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runasimi
[
ɾ
un
ɑˈ
simi
] ‘persona-palabra’, ISO
639-3 = quz) pertenece al grupo sureño
(Parker 1963, Torero 1974, Landerman
1991, Adelaar 2004) de la gran familia quechua, una de las familias lingüísticas más
importantes en el continente americano, representada aproximadamente por diez
millones de personas. En la actualidad, son aproximadamente 1,500,000
personas
las que hablan el quechua cusqueño.
Las muestras de habla fueron grabadas de la voz del autor cuya lengua materna
y principal es el quechua. Nació en 1978 y reside en la zona cusqueña.
El análisis de la fonología presenta algunas diferencias respecto de varios aná-
lisis anteriores: Rowe (1950), Sola y Cusihuamán (1975), Cusihuamán (1976) y el
diccionario de la Academia Mayor de la Lengua Quechua (1995).
Lamas
Cajamarca
Esta lengua nunca fue hablada en toda la región; no obstante, está probablemente en
franco retroceso en relación al español: sólo se conserva en municipalidades rurales
como Chetilla o Porcón, y aún en estas zonas niños han comenzado a hablar
exclusivamente castellano.1 Dada a la mala reputación de lengua indígena, los datos
censales son mucho más bajos que las cifras reales, por lo que la cantidad de hablantes
varía ente 10 y 30 mil usuarios.
El quechua cajamarquino retuvo del protoquechua muchas características como la
diferenciación entre las consonantes africadas retrofleja /ʈ͡ʂ/ y postalveolar /t͡ʃ/ y entre las
fricativas alveolar /s/ y postalveolar /ʃ/. La aspirada */h/ se ha silenciado. Como en otras
variantes, el plural es marcado con el sufijo -llapa.
Huanca
Una característica del huanca que lo distingue de los demás quechuas es que el */r/
originario se ha transformado casi invariablemente en [l]. La retrofleja originaria ‹ćh›
[ĉ] (“tr” con Serafín Coronel Molina and Rodolfo Cerrón Palomino) ha sido conservada,
al igual que “sh” [š] (como en todos los dialectos centrales y meridionales).
Ayacucho