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En un proceso tenemos esencialmente dos partes: demandante y demandado, cada una de ellos va
a ser valer de alguna forma sus puntos de vista sobre el fondo del litigio; el demandante sostiene su
posición y el demandado los suyos, generalmente son posiciones contrarias, salvo los casos de un
convenimiento; pero existe la posibilidad de que el Legislador incluya a terceras personas, quienes
inicialmente no son parte del proceso pero pueden posteriormente hacerse parte de la misma.
El legislador expresa de manera bastante clara cuáles son los supuestos en los cuales esas terceras
personas pudieran intervenir en el proceso.
Cuando se estudia con detenimiento las múltiples posibilidades que pueden presentarse en la
práctica, encontramos casos en los cuales no se justifica que intervenga un tercero, por eso el
legislador ha hecho una especie de selección que ha tratado de indicarnos cuáles son los casos en
los cuales sería prudente esa intervención de terceros; lo que quiero es ir aclarando lo siguiente: en
un proceso donde inicialmente tenemos una parte demandada y una parte demandante,
independientemente de que haya una pluralidad de personalidades agrupadas dentro de estos
términos, hay terceras personas que pueden ver de alguna forma afectado algún tipo de derecho,
bien, propiedad que tengan, sea de su propiedad o que se pueda ver afectado por el proceso que
están llevando otras dos personas.
Existen otros supuestos en el cual una tercera persona pudiera intervenir, por ejemplo: vamos a
suponer que me demandan y pierdo el proceso, me corresponde cumplir de manera voluntaria con lo
que dice la sentencia, pero si no lo hago me pueden obligar aún con la fuerza pública, el Tribunal
puede obligarme de manera forzosa. Esto quiere decir que puede haber un error y se toquen bienes
que no son propios, que son de una tercera persona que nunca concurrió al proceso y simplemente
por error van a trabar una medida sobre sus bienes, derechos o propiedades. El Tercero no queda
indefenso, puede intervenir en el proceso y exponer sus alegatos puede exponer que no es parte en
ese proceso y están afectando su propiedad y entonces puede intervenir. Hay varias maneras para
que lo haga, depende de los intereses que invoque.
En la Intervención de terceros voluntaria: es el tercero quien concurre, el que interviene
directamente en el proceso, de manera espontánea, sin coacción de ningún tipo debido a que le
interesa hacer valer su derecho en el marco de ese proceso en desarrollo, porque él considera que
se le está violando o se le puede violar algún tipo de derecho.
En la Intervención de terceros forzada: es el caso típico de la evicción, ya que el tercero no
concurre de manera voluntaria sino que el Tribunal le hace un llamamiento para que tú concurras;
esa es la diferencia esencial aparte de las tramitaciones procesales que veremos luego en cada una
de estas intervenciones.
Aunque no es una parte originaria como el demandante o el demandado, una vez que el tercero
interviene en el proceso es parte, y eso es importante de tener en consideración.
Existen situaciones especiales como el poseedor precario (poseedor en nombre de otra persona), y
aún así puedo intervenir, pero ¿para qué intervengo? Para que se respete mi derecho de poseedor
precario.
Con respecto a la intervención de carácter forzoso, no priva la voluntad del tercero que interviene
ya que lo hace por orden del Tribunal, por un llamamiento o por citación a solicitud de la parte
interesada al Tribunal y éste lo cita para que concurra.
Esto es importante establecerlo porque los supuestos para intervenir de manera voluntaria son
distintos a la de manera forzada y debemos basarnos en los ordinales adecuados ya que ocurre algo
similar a las cuestiones previas donde cada uno tiene su tramitación.
Oportunidad para interponer la tercería Va a variar, dependiendo de varias circunstancias, en
principio va a depender del tipo de intervención que usted va a efectuar, si es forzada por ejemplo,
la parte interesada tiene que solicitar que usted sea llamado a través de la citación que le libre el
Tribunal y su oportunidad procesal para efectuar esta solicitud es con la contestación de la
demanda y cuando lo hace es porque le sirve de respaldo a la defensa (ya sea saneamiento por
evicción o por vicios ocultos), distinto es el caso si la intervención es voluntaria ya que
dependiendo del tipo y del fundamento de la intervención la oportunidad procesal en la cual tengo
que proponerla.
Igual sucede en el caso de la fianza, si hay un fiador solidario el principal de repente puede ser
codemandado igualito, con el obligado principal, pero si la fianza es simple tiene carácter de
solidaridad. Fíjense que hay distintas posibilidades en ésta defensa y en la forzada debe hacerse al
momento de contestar la demanda según el Art. 364 CPC, mientras que en la voluntaria puede el
tercero concurrir cuando está en fase de prueba, o que se entere después que se haya dictado la
sentencia o apelaron y fueron a la alzada y el procedimiento está en segunda instancia y en ese
momento fue cuando se enteró, o puede enterarse cuando haya sentencia definitivamente firme y
esté en etapa de ejecución de la sentencia, sin embargo tiene un pequeño límite: cuando el bien
haya sido rematado y en tal caso lo que puedes intentar es una acción reivindicatoria en contra de
terceros (art.384 CPC).
En el caso de los niños se pudiera alegar el Ord. 1º del 371 CPC, pero en todos estos casos hay
intervención del Ministerio Público y su procedimiento en estructura es diferente al procedimiento
ordinario ya que es regulado por la LOPNA.