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Universidad Simón Bolívar

Departamento de Diseño, Arquitectura y Artes Plásticas


Teoría e Historia de la Arquitectura V

Torres del Centro Simón Bolívar

Profesor: Alumnas:

Luis La Rosa M. Natalia Aguilar, 13-10021


Jazmin Apaza, 15-11654

Sartenejas, noviembre de 2019


Introducción
Durante la década de los años 50 la ciudad de Caracas se encontraba en un
proceso de planificación y construcción a cargo de diversos profesionales en el área con
el fin de plasmar físicamente el discurso de progreso y modernidad. Dicho discurso se
encontraba estrechamente relacionado al desarrollo de la ingeniería, la arquitectura y
el urbanismo como paradigmas orientadores de la nueva etapa para la capital en su
proceso de modernización.

Al hablar de este importante periodo para la arquitectura en Venezuela se


recurre a la imagen del Centro Simón Bolívar, conjunto también conocido como las
Torres del Silencio, una obra arquitectónica que representó la esencia del progreso, la
aparición de profesionales en la escena nacional pertenecientes a las ramas de
ingeniería civil y arquitectura.

Para poder comprender la situación contextual bajo la cual fue llevada a cabo la
construcción de las Torres es necesario conocer cuáles fueron los fundamentos bajo los
cuales su arquitectura fue desarrollada, quiénes fueron los responsables de su
proyección, desarrollo, las posibles referencias que determinaron su arquitectura y,
posteriormente, su impacto en la sociedad.

Igualmente, la construcción del Centro Simón Bolívar a partir de 1949, constituye


uno de los grandes conjuntos urbanos con los cuales se dio inicio a la Avenida Bolívar.
La definición del mismo concuerda con la Avenida, en cuanto su ubicación y sentido se
refiere:

Las torres fueron el ícono más representativo de la llegada de la modernidad a


Caracas. Al ser torres gemelas y simétricas, incorporaron un nuevo paisaje axial, desde
el cual se definieron las directrices del crecimiento de la ciudad nueva de Caracas. Los
dos grandes volúmenes suspendidos sobre pilotes sobre el terreno, que permiten
plantas libres y transitar debajo de ellos sin entorpecer su funcionamiento. La cubierta
es plana y aprovecha el uso de sus terrazas, así como su espacio simétrico riguroso;
conformado por un sistema de plazas, pasillos, pórticos, áreas comerciales y
estacionamientos subterráneos.

El desarrollo de la presente investigación dirige sus objetivos hacia la


profundización del proyecto a través de temas que develan la verdadera (y poco
conocida) intención de quienes llevaron a cabo el proyecto, con el fin de dar respuesta
a interrogantes como: cuáles eran las intenciones al llevar a cabo un proyecto que irradia
simetría a simple vista o quiénes fueron los principales actores en su desarrollo y cuáles
fueron sus respectivos desempeños en un área poco valorada hasta la llegada de la
modernidad; qué tipo de influencias tuvo el proyecto y cómo se fueron esbozando las
respuestas contextuales del conjunto.
La Avenida Bolívar: “El Plan Rotival”
Inicialmente, Vallmitjana (1992) afirma que esta nueva avenida significaba por
un lado, la permanencia de la vitalidad del centro y por otro, la mutilación de su
continuidad urbana. La Avenida Bolívar sería para siempre una referencia de la ciudad,
mito y crisis, símbolo del paso rasante y arrasante de la modernidad por la Caracas
“subdesarrollada”, aquella de los techos rojos

Figura 1. Proyecto de la Avenida Principal. (Vallmitjana, 1992)

Como muestra de ello, una de las entrevistas realizadas por Juan José Martín
(2004) a Maurice Rotival, cuyo nombre fue otorgado al plan de organización de la ciudad
(Plan Rotival), hace énfasis en su participación en la construcción de las torres del Centro
Simón Bolívar en conjunto con el plan urbanístico de Caracas, proyecto en el que se vio
notablemente involucrado: “Bien, yo tenía la idea de construir dos avenidas que se
encerraban sobre el Centro Simón Bolívar para alimentar la avenida Monumental. Pero
cuando comenzamos con el Plan hubo fuerte oposición de la élite venezolana, gente de
mucho dinero, que eran hostiles a la avenida Bolívar, pero sobre todo hostiles a la
demolición de El Silencio porque muchos de ellos eran propietarios de las casas de
prostitución…”

Figura 2. La gran Avenida Bolívar, que parte en dos la ciudad. (Bergamin, 1959)
“...Yo hice que el Gobierno comprara los terrenos de El Silencio. Yo diseñé los
planos de la ciudad en este nuevo viaje a Caracas, expliqué a Lander la nueva idea del
centro Simón Bolívar, que no estaba prevista en el Plan inicial. En ese momento nos
pusimos a diseñar el Centro Simón Bolívar. Desgraciadamente durante la guerra, mi
amigo Villanueva sin esperarme había hecho la plaza, la gran plaza donde estaban los
inmuebles; yo no estaba de acuerdo con esa plaza. El comienzo fue difícil porque yo
estaba solo. Hice todo el plano del valle de Caracas y sus alrededores, fue un trabajo
colosal e importante. La idea original antes de que yo cambiara el Plan, era la de hacer
una avenida como los Campos Elíseos que terminara en los Caobos así como los Campos
Elíseos terminan en el Bois de Boulogne. Yo quería un Centro Simón Bolívar con una
arquitectura muy diferente a la plaza de El Silencio. Villanueva había hecho la plaza de
El Silencio como una reminiscencia de la arquitectura de otra época. El Centro Simón
Bolívar, con sus torres, era para el momento una obra audaz. Para el momento no había
ningún centro direccional con cinco pisos superpuestos los unos a los otros y un Foro que
avanzaba con una Gran Estación Central de Autobuses, que no tuvo ese uso pero que
funcionaría como tal. Una estación magnífica en pleno centro. Luego había una gran sala
de entrada donde llegaron las líneas de transporte de todos los lados de la ciudad. Eso
habría podido funcionar maravillosamente. Por desgracia, le metieron límites, la avenida
Bolívar al centro y dos avenidas de cada lado, cuando era necesario llegar a 3 avenidas
de cada lado. Con lo propuesto se podía subir tranquilamente habría habido mejor
circulación, en fin, el proyecto se hizo tal como existe hoy. El proyecto original era más
completo, había una avenida Bolívar, de un lado habíamos diseñado espacios para la
recreación y del otro lado los negocios, un poco como pasó después en el Parque Central
de hoy. Teníamos el Plan de Caracas dentro de los más mínimos detalles”

Según lo afirmado por Martín (2004), la propia avenida Bolívar como eje de la
estructuración urbana de la ciudad adquirió otra dimensión al nacer de la plaza, mucho
más modesta, del nuevo conjunto residencial y sin el pomposo marco de los edificios.
Estamos frente a un punto de quiebre en lo urbano, entre la influencia francesa y la
norteamericana en nuestro país, que tiene como pivote el desprendimiento en el propio
Rotival, de las trazas europeas de sus concepciones urbanas de la preguerra. De este
modo, Maurice Rotival señala la conveniencia de crear organismos especiales
autónomos, públicos o semipúblicos “para la ejecución y el financiamiento”, compañías
que podrían tener capital de los distintos niveles de la administración pública. Con este
último aspecto se podría afirmar que Rotival está dispuesto a reiniciar la avenida Bolívar
negando la reurbanización de El Silencio con un nuevo centro, ahora de negocios, el
Centro Simón Bolívar.

Figura 3. Planta general del proyecto Avenida Bolívar. (Revista CAV, 1995)
Figura 4. Proceso de construcción de Av. Bolívar; durante los primeros cuatro años. (Revista
CAV, 1995)

Del mismo modo, en entrevista a Tony Manrique, un técnico venezolano que


trabajó en el proyecto del Centro Simón Bolívar, afirma: “El grupo de edificios se estaba
haciendo con base en un proyecto de conjunto hecho por Rotival… Entonces empezamos
a trabajar en el Centro Simón Bolívar, el primer desarrollo que lo estaban haciendo dos
arquitectos franceses, Boistel y Mouton, quienes trabajaban en la Comisión Nacional de
Urbanismo y eran del equipo de Rotival. Cuando se les terminó el contrato se fueron y
nos quedamos, Julio Federico Capt, un arquitecto bastante competente que trabajaba
en la Comisión de Urbanismo, Cipriano Domínguez y yo.”

El Centro Simón Bolívar era un conjunto complejo para ese entonces, sobre todo
por su implantación en cuatro cuadras completas, atravesando simultáneamente una
vía este-oeste y por dos vías norte-sur, el terminal de autobuses, los estacionamientos,
además de la segmentación de los accesos peatonales y las torres. Sin embargo, Martin
introduce una interrogante acerca de todo lo explicado anteriormente ¿acaso no
formaba parte de la propuesta original de Rotival?

“La propuesta de Rotival era muy Beaux Arts. Una avenida muy grande con unos
cruces; existían unos pasos subterráneos que no estaban muy determinados. Los que
definimos ya como el paseo de la Bolsa y todo eso, somos nosotros en la oficina. Cipriano
Domínguez y nosotros. Todos los estacionamientos estaban en la primera idea, pero
nosotros hicimos el proyecto. Existían una serie de cosas que fueron modificándose: el
estacionamiento estaba cruzado prácticamente por el medio, todas las vías pasaban por
debajo de los edificios y cruzaban el estacionamiento. Nosotros lo hicimos continuo al
nivel segundo exactamente; o sea, que está la avenida Bolívar que sería el nivel
estacionamiento, el primer nivel de estacionamiento, entonces debajo hay dos pedazos
de terreno que son como dos <<cotiledones>> que dan a los dos lados de la avenida que
va por el medio. En la primera solución había un paso que era no en la avenida Baralt
como es ahora. Fíjate que el esquema principal que se hace, nosotros lo iniciamos con
los edificios Norte y Sur. El proyecto estaba todo resuelto en oficinas pequeñas. Tan es
así que eran oficinas que no pasaban de 100 metros y tenían dos baños cada una, y en
eso consiste el concepto que había porque no se suponía que los ministerios iban a ir ahí.
Tampoco se concibe la idea de aire acondicionado. En aquel entonces el clima de Caracas
era muy agradable. El sistema diseñado de protección solar es precisamente para tratar
de dar una protección estupenda sin necesidad de aire acondicionado.

Figura 5. Gráfica del funcionamiento de la Avenida. (Revista CAV, 1995)

Figura 6. Segundo Nivel Sótano. (Revista CAV, 1995)

Figura 7. El primer sótano, este nivel absorbe hacia el este el desnivel de la Avenida y se abre hacia los
espacios exteriores. (Revista CAV, 1995)
Cuando se continuó el desarrollo del Centro Simón Bolívar con las torres, estas
fueron erigidas con un diseño diferente. La idea de edificios longitudinales con varios
puntos de circulación interrelacionados no fue la que se llevó a cabo, donde además se
contemplaban espacios muy agradables de entrada. (...) Los espacios públicos tienen que
ser generosos. Trabajamos mucho en los detalles del Centro Simón Bolívar. Teníamos
personal; por ejemplo, conmigo trabajó un arquitecto de la fábrica Cristal de Londres
que era especialista en ventanas; ese señor estuvo trabajando conmigo durante casi un
año para diseñar las ventanas y los “brise-soleil”. Y finalmente, todo lo que es el
desarrollo del conjunto de arquitectura del Centro Simón Bolívar se hizo todo en la oficina
de Cipriano Domínguez pero con una oficina privada con un contrato que le dan a él. De
ahí paso, continuo, porque yo estaba trabajando simultáneamente en el Centro Simón
Bolívar y en la Comisión Nacional de Urbanismo, cuyo director era Cipriano Domínguez.”

Figura 8. Protección Solar del Centro Simón Bolívar. (Revista CAV, 1995)

Con base en todo lo expuesto anteriormente, se puede comprender que el


Centro Simón Bolívar nunca fue pensado como el Centro Federal Administrativo que el
Plan Monumental de Caracas de 1939 situaba en El Silencio, sino que culminó siendo
una emulación tropical bien lograda del Rockefeller Center que albergó los negocios
públicos.

El arquitecto proyectista de las Torres del Centro Simón Bolívar, Cipriano


Domínguez es reconocido gracias a su participación en un proyecto que involucra
arquitectura y urbanismo simultáneamente. Como se podrá ver en el siguiente
apartado, su formación fue completa y dirigida al ejercicio de la profesión durante una
de las etapas de mayor avance y significado arquitectónico para Venezuela.
Información del Arquitecto.
 Cipriano Domínguez nació en Caracas el 12 de enero de 1904. Y falleció
en Caracas el 27 de enero de 1995.

Antes de dedicarse a la arquitectura, obtuvo el título de Ingeniero Civil en la


Universidad Central de Venezuela, un doctorado en Ciencias Físicas y Matemáticas en la
misma casa de estudios para finalmente recibir el título de Arquitecto en el año 1955.
Como pasante durante el período 1930-1933, realizó estudios en la Escuela de
Arquitectura de París.

Tuvo una participación activa en instituciones tales como el Ministerio de Obras


Públicas (como arquitecto), Comisión Nacional de Urbanismo (miembro y
posteriormente director) y la Sociedad Venezolana de Arquitectos (fundada en 1945 por
Domínguez). Fue miembro honorario del Colegio de Arquitectos de Venezuela y de la
Sociedad Venezolana de Urbanistas. Se desempeñó como Arquitecto proyectista del
Centro Simón Bolívar durante el período 1948-1957 y a partir del 49 asume el rol de
Director de la construcción. De 1957 a 1958 se desempeñó como presidente del
complejo y para el año 1990 recibió el Premio Nacional de Arquitectura.

El surgimiento del concepto de la obra fue revelado por Domínguez en una


entrevista que le concedió al arquitecto Martín Padrón (1995), al explicar que su aporte
al proyecto fue de carácter arquitectónico y tanto la concepción volumétrica del
conjunto como el urbanismo fueron creación del propio Maurice Rotival. Un par de
torres gemelas que fueron criticadas por la evocación a la majestad del poder y su clara
simetría. La Comisión Nacional de Urbanismo gerenciada por Villanueva se encargaba
del desarrollo del proyecto antes del ingreso de Domínguez como proyectista.

Figura 9. Arq. Cipriano Domínguez. Al fondo las Torres del Centro Simón Bolívar en construcción.
(Revista CAV, 1995)
El Centro Simón Bolívar

 Año de la obra: diseñada desde 1948, construida en 1954.

El proyecto de las Torres del Centro Simón Bolívar trazó importantes líneas de
referencia en la vida profesional de Domínguez, ya que para hacer acotaciones acerca
de su actuación en instituciones como el Colegio de Arquitectos de Venezuela (fundado
en 1966 por él), la Sociedad Venezolana de Arquitectos, el Ministerio de Obras Públicas
y la Comisión Nacional de Urbanismo, el desarrollo de dicho proyecto significó el ingreso
hacia una etapa exitosa donde pudo llevar a cabo diversos proyectos de edificios y casas
en Caracas. Las Torres fueron un proyecto que además representaba la ejecución de
obras de carácter público para un régimen dictatorial que, a pesar de su posición mostró
potencialidades en construcciones civiles de una Venezuela que se esbozaba un futuro
prometedor.

Igualmente, Vallmitjana (1992), expone que a partir de 1946 se inició una nueva
etapa en el proceso de definición de la Avenida Bolívar. Entre la proposición final de
1939 y el planteamiento que termina de concreto Cipriano Domínguez, a fines de 1949,
se pueden detectar cambios significativos no solo desde el punto de la escala y
monumentalidad que se asume en la nueva solución, sino también desde la complejidad
con que se plantea para resolver los diversos problemas.

La proposición final de 1939, las edificaciones que se ubican a ambos lados de la


Avenida Principal mantienen una escala bastante casual, debido tanto al
fraccionamiento de las edificaciones como a su variación continua en altura, y ubicación.
En la proposición diez años más tarde, por el contrario, se proponen dos hileras de
bloques relativamente austeros y de gran escala, enfatizadas, en su punto de vista
culminante, por las dos torres del Centro Simón Bolívar.

El énfasis que se confiere a la definición del eje de la Avenida Bolívar, no había


alcanzado hasta entonces un grado de monumentalidad semejante, logrado
principalmente a través del alineamiento simétrico de las edificaciones de gran escala,
así como por las magnitudes y diseño de los espacios abiertos. Vallmitjana (1992), afirma
que en la proposición que concreta Cipriano Domínguez en 1949 se establecen dos
hileras continuas de edificaciones que ascienden gradualmente en altura a partir de los
bloques 2 y 3 de El Silencio hasta culminar con las dos torres del Centro Simón Bolívar.
A partir de ese punto se produce nuevamente en escalonamiento descendente de las
edificaciones, ocasionado por el descenso de la rasante de la Avenida.

Entonces, la Avenida se plantea provista de una gran isla central y flanqueada, a


ambos lados, por hileras de palmeras. A escala de peatón, se ofrecen amplias zonas
cubiertas por portales que garantizan al caminante un recorrido cómodo y protegido.
Por lo tanto, parece estructurar un eje monumental, definido por elementos de borde
muy fuertes, que se interrumpirán en lugares clave en los cuales aparecerían plazas,
también monumentales, que permitirían establecer conexiones, tanto visuales como
funcionales, a escala metropolitana, en el sentido Norte-Sur.
Con la construcción del Centro Simón Bolívar se dota a la ciudad de una nueva
monumentalidad, que viola la escala propuesta diez años atrás así como la continuidad
del tejido urbano, que desaparece, desde el punto de vista visual en las tres manzanas
edificadas. En realidad es necesario reconocer, que en el proyecto del Centro Simón
Bolívar, que desarrolla Cipriano Domínguez, se resuelven con absoluta pulcritud los
problemas de tráfico vehicular y peatonal, así como aquellos de relaciones entre
volúmenes, a pesar de presentar una complejidad no afrontada hasta el momento en el
país.

Figura 10. Vista Aérea del Centro Simón Bolívar y el Silencio. (Vallmitjana, 1992)

Cabe agregar, que para Maurice Rotival parece haberse logrado al fin el símbolo,
a manera de gran puerta que caracterizaría la ciudad hasta el presente: “... el antiguo
Plan de 1950 permitió la construcción como primera etapa del Centro Simón Bolívar, de
las dos torres que deberían construir la puerta de entrada de la nueva ciudad. La Avenida
Bolívar, abierta con la ayuda de dinamita en la nueva ciudad constituía su eje”. De
acuerdo con Vallmitjana (1992), hasta el momento de la construcción del Centro Simón
Bolívar, si bien es necesario reconocer algunos distanciamientos con respecto del plan
original, en el proyecto de conjunto de la Avenida se conservan, y se realzan con una
nueva escala, los elementos más significativos del plan, como lo son la presencia del eje,
formalmente reforzado por la definición de sus bordes; la Avenida como tal, dentro de
la trama urbana del centro; y el carácter monumental a manera de gran puerta para la
ciudad.

La imagen que representaban las Torres de El Silencio, era la de una Caracas


Moderna, de postales de los años 50, donde se puede decir que ciertos elementos de la
arquitectura fueron resueltos con una sensibilidad plástica, de manera magistral por
Cipriano Domínguez. Al hacer referencia al sistema de protección solar implementado
en las Torres del Centro Simón Bolívar, se abre paso a toda una configuración de
conocimientos ligados tanto a la ingeniería como a la arquitectura, ya que el estudio de
los distintos requerimientos para la incidencia del sol sobre cada fachada es complejo.
Gracias a sus conocimientos como ingeniero civil y arquitecto, su participación en este
proyecto fue la muestra de sus habilidades producto de la armónica conexión entre
ambas profesiones. El Centro Simón Bolívar, es evidencia de la arquitectura moderna en
Venezuela.

Figura 11. Centro Simón Bolívar 1947 – 1957. (Calvo, 2007)

Figura 12. Los cuerpos bajos expresan la búsqueda plástica esencialmente moderna del
proyecto, el cual es “apropiada” al lugar. (Revista CAV, 1995)

Por otro lado, Graziano Gasparini (1998) hace referencia del Centro Simón
Bolívar, el cual puede ser analizado como una de las primerísimas tentativas de realizar
en la práctica un organismo multifuncional, en el “corazón de la ciudad”. La
estratificación de las diferentes funciones, las plataformas equipadas, la especialización
del tránsito de vehículos, la importancia de los sectores peatonales, todos estos
aspectos señalan el valor de esta empresa de diseño a escala urbana, cuyo único error
fue, posiblemente, el de no haber calculado con suficiente amplitud la dimensión del
crecimiento futuro de la ciudad. Pero el Centro Simón Bolívar, en sus aspectos exteriores
de “composición arquitectónica” también es uno de los primerísimos ejemplos en el país
de eclecticismo como derivación de modelos formales. Concretamente nótese la
adopción de las configuraciones típicas de la arquitectura brasileña.

Con referencia a lo anterior, se hace énfasis en el nuevo concepto de


eclecticismo, con el cual Gasparini (1998) afirma que no se puede negar que el
eclecticismo criollo, tiene características muy propias y nuevas, tampoco puede
ignorarse el hecho de que (sin llegar nunca a ser un movimiento estético) el eclecticismo
en tanto actitud inconsciente ha constituido el ropaje usual de la arquitectura realizada
por los arquitectos-ingenieros al final del siglo pasado y a comienzos del presente, y
copiada tímidamente de los grandes ejemplos europeos. Asimismo, conviene precisar
que tampoco es recomendable emplear, para juzgar el eclecticismo de ayer y de hoy, un
exagerado espíritu nacionalista, pues el problema no está, hoy, en encontrar un estilo
nacional.

Y del mismo modo, las referencias utilizadas para la ejecución del proyecto que
llevó a la realidad a las torres que en su momento fueron las más altas de Venezuela, se
pueden percibir claramente provenientes de una arquitectura moderna bajo las
enseñanzas no únicamente de Le Corbusier, como se puede ver en el siguiente
fragmento elaborado por los profesores Orlando Marín y Lorenzo González (2008): ¨…
El conjunto muestra una fuerte referencia a desarrollos foráneos tales como el
Rockefeller Center (1930-40) y el Ministerio de Educación de Brasil, en Río de Janeiro
(1936-43), en el cual Le Corbusier tuvo una importante incidencia. En relación con el
primero, la influencia de Rotival, entonces familiarizado con los proyectos de los
Rockefeller en los Estados Unidos, fue predominante. Con respecto a la edificación
brasileña, el arquitecto del Centro Simón Bolívar, Cipriano Domínguez, había introducido
los fundamentos de la arquitectura corbusiana en una conferencia en el Colegio de
Ingenieros de Venezuela, en el mismo año en que se proyectaba el Ministerio de
Educación. Otras relaciones pueden encontrarse entre el Centro Simón Bolívar y el
urbanismo brasileño; el esquema de un eje flanqueado por torres gemelas fue empleado
casi simultáneamente en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia (1956-60). Allí también,
como ha destacado Ramón Gutiérrez (1983, p. 694), el automóvil fue el centro del
diseño..."

Influencia de Le Corbusier en la obra de Domínguez


La obra de Cipriano Domínguez se vio influenciada por las enseñanzas de Le
Corbusier, ya que como parte de su formación arquitectónica participó en su estudio en
modalidad de pasante durante 1931-1932. Los cinco puntos de la arquitectura, según Le
Corbusier fueron el nuevo enfoque que se le comenzó a dar a la profesión con el fin de
hacer que el arte de la construcción fuese despojado de los vicios propios del proceso;
muestra de que el acero y el concreto son materiales que se pueden modelar para
muchos tipos de búsquedas arquitectónicas. Es por esto que en la charla que Domínguez
(1995) concedió en el Colegio de Ingenieros de Venezuela en el año 1936, en el texto
que redactó para la misma se refiere a la arquitectura desde una perspectiva Corbusiana
de la siguiente manera: “ Sus 5 puntos establecen cambios radicales, profundos en el
arte de construir. Ellos le permiten dominar luego, a su entera voluntad, masas y vanos,
luz y sombra, para establecer de una manera plástica, artística, formas que satisfagan
nuestros ojos, nuestro espíritu, no con lujo de detalles que nos confunde sino de una
manera pura y universal, sencilla y bella como la propia geometría. “

Figura 13. Dibujo de Le Corbusier. Comparación entre una estructura tradicional de muros
portantes y una estructura moderna de “pilotis”. (Revista CAV, 1995)

Estas palabras se explican por sí solas a través de la imagen anexa al texto, un


dibujo de Le Corbusier que muestra la notable diferencia en el aprovechamiento del
espacio en una estructura tradicional de muros portantes en contraposición a una
estructura moderna de ¨pilotis¨. La implementación de ¨pilotis¨, la estructura
independiente, la planta libre, la fachada libre y el techo jardín son soluciones que
fueron una influencia de gran importancia en el desarrollo del ejercicio de Cipriano
Domínguez, las torres gemelas del Silencio son prueba de ello. Cabe señalar que fue por
medio de Domínguez que se dio a conocer por primera vez en Venezuela la obra de Le
Corbusier.

Además, Domínguez (1995) establece modificaciones con el aporte magnífico de


la industria, mejorando la vivienda sin menoscabar la belleza; la cual es la misma que
nos permite sentir el juego de los materiales bajo la luz. De esta forma, sus cinco puntos
le han permitido solucionar libremente y al mismo tiempo de una manera científica la
mayoría de los problemas relacionados a la higiene, estableciendo relaciones entre el
aire necesario y la superficie de los mismos locales, en conjunto con la luz y su volumen.
Y a su vez, resolver de manera satisfactoria el problema del tráfico y estacionamiento
de los vehículos. Entre los 5 puntos establecidos, se puede hacer referencia a cada uno
de ellos:

 Los Pilotes: Una de sus principales ventajas es el saneamiento de la construcción,


brinda una mejor distribución y mayor libertad de circulación tanto para los
peatones, como para los automóviles, otorgando una recuperación del terreno
construido, gracias a los dos grandes volúmenes suspendidos sobre pilotes
sobre el terreno, sin entorpecer su funcionamiento Se llega a la conclusión, de
que la presencia de los pilotes brindan una solución al problema, hasta hoy no
resuelto; el de la circulación en las grandes ciudades.

Figura 14. Los corredores del nivel Planta Baja. (Revista CAV, 1995)

 Estructura Independiente: Esto ha sido posible gracias al concreto armado, ya


que ya no es la fachada la que soporta la construcción, sino unas simples
columnas de concreto. Se busca reemplazar la totalidad de los muros de la
fachada, para que en ella puedan abrirse tantas luces con las dimensiones más
convenientes a fin de sus necesidades de salubridad, aire y luz. El concreto
armado ha permitido la más bella y racional de las soluciones; es el triunfo de la
geometría en la construcción; es la unión perfecta del sentimiento plástico y del
espíritu de economía. En conclusión, será una estructura independiente que
proporcionará, para la fachada, un plano libre.

 La planta libre: Permite una distribución de la planta a voluntad, según una


organización propia. En cada piso existe una planta de acuerdo con sus
necesidades, independientemente de la de arriba y de la de abajo. En este caso,
la estructura no suministra un orden en la arquitectura.

Figura 15. Centro Simón Bolívar, Caracas Venezuela. (Mesa, 2014)


 La fachada libre: Se observa una libertad absoluta sin problemas constructivos
en cuanto a problemas de luz y aire dentro de un sentimiento plástico. Como
consecuencia, la ventana horizontal resultante del movimiento horizontal de la
vista humana.

Figura 16. Detalles de las fachadas. (Mesa, 2014)

 Techo jardín: Representó el aprovechamiento del lugar más interesante de la


casa, donde se observa los elementos como la luz, aire, espacio, por medio de la
instalación de jardines en el techo. Se observa una supresión de la dilatación de
la placa de concreto en presencia de altas temperaturas y como consecuencia
una temperatura fresca y agradable en la habitación. El jardín representa el
complemento lógico del techo plano.

Figura 17. Torres del Centro Simón Bolívar una vez finalizadas las obras de la Primera Etapa en 1957.
Nótese la transparencia de las plataformas quedan hacia el este de la ciudad, hoy invadidas por
construcciones del Consejo Supremo Electoral. (Revista CAV, 1995)
Conclusión
El Centro Simón Bolívar es una de las referencias inmediatas que se tiene cuando
se habla de modernidad en la arquitectura en Venezuela. Conocer cuál es su verdadera
historia, quién fue su proyectista, quien asumió formalmente su arquitectura resulta
bastante enriquecedor para nuestra historia y es una muestra de la pertinencia de
realizar mayor énfasis en el trasfondo de la arquitectura que se ha desarrollado en el
país, en especial en una época donde el gobierno fue el principal promotor de la misma.

Este llamado a reflexión da a conocer las potencialidades de quienes


desempeñaron la arquitectura durante la época, periodo antecedido por una sociedad
que poco conocía acerca de la profesión y que otorgaba escasa atención a la misma. Se
puede decir entonces que fue este periodo durante el cual la arquitectura se vio
impulsada por el gobierno nacional con el fin de transmitir la imagen del progreso, del
desarrollo tecnológico y la demostración de poder a través de la mejor representación
que existe de una época: su arquitectura.

La verdadera historia detrás del desarrollo del proyecto que se convirtió en


imagen de las postales de los años 50 es una muestra de la existente necesidad de
otorgar un sentido de identidad a lo que se hace y como ha trascendido durante el
tiempo y en la historia de Venezuela.

En la actualidad, amplio tema de debate ha sido la condición de deterioro de las


Torres, siendo esta una posibilidad de exploración de la crítica de las mismas: ¿son
realmente válidos los juicios emitidos por quienes desde una perspectiva alejada a la
especificidad arquitectónica se refieren al Centro Simón Bolívar como una construcción
obsoleta y poco atractiva debido a su actual estado de deterioro? Esta interrogante se
responde a través de la investigación realizada, donde se dan a conocer las influencias
del proyecto en cuanto a su composición urbanística, arquitectónica y el impacto que su
desarrollo traería y en efecto, trajo consigo.
Referencias
 Bibliográficas:

Bergamin, R. (1959). “20 años en Caracas 1938 – 1958”. Madrid: Graficas Reunidas.

Calvo, A. (2007). “Venezuela y el Problema de su Identidad Arquitectónica. Caracas:


Armitano Editores.

Gasparini, P., y Posani J. (1998). “Caracas a través de su arquitectura”. Caracas:


Universidad Central de Venezuela. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Consejo de
Desarrollo Científico y Humanístico.

Martin, J. (2004). “Diálogos reconstruidos para una Historia de la Caracas Moderna”.


Caracas: Universidad Central de Venezuela. Consejo de Desarrollo Científico y
Humanístico.

Padrón, M., y Domínguez, C. (1995). “Homenaje al arquitecto Cipriano Domínguez en


los 50 años de la Fundación de la Sociedad Venezolana de Arquitectos”. Caracas:
Revista CAV nº 54.

Vallmitjana M. (1992). “El Plan Rotival. La Caracas que no fue: 1939-1989 un plan
urbano para Caracas”. Caracas: Ediciones Instituto de Urbanismo, Facultad de
Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela.

 Infográficas o Electrónicas:

Lorenzo, G., y Marín, O. (2008). “Tiempos superpuestos: arquitectura moderna e


"indigenismo" en obras emblemáticas de la Caracas de 1950”. Apuntes Revista De
Estudios Sobre Patrimonio Cultural [artículo en línea]. Disponible:
https://www.researchgate.net/profile/Orlando_Marin3/publication/41676127_Tiemp
os_superpuestos_arquitectura_moderna_e_indigenismo_en_obras_emblematicas_de
_la_Caracas_de_1950/links/585bba0708ae8fce48fa7108/Tiempos-superpuestos-
arquitectura-moderna-e-indigenismo-en-obras-emblematicas-de-la-Caracas-de-
1950.pdf [Consulta: 2019, octubre,30]

Mesa, J. (2014). Galería Centro Simón Bolívar. Flickr [página web en línea]. Disponible:
https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/14916682485/in/photostream/
[Consulta: 2019, noviembre 2]

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