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¿Amiga?

Tu esencia se apodera una vez más de mi olfato e invade a mis pulmones. Ellos se niegan a destilar
tu aliento, que egoísta pretende volatilizar a mi precaria estabilidad emocional. Ante tu feroz acoso
solicito auxilio a mi mente que mantiene en entereza a mi corazón pese a que late vapuleado
soportando el dolor del desamor

El aroma del café invade mi olfato


Ahoga mis pulmones los cuales envían un mensaje de auxilio al cerebro
Ansiosos mis ojos despiertan.

El corazon exige a mi cuerpo esa esencia la cual embriago a mis sentidos


Los cuales me mantuvieron en un sopor de ensueño.
Encerrándome en aquella fortaleza solitaria y fría.
¿Soy adicto a ti...?

¡Amiga!
Tú solo me sonríes.
Con fastidio me observas sobre esa montaña
La cual construí con ayuda de mis sentimientos.
Suspiro tras suspiro me llevaron hacia lo alto.
Tratando de encontrar a mí destino.
Mientras mi sensibilidad se va dentro de esa cascada
La cual formaron las lágrimas que escaparon de mis ojos.
Al saber de tu olvido.

Pero ni siquiera mi novio el amor me espero.


El me abandono... se fue celoso de ti.
De mi compañera interminable, de mi compañera irreal, de mi amiga la que sin querer me lastima.

Mis deseos me empujan hacia aquel precipicio el cual forme con mis decepciones.
A cada paso que doy me abofetea la indiferencia
¡Pero tú no haces nada!
Solo sonríes esperando el momento en el que me arroje a él
Y nuevamente me salves con esos brazos fríos y eternos.
Con una nueva promesa de no abandono.

Mis huesos se estremecen al sentir tus frías caricias.


Las cuales me prodigaste en aquellas noches de insomnio.
En las cuales necesite tomar el café que se encuentra vertido sobre esa taza de cerámica.
Empañada y cuarteada por el calor sofocante de aquel líquido que sin querer acabo con su belleza.
La almohada se compadece de mí. Logrando que mi cabeza caiga encima de ella
No quiere que recuerde aquel amor que se fui sin decir adiós.
Dejándome contigo como fiel testigo de mi dolor.
Ya no me dejaba amar.
¿Y es así?...
Triste despierto...
Bostezando, suspirando, llorando sobre el mar de ilusiones rechazadas
Las cuales hacen más salada mi existencia.
Y yo... yo solo se que aun después de todos los desprecios que te he hecho,
aun después de pensar una y mil veces en la muerte,
aun después de observar mi reflejo en aquel espejo.
Aun me sonríes.
Pero tu amistad me lastima
Cuando bebo de aquel café amargo e irritante.
El cual me mantiene despierto en compañía de tu esencia.
La cual no me deja pensar en nadie más.

¡Tu! ¿Mi amiga celosa?


La cual me acompañaba en mis decepciones.
En los momentos en los cuales me rompen el corazón.

Pero esta vez lo unifique con un nuevo sentimiento. El más fuerte.


El de la ilusión, el de los sueños, el del presente.
Esta vez no lo embriagare con los miedos o frustraciones.
No permitiré que me envuelva con aquel manto de mi amiga la que aun me espera.
La que ruega por mi tiempo.
Triste observa como ya he bajado de la montaña
Permitiéndome la oportunidad del querer una vez y muchas mas.
Para así alguna vez llegar a amar con este fuerte y sabio corazón.
El cual no la dejara acercarse, ni abrazarme.
Ni siquiera el murmurar que aun sigue siendo mi amiga la soledad.

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