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APRENDER A AMAR

LA CUESTIÓN DEL AMOR

Sin duda alguna la muerte es uno de los temas más pensados y atractivos para el ser
humano. Es curioso como la muerte ha dado para la creación humana una masa inagotable,
porque menciono esto, pues si nos ponemos a pensar no sabemos nada de la muerte más
allá de que es el cese aparentemente definitivo. Nadie nuca ha regresado del sueño eterno
para contarnos que sucede después de terminado el viaje de la vida, ese reino es un paraje
virgen e inaccesible para los vivos. A menos claro que, vayamos hacia otras fuentes que
nos hablan sobre la muerte ya podría ser la religión, el arte o algún otro tipo de recurso, a
saber, son frutos de la imaginación humana por el anhelo de poder echar un vistazo al
mundo de los no vivos. Chamanes, brujos, profetas y artistas se han esforzado por
describirnos que hay más allá de la vida. Jesús visito las tinieblas y derroco al mismísimo
Hades diciendo que el reino de los muertos ya no le pertenecía, ahora el hijo de Dios
obtuvo el dominio sobre esas almas, “en adelante, Cristo resucitado tiene las llaves de la
muerte y el infierno”1. O, la descripción del infierno de Dante “abandone toda esperanza
quien entra aquí”, menuda frase a quien no le podría helar los huesos una advertencia de
lugar tan funesto. Sin embargo, como lo he mencionado todo ello fruto del imaginario
humano, la muerte es inaccesible a menos claro que cese la vida.

Interesante es saber que la cuestión de la muerte ronda tanto el pensamiento del ser humano
esto es, debido a que, la muerte es el fin de la vida y sin esta al parecer no hay nada más.
Pero ese hecho convierte a la muerte en algo tan atractivo produciendo una gran ironía para
los vivos, puesto que, la vida misma tiene un rechazo total para con la muerte porque la
muerte significa la extinción irreparable de la vida, estos dos términos son excluyentes el
uno del otro, no se tocan en ningún punto. El hombre desea saber y que mejor saber que
aquel que no se puede alcanzar como lo es el reino de la muerte, y esto impulsa su actividad
creativa de una manera sorprendente. La muerte se ve a diario en este mundo de los
mortales, pero no es eso lo que deseo saber, sino que anhelo descubrir lo que la muerte es
para mí; pues, si algo tiene de característico la muerte es que es personalísima.

1
Apóstoles (1,18).
Otro tópico que le roba el tiempo de reflexión al ser humano y se negocian su prioridad a
parte de la muerte es el amor, este ultimo es el problema a abordar en este texto. No cabe
duda de que el amor tiene una parte importante en el tiempo vital de las personas, que, a
diferencia de la gran atracción de la muerte, el amor es algo que se desea vivir y
experimentar; mientras que lo otro lo deseo alejar. Cuando se piensa en la muerte se quiere
saber sobre está, pero no se desea experimentar, el hombre puede llegar a imaginarse su
muerte, pero a menudo la coloca en un lugar distante, sabe que se morirá algún día ocurrirá,
pero será en un tiempo muy lejano, el más adelante en futuro; quizá en la vejez. El amor, a
diferencia de la muerte, requiere de otro, ya sea persona, actividad, cosa, etc.; y al mismo
tiempo de mí mismo. La muerte y el amor comparten dos características: 1) son
personalísimas, es decir, no puedo experimentarlas por otros ni los otros por mí, podemos
verlas en otros, pero nunca llegar a saber en realidad lo que se experimenta. 2) son
atrayentes, por el lado de la muerte se desea saber que hay en ella, pero no se desea
experimentar; mientras que, en el amor se desea conocer y también experimentarlo.

De tal manera el amor ejerce uno de los más grandes anhelos en la experiencia vital de los
seres humanos, pero, ¿Qué es el amor? Quizá por su característica personalísima la
definición universal del amor sea imposible de alcanzar, tal vez pertenezca al reino de las
cuestiones metafísicas. Sin embargo, podemos encontrar que generalmente el amor se
concibe como ciertas actitudes favorables hacia algo, el amor florece en la persona, pero
tiene un objeto a cuál amar y, estas afecciones hacia lo amado son buenas e
incondicionales. Por ejemplo, todo hombre que ama su trabajo procura hacerlo bien y con
el mejor de sus esfuerzos. Es un estado de afinidad incondicional, el estado de amar “estar
enamorado”, debe poder resistir cualquier cosa para decir de esta manera que ama. No es
raro encontrar historias de como el sagas caballero soporta los crueles tormentos del destino
para una vez superados pueda rescatar a su amada dama y, en ningún momento flaquea su
amor, puesto que, antes que claudicar esta dispuesto a resistir todas las calamidades por
amor. De esa manera, nos aventuraremos a dar una definición del término que quizá pueda
ser aceptada por la mayoría de las personas, de modo que, el amor es: una disposición
benéfica, desinteresada e incondicional hacia con el objeto amado.
Sin embargo, existen muchos tipos de amor, por ejemplo, el amor de los padres, el
fraternal, el del trabajo, a la vida, a Dios, la humanidad, entre otros. Pero el objetivo de este
texto es abordar el tema del amor en las relaciones de pareja, es decir, el amor romántico.
Utilizando nuestra definición de amor entenderemos por amor romántico aquello que: es
una disposición benéfica, desinteresada e incondicional hacia una persona con intenciones
de mantener una relación emocional, sexual y de convivencia. Con facilidad podemos decir
que este tipo de amor es el mas anhelado por las personas y que les descuenta mucho
tiempo de su vida, la búsqueda del amor es uno de los principales ejes motores de la
experiencia vital de los humanos. La gran mayoría de personas pueden decir que están o
han estado enamorados alguna vez, en otras palabras, que han podido experimentar el amor.
Sin embargo, el objetivo de este texto es demostrar como se experimenta lo que se dice es
amor entre las parejas y, llegar a la conclusión de que si es esto lo que llaman amor lo es
como tal o, si por el contrario, el amor queda en el imaginario humano, al igual que la
muerte como propulsor de la creatividad, como una idea deseable y buena; ya que en la
realidad lo que se dice que es amor se podría transformar o desfigura de lo que se piensa.
LA IDEA DEL AMOR ROMANTICO

Como he mencionado el amor es uno de los objetos de deseo mas buscado por el hombre, a
lo largo de nuestra vida pasamos el tiempo buscándolo casi si ninguna pausa, a excepción
de cuando se esta en una relación, en muchos casos, esto debido a que, por una parte,
nuestra relación puede terminarse o porque estando dentro de una podemos buscar a otro
objeto de nuestro amor; lo primero es aceptado mientras que lo segundo esta brutalmente
reprobado. Para el amor romántico no hay ningún tipo de tolerancia a la deslealtad, por tal
motivo, la infidelidad esta penada y es rechazada absolutamente. El amor de este tipo se
refiere a un amante incondicional que se sale de si mismo para entregarse por completo al
objeto de su querer, a tal grado que no seria raro encontrar a un amante de este tipo que
estaría dispuesto a todo hasta “dar la vida por el otro”; evidentemente, este tipo de frases
son utilizadas como un oxímoron, una manera de intentar expresar lo ardiente y puro que es
el sentimiento y aprecio por quien la persona ama; puesto que, es imposible realizarlo. Las
características de este amor, a parte de la lealtad, son: la incondicionalidad, la sagacidad, la
magnanimidad, lo destinado y lo propio.

Este amor es incondicional porque no importa qué y cuanto se deba sufrir y soportar en
nombre del amor, puesto que, si estoy enamorado debo soportar todos los reveses que
atenten contra este amor. De ahí que, otra de las características del amor romántico sea la
sagacidad, pues se necesita de una persona lo mayormente capaz de enfrentar todas las
batallas y tropiezos que puedan acaecer en su historia de amor. También es magnánimo
porque el sentimiento que se experimenta por el amado es tan grande que rosa con lo
místico y lo mágico, en consecuencia, es el destino quien me a puesto lo mío, lo propio para
amarlo con toda mi lealtad sin condiciones dispuesto a enfrentar el mundo por conservar el
amor de mi objeto amado. Sabiendo que el amor es una disposición de benignidad hacia
alguien, que mejores cosas podrían alimentar a la idea del amor más puro hacia otra
persona que todas aquellas características consideradas buenas y correctas. No es
casualidad que el caballero sea una de las figuras más representativas del amor, el blanco
caballero que esgrime su espada contra los males del mundo de manera desinteresada para
la preservación y cuidado de las cosas bellas de este mundo ¿Qué amante no podría decir
que lo mas bello y digno de cuidar en este mundo es su amado o amada? El amante tiene
como prioridad proteger y cuidar de la belleza de su amada, ante todo en nombre del amor.
Cualquier mal que pueda caer sobre el amado es un error garrafal para quien ama, fue
incapaz de poder mantener a salvo a aquel que tanto ama, una derrota tan grande y tan
dolorosa que el amante siente como propio el dolor del amado. El objeto del amor es
responsabilidad de quien ama, es tarea ardua y digna de llevar a cabo ir cuidando los pasos
de quien se ama librándole de todas las espinas de este mundo; tal vez absorbiendo todo el
dolor y las penas que este camino pueda presentar, todo ello con la finalidad de la felicidad
del otro ser amado. Sin duda todo esto nos lleva a una de las conclusiones mas bellas de lo
que puede hacer un individuo por alguien más, acciones que nos llevan a pensar la belleza
del desinterés y la entrega heroica en esta gran empresa de renunciar a uno mismo por el
bien y prosperidad de alguien que no se es uno mismo. Lo romántico es atractivo y nos
hincha los corazones, nos remueve los deseos mas internos de nuestro ser, haciendo de esto
entre toros nuestros deseos el mas anhelado, tanto el ser amante como el ser amados; por
supuesto en esta dimensión magnánima, buena y pura. El amor tiene la potencia de
perdonar todas las cosas, en nombre del amor todo puede tomar una pausa y aceptar,
admirar y sentirse bien por los que se aman.

Quizá no exista persona por mas infeliz, desgraciada o malvada, si es que existen y no en
tal grado pleno de modo de ser; puesto que, uno no es algo todo el tiempo y para toda la
vida, que pueda negar aun en secreto que el amor es una de las cosas mas deseadas y al
mismo tiempo que desea si es que no lo ha obtenido. Y, para el amor romántico y aquellos
que lo experimentan tal afección es suficiente para poder soportar cualquier mal, incluso si
esto viene de los vicios del amante o el amado; tan poderoso es el amor que por este se
puede soportar cualquier dolor. Todo lo que se hace con y por amor es válido, bien menta
aquel dicho popular: “en la guerra y en el amor todo se vale”. Lo antes mencionado da
material para dudar de tal sentencia y de porqué no sólo el amor justifica cualquier acción,
sino también, y extrañamente se le relaciona con la guerra; esto último que parecería ser
algo muy distinto y lejano a lo bello y bueno que puede ser el amor, pero esto lo trataremos
más adelante en este texto. Así pues, el amor romántico constituye una forma de amar a
alguien con un alto grado de acción noble y pura, una forma de un altísimo grado de belleza
estética en sus formas de afrontar la vida, tan bella es que requiere de la renuncia del sujeto
dispuesto a todo por la persona amada; punto a su vez altamente sospechoso y digno de ser
revisado en este texto; cuyo fin es adentrarnos a las practicas del amor.
El CABALLERO BLANCO

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