Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2 “Ocurrió en 1972.
Me encontré con una
joven en la periferia de Pra-
como un gran cuchillo, la
había escindido. Estaba
allí ante mí, abierta, como
ficable que fuera, ese deseo
no dejaba de ser menos
real. No sabría negarlo –y,
no ser durante este breve
periodo, en toda la restante
obra de Picasso es un leve
ga en un apartamento que el tronco desgarrado de cuando miro los retratos- gesto del pintor lo que
Y además: se cuida de dad técnica. Son por ejem- sin anestesia a Andréi Bol- “¿Y Warhol?” “...para mí no
expresar sus ideas sobre arte plo, en la forma de la sona- konski, mortalmente heri- es importante.”
de un modo demasiado sis- ta (incluso entre los gran- do, no está exenta de belle- ¿Y el arte abstracto? ¡Oh,
temático porque teme de- des, Mozart o Beethoven), za; como jamás lo está una no, ése no le gusta nada!
jar que su arte se convierta todas las transiciones (con escena de Shakespeare; como “Después de Picasso, ya no
en una especie de mensaje frecuencia muy convencio- jamás lo está un cuadro de sé muy bien”.
simplista. Sabe que el peli- nales) de un tema a otro. Bacon. Habla como un huérfa-
gro es tanto mayor cuanto Casi todos los grandes ar- Las carnicerías son luga- no. Y lo es. Y lo es incluso
que el arte de nuestra mi- tistas modernos intentan res horribles, pero, cuando en el sentido muy concreto
tad de siglo se ha enfanga- suprimir estos “rellenos”, Bacon habla de ellas, no ol- de su vida: los que abrieron
do en una ruidosa y opaca quitar todo lo que proviene vida señalar que “para un camino estaban rodeados
logorrea teórica que impide de un hábito, todo lo que pintor hay allí esa gran be- de colegas, gente que hacía
que una obra entre en con- les impide abordar, directa lleza del color de la carne”. comentarios, admiradores,
tacto directo, no mediati- y exclusivamente, lo esen- simpatizantes, compañeros
zado, no preinterpretado,
con quien la contempla (la
lee o la escucha).
cial (lo esencial: lo que el
propio artista, y sólo él,
puede decir).
7 Pese a todas las reser-
vas de Bacon, ¿qué
hace que siga sintiéndolo
de viaje, todo un grupo. Él,
en cambio, está solo. Como
lo está Beckett. En la entre-
Allá donde puede, pues, Veamos qué pasa con cercano a Beckett? vista con Sylvester declara:
Bacon confunde las pistas Bacon: los fondos de sus Los dos se encuentran “Creo que sería más esti-
para dejar desamparados a cuadros son muy simples, más o menos en el mismo mulante ser uno más entre
los expertos que quieren re- lisos, pero: en primer pla- lugar de la historia de sus muchos artistas trabajando
ducir el sentido de su obra no, los cuerpos están trata- artes respectivos. A saber, juntos. [...] Me parece que
a un pesimismo tópico: le dos con riqueza tanto de en el último periodo del sería terriblemente agrada-
enfurece la utilización de la colores como de formas. arte dramático, en el últi- ble tener a alguien con
palabra “horror” a propósi- Pues bien, ésta es la riqueza mo periodo de la historia quien hablar. Hoy no hay
to de su arte; señala el pa- (shakespeariana) que más de la pintura. Porque Ba- absolutamente nadie con
pel que desempeña en su le gusta. Ya que, sin esta ri- con es uno de los últimos quien hablar”.
pintura el azar (el que queza (riqueza que contras- pintores cuyo lenguaje to-
irrumpe mientras trabaja; ta con el fondo liso), la be- davía es el pincel y el óleo. De hecho, su moderni-
una mancha de color, caída lleza sería ascética, como Y Beckett todavía escribe dad, la que cierra la puerta,
fortuitamente, que cambia puesta a régimen, dismi- un teatro que descansa so- ya no responde a la moder-
de golpe el tema mismo del nuida, y, para Bacon, se bre el texto del autor. Es nidad que les rodea, la mo-
cuadro); insiste sobre la pa- trata siempre y ante todo cierto que después de él el dernidad de las modas que
labra “juego” cuando todo de belleza, de la explosión teatro sigue existiendo, tal lanza el marketing del arte.
el mundo exalta la grave- de la belleza, porque, aun- vez incluso evolucione, (Sylvester pregunta: “Si los
dad de sus pinturas. Puede que hoy en día esta palabra pero ya no lo inspiran, ni cuadros abstractos ya no
que alguien le mencione su parezca desvirtuada, pasada lo innovan, ni aseguran su son sino arreglos formales,
desesperación; sea, pero de moda, es ella la que le evolución los textos de los ¿cómo explica usted que
entonces, él puntualiza en- une a Shakespeare. autores dramáticos. haya gente que, como yo,
seguida: para él se trata en Y ésta es la razón por la En la historia del arte siente a veces hacia ellos el
todo caso de una “alegre que le irrita la palabra “ho- moderno, Bacon y Beckett mismo tipo de reacción vis-
desesperación”. rror” aplicada con obstina- no son de los que abren ca- ceral que sienten hacia
ción a su obra. Tolstói de- mino; se recluyen. Bacon obras figurativas?” –Y Ba-
6 En su reflexión sobre
Beckett, Bacon dice:
“En pintura siempre deja-
cía de Leonid Andreiev y
de sus novelas negras:
“Quiere amedrentarme, pero
responde a la pregunta de
Archimbaud sobre qué pin-
tores contemporáneos le pa-
con responde– La moda).