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Universidad Bicentenaria de Aragua

Facultad de ciencias administrativas y sociales.


Escuela de Psicología.
Psicología Infanto-Juvenil.

Trastornos comunes en la etapa Infanto-Juvenil.

Facilitadora: Autor:
Yunay Arreaza. Naudy B.
C.I: 26.848.488

San Juan de los Morros, Edo. Guárico. Octubre de 2019


Trastornos afectivos.

Los nuevos procedimientos de entrevista han mejorado notablemente la fiabilidad del


diagnóstico de los trastornos afectivos. Contamos, por otra parte, con una serie de
datos biológicos (todavía sin rango de verdaderos marcadores y con valor limitado en
la predicción de respuesta al tratamiento), que pueden facilitar la validación de
algunos de los síndromes descritos.
Estamos lejos todavía de contar, para los trastornos afectivos, con una clasificación
idónea, que sólo se dará cuando tengamos una mejor comprensión de la etiología. Las
clasificaciones CIE-9 y DSM-lll son instrumentos útiles para la intercomunicación
entre clínicos e investigadores y para estudios epidemiológicos. Sin embargo, de cara
a la investigación, instrumentos como el RDC y el PSE son preferidos por muchos
autores.
Para la práctica clínica diaria estamos de acuerdo con Gelder en que es mejor describir
los trastornos sistemáticamente que clasificarlos. En su esquema tienen en cuenta la
descripción de la gravedad del episodio (leve, moderado o intenso), su tipo (depresivo,
maniaco o mixto) y las posibles características especiales que presenta (síntomas
principalmente neuróticos o psicóticos, agitación, enlentecimiento o estupor).
Describen así mismo el curso como unipolar o bipolar. Finalmente hacen referencia,
en cuanto a la etiología, a la existencia de factores principalmente endógenos o
reactivos.
Una clasificación futura de las depresiones tendría que conciliar las necesidades del
investigador, del psiquiatra y del médico práctico.
Idealmente debería plasmarse en un único sistema clasificatorio que fuera de
complejidad decreciente. Pero esto es todavía, hoy por hoy, un deseo con pocas
probabilidades de verse cumplido en un plazo breve.

Trastorno depresivo:

El trastorno depresivo se manifiesta de manera persistente con síntomas como


irritación más que tristeza, fluctuación sintomática mayor, además de disforia, tristeza
y apatía, incluso cansancio, inquietud o retraso motor, diminución de atención, fallos
de memoria y baja autoestima, entre otros, que la distinguen puntualmente de la
depresión en los adultos.
En algunos casos muy profundos y de mayor atención, pueden recurrir a
idealizaciones delirantes e incluso intentos de suicidio, todo esto interfiriendo en el
desarrollo productivo académico y relaciones sociales.
Las causas pueden ser muchas, dentro de las cuales entran tanto factores biológicos,
como psicológicos pasando por los ambientales e incluso socioculturales que pueden
mantener u originar este trastorno, debiendo ser abordados de manera integrativa.

Trastorno distímico:

El trastorno distímico puede diagnosticarse en niños o adolescentes cuando presentan


un estado de ánimo deprimido o irritable durante por lo menos un año. Además,
deberá presentar durante gran parte de este tiempo dos síntomas adicionales de
depresión durante la mayor parte del día, al menos, la mitad del tiempo durante el año
para poder realizar un diagnóstico. Los síntomas depresivos típicos del trastorno
distímico incluyen:

- Disminución o aumento de las ganas de comer


- Insomnio o hipersomnia
- Falta de autoestima
- Pensamientos negativos
- Dificultades en la concentración o en la toma de decisión
- Sentimientos de desesperanza
- Poca energía o fatiga habitual
- Apatía
Las causas de la depresión son complejas y en muchas ocasiones no se pueden
entender. Las alteraciones del sueño, las hormonas, los neurotransmisores, la
educación, la herencia genética, los factores estresantes de la vida… todos estos
motivos pueden implicar las causas para que un niño presente distimia.

Trastorno bipolar:

Al igual que en los adultos, el trastorno bipolar en los niños puede provocar cambios
de humor, desde puntos muy altos como la hiperactividad o la euforia (manía) a puntos
muy bajos como la depresión grave.
La conmoción emocional y la conducta rebelde son normales durante la niñez y la
adolescencia, y en la mayoría de los casos no son señal de un problema de salud
mental que requiera tratamiento. Todos los niños tienen períodos difíciles; es normal
sentirse triste, irritable, enojado, hiperactivo o rebelde por momentos. Sin embargo,
si tu hijo tiene síntomas graves, persistentes o que causan problemas significativos,
podría ser algo más que una fase.
Estos son algunos signos y síntomas del trastorno bipolar en los niños:

- Cambios de humor graves, diferentes de los cambios de humor habituales


- Conducta hiperactiva, impulsiva, agresiva o socialmente inadecuada
- Conductas imprudentes y riesgosas que no son típicas, como tener relaciones
sexuales casuales frecuentes con muchas parejas diferentes (promiscuidad
sexual), abuso de alcohol o drogas, derroches desenfrenados de dinero
- Insomnio o reducción significativa de la necesidad de dormir
- Sentirse deprimido o irritable la mayor parte del día, casi todos los días durante
un episodio depresivo
- Visión exagerada y pomposa de sus propias capacidades
- Pensamientos o conductas suicidas en los niños mayores y los adolescentes

Trastornos profundos del desarrollo.

Estos trastornos se definen como un grupo de trastornos caracterizados por


alteraciones cualitativas de las interacciones sociales recíprocas y modalidades de
comunicación, así como por un repertorio de intereses y de actividades restringido,
estereotipado y repetitivo. Estas anomalías cualitativas constituyen una característica
persuasiva del funcionamiento del sujeto, en todas las situaciones.

Estos tienen en común una asociación de síntomas conocida con el nombre de tríada
de Wing, del nombre de la investigadora inglesa que probó mediante un estudio
clínico y estadístico que esta asociación de tres categorías de síntomas aparecía más
a menudo que la simple casualidad, porque se trataba de un síndrome (conjunto de
síntomas que actúan en conjunto). Son:

- Trastornos de la comunicación verbal y no verbal


- Trastornos de las relaciones sociales
- Centros de interés restringidos y/o conductas repetitivas

La gravedad de los síntomas varía de una persona a otra. Es variable en el transcurso


de la vida, con una relativa tendencia espontánea a la mejora incluso en ausencia de
una responsabilidad educativa específica, pero esta evolución espontánea favorable
sigue en general siendo muy modesta salvo en las formas menos severas, y
excluyendo el síndrome de Rett, cuya evolución neurológica es particular.

Trastorno del espectro autista:

El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección neurológica y de desarrollo


que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta cómo una persona se comporta,
interactúa con otros, se comunica y aprende. Este trastorno incluye lo que se conocía
como síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Se lo llama "trastorno de espectro" porque diferentes personas con TEA pueden tener
una gran variedad de síntomas distintos. Estas pueden tener problemas para hablar
con usted y es posible que no lo miren a los ojos cuando usted les habla. Además,
pueden tener intereses limitados y comportamientos repetitivos. Es posible que pasen
mucho tiempo ordenando cosas o repitiendo una frase una y otra vez. Parecieran estar
en su "propio mundo".

Durante los chequeos regulares, el doctor debería examinar el desarrollo de su niño.


Si existen signos de TEA, su niño tendrá una evaluación completa y exhaustiva. Esta
puede incluir un equipo de especialistas que realizarán varios exámenes y
evaluaciones para llegar a un diagnóstico.

No se conocen las causas del trastorno del espectro autista. Las investigaciones
sugieren que tanto los genes como los factores ambientales juegan un rol importante.

Actualmente, no existe un tratamiento estándar para el TEA. Hay muchas maneras de


maximizar la capacidad del niño para crecer y aprender nuevas habilidades. Cuanto
antes se comience, mayores son las probabilidades de tener más efectos positivos en
los síntomas y las aptitudes. Los tratamientos incluyen terapias de comportamiento y
de comunicación, desarrollo de habilidades y/o medicamentos para controlar los
síntomas.

Trastorno de Rett:

El síndrome de Rett es un trastorno en el desarrollo neurológico infantil caracterizado


por una evolución normal inicial seguida por la pérdida del uso voluntario de las
manos, movimientos característicos de las manos, un crecimiento retardado del
cerebro y de la cabeza, dificultades para caminar, convulsiones y retraso mental. El
síndrome afecta casi exclusivamente a niñas y mujeres.
El síndrome de Rett es causado por mutaciones (alteraciones o defectos estructurales)
en el gen MECP2 (pronunciado "mec-pi-tú" en inglés), que se encuentra en el
cromosoma X (véase la sección "Quién padece del síndrome de Rett", que contiene
información sobre la importancia del cromosoma X en este trastorno).

Trastorno desintegrativo de la Infancia:

El trastorno desintegrativo infantil es una alteración que se caracteriza por la regresión


del niño en múltiples áreas de su desempeño, tras un período de al menos 2 años de
desarrollo normal. Según los estudios, es un trastorno poco usual y prácticamente
desconocido pues se presenta entre 10 y 60 veces menos que el autismo, que es la
alteración del desarrollo más conocida.
Por lo general, los niños que padecen este problema tienen un desarrollo
aparentemente normal durante los primeros años de su vida, pero cuando cumplen los
3 o 4 años de edad, comienzan a experimentar una marcada desintegración de las
habilidades motoras, lingüísticas, sociales y del comportamiento. Los síntomas mas
comunes de este tipo de trastorno son los siguientes:
- Pérdida de la fluidez del lenguaje y dificultades para expresar lo que desea y
para comprender lo que se le dice. A menudo el niño tampoco es capaz de
seguir instrucciones y órdenes sencillas. Además, suele usar el lenguaje de
forma estereotipada y repetitiva.
- Incapacidad para ejercer el control vesical o intestinal. De esta manera, es usual
que el niño comience a presentar encopresis o enuresis.
- Dificultades para regular la motricidad y coordinación, por lo que a menudo le
resulta difícil caminar, correr, agarrar un lápiz o cambiar de postura.
- Pérdida de las habilidades para el juego en solitario y en grupo. De hecho,
puede que el niño olvide las reglas de su juego preferido o que sea incapaz de
realizarlo.
- Problemas para adaptarse socialmente ya que vuelve a aparecer una conducta
infantil e impulsiva, propia de etapas anteriores del desarrollo. El niño no es
capaz de relacionarse adecuadamente con el resto de las personas, mostrando
un comportamiento frío y distante, muy parecido al de los niños con autismo.
- Patrón de intereses y actividades muy limitado y estereotipado. Son comunes
los movimientos repetitivos y los manierismos, que también se evidencian en
el trastorno autista.
Síndrome de Asperger:

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del


espectro autista y que afecta la interacción social reciproca, la comunicación verbal y
no verbal, una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento, así
como poseer campos de interés estrechos y absorbentes.
Las personas con este síndrome son, generalmente, extremadamente buenos en las
habilidades de memoria (hechos, figuras, fechas, épocas, etc.) muchos sobresalen en
matemáticas y ciencia. Hay un rango en la severidad de síntomas dentro del síndrome,
el niño muy levemente afectado resulta a menudo no diagnosticado y puede apenas
parecer raro o excéntrico.
A pesar de que el síndrome de Asperger es mucho más común que otros tipos de
autismos, sigue siendo una condición rara y pocas personas, incluyendo profesionales,
saben sobre ella y mucho menos tienen experiencia contrastada
Las principales áreas afectadas por el síndrome de Asperger son:
1. La interacción social.
2. La comunicación.
3. Preocupaciones y rangos estrechos de intereses.
4. Las rutinas repetitivas, los rituales y la inflexibilidad.

Trastornos específicos del aprendizaje.

Un trastorno específico del aprendizaje es una condición que afecta la capacidad de


un niño para adquirir y aplicar habilidades de lectura, escritura y matemáticas. Los
niños con trastornos del aprendizaje no son capaces de dominar las habilidades
académicas propias de su edad, de su capacidad intelectual y de su nivel educativo.
Puede que tenga dificultades para descodificar palabras, entender el significado de lo
que leen, deletrear, expresarse por escrito, hacer cálculos, y tener dificultades para
llegar a dominar el razonamiento matemático.
El trastorno específico del aprendizaje es una nueva clasificación que agrupa
trastornos relacionados con la lectura (dislexia) y las matemáticas (discalculia) bajo
una misma denominación. Cuando un niño es diagnosticado con trastorno específico
del aprendizaje, las áreas particulares de impedimento son descritas como parte del
diagnóstico.
Síntomas:
Síntomas relacionados con la lectura:
- Dificultad para hacer rimas, asociar sonidos con símbolos, realizar secuencias
y ordenar sonidos, y problemas identificando y comprendiendo señales o
logotipos en el entorno.
- Empezar a hablar tarde y tener problemas persistentes para encontrar palabras
para decir lo que quieren decir.
- Dificultad para seguir instrucciones tanto simples como complejas.
- Dificultad con palabras pequeñas, tales como omitir o leer dos veces palabras
como el, y, pero, en.
- Dificultad para pronunciar palabras nuevas, y confusión con patrones.
Síntomas relacionados con las matemáticas:
- Dificultad para calcular.
- Dificultad para razonar matemáticamente (resolver problemas).
- Confundir símbolos básicos tales como “+” y “-“.
- Cometer errores en cálculos sencillos: errores de un solo dígito o el orden de
los valores puede ser incorrecto.

Trastornos hipercinéticos.

Los términos “déficit de atención” (TDA), “trastorno por déficit de atención e


hiperactividad” (TDAH), “trastorno hipercinético” e “hiperactividad” se utilizan por
los profesionales para describir los problemas de los niños que son hiperactivos y
tienen dificultad para concentrarse.
Los niños con TDAH o trastorno hipercinético,
• Son intranquilos, no paran quietos y tienen una actividad excesiva.
• Hablan demasiado e interrumpen a la gente.
• Se distraen fácilmente y no terminan las cosas.
• No pueden concentrase en tareas.
• Son impulsivos, hacen cosas de repente sin pensar primero.
• Tienen dificultad para esperar su turno en los juegos, en una conversación o en
una fila.
Este tipo de conducta es frecuente en la mayoría de los niños, pero se convierte en un
problema cuando estas características son exageradas en comparación con otros niños
de la misma edad y cuando la conducta afecta a su vida escolar y social. A menudo
los signos son evidentes desde que el niño es pequeño.

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