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Maestría en Educación

Módulo 3: Tareas y desafíos

Ensayo: La incidencia de las políticas públicas en América Latina

Estudiante: Jairo Hernando Sarmiento Huertas

Profesor: Juan Cerda Jopia

Universidad Arturo Prat del Estado de Chile

Noviembre 06 de 2018
La incidencia de las políticas públicas en América Latina

DURKHEIM: "La educación tiene por misión desarrollar en el educando los estados físicos, intelectuales y mentales que
exigen de él la sociedad política y el medio social al que está destinado".

A través de la historia de la educación en América Latina se han dado diversos cambios que han
procurado hacia el mejoramiento de la cobertura y la calidad de la educación, y para esto las
políticas públicas han desempeñado un papel trascendental y transformador, ya que sin éstas una
gran mayoría de seres humanos no habríamos podido aspirar a obtener ni siquiera un título de
estudios básico. Así pues, la intención del presente escrito tiene como finalidad realizar algunas
reflexiones en torno a las transformaciones y cambios educativos que se han dado a lo largo de la
historia de la educación.
Las reflexiones realizadas giran en torno a si realmente las políticas públicas en educación
han producido cambios y transformaciones en la sociedad. A lo cual, pese a los desmejoramientos y
retrocesos, debemos reconocer que es muy posible que sin una implementación de las Políticas
Públicas Educativas (PPEs), no habría sido posible una transformación de la sociedad
Latinoamericana. Por tanto, se comentarán globalmente los alcances que las PPEs han tenido, ya
que estas están sujetas a los cambios sociales producidos en el tiempo. Cabe aclarar que los
cambios no necesariamente implican mejoramientos, por esto el contenido de este ensayo estará
matizado con aciertos y desaciertos producidos por la implementación de las políticas públicas en
educación en América Latina.

De la Edad Media a la Ilustración, una media educación

Según Ossenbach (2010) La educación, desde la Edad Media estuvo a cargo de la iglesia y quienes
accedían a ella hacían parte de las altas esferas sociales, por ende, el pueblo, conformado por
campesinos, nunca pudo acceder a la educación, ni siquiera para leer y escribir. Fue tan solo hasta
la Revolución Francesa (1.789) y que consecuentemente en 1.791 con la Constitución francesa hubo
una cobertura educativa, un tanto restringida, pero fue un avance en la medida en que se impartió
primaria para el pueblo y, secundaria y estudios superiores para las élites sociales; cabe anotar que
la iglesia no vio con buenos ojos esta política pública educativa porque descentralizaba, en cierto
modo, el monopolio del sistema educativo y amenazaba la estructura social de la época. Sin
embargo, había restricciones con respecto al acceso a la educación, puesto que una vez terminado
los estudios en primaria, no se podía aspirar a ingresar a secundaria.
Esta pequeña iniciativa hacia el desarrollo de la educación pública, significó un gran paso en
cuanto a la accesibilidad a la educación forma y fue este un comienzo para resolver las necesidades
educativas de la sociedad, en donde el papel del Estado fue asumir la responsabilidad de formular e
implementar políticas públicas encaminadas a este propósito.

Los logros de la América Latina

No fue sino hasta el siglo XX, en el marco de la postguerra, en el cual se consideró la educación
como un derecho fundamental y aplicable para todas las clases sociales a través de la consolidación
del Estado de bienestar, cuyo propósito era brindar una mejor calidad de vida a todos los ciudadanos.
Es así como en los años ‘50 hubo una política pública para eliminar las desigualdades educativas,
así como en los años ’60 se elevó el índice de crecimiento educacional en todo el mundo y entre los
años ‘70 y ’90 hubo una incorporación masiva de mujeres al sistema educativo, menciona Cruz
(2009).
Esto demuestra que las políticas públicas tuvieron un impacto y un alcance significativo en elevar el
nivel académico y especialmente permitir el acceso a la educación a una sociedad que necesita ser
formada no solo en competencias, sino también en una formación crítica y reflexiva para así
transformar y mejorar sus calidades de vida, sin embargo, refiere Ossenbach (2010) que en la
década de los `70 los partidos políticos neoconservadores y neoliberales intentaron liquidar el
Estado de bienestar, así como también, la política neoliberal consideró la educación como un bien
de mercado y supuso la educación privada como una educación más eficiente y con mayor
autonomía institucional. Esto ha ocasionado que la educación privada viva en función de resultados
y pruebas estándar que poco aportan a los procesos de enseñanza y aprendizaje, y menos a una
formación integral.
En este sentido, el Estado debe garantizar y priorizar la libertad, el pluralismo, la diversidad y los
recursos como parte del desarrollo de los procesos de enseñanza en las instituciones educativas
públicas; así como gestionar la autonomía de las mismas e implementar programas que brinden
equidad y calidad educativa.
La implementación de las políticas públicas, los modelos y las teorías en educación deben
adaptarse a la realidad social, económica y política del contexto. Con respecto a los estudios de
reformas y políticas educativas en América Latina, Bello (2001) expresa que las sociedades
latinoamericanas tienen una frágil estabilidad política, bajos niveles de integración, altos índices de
pobreza, a su vez, las élites sociales son quienes acceden a la mayoría de los recursos
proporcionados en cuanto a salud y educación. Esto evidencia una desigualdad social, lo que
muestra la gran necesidad de unas políticas públicas y estrategias para producir una movilidad
social y una solución no solo a las necesidades educativas, sino a las condiciones sociales,
familiares y económicas de las poblaciones marginadas; ya que estos factores inciden notablemente
en los resultados académicos. Por tanto, se debe pensar en una educación que tenga como objetivo
el desarrollo humano, y es a través de las políticas públicas que se logra conquistar dichos objetivos.
Ossenbach (2010) afirma que las políticas públicas en América Latina dieron surgimiento a
las primeras escuelas y universidades de calidad en países como Argentina, Uruguay y Chile; y en la
medida en que iban creciendo las ciudades se fue ampliando la cobertura educativa pública. Estos
cambios producidos fueron atacados por parte de las dictaduras militares que vieron en docentes y
estudiantes de las universidades públicas, una amenaza potencialmente subversiva; además de ser
las dictaduras las que prepararon el terreno para la introducción de programas neoliberales del
Banco Mundial, sin tener en cuenta las realidades, ni mucho menos realizar adaptaciones para
propiciar una mejor formación educativa, explica Cruz (2009). Sin embargo, gracias a este alcance
de las políticas públicas, se logró que hubiese un acceso al conocimiento científico a través de la
educación superior de calidad, lo cual produjo grupos de investigación y programas que resolvieron
problemáticas económicas, ambientales y de salud de las sociedades latinoamericanas; tal es el
caso del Plan Canguro, el cual fue ideado y aplicado por el neonatólogo Edgar Rey Sanabria de la
Universidad Nacional de Colombia para mejorar la calidad de vida de los bebés prematuros y su
entorno familiar.

Por otra parte, el tema de la educación ha generado una relación dialéctica entre la educación para
el mercado laboral y la educación como formación intelectual y moral de los jóvenes, la cual ofrece
una mirada crítica de la sociedad en la medida en que a través del dominio de la lengua escrita y
verbal, facilita una apropiación del conocimiento científico y cultural, y así participar en discusiones
éticas para proponer alternativas a las problemáticas sociales (Schwartzman y Cox, 2012).
A este respecto, la educación no puede estar dirigida hacia las demandas del mercado laboral, el
cual se encuentra saturado, sino que es necesario ofrecer una educación que tenga como propósito
fundamental formar jóvenes que se empoderen de su conocimiento para así proponer soluciones a
las problemáticas de su comunidad; y es por medio de la formulación, implementación y seguimiento
de las políticas públicas que se garantiza la educación, entendida ésta como el motor de
transformación para cambiar las condiciones de vida de las sociedades latinoamericanas.

La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL 2007), creó escuelas de
pensamiento económico que generaron políticas de desarrollo y crecimiento de las regiones.
Asimismo, durante la primera mitad del siglo XX Ossenbach (2010) asevera que con la Revolución
Mexicana se introdujeron reformas agrarias, educativas, ejercicios sindicales y culturales, basados
en tradiciones populares que articularon lo rural con lo urbano. Estas reformas se extendieron a
solucionar los problemas de los indígenas, quienes presentaron innumerables denuncias con
respecto a sus lamentables condiciones de vida. Esto conllevó a la conformación de políticas
públicas que posibilitaron el acceso a la educación de las comunidades indígenas, adquiriendo
fuerza para dar inicio al indigenismo, movimiento cultural que se destacó en la literatura y en
prácticas sociales encaminadas al mejoramiento y valoración de los saberes ancestrales. Este es un
gran ejemplo de cómo la sociedad aprovechó los beneficios de las políticas públicas para
reconfigurar su identidad cultural y ocupar un lugar valioso en la sociedad.
Por esto, es importante que para la obtención de beneficios de las (PPEs), éstas respondan a las
necesidades de cohesión social; así como tener en cuenta, dentro de sus programas, el garantizar el
acceso al sistema educativo a las minorías, dado que Colombia es uno de los países con mayor
riqueza étnica y cultural, y el cual necesita con suma urgencia la implementación de políticas
públicas que tengan como objetivos preservar y respetar la cosmovisión y el territorio de las minorías.

A manera de conclusión

Solo a través de las políticas públicas se puede lograr cambios y transformaciones en el ámbito
educativo, a pesar de que las políticas son armas de doble filo, son la única manera de alcanzar el
bienestar de las sociedades. Esto requiere una participación activa de la sociedad, a quienes se les
debe otorgar un empoderamiento sobre las decisiones que se tomen con respecto a su porvenir y
bienestar.
Es claro que si queremos mejores resultados académicos y por ende un cambio sustancial en los
sectores poblaciones de bajos recursos, no solo se debe implementar políticas públicas en
educación, sino también políticas públicas que tengan como objetivo mejorar la calidad de vida de
los estudiantes y de sus familias.
Bibliografía

Cruz, D. I. (2009). Breve evolución de los sistemas educativos latinoamericanos: necesidad de la

educación para el desarrollo sostenible. Revista Iberoamericana de Educación.

Ossenbach, G. (2010). Las relaciones entre el estado y la educación en América Latina durante los

siglos XIX y XX. Docencia N° 40.

Tareas y desafíos. Vicerrectoría de investigación, innovación y posgrado. Universidad Arturo Prat.

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