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El aborto como derecho:

Argumentos a favor del aborto

Rafael Villamonte

Universidad Tecnológica del Perú


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Hace varias décadas, el aborto se consideraba solo un problema social, pero ahora la situación ha

cambiado y también tiene un contexto político y ético En las últimas décadas, el tema ha inflamado una

aguda controversia pública involucrando no solo a la mujer pero también, al público y al estado. De tal

forma, para empezar este ensayo es necesario responder a la pregunta ¿qué es un aborto? El aborto es la

terminación de un embarazo mediante la extracción o expulsión del útero de un feto o embrión, lo que

resulta en su muerte o lo causa. De ahí parte la controversia del aborto. Por un lado están las personas en

contra que buscan la criminalización y la prohibición de esta misma, generando un incremento en la tasa

de mortalidad por abortos clandestinos y obstruyendo con los derechos corporales de las mujeres. Y Por

otro lado, otros promueven su legalización e implementación. En mi posición creo es importante recordar

que son los derechos individuales de la mujer, el derecho a su vida, a su libertad y a la búsqueda de su

felicidad, lo que le da su derecho a abortar. De tal manera, estoy de acuerdo en que el aborto debería ser

legal y a continuación explicare mis diferentes razones.

En Primer lugar, Las leyes contra el aborto matan a las mujeres. En realidad, prohibir los abortos no

puede detenerlos. Cuando las mujeres sienten que es importante para ellas, optarán por abortar. Nadie

podrá detenerlas, y optaran tener la operación a toda costa, incluso en secreto, sin atención médica y en

circunstancias peligrosas. Según La Organización Mundial de la Salud (OMS):

Se estima que 78,000 muertes anualmente resultan de abortos inseguros. Los abortos inseguros

representan aproximadamente el 13% de las muertes relacionadas con el embarazo en todo el

mundo y son una causa prevenible de mortalidad materna. Esta causa de mortalidad está

fuertemente relacionada con la legalidad del aborto; investigaciones indica que las mujeres que

viven en países con leyes restrictivas de aborto tienen más probabilidades de recurrir a abortos

clandestinos, que a menudo son inseguros y, por lo tanto, representan tasas significativas de

mortalidad. (OMS, 2011)

Hacer que los abortos sean ilegales no resolverá nada. Si una mujer quiere un aborto, hará lo que sea

necesario para conseguirlo. Las mujeres están lo suficientemente determinadas como para arriesgarse a
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prisión, abuso sexual y su existencia. Por consiguiente, El aborto legal no solo protege la vida de las

mujeres, sino que también protege la salud de decenas de miles de mujeres.

En segundo lugar, Todas y cada una de las mujeres tienen el derecho absoluto de tener control sobre su

cuerpo, también conocido como derechos corporales. Los roles tradicionales de género, así como las

estructuras económicas y políticas, han fomentado la dominación de las mujeres por los hombres a lo

largo de la historia. En 1965, se utilizó una encuesta indiscriminada de estadounidenses para evaluar las

actitudes hacia los abortos legales. Como era de esperar, la tasa de aprobación más alta, entre 55% y 71%,

se daba cuando el aborto estaba relacionado con casos en los que la salud de la mujer estaba en peligro, el

embarazo fue el resultado de una violación o hubo una posibilidad sustancial de deformidad en el feto.

Sin embargo, si el aborto fue resultado de problemas financieros, problemas emocionales o simplemente

un embarazo no deseado, la aprobación se calificó mucho más baja, entre 15% y 21%. (Schur, Edwin M,

1968, 144). Esto refleja una actitud más amplia cultivada por normas y valores relacionados con los

patrones de comportamiento sexual y los roles tradicionales de las mujeres como portadoras, cuidadoras,

madres y esposas.

Según Kazcor, Christopher (2011), Judith Jarvis Thomson ofreció el argumento innovador de que las

mujeres tienen interés en la propiedad de sus cuerpos, y que el feto es un intruso en la propiedad de la

mujer. Por lo tanto, la mujer tiene derecho a librarse de la intrusión del feto. Thomson utiliza la analogía

del violinista para ilustrar su punto:

Te despiertas para encontrarte con un violinista inconsciente que es extremadamente famoso.

Tiene una enfermedad renal grave, y usted es el único que tiene el tipo de sangre adecuado para

ayudar. La Soecito of Musí Lovers te secuestró, por lo que estás allí involuntariamente. Si te

desconectas de él, morirá. Sin embargo, si te quedas allí durante nueve meses, él se recuperará. La

pregunta es si es moralmente incorrecto no salvar su vida. (p.146)


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Esta idea plantea la cuestión de si los humanos tienen la obligación o el deber moral de salvar a

quienes no pueden salvarse a sí mismos. El feto, como el comatoso, el gemelo siamés y el

violinista, carecen de la capacidad de tomar decisiones racionales, expresar deseos y perseguir la

supervivencia. En estas circunstancias, está permitido actuar en interés propio para salvar la vida

del otro, en particular si eso significa sacrificar las propias necesidades y deseos. Por lo tanto,

incluso si el feto tiene derecho a la vida, el derecho a existir en el cuerpo de la mujer no está

garantizado. Si no hay consentimiento para el embarazo, o incluso si lo hubo, pero ese

consentimiento se retira, entonces el feto no tiene derecho al cuerpo de la mujer ni a sus recursos.

En conclusión, la legalización del aborto claramente sería la mejor alternativa para para reducir la tasa de

mortalidad de muertes por aborto clandestino, puesto que la criminalización de esta no disuadiría a las

mujeres y al mismo tiempo misma podría matar más que salvar. Con respecto al tema del aborto, los

derechos de las mujeres evidentemente superan los derechos posibles o futuros del feto. Es ilegítimo

valorar los derechos de la persona potencial, sobre la mujer real con necesidades, deseos y derechos

reales. Este tratamiento de los derechos de las mujeres a la autodeterminación y la toma de decisiones

también refleja una desigualdad de género más amplia, derivada de la doctrina religiosa e incrustada en

las instituciones políticas y sociales. El aborto ya no debería ser un debate sobre los derechos del feto, se

trata de la mujer individual y, en general, de la salud pública y la igualdad de las mujeres. Esta lente debe

ser adoptada en todas las futuras leyes que se relacionen con este tema.
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BIBLIOGRAFIA

Kazcor, Christopher (2011) La ética del aborto: los derechos de las mujeres, la vida humana y la cuestión

de la justicia. Nueva York

Organización Mundial de la Salud (OMS), Estadísticas mundiales de salud. (2011). Recuperado de

http://www.who.int/gho/publications/world_health_statistics/EN_WHS2011_Full.pdf.

Schur, Edwin M. (1968) “Abortion”, in The Annals of the American Academy of Political and Social

Science, Vol. 376, 144

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