Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SEMINARIO TEMÁTICO II
Psicología Positiva
Florecer
La auténtica felicidad
Presenta:
FLORECER
Capítulo 1: ¿Qué es el bienestar?
Para entender la felicidad se requiere de una teoría, y mi propuesta es que la felicidad debe
analizarse y dividirse en tres elementos que elegimos por sí mismos: emoción positiva,
compromiso y sentido. Cada uno de ellos puede ser medido y definido mejor que la felicidad.
Ahora pienso que el tema de la psicología positiva no es la felicidad sino el bienestar, y la norma
de oro para medir el bienestar es florecer, así que la meta de la psicología positiva es aumentar el
florecimiento.
La teoría de la felicidad auténtica tiene tres defectos: 1) que la connotación popular y dominante
de felicidad está inextricablemente ligada a estar alegre; 2) que la satisfacción con la vida ocupa un
lugar demasiado privilegiado en la medida de la felicidad; y 3) que teoría de la felicidad auténtica
es que la emoción positiva, el compromiso y el sentido no agotan los elementos que las personas
escogen por sí mismos.
Cada elemento del bienestar debe tener tres propiedades para contar como elemento:
2.- Muchas personas lo buscan por sí mismo, y no sólo para obtener cualquiera de los otros
elementos.
4. Logro. La vida de realización es una vida dedicada al logro por el logro mismo, en su forma
ampliada.
5. Relaciones positivas. Los otros son el mejor antídoto ante las vicisitudes de la vida.
Ejercicio de generosidad
El ejercicio consiste en lo siguiente: piensa en algo bueno, totalmente inesperado que hacer
mañana y hazlo. Observa lo que pasa con tu estado de ánimo.
La máxima fortaleza es la capacidad de ser amado. El ser social es la forma más exitosa de
adaptación superior que se conoce, capaz de trabajar en grupo.
La teoría del bienestar supone que la forma de tomar decisiones es calcular cuánta felicidad nos
producirán y luego actuar de la manera que maximiza la felicidad futura. El bienestar no puede
existir sólo en nuestra mente, es una combinación de sentirse bien y de tener realmente sentido,
buenas relaciones y logros.
La meta de la psicología positiva es florecer más en nuestra vida y en el planeta. Para florecer, el
individuo debe tener todas las características básicas (emociones positivas; compromiso, interés;
sentido y propósito) y tres de las características adicionales (autoestima, optimismo, resiliencia,
vitalidad, autodeterminación, relaciones positivas).
Así, la meta de la psicología positiva en la teoría del bienestar es medir y general el florecimiento
humano. Para alcanzar esta meta tenemos que empezar por preguntar qué es lo que realmente
nos hace felices.
Cap. 2. Crear tu felicidad: ejercicios de psicología positiva que funcionan
La visita de gratitud
Cierra los ojos. Piensa en el rostro de alguien que aún esté con vida que hace años dijo o hizo algo
que cambió para bien tu vida. Alguien a quien nunca le hayas dado las gracias como merecía;
alguien con quien podrías toparte la próxima semana.
La gratitud puede hacer tu vida más feliz y satisfactoria. Cuando sentimos gratitud, nos
beneficiamos del recuerdo placentero de un acontecimiento positivo en nuestra vida. Además
cuando expresamos nuestra gratitud a los demás, fortalecemos nuestra relación con ellos.
Tu tarea consiste en escribir una carta de gratitud a esta persona y entregársela en persona. La
carta debe ser concreta y contener aproximadamente 300 palabras: sé específico respecto a lo
que esa persona hizo por ti y cómo afectó tu vida.
Llama a la persona y dile que te gustaría visitarla. Cuando te reúnas con ella, tómate tu tiempo
para leer la carta. Observa sus reacciones así como las tuyas. Después de leer la carta, hablen
sobre el contenido y de sus sentimientos mutuos. Serás más feliz y te sentirás menos deprimido
durante un mes a partir de este momento.
Ejercicio “Lo que salió bien” (también llamado “Las tres bendiciones”)
Tendemos a pasar más tiempo pensando en lo que está mal en la vida que en lo que es útil. Este
interés en los acontecimientos negativos nos predispone a la angustia y a la depresión. Una forma
de evitar que suceda es aprender a pensar y saborear lo que sale bien.
El ejercicio es el siguiente: todas las noches de la próxima semana, reserva diez minutos antes de ir
a acostarte. Anota tres cosas que salieron bien ese día y por qué salieron bien. Al lado de cada
acontecimiento positivo, responde la pregunta “¿Por qué ocurrió esto?”.
Los ejercicios de lo que salió bien y el de las fortalezas básicas redujeron de manera muy marcada
la depresión tres meses y seis meses después. La visita de gratitud produjo grandes disminuciones
de depresión y aumentos significativos de felicidad un mes después pero el efecto desapareció al
cabo de tres meses.
Cuando contestes la encuesta de fortalezas, presta mucha atención al orden de clasificación de tus
fortalezas. ¿Algo te sorprendió? En seguida, toma sus cinco fortalezas más importantes, una a la
vez, y pregúntate: “¿es una fortaleza básica?”
Cuando termines la prueba, realiza el siguiente ejercicio: esta semana quiero que apartes un
tiempo designado en tu horario en el que ejercitarás una o más de tus fortalezas básicas de una
manera nueva, ya sea en el trabajo, en el hogar, o en actividades de esparcimiento; sólo asegúrate
de crear una oportunidad definida con toda claridad para usarla.
Lo mejor que puedes hacer es crear tú misma la nueva forma de usar tu fortaleza. Escribe sobre tu
experiencia. ¿Cómo te sentiste antes, durante y después de realizar la actividad? ¿La actividad fue
difícil? ¿Fácil? ¿El tiempo pasó volando? ¿Perdiste la conciencia de ti misma? ¿Piensas repetir el
ejercicio?
Psicoterapia positiva
La psicoterapia es un conjunto de técnicas que se aplican de la manera más eficaz con las bases
terapéuticas esenciales, como calidez, empatía precisa, confianza básica y autenticidad y
entendimiento mutuo. Primero realizamos una evaluación cuidadosa de los síntomas de depresión
del paciente y las puntuaciones de bienestar. Luego analizamos cómo la falta de bienestar puede
explicar los síntomas de depresión. Después, siguen trece sesiones más en las adaptamos los
ejercicios de la psicología positiva a la medida del paciente.
La psicología positiva se encuentra en sus primeras etapas de práctica y aplicación, por lo que
estos resultados son preliminares y necesitan reproducirse muchas veces.
Capítulo 9: Salud física positiva: la biología del optimismo
Psicología de la enfermedad
Por consiguiente, ideamos cuestionarios para medir el optimismo y las técnicas analíticas de
contenido. Descubrimos que los pesimistas se deprimen mucho más que los optimistas, que
tienen peor desempeño en el trabajo, en la escuela y en el deporte, además de tener relaciones
problemáticas.
Todos los estudios sobre optimismo y las ECV convergen en la conclusión de que el optimismo se
relaciona con la protección contra las enfermedades cardiovasculares. Esto se mantiene incluso
cuando se corrigen todos los factores tradicionales de riesgo como la obesidad, fumar, abuso de
alcohol, colesterol alto e hipertensión, depresión, estrés percibido y emociones positivas
momentáneas. Se mantiene a pesar de que se utilicen diferentes métodos para medir el
optimismo. Lo más importante es que el efecto es bipolar, esto es, un nivel alto de optimismo
protege a las personas en comparación con el nivel promedio de optimismo y pesimismo, y el
pesimismo daña a las personas en comparación con el promedio.
Enfermedades infecciosas
Ojalá la ciencia hubiera establecido que las personas con sistemas inmunitarios “más fuertes” se
defienden mejor de las enfermedades infecciosas, pero esto dista mucho de ser una certeza. Sin
embargo, la influencia de estados psicológicos sobre la propensión a los resfriados ha sido
establecida de mejor manera.
El informe más importante, titulado “Optimism and Physycal Health: A Meta-Analytic Review”, en
conjunto indica que mientras más optimismo tiene la gente, el cáncer tiene un mejor resultado,
con un nivel robusto de significación. De forma importante, el pesimismo y la hostilidad cínica
fueron ambos predictores significativos de cáncer, particularmente entre mujeres afroamericanas,
aunque el efecto fue menor que para EVC.
Mi visión en conjunto de la literatura sobre el cáncer es que se inclina bastante en la dirección del
pesimismo como factor de riesgo para desarrollar cáncer. Pero debido a que una minoría
apreciable de estudios de cáncer no indica efectos significativos (aunque ninguno muestra que el
pesimismo sea benéfico para pacientes con cáncer), concluyo que el pesimismo es un factor de
riesgo probable pero más débil para el cáncer que para las enfermedades cardiovasculares y
mortalidad por cualquier causa.
Emprenden acciones y tienen estilos de vida más saludables, cuentan con mayor apoyo social y
mejores mecanismos biológicos (respuesta contra las amenazas, menor estrés, mejor respuesta
fibrinógena, alto nivel de variabilidad de la frecuencia cardiaca).
Salud positiva
El grupo de salud positiva ha trabajado durante un año y medio y tiene cuatro directrices básicas:
Cuando los psicólogos experimentados repasan álbumes de fotos distinguen de un vistazo las
sonrisas Duchenne de las otras. Dacher Keltner y LeeAnne Harker encontraron en su estudio que,
por sorprendente que resulte, las mujeres Duchenne, por término medio, tenían más
probabilidades de casarse, de mantener su matrimonio y de experimentar un mayor bienestar
personal a lo largo de los treinta años siguientes. Estos indicadores de felicidad fueron predecidos
por medio de un mero fruncimiento del contorno de los ojos.
Así, las investigadoras se dedicaron a evaluar la belleza de las mujeres y descubrieron que el
aspecto no tenía nada que ver con los matrimonios felices o la satisfacción con la vida. En cambio,
una mujer que sonreía de forma genuina tenía más posibilidades de ser feliz en su matrimonio y
en la vida. Estos dos estudios resultan sorprendentes, porque comparten la conclusión de que un
registro momentáneo de emoción positiva predice de forma convincente la longevidad y la
satisfacción marital.
Mi objetivo más ambicioso es corregir ese desequilibrio impulsando el campo de la psicología para
complementar sus conocimientos sobre el sufrimiento y sobre las enfermedades mentales, con un
mayor conocimiento sobre la emoción positiva, así como sobre las fortalezas y virtudes
personales. En la vida real hay que tener mucho cuidado con los desenlaces, puesto que marcarán
el recuerdo de toda una relación y la predisposición a volver a entablarla.
Las emociones positivas obtenidas por actividades ajenas al carácter provocan desolación, falta de
autenticidad, depresión y, a medida que envejecemos, la atormentadora impresión de que
estaremos inquietos hasta la muerte. El sentimiento positivo que aparece a partir de la puesta en
práctica de las fortalezas y virtudes, en vez de las fórmulas rápidas, es genuino.
Cuando el bienestar procede del empleo de nuestras fortalezas y virtudes, nuestras vidas quedan
imbuidas de autenticidad. Los sentimientos son estados, acontecimientos momentáneos que no
tienen por qué ser rasgos de personalidad recurrentes. Los rasgos, a diferencia de los estados, son
características positivas o negativas que se repiten a lo largo del tiempo y en distintas situaciones,
y las fortalezas y virtudes son las características positivas que aportan sensaciones positivas y
gratificación. Los rasgos son disposiciones duraderas cuya materialización hace que los
sentimientos momentáneos sean más probables.
El optimismo no es más que una de las dos docenas de fortalezas que proporcionan un mayor
bienestar. Tres criterios para seleccionar las fortalezas son los siguientes:
• Que se valoren por derecho propio, no como medio para alcanzar otros fines.
Confucio, Aristóteles, santo Tomás de Aquino, el código Bushido de los samuráis, el Bhagavad-Gita
y otras tradiciones venerables discrepan en cuanto a los detalles, pero estos seis códigos incluyen
seis virtudes clave, cada una de las cuales puede subdividirse para su clasificación y medición:
• Sabiduría y conocimiento.
• Valor.
• Amor y humanidad.
• Justicia.
• Templanza.
• Espiritualidad y trascendencia.
Me inclino por pensar que el éxito en la vida y la satisfacción emocional más profunda proceden
del desarrollo y el ejercicio de las fortalezas personales.
Yo diría que la buena vida consiste en emplear las fortalezas personales todos los dias para lograr
una felicidad auténtica y abundante gratificación. Es una actividad que puede aprenderse a
desarrollar en cada uno de los ámbitos de la vida: el trabajo, el amor y la educación de los hijos.
Llevar una vida significativa consiste en el apego a algo más elevado, y cuanto más elevada sea la
entidad a la que uno se apega, más significado tendrá la propia existencia. La felicidad verdadera
proviene de elevar el listón para uno mismo, no de compararse con otros.
Capítulo 1: De cómo la psicología perdió el rumbo y yo encontré el mío
Los psicólogos que hacen trabajo «aplicado», en el mundo académico o el real, tienen tres
misiones. La primera es curar enfermedades mentales. En su mayor parte realizan la poca elegante
labor de hacer pruebas, en vez de terapia, que es el coto de los psiquiatras. La segunda misión,
propia de los psicólogos que trabajan en la industria, en el ejército y en las escuelas, es hacer que la
vida de la gente normal sea más feliz, productiva y plena. La tercera misión es identificar y cultivar
a los jovencitos con un talento extraordinario haciendo un seguimiento de los niños con un CI
superior al normal a lo largo de su desarrollo
La ley para los veteranos de 1946, entre otras cosas, creó un cuadro de psicólogos para tratar a
nuestros atribulados veteranos. Se subvenciona a una legión de psicólogos para que reciban
formación de posgrado y empiecen a engrosar las filas de los psiquiatras que ofrecen terapia. De
hecho, muchos empiezan a tratar problemas de civiles, montan consultas privadas y consiguen
que las empresas de seguros les reembolsen por sus servicios. En un plazo de veinticinco años,
estos psicólogos «clinicos» —o psicoterapeutas, como se han dado en llamar— superan en
número al resto de toda la profesión en su conjunto. La psicología pasa a ser casi sinónimo de
tratamiento de las enfermedades mentales.
Hacia 1972 las solicitudes de beca sólo se aceptan si demuestran su «relevancia»; es decir, su
relevancia respecto a la causa y curación de trastornos mentales.
Empezando por mi rol social como «terapeuta» de Jeannie, Barbara y Sally, el estudio de los
trastornos se había convertido en mi vocación, los entresijos de la teoría del aprendizaje no eran
más que estaciones de paso para el entendimiento científico de las causas y la cura del
sufrimiento. Mi primera solicitud de beca, y todas las que le han seguido durante los siguientes
treinta años, sitúa de lleno mi investigación en el marco de una búsqueda para comprender y
curar la enfermedad
Estoy de acuerdo con alejar la investigación de su vertiente básica para dirigirla a la investigación
aplicada que dilucide el sufrimiento. Si tengo que ajustarme a la moda psiquiátrica, formular mi
labor de acuerdo con los últimos dictados de las categorías del DSMIII y asignar diagnósticos
oficiales a los sujetos de mi investigación.
Tras diez años de trabajo dedicado a la indefensión aprendida, cambio de opinión sobre lo que
sucedía en nuestros experimentos. Uno de cada tres animales nunca se da por vencido,
independientemente de lo que hagamos. Además, uno de cada ocho se muestra indefenso ya al
empezar; no hace falta ninguna experiencia con lo incontrolable para que se rindan.
En mi opinión la terapia suele aplicarse demasiado tarde, y si actuáramos cuando el individuo
todavía se encuentra bien, las intervenciones preventivas evitarían un mar de lágrimas. La lección
más importante del siglo pasado en cuanto a medidas de salud pública es la siguiente: la curación
es incierta, pero la prevención resulta enormemente eficaz. Descubrí que enseñando a un niño de
diez años la habilidad del pensamiento y la acción optimistas las probabilidades de depresión
durante la pubertad se reducen a la mitad. Así pues, pensé que las virtudes de la prevención y la
importancia de promover la teoría científica y la práctica en torno a ella podría ser mi tema
central.
Creo que lo que sabemos sobre el tratamiento de las mentes y los cerebros trastornados nos
aporta poca información sobre cómo prevenir tales trastornos. Los progresos alcanzados en la
prevención de la enfermedad mental se deben al hecho de reconocer y desarrollar una serie de
fortalezas, capacidades y virtudes en la gente joven, tales como la visión de futuro, la esperanza,
las habilidades interpersonales, el valor, la fluidez, la fe y la ética laboral. El ejercicio de tales
fortalezas actúa como barrera contra las tribulaciones que hacen que las personas corran el riesgo
de sufrir enfermedades mentales. En una persona joven que corra un riesgo genético de padecer
depresión, ésta puede evitarse desarrollando sus capacidades de optimismo y esperanza. Un joven
de las zonas urbanas deprimidas, que corre peligro de caer en la drogadicción debido al tráfico de
drogas que se produce en su barrio, es mucho menos vulnerable si tiene visión de futuro, consigue
desarrollarse gracias a los deportes y cuenta con una buena ética laboral. No obstante, potenciar
tales fortalezas como barrera es ajeno al modelo de enfermedad, que sólo se plantea compensar
carencias.
Una ciencia con una visión renovada de la prevención necesitaba a los científicos jóvenes,
brillantes y originales que, desde el punto de vista histórico, han realizado verdaderos progresos
en todos los campos.
En una charla con mi hija una tarde que desbrozaba el jardín, caí en la cuenta de que educar a los
hijos era mucho más que evitar que vayan por el camino equivocado. Consistía en reconocer y
desarrollar sus fortalezas y virtudes, y ayudarlos a encontrar el espacio en el que puedan expresar
de forma plena tales rasgos positivos.