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LA IDEA IUSNATURALISTA EN EL PENSAMIENTO CLÁSICO

PRESOCRÁTICOS: EL IUSNATURALISMO COSMOLÓGICO


Conjunto de pensadores griegos anteriores a Sócrates. Este término no denota solamente
una clasificación cronológica, ya que entre los presocráticos se incluyen también
filósofos contemporáneos de Sócrates pero que siguieron las orientaciones teóricas de
los filósofos de los siglos VI y V a.C. (anteriores a la renovación conceptual realizada
por Sócrates, que se toma como un punto de inflexión que marca la historia del
pensamiento de forma decisiva). Entre los autores presocráticos contemporáneos de
Sócrates destacan el atomista Demócrito, el naturalista ecléctico Diógenes de Apolonia
y muchos sofistas.
Los filósofos presocráticos fueron los primeros pensadores que rompieron con las
formas míticas de pensamiento para empezar a edificar una reflexión racional. Es decir,
fueron los primeros que iniciaron el llamado «paso del mito al logos», proceso
propiciado por las especiales características de espíritu crítico y condiciones sociales
que permitieron una especulación libre de ataduras a dogmas y textos sagrados. En este
sentido, son tanto filósofos como cosmólogos, físicos o, más en general, «sabios». Y,
aunque comparten algunas características comunes, no forman un grupo bien definido,
sino que se dividen en diversas escuelas de pensamiento, a veces muy alejadas unas de
otras
Concibe un iusnaturalismo en sentido amplio, teñido de un carácter cosmológico, que
remite a la physis. Luego hay matices importantes. Como, por ejemplo, Heráclito, que
concibe el cosmos como un orden superior (logos). O Anaximandro, que habla de
justicia cósmica.
Así, la primera generación de filósofos son los presocráticos, también llamados
cosmólogos o fisiólogos, ya que el objetivo principal de sus preocupaciones es el
kosmos (=mundo) y la Physis (=naturaleza), entendiendo que ese cosmos estaba
ordenado aunque en perpetua mutación. Todas las cosas tienen un origen común
(“arjé”), que cada pensador va a situarlo en un elemento distinto: aire, fuego, agua… La
denominación de “presocráticos” no es del todo correcta, ya que había algunos que eran
ya del s.V (coetáneos de Sócrates), como Demócrito.
Las doctrinas de los presocráticos las conocemos parcialmente, con escasas referencias
a la filosofía jurídico- política. Estas referencias suelen recibir una explicación cósmica
o naturalista y divina. Así, Díke es la diosa Justicia, pero también es la justicia o
equilibrio que debe existir en las relaciones entre los hombres. En esta línea se sitúan
Heráclito, Parménides. Algo diferente es la consideración de Pitágoras de la justicia: el
número y la cantidad constituyen la esencia de las cosas. La justicia es la estricta
igualdad aritmética entre dos miembros; así, la justicia exige que la pena sea igual al
daño causado por el delito. Ya están en esta concepción presentes las ideas de igualdad,
equilibrio, proporción, que constituirán siempre el elemento medular de la idea de
justicia.
El nómos no es simplemente producto de la voluntad del legislador, sino que debe
reflejar la justicia que late en el orden del kósmos. Así, Heráclito afirma que “todas las
leyes humanas (=leyes positivas) se alimentan de la ley única divina (=ley natural)”, que
es el modelo en el que han de inspirarse las primeras. Éste es el precedente de la idea
cristiana de ley eterna.

SOFISTAS: OPOSICIÓN ENTRE PHYSIS Y NOMOS


Los Sofistas son el conjunto de pensadores (metecos) que asumen el protagonismo
intelectual en Atenas en el contexto de la instauración total y definitiva de la democracia
ateniense (segunda mitad siglo V a.C).
El tema central ya no es el cosmos sino el hombre (humanismo ateniense). La
generación sofista del s. V, construye un relativismo que toma al hombre como medida
de todas las cosas y opone lo inmutable (naturaleza) a lo mutable (las instituciones
sociales). Es la tensión entre physis y nomos, entre lo auténtico y lo artificial.
Sócrates se opone a esta idea —de los Sofistas. Para él, hay un mundo de valores
superiores al hombre, por ejemplo la Justicia (cuyo reflejo objetivo, piensa el filósofo,
son las leyes humanas). En consecuencia, el Estado aparece como una realidad natural,
lo cual justifica la obediencia al mismo.
Platón de igual forma que Sócrates, se opone a esta idea. Con su Teoría de las Ideas,
propone un iusnaturalismo en sentido amplio. Para él, la verdadera ley es aquella que
más se acerca a la idea de ley justa, o lo que es lo mismo, a la idea de Justicia.
Aristóteles divide la Justicia en lo que llama ley particular, que es la ley de la polis, y la
ley común, que es la que rige la Naturaleza (y que para él es la justicia objetiva). Por
tanto, es iusnaturalista en el sentido en que reconoce la existencia de leyes según la
Naturaleza.

LA FILOSOFÍA DEL HELENISMO: SU PREFERENCIA POR EL TEMA


MORAL

Es una época de abandono de la metafísica. La filosofía se centra en la ética. La polis


pierde importancia y se produce un repliegue del individuo en sí mismo.

EL ESTOICISMO: DE GRECIA A ROMA


El fundador de la doctrina estoica, Zenón de Citión (336-264 a. C.), impartía sus
enseñanzas en un pórtico (stoa) de Atenas de donde procede el nombre de su escuela. Al
igual que el epicureísmo, la doctrina estoica tuvo muchos seguidores durante todo el
periodo helenístico y la época romana.

 Ética. La preocupación principal de los estoicos es conseguir la felicidad o


eudaimonia, que se basa en vivir en armonía con el mundo adaptando las
necesidades individuales a las de la naturaleza a través del vínculo universal que
constituye el logos, principio racional del que participan todos los seres. Ser
feliz es ser virtuoso, mediante la adaptación a las circunstancias que proporciona
la autarquía o autosuficiencia.
 Física. Al ser naturaleza y razón la misma cosa, existe una unidad del universo,
imbuido por un pneuma o espíritu divino que todo lo rige. Fuego y materia
constituyen los dos principios, activo y pasivo, del universo, que se requieren
mutuamente y determinan la afinidad o simpatía entre las cosas.
 Lógica. El uso lógico del lenguaje y, en especial, el estudio de las proposiciones
gramaticales, centró el interés de los estoicos, que distinguieron entre el signo o
significante, la cosa significada y el significado. Éste último, siendo inmaterial,
establece una relación entre la realidad de las cosas y la realidad de las palabras.

Las tesis del estoicismo se resumen en cuatro puntos:

 Concepto de naturaleza: La naturaleza como algo común que engloba a todos los
seres. Visión panteísta del mundo.
 Negación de la esclavitud: Consecuencia de su concepto de naturaleza.
 Fraternidad: El hombre es sagrado para el hombre, escribió Séneca.
 Cosmopolitismo: Minimización de las diferencias nacionales, debido primero a
la crisis de la polis y segundo al ideario del imperio romano.
En razón de esto, el iusnaturalismo estoico alude a la idea de un orden cósmico (logos)
y un destino (determinismo universal). Los actos, por tanto, han de adaptarse a las leyes
de la naturaleza. Las pasiones han de dominarse, hasta culminar en la apatía ó ataraxia
(ideal ascético). Queda establecido un triunvirato de leyes (natural, universal y humana)
que supone un precedente del cristianismo.
LA IDEA IUSNATURALISTA EN ROMA: CICERÓN
Hay influencia de Grecia, sobre todo del estoicismo. Las ideas de Cicerón, discípulo de
Posidonio, se resumen en su objetivismo jurídico, su estoicismo y su apuesta por la
Naturaleza como fundamento del Derecho.
Cicerón distingue entre ius civiles (leyes positivas de cada comunidad política), ius
gentium (derecho universal) y ius naturale(derechos abstractos y generales). Sin
embargo, para Gayo sólo existe el ius civile y el ius gentium. Ulpiano vuelve a la
tricomía de Cicerón, pero extiende demasiado el concepto de ius naturale. Finalmente,
Paulo, habla de ius civile y un ius naturale visto como ideal, lo cual es un precedente de
Justiniano.

EL IUSNATURALISMO CRISTIANO
El cristianismo, como oposición y en buena medida como continuación del paganismo,
constituye un ineludible fenómeno histórico-cultural.
El cristianismo supone la unión de los conceptos pecado y delito. Fundamenta, además,
el origen divino del monarca (la norma emanada del soberano se hace equivaler a un
mandato religioso).

El influjo del cristianismo cambia, al principio, la visión sobre el hombre, ya que trae
consigo una serie de valores humanos. Asimismo, conlleva un ideal de filiación divina y
de amor fraterno universal, que añade dignidad al hombre (paso del individuo a la
persona).
EL IUSNATURALISMO CRISTIANO HASTA EL SIGLO XIII
San Pablo, en su Epístola a los romanos, inicia el iusnaturalismo cristiano. Afirma que
la ley de Dios está inscrita en la Naturaleza. Se refiere a una ley moral natural.

Más tarde, las obras de los Padres de la Iglesia (la Patrística) son de tipo apologético, y
no se ocupan de modo sistemático del Derecho Natural. Identifican la ley natural con
los Diez Mandamientos. Distinguen entre Derecho Natural primario (antes de la caída)
y secundario (después del pecado), y sus textos, a fin de cuentas, revisten de
fundamento teológico el Derecho Natural.

SAN AGUSTÍN
Culmina la Patrística. Parte de un concepto de ley eterna, que, pasada por el filtro
racional del hombre, es ley natural. A su vez, las leyes que derivan de ésta son leyes
positivas.

SAN ISIDORO
Escribe el Libro de las Etimologías. Se acoge a una división trimembre del Derecho
(Natural, Civil y Consuetudinario).

EL IUSNATURALISMO ESCOLÁSTICO
SANTO TOMÁS DE AQUINO
Parte del concepto agustiniano de ley eterna (función gobernadora del orden universal).
De ahí llega a la ley natural, al igual que San Agustín. Los preceptos de la ley natural
son: autoconservación del propio ser, conservación de la especie y vida en sociedad y
búsqueda de la verdad. Cualitativamente, hay que atender a la veracidad y a la evidencia
en el proceso interactivo-racional-práctico, por lo cual cabrá hablar de preceptos
primarios, secundarios y terciarios (siendo los primeros los de más evidencia y
veracidad, y los últimos lo que menos).
Para Santo Tomás, la ley natural es universal (la misma para todo tiempo y lugar) e
inmutable (tiene una unidad en el tiempo).

LA ESCOLÁSTICA FRANCISCANA
Sigue la tradición platónico-agustiniana (que se opone a la aristotélico-tomista). Sigue
un camino intermedio (llamado racionalvoluntarismo) entre el intelectualismo que da
primacía al entendimiento humano (o divino): lo que se manda, se manda porque es
bueno; lo que se prohíbe, se prohíbe porque es malo y el voluntarismo que da primacía a
la voluntad humana (o divina): lo que es bueno, es porque está mandado; lo que es
malo, lo es porque está prohibido.

AUTORES
DUNS ESCOTO
Sigue la corriente franciscana. Es opuesto al tomismo. Adopta una postura voluntarista.
Piensa que más que la búsqueda del conocimiento de Dios (intelectualismo), lo que ha
de primar es el amor a Dios (voluntarismo). Esto lo justifica con la Teoría del
contigentismo físico (las leyes físicas son contingentes, no necesarias para Dios). Por su
parte, el contigentismo moral alude a que la moralidad del mundo es tal por voluntad de
Dios.
GUILLERMO DE OCKHAM Y EL TRÁNSITO A LA MODERNIDAD
También franciscano, y más avanzado. Parte del voluntarismo y formula los
contigentismos más radicales que Scoto. Rompe con los universales aristotélicos y
habla de nominalismo: las cosas son modos de designación o nombres. Por tanto, el
único conocimiento es el de las cosas concretas. Por tanto, no podemos tener un
conocimiento directo de Dios. Ockham abre así la vía hacia la modernidad.

EL PENSAMIENTO RENACENTISTA
Se produce un ocaso de la escolástica e instauración del pensamiento racionalista.
Cultural y artísticamente hay una vuelta al mundo grecolatino.

LA ESCUELA ESPAÑOLA DEL DERECHO NATURAL


La escolástica española de los s. XVI y XVII reelabora la doctrina escolástica y se
modera el pensamiento cristiano medieval. El rasgo básico de la escuela española es la
fidelidad al dogma. Los principales representantes son: Francisco de Vitoria (dominico,
seguidor de Santo Tomás), Domingo de Soto (discípulo del anterior), Domingo Bañez
(teólogo y jurista), Luis de Molina (jesuita, especialista en Derecho de gentes) y
Francisco Suárez (jesuita, el más importante metafísico iusnaturalista).

Los puntos básicos de la doctrina de la Escuela son:

 El Derecho natural es de origen divino.


 Coexistencia del Derecho natural y el Derecho Positivo.
 El Derecho Natural es objetivo y normativo, inmutable y universal.
 Intelectualismo (aunque algunos fueron voluntaristas).

EL IUSNATURALISMO RACIONALISTA
La filosofía racionalista dominó Europa a partir del Renacimiento. Supone, ante todo,
un cambio de mentalidad. Sus presupuestos básicos aluden a un principio de necesidad
(el universo tiene una estructura necesaria, esto es, racional), no hay azar ni
contingencia (y por extensión, lo más necesario es la matemática), separación entre
filosofía y teología. Se produce una revalorización de las ciencias naturales: Kepler,
Galileo, Newton, Pascal, Copérnico... Todo ello contribuye a componer la idea de
Progreso.

Postulados básicos del Derecho natural racionalista:

 Desvinculación del Derecho natural respecto a Dios: Dios ya no es la fuente de


toda moral, sino la naturaleza racional del hombre.
 Construcción del Derecho natural por la razón: Es decir, mediante operaciones
lógico deductivas que se van ampliando indefinidamente a partir de los
preceptos naturales y conocidos.
 Status naturalis y status civilis: Lo primero se define como el estado de
naturaleza del hombre previo a su convivencia político-social. Lo segundo es el
estado posterior. De ello se extrae que el hombre es un ser asocial; simplemente
se adviene a construir sociedades.
 Pactismo: El paso de un estado a otro se explica por la teoría del pacto. Se
distinguen dos pactos sucesivos: pactum unionis (constitución del grupo social)
y pactum subjetionis (sumisión del grupo a una autoridad).
 Naturaleza empírica del hombre: A partir de Grocio se atiende la naturaleza
empírica del hombre, fijándose en sus consideraciones sociológicas. Puffendorf
se centra en la tendencia natural hacia la sociabilidad; Tomasio, hacia la
apetencia de felicidad; Hobbes, el egoísmo; Rousseau, la bondad.
 Separación entre moral y derecho: Es consecuencia de la separación entre
filosofía y teología. La moral queda como un conjunto de actos internos del
sujeto.

Autores
GROCIO
Es un jurista interesado por la praxis. Equipara el Derecho natural con la Naturaleza
racional (que en última instancia todavía está en Dios). Además del componente
racional, está el social (sociabilidad).
PUFFENDORF
Es el instaurador definitivo del racionalismo en el Derecho. A diferencia del anterior, se
acerca al voluntarismo. Para Puffendorgf, el hombre posee dos condiciones naturales: la
imbecillitas (inseguridad, desamparo; estado de naturaleza) y la socialitas (status civilis,
o para é: status adventilius).
TOMASIO
Discípulo del anterior. Entre sus ideas ilustradas, encontramos que para él el motor de la
unión social es la búsqueda de la felicidad. Aquí Dios no aparece como legislador, sino
como creador. Existen tres órdenes reguladores: la ética, los usos sociales y la
jurisprudencia (lo cual supone, también, separación entre moral y Derecho).

WOLF
Más filósofo que los anteriores. Es conciliador y racionalista. No separa, sin embargo,
entre moral (ley preceptiva) y Derecho (ley permisiva).

EL IUSNATURALISMO EN EL S.XIX
Entramos en un siglo repleto de complejidad y heterogeneidad filosófica. La influencia
de Kant es gigantesca. Se produce también una reacción contra el Racionalismo
ilustrado. Esta reacción viene desde tres frentes: -el vitalismo: que defiende la
continuidad y flujo constante de la vida; -el tradicionalismo: que aboga por una vuelta al
pasado; y el historicismo y evolucionismo: que fijan sus explicaciones en el dinamismo
de la Historia.
POSITIVISMO FILOSÓFICO: Presta exclusiva atención a los datos empíricos. Niega
la metafísica.
POSITIVISMO JURÍDICO: Sólo reconocen el Derecho positivo. Niega el Derecho
natural.
Corrientes
a) Teoría general del Derecho (Merkel): Proviene de Alemania. Es la justificación
científica de lo jurídico. Es el conjunto de abstracciones generales de lo común a
cada tipo de Derecho.
b) Escuela de jurisprudencia analítica (Austin): Desde Inglaterra. Austin quiere
llegar a una ciencia sobre la base de los conceptos jurídicos, mediante el análisis
comparado de los diferentes ordenamientos jurídicos.

c) Escuela de Derecho comparado: Sigue los mismos presupuestos de Austin.

d) Sociología jurídica (Erlich): Sostiene que el Derecho no procede ni del Estado ni


de los tribunales, sino de la sociedad (de las instituciones sociales).

HISTORICISMO:
La escuela histórica del Derecho supone una reacción al iluminismo del s. XVIII. Las
ideas de esta Escuela se centran en los conceptos de nación o pueblo unidos al
volksgeist (espíritu popular). Además, marginan la idea iusnaturalista.
En el clima descrito, la nueva consciencia de la historicidad del Derecho supone
un radical cambio de perspectiva que se manifiesta en todas las instancias de la
teoría y de la práctica jurídica. Se abre así paso, progresivamente, una
revalorización de lo individual y lo concreto; de lo histórico, frente al gusto por
la sistematización abstracta y universalista que había predominado en las instancias
jurídicas del Iluminismo. En particular, se van disolviendo los instrumentos
conceptuales del XVIII en un proceso lento y gradual que va socavando los
cimientos de aquel, en apariencia, sólido edificio que forman las construcciones de la
cultura jurídica del Iusnaturalismo ilustrado. De ahora en adelante, la tarea del
jurista no revestirá ya los caracteres de una búsqueda incondicionada de la norma más
justa bajo los auspicios de la pura razón, sino que se dirigirá a la
sistematización y explicación de un material empírico: el Derecho positivo, a través de
la variedad de sus determinaciones históricas. Esta nueva comprensión de la
realidad que se inicia en las postrimerías del siglo XVIII puede considerarse como una
tendencia general de la cultura alemana. Las influencias del pensamiento francés
e inglés, especialmente a través de la penetración de las obras de Montesquieu y
Burke, impulsó a los espíritus más inquietos hacia el estudio de la Historia. Importancia
decisiva en esta dirección tuvieron también las Patriotische Phantasien (1704) y la
Osnabrückische Gescbichte (1768) de Justus Móser, quien con su revalorización de las
viejas tradiciones corporativas, sentaba las bases de un nuevo entendimiento y una
nueva valoración del pasado histórico.

Premisas de la crítica anti-iusnaturalista del Historicismo jurídico.


En el contexto hasta aquí delineado, la crítica del Historicismo jurídico a los
dogmas del Derecho Natural racionalista se presenta bajo la apariencia de una
ruptura total. Dicha ruptura se manifiesta en diversos sectores que conviene
distinguir. Así, en el plano ontológico el Iusnaturalismo ilustrado había concebido el
Derecho como una realidad sustantiva, universal y estática, producto del discernir
de una razón sedicente libre e incondicionada. Esta idea del Derecho, expresión de
su pretendido significado intrínseco, se circunscribe, en principio, al Derecho
Natural, pero luego se predica también del Derecho positivo, por la necesidad
lógica de reconducir toda versión posible de juridicidad a un único sistema y
un único fundamento. Persuadidos de la homogeneidad fundamental existente
entre el Derecho Natural racional y sus determinaciones positivas, los
iusnaturalistas iluministas terminan afirmando la naturalidad y racionalidad del
Derecho positivo. En contradicción con sus propias premisas no dudaron, a la postre,
en afirmar la armonía de las determinaciones jurídicas concretas dela positividad
con los principios del Derecho Natural, llevando a cabo una auténtica
mixtificación entre las exigencias de la pura racionalidad y los datos empíricos del
Derecho histórico, sobre la que se precipitó la crítica de David Hume e Immanuel Kant.

IUSNATURALISMO CONTEMPORÁNEO.
Desde Antígona hasta nuestros días, la cuestión iusnaturalista se ha prolongado por
veinticinco siglos. La pervivencia de una discusión indica, por una parte, que se trata de
un tema vivo, quizás ineludible. Pero por contraste, el hecho de que a través de los
siglos y tras muchos esfuerzos no aparezca, haberse llegado a un acuerdo sobre la
validez, sentido y alcance práctico, de la cuestión, muestra que hay algo en ella que la
hace especialmente conflictiva.
En segundo lugar se da un panorama a la forma en que argumentan los diversos autores
iusnaturalistas, al exponer sus teorías, que como se sabe son muy variadas, sin embargo
“les resulta para algunos contemporáneos la existencia de un Derecho Natural, y la
adopción de un iusnaturalismo, pero como los tiempos han cambiado, y hoy la
tradición es la del relativismo.
Además también se valora la flexibilidad y parece que la admisión de una teoría
iusnaturalista, necesariamente lleva a una rigidez, tanto intelectual como práctica,
puesto que el iusnaturalismo se admiten ciertos puntos morales, y los defiende, y está
por el mismo hecho descalificando a las personas que piensan moralmente diferente.
Son muchas y muy variadas las razones por las cuales puede negarse a aceptar un
Derecho Natural y a mantener una teoría iusnaturalismo. “Hay dos respuestas relevantes
para que una sociedad entienda la existencia de una Derecho Natural y una Teoría
Iusnaturalista, la primera de estas respuestas es que la idea de Derecho Natural está
relacionada con la noción del límite. Y en nuestra época por razones tan diversas como
pueden ser los abusos del totalitarismo, la destrucción de la familia, el abuso a la mujer
y la destrucción del medio ambiente.
Sin embargo hay muchas razones por las cuales nos han llevado a cada uno de nosotros
a sostener la existencia de un Derecho Natural, inclusive en una época en la que
académicamente o políticamente no es conveniente hacerlo.
Como exponentes principales de esta corriente denominada Iusnaturalismo Racionalista
o Moderno, puede encontrarse, entre otros a Hugo Grocio (1583 – 1654 d.C.), Samuel
von Puffendorf (1632 – 1694 d.C.), Christian Thomasio (1655 – 1728 d.C.), Christian
Wolf (1679 – 1754 d.C.), entre los más relevantes.

EL IUSNATURALISMO PROCEDIMENTAL DE FÜLLER.


La figura de Lon Fuller aparece estrechamente unida a su conocida tesis de la moral
interna del derecho, que ha terminado por convertirse en uno de los hitos más
importantes del pensamiento jurídico angloamericano, de la segunda mitad de este siglo.
Fúller estaba convencido de haber hallado en los “principios de del rule of law un
punto de interacción entre el ser y el deber ser jurídico que vendría a poner en
entredicho al positivismo jurídico y su defensa de separación entre el derecho y la
justicia”. La originalidad y el carácter de las tesis fullerianas fue pronto acompañado de
una rica e interesantísima literatura crítica de la que formaron parte algunas de las más
destacadas voces de la Filosofía del Derecho angloamericana de la segunda mitad de
este siglo, como H.Hart, R.Dworkin, R. Summers o D.Lyons, los cuales, en general y,
pese a atacar con más o menos dureza sus principales propuestas teóricas, reconocieron
el atractivo de la concepción fulleriana del sistema jurídico. Pese a que ésta quedó
seriamente afectada por la devastadora crítica de Hart y a que no han sido muchos los
que se han adherido a las te-sis más ambiciosas del profesor de Harvard, lo cierto es que
no han faltado quienes se han sentido atraídos por el planteamiento defendido por Fuller
y procurado nuevos y mejores argumentos que los empleados por éste para justificar la
existencia de una conexión algo más que contingente entre el derecho y la moral.
Se llega a conclusión de que la moral interna del derecho es compatible con el
positivismo jurídico ya que, pese a representar la existencia de una mínima eticidad en
todo sistema jurídico, ello no es suficiente para sostener una conexión necesaria entre el
derecho y la moral.
Por otro lado la presencia de los elementos de la moral interna del derecho proporciona
una serie de dimensiones a valorar y tener en cuenta a la hora de predicar la moralidad
de los sistemas jurídicos; más concretamente, la introducción de justicia formal, la
limitación del poder y el respeto a la autonomía individual.

EL IUSNATURALISMO SUBSTANTIVO DE FINNIS.


El libro de John Finnis, Natural Law and Natural Rights; marcó una importancia
especial puesto que desde de la aparición de este trabajo, se han multiplicado sus
sostenedores y sus detractores, en una polémica que dura hasta nuestros días y que ha
obrado como un revulsivo en el ámbito del pensamiento iusnaturalista, enriqueciendo
las perspectivas, precisando las cuestiones y afinando los análisis.
John Finnis, ha intentado encontrar “un nexo entre los derechos individuales y el Bien
Común, aunque no consustanciado con un Ser Trascendente. Los seres humanos buscan
obtener en la vida lo que denomina como “bienes básicos” que, en un sentido
aristotélico, habrán de contribuir a su florecimiento, a una buena vida.” Finnis identifica
siete bienes básicos fundamentales e irreducibles, presentes en casi todas las teorías de
la ley natural:
1. La vida humana;
2. el conocimiento;
3. la experiencia estética;
4. el juego y la diversión;
5. la sociabilidad y la amistad;
6. la razonabilidad práctica y
7. la religión.
Finnis ha reelaborado su lista de formas básicas de florecimiento humano cuando ha
trabajado con otros filósofos:
Valores humanos básicos (Grisez, Boyle y Finnis).
 Vida (salud, reproducción, seguridad)
 Conocimiento y experiencia estética
 Trabajo y juego significativo (excelencia)
 Amistad: relaciones y amistades
 Autointegración: armonía, integridad o paz interior
 Autoexpresión o razonabilidad práctica (tomar decisiones en paz)
 Trascendencia (armonía con fuentes de sentido sobrehumanas, teístas o
no).
De acuerdo con Finnis todos son igualmente fundamentales y ninguno puede ser
reducido a un aspecto de otros o ser meramente instrumental en la búsqueda de otros.
Todos pueden asumir el rol más importante en diferentes puntos del tiempo. No hay
diferencias en sus rangos de valor intrínseco. Pero esos bienes no constituyen el Bien
Común a pesar de que constituyen bienes para todos y que todos pueden alcanzarlos y
gozarlos toda vez que asuman aquello que puede ser considerado como correcto e
incorrecto.

EL IUSNATURALISMO EN LA ACTUALIDAD
Iusnaturalismo, sentimiento del derecho natural y ética moderna
Derecho Natural y iusnaturalismo son conceptos ambiguos y con múltiples sentidos.
Implican una pluralidad de posiciones -no reductibles a uni- dad- dependiendo de las
diferentes situaciones de la vida -pensamiento y acción- en las que se realizan.
A menudo sucede que el uso de expresiones, ideas, etc., durante siglos tiende al
establecimiento de una noción unitaria, corriendo el riesgo de generalización. Acontece
que una idea, a través de los siglos, se carga de significados con diversas ramificaciones
imposibles de reconducir a la unidad originaria, aunque tengan una denominación
común.
La expresión iusnaturalismo, como teoría del Derecho Natural, puede ayudar a
distinguir entre derecho de la naturaleza y el reenvío a las doctrinas iusnaturalistas.
El iusnaturalismo como doctrina se desinteresa del puro sentimiento del Derecho
Natural. Si se lleva a cabo la distinción entre iusnaturalismo -como teorización de la
idea del derecho natural- y el sentimiento del derecho natural -como apelación
emocional a un derecho existente "in cordibus"- será más fácil demostrar la tesis
pretendida: una renovación del iusnaturalismo en la conciencia del pensamiento
contemporáneo es incompatible con el carácter esencial de la ética moderna cuya raíz
deriva de su histórica e ideal modernidad. Es incompatible el iusnaturalismo con la ética
moderna.
El sentimiento del derecho natural coincide con el sentimiento de la justicia -invocación
al derecho natural- contra una legislación -una de las varias determinaciones históricas
de la idea de la justicia- que ha de conocerse en el etos de las que participa. El
sentimiento de la justicia aparece con más claridad ante la insuficiencia de la misma que
ante su posibilidad.
Pero el discurso filosófico cuando emprende el camino del reconocimiento de la justicia
bajo los residuos del derecho natural, debe dirigirse a la identificación de la primera, no
del segundo.
Si el sentimiento del derecho natural puede comprenderse en su verdadera esencia sólo
si se refiere a la justicia de la que es un aspecto, no por ello el iusnaturalismo debe
identificarse, en rigor, con los razonamientos en torno a la justicia. En sentido estricto,
el iusnaturalismo es otra cosa, no se limita a comentar y sostener ese sentimiento, no se
limita a insistir de forma monótona en su protesta contra las leyes injustas, sino que es
una concepción de la vida, se conecta con una determinada visión del mundo, que se
manifiesta de diferentes formas.
El iusnaturalismo no puede reconciliarse con la moderna concepción moral del mundo,
formada desde el Humanismo hasta la actualidad, a través de los tiempos, denominados
modernos.

LAS VERSIONES DEL IUSNATURALISMO EN LA ACTUALIDAD


Ahora bien, estas tesis no son sostenidas de modo unívoco y rígido por todos los
pensadores contemporáneos que se pueden identificar como iusnaturalistas, sino que
existen entre ellos sensibles diferencias de presentación, de modo de aproximación al
tema, y aun en los supuestos filosóficos de base. En líneas generales, es posible
distinguir al menos cinco versiones del iusnaturalismo en la actualidad, susceptibles de
ser caracterizadas del siguiente modo:
a) Las versiones derivacionistas, entre las que puede enumerarse a las propuestas de
Ralph MCINERNY , Russell HITTINGER , Henry VEATCH y varios más, que ponen
el acento en la dimensión naturalista del derecho natural, defendiendo la posibilidad de
derivar las proposiciones normativas de este derecho de afirmaciones acerca de las notas
constitutivas de la naturaleza humana; ha escrito en este sentido Anthony LISSKA que
“la moralidad tiene su fundamento en la naturaleza humana. Un acto es moralmente
incorrecto no porque Dios mande que ‘A es incorrecto’, sino más bien porque ese acto
impide la realización —o bien la auto-actualización— de las propiedades
disposicionales que determinan el contenido de la naturaleza humana”; en definitiva,
para estos autores, la “ley de Hume” no tiene ningún valor epistémico, y no existiría
inconveniente alguno en la derivación de proposiciones prácticas, aun jurídicas, a partir
de las notas perfectivas de la índole o naturaleza humana.
b) Las versiones inclinacionistas, que tienen por principal representante al filósofo de
habla alemana Martin ROHNHEIMER, para quien el derecho natural se manifiesta
principalmente en las inclinaciones naturales del hombre, en cuanto ellas aparecen como
signos de la participación de la ley Eterna en la razón humana; “La ley eterna —escribe
ROHNHEIMER— es por lo tanto conocida en la medida en que la ley natural se realiza
y deviene eficaz, esto es, mediante la razón natural del hombre”; y más adelante agrega
que “todo aquello que la razón práctica capta naturalmente como un bien humano,
forma parte, como bien a realizar o mal a evitar, de la dinámica de las inclinaciones
naturales”; para esta aproximación, el conocimiento de los contenidos del derecho
natural no se da a través de una inferencia que parte del conocimiento teorético de la
naturaleza humana, tal como lo pretenden los derivacionistas, sino que se obtiene por
medio de la aprehensión intuitiva de los fines de las inclinaciones naturales; en este
sentido, ROHNHEIMER sostiene dos tesis fundamentales: “1) la ley natural es obra de
la razón práctica, la que tiene un punto de partida propio y no deriva sus principios de la
razón especulativa; 2) la ley natural es un conocimiento práctico y preceptivo del bien
humano que se explica porque la razón humana se encuadra en el dinamismo de las
inclinaciones naturales”.
c) La propuesta de la Nueva Escuela de Derecho Natural (NEDN), sostenida
principalmente por Germain GRISEZ y John FINNIS, pero defendida también por otros
pensadores como Robert P. GEORGE, Joseph BOYLE y William MAY; para esta
Escuela, el conocimiento de los contenidos del derecho natural se produce,
principalmente, a través de la captación, por evidencia, de los bienes humanos básicos y
del primer principio de la ley natural, al que atribuye carácter premoral; este primer
principio, “el bien ha de hacerse y el mal evitarse”, es la estructura de todo pensamiento
práctico con sentido, y adquiere carácter moral cuando se aplica a la conducta humana
voluntaria que actúa en procura de algún bien humano básico; estos últimos no son sino
las dimensiones centrales del perfeccionamiento humano, captadas por la razón práctica
como bienes por realizar en la propia vida; ellos son los que dan sentido a la praxis
humana y los que la hacen inteligible, racional y valiosa35; por tanto, tampoco hay para
esta escuela inferencia directa desde las notas constitutivas de la naturaleza humana
hacia las proposiciones prácticas del derecho natural, sino que la razón práctica
establece cuál ha de ser el orden de la conducta humana en procura de esos bienes
básicos a partir de la captación por autoevidencia de esos bienes y del primer principio
de la razón práctica; cabe consignar que para los autores de la Nueva Escuela, los bienes
básicos son el objeto propio de las inclinaciones naturales, por lo que estas últimas
cumplen una función central también en esta doctrina.
d) Las concepciones ultrarrealistas, cuyo principal exponente es el profesor de Illinois,
Michael S. MOORE, para el cual existen realidades morales, con su propia esencia o
naturaleza, con independencia de su conocimiento por parte del hombre y aún de la
existencia de éste;
“las tesis ontológicas del realista —escribe Moore— son dos: primero, una tesis
existencial que afirma la existencia de las entidades en cuestión, sean ellas números,
derechos jurídicos, estados mentales o cualidades morales; segundo, una tesis de la
independencia, que afirma la independencia respecto de la mente de las entidades en
cuestión. Esta segunda tesis afirma que, por ejemplo, los electrones pueden existir aún
cuando no tengamos pensamientos sobre ellos y, por supuesto, aun cuando nosotros no
existiéramos”.
Para este autor es posible conocer, de un modo similar al especulativo, las realidades
prácticas, morales o jurídicas; así, por ejemplo, es posible conocer la justicia de un
contrato del mismo modo en que se puede conocer la ley de la gravedad, la estructura
molecular del oro o el peso de una piedra: no se da tampoco aquí ninguna derivación
ilegítima del es al debe, sino simplemente una inferencia del debe de otro debe existente
objetivamente en la realidad extramental; una posición similar es la sostenida por el
antiguo profesor de París, Michel VILLEY: también para él el conocimiento del
derecho natural es una labor de carácter fundamentalmente especulativo, ya que éste se
discierne teóricamente en la observación de la naturaleza de las cosas jurídicas37.
e) Finalmente, corresponde mencionar algunas propuestas de superación de las
controversias entre las diferentes versiones del iusnaturalismo, como la elaborada por el
iusfilósofo norteamericano Mark C. MURPHY quien, en su libro Natural Law and
Practical Rationality38, sugiere una salida a la polémica entre los derivacionistas, por un
lado, y la NEDN, por el otro; para este autor, el derivacionismo incurre inexorablemente
en el sofisma lógico que supone derivar la dimensión práctica o deóntica de meras
descripciones acerca de las notas constitutivas de la naturaleza humana; por su parte, el
inclinacionismo y la NEDN dejan de lado la dimensión naturalista de toda doctrina del
derecho natural, ya que no lo fundan, de ningún modo consistente, en la naturaleza
humana; para superar esta doble insuficiencia, MURPHY propone una fundamentación
dialéctica de las proposiciones prácticas del derecho natural en el hecho de que, tanto
las proposiciones normativas del derecho natural como las descriptivas de la naturaleza
humana, tienen el mismo referente semántico, i. e. las dimensiones fundamentales del
perfeccionamiento humano; como ambas proposiciones designan la misma realidad, es
posible fundar dialécticamente las primeras en las segundas, aunque no pueda
establecerse entre ellas ilación lógica propiamente dicha; esta doctrina, llamada por su
autor “Tesis de la identidad real”, ofrece varios reparos, uno de los cuales es que, en
rigor, no es posible hablar en este caso de identidad de referente semántico, toda vez
que si bien se está en presencia de una identidad material, ya que se designa a la misma
cosa, no se trata de una identidad formal, que es la que realmente interesa: en efecto, en
el caso de la proposición descriptiva el referente es la dimensión perfectiva del hombre,
y en el caso de la proposición normativa es esa misma dimensión pero en cuanto bien
humano por perseguir o procurar; se trata, en otras palabras, de referentes distintos
formalmente, y al ser la formalidad de un ente lo que propiamente lo califica o
determina de manera entitativa, no se está en el caso aludido en presencia de una
identidad real, sino de una real divergencia39.

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