el tiempo depende de la posición relativa del observador, la certeza de
un hecho no es más que eso, una verdad relativamente interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo determinista
de la causalidad, de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de Hegel, Kant e incluso Marx y el planteamiento del tiempo
lineal como el de Leibniz son puestos en tela de juicio.

En la literatura el posmodernismo -no confundir con posmodernidad- provocó la fusión del espacio y del tiempo en
la narración y la percepción difusa de la realidad, así como los distintos puntos de vista del o de los narradores, junto
a la simultaneidad de los géneros, especialmente en la novela, llevó a la ruptura de las técnicas clásicas, abolidas por
una absoluta libertad tanto en estilo, forma y fondo. La literatura de imágenes donde la realidad y la ficción
comparten el mismo espacio-tiempo se asemeja a la cinematografía, donde los dibujos animados comparten los
mismos lugares y la misma vida que los actores de carne y hueso.

La posmodernidad, por más polifácetica que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el sentido moral,
pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural y en la creencia de que nada es
totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral posmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso
predominante en la cultura occidental y hace hincapié en una ética basada en la intencionalidad de los actos y la
comprensión inter y transcultural de corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo
orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores
posindustriales; todas éstas y muchas otras son características de este modo de pensar.

Uno de los síntomas sociales más significativos de la posmodernidad se encuentra en la saga de películas Matrix,
donde el realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de un futuro y una realidad
inciertas, se hacen evidentes. Otros ejemplos más relevantes los encontramos en Blade Runner, Irreversible y un
ejemplo español de culto Smoking Room. En todos ellos observamos preeminencia de los fragmentos sobre la
totalidad, ruptura de la linealidad temporal, abandono de la estética de lo bello al estilo kantiano, pérdida de la
cohesión social y, sobre todo, la primacía de un tono emocional melancólico y nostálgico.

Los pensadores más destacados de las corrientes posmodernas son Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jean-François
Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain
Badiou, Durkheim (padre de la teoría Funcionalista), Bernstein, Bourdieu, entre otros.
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8. ACTITUD FILOSÓFICA SENSATA


9. Borges dijo alguna vez que la filosofía era una rama de la literatura fantástica, pero no, la filosofía se opone a la
literatura de la misma manera que se opone a la vida. Platón dijo que el ejercicio de la filosofía era una forma de
aprender a morir. La literatura es ficción, consiste en crear ilusión, entretener. Cuando vamos al cine lo hacemos para
evadirnos, para entretenernos. La literatura cumple la misma función, pero ofreciéndonos un mundo alterno
construido sólo con palabras.

La búsqueda de la verdad constituye una actividad antinatural, de ahí a que muy pocos se entreguen a esta aventura.
En cambio, a la literatura se entregan muchos, tanto para escribirla como para leerla. La vida es dura, antes lo era
aún más, tomar conciencia de lo real de nuestra condición puede conducir al suicidio, como alguna vez dijo Camus.
Sólo aprendiendo a mentirnos podemos sobrevivir. Así que el autoengaño constituyó una ventaja adaptativa en la
especie. El hombre deseaba vivir aún cuando la vida que tuviera fuera horrible. Cuando así era le quedaba la
esperanza de alcanzar algún día algo mejor. Así aprendió a vivir para el futuro y para después de la muerte.

Muchas veces me sorprendo y me enojo por la gran capacidad de las personas para el autoengaño, responsable,
entre otras cosas, de la existencia de gobiernos terriblemente corruptos que se sostienen con el apoyo popular, pues
pueden engañarlos con un buen marketing. Me enojo con la existencia de sectas terribles como la Cienciología que
engañan a sus miembros para robarles todo lo que tienen y para controlarlos. Pero está en la naturaleza del hombre
esta capacidad para ser engañado. Puede resultar chocante que llame “capacidad” a una deficiencia, sin embargo,
desde el punto de vista de la especie puede constituir una capacidad para sobrevivir.

Comúnmente escuchamos decir a las personas que todos filosofamos en alguna medida, especialmente cuando
pensamos en alguno de esos temas que más se identifican con la filosofía, particularmente el relacionado con el
“sentido de la vida”, ya que perderlo puede conducir a esa condición llamada “vacío existencial” que constituyó a
mediados del siglo pasado uno de los temas principales a tratar por la filosofía y la psiquiatría. Hoy, la depresión sigue
siendo una de las patologías más frecuentes, pero creo que tiene bases distintas que no voy a analizar en este
momento.

Cuando las personas se deben enfrentar a ese problema del “sentido de la vida”, no lo hacen como el filósofo
tratando de encontrar alguna respuesta, sino que lo hacen con la intención de crear o encontrar algún sentido para
ellos. Muy pocas personas filosofan verdaderamente porque no buscan la verdad, tal vez porque la verdad ya la
tengan y no les interese o deseen negarla, buscan qué hacer con sus vidas, cómo tener una que les permita alcanzar
algo de felicidad. Buscan convertir sus vidas en una aventura de algún tipo. Puede que por este motivo la gente esté
más interesada en la mitología que en la filosofía.

Claro, pueden decirme que no es así, que la ciencia ocupó el lugar de la filosofía y que ahora la gente se interesa por
las ciencias. No, el interés en las ciencias no es un interés por la verdad, la gente se interesa en las ciencias como
antiguamente se interesaba por la magia, la ciencia ofrece control sobre el mundo, cura enfermedades, nos
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proporciona tecnología, posibilidad de solucionar los grandes problemas y, con ello, muchas veces negar la verdad
de nuestra condición.

Cuando alguien pierde el sentido de la vida no consulta al psiquiatra o al psicólogo para que le ayude a encontrarlo,
porque sabe que no existe, sino que consulta para encontrar la forma de combatir el dolor y de encontrar una manera
mejor de vivir donde pueda alcanzar algo de felicidad. Ninguna terapia trata de resolver un problema filosófico, como
podría ser el del sentido de la vida, trata de atenuar el dolor y ayudar a las personas a encajar mejor en el mundo, en
lo posible sin pensar demasiado. Es más, no pocos especialistas de la salud mental creen que pensar demasiado
constituye un síntoma a tratar. La gente busca ingerir antidepresivos que detengan el funcionamiento del aparato
para pensar. Me viene a la mente el recuerdo de Matrix, el filósofo sería el que se toma la pastilla para desconectarse
de la Matrix mientras que muchos de los tratamientos psiquiátricos y psicológicos están diseñados para proporcionar
la pastilla que hace olvidar que se está conectado a ella. Cuando la gente cree estar filosofando, no está haciéndolo,
está buscando la forma de anular su conciencia de manera de poder vivir la irrealidad como si fuera la realidad.

Por suerte estamos diseñados para ello, por este motivo existe la literatura, el cine, los deportes, la religión, etc.
Podemos disociarnos y vivir una irrealidad, una ficción como si fuera una realidad, pero sin riesgos reales, salvo en
algún que otro deporte extremo.

Volviendo al campo de la filosofía, dije que muy pocos se interesan verdaderamente por la búsqueda de la verdad,
pero ese grupo compuesto por lectores de la filosofía no conforman al grupo de los verdaderos buscadores, la
mayoría aspiran a ser sofistas, a poseer un cierto control de la dialéctica que les permita mostrarse inteligentes,
ocurrentes, con una mezcla de sabiduría salpicada de sentido común, vencer en las discusiones, y no mucho más.
Nuestros procesos de defensa son muy poderosos, nos frenan cuando tratamos de pasar cierto límite. Buena parte
de esos lectores de la filosofía sólo buscan saber lo suficiente como para estar en condiciones de vencer en los
debates y mostrarse inteligentes. Sofistas puros. Muchos psicólogos estudian filosofía por el mismo motivo, así
pueden dar vuelta cualquier argumento que puedan exponer sus pacientes. A los psicólogos y psiquiatras, no les
interesa la verdad, no les interesa saber si existe un sentido de la vida, sólo les interesa calmar el dolor de las personas
y ayudarlas a encajar en el mundo.

No hay nada de malo en ello, tal vez porque la verdad sea que vivimos en dos mundos: el mundo real que debemos
conocer para satisfacer nuestras necesidades y, el mundo humano dominado por el arte. El impulso artístico es el
que se encuentra tras la ficción, la representación de papeles, los juegos que simulan actividades de caza o guerras
de todo tipo, la religión, etc. El impulso artístico parece tener el propósito de lidiar contra el sentido de la realidad,
especialmente cuando una conciencia excesiva de ésta puede dañar a la persona. Nacemos con la capacidad para
mentirnos e inventarnos realidades imaginarias compensatorias, es la esencia del impulso artístico. Impulso que se
manifiesta a cada rato cuando nos expresamos de alguna manera. Si me encuentro con alguien y nos ponemos a
conversar, contamos historias, convertimos lo que hacemos y nos pasa en historias a ser contadas. Las personas
sabias en las distintas culturas son aquellas que sostienen la cultura del grupo en historias que cuentan una y otra
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vez. Claro, estas historias, como sabemos, no siempre reflejan la realidad.

Posiblemente el realismo extremo constituya un síntoma de alguna patología debido a que pretende neutralizar
completamente el impulso a crearnos realidades alternas más satisfactorias. No es desconocido el hecho de que las
personas extremadamente realistas han pasado por experiencias traumáticas muy graves y deben apelar al realismo
para evitar tropezar nuevamente con ellas. Pero las experiencias dolorosas pueden llevar a una persona al realismo
extremo o a su opuesto: la exaltación religiosa tal como se da en las llamadas psicosis religiosas. Uno se aferra a la
realidad el otro se aparta completamente de ella.

Una actitud filosófica correcta debería aceptar esta doble condición del hombre como constitutiva de su naturaleza.
El hombre vive en la realidad material y en un mundo espiritual creado a su imagen y semejanza. Curiosamente el
segundo sostiene al primero. Siempre fue así, porque si no fuera así el hombre se habría suicidado en masa. Camus
dijo que la filosofía debería contestar a una sola pregunta: si el hombre debería suicidarse. Le respondo a la distancia
que no, la filosofía no necesita responder a esa pregunta, debe reconocer la doble naturaleza del hombre y aceptarla.
Creamos nuestra vida y nuestro mundo viviendo, cuando somos conscientes de ello podemos tomar una actitud más
activa y estética en esta creación para ya no preocuparnos tanto por una realidad material que no es tan importante.
En el hombre existe un impulso muy poderoso que lo empuja a mentirse, no hay problema en ello mientras lo sepa.
En cambio, pretender en cada momento poner al descubierto las verdades de todo el mundo no constituye una
actitud sana. Más bien constituye un hábito contrario a la vida.
CARACTERÍSTICAS. LA ACTITUD FILOSÓFICA. FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA. SOFISTAS Y SÓCRATES CARACTERÍSTICAS
GENERALES La historia de la filosofía comienza con el pensamiento griego que tiene sus antecedentes en el
pensamiento oriental prefilosófico. Debido a esto, los historiadores de la filosofía han tratado de explicar, de diversos
modos, la relación existente entre la más antigua sabiduría de oriente y las ulteriores reflexiones filosóficas de los
helenos. Sabido es que los griegos fueron un pueblo que se dedicó al comercio marítimo. Alguna vez - como lo
hicieron luego los romanos y los cartagineses- dominaron con sus naves la cuenca del Mediterráneo. También
transitaron las rutas terrestres que unían el Asia Menor con el resto del continente asiático y Egipto. Esto les permitió
tomar contacto con las grandes culturas orientales de la antigüedad. Como es dable suponer, su permanente trato
comercial con otros pueblos dio origen a relaciones de tipo cultural cuyas recíprocas influencias son de índole muy
diversa. En nuestro caso particular solo nos interesa establecer - aunque más no sea de un modo somero - en qué
medida la ciencia y la mitología de oriente incidieron en el posterior desarrollo de la cultura griega y, en especial, en
el pensamiento filosófico de esta última. Los mismos griegos no ignoraban que muchos de los conocimientos que
poseían eran de procedencia oriental, sobre todo egipcia y caldea. Tal es así que Herodoto, Platón y Aristóteles -
entre otros - afirmaban que ciencias como la astronomía, la geometría y la aritmética llegaron a Grecia luego de
haber sido cultivadas por los caldeos y los egipcios. Según Aristóteles "... ya se hallaban constituidas todas las artes
(orientadas a las necesidades practicas de la vida cuando se descubrieron estas ciencias, que no se aplican al placer
ni a las necesidades de la vida, y aparecieron primeramente en aquellos países donde había quienes disfrutaban del
ocio y las comodidades suficientes para dedicarse a las ocupaciones intelectuales. Por eso en Egipto. antes que en
otras partes, se constituyeron disciplinas tales como la matemática, porque allí le estaba concedida a la casta
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sacerdotal esa comodidad" (Metafísica, 1.1). Cabe acotar, no obstante lo dicho por Aristóteles, que las ciencias
desarrolladas por los sabios orientales tenían más una finalidad práctica que especulativa. Este hecho impidió de
alguna manera, que dichas ciencias alcanzaran el desarrollo que luego alcanzó entre los griegos. Una vez que se
dispone del instrumento intelectual adecuado para solucionar un problema práctico cualquiera, difícilmente se
seguirá investigando con el solo objeto de acrecentar el saber. Descubierta la herramienta el problema desaparece.
Esto es, posiblemente, lo que frenó la evolución de las ciencias en oriente. No olvidemos que la astronomía caldea,
verbigracia muy completa en lo que hace a observaciones y registros, no superó, sin embargo, el margen de la
astrología, disciplina cuya finalidad era la elaboraci6n de horóscopos y cartas natales. El "cielo" podemos decir, estaba
en función del destino del hombre. Se lo observaba y describía no para conocerlo y comprenderlo en sí mismo, sino
para adivinar y prever el sino de los hombres. La matemática egipcia también estaba constreñida a los límites de
cierta aplicación práctica. Era una matemática de agrimensores e ingenieros, no de matemáticos puros. Su desarrollo,
como ciencia aplicada, fue importante, no cabe duda de eso. Pero su mismo ámbito de aplicación fijaba su límite.
Cuando se cultiva un saber como mero instrumento para alcanzar objetivos ajenos a él mismo ese saber deja de
progresar cuando esos objetivos son alcanzados. Si consideramos las cosas de este modo se hace patente que las
ciencias orientales no podían darle a los griegos lo que ellas mismas no poseían, o sea, el espíritu científico-
especulativo eminentemente teórico y no circunscripto a Materia : Introducción a la filosofía Profesor : Pedro
Ballester - 2 - problemas de orden practico. El griego comprendía, por supuesto, el sentido práctico que encierra todo
saber - sea científico o no - pero también se dio cuenta que en el cultivo del saber por el saber hay un sentido que
vale por sí mismo y que, en definitiva, es el único que hace posible su desarrollo. Lo dicho hasta aquí, necesario es
decirlo, no significa que se le niegue a la ciencia caldea y egipcia otros fines que no sean los meramente prácticos.
Algunos investigadores han encontrado en ellas elementos que permiten asegurar que los sabios orientales
desarrollaron un saber teórico y no interesado. A lo que hay que agregar muchos conceptos de tipo filosófico dentro
de sus mitos. Conceptos que luego fueron tomados por el pensamiento griego, que los completó y desarrollo por
medio de un lenguaje racional. Sin embargo, aceptando incluso lo que la investigación actualizada le reconoce en su
faz especulativa y racional al pensamiento oriental antiguo, es indudable que este no alcanzo un grado de
desenvolvimiento teórico suficiente como para superar el ámbito de las ciencias prácticas, como lo hizo
anteriormente la ciencia entre los griegos. Fueron estos quienes, a partir de la herencia cultural, elevaron la reflexión
científica a una jerarquía no alcanzada antes; jerarquía en cuya cima se hallaba el pensamiento filosófico y cuyo
instrumento específico es la razón. Fue el lagos - la "ratio" de los latinos - lo que le permitió a los griegos extraer de
los contenidos culturales recibidos y de su propia experiencia un conocimiento que, más allá de la apariencia del
mundo sensible, penetró en las capas mas profundas de lo real. Sumémosle a esto una predisposición natural para
la investigación teórica, una capacidad de asombro que los hizo tomar conciencia de los problemas que plantea el
orden cósmico y humano, amén de una curiosidad sin límites, y tendremos ya los elementos suficientes para
comprender por qué fue Grecia y no el Oriente la cuna de nacimiento de la filosofía. LA ACTITUD FILOSÓFICA La
palabra "filosofía" significa amor al saber. Se deriva de los términos griegos "filos" que significa amor y el término
"sofía" que significa sabiduría. El primero en llamarse "filósofo" fue Pitágoras. Dijo que sólo los dioses podían ser
sabios y consideró que quienes buscaban la verdad no eran sabios sino amantes de la sabiduría. Aristóteles pensaba
de un modo similar pero también sostuvo que "... la maravilla (el asombro) ha sido siempre, antes como ahora, la
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causa por la cual los hombres comenzaron a filosofar. Al principio se encontraron sorprendidos por las dificultades
más comunes; después, poco a poco, plantearon problemas cada vez más importantes tales, por ejemplo, como
aquellos que se refieren a los fenómenos de la luna, del sol o de los astros, y finalmente los concernientes a la génesis
del universo. Quien percibe una dificultad y se admira, reconoce su propia ignorancia. Y por ello, desde cierto punto
de vista, también el amante del mito es filósofo, ya que el mito se compone de maravillas" (Metafísica, 1,2). También
Platón, en su diálogo "Teeteto", afirma que "es característico del filósofo este estado de animo: el de la maravilla (o
asombro), pues el principio de la filosofía no es otro, y aquel que ha dicho que Iris (la filosofía) es hija de Thaumante
(la maravilla), no ha establecido mal la genealogía". Las palabras que acabamos de citar son por demás elocuentes;
en el origen de toda actitud filosófica está la capacidad de admirarse. Quien se admira aún halla en el universo y en
la vida lo inesperado. La filosofía es una forma de esperar lo inesperado. El que comprende esto comprende también
que hay un límite en todo saber humano. Pues siempre existe algo que no se sabe, algo que, al hacerse presente, nos
deja boquiabiertos. Quien no es capaz de asombrarse, no reconoce su propia ignorancia ni la indigencia del saber
humano, que siempre será pobre con relación a una comprensión total del universo y de nuestra propia existencia.
El asombro es el Materia : Introducción a la filosofía Profesor : Pedro Ballester - 3 - reconocimiento de esa indigencia,
y hacemos filosofía para superar esa pobreza esencial del saber humano. También podemos filosofar movidos por
otras causas. Algunos dicen que son las situaciones límites de la vida las que nos llevan a pensar en nuestro destino
y en el sentido del universo. Esas situaciones límites son como callejones sin salida que nos obligan a hacer un alto
en el camino para reflexionar acerca de nuestra existencia. No siempre se halla una salida. Y tampoco es la filosofía
la única. Las "situaciones límites" pueden sumir al hombre en la 1ocura y llevarlo, incluso, hasta la muerte. A veces,
no siempre, la filosofía se presenta como una vía de escape; pero también el arte, la ciencia o la religión pueden
servirle al hombre para salir de la encrucijada. Pero reiteremos: no siempre es posible hallar una salida. En tales casos
muchos hombres suelen dejarse arrastrar por la indiferencia. La vida pierde su sentido y a partir de ese momento se
puede decir que para ellos "todo está permitido", La sabiduría se convierte entonces en cinismo, corrupción e
hipócrita palabrería. Lo único que se desea es el poder, el poder para dominar a los demás. Esta actitud, común en
casi todos los hombres es la consecuencia del hastío, del cansancio de vivir y de una impotencia profunda, radical,
para enfrentarse con la vida, para aceptarse como se es, sin renunciar a lo que se quiere ser. Todos los hombres se
desesperan alguna vez y sienten que nada les queda por hacer, que la vida ha llegado a su fin y que la muerte es
inevitable. Entonces se abandonan a sí mismos negándose a ser lo que alguna vez desearon ser. Dejan de creer en si
mismos y piensan que la vida no les ha dado lo que esperan de ella. No se percatan que la vida no da nada si uno
mismo no se lo da a ella. Tampoco comprenden que la vida, en todo momento, incluidos aquellos en los que nos
sentimos felices, es una encrucijada. No hay situaciones límites en algunos momentos de la vida; la vida misma, en
su totalidad, es una situación límite; porque la vida, en su más honda realidad, es el límite de la muerte. Todos, sin
excepción, estamos pisando día a día, segundo a segundo, ese límite. En lo cotidiano, y no en otra cosa, esta lo
inesperado. El sol de cada amanecer, el crepúsculo, las sombras de la noche, el canto de los pájaros, el florecer de un
capullo, la muerte y el nacimiento de todo lo que amamos son, todas ellas, situaciones límites. Todo eso nos maravilla
y asombra, porque todo eso, a pesar de su aparente nimiedad, es grandioso y admirable. En lo efímero esta la
eternidad porque lo efímero es para siempre. Filosofamos porque vivimos, del mismo modo que trabajamos,
amamos o hacemos cualquier otra cosa. Esto no quiere decir que vivamos filosofando. El filósofo piensa para vivir,
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ya que vivir para pensar es asunto de ciertos animales, que también viven para comer. La filosofía, en tal sentido,
más que una ciencia es un arte. El arte que nos permite pensar viviendo, que nos salva de tener que vivir para pensar.
LA FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA Los presocráticos fueron los primeros filósofos griegos. Se los llamó así porque fueron
anteriores a Sócrates. Se preocuparon, principalmente, por la naturaleza y el universo. Por eso se los llamó también
"naturalistas", "físicos" o "cosmólogos". Sus preocupaciones giraban en torno al origen del universo y buscaron el
arjé (o principio) de todas las cosas. Esta preocupación fue común, también, a los poetas. Pero mientras estos le
dieron una respuesta mítica a tales problemas, los primeros pensadores griegos recurrieron al lenguaje racional para
explicar el inicio y el fundamento de todo lo existente. Según Aristóteles los presocráticos investigaron "...aquello de
donde salen todos los seres y de donde proviene todo 1o que se produce, y a donde va a parar toda destrucción..."
(Metafísica, I-3). El fundamento o principio buscado por ellos no fue concebido Materia : Introducción a la filosofía
Profesor : Pedro Ballester - 4 - del mismo modo por todos. Pero, a pesar de las diferencias de las distintas
concepciones, encontramos en ellas ciertas características que les son comunes. Por ejemplo, el punto de partida de
la investigación: que fue la búsqueda de un substrato permanente, capaz de persistir por debajo de los cambios y
transformaciones a los que se hallan sujetos los seres inmersos en el devenir. Las cosas existen en el espacio y el
tiempo y sufren modificaciones constantes. Los primeros filósofos observaron que toda la naturaleza estaba como
dotada de vida y que en ella todo pasaba del ser al no-ser y del no-ser al ser. Pues todo nace y todo muere, y vuelve
a nacer y vuelve a morir. Eso es el devenir. Sin embargo el devenir mismo no podría existir si algo no permaneciese
constante por debajo de los cambios. Nada puede pasar de un contrario a otro sin permanecer, de algún modo,
idéntico a sí mismo. El agua, por ejemplo, continúa siendo agua a pesar de sus distintos estados adquiridos como
consecuencia de los cambios de temperatura. Los presocráticos se dieron cuenta de que así como en toda cosa que
cambia hay algo que permanece, también en la naturaleza hay algo que debe perdurar. Y lo perdurable era,
precisamente, el principio universal que les dio origen. Este principio, que podría semejarse a una especie de materia
primordial, estaba no sólo en el origen temporal de las cosas sino que entraba en su misma constitución presente (a
ese principio retornan cuando han cumplido su ciclo natural). Todas ellas, podemos decir, quedan reducidas a la
materia originaria que las engendró. Así 1o pensó Aristóteles, que llamo "causa material" al arjé de los presocráticos,
y afirmo que "... todos esos filósofos habían tomado por punto de partida la materia, considerándola como causa
única..." (Metafísica, 1.3). Sin embargo, no se debe tomar al pie de la letra lo que dijo Aristóteles, ya que el principio
material buscado por los pensadores antiguos no era la materia particular y sensible de cada cosa. Es más, el arjé
difícilmente puede percibirse en los seres individuales. Es cierto que se trata de un principio físico; pero para
descubrirlo es necesario dejar a un lado la apariencia material de cada cosa en particular, puesto que la materia
sensible de cada cosa no es necesariamente, la materia imperceptible de todas las cosas. Para descubrir a esta última
es menester penetrar en las capas mas profundas del ser. Solo allí puede hallarse algo que no sea algo propio y
exclusivo de cada cosa, sino común a todas. Muchos filósofos antiguos llamaron a la materia primordial con el nombre
de una sustancia material conocida: aire, agua o fuego. No obstante esto, el arjé, que era evidente en dichas
sustancias, no lo era sin embargo en las otras. ¿Por qué afirmar, entonces, que estaba en ellas? ¿acaso hay fuego,
aire o agua en una roca? la apariencia del objeto no nos lo muestra. Pero nuestra razón, que penetra la ilusoria
realidad de lo aparente, nos dice que debajo de las cualidades captadas por los sentidos tiene que haber un substrato
común a todos los seres. Algo que además de darle una respuesta a la pregunta: ¿de qué están hechas las cosas?,
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devele la incógnita de este otro interrogante: ¿qué son las cosas? lo que las cosas son no tiene porque coincidir,
necesariamente, con aquello de lo que están hechas. Poco importa el material con que este hecha una mesa; este
puede ser madera, mármol o lo que se quiera y la mesa no será nada de eso. La mesa es algo artificial, pero la misma
idea es aplicable, en general, a las cosas de la naturaleza. El principio puede ser llamado aire o agua, porque no hay
otro nombre para darle, tal vez. Pero el principio en sí mismo no es aire ni agua. Hasta se puede decir que tanto el
aire como el agua suponen al principio. A esto lo van a comprender todos los pensadores griegos, incluidos aquellos
que designaron al principio con el nombre de una sustancia conocida. Aristóteles, condicionado por su propia
concepción, pensó que el arjé era tan solo la causa material. Pero ni los pitagóricos, ni Parménides, ni Heraclito, por
citar algunos, se quedaron en eso. En todo caso, la materia primordial de los primeros presocráticos era una materia
transfísica. Una materia que además de entrar en la constitución de los seres era, también, principio de orden y
unidad, es decir, la ley o medida que regulaba, unificaba y ordenaba la variada multiplicidad del devenir. Sin esta ley
el devenir hubiese sido caótico e irracional. Hecho este que para los griegos era Materia : Introducción a la filosofía
Profesor : Pedro Ballester - 5 - inconcebible. Ellos comprobaron, gracias a una observación tan aguda como minuciosa,
que las cosas se presentan como formando parte de un todo, ya que no se dan aisladas sino conformando un conjunto
que posee en sí mismo cierta armonía. Es verdad que las cosas son múltiples y variadas, pero también es cierto que
esa multiplicidad de seres existentes constituye una totalidad, un universo ordenado, un cosmos. Ese cosmos existe
porque hay un principio de orden, permanencia y cambio que es el arjé. La multiplicidad es uno de los "polos" del
universo, el otro es la unidad. Aparentemente ambos polos parecen separados por un abismo. Lo uno y lo múltiple
son incompatibles. Pero la razón trata de salvar esa incompatibilidad buscando en la multiplicidad la unidad, en el
devenir el ser, en la temporalidad la eternidad y, tras la transparencia ilusoria de 1o sensible, la realidad. LOS
FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS TALES de Mileto (640/.39 - 546/45 a. de C.) al preguntarse ¿qué son las cosas? tales
responde diciendo que es el agua o lo húmedo. El agua no solo es el constituyente físico de las cosas, sino también
el principio vital que penetra todo lo viviente. Esto quiere decir el fragmento que afirma que "todas las cosas están
llenas de alma", o sea, animadas, con lo que la materia podría reducirse a un principio vital. ANAXIMANDRO de Mileto
(610/9 - 547/6 a. de C.), discípulo de Tales, sostiene que el principio y elemento primordial de todos los seres es lo
indeterminado, al que llama "apeiron". Como principio no es engendrado y es indestructible; pues lo que es
engendrado, es necesario que tenga un fin (...). “Por ello no parece que de esto haya principio, sino, por el contrario,
que esto es el principio de las otras cosas y las contiene y rige a todas... este principio es... inmortal e indestructible,
como dice Anaximandro..."(Aristóteles, Física, 111,4). ANAXIMENES de Mileto (585 - 528 a. de C.), discípulo de
Anaximandro, también afirma que el principio primordial subyacente y único es infinito: pero no lo considera
indeterminado, como lo hace su maestro, sino determinado, manifestando que es el aire (Teofrasto, Física, 24, 26).
El aire es el constitutivo de todas las cosas y "se diferencia en las distintas sustancias en virtud de la rarefacción y de
la condensación. Por la rarefacción se convierte en fuego; en cambio, condensándose, se transforma en viento,
después en nube, y aún más (condensado) en agua, en tierra mas tarde, y de ahí, por último, en piedra" (Teofrasto,
Fís. 24 - 27). PITÁGORAS de Samos ( n. 580 a.C.), con este filósofo la especulación filosófica cambia de orientación,
en el sentido de que el principio buscado ya no posee las peculiaridades físicas que caracteriza al pensamiento de los
milesios. Al respecto Aristóteles nos dice que "los así llamados pitagóricos (discípulos de la escuela fundada por
Pitágoras), habiéndose aplicado al estudio de las matemáticas, fueron los primeros en hacerlas progresar, y nutridos
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de ellas, creyeron que su principio fuese el de todas las cosas. Ya que los números, por naturaleza, son los primeros
en ellas, y les pareció observar en los números semejanzas con los seres y con los fenómenos, mucho más que en el
fuego o en la tierra o en el agua (por ejemplo, tal determinación de los números les parecía que era la justicia; tal
otra, el alma o la razón; aquella otra la oportunidad, y, por así decir, análogamente toda otra cosa);y como también
veían, en los números las determinaciones y proporciones de las armonías; y como, por otra parte, les parecía que
toda la naturaleza, por lo demás, estaba hecha a imagen de los números y que los números son los primeros en la
naturaleza, supusieron que los elementos de los números fuesen los elementos de todos los seres, y que el universo
entero fuese armonía y número" (Metafísica 1,5). La conclusión mas importante que podemos sacar de lo expuesto
- como ya lo hicimos ver más Materia : Introducción a la filosofía Profesor : Pedro Ballester - 6 - arriba- es que la
cuestión del fundamento de las cosas puede ser reducida a la relación entre el ser y el devenir. PARMENIDES (500 a.
de C.): se lo conoce como el filosofo del Ser, precisamente por ser él quien descubre y enuncia las leyes de unidad,
inmutabilidad y eternidad que lo caracterizan. En uno de sus fragmentos nos dice "que el Ser es inengendrado e
indestructible, todo completo, único en su especie e inmóvil y sin término (fra. 8,2-4). A lo que agrega: "no hay ni
habrá nunca ninguna cosa fuera del Ser, pues el destino lo ha encadenado a ser todo enteramente e inmóvil" (fra.
8,36-38), "ni es divisible porque es todo igual.” (fr. 2,2). Además el Ser excluye al no - ser, porque "un solo camino le
queda al discurso: que el ser es y el no ser no es" (fra. 8,1-2). HERÁCLITO (500/4 a. C.): es el filósofo del devenir.
"Panta rhei" (todo fluye) nos dice en uno de sus fragmentos; pero por debajo de ese fluir constante algo, EL FUEGO
o LOGOS que impregna todas las cosas, permanece uno e idéntico a sí mismo y le confiere unidad, orden y
permanencia a ese devenir que, divorciado de un principio supremo, no se diferenciaría en nada del caos inicial del
que hablaba la mitología. Pues a pesar de que todo deviene y pasa del ser al no-ser, y, aunque no nos podamos
sumergir dos veces en el mismo río (fr. 91) porque ni ese río ni nosotros somos siempre lo mismo, el lagos (o fuego)
que todo lo impregna y es inmanente al orden universal permanecerá por siempre idéntico a sí mismo. Heráclito
comprende el dinamismo del ser en el devenir, pero también intuye que sin un principio de unidad y permanencia
solo el caos subsistiría, pues caótico sería el devenir sin el lagos ordenador y eterno. "Escuchando a la Razón (lagos)
y no a mí, es sabio reconocer que lo Uno es todas las cosas" (fra. 50), nos dice en uno de sus fragmentos y agrega:
"...este mundo, el mismo para todos los seres, no lo ha creado ninguno de los dioses o los hombres, sino que siempre
fue, es y será fuego eternamente vivo, que se enciende con medida y se apaga con medida" (fra. 30). Como vemos,
el filósofo del devenir es, también, el del logos universal, eterno y unificador. Esta necesidad de universalidad y
permanencia, monolítica y sin fisuras en Parmenides, dinámica y fluente en Heráclito, marcará con su impronta toda
la filosofía posterior. EMPÉDOCLES de Agrigento (492 - 432 a. de C.) toma de Parménides el principio de la eternidad
e indestructibilidad del Ser. "No hay ninguna posibilidad de que nada nazca de 1o que no existe de algún modo, y es
imposible e inexpresable que lo que es pueda perecer, porque siempre el Ser estará ahí donde encontramos siempre
un punto firme" (fra. 12), nos dice en uno de sus fragmentos. No por esto deshecha lo que la experiencia le muestra,
o sea, la mutación de todas las cosas; pero, al igual que Heráclito, intuye un principio de unidad racional que, en
alguna medida, identifica con el Ser de Parménides. Los atomistas, LEUCIPO (420 a. de C.) y DEMÓCRITO (460 - 370
a. de C.) no pueden sustraerse a la influencia de Parménides y conciben el átomo (lo indivisible) de modo semejante
al que este concebía al Ser. "Hablando con propiedad - nos dice Aristóteles reproduciendo el pensamiento de
Leucipo-, el Ser es un lleno absoluto (compacto y sin fisuras), pero este Ser constituido de tal manera no es uno (como
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afirma Parménides), sino que son infinitos en multiplicidad e invisibles por la pequeñez de las masas" (De genero
corrup. I,8,325). Pero los átomos, aunque intrínsecamente inmóviles e inmutables, se mueven en el vacío, originando
con dicho movimiento el nacimiento y la destrucción de todos los seres. Los atomistas intentan conciliar con su
doctrina las exigencias racionales del ser parmenideo con la pluralidad y movilidad de la naturaleza. -~. - ...
ANAXAGORAS de Clasomenes (500/496 - 428/27 a. de C.) llamó "homeomerías" a las partículas invisibles que eran el
principio constitutivo de los seres. Pero el concepto mas importante que introdujo en la filosofía fue el de Nous
(espíritu o inteligencia), "... que es la mas Materia : Introducción a la filosofía Profesor : Pedro Ballester - 7 - sutil, la
más pura de todas las cosas y tiene razón sobre toda cosa y posee el máximo poder... . El Espíritu (Nous) ordenó
todas las cosas, todas las que deberán ser, las que fueron y no son, las que son ahora" (fra. 12). Este principio,
inteligente e inteligible, será retomado posteriormente, con las salvedades de cada caso, por Sócrates, Platón y
Aristóteles, pensadores estos en los que culmina el pensamiento griego y cuya influencia - sobre todo la de los dos
últimos- se hará sentir a lo largo de los siglos en toda la filosofía occidental. LOS SOFISTAS Y SÓCRATES Los sofistas
aparecen en un momento crucial de la vida política griega: el surgimiento de la democracia en las distintas ciudades
estado. Esto trajo como consecuencia que la palabra se convirtiese en un instrumento de poder que, bien manejado,
hacía poderoso a quien la utilizaba. En vista de esto los sofistas impartieron sus enseñanzas. Se preocuparon
fundamentalmente por los problemas éticos, jurídicos y políticos o, en otros términos, por el hombre en función de
las necesidades y exigencias sociales del momento. Esta exigencia los llevó, al menos a muchos de ellos, a relativizar
los conocimientos, en el sentido de que la verdad, en vista de que estaba en función de lo político y el poder, era la
verdad de cada uno (o del partido o la clase social a la que pertenecía). Por lógica consecuencia, las palabras, que son
en definitiva la expresión de nuestro saber, tomaron significados variados, o, si se prefiere, quedaron impregnadas
de esa ambigüedad propia del discurso político, cuya finalidad, más que mostrar la verdad, es convencer otros que
la opinión que se defiende es la verdadera. Esto no quiere decir que los sofistas se dedicaran con exclusividad a la
enseñanza de la retórica y las artes dialécticas. Tampoco significa que todos ellos hayan impartido las mismas
enseñanzas. Los sofistas no formaron escuela. Sin embargo, el hecho de que muchos de ellos consideraron relativo
el valor de los conocimientos y de la verdad es algo indiscutible. Este relativismo, con las restricciones que cada caso
impone, se puede sintetizar en esta frase de Protágoras (480 - 410 a. de C.): "El hombre es la medida de todas las
cosas: de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto que no son". A este relativismo se opuso Sócrates
(470 - 399 a. de C.) que, utilizando armas similares a las de los sofistas... (el arte dialéctica y la mayéutica) y
preocupado por temas de contenido similar, ve en el conocimiento de lo verdadero la condición de toda sabiduría y
virtud. Para Sócrates la verdad es universal. Esta verdad universal se obtiene por el concepto, que es la
representación de la esencia de la cosa y se puede expresar por la definición. Concepto y definición son los aportes
tal vez más importantes de Sócrates a la ciencia y a la filosofía. El conocimiento, entonces, se hace para Sócrates
ciencia de lo universal, de lo permanente. Lo individual y mudable nos brinda un conocimiento relativo y variable.
Pero la verdad no es mudable, ya que no es individual sino universal. Con esto Sócrates supera el relativismo de los
sofistas y prepara el camino que ha de seguir Platón, su discípulo. Hay que agregar que Sócrates llega a ese
conocimiento por medio de su método de indagación llamado mayéutica. La palabra en griego significa "dar a luz" y
hace alusión al arte de las parteras. Sócrates logra por dicho método interrogando a su interlocutor que este mismo
arribe al conocimiento buscado. El método consiste en interrogar al otro interlocutor simulando ignorancia sobre el
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tema que se trata. Es la ironía socrática. Luego se instala un diálogo entre los interlocutores y se llega a la verdad que
se estaba buscando. PLATÓN (428/7 a. de C.-347 a .de C) Platón nació en Atenas en el seno de una familia
aristocrática. Fue discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles. Se interesó en su juventud por la poesía y la política.
Deja la política y se dedica al estudio de la filosofía. Funda la Academia, institución dedicada a la enseñanza y muere
en Atenas ya en su vejez. Los antecedentes históricos del pensamiento platónico pueden remontarse casi hasta el
origen de la filosofía griega. Su concepción es una síntesis de la especulación filosófica anterior: Todos los problemas
que los antiguos filósofos se habían planteado con respecto a la naturaleza y el hombre encuentran su culminación
en ella. Sin embargo su filosofía no es una conclusión definitiva, es decir, un sistema cerrado en el que se le de una
respuesta concluyente a todas las cuestiones filosóficas. Antes bien, la doctrina platónica tiene la virtud de plantear
los problemas de tal modo que las mismas respuestas se constituyen a la vez en problemas que exigen nuevas y
ulteriores reflexiones. Entre las influencias más notables recibidas por Platón debemos destacar la de Sócrates, su
maestro; la de los pitagóricos, con cuyas doctrinas simpatizaba, y las de Heraclito y Parmenides. De este último toma
la idea de que hay una realidad aparente: la que nos muestran los sentidos y cuyo modo de conocimiento es la
opinión; y otra verdadera, que puede ser aprehendida por la inteligencia y cuyo modo de conocimiento es la ciencia
o episteme. De Heráclito recoge, aunque negativamente, su concepción del devenir, que rechaza porque considera
que no puede ser objeto de conocimiento. Los pitagóricos ejercen una influencia considerable en su doctrina. Recibe
de ellos la creencia en la transmigración de las almas -en la que fundamentara su teoría del conocimiento- y la idea
de la substancialidad de los números, que cumplirá un importante rol en su ontología (teoría de la real). De Sócrates,
su maestro, eI personaje principal en casi todos sus diálogos, asimila la necesidad de investigar lo universal, el
concepto, o sea, la idea esencial de las cosas. Platón, como lo veremos luego, sitúa, por así decirlo, estas ideas en un
mundo ideal cuyas características son similares a las del Ser de Parménides y a los números de los pitagóricos. Las
ideas no son en el Mundo Ideal tan solo conceptos mentales de validez universal - como lo eran para Sócrates -, sino
entes reales capaces de subsistir por sí mismos, independientes de la mente que las piensa. El método dialéctico,
específico del sistema platónico, tiene su origen en distintas vertientes. Como "arte, dialéctico" (dialectike tekné)
proviene de los sofistas y Sócrates (en tal sentido se lo puede definir como una confrontación dialogal (discusión)
entre dos interlocutores); y en tanto que argumentación dialéctica (llamada también por reducción al absurdo) tiene
su origen en Parménides y en su discípulo Zenón de Elea. En esta clase de argumentación no es necesaria la
intervención de dos interlocutores, porque "lo dialéctico" se encuentra dentro del mismo argumento. Este tipo de
razonamiento consiste en suponer 1o que ocurriría si una proposición dada, considerada verdadera, fuese negada.
Platón recurre, en muchos de sus diálogos, a este modo de argumentación. Platón considera que la realidad son las
de las ideas. Estas se encuentran en un mundo ideal separado del mundo sensible. ¿Cómo es posible conocer ese
mundo inteligible constituido por ideas? Ideas que son reales porque no se corrompen y permanecen inalterables
por el resto de la eternidad. ¿Acaso es posible acceder a una realidad separada del mundo sensible en que vivimos
por algún medio? Platón responde afirmativamente, porque nuestra alma, que ha existido en ese mundo antes de
entrar en el cuerpo, puede, correctamente educada, Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 2
- recordar lo que vio en él. "...yo he oído decir que el alma -dice Sócrates en el "Menón"-, siendo inmortal, ya habiendo
nacido muchas veces y visto las cosas de allá arriba y las de aquí abajo, todo en suma, nada hay que no haya
aprendido. Por lo que es asombroso que pueda recordar lo que ya conocía" (Menón, XIV-XV, 81,82). El alma conoce
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cuando recuerda lo que vio en el mundo de la verdad. Platón llama reminiscencia(o anamnesis) al recuerdo que
tienen los hombres de la vida anterior, en la que contemplaban directamente las ideas. Las cosas de este mundo
(sensible) son las sombras de aquellas, pero operan como estímulos que despiertan en nosotros el recuerdo de los
modelos ideales de los que son copias. El conocimiento de las ideas es el verdadero saber, puesto que sólo pude de
haber conocimiento de lo universal y necesario. La ciencia (episteme) es el conocimiento que tenemos del mundo
inteligible. Platón destaca dos aspectos muy importantes al respecto: Por una parte está el conocimiento discursivo
(dianoético), que consiste en razonar a partir de las figuras visibles (o imágenes geométricas) estableciendo
relaciones entre ellas con el objeto de llegar a lo inteligible. Por encima de éste esta la intuición intelectual o nóesis,
que es el que le permite al alma (intuir) las ideas directamente. Esta es la forma superior de conocimiento, el que
constituye la verdadera episteme. El conocimiento de las cosas sensibles, en cambio, no es más que opinión (doxa),
y esta basado en las conjeturas o en la imaginación (eikasía), o en la fe (pistis). Los filósofos se diferencian de los que
no lo son porque conocen las esencias, o sea las ideas, que es el verdadero saber. . En la alegoría de la caverna (que
Platón relata en la "República") se compara a los que están prisioneros dentro de ella con los hombres que viven en
este mundo, esclavos de los sentidos y el cuerpo; y al sabio con aquellos que logra liberarse de las cadenas que los
sujetan a este mundo y logran salir a la superficie donde pueden contemplar la luz del sol. Esta alegoría suele
interpretarse de varios modos. Los que están el caverna y de espaldas a la entrada de la misma ven proyectarse sobre
la pared opuesta la sombra de las cosas iluminadas por detrás por la luz solar. Creen que las sombras que ven sobre
la pared son las cosas reales y en función de esa creencia ilusoria organizan sus vidas. Viven engañados porque no
conocen la verdadera realidad, la que está afuera. Cuando uno de ellos logra liberarse y sale al mundo exterior al
principio se ve deslumbrado por la luz del sol. Al principio se siente perdido y confundido, pero poco a poco se va
acostumbrando a la luz solar y comienza a ver las cosas tal cual son: las ideas. En el mundo iluminado por el sol están
los que alcanzan la sabiduría que no son otros que los que consiguen liberarse del mundo de las sombras y la ilusión
por medio del conocimiento. La idea más importante del mundo inteligible es la idea de Bien, que es el sol del mundo
inteligible. Cuando uno de los que ha conseguido liberarse retorna al interior de la caverna con la intención de
enseñar los demás lo que ha visto corre un gran riesgo. Puede suceder que lo tomen por loco y se rían de él o algo
más grave: que lo maten. Esto es lo que sucedió con Sócrates cuando intentó hacerles ver la verdad a los atenienses.
Pues Sócrates intentó hacerles comprender a los atenienses que la verdad era universal y que las leyes del estado
que se apoyaban en esas verdades universales estaban por encima de la voluntad de cualquier gobernante, por más
poderoso que fuera. Con esto intentó superar el relativismo de los sofistas que a partir de la relatividad de la verdad
infirieron la relatividad de las leyes del estado. Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 3 -
Sócrates puso las leyes por encima del capricho de los gobernantes de turno. Cuando se lo acusó de corromper a la
juventud se defendió diciendo que no solo no había corrompido a los jóvenes sino que había contribuido en su
educación. Entonces le exigió al estado ateniense una pensión para el resto de su vida por los servicios que había
prestado. Sus jueces, que era la asamblea del estado, lo condenaron a muerte. Ya en la prisión se dispuso a beber la
cicuta, el veneno que ingerían los condenados a muerte. Pero ni sus amigos ni sus enemigos querían que Sócrates
muriera. Los que lo condenaron pensaron que Sócrates terminaría por huir y de esa manera evitaría la pena. Los
amigos le propusieron el exilio, a lo que se negó aduciendo que no podría vivir lejos de ellos y menos en otra ciudad
que no fuese Atenas. La actitud ejemplar de Sócrates responde una posición ética coherente: no podía borrar con el
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codo lo que había escrito con la mano. Durante toda su vida había defendido la verdad. También había bregado por
un estado con leyes justas e iguales para todos. No podía ser él mismo una excepción a la regla. Había sido condenado
a muerte por la Asamblea del pueblo, cuya palabra tenía fuerza de ley, por lo tanto debía aceptar la pena. Sócrates
con esta actitud se convierte en un defensor del derecho positivo. Pues la ley que emana de la Asamblea, que es
soberana, es una ley positiva, aunque no escrita, y para Sócrates está por encima de cualquier otro derecho. LA
METAFÍSICA (ontología) Preguntarse ¿"Que es la realidad?", cuando se estudia a Platón, es lo mismo que preguntarse
¿qué son las ideas?, porque las ideas son la realidad. Las cosas del mundo sensible son una copia de aquellas. Estas
copias han sido modeladas por un Demiurgo (Dios) que ha tomado por arquetipos a las ideas. Estas son los modelos
que le permiten a ese Demiurgo dar forma a la materia, que es el constitutivo básico del mundo sensible. Pero ¿qué
relación - aparte de la que establece el Demiurgo- hay entre las cosas sensibles y las ideas de las que han sido
copiadas? En primer lugar, las cosas son como imitaciones de las ideas. En segundo lugar, podemos decir, que las
ideas están presentes en las cosas, o, si se prefiere, que éstas participan de aquellas. Sin embargo, como esto último
implicaría que las ideas, al ser participadas, se dividirían en partes (lo que va en contra de su unidad y permanencia
en el mundo inteligible), Platón acaba por decir que la participación no es mas que imitación y la presencia tan solo
semejanza. De todos modos, trátese ya de participación o de imitación, lo cierto es que la relación entre las ideas y
las cosas (y entre las ideas mismas), genera una serie de problemas más o menos complicados. El primero de ellos es
el siguiente: ¿todas las cosas de este mundo, incluidas las despreciables y viles, tienen un modelo eterno y divino en
el mundo inteligible?. La respuesta de Platón es incierta al respecto, pero, no obstante, el problema queda planteado.
La segunda cuestión - no menos ardua que la primera- surge del análisis de la relación y conexión entre la
multiplicidad de ideas existentes, que se refleja en nuestro pensamiento cuando establecemos conexiones entre
ellas. Esto lleva a Platón a una revisión crítica de su sistema. Pues las conexiones entre las ideas implica el
movimiento; pero el mundo ideal - como lo hemos visto- tendría que ser inmóvil. Platón ha sostenido esto en la
primera fase de su pensamiento. Sin embargo, frente al problema acaba por afirmar que las ideas, así como el alma
que las contempla, poseen vida y movimiento. Esto no quiere decir que las ideas puedan comunicarse todas con
todas. Hay ideas que son incompatibles Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 4 - entre sí,
como es el caso de los opuestos (frío - caliente); pero hay otras, como las de ser, uno, todo, que cumplen una función
de enlace. La ciencia capaz de establecer correctamente los enlaces y conexiones entre las ideas es la dialéctica.
Gracias a su concurso podemos saber cuales unen y cuales desunen, y cuales son las ideas de especies superiores y
cual la idea suprema entre todas. Para Platón las ideas mas importantes son cinco: ser, reposo, movimiento, idéntico
y distinto. La idea suprema es el Bien, al que llama Sol del mundo inteligible, que impregna a todas las otras, así como
el sol del mundo sensible ilumina las cosas, comunicándoles ser y verdad a lo conocido. En su última etapa Platón
identifica las ideas con los números, como lo hacían los pitagóricos. Estos números son inteligibles, no sensibles o
imaginab1es, y la idea de Uno llega a confundirse con la de Bien. A esta idea suprema Platón la llama, también, "Tó
pantelós ón", o ser total y también el ser perfecto. ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA En Platón la antropología (ciencia del
hombre) está estrechamente ligada con la ética (estudio de las nociones de acto moral, deber, responsabilidad,
libertad, bien moral, etc.). Es difícil establecer un límite preciso entre ambas disciplinas. Para comprender dichos
límites es necesario un conocimiento somero sobre amabas. Provisoriamente se puede decir que mientras la
antropología estudia al hombre tal cual es, es decir en su esencia; la ética se ocupa del deber ser, o sea que considera
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al hombre en función de su perfección posible como ser humano. Para Platón el alma es la esencia del hombre. Esto
quiere decir que el hombre es, en última instancia, su propia alma. Su origen es divino, ya que ha existido antes en
el mundo inteligible, y su naturaleza es semejante a la de las ideas, a las que ha contemplado directamente antes de
entrar en el cuerpo. Precisamente por esto es capaz de conocer; pues recuerda 1o que ha visto (reminiscencia) en su
vida anterior. De lo dicho se infiere que es inmortal; el hecho de que pueda recordar lo que vio es una prueba de ello.
"Aprender- dice Platón- no es sino recordar, pues es preciso haber aprendido antes lo que se recuerda en el presente.
Y ello no seria posible, si nuestra alma no hubiese vivido en otro lugar, antes de que hubiese entrado en esta forma
de hombre; por esta razón, se hace evidente que el alma es algo inmortal" (Fedón, 7III, n ,3). Pero esta prueba que
nos da Platón solo sirve para demostrar la preexistencia del alma y no su supervivencia después de esta vida. ¿Cómo
se prueba esto? Por la identidad de naturaleza del alma con las ideas. Estas son simples, inmutables y eternas, lo
mismo que el alma, que también es simple y, por lo tanto, incorruptible, ya que todos los compuestos pueden
disolverse en sus partes, como sucede, por ejemplo, con las cosas del mundo sensible. Por eso nuestro cuerpo es
corruptible y mortal, mientras que nuestra alma subsiste aún después de la muerte puesto que lo simple no puede
corromperse y morir. Además el alma participa de la idea de vida y es incompatible con su contrario: la muerte.
También es principio de movimiento, y, en tal sentido, también es inmortal, porque es inmortal lo que se mueve
siempre. Pero si una cosa mueve a otra, y es movida por otra, en aquella hay cesación de movimiento y también
cesación de vida. Entonces, “únicamente, lo que se mueve de por sí, (...) no cesa jamás de moverse, sino que es
fuente y principio de todas las cosas que se mueven. Y como principio no es engendrado (...) y por ello es incorruptible
también... y si verdaderamente es así, que lo que se mueve a sí mismo no es otra cosa sino el alma, el alma sería,
necesariamente, sin nacimiento e inmortal" (Fedro, IV, Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester
- 5 - 245,6). y nada puede destruirla; ni siquiera su propio mal, como serían el error, la injusticia y la ignorancia. En
todo caso si peca, debe pagar una pena, y esa pena por sus faltas es la reencarnación. Por eso las almas puras viven
eternamente en el mundo ideal, mientras que las impuras deben transmigrar de unos cuerpos a otros para
purificarse. Pero cómo es posible que siendo de naturaleza divina el alma pueda pecar. Platón, no sin contradecirse
(en lo que hace a la simplicidad del alma), responde con la teoría de las tres facultades. Estas facultades son la razón,
la pasión y el apetito. A cada una de ellas le corresponde un modo o tipo de alma. Así esta el alma racional (alma de
la cabeza), que es la que domina y gobierna por medio del conocimiento y la ciencia; el alma pasional (o alma del
pecho), sede de las virtudes guerreras, que no siempre se deja dominar por el alma racional y que, a veces, se deja
engañar por la opinión, incurriendo de este modo en el error; y, finalmente, está el alma concupiscible o apetitiva
(alma del vientre) que está sujeta a las sensaciones y los deseos sensibles. La relación entre las tres almas Platón las
explica relatando el mito del cochero y el carro alado. El susodicho carro es tirado por dos caballos, uno blanco y otro
negro. El primero representa al alma pasional, y es más dócil que el negro, que simboliza el alma apetitiva. El cochero
es el alma racional, que gobierna y dirige los caballos. El pecado se produce cuando el caballo negro, más rebelde e
indomable que el otro, arrastra consigo al cochero y a su compañero para satisfacer sus apetitos. Los dos caballos re
presentan las pasiones del cuerpo, pasiones de las que alma racional aspira liberarse. Logra esto no por el suicidio,
puesto que la violencia contra nosotros mismos no nos puede purificar, sino por medio del amor y la virtud. La virtud
es el esfuerzo que realiza el alma por purificarse. Es una y múltiple también, porque son tres las partes del alma. De
tal manera que la virtud del alma racional no es la misma que la del alma pasional ni de la concupiscible. La virtud de
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la primera es la sabiduría, el valor o el coraje la de la segunda, y la temperancia corresponde a la tercera. Las tres
virtudes se equilibran mutuamente, y las tres partes del alma deben convivir en armonía, de lo contrario ninguna de
las virtudes puede realizarse. La falta de armonía es la consecuencia de la rebelión y la insubordinación de las almas
inferiores, y es necesario el cultivo de una cuarta virtud, la justicia para que reine la armonía entre todas. Esta armonía
implica la tranquilidad y la felicidad de quien la posee; todo lo contrario sucede con quien practica la injusticia, que
es causa de la infelicidad e intranquilidad... Platón afirma que para evitar que la injusticia predomine sobre la justicia
es necesario esforzarse. El hombre debe tratar de alcanzar la espiritualidad pura, y para ello debe amar; pero no
amar cualquier cosa del mundo sensible, sino las cosas bellas, y luego buscar en ellas la belleza que les es común con
otras y también amarla. Esto nos permitirá ver la belleza de las ideas, de la cual las cosas bellas participan y así,
ascendiendo de un grado a otro llegaremos a la contemplación de la belleza en sí, absoluta y eterna. Este ascenso,
por medio del amor y el esfuerzo es lo que le permitirá al alma purificarse. La virtud, entonces, es una lucha y una
meta a la que aspira el alma. Para alcanzarla será necesario conocer, es decir, contemplar las ideas del mundo
suprasensible; pero también es necesario querer, o sea, conquistarla por el esfuerzo de nuestra voluntad. LA
POLÍTICA La política de Platón está estrechamente ligada a su antropología y a su ética. La idea que tiene del estado
o república se corresponde con la estructura del hombre. Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester
- 6 - La concepción del estado es elitista. Este está dividido en clases o estratos sociales; cada uno de los cuales se
corresponde, paralelamente, con cada una de las almas y sus virtudes específicas. La función primordial del estado
es educar y procurar el mayor bien para cada uno de sus ciudadanos. En este sentido el estado aparece investido de
una tarea ética, que es lograr la elevación moral de los ciudadanos. Para esto se debe mantener en su seno el mismo
un orden jerárquico que es necesario en el alma individual. La clase superior es la de los que dirigen, o sea los filósofos
cuya virtud es la sabiduría; le siguen los guerreros cuya virtud es el coraje; finalmente están los artesanos a los que
les corresponde la virtud de la templanza. Si cada una de estas clases cumple con la función que le es propia y ninguna
de ellas se subleva contra la que es superior en jerarquía, imperará la justicia, virtud esta que les confiere unidad a
todas las otras y que es común a ellas. ARISTÓTELES (384 a. de C - 322 a. de C.) Aristóteles nació en Estagira en el año
.384 a. de C. A los 18 años entra en la Academia como discípulo de Platón, al lado del cual permanece durante 20
años hasta la muerte del maestro. Parte entonces al Asia Menor, donde con otros compañeros funda una escuela
semejante a la Academia. Durante tres años permanece en Assos, ciudad en la que se había radicado, y luego vive en
Mitilene. En el 342 a. de C. marcha a la corte macedónica para encargarse de la educación del hijo de Filipo, rey de
Macedonia, Alejandro Magno. Cuando Alejandro asume el reinado Aristóteles regresa a Atenas y funda una escuela,
el Liceo. La escuela se convierte, con el tiempo, en un centro de investigación científica. Todas las ramas del saber de
la época son cultivadas en ella. Allí se estudia filosofía, historia, física, matemáticas, lingüística, ciencias naturales,
política, etc. Luego de 12 años de intensa actividad Aristóteles se va de Atenas, y al año siguiente (322) muere en la
ciudad de Calicis. en la isla de Eubea, a los 62 años de edad. EL CONOCIMIENTO Aristóteles sigue la línea de
pensamiento iniciada por Sócrates, que culmina en la filosofía de Platón. Sin embargo hay diferencias muy marcadas
entre el pensamiento de este último y la concepción aristotélica. Platón tratará de darle una respuesta satisfactoria
a la antinomia entre lo uno y lo múltiple, el ser y el devenir, planteada por Parménides pero no resuelta por él. El
ideal científico de Platón - común a casi todos los griegos - lo llevara a buscar un saber perfecto y acabado, universal
y objetivo. Para ello separa, en primer lugar, la razón de los sentidos. Solo la primera puede darnos conocimientos
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verdaderos. Luego coloca la idea, el ser, fuera del devenir y se desentiende de este porque lo considera ilusorio.
Todos sus intentos por conciliar esas dos realidades serán vanos. El mundo inteligible acabará por convertirse en la
única realidad, y el mundo sensible quedara reducido a una mera apariencia, la sombra confusa del primero. Ya no
habrá en Platón dos realidades, el mundo es uno solo: el cosmos noeticós. De este modo la contradicción entre lo
uno y lo múltiple quedara aparentemente resuelta en favor del primer extremo, suprimiendo simplemente al
segundo. Pero esta solución, que de algún modo ya Parménides había logrado, traerá aparejados una serie de
problemas. El ser de Parménides es efectivamente uno e indivisible. El mundo ideal de Platón, en cambio, estará
compuesto por una pluralidad de seres: las ideas. Casi podría decirse que en el mismo seno del cosmos noeticós la
dicotomía entre lo uno y lo múltiple vuelve a plantearse y a quedar sin solución. Aristóteles intentará resolver el
problema. y para ello, en vista de las dificultades que se derivan de suponer la existencia de una realidad
absolutamente inteligible, lo primero que hará será rechazar la separación entre las ideas y las cosas. Pues
comprende que no solo no se puede explicar la realidad del mundo natural a partir de ideas que están fuera de él,
sino que tampoco se halla solución alguna para la antinomia entre lo uno y lo múltiple en el orden lógico - ideal del
mundo platónico. Por otra parte, Aristóteles considera que una ciencia como la filosofía tiene por objeto encontrar
la razón de los fenómenos que acaecen en el mundo sensible, por lo tanto tiene que buscar esa razón en el interior
de las cosas mismas y no en un supuesto mundo ideal que, aunque satisfactorio para el pensamiento, no logra
explicar ni el movimiento ni los cambios de la naturaleza. Ya hemos visto que poco puede servir un mundo inteligible,
por mas perfecto que pueda ser, si con ello no podemos lograr un conocimiento de las cosas tal como son. Aristóteles,
Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 2 - como ya el mismo Platón lo había visto, se da cuenta
que es imposible sentar las bases de una ciencia del devenir a partir de una teoría de las ideas. El devenir no puede
ser objeto de conocimiento, puesto que pasa constantemente del ser al no ser y viceversa. Cuando queremos conocer
algo ese algo ya no es. Desde este punto de vista es lógico suponer, como lo hizo Platón, que la filosofía, como ciencia
de la realidad, debe buscar la verdad en un orden ideal. La verdadera realidad. que debe ser permanente y estable,
no puede estar en las cosas del mundo natural. Sin embargo, Aristóteles, aún sin desconocer la importancia del orden
ideal, advierte la necesidad de que ese orden debe formar un todo indivisible con el orden sensible. Pues las cosas
de este mundo están y existen. Es más, son los individuos compuestos de materia y forma los que constituyen la
verdadera realidad, y no las ideas platónicas. "La realidad - dice Aristóteles - en el sentido primero, riguroso y
verdadero de este término, es lo que no es ni predicable de un sujeto, ni presente en él, por ejemplo, un hombre o
un caballo particulares" (Metaf. XII,8) .Y quien esto afirma no puede conformarse con una doctrina que hace de las
sustancias, los entes reales, algo distinto de lo que son las cosas. Las sustancias no pueden ser ideas, como lo sostiene
Platón, deben ser las cosas mismas. La realidad concreta es, en suma, el individuo. Pero el individuo no puede ser
objeto de ciencia. Puedo tocarlo, verlo, oírlo, etc., pero no puedo inteligirlo. ¿Cómo explicar racionalmente aquello
que tan solo puedo aprehender sensiblemente? ¿Hay algo en el individuo que sea inteligible? ¿Podemos hallar en
cada cosa algo que nos permita adquirir un conocimiento universal, estable y necesario? ¿Podemos, hablando en
otros términos, tener un conocimiento verdadero, capaz de satisfacer plenamente a la inteligencia, a partir del
conocimiento de los individuos? Para que esto fuese posible sería necesario que en cada cosa, en cada sustancia
particular, hubiese algo susceptible de ser aprehendido intelectualmente. Algo semejante a las ideas de Platón, pero
no separado de las cosas sino en el interior de ellas mismas. Ese algo debe ser lo que hace que cada cosa sea lo que
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es y no otra distinta. Es lo que hace que el hombre sea hombre y no árbol. Platón diría que ese "algo" es la Idea de
Hombre., idea que existe separada en el mundo ideal. Pero Aristóteles no acepta esto. La idea, que es la esencia de
cada cosa, debe estar en ellas y no en otro mundo. Ahora bien, las cosas son muchas. No hay un sólo hombre, sino
una multiplicidad de ellos. Esto quiere decir que la esencia debe ser común a todos los hombres. Algo que estando
en cada uno no es, sin embargo, patrimonio exclusivo de cada uno. Si es así, la esencia ya no puede ser el individuo.
Por lo tanto no puede ser captada por los sentidos, puesto que estos solo aprehenden lo individual. Pues si la esencia
as común a un conjunto de individuos debe ser algo general, o, si se prefiere, universal en relación a la particularidad
de cada sujeto. Evidentemente, la esencia no es algo empíricamente observable. Pero esto no significa que estemos
imposibilitados de aprehenderla. La inteligencia puede captarla y conocerla y con ello dar la base para la ciencia. La
ciencia nos permite saber lo que las cosas son en sí mismas. El conocimiento sensible, ya lo hemos visto, solo nos
permite conocer un aspecto de la realidad: los individuos particulares. El conocimiento intelectual, científico, nos
lleva hasta las esencias universales. Ahora bien, cuál de los órdenes, el sensible o el inteligible, constituyen la
verdadera realidad. Ninguno de los dos por separado. Los individuos son las sustancias primeras, las causas de los
cambios y acciones (como el crecimiento, la reproducción, el movimiento local, etc.) que se observan en el mundo
corpóreo. Son, podríamos decir, el acto mismo de ser. Pero "los individuos son lo que son por las esencias, llamadas
también "sustancias segundas”. Estas son aquello que hace ser a cada individuo de una determinada forma y no de
otra. Esa forma, que lo determina como hombre, perro, caballo, etc., es específica, es decir, común a todos los
individuos de una misma especie. A la vez, las sustancias segundas y las sustancias primeras, las especies y los
individuos que las componen, constituyen una sola y única realidad. No hay individuo que no pertenezca a una
especie determinada y no hay especie sin individuos actualmente existentes. Materia: Introducción a la filosofía
Profesor: Pedro Ballester - 3 - La esencia, por ser universal, es lo que nosotros conocemos intelectualmente. Lo que
conocemos 1o conocemos en y por su esencia. También podemos definir a la esencia, o sea, expresarla verbalmente
por medio de una proposición. Definir es decir 1o que una cosa es, como cuando de "hombre" decimos que es un
animal racional. Con esta expresión hacemos explícito el concepto de hombre, o sea, la representación intelectual
que tenemos de su esencia. Estas representaciones intelectuales de las esencias son también universales y son la
base sobre la cual se estructuran las ciencias. Ahora bien, ¿cómo adquirimos los conceptos por medio de los que nos
representamos la esencia. de las cosas? En primer lugar, debemos diferenciar dos procesos paralelos: uno de orden
gnoseológico, al que llamamos abstracción, y otro de orden lógico, denominado razonamiento. Acotemos que por
medio de la abstracción aprehendemos la esencia de las cosas, que en el plano lógico se traduce en la formulación
de definiciones, leyes generales y raciocinios. Aristóteles dice, a este respecto, "... que aquello de que se posee ciencia
estricta no puede ser de otra manera de como se conoce (por lo tanto) tiene que ser forzosamente algo necesario
todo aquello que conocemos con saber apodíctico. Y es apodíctico aquel saber que se da como resultado de una
demostración. Por eso es la demostración un proceso racional por medio del cual se deduce (silogísticamente) algo
de cosas necesarias" (Anal. post. A;4). Ahora bien, las " cosas necesarias" son las esencias y sin el conocimiento de
estas no sería posible hacer deducciones apodícticas, puesto que para concluir apodícticamente es necesario partir
de premisas apodícticas. Demostrar es, valga la expresión, hacer ver lo que se quiere fundamentar en su fundamento
mismo, es decir, en su esencia. Mostrar la esencia de Sócrates en Sócrates es deducir apodícticamente que: si todo
hombre es racional y Sócrates es hombre, entonces Sócrates es racional. Pero ¿cómo se dan, antes de razonar, las
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esencias en nuestro entendimiento? resolver esta cuestión es decisivo si se quiere fundar una ciencia sobre bases
necesarias. Y con ello nos introducimos en el problema del origen del conocimiento. Para Platón el conocimiento de
las esencias se lograba recordando lo que habíamos visto en el mundo inteligible. El suyo era un conocimiento a
priori, es decir, anterior a la experiencia. Pero Aristóteles, que considera que las esencias están en las cosas
singulares, no va a recurrir a la reminiscencia para explicar el conocimiento, puesto que nada hay que recordar ya
que el mundo inteligible no existe. Además, "el universal (la esencia) se nos da siempre a partir de las cosas
singulares" (Eth. Nic.Z,12), o sea que para conocer debemos partir de la percepción sensible, o sea de la experiencia.
Pero la experiencia no nos brinda el conocimiento de la esencia, sino simplemente imágenes sensibles de las cosas.
Aristóteles va a explicar el proceso por medio del cual nos formamos las imágenes de los objetos del siguiente modo:
a partir de las sensaciones que provienen de los cinco sentidos específicos (vista, oído, olfato, tacto y gusto, la mente,
gracias al concurso de un sexto sentido llamado sentido común, forma una imagen del objeto. Esta imagen no
desaparece al terminar la excitación producida por los estímulos sensoriales, sino que permanece en nuestra
conciencia, Este tipo de conocimiento es común al hombre y a los animales, ya que estos también tienen
percepciones sensibles. Para el hombre las imágenes del sentido común constituyen solo una parte del conocimiento,
su nivel inferior, puesto que las imágenes no son todavía la representación de las esencias. Es necesaria la
intervención de una facultad específica del hombre para captarlas: el intelecto. Este es el que va a abstraer, a
capturar. por decirlo así, lo que hay de inteligible en las imágenes sensibles. Ahora bien, el intelecto (o entendimiento)
cumple dos funciones: por una parte forma representaciones muy generales, que son el resultado de imágenes
sucesivas que se tienen luego de haber percibido muchos objetos semejantes. .Podemos, por ejemplo, tener la
representación de lo que es una casa en general luego de haber percibido varias casas particulares. A esta
representación, que es algo así como una imagen Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 4 -
desdibujada, nos la representamos por medio de una función del entendimiento: el intelecto pasivo. En este intelecto
el sentido común ha "impreso", valga la expresión, la forma de la imagen sensible. Pero esta representación no es
todavía el concepto universal por medio del cual nos representaríamos la esencia de casa. El conocimiento que nos
brinda el intelecto pasivo es en potencia la idea de la cosa. Para que esa esencia sea conocida en acto por el
entendimiento es menester la intervención del intelecto agente o activo. Este, según palabras del mismo Aristóteles,
actúa como la luz, que hace visibles los colores que no se ven en la oscuridad. El entendimiento agente actualiza,
hace efectiva, la esencia ideal, el concepto, que estaba potencialmente en la representación del intelecto pasivo.
Podemos decir que la representación que se da en este ultimo es como la materia prima del conocimiento, que
necesita de una forma determinante capaz de actualizarlo , de hacerlo verdadero conocimiento universal. El intelecto
agente es el que ordena, con la forma esencial, la materia prima aún indeterminada de la representación del intelecto
pasivo, así como nosotros ordenamos, mediante la forma de las palabras, la materia con la que las componemos, es
decir, las letras. LA METAFÍSICA Sustancia y accidente. Las categorías del ser. "Hay Una ciencia que estudia al ser en
tanto que ser y las condiciones que le son intrínsecas por sí mismo. Ella no se identifica con ninguna de las que tienen
un objeto particular de estudio, porque ninguna de ellas estudia al ser en tanto que ser". Con estas palabras comienza
Aristóteles el libro IV de la "Metafísica". Y con ellas nos introduce en el tema central de la filosofía especulativa: el
estudio del Ser, de sus métodos y de las causas primeras. Pero, ¿qué es el Ser? . Esta pregunta, a la que se le han
dado diversas respuestas (ninguna de ellas definitiva) nos introduce en el problema crucial de la metafísica
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aristotélica. Veamos en que términos plantea Aristóteles la cuestión : "La palabra "ser" se emplea de distintos
modos... por una parte significa la esencia y la existencia individual; por la otra, la calidad, la cantidad y cada uno de
los atributos (o accidentes) de especie semejante. Pero, aun empleando la palabra "ser" con tantos significados, es
evidente que la esencia es el ser primero entre todos estos, como que manifiesta la sustancia. En efecto, cuando
queremos expresar una cualidad de un ser determinado decimos, por ejemplo, bueno o malo (pero) cuando
queremos expresar la esencia no decimos blanco o caliente o de tres codos, sino, por ejemplo, hombre o Dios. Las
otras determinaciones se llaman "seres" porque ellas son las cantidades o las cualidades o las afecciones o algo
semejante, del ser así considerado (...). Ninguna de ellas existe naturalmente de por sí ni puede (existir) separada de
la sustancia (...). Más bien parecen seres porque hay un sujeto determinado en el que ellas son y este es la sustancia
o el individuo (...). En efecto, sin él no puede decirse bueno o sentado (o algo parecido). Es claro, entonces, que solo
por medio de aquello (que es la sustancia) puede existir cada uno de estos. De manera que la sustancia será el primer
ser, y no cualquier ser, sino el Ser simplemente. Luego, en muchos sentidos se dice el primero; sin embargo, la
sustancia es primera entre todos por el concepto, por el conocimiento y por el tiempo. Ninguno de los otros
predicamentos puede existir separadamente sino únicamente en ella. Y es primera por el concepto o porque es
necesario que el concepto de sustancia sea inherente al de cada cosa. Y cuando sabemos que es una cosa, solo
entonces, sobre todo, creemos saber cada cosa... más bien que cuando sabemos cual, cuando y donde, pues también
de estas cosas conocemos cada una cuando sabemos qué es la cantidad o la cualidad, etc. Y por ello, antes, ahora y
siempre, la investigación y el problema: ¿qué es el Ser? equivale a esto: ¿qué es la sustancia?" ( Metaf. VII, 1). Materia:
Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 5 - Las palabras de Aristóteles nos han llevado al punto crítico
del asunto que nos ocupa: determinar qué es la sustancia y sus atributos esenciales (categorías). Hemos visto en el
capítulo anterior, que las sustancias son, en primer lugar, los individuos. Pero también hemos señalado que la esencia
es la sustancia. Ahora bien, para Aristóteles el termino "sustancia" tiene otras significaciones, aparte de las ya
indicadas. "En efecto - nos dice - parece ser sustancia de cada cosa la esencia, lo universal (el concepto), el genero,
y, en cuarto lugar, el sujeto. El sujeto es aquello de lo cual se predican los otros (accidentes); en cambio él no se
predica nunca de otro... Por eso es necesario determinarlo en primer lugar, pues el sujeto parece ser la sustancia
primera por excelencia"(Metaf.VII,3). Es importante explicar el último sentido del termino "sustancia" indicado por
Aristóteles. Dice, en el texto, que la sustancia es el sujeto. Este puede ser, por una parte, el sujeto lógico, en tanto
cumple la función de sujeto en los juicios. Pero también el sujeto es la sustancia real, efectivamente existente, en el
plano ontológico. En tal caso la sustancia es el soporte (el sujeto individual y concreto) en el cual se dan realmente
los accidentes. Estos últimos no tienen un ser propio, independiente de la sustancia en la que existen. Así, el color
blanco no puede existir separado de la pared que colorea, por ejemplo (aclaremos que no estamos refiriéndonos a
la pintura blanca con que se ha pintado la pared en cuestión, sino de lo blanco en tanto que cualidad de un
determinado ser, o, si se prefiere, de la blancura de esta cosa que se llama pared). Lo blanco - o la blancura - que
para Platón era, en cierto modo, un ser real (una idea) en el mundo inteligible, es decir, una sustancia, para Aristóteles
no es de ninguna manera. Esto se debe a que la "blancura" no es ni un individuo, una sustancia primera, ni es tampoco
una esencia, es decir, una sustancia segunda. La "blancura'', así como otras cualidades semejantes, necesita de un
sujeto sustancial que le sirva de soporte para poder existir efectivamente. Aristóteles llama "accidente" a este modo
de ser que necesita de otro para poder ser. Pues el accidente tiene la característica de no ser en sí sino en otro, que
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es el sujeto en el cual existe, desaparecido el cual desaparece también él. Si se despinta una pared no por eso va a
dejar de ser pared; pero si se destruye el color del que estaba pintada, ese color dejará de existir en ella. Lo mismo
podemos decir del que, estando sentado, deja de estarlo al pararse. El "estar sentado" o el "estar parado" es un
estado de un sujeto cualquiera que, por el hecho de estar en una u otra posición, no dejara de ser lo que es (aún
cuando ambas posiciones no puedan ser lo que son, sino en tanto que posiciones de un sujeto determinado), No
existen por sí mismos, ni el "estar parado", ni el "ser blanco", ni el "ser petiso", ni el "ser grande", ni el "ser muchos",
etc., etc. Para que sean, es necesario que exista algo con capacidad para soportarlos, un substrato, es decir, un sujeto
o sustancia primera. Pero, ¿ significa esto que las sustancias individuales, los sujetos reales, pueden existir sin los
accidentes?. LAS CATEGORÍAS Un hombre no dejará de ser lo que es por el hecho de no estar sentado o no tener los
ojos azules o no tener pelos en la cabeza. Pero esto no quiere decir que ese hombre pueda existir absolutamente sin
ningún rasgo accidental que lo caracterice. Es cierto que una determinada cosa, por ejemplo una silla, existe aún
cuando la posición o lugar que ocupa se modifique. Pues es accidental que esté en la galería, la cocina o en cualquier
otro sitio. No va a dejar de ser silla aunque se la cambie de lugar permanentemente. Pero ¿podría existir sin ocupar
alguna posición en el espacio? naturalmente, no. Para el caso del hombre vale el mismo ejemplo. Del hecho que
pueda no estar ni sentado ni parado no se infiere que pueda no estar en posición alguna. Si existe tiene que estar en
alguna posición, debe ocupar un lugar en el espacio puesto que no puede existir fuera de él. También es accidental
que se lave los dientes a la noche (podría lavárselos a la Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester
- 6 - mañana); lo que no podría hacer es lavárselos fuera del tiempo. Lo que haga debe hacerlo en el tiempo, su modo
real de ser exige que así sea. Es accidental, del mismo modo, que algo sea grande, pequeño o mediano. Una cacerola
de juguete, no por el hecho de ser pequeña deja de ser cacerola. El ser pequeña es un accidente de la cacerola, la
que no significa que una cacerola cualquiera pueda existir sin tener ningún tamaño. Para ser (y por ser) de un modo
real debe tener una magnitud. De lo dicho se desprende que las cosas son de algún modo en la realidad. La
experiencia nos muestra a las sustancias siendo de varias maneras determinadas. No podríamos pensarlas ni
imaginarlas si no existieran de algún modo. Estos modos de ser de las sustancias reciben el nombre de "categorías".
Las categorías resultan, así - como correctamente lo observa Mondolfo - elementos y condiciones necesarias al modo
de concebir a lo real como real; si faltase alguno de estos elementos, faltaría la realidad del ser concebido. Las
categorías consideradas desde un punto de vista lógico son los géneros supremos, por lo cual Aristóteles afirma que
"de las palabras expresadas fuera del nexo del discurso, cada una significa o la sustancia, o la cantidad o la calidad o
la relación o el donde o el cuando o la situación o el hábito o la actividad o la pasividad. Sustancia es, por ejemplo,
hombre, caballo; cantidad: dos o tres codos; calidad, blanco, gramático; cantidad: doble, medio, mayor; el dónde: en
el Liceo, en la plaza; el cuando: ayer, el año pasado; situación: yace, está sentado; hábito: está calzado, está armado;
actividad: corta, quema; pasividad: es quemado, es cortado. (Categ.,4,1). En los juicios se predica del sujeto una
cualidad o un estado, etc., es decir, que se lo incluye o no en uno de los géneros supremos que es cada categoría. Por
ejemplo al decir: la puerta es blanca: sujeto "puerta", cualidad "blanca". La sustancia, desde el punto de vista lógico,
también puede predicarse, como cuando decimos de Juan que es hombre. Se predica de Juan su esencia o sustancia
segunda, que es la primera de las categorías enumeradas en la lista de Aristóteles. Sin embargo, las sustancias
primeras, los individuos efectivamente existentes, no pueden ser considerados, ontológicamente, como una
categoría más, puesto que el individuo sustancial no es un modo de ser de alguna cosa, sino que es la cosa misma.
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Las categorías, por lo tanto, deben ser consideradas como los atributos de la sustancia. Son los accidentes en un
sentido absoluto y genérico. Son aquellos de los que ninguna sustancia individual pueden prescindir, ya que sin ellos
ningún ser sustancial puede existir. Estos géneros supremos constituyen el objeto formal de las ciencias particulares,
"... porque ninguna de éstas considera al ser en cuanto ser de manera universal, sino que, recortando una cierta
parte, consideran de este (el ser o sustancia) los accidentes, como por ejemplo, entre otras ciencias, las matemáticas"
(Mth, IV,l). Con las categorías quedan puestas las bases para una ciencia de lo accidental, que le permitirá a
Aristóteles lograr una comprensión racional del ser en el devenir. Pero no le bastará con esto; para explicar el cambio
y las modificaciones constantes de los seres tendrá que precisar dos modalidades (o estados) del ser en movimiento:
el acto y la potencia. SER EN ACTO Y SER EN POTENCIA. Observando a las sustancias individuales comprobamos que
ellas son las que cambian y actúan en la naturaleza. Ellas son el principio de los cambios y modificaciones que se
producen en los seres. Una semilla, por ejemplo, es energía, un acto de ser. Pero la semilla no es aún la planta
plenamente desarrollada. Sin embargo hay en ella una planta en potencia. Se puede decir que el acto de ser (o ser
en acto) de la semilla "coexiste" con la potencia que en ella hay Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro
Ballester - 7 - para ser planta (con el ser en potencia de la planta que alguna vez ha de ser). De esto se desprende que
los seres existen pasando constantemente del acto a la potencia y viceversa. Cuando un ser esta en acto no es todavía
1o que está en potencia de ser. Una semilla, por ejemplo, no es aún una planta. Sin embargo podemos afirmar que
la semilla es en acto y en potencia en la medida que esta siendo, es decir, moviéndose dinámicamente, modificándose
en su estructura interna, en cuanto que germen de la planta que tiende a realizarse (actualizarse) como planta. Todos
los seres del mundo sensible son una "composición" de potencia y acto. Esto se debe a que las sustancias - tal como
las concibe Aristóteles - no son ideas simples e inmutables sustraídas al devenir, como lo pensaba Platón. Sustancias
son cada uno de los individuos que componen el mundo físico, sujetos a modificaciones y cambios que son la
consecuencia de su propio movimiento interno. Este movimiento no podría explicarse sin recurrir a las nociones de
ser en acto y ser potencia. Si las sustancias fueran seres simples, como las ideas de Platón o el Ser de Parménides, el
problema del movimiento como cambio interno cualitativo no tiene sentido. Pero es otra la cuestión cuando los seres
son las cosas del mundo natural, que no son simples ni indivisibles ni inmutables. Antes bien, la experiencia misma
nos muestra cómo cada uno de esos seres aparecen y desaparecen, cómo se generan y se corrompen, cómo se
construyen y se destruyen. La idea de una casa, por Ej., es inmutable, al fin de cuentas no es más que una idea. Y si
se tratase de una idea platónica, subsistente, ni que decir tiene que será imperturbable. Pero una casa real, de
piedras, ladrillos y arena necesita ser construida para ser una casa. También se la puede destruir, puede dejar de ser
una casa para pasar a ser otra cosa; un montón de escombros, por ejemplo. Las cosas, y más aún los seres vivos,
cambian permanentemente. Y no se puede decir, como lo hacía Platón, que las cosas de este mundo son la sombra
de las ideas incorruptibles del Topos Uranos porque la verdadera realidad es inmutable. No; las cosas, las sustancias
primeras, los individuos son reales. Pero no son simples, no son meras ideas. En ellas hay, quién puede negarlo, una
esencia; es más: son esa esencia y por esa esencia. Esa esencia, ciertamente, es inalterable, puesto que es el acto de
ser más perfecto. Pero, las sustancias individuales no son solamente su esencia, ya que los individuos no son la
especie. Los individuos como todas las cosas compuestas, de alguna manera, participan del no - ser. Siempre, de
algún modo, hay en ellos algo que aún no es pero que puede ser, que está en potencia de ser. Ese "algo", que busca,
por así decirlo, "adquirir" una forma determinada porque en sí mismo no lo posee, es la materia. Los individuos son
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seres compuestos de materia y forma. Esta es la razón por la que cambian. La forma por sí misma es inalterable ( se
trata de la forma inteligible, de la esencia inmaterial de las cosas, no de la forma física) ya que es universal y específica.
Lo que cambia es la materia, que si bien es común a todos los seres compuestos, no posee por sí misma forma alguna.
Ella es en potencia cualquier cosa, porque puede adquirir cualquier forma. Es un no- ser en acto todavía. La materia
es una posibilidad de ser. Solamente cuando esa posibilidad se realiza - en cualquier orden- hay acto, y en
consecuencia hay ser. Por eso la materia es potencia; porque "busca" ,una forma para realizarse; mientras que la
forma, que es la que determina a la materia, es acto, pues en ella y solo en ella se realiza la potencialidad de ser de
la materia. Hemos dicho que la potencia es no ser algo todavía. Pero para que algo no sea aun, es necesario que haya
un ser que todavía no es ese algo. Un hombre que está en potencia de ser sabio tiene que ser en acto ignorante. Un
niño es en potencia un hombre maduro; pero no sería hombre maduro en potencia si no fuese a la vez niño en acto,
Esto significa que el acto es siempre anterior a la potencia ( nada hay en potencia que no sea potencia de un acto).
Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 8 - MATERIA Y FORMA La potencia y el acto permiten
explicar como cambian las cosas. La materia y la forma permite entender como están compuestas. Sendas nociones
son correlativas: pues hay un paralelo entre la forma y el acto, y la materia y la potencia. Lo que hay de actual en la
sustancia es la forma; el elemento potencial es la materia. Hay una materia que es común a todos los seres
compuestos: es la materia prima. Pero también hay una materia individual, propia de cada sustancia en particular.
Esta materia individualizada posee ya una forma: la forma del individuo, y es la materia segunda (signada y
cuantificada). La materia prima es el substrato común del que proceden todas las cosas del mundo corpóreo.
"Respecto a la sustancia material - dice Aristóteles - no debe pasar desapercibido que ... una misma materia es
principio de todas las cosas engendradas" (Metaf. VII,3). Esta materia es, en cierto modo, la sustancia, puesto que
forma parte de todos los sujetos y es lo que permanece por debajo de los cambios. Por eso Aristóteles afirma que la
sustancia es el sujeto que, desde cierto punto de vista, es sujeto en potencia (llamo materia a aquello que no es algo
determinado en acto, sino solamente en potencia...) (Metaf. VIII,l). Para que algo cambie algo debe permanecer.
"Pues si el cambio se produce de un contrario a otro (de joven a viejo, por Ej.), es necesario que haya algo subyacente
que cambie en el pasaje de un contrario a otro, pues lo que cambia no son los contrarios mismos. Lo que cambia
queda, mientras que el contrario no permanece; y por eso (es necesario) un tercer termino además de los contrarios,
o sea, la materia" (Metaf., XII,2). De lo expuesto se desprende que la materia es indeterminada en sí misma; pues
ella cambia al adquirir nuevas formas. Por eso es pura potencia, ya que necesita de una forma para determinarse. En
sí misma, como es lógico suponer, es indefinible, puesto que solo podemos definir lo que está determinado. Por otra
parte, no es perceptible por los sentidos (percibimos a los individuos que ya tienen una forma propia). Sólo podemos
concebirla deduciéndola por analogía a partir de los cambios que observamos en el mundo corpóreo. Su
indeterminación la hace ininteligible ya que si fuera inteligible en sí misma debería tener una forma. La única materia
inteligible, según Aristóte1es, es aquella que existe ciertamente en las cosas sensibles, pero no en cuanto son
sensibles, como las (propiedades) matemáticas" (Metaf. VII110). Esto se explica de un modo muy sencillo: la materia
sensible de un círculo de bronce es el bronce o cualesquiera otra materia de la que esté hecho. La materia inteligible,
en cambio, es el mismo círculo material, es decir, el bronce con la forma de círculo. No se puede percibir ni imaginar
la materia por sí misma; la percibimos ya con una forma y no podríamos imaginarla sin ella. De aquí que Aristóteles
afirme que la materia inteligible es la que está en los seres sensibles, pero no en tanto que sensibles sino en tanto
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que determinados por una forma inteligible que los hace ser lo que son. En otras palabras, la materia es inteligible
sólo y por cuanto posee una forma inteligible que la determina de un modo y no de otro. De esto se saca que "la
materia por sí misma es incognoscible" (Cfr. op. cit.) y por ello no se puede afirmar que la materia prima
(indiferenciada y pura potencia) es inteligible. La materia prima no puede existir sin una forma. La forma es lo que
limita y determina a los seres compuestos. Es lo que los hace ser lo que son. Pues las cosas no son lo que son por su
materia sino por su esencia, es decir, por su forma sustancial. Esta forma sustancial considerada en sí misma, se
asemeja mucho a la idea de la cosa. Platón llamó "eidos" (o idea) a esas formas sustanciales y las ubicó en el mundo
inteligible. Para él las ideas eran las únicas sustancias. Aristóteles no acepta esto. Para Aristóteles la sustancia es el
sujeto primero. Y "el sujeto primero" es en un sentido, la materia (como sujeto de los cambios); en otro, la forma, y
en tercer lugar el conjunto de la materia y la forma" (Metaf. VII,3). Ahora bien, el sujeto es lo que es en virtud de la
forma. Se puede decir, entonces, que la Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 9 - materia es
aquello de lo que esta hecho algo, mientras que la forma es aquello por lo cual algo es lo que es. El par de conceptos
materia - forma, que nos sirve para explicar como están compuestas las sustancias tiene otras connotaciones. Ya
vimos que está en estrecha relación con los conceptos de acto y potencia que nos permiten comprender el cambio
de los seres inmersos en el devenir. Pero, además de esto último, dichos conceptos también están ligados a otra
cuestión de suma importancia en el pensamiento aristotélico: las causas del ser. LAS CAUSAS DEL SER El aporte mas
importante de Aristóteles a la doctrina de las causas es la clasificación de ellas en cuatro tipos. Estas causas son
denominadas: causa material, que explica de qué están hechas las cosas; causa formal, que explica qué es la cosas;
causa eficiente, que explica cómo se hace la cosa ( si es producto artificial) y la causa final, que explica para qué es la
cosa. Así nos lo dice en el siguiente texto: "... la palabra causa se usa en cuatro sentidos, uno de los cuales es que
consideramos como causa la sustancia (segunda) y la esencia (la forma) .... otro, la materia y el substrato( causa
material) ; un tercero, aquel de donde proviene el principio de movimiento (causa eficiente); un cuarto la causa
opuesta a esta, o sea el fin y el bien (causa final) 11 (Metaf., 1,3). Aclaremos esto con un ejemplo del mismo
Aristóteles:" ¿ Cual es la causa del hombre con materia?, ¿ no es quizás el menstruo? Y, ¿cuál es la causa eficiente?
¿no es acaso la esperma? Y, ¿cuál es como forma? la esencia. ¿Cuál como fin?, la finalidad del hombre. Quizás estas
dos últimas son la misma cosa" (Metaf., VIII,4). Las cuatro causas: formal, material, eficiente y final se pueden reducir
a dos: la formal y la material. Esto se debe a que la causa eficiente y final son de algún modo la causa formal: la final
es aquello para lo que la cosa es, o sea su esencia, y la causa eficiente primera de toda cosa es su propia forma. LA
CAUSA PRIMERA O ACTO PURO El conjunto de todos los seres existentes componen el universo aristotélico. En el
están inmersos los seres vivientes y los no vivientes, todos ellos compuestos de materia y forma y, por ende,
corruptibles y perecederos. También están las sustancias del mundo celeste, los astros, compuestos de materia y
forma, a los que Aristóteles considera eternos e incorruptible. Este universo es finito y está ordenado causalmente.
Esto quiere decir que todos los seres existentes en él tienen una causa que los produce o genera, que es la causa
eficiente. Pero esta serie de causas no puede, según Aristóteles, remontarse al infinito. Si así fuese no habría una
causa primera y, en cierto sentido, tampoco habría causa de nada. Esta causa primera debe ser perfecta y, por lo
tanto, eterna e incorruptible. Siendo así, tampoco puede estar inmersa en el devenir, es decir, sujeta a los cambios
propios de los seres compuestos. En consecuencia, dicha cansa debe ser una Forma Pura sin materia, que también
es Acto Puro sin potencia. Es llamada por Aristóteles Motor Inmóvil o Dios. Este Motor es Inmóvil, porque nada hay
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en él de potencia. Es Dios porque es una inteligencia pura que se tiene a sí misma por objeto. "Se piensa, pues, a sí
mismo, porque él es lo más óptimo, y su pensamiento es pensamiento del pensamiento... y así está él siendo acto
del pensamiento que se piensa a sí mismo eternamente" (Metaf., XII,9). Materia: Introducción a la filosofía Profesor:
Pedro Ballester - 10 - ETICA Y POLÍTICA La ética de Aristóteles de denomina eudemonista porque la vida del hombre
se orienta hacia la felicidad, o sea, la eudaimonía. La felicidad no es otra que la realización de la propia esencia
racional. Esto quiere decir que las virtudes más importantes son aquellas que le permiten al ser humano realizarse
como ser racional. Estas virtudes se denominan dianoéticas, y entre ellas se encuentra la sabiduría. Las virtudes
llamadas éticas son las que el hombre necesita para convivir en sociedad. Son hábitos que le permiten realizarse
como ser social. Estas virtudes éticas son consideradas por Aristóteles como el justo medio entre dos vicios: uno por
defecto y el otro por exceso. Así la generosidad será el justo medio virtuoso entre la avaricia y el despilfarro. La misma
doctrina del justo medio es aplicada a otras virtudes éticas. La ética aristotélica es intelectualista, esto significa que
la racionalidad es una condición del sujeto moral. Dicha racionalidad es prudencial y le permite al hombre tomar
decisiones justas y prudentes. La ética es producto de la educación. El hombre distingue lo bueno de lo malo porque
es un ser inteligente, y puede elegir entre lo uno o lo otro porque es un ser libre. Esto lo hace responsable de sus
actos. La política de Aristóteles se encuentra expuesta en su obra del mismo nombre. El hombre es considerado un
animal político. Esto significa que fuera del estado y la sociedad o no existe o es un monstruo. En tal sentido se puede
decir que el ser humano nada es fuera del estado y que el estado es condición de su ser. Esto implica que el estado
es estructuralmente anterior al hombre. Lo que no significa que en el transcurso del tiempo el estado sea anterior al
individuo. El individuo y otras formas de organización social son anteriores al estado dado que han existido antes que
él. Pero son anteriores en el mismo sentido en que un niño es anterior al hombre plenamente desarrollado. Con esto
se quiere decir que el hombre está estructuralmente condicionado a organizarse en sociedad bajo la forma del
estado. El de Aristóteles no es un estado ideal, como en Platón. No está dado de antemano sino que se tiende hacia
él como hacia una causa final. Aunque el hombre en su desarrollo haya pasado por distintas etapas su fin es
organizarse definitivamente como estado. Además el estado aristotélico es gobernado de distintas formas. No como
en Platón en quien la estructura del estado es fija. Las formas de gobierno descriptas por Aristóteles son el resultado
de una investigación exhaustiva de un gran número de constituciones de estados existentes. Estas formas son seis.
Tres de ellas consideradas perfectas y tres imperfectas o corruptas. Las tres formas perfectas son: monarquía,
aristocracia y república ( o democracia) y las tres corruptas son: tiranía, oligarquía y demagogia. La monarquía es el
gobierno de uno solo en beneficio de la sociedad; la aristocracia es el gobierno de los mejores en beneficio del pueblo
y la república ( o democracia) es el gobierno de la mayoría en beneficio de todos. La tiranía también es el gobierno
de uno solo pero en beneficio del mismo tirano y no de la comunidad. La forma corrupta de la aristocracia es la
oligarquía, es decir el gobierno de unos pocos en beneficio de sí mismos y la demagogia es el gobierno de la plebe en
beneficio de quienes detentan esporádicamente el poder. La concepción de Aristóteles admite la esclavitud y
considera que existen esclavos por naturaleza y esclavos por otras condiciones. Los primeros han nacido para
obedecer, mientras que los segundos son convertidos en esclavos por distintos motivos. Eso sucedía con los
prisioneros de guerra. La concepción esclavista de Aristóteles solo es entendible en una sociedad en la que la mano
de obra productiva era en su mayoría esclava. Lo que no justifica la esclavitud. Por otra parte hay que señalar que los
argumentos de Aristóteles para explicar la existencia de esclavos por naturaleza carece de sustentación. Las mujeres
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carecen de la condición de ciudadanas. Los niños y los ancianos son ciudadanos a medias. Los primeros porque por
su edad no participan Materia: Introducción a la filosofía Profesor: Pedro Ballester - 11 - todavía del gobierno y los
segundos porque han dejado ya de participar.

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