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El Abab
El Abab
su madre doña Irene, sin saber nada de estos amoríos, la saca del convento para
casarla con don Diego, acomodado y respetable anciano, al cual nunca había visto la
niña, pero cuyo yugo acepta por respeto a su madre.
La acción empieza cuando están todos juntos en una posada de Alcalá de Henares,
haciendo un alto para partir al día siguiente hacia Madrid; don diego cuenta a su
criado, Simón, sus deseo de casarse con la joven Francisca y, que si bien no le
interesa que la gente murmure en cuanto a la diferencia de edades se refiere (él tiene
59 años y ella 16), prefiere mantener el Himeneo en secreto hasta que éste se haya
consumado.
Llegan a la posada doña Irene, Francisca y la criada Rita. Doña Irene se deshace en
halagos hacia el anciano quien no puede ocultar su complacencia.
Mientras tanto don diego confiesa a Francisca delante de su madre que él no quiere
ninguna boda con violencia, y que si su corazón le dice que no debe casarse, no debe
hacerlo por más que su madre la presione.
Rita prepara una cita y los dos amantes logran verse. Carlos manifiesta a Francisca
que en Madrid tiene un tío con gran fortuna;
que para él es como un padre, y que gustosamente los ayudará; el mencionado tío
resulta ser, ni más ni menos, que el propio don Diego.
Don Diego se enoja por el hecho que don Carlos haya abandonado su guarnición.
Ambos esconden el motivo por el cual están allí; don Diego porque no quiere que
nadie sepa lo de su boda, y Carlos por ocultar su deserción, motivada por ir detrás de
su amada francisca.
Es así como queda aún oculto el desenlace. Don Carlos parte a solicitud de su tío y al
enterarse Francisca, e ignorando lo acontecido, cree que Carlos es un canalla que
sólo buscaba burlarse de ella.
Carlos vuelve de noche y logra entrevistarse con Francisca; la reunión es tan efímera
que Carlos da una carta a la muchacha donde le explica los motivos de su
partida. Don Diego y Simón se hallan cercad e la escena y si bien no logran identificar
al misterioso personaje, se apoderan de la carta que la muchacha, en su nerviosismo,
dejó caer.
Enterado de todo, don Diego ordena a Simón que vaya a buscar a su sobrino y lo
traiga ante él. Antes de que llegue Carlos, don Diego habla con Francisca e insiste en
que si su corazón suspira por otro hombre no debe ocultarlo.
Después se hablar con su sobrino, don Diego pone en conocimiento de doña Irene la
situación en que se hallan los hechos y doña Irene estalla en ira, y quiere castigar a su
hija que ha acudido presurosa al escuchar los gritos de su madre.
Le hace ver el hecho de que ella y las tías de Francisca fundaban castillos en el aire y
le llenaban la cabeza de ilusiones que en ese momento, han desaparecido como un
sueño.
La obra se divide en tres actos, y cada acto en cuadros. El primer acto tiene tres
cuadros y el segundo y tercero tienen dos cada uno. A continuación el resumen
del argumento por actos.
1. Acto primero
La obra inicia con una conversación entre el novio y su madre, en la que planean pedir
la mano de su novia. Cuando el novio está a punto de salir a la viña, le pide una
navaja a su madre, pero ella, asustada, se rehusa al inicio, recordando la muerte
violenta de su esposo y otro de sus hijos.
Después de salir el hijo, la madre se queda hablando con la vecina sobre la novia, a
quien aún no ha conocido. La vecina le cuenta que la señorita había tenido un
noviazgo con Leonardo Félix, hijo de la familia responsable de la muerte de su esposo
e hijo. Esta información la inquieta mucho, pero la relación ocurrió años atrás y
Leonardo ya se ha casado y tiene un hijo.
"Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
Las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaba al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
Más fuerte que el agua."
Mientras que la suegra va a acostar al niño, Leonardo le dice a su mujer que ha tenido
que ponerle nuevas herraduras al caballo porque últimamente se han caído en
repetidas ocasiones. La mujer cree que es porque usa el caballo demasiado, pero él lo
niega. Ella dice esto basada en que algunas vecinas lo vieron en los secanos el día
anterior y porque el caballo había llegado muy sudado. Leonardo dice que no fue él.
A la casa de Leonardo llega una muchacha que vio al novio y a su madre comprando
cosas para la novia, pero Leonardo le contesta bruscamente que no le interesa saber
qué le han comprado y que la novia es "de cuidado". Entonces la suegra le recuerda
que tuvo un noviazgo con ella, y su mujer comienza a llorar.
2. Acto segundo
El acto segundo trata del viaje del novio y su madre. Estos viajan diez leguas para
pedir la mano de la novia, quien vive con su padre en los secanos. El padre les da su
bendición y la novia, aceptando, dice estar segura de su respuesta.
Tras la visita del novio, la criada, curiosa, quiere ver los regalos. La novia no muestra
ningún interés en abrirlos por lo que la criada le dice: "parece como si no tuvieras
ganas de casarte", y en seguida le cuenta que vio a Leonardo en su caballo fuera de
su ventana a las 3:00 de la mañana. Al principio la novia no lo cree, pero esa noche
Leonardo aparece de nuevo fuera de su ventana.
La criada trata de interrumpir la conversación, pero Leonardo le asegura que ésta será
la última vez que van a hablar, porque a pesar de su atracción mutua, Leonardo no
tiene pensado, aún, interponerse entre los novios y dice: "Yo me casé. Cásate tú
ahora".
A la madre del novio no le agrada que Leonardo y su mujer vengan a la boda, pero el
padre de la novia le dice que los Félix son familia y es un día para perdonar, a lo que
la madre responde: "Me aguanto, pero no perdono".
3. Acto tercero
La próxima escena toma lugar en un bosque, un marcado contraste con las tierras
áridas dónde vive la novia. Mientras unos leñadores están hablando de la huída de la
pareja, aparece la luna personificada y dice:
La luna planea iluminar la escena para que el novio descubra a la pareja y la mendiga
pueda acabar con ellos. Aparecen en la escena la novia y Leonardo, y ella le dice que
para regresar con el novio tendrá que ser a la fuerza. La novia decide quedarse con
Leonardo y ambos afirman que sólo la muerte los podrá separar. Finalmente, el novio
los encuentra y se escuchan unos gritos, pero las muertes del novio y de
Leonardo toman lugar fuera de la escena. Al final, entra la mendiga, se pone de
espaldas y abre su manto como un pájaro con alas inmensas.
En la próxima escena, una niña y unas muchachas están hablando de la boda cuando
llegan la mujer y la suegra de Leonardo, quien le dice a su nuera:
"Sobre la cama
pon una cruz de ceniza
donde estuvo su almohada".
Al final de la obra, la vecina está en la casa de la madre del novio, y llega la novia
cubierta en sangre. La madre la golpea, y la novia le dice que ha venido a que la
maten y explica lo ocurrido. También le jura que aún es una mujer honrada, pero la
madre le contesta que no le importa su honradez ni que quiera morirse, porque su hijo
está muerto. La obra termina con una especie de adoración al cuchillo que recitan la
madre y la novia.
YERMA
El rol social de la mujer en un pueblo español a principios del siglo XX parece estar
condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la
estructura familiar.
La pieza teatral que da cuerpo a este libro, fue escrita por Federico García Lorca en el
año 1924 y puesta en escena por primera vez en Madrid bajo la interpretación de
Margarita Xirgu.
Su genealogía se intercala entre Bodas de Sangre (1933) y La casa de Bernarda Alba
(1936) y comparte con ellas la caracterización del universo de pasiones femeninas
inmerso en una sociedad conservadora.
En Yerma los prejuicios sociales toman cuerpo en el personaje femenino que da
nombre a la obra y van construyendo la narración a través de sus padecimientos y
reflexiones.
Yerma, tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el
mandato social de ser madre.
Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la presencia de un antiguo
pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento teñido de tragedia y sutil
crítica a una identidad femenina intrínsecamente ligada al orden social establecido.
Es la obra teatral a la que el mismo García Lorca calificó de poema trágico y en la que
desarrolló con mayor amplitud y relieve un tema central: el de la esterilidad y
fecundidad.
Yerma, mujer estéril, que lucha desesperadamente con su verdad, cada vez se vuelve
más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla. El desenlace final, la muerte del
marido, es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su
destino trágico ante la ciega fatalidad.
Don Juan Tenorio logra cumplir sus objetivos: engaña a la novia de su rival y rapta del
convento a la noble muchacha doña Inés de apenas diecisiete años. Pero sucede un
hecho increíble: don Juan se enamora perdidamente de la ingenua Inés y decide pedir
su mano a su padre don Gonzalo de Ulloa para casarse.
Don Gonzalo de Ulloa y don José Mejía van enfurecidos a la casa del seductor don
Juan Tenorio para encararle su vil conducta al engañar a las dos ingenuas
muchachas. Don Juan Tenorio se enfrenta a los iracundos caballeros, logrando matar
a los dos.
El mujeriego don Juan huye despavorido, abandonando a doña Inés, quien muere de
pena. A su regreso, después de muchos años, don Juan Tenorio, se encuentra con un
panteón en lo que antes había sido su hogar, allí se encuentran enterrados sus
víctimas y su adorada Inés.
Don Juan Tenorio completamente arrepentido pide perdón. Cuando las almas de sus
antiguas víctimas estaban a punto de llevárselo al infierno, apareció en ese instante el
espectro de doña Inés, impidiendo que se lo lleven y salvando su alma.
RIMA XIII
Tu pupila es azul y, cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.
LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Con ellos iba Alonso, mientras avanzaban comenzó a relatar una leyenda acerca del
monte de las ánimas, ya que este monte pertenecía a los templarios, quienes eran
reconocidos por ser guerreros y religiosos.
Cuando en dichas fechas el rey decidió expulsar a los árabes que vivían en la ciudad
de Soria, para ello hizo que los templarios llegaran para defender la ciudad ante dicha
decisión, esto incomodo a los nobles de Castilla e hizo que se creara rivalidad entre
ellos.
Fue así como se inicio una guerra a muerte, así que el rey decidió finalizar la guerra en
el monte de las ánimas, todos murieron allí y sus cuerpos fueron sepultados en el
lugar.
Después de insistir mucho, la joven acepta una joya sin decir nada y su primo a cambio
le pidió algún obsequio suyo.
Beatriz estuvo conforme y le expuso que en el Monte de las Ánimas perdió la banda
azul y que era lo que deseaba regalarle.
Alonso se sentía muy fuerte a la hora de luchar con cualquier bestia, pero le aterrorizaba
la idea de ir a ese oscuro lugar en aquella fecha tan indicada y sintió miedo.
Entonces se vio motivado por una sonrisa de la bella dama y se dirigió, aterrorizado, a
recuperar la banda perdida para así contentar a Beatriz.
Las horas pasaron y Beatriz se desveló al creer oír su nombre en una pesadilla. Al
despertarse no pudo volver a conciliar el sueño, así que decidió ponerse a rezar muy
asustada.
Beatriz se quedó petrificada, no podía creer lo que veía. Más tarde fueron a avisarla sus
sirvientes de una triste noticia: Alonso había sido devorado por los lobos del monte, pero
la encontraron muerta de horror e inerte.
Dicen que después de este suceso, un cazador tuvo que permanecer una noche dentro
del monte de las ánimas, y que antes de morir pudo contar que vio los esqueletos de los
antiguos Templarios y de los nobles sorianos enterrados en la capilla levantarse, y
además, pudo ver también como una mujer hermosa desmelenada, con los pies
ensangrentados daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.
OJOS VERDES
Cuenta la leyenda que debajo de una fuente de agua vive una hermosa mujer, que
atrae a todos los hombres para que vivan con ella en lo más profundo.
De esa manera comienza esta historia, donde unos hombres se encontraban cazando
en lo alto de un monte, entre ellos se encontraba Fernando, quien cabalgaba un
caballo y buscaba animales para cazar.
En medio de los tiroteos logran herirlo, pero el ciervo ignorando el dolor sigue
corriendo hasta llegar a un lugar donde muchas personas tienen miedo a ingresar.
En ese lugar existe una leyenda, pues se dice que ahí habita un espíritu maligno y
quien se atreve a cruzar la fuente de los Álamos se expondrá a una maldición.
Tras ese misterioso hecho la cabalgata decide detenerse, pero Fernando ignorando
todas las advertencias hechas por Íñigo, quien era el más anciano y sabio de todos,
decide ir tras su presa.
Al ir a la fuente de los Álamos, pasaron muchos días y desde ese entonces Fernando
ya no volvió ir a cazar, no se le podía encontrar.
Un día se le vio mirando las tranquilas aguas de la fuente, él dijo ver unos ojos verdes
en el fondo y desde ese día no dejo de pensar en ello.
Entonces visito continuamente la fuente hasta que un día logro ver a una mujer
sentada entre las rocas, ella era hermosa y tenía los ojos verdes, eran exactamente
como los ojos que él ya había visto.
Él hablaba con ella cada vez que tenía la oportunidad, pero ella jamás decía una sola
palabra.
Durante unas de sus visitas Fernando se dirige hacia ella con un “te quiero”, entonces
la hermosa mujer responde por primera vez y cuenta que vive en la fuente, que no era
un espíritu maligno y que también sentía lo mismo, luego ella lo besa y Fernando cae
al fondo de la fuente.
LA AJORCA DE ORO
Cuenta la historia de Pedro Alfonso de Orellana, un joven valiente y apuesto, que era
capaz de dar todo por su amada novia, quien se llamaba María Antúnez, una joven
llena de lujos y caprichos, a la que no le importaba nada más que su bienestar. Un día
en uno de sus tantos encuentros Pedro encuentra a su amada María llorando
desconsolada, él ante tal situación, se acerca a ella y le pregunta la razón de su
incontrolable llanto, pero ella no le da una respuesta, y continua llorando.
Después de un rato de Pedro estarle insistiendo para que le diga la verdad, ella
termina por ceder y le cuenta el motivo de su desconsuelo. Ella le dice que al entrar a
la catedral de Toledo, vio la ajorca de oro que la virgen del sagrario portaba en su
brazo, tal virgen que se encontraba dentro de la catedral, ella le dijo que se había
quedado impresionada ante el brillo de la ajorca y que desearía que fuera de ella.
Pedro al escuchar eso y estando consiente del inmenso amor que le tenía a María, le
dijo que él era capaz de hacer lo que fuera en tal de agradarla, el sentía temor por
robarle a su santa patrona pero al ver el sufrimiento de su amada termino de
convencerse de que debía robarla.
EL BESO
Este libro cuenta la historia de un grupo de soldados, quienes estaban camino a la
guerra por conquistar la ciudad de Toledo. En el camino a la cuidad necesitaban
encontrar un refugio donde pudieran dormir, y mientras caminaban y caminaban, los
soldados seguían sin poder encontrar un lugar en donde pudieran pasar la noche.
Hasta que por fin encontraron una iglesia abandonada, en donde decidieron alojarse.
A la mañana siguiente el capitán de grupo se comunicó con otros integrantes del grupo
de soldados que se encontraban instalados en la cuidad de Toledo. En medio de la
charla con sus compañeros les comento que él y su grupo de soldados habían pasado
la noche en una iglesia abandonada y que allí había aparecido una mujer hermosa con
la que él había estado compartiendo durante el trascurso de esa noche. Pero
curiosamente esa mujer era la misma estatua de mármol que estaba sobre una de las
tumbas del patio trasero de la iglesia. Los soldados al escuchar lo que el capitán les
estaba contando, ellos comenzaron a burlarse de él y a decirles que eran
incoherencias lo que estaba hablando.
Él les dijo que esa noche los esperaba en la iglesia abandonada para poder beber un
poco y que él les mostraría a la mujer. Dicho así, los soldados llegaron por la noche,
ellos estuvieron bebiendo hasta quedar completamente ebrios por tanto alcohol que
habían ingerido. El capitán los llevo a la parte trasera de la iglesia y allí les mostro la
estatua de la mujer, en la inscripción de la lápida que estaba bajo la estatua, decía
llamarse la mujer Elvira y a la par de esa lapida se encontraba la de su marido. El
capitán de tan ebrio que se encontraba, se para frente a la estatua del marido de Elvira
y le escupió alcohol en la cara de la estatua y le dijo que él estaba enamorado de su
esposa Elvira, diciéndole también que la besaría.
Así que el capitán se dirigió frente a la estatua de Elvira, y cuando estuvo a punto de
besarla, de la nada el capitán cayó al suelo con la cara totalmente destrozada y
sangrando por los ojos y la boca. Los soldados que presenciaron lo ocurrido, dijeron
que la estatua del esposo de Elvira, había cobrado vida y con su mano de mármol le
había dado un puñetazo en el rostro al capitán, por haber querido besar a su amada
Elvira.
Solo el pueblo pudo recobrar la paz que tiempo atrás había perdido. Todo parecía
marchar bien, hasta que una noche paso algo extraño, en el castillo abandonado del
difunto señor feudal, se empezaron a ser notarias unas luces que llamo la atención del
pueblo, a partir de ese día, comenzaron a aparecer animales muertos, otros robados e
incluso hombres asesinados, sin ninguna explicación. Las personas del pueblo
llegaron a una sola explicación y era que una banda de maleantes se había instalado
en el abandonado catillo del señor feudal, y que desde el castillo realizaban sus
fechorías, utilizando las viejas armas y armaduras que el señor feudal había dejado en
el castillo.
La incertidumbre del pueblo crecía cada vez más ante las nuevas apariciones de
muertes. Para su buena suerte un día lograron capturar a uno de los integrantes de
dicha banda, al cual aprensaron y obligaron a que les dijera toda la verdad acerca de
dicha banda y quien era el jefe que la lideraba. Entre tanta amenaza al joven confeso
toda verdad y dijo que eran un grupo de jóvenes maleantes que vivían de lo que
encontraban en la calle y que habían tomado el castillo como su centro de reuniones y
como un refugio para vivir.
Él les dijo que momentos después de haberse instalado en el castillo del difunto señor
caudal, apareció un hombre vestido con una armadura muy fornida y al no tener un
líder en la banda lo nombraron como su jefe, ya que era un hombre muy cruel, malo e
insensible. Que después de un tiempo de obedecerlo, seguían sin saber quién era, ya
que no hablaba lo suficiente como para conocerlo, no comía y ninguna espada podía
atravesarlo, lo único que le interesaba era matar. Las personas al enterarse de lo que
estaba pasando, decidieron acudir por ayuda con un ermitaño para poder pedir
consejos de que hacer, para evitar más muertes. Así que el ermitaño les dijo que
debían hacer una oración, la cual tiempo atrás san Bartolomé había rezado para poder
vencer al diablo.
Un día se encontraron frente aquel hombre con la armadura, entre toda la población
lograron atarlo de manos y pies, y cuando intentaron descubrir quién era aquel hombre
malvado, le quitaron la visera, y para su sorpresa, la armadura estaba vacía y de
inmediato la armadura se desplomo en pedazos. Los pobladores quedaron perplejos y
nuevamente acudieron al ermitaño, para contarles lo sucedido, así que él les aconsejo
que encerraran la armadura, y el día que decidieron encerrar la armadura, el alcalde
del pueblo les confeso que la armadura se había escapado. Y nuevamente la lograban
atrapar y así se volvía a escapar. Hasta que se dieron cuenta de que era el espíritu
malvado del señor feudal.
El alcalde del pueblo les aconsejo que mejor fundieran la armadura y que la
convirtieran en una cruz, la cual debían colocar en medio de la montaña. Para que la
armadura no cobrara vida otra vez. Las personas siguieron el consejo, la fundieron y la
convirtieron en una cruz, solo así pudieron recuperar la paz de aquel lugar. Dado los
acontecimientos que se presenciaron, decidieron nombrarla, la cruz del diablo.
CANTO A TERESA