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Articulo Estado Del Arte PDF
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Aunque existen distintos tipos de aplicaciones, las diferentes tecnologías solares pueden
dividirse en dos grupos, fotovoltaicas y de concentración, atendiendo al principio físico
que aplican.
Entre 1955 y 1975 surgen las primeras empresas que comercializaron células basadas en
semiconductores de silicio para aplicaciones destinadas principalmente al ámbito
espacial o militar. En esta época se evoluciona en los procesos de fabricación y
tratamiento de los materiales pero el rendimiento de cada célula era muy bajo (alrededor
del 10%) y por tanto el coste del kW/h muy elevado. A partir de 1975 la tecnología
fotovoltaica es suficientemente madura para su aplicación en la industria y,
paulatinamente al ámbito doméstico. Se experimenta con distinto tipo de material
semiconductor, como el arseniuro de galio aislado o en combinación con germanio. En
1980 la producción de paneles fotovoltaicos fue de 1500 kW anuales y en 2007 de más
de 2000 MW. Aun así, el rendimiento de la célula ronda en el mejor de los casos el 30%
y el coste del kW/h sigue siendo elevado.
Típicamente las células se suelen agrupar por paneles que se emplazan en el lugar
deseado. Existen distintas configuraciones en función del emplazamiento y la ubicación.
Para instalaciones domésticas, se suele utilizar una configuración fija orientada en
dirección norte-sur. Para aplicaciones industriales o de generación, se puede mantener
esta configuración. Sin embargo existen cada vez más, disposiciones de paneles sobre
una estructura que rota alrededor de uno o dos de sus ejes. De esta forma se intenta
aumentar el rendimiento de cada panel, maximizando la incidencia normal de la
radiación solar sobre la célula.
Desde época antigua diferentes culturas conocían la forma de concentrar la luz del sol
sobre superficies reflectantes curvas de metal pulimentado para quemar objetos. En la
china antigua y en la Grecia de Arquímedes ya se conocían estas técnicas. Leonardo de
Vinci y Galileo realizaron estudios sobre la geometría y el área de los espejos a la vez
que proponían aplicaciones para calentar agua o con fines bélicos. Durante los siglos
XVII y XVIII se intentaron diseñar espejos de mayor área para conseguir temperaturas
más altas en el foco de la superficie curva. Entre 1860 y 1880 el matemático francés
Augustín Mouchot desarrolló prototipos propios de horno, motor y bombas de riego
solares, contando con el apoyo de los gobiernos francés y argelino. En paralelo el
ingeniero sueco John Ericsson inventó el concentrador cilindro parabólico, basado en
sus conocimientos sobre discos parabólicos. El avance de estos prototipos es frenado
por la llegada de la revolución industrial que utiliza para las máquinas de vapor
combustibles fósiles con alto rendimiento y valor energético. A principios del siglo XX
el ingeniero estadounidense Frank Shuman desarrolló el primer motor solar práctico.
Entre 1920 y 1970 se sustituyen los combustibles fósiles basados en el carbón por los
derivados del petróleo y el gas natural. En esta época se avanza de forma esporádica en
la mejoras de los elementos existentes. Aparecen estudios y se construyen proyectos
prototipos que analizan sistemas de seguimiento con grupos de helióstatos inclinados,
con receptor o caldera central. A esta época corresponden los proyectos desarrollados
entre 1965 y 1969 en Genoa (Italia). También se construyeron varios hornos solares
tanto en Estados Unidos como en Europa, como el horno de Odrillo en el Pirineo
Francés. Es a partir del comienzo de la crisis energética, con el aumento de los precios
del petróleo de principio de los años 70 del siglo XX, cuando distintos tipos de
tecnologías, y entre ellas la solar, experimentan un fuerte auge. Desde mediados de los
70 hasta principio de los 90 se han realizado la mayoría de los trabajos y diseños
industriales en proyectos solares de concentración tal como se conocen hoy en día. Los
gobiernos, en colaboración con la industria privada, trabajaron juntos financiando
proyectos para evaluar el rendimiento y la utilidad de las aplicaciones de las distintos
tipos de tecnología. En esta época se desarrollan varios proyectos de plantas de torre
(Solar One y Solar Two en EEUU, CESA-1 y TSA en España o Themis en Francia) y
de cilindro parabólico (SEGS I a SEG IX en EEUU o DCS en España) [13]
Plantas de Discos Stirling: Formados por pequeñas unidades que componen una
superficie en forma de disco que se mueve en dos ejes respecto al sol. El disco
concentra la luz sobre un receptor situado en su foco en donde se alcanzan
temperaturas cercanas a 750 º C. Recirculando un fluido se realiza una transferencia
térmica que se utiliza para generar electricidad en microturbinas o motores Stirling
colocados en el receptor.
Figura 9. Campo solar de discos Stirling.
En la actualidad sólo las plantas de torre y las basadas en colectores son tecnologías
suficientemente probadas y maduras implantadas a nivel comercial. Las plataformas
basadas en discos necesitan un mayor desarrollo tecnológico para terminar de ser
competitivas. En España existen proyectos industriales de plantas de torre: PS10 y PS20
en Sanlúcar la Mayor (España) y de cilindro parabólico: Andasol en Guadix (España) o
la planta solar de Nevada (EEUU). En el futuro se prevé una bajada de los precios de los
componentes a medida que aumente la demanda con el número de complejos en
explotación.
Un factor fundamental a reseñar es que todas estas tecnologías están formadas por un
conjunto de elementos de gran superficie (helióstatos o colectores) que trabajan de
forma coordinada utilizando únicamente la componente directa de la radiación solar.
Esta es la razón de que se necesiten dispositivos mecánicos con un alto grado de
precisión en su seguimiento aparente del sol. El tipo de movimiento y la actualización
de las consignas variarán en función de la tecnología y el rendimiento que se desee
conseguir. Imprecisiones en el posicionamiento implican una disminución de eficiencia
térmica y por tanto, de penalizaciones en la generación.
Figura 11. Elementos básicos de una planta solar de CCP con almacenamiento en tanque de sales.
Una vez se extrae el aceite frío de entrada al campo desde el tanque de expansión se
sigue un circuito cerrado en el que el campo de colectores va aportando la radiación
suficiente para elevar progresivamente la temperatura del fluido. Cuando se ha
alcanzado el nivel de temperatura adecuado se bombea hacia tanques intercambiadores,
donde se genera vapor. Conforme la temperatura del aceite va subiendo, la presión del
vapor en el generador sube también, hasta alcanzar las condiciones mínimas admisibles
a la entrada de la turbina. Así la válvula de admisión comienza a abrir, dejando pasar
vapor a la turbina, empezando esta a girar a velocidad creciente hasta alcanzar su
velocidad de sincronismo. En ese momento se acopla el generador eléctrico a la red y se
comienza a ceder energía eléctrica al exterior. La energía eléctrica generada es función
de la cantidad de vapor con que se alimenta la turbina. El caudal de vapor a la turbina
viene determinado por la energía térmica entregada por el campo de colectores, la cual,
a su vez, es función de la energía solar disponible. En régimen permanente, el calor que
se cede al intercambiador es aportado de nuevo por el campo solar.
Una segunda capa agrupa generalmente a varios lazos de colectores, pero también a
instrumentación común a toda la planta: imágenes de cámaras para control del campo,
sensores meteorológicos (pirheliómetros, piranómetros, anemómetros, etc.).
Por último, el tercer nivel recibe la información de cada uno de los niveles secundarios
y permite realizar labores de gestión y de control de capa superior.
Nivel 1 Nivel 1
Nivel 1 Nivel 1
Nivel 1
Nivel 1
Nivel 3
Nivel 1 Nivel 1
Nivel 1 Nivel 1
Nivel 2 Nivel 1
Nivel 1
Dinámica con grandes retardos: existe una diferencia de tiempo considerable desde
que se da la orden de control hasta que se observan cambios significativos en la
temperatura de salida del lazo de aceite. Esta diferencia de tiempo suele ser variable y
está asociada a retardos de transportes en el fluido.
Dinámica cambiante del proceso: Existen otros factores externos que influyen en el
proceso, sobre todo el paso de nubes y las condiciones meteorológicas particulares de
cada día. Desde el punto de vista del control estos factores pueden ser considerados
como perturbaciones, que influyen de forma directa sobre la temperatura final a la
salida del lazo de colectores.
Operación Nominal: temperatura de salida del campo suficiente para transferir calor
a los intercambiadores. Debe ser el estado de régimen permanente en un día normal
de trabajo. En esta fase, se puede realizar una regulación de la temperatura del aceite
en el circuito, de forma que siempre se intente mantener una referencia fija de
temperatura a la salida de cada lazo.
El campo está provisto con un sistema de seguimiento del sol que mueve los espejos
alrededor del eje en el que se sitúa el tubo absorbedor. La correcta orientación de los
colectores en cada instante es uno de los factores que determinan el rendimiento general
de la planta. Durante el transcurso del día la posición del Sol varía conforme al
movimiento de translación de la Tierra, por lo que para distintos instantes de tiempo se
tienen distintos ángulos de orientación del vector solar. Por tanto, la posición angular
del CCP debe variar de manera dinámica a lo largo del día, durante todos los días del
año. Pequeñas imprecisiones en la posición del colector hacen que el tubo absorbedor
no se sitúe de forma correcta en el foco de la parábola. De esta manera, se pierde parte
de la radiación solar colimada por los espejos, disminuyéndose el rendimiento del lazo.