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En primer lugar tengan todos ustedes un grandioso día, agradezco su presencia a cada una de las

personas que están aquí, al alcalde Roberto Briceño por darme la oportunidad de poder
hablarles en esta sala sobre un tema que nos está afectando a todos los Chimbotanos que es la
contaminación en la bahia de chimbote. La finalidad de esta charla es que todos nosotros
tomemos conciencia y reflexionemos sobre nuestros actos en nuestra querida Bahía.

Cuando se habla de Chimbote, inmediatamente se le asocia como una ciudad contaminada. Es


común escuchar: “Si estás viajando hacia el norte, y sientes un mal olor, es porque estás pasando
por Chimbote”. Siendo Chimbotanos ciertas expresiones hacia nuestro ciudad nos hacen sentir
indignados y nos incomodan. A pesar de ello la contaminación mas afectante no es la del aire,
sino la del mar.

Yo he sido fiel testigo de que cuando vamos hacía nuestra bahía no vemos una playa hermosa
llena de belleza en sus aguas, sino vemos un ''botadero'', al ir a verla uno puede encontrar
tranquilamente a lobos marínos muertos, y basura botada por los pescadores y tubos oxidados
dispersos por la zona. Estudios realizados a la Bahía han corroborado su alto grado de
contaminación. Dos metros de profundidad de la costa de la bahía estan llenos de desechos
tóxicos con efecto cancerigueno que cada día crece.

En los años 50, Chimbote era reconocido por ser una de las bahías más hermosas que tenía el
Perú, lo que causaba el orgullo de muchos Chimbotanos. La belleza y la biodiversidad marina de
nuestro puerto era un principal atrayente de turistas. No obstante en la década de los 60
comienza a surgir un cambio irreversible, se instaló una empresa siderúrgica y con ello empresas
pesqueras que con el ir del tiempo Chimbote se convirtió en ¡''el principal puerto pesquero del
mundo''!.

La prosperidad económica de aquel entonces ocasionó el veloz crecimiento de la población.La


ciudad creció de manera desordenada y sin planificación urbana. Hoy en Chimbote habitan más
de 380 mil personas. Y las aguas residuales domésticas que estas generan, se vierten
directamente ,sin tratamiento alguno, pues aunque parezca increíble, Chimbote no cuenta con
una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.

Y ahora de aquella apacible Bahía El Ferrol, llamada en esa época “La Perla del Pacífico”, solo
quedan recuerdos.

Otro aspecto preocupante es el consumo de los pescados extraídos en la Bahía El Ferrol. Casi en
la orilla de la playa, muy cerca de las tuberías por donde se vierten las aguas residuales
domésticas, se aprecia diariamente la pesca de pejerrey, lisa, entre otros recursos
hidrobiológicos. A pesar de que estos peces se extraen de un cuerpo marino altamente
contaminado, es normal observar que estos terminen en la mayoría de hogares y restaurantes
de Chimbote.

La bahía El Ferrol es una joya que se debe amparar y defender. Es una tarea de todos los
cuidadanos protegerla. Si somos testigos de algún acto de contaminación que afecte a nuestro
medio ambiente o su fauna, debe comunicarlo o denunciarlo a las autoridades. Y sobre todo ver
que estos cumplan con realizar sus funciones de fiscalización ambiental de manera eficaz y
oportuna.

Evidentemente la contaminación de nuestra bahía no es solo cosa de otros, sino que también
nos incumbe. Una de las acciones que harán el cambio es evitar y prohibir a que las demas
personas boten sus desechos a la bahía.

Con esto, proteger y velar por nuestra bahía es un trabajo que se tiene que realizar en conjunto,
y me alegra escuchar que cada vez somos más los chimbotanos que tomamos conciencia y nos
damos cuenta de el daño, y aún mejor aquellos que toman medidas respecto a ello.

Seamos parte de ese cambio que la Bahía necesita. Imagina a tus hijos bañándose en una Bahía
limpia. Imagínalos caminando en un malecón sin basura, sin residuos de la construcción, sin
tuberías que impidan el libre tránsito, sin animales muertos en la orilla. Esto puede ser posible.
Pero para recuperar la Bahía, antes se necesita recuperar la identidad. Lo cual implica dejar de
lado la indiferencia y de vivir a espaldas de una hermosa Bahía que requiere ser protegida por
toda la ciudadanía.

¡Despierta, Chimbote! No permitas que la Bahía quede en el recuerdo. Ya es momento de


recuperarla. Por la Madre Mar, por ti, y por tus hijos.

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