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LISTADO AUTORES SELECCIONADOS

1. José Asunción Silva


A. Gotas Amargas avant
B. Sus dos mesas
2. León de Greiff
A. La balada de Sergio Stepansky
3. Raul Gomez Jattim
4. Eduardo Cote Lamus
A. Preparación para la muerte
B. Estoraques
C. Poema al padre
5. Fernando Molano
A. Todas tus cosas en mi Bolsillo.
6. Fernando Charry Lara
7. Cesar Vallejo
A. Poemas Humanos
8. Pablo Neruda
A. La canción desesperada
B. Odas Elementales
GOTAS AMARGAS SUS DOS MESAS
De soltera
Prescriben los facultativos,
cuando el estómago se estraga, En los tallados frascos
al paciente, pobre dispéptico, guardados los olores
dieta sin grasas. de las esencias diáfanas,
Le prohíben las cosas dulces, dignas de alguna hurí,
le aconsejan la carne asada un vaso raro y frágil do
le hacen tomar como tónico expiran unas flores,
gotas amargas. el iris de un diamante la
sangre de un rubí
Pobre estómago literario cuyas facetas tiemblan con
que lo trivial fatiga y cansa,
vivos resplandores
no sigas leyendo poemas
llenos de lágrimas! entre el lujoso estuche de
seda carmesí,
Deja las comidas que llenan, y frente al espejo la
historias, leyendas y dramas epístola de amores
y todas las sensiblerías que al irse para el baile
semi-románticas. dejó olvidada allí...
Y para completar el régimen
que fortifica y que levanta, De casada
ensaya una dosis de estas
gotas amargas. Un biberón que guarda
mezcladas dos terceras
partes de leche hervida y
una de agua de cal,
la vela que reclama las
despabiladeras
desde la palmatoria
verdosa de metal;
en rotulado frasco, cerca
de las tijeras,
doscientos gramos de una
loción medicinal;
un libro de oraciones, dos
cucharadas dulceras,
un reverbero viejo y un
chupo y un papel.
Relato de Sergio
Stepansky

Juego mi vida, cambio mi vida,


de todos modos
la llevo perdida…

Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo,


la dono en usufructo, o la regalo...
La juego contra uno o contra todos,
la juego contra el cero o contra el infinito,
la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito,
en una encrucijada, en una barricada, en un motín;
la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin,
a todo lo ancho y a todo lo hondo
—en la periferia, en el medio,
y en el sub-fondo...—

Juego mi vida, cambio mi vida,


la llevo perdida
sin remedio.

Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo,


la dono en usufructo, o la regalo...:
o la trueco por una sonrisa y cuatro besos:
todo, todo me da lo mismo:
lo eximio y lo rüin, lo trivial, lo perfecto, lo malo...
Todo, todo me da lo mismo:
todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo
donde se anudan serpentinos mis sesos.

Cambio mi vida por lámparas viejas


o por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil:
—por lo más anodino, por lo más obvio, por lo más fútil:
por los colgajos que se guinda en las orejas
la simiesca mulata,
la terracota rubia;
la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia:
cambio mi vida por una anilla de hojalata
o por la espada de Sigmundo,
o por el mundo
que tenía en los dedos Carlomagno: —para echar a rodar la bola…

Cambio mi vida por la cándida aureola


del idiota o del santo;
la cambio por el collar
que le pintaron al gordo Capeto;
o por la ducha rígida que llovió en la nuca
a Carlos de Inglaterra;
la cambio por un romance, la cambio por un soneto;
por once gatos de Angora,
por una copla, por una saeta,
por un cantar;
por una baraja incompleta;
por una faca, por una pipa, por una sambuca...
o por esa muñeca que llora
como cualquier poeta.
Cambio mi vida —al fiado— por una fábrica de crepúsculos
(con arreboles);

por un gorila de Borneo;


por dos panteras de Sumatra;
por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra—
o por su naricilla que está en algún Museo;
cambio mi vida por lámparas viejas,
o por la escala de Jacob, o por su plato de lentejas…

¡o por dos huequecillos minúsculos


—en las sienes— por donde se me fugue, en grises podres,
la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...!

Juego mi vida, cambio mi vida.


De todos modos
la llevo perdida...
El amor brujo

He robado parte de tu cuerpo y de tu alma


Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?
El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil
Una vez me fui hasta tu regió de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
Venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo
Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado
Pero te amo tanto como siempre
Tanto como puedas imaginar
Y estamos lejos
Como el sol del mar
la necesaria fuerza para el brazo
ESTORAQUES que lanza la semilla,
la propiedad, la ley de los viñedos
para que el vino estalle como luz,
embriague como luz aunque su llama
(Fragmentos) sea roja.
El viento que viene y el viento que va
no son nada, en realidad, del tiempo. Y por ahí también anduvo Horacio,
El tiempo en otro sitio donde el hombre dominador de numeroso metro,
capaz de su destino, trazó el aire, que afiló como a un hacha el epigrama
el arma de sus sueños, y la tierra y cultivó palabras como nadie.
labró para guardarse de ella. El Palatino está dentro del tiempo.
Su mole es como un puño alzado al cielo
Esto fue en el terreno de los hombres. en su ruina imprecando por los días
Una ciudad allí cumplió la vida antiguos. El tramonto le golpea
si en grandeza se quiere más arriba su soberbia, y su piel, presa de luz
de los propicios cielos fulgurantes se incendia cada tarde en el crepúsculo.
donde el dominio de los dioses todos Aquí el asunto es muy distinto.
hizo imperios, circunvaló las sienes
de las colinas, encontró las leyes, Una que otra columna, cauces solos,
convivió con lo humano dando aliento tierra como de sol sin sombra, sombras
sin par a la victoria. como ascuas: los árboles no existen. Sólo sed
y un pueblo que da vueltas a la plaza
Esa colina es hija de los nobles para ir al cementerio o hasta el río
pensamientos del dios. Y si miramos sin agua. Del otro lado una muralla
desde la cumbre del año más alto con una cruz, y del otro también, con cruces
vemos la loba alimentando a Rómulo donde la muerte sueña con los muertos.
y la ciudad que fue surgiendo al mundo El viento que viene y el viento que va
coronada de hazañas y de templos. saben algo de todo esto: el tiempo, no.
El Palatino, cierto, es diferente.
Toda la historia cabe en la mirada El tiempo está en Sumeria, en Babilonia,
y las ruinas así nos lo demuestran. en Tebas, en Nínive, en Egipto, en Creta,
en el Partenón, en los museos, en Jenofonte,
De modo que podemos ver las piedras en los muros, en las ideas, en la política:
puntualmente ordenadas por Augusto huesos de la civilización.
quien también entendió que los poetas Aquí hay un reino de tierra y arenisca
eran la gloria y prez de su gobierno, maravillosamente sediento.
fue amigo de Virgilio, el que hizo cantos
a la reforma agraria:
otra no es la intención de las Geórgicas
en donde están aún los surcos frescos
y los trigos germinan todavía,
y en donde están medidas las cosechas,
que vivió, uno a uno, a borbotones.
ELEGIA A MI PADRE
Pero murió porque le vino en gana,
porque tenía que hacer del otro lado
A mis hermanos junto con su mujer, la que le tuvo
Una vez tendido le dio por morirse como los días listos para su trabajo,
antes le había dado por vivir, dulzura en la mañana, el pan servido
por talar los eucaliptos y hacer la casa al alcance del corazón, la ventana abierta
y se echó a morir porque sabía cuando volvía hecho trigo de los campos.
que de esa no pasaba.
Yo no te cuento pero debo contarte:
Acaso, cuando los bueyes se cansaron te llevamos a una casa con amigos
de arar, ¿no se había puesto alguna vez del alma, te acompañamos, ya lo sabes,
en la nuca y en los hombros la coyunda? y al otro día tuviste tres entierros
Y la tarea quedó cumplida mucho antes como te correspondía: en la mañana
que la sombra, ya que las estrellas. te llamabas más Pablo aún, respondías
Tenía que terminar también su asunto más a tu nombre: eras silencio.
a cabalidad y como fuera.
Por el aire te pusimos en las manos
En su mano derecha la firmeza de otros recuerdos, y tu tierra era entonces
como empuñando un arma tan cercana. Río arriba, entre los climas,
o dirigiendo el surco o trazando te nos hiciste piedra en el pecho,
el círculo de su vida, cerrado, te nos ibas hundiendo pecho adentro
arbitrario, pero tan propiamente suyo porque tú estabas en él y te nos ibas.
como el bastón de tosco palo,
como el sombrero o los zapatos Entraste a Pamplona como si lo hubieras
o la ropa que llevaba, que ya era suya, hecho
hecha por él, como sus actos. a caballo: tomamos el potro de las bridas
y descabalgaste igual que siempre, entre
Su mayor riqueza consistía en ver los potros cipreses.
galopar libres bajo en ancho cielo
o enlazar alguno con certero silbo, Como estabas muy alto tus hermanas
marcarle el anca y darle nombre, no podían verte y una de ellas trajo una
un nombre fácil: Cascofino, Dulcesueño, El banqueta
Palomo, sobre la que subieron y te llamaron Pablo
Enjalmar la mula, hablar de las heladas. Antonio,
te nombraron paulatinamente Pablo entre
La tierra vino a él más no en su ayuda. las lágrimas.
Y decía palabras, preguntaba
por amigos que allí no se encontraban Pero estabas de espaldas como un río.
y de sus brazos que iban y venían En la cuesta tu cuerpo se hizo plomo:
como alentando el fuego del herrero poco después el peso fue liviano
de su propia existencia, le caía como si hubieras tú metido el hombro
fuerza, sudor como yunques, dominio; y te llevaras a enterrar tú mismo.
desde sus abrazos le caían los días
Te colocamos con cuidado, con flores, con Pero hay alguien a quien le huele la muerte a
ternura. distancia, como la miel
Yo creo que tenías entre tus manos de los trapiches en el tiempo de molienda:
una cuerda y un trompo y una espiga le llena los actos, los sentidos, el amor, la
y un rumor de mucho cielo en tus oídos. gloria, el odio o la impotencia.

Sabes muy bien lo que te cuento La muerte es la casa donde vive


pero te lo digo. Estaban y se la ve de lejos, se divisa del camino,
con el sombrero en la mano se la escucha con rumor de manto en la
a pesar de la llovizna sonrisa o de mortaja en la palabra exultante.
todos los que te querían: Lo único que se tiene es el pasado.
el que te venía la carne,
el que te compraba el trigo A veces años, otras veces ratos, acaso
y el hombre de azadón que respetabas. minutos. Un instante puede ser todo el
pasado. Y está delante del hombre. A él
¿Hallaste allí la paz? es mi pregunta. tiende los brazos, hacia él se precipita. Lo
Mas yo no debo preguntarte nada. que se busca, en realidad, no es el futuro
Tú no querías la paz sino la dura sino el encuentro.
tierra para sembrar, el aire para
vencer con los árboles, cosas difíciles. Y el hallazgo no es más que devolverse a lo
soñado, igual que la palabra se busca para
Viejo campesino. Padre mío, hallarla en los objetos o el recuerdo en las
en palabra y en acto igual que el hierro: guardas de un libro abierto como la vida.
tan de una vez, tan para siempre:
viejo de a caballo, viejo macho.

Pablo eras no más y Pablo somos.


Padre, qué poco Antonio te llamabas.

La muerte
Cada hombre lleva dentro una muerte
madura.
A veces pequeña y se la puede pintar de
verde.

En otros tiene el mismo


tamaño del cuerpo y cruje en cada paso
como si andara en muletas.
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus

Canción desesperada brazos!


Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y
ávido.
Emerge tu recuerdo de la noche en que Cementerio de besos, aún hay fuego en tus
estoy. tumbas,
El río anuda al mar su lamento obstinado. aún los racimos arden picoteados de pájaros.
Abandonado como los muelles en el alba. Oh la boca mordida, oh los besados
Es la hora de partir, oh abandonado! miembros,
Sobre mi corazón llueven frías corolas. oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos
Oh sentina de escombros, feroz cueva de trenzados.
náufragos! Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
En ti se acumularon las guerras y los vuelos. en que nos anudamos y nos desesperamos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto. Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Todo te lo tragaste, como la lejanía. Y la palabra apenas comenzada en los labios.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
naufragio ! y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue
Era la alegre hora del asalto y el beso. naufragio!
La hora del estupor que ardía como un faro. Oh sentina de escombros, en ti todo caía,
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, qué dolor no exprimiste, qué olas no te
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue ahogaron.
naufragio! De tumbo en tumbo aún llameaste y
En la infancia de niebla mi alma alada y cantaste
herida. de pie como un marino en la proa de un
Descubridor perdido, todo en ti fue barco.
naufragio! Aún floreciste en cantos, aún rompiste en
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. corrientes.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue Oh sentina de escombros, pozo abierto y
naufragio! amargo.
Hice retroceder la muralla de sombra. Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
anduve más allá del deseo y del acto. descubridor perdido, todo en ti fue
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, naufragio!
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago Es la hora de partir, la dura y fría hora
canto. que la noche sujeta a todo horario.
Como un vaso albergaste la infinita ternura, El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Surgen frías estrellas, emigran negros
Era la negra, negra soledad de las islas, pájaros.
y allí, mujer de amor, me acogieron tus Abandonado como los muelles en el alba.
brazos. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. manos.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
milagro. Es la hora de partir. Oh abandonado.
Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
ODA A LA ALEGRÍA No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.
ALEGRÍA
hoja verde Como la tierra
caída en la ventana, eres
minúscula necesaria.
claridad
recién nacida, Como el fuego
elefante sonoro, sustentas
deslumbrante los hogares.
moneda,
a veces Como el pan
ráfaga quebradiza, eres pura.
pero
más bien Como el agua de un río
pan permanente, eres sonora.
esperanza cumplida,
deber desarrollado. Como una abeja
Te desdeñé, alegría. repartes miel volando.
Fui mal aconsejado.
La luna Alegría,
me llevó por sus caminos. fui un joven taciturno,
Los antiguos poetas hallé tu cabellera
me prestaron anteojos escandalosa.
y junto a cada cosa
un nimbo oscuro No era verdad, lo supe
puse, cuando en mi pecho
sobre la flor una corona negra, desató su cascada.
sobre la boca amada
un triste beso. Hoy, alegría,
Aún es temprano. encontrada en la calle,
Déjame arrepentirme. lejos de todo libro,
Pensé que solamente acompáñame:
si quemaba
mi corazón contigo
la zarza del tormento, quiero ir de casa en casa,
si mojaba la lluvia quiero ir de pueblo en pueblo,
mi vestido de bandera en bandera.
en la comarca cárdena del luto, No eres para mí solo.
si cerraba A las islas iremos,
los ojos a la rosa a los mares.
y tocaba la herida, A las minas iremos,
si compartía todos los dolores, a los bosques.
yo ayudaba a los hombres.
No sólo leñadores solitarios, como un agua profunda
pobres lavanderas en la mirada
o erizados, augustos y junto a las castañas
picapedreros, quemadas de tus ojos
me van a recibir con tus racimos, una brizna, la huella
sino los congregados, de un minúsculo rio,
los reunidos, una estrellita seca
los sindicatos de mar o madera, ascendiendo a tu boca.
los valientes muchachos Sube el tiempo
en su lucha. sus hilos
a tu pelo,
¡Contigo por el mundo! pero en mi corazón
¡Con mi canto! como una madreselva
Con el vuelo entreabierto es tu fragancia,
de la estrella, viviente como el fuego.
y con el regocijo Es bello
de la espuma! como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Voy a cumplir con todos Cada dia
porque debo fue piedra transparente,
a todos mi alegría. cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
No se sorprenda nadie porque quiero y este surco en tu rostro o en el mío
entregar a los hombres son piedra o flor,
los dones de la tierra, recuerdo de un relámpago.
porque aprendí luchando Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
que es mi deber terrestre pero tú eres mis ojos.
propagar la alegría. Yo fatigué tal vez bajo mis besos
Y cumplo mi destino con mi canto. tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.

ODA AL TIEMPO Amor, qué importa


que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
DENTRO de ti tu edad mi cuerpo y tu dulzura,
creciendo, mañana los mantenga
dentro de mí mi edad o los desgrane
andando. y con sus mismos dedos invisibles
El tiempo es decidido, borre la identidad que nos separa
no suena su campana, dándonos la victoria
se acrecienta, camina, de un solo ser final bajo la tierra.
por dentro de nosotros,
aparece
El mal del siglo
Godzilla en México – Roberto Bolaño
A partir de la lectura del poema, respondan
las siguientes preguntas
Por qué el poeta responde a su hijo:
 ¿De qué trata el poema? “Somos seres humanos, hijo mío,
 ¿Cuál sería el mal del siglo? casi pájaros,
 ¿Qué concepto de la vida tienen el héroes públicos y secretos.”
médico y el paciente?
Explique de manera necesaria y
 Finalmente, ¿cuál sería el sentido de
la vida? Acuda a ejemplos para
suficiente.
sustentar su punto de vista.

Si vivieras una situación a la descrita


Masa – Cesar Vallejo en el poema, cuál sería tu reacción
para con tus seres queridos
Una vez leído el poema, para ustedes qué es
más fuerte, el amor o la muerte. Explique de
manera necesaria y suficiente ( explique
mediante argumentos por ejemplos y
mediante analogías). Balada de Sergio Stepansky.
En qué momentos jugaría usted su
Táctica y estrategia, Mario Benedetti
vida, explique por qué.

Cambiaría usted su vida, si o no y


Explique de manera suficiente y necesaria por qué.
por qué la estrategia es más profunda que la
táctica.
Se puede considerar la vida un
juego, de ejemplos en los cuales la
Utilice ejemplos y analogías para demostrar
vida se asemeje a los juegos.

Por qué el autor utiliza términos guerreros


para aplicarlos al amor; en últimas en el
terreno amoroso hay que pelear, luchar.
La casada infiel, Federico garcia
Lorca

Mercedes Sosa – La Masa ( César


Qúe causa la infidelidad y cuáles son Vallejo)
las consecuencias (Argumentos de
Canciones-poema Poema
causa y efecto)
musicalizado
Desiderata - Gonzalo Ayala (español)
Argumente por qué algunas
Pablus Gallinazo / us
personas son infieles.

No sé por qué piensas Tú, Nicolas


Se puede evitar la infidelidad
Guillen

La infidelidad es propia de la
Por qué razón odia una persona a
condición humana
otra, de ejemplos de odio en los
seres humanos.
La oración del ateo- Miguel de
Unamuno.
Es posible una reconciliación ente
seres humanos que piensan y
sienten distinto
¿Por qué creer en Dios?
¿Por qué no creer en Dios?
Por qué razón se debe uno poner en
De ejemplos de la presencia y de la
los zapatos del otro
ausencia de Dios

La utopía, Eduardo Galeano


Joan Manuel Serrat – Miguel
Hernández Caminante no hay
camino…/ Mediterraneo
Escoger algunos versos del poema y
Atahualpa Yupanqui Los ejes de mi hacer preguntas para que
carreta argumenten.

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