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Recorre los rituales y danzas de los indígenas en todo el mundo

Gurdjieff dijo una vez:


"yo mido el mérito del arte por su consciencia. Un trabajo de arte objetivo debería ser como
un libro, con la única diferencia de que el artista no transmite las ideas a través de
palabras o signos, sino a través de ciertos sentimientos que él estimula consciente y
ordenadamente, sabiendo lo que está haciendo y por qué."
El sistema Occidental ve el universo como circulación y transformación de energías. Gran
parte del trabajo musical y corporal de Gurdjieff expresa de una forma no verbal la
interacción de las dos grandes leyes universales, la Ley de Tres y la Ley de Siete o Ley de
Octavas. La Ley de Siete gobierna el desarrollo de todo fenómeno o ciclo de eventos y
demuestra el principio de la discontinuidad de las vibraciones. La escala musical es una
expresión de esta ley. La otra gran ley, la Ley de las Tres Fuerzas, determina el origen de
cualquier acontecimiento nuevo.
Gurdjieff compuso algunos cientos de Movimientos a lo largo de su vida. Él dijo que:
"en tiempos remotos la danza era una rama de arte real, sirviendo de propósito para un
conocimiento superior. Los límites del bailarín eran expandidos a través de la combinación
de movimientos no-naturales y no-habituales. En su práctica, obtenían una nueva cualidad
de atención y una nueva dirección de la mente, todo ello con un propósito definido. A
través de estrictos patrones representados por los participantes se hacían visibles e
inteligibles ciertas leyes."
Gurdjieff creó Movimientos en dos períodos separados de su vida y su enseñanza,
pudiendo estos ser divididos en dos grupos históricos principales. El primer período fue de
1917 a 1924, cuando unos 60 Movimientos eran estudiados y presentados en escenarios
de París y América. Aquí hay extractos de su ballet "La lucha de los Magos" (ahora
perdido) y los Movimientos que fueron creados en los años en que Thomas de Hartmann
colaboró con él. La música para los Movimientos de este período fue compuesta por el
mismo Gurdjieff para ser presentados por una orquesta de 36 piezas. Más tarde, esta
orquestación fue transcrita sólo para piano. Según Gurdjieff, estos son los Movimientos
que contienen la música y las posturas que escuchó y observó durante sus viajes.
Estos primeros Movimientos son de diferente tipología y con diferentes propósitos. Primero
vienen las Obligatorias o ejercicios despertadores, diseñados para traer los tres niveles a
un estado de atención y consciencia del momento presente. El segundo grupo son las
Ocupacionales o danzas-trabajo, representaciones y mímicas que reflejan la esencia de un
particular oficio o actividad. Estos Movimientos son practicados esencialmente con un
compañero, sintiendo que se trabaja como un todo unificado. En el siguiente, hay
Movimientos que expresan las dos grandes Leyes, la Ley de Tres y la Ley de Siete.
Tradicionalmente se decía sobre la combinación de estas dos leyes, que requerían tener
experiencia en movimiento para entender con profundidad su interacción. Junto a este tipo
de Movimientos están las Oraciones o Movimientos devocionales, que constan de
posiciones y gestos simbólicos. Otro grupo de Movimientos es el practicado sólo por
hombres o sólo por mujeres. Tomar parte en estos Movimientos da al bailarín la
oportunidad de experimentar la esencia de las energías masculina y femenina.
Después de su casi fatal accidente de coche en 1924, Gurdjieff estuvo años sin transmitir
nuevas Danzas, trabajando entonces de forma intensiva en la creación de nuevos
Movimientos para su grupo de París, basados en la circulación del eneagrama. El segundo
período fue de 1939 hasta su muerte en 1949, en el que impartía clases casi a diario y, en
realidad, representaban la única enseñanza estructurada que entonces transmitía. Este
período incluye la serie de los 39 Movimientos, el último de los cuales, el nº. 39, fue creado
18 días antes de su muerte. Debido a que de Hartmann dejó a Gurdjieff en 1927, la música
para estos era improvisada, a menudo por Mme. de Salzmann, de acuerdo con las
sugerencias de Gurdjieff. Mme. de Salzmann pidió entonces a Thomas de Hartmann que
compusiera la música para estas series, basándose en improvisaciones y fragmentos
antiguos. Algunos alumnos de Gurdjieff dicen que se han perdido muchos Movimientos,
porque a menudo se negaba a repetir la enseñanza inicial de un Movimiento nuevo si los
bailarines no la recordaban al día siguiente.
Los Movimientos constan de una antología de actividades físicas objetivas para trabajar
con la atención, estando diseñadas para equilibrar los centros intelectual, emocional y
físico y para abrir las partes superiores de dichos centros. Envuelven los tres aspectos del
ser humano que pueden ser simplemente referidos como Cabeza, Corazón y Mano.
El significado más superficial de la palabra atención podría ser el dirigir el poder mental
hacia la comprensión o el perfeccionamiento de una actividad física particular, como lanzar
una flecha o centrar una pieza de cerámica. A niveles más profundos, es posible conocer
lo "que es" antes de que se convierta en "eso".
Si se practican de forma apropiada, con la correcta atención, los Movimientos pueden
revelar verdades de una forma nueva. Tales descubrimientos son el privilegio de aquellos
que las practican, siendo el resultado del esfuerzo consciente por el tipo correcto de
movimiento. Este esfuerzo es usado para intentar alcanzar el corazón del laberinto.
Fundamentalmente, los Movimientos tratan sobre el aprendizaje; el aprendizaje acerca de
La Fuente. Se comienza aprendiendo los detalles de la forma exterior correcta, lo que irá
seguido por el descubrimiento del verdadero significado de cada movimiento, de cada
gesto o postura, dependiendo del proceso de cada persona. Hay diferentes formas de
aprender. Esto puede ser ya un gran descubrimiento en sí mismo. El aprendizaje y la
práctica de los Movimientos deben ser considerados como una actividad objetiva. Es decir,
se supone que tienen efectos de acuerdo con leyes universales y nunca deben estar
sujetos a una psicología personal subjetiva.
Las clases prácticas de Movimientos reflejan diferencias. Algunas personas los aprenden
con más facilidad que otras y también se acostumbra a tener preferencias sobre las
Danzas. Por supuesto, la facilidad nada tiene que ver con el propósito. El proceso del
aprendizaje nos mantiene libres de nuestras propias interferencias subjetivas; esa parte en
nosotros que inventa y justifica, orgullosa de su auto-expresión. La necesidad de quietud
interna es la misma que en la meditación. Los Movimientos nos ofrecen oportunidades
para crear una situación en la que nuestra psicología personal puede ser sorprendida.
Entonces es posible algo nuevo.
Los Movimientos y la música que los acompaña son un vehículo a través del cuál podemos
comenzar un proceso en el que nuestro esfuerzo por auto-recordarnos está unido con un
sentido de servicio hacia lo divino.
La danza sagrada ha estado considerada como una materia principal de estudio en todas
las escuelas esotéricas del Este, tanto en tiempos remotos como actualmente,
preservando su profundo significado religioso y científico en su sentido real. Los
movimientos que las componen tienen un doble propósito; expresan y contienen cierto
conocimiento, una dimensión desconocida que revela lo que está oculto para el hombre
ordinario y, a la vez, sirven de método para obtener un estado armónico del ser. Las
combinaciones de estos movimientos expresan diferentes sensaciones, producen varios
grados de concentración de pensamiento, crean esfuerzos necesarios en diferentes
funciones y muestran las posibilidades de la fuerza individual.
Según la enseñanza de Gurdjieff, en el ser humano existen dos polos. Un polo
corresponde a su potencial, a sus posibilidades reales. El otro corresponde a la forma en
que vive; en estado de hipnotismo. Se contenta con una vida tolerable, al mínimo,
haciendo lo posible por olvidar el drama de su mortalidad y de su no saber. Su vida gira
entorno de un conjunto de intereses insignificantes y superficiales. Está esclavo del
automatismo que gobierna sus pensamientos y sentimientos, estando esto estrechamente
ligado con los movimientos y posturas que adopta. Es necesario, dice, que el individuo
comprenda su condición actual. Intentar despertar de este sueño debería ser la dirección
de su vida a cada momento.
Si fuéramos capaces de pasar de nuestro nivel ordinario a uno superior, significaría que
algo en nosotros ha cambiado. Los cambios están gobernados por leyes cósmicas
definidas y el conocimiento de estas leyes existe y puede ser descubierto.
Los Movimientos y Danzas Sagradas que Gurdjieff nos legó proveen condiciones
especiales para el trabajo de transformación y es un método de estudio que ayuda a los
bailarines a despertar este potencial, el Yo permanente y unificado. Según él, introducen
una serie de nuevas posturas procedentes de una humanidad consciente; provenientes de
un conocimiento real, que puede abrirnos a un orden diferente dentro de nosotros,
ayudándonos a salir del estrecho círculo de automatismo y hábitos. Nos dan una nueva
cualidad de atención y presencia que puede devolvernos a la conciencia de la fuente de
energía que yace detrás de toda la existencia y a las capacidades latentes que pertenecen
a la parte desconocida de nuestra naturaleza.
El lenguaje de estas Danzas es matemático, de acuerdo a una medida exacta. Cada
movimiento tiene su lugar específico, su duración y su peso. Las combinaciones y
secuencias son matemáticamente calculadas. Las posturas y las actitudes están definidas
para producir emociones predeterminadas. En este tipo de movimiento, aquel que observa
puede también participar, puede leerlas como si de un libro se tratara, en el cuál una
mente y una emoción de grado superior toma lugar. En la creación de estos movimientos,
cada detalle tiene su significado. El más pequeño elemento es tomado en cuenta y nada
se deja al azar o a la imaginación. Existe sólo un gesto, una postura y un ritmo posible con
el que representar una situación humana o cósmica determinada. Otro gesto, postura o
movimiento no sería verdadero. Si se produce la más mínima falta de cálculo en la
composición de un movimiento, la danza sería profanada y la fantasía tomaría el lugar del
conocimiento. Durante toda su vida, Gurdjieff se dedicó a estudiar estas danzas sagradas,
dominando sus principios, lo que constituye una rama del arte objetivo. Comprendiendo los
principios, Gurdjieff fue capaz de transmitir verdades a través de estos movimientos.
Vistos como ejercicios o como danzas, los Movimientos tienen como meta el re-equilibrio
del cuerpo-mente-emociones y un nuevo orden de sus funciones. Revelan la existencia de
una ciencia sagrada, una ciencia exacta capaz de abrirnos a la experiencia de otra
dimensión, de otra fuente de vida, adquiriendo su significado real sólo cuando la aparición
de una energía más alta nos revela otro nivel del ser.
Para acercarse a esta fuente vital, es necesario atravesar un proceso, ver el estado de
dependencia mental que nos divide, que limita nuestro campo de consciencia y nos hace
dudar e incluso olvidar nuestro propio poder de liberarnos. Es sólo después de haber
sufrido, después de reconocer la limitación, que puede aparecer una profunda aceptación
y apertura. El ser interno se vuelve permeable a una acción de un orden totalmente
diferente. En la práctica de los Movimientos nuestra apertura a esta acción es puesta a
prueba constantemente y éste, es el ejercicio esencial.
Mme. De Dampierre dio una descripción muy interesante de lo que es observar los
Movimientos en su práctica:
"cuando ves una actuación de estos movimientos, comprendes que son algo más que
simples ejercicios rítmicos acompañados de la música apropiada. Observas que son una
serie de ejemplos de belleza, que siguen patrones de acuerdo con leyes estrictas. Se
puede sentir que demandan una profunda concentración por parte de los bailarines. En
realidad, lo que demandan es la constante coordinación de varias posturas corporales y
mentales, en motivos siempre cambiantes. Estos movimientos deben ser practicados con
absoluta precisión, con gran rapidez y sutilidad. Esto requiere una gran atención del
participante. En todo momento el bailarín se tiene que relacionar con lo que supone la
necesidad de una atención interna, con la posibilidad de estar en contacto con un estado
de ser en el cuál, la enseñanza puede ser despertada en él."
"...durante mucho tiempo he sabido que nuestro mundo interior es el terreno en el que
enraízan las semillas del arte. Sin esta semilla, en la cuál está oculto el lado mágico de la
vida y del cuál el trabajo del arte puede nacer..., no hay Arte, no hay Música".
-Thomas De Hartmann (Compositor)-

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