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Capítulo 4

La organización del partido


En este capítulo se desarrolla el rol que tuvo Eva Perón y las nuevas representantes y
organizadoras del partido de todas las provincias y territorios nacionales. Hay que tener
en cuenta que no contaban con una tradición y experiencia de participación política, como
los hombres.
Para ver quiénes eran y de donde provenían las delegadas censistas, la autora retoma una
publicación del diario Democracia en donde anuncia a 23 delegadas.
Para determinar de qué manera se designaba a las delegadas la autora recurre a los
archivos privados de Hilda Catañeira (HC) y Ana Macri (AM) y demuestra lo siguiente:
“todas las elegidas recibieron en sus casas una breve carta fechada el 14 de octubre, con
membrete del Movimiento Peronista Femenino, el escudo partidario, y firmada por Eva
Perón como presidenta. La carta decía nada más y nada menos que había sido designada
delegada del Movimiento Peronista Femenino en determinada provincia”:
Con este pedido pocas se sintieron incapaces de realizar ese trabajo es así como lo dice
Ana Macri a través de una entrevista que la autora le realizo: “manifestó que preferiría
continuar dedicándose a la acción social, pues ella no servía para la política; y ante la
continua negativa, Evita trato de convencerla: si tienes novio, te lo mando; tienes deudas,
se arreglan; estas enferma, te mando al mejor médico. Lo que intenta demostrar Barry
con esto es el apoyo de Eva ante estas mujeres que decían no estar preparadas para la
política.
La dificultad de la organización del Partido Femenino la autora lo encontró a través de un
escrito realizado por Eva Perón en la razón de mi vida: “Eran todas muy jóvenes. Yo las
había conocido como colaboradoras mías infatigables en la ayuda social, como
fervientes peronistas de todas las horas, como fanáticas de la causa de Perón. Tenía que
exigirles grandes sacrificios: abandonar el hogar, el trabajo, dejar prácticamente una
vida para empezar otra distinta, intensa y dura. Para eso necesitaba mujeres así,
infatigables, fervientes, fanáticas (…) esa empresa requería mujeres intrépidas,
dispuestas a trabajar día y noche.
Una vez seleccionada cada censista partieron a sus destinos despedidas por Perón y Evita,
el diario La Nación muestra como Evita le dice a sus delegadas lo siguiente: “Lo primero
que necesitamos es saber cuántas peronistas existen en el país, es decir, cuantas somos
y donde estamos”, Barry intenta demostrar con esta publicación es que de esta manera se
dio comienzo al gran censo de mujeres peronistas en todo el país.
Para demostrar el recibimiento de algunas delegadas a las provincias la autora recurre a
Benedicta Fernández de Aguirre, delegada de San Luis y a través de su entrevista le
comenta que fueron recibidas “bajo el grito de ¡Evita! ¡Evita!.
A partir de la organización del PPF y la distribución de las censistas se tenían que conocer
de qué manera se realizaba el registro de esas mujeres, un reportaje de diario La Acción
(Rosario) Ana Macri dice que solo bastaba con una simple proclamación de fe
peronista.es decir había mucha libertad de acción. Este reportaje es utilizado por la autora
para demostrar que muy pocas veces las delegadas podían llevar a cabo su papel en la
política porque existía como el caso de Dora Gaeta delegada de La Pampa que atravesó
de la entrevista que le realiza Barry le dice lo siguiente: “a veces sucedía que las recibían
a palos porque no estaba bien visto que la mujer participara en la política”.
Pero bien, todas las entrevistadas coincidían en una sola cosa a través del testimonio dado
por Hilda castañeira y por Ana Macri “evita mantenía con sus mujeres una relación
prácticamente maternal, con una atención muy especial hacia cada una de ellas. Ana
Macri cuenta con lágrimas en los ojos: “nos cuidaba como una madre a sus hija de 15
años, incluso todos los domingos llamaba a las provincias, una por una, para saber cómo
se encontraban y si extrañaban a su familia” lo que concluye Barry a partir de un discurso
realizado por Evita es que Eva en definitiva representaba para las mujeres aquella madre
que quiere ayudarlas y que ellas se ayuden entre ellas mismas.
A medida que se extendían por todos los territorios fue necesario seleccionar a mujeres
que estuvieran dispuestas a trabajar como subdelegadas. La autora lo analiza a través de
los archivos de NL en donde comenta que se las seleccionaba a partir de “las cualidades
morales y peronistas” para demostrar esto Barry le realiza una entrevista a Hilda
Castañeira delegada de Salta: “vos cuando llegabas a un lugar, enseguida te dabas cuenta
de quién era la más instruida… aunque a veces me conformaba con que fueran muy
peronistas”. Para llevar el censo de estas nuevas subdelegadas, la autora recurre a la
publicación del diario La Acción (rosario) para demostrar que la mayoría eran maestras.
El rol de las subdelegadas como lo demuestra el archivo de NL utilizado por la autora es
hacerse cargo de un determinado territorio para censar y buscar algún lugar apto para la
apertura del local partidario , pues donde había una subdelegada existía una unidad básica
femenina.

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