Retos en la Producción de Biocombustibles
EVELYN ARANGO, LAURA MOGOLLÓN Y JULIANA ACEVEDO
Universidad católica de Pereira,
Pereira, Colombia
evelyn.arango@ucp.edu.co
Laura.mogollon@ucp.edu.co
juliana2.acevedo@ucp.edu.co
RESUMEN
Teniendo en cuenta la problemática mundial actual con el
efecto del cambio climático, la necesidad de producir
combustibles amigables con el medio ambiente se ha
convertido en una esperanza para salvar el planeta tierra de las
manos del hombre y entregarles un nuevo mundo a las
generaciones futuras, en este sentido los biocombustibles han
ganado importancia dentro de las agendas de los gobiernos a
nivel mundial y de diferentes organizaciones en pro del medio
ambiente. Su creciente demanda es una prueba fehaciente de
ello y reflejada en crecimiento de los cultivos utilizados como
materias primas, los cuales presentan una serie de retos como
el cambio de uso de la tierra, las emisiones de gases efecto
invernadero, la seguridad alimentaria y la propiedad de la
tierra.
El presente texto, hace un recorrido por la literatura académica
para definir y clasificar los biocombustibles, y establecer su
importancia entre las alternativas energéticas renovables,
además señala las problemáticas tanto económicas, científicas
y sociales que se han venido presentando para la producción
en masa de este como una respuesta al fin de la era del
petróleo.
Palabras claves: Biocombustible, Cambio climático,
I. INTRODUCCIÓN
Es bien sabido que el cambio climático en todo el mundo a
prendido las alarmas, siendo una realidad innegable que ha
generado que se busquen alternativas mas limpias de
producción, en este sentido los biocombustibles provenientes
de fuentes naturales propias de la agricultura han venido
ganado terreno dentro de las fuentes energéticas las cuales
buscan reemplazar a los combustibles fósiles. En este sentido,
el establecimiento de plantaciones para producción de
biocombustibles se popularizó a partir de que fueron
consideradas como una estrategia energética más sustentables
que la quema de combustibles fósiles, la cual genera
emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye al
cambio climático [1].
Dichas plantaciones de diferentes productos, genera una crisis
alimentaria, dado que se invierte una parte de la oferta de estos
en la generación de biocombustibles dejándose de atender la
demanda de alimentos como maíz, trigo, lúpulo, palma de
aceite o canola entre otros utilizado para suplir dos tipos de
demandas diferentes.
Adicionalmente, cuando se talan extensiones de selvas o
bosques para su implementación, también se generan graves
impactos ambientales sobre ecosistemas únicos que
difícilmente se recuperarán. Ante esta situación, el Acuerdo de
Paris celebrado en el año 2015 en su artículo 2, establece que
se debe “aumentar la capacidad de adaptación a los efectos
adversos del cambio climático y promover la resiliencia al
clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto
invernadero, de un modo que no comprometa la producción de
alimentos. [2].
En este sentido, una de las principales necesidades que plante
la ONU es la reducción de la generación de gases efecto
invernadero, los cuales se encuentran presentes en casi todas
las actividades que realiza el ser humano y por lo cual, este
debe de mudarse a métodos mas limpios que no contaminen e
influyan directamente en el calentamiento global, siendo la
producción de biocombustibles como el etanol una de las
respuestas a dicha problemática pero que platea ciertos
desafíos.
A escala comercial, Brasil y Estados Unidos de Norteamérica
(EUA) han implementado de manera masiva y exitosa el
etanol de primera generación (1G), como combustible
alternativo, y han mostrado que puede ser competitivo con la
gasolina en precio y generación de energía. En EUA, el 96 %
del mercado de gasolina es E10 (10 % v/v de etanol con 90 %
v/v de gasolina). El etanol producido con almidón de maíz
comprende cerca de tres cuartas partes de la producción de
biocombustibles de EUA, pero es controversial el hecho de ser
generado con una materia prima que se utiliza para
alimentación humana y de ganado. Brasil, obtiene la mayor
parte del etanol a partir de caña de azúcar; el 80% de los
vehículos livianos de Brasil son VFF (Vehículos Flex Fuel), es
decir que admiten hasta un 100% de etanol como combustible,
y la producción de etanol satisface toda la demanda nacional,
por lo que se ha reducido la importación de petróleo hasta 550
millones de barriles anualmente [3].
Las políticas regionales y tratados internacionales
encaminados a mitigar los efectos del cambio climático
reflejan el esfuerzo de los gobiernos para impulsar la
producción y uso de etanol como combustible para el
transporte. Por lo tanto, hay un aumento en la producción de
este biocombustible, debido en parte a sus balances
energéticos positivos y la neutralidad en cuanto a la
generación de dióxido de carbono (CO2), ventajas
demostradas en las tecnologías de primera generación. Entre
2007 y 2015 la producción de etanol casi se duplicó en el
mundo y la tendencia va en aumento a la fecha.
En este sentido, con el presente articulo, se plantea la
necesidad de realizar una aproximación mediante una revisión
bibliográfica de los retos que se platean en la actualidad para
llegar a la producción eficiente de biocombustible, teniendo en
cuenta factores económicos, productivos y biológicos que
intervienen en el desarrollo de este compuesto y el cual puede
ser una alternativa mas limpia que en el futuro cercano
reemplazaría la ya nociva producción de combustibles fósiles
los cuales son los mayores implicados en el calentamiento del
globo terráqueo.
II. LOS BIOCOMBUSTIBLES
A. HISTORIA DE LOS BIOCOMBUSTIBLES
El uso de fibras y aceites vegetales con fines biocombustibles
se remonta a más de 1.8 millones de años, cuando el Homo
erectus usaba leña y fibras secas para encender hogueras [4].
Sin embargo, el inicio comercial de los biocombustibles más
bien se podría asociar a la siembra de oleaginosas para extraer
aceite y usarlo como carburante. En este caso, se ha
documentado la domesticación de higuerilla (Ricunus
communis L.) y uso de su aceite como carburante en el
antiguo Egipto unos 4000 años a.C.; así como, del olivo (Olea
Europea) y ajonjolí (Sesamum Indicum) cuyos aceites se
usaban para los mismos fines en Medio Oriente y
Mediterráneo 2500 años a.C. [5], [6]. Cabe aclarar que los
aceites producidos por este tipo de plantes, además de
utilizarse como combustibles, también formaban parte de la
medicina, la cosmética y como parte fundamenta de la dieta de
estas tribus, los cuales tenían claro que su siembre era
multipropósito lo que evidencia que no solo se producía
combustible, sino una diferente gama de derivados, lo que
demuestra que de estas plantas como del petróleo, se logra
aprovechar casi todo su potencial, pero a diferencia de este el
daño que le causa al medio ambiente es mucho menor.
B. MATERIA PRIMA PARA LA PRODUCCIÓN DE
BIOCOMBUSTIBLES
Se considera como biocombustible a todo aquel carburante
sólido, líquido o gaseoso que se obtiene a partir de materia
orgánica. Esta materia prima puede estar conformada por un
cultivo oleaginoso (rico en aceite), fibroso (fibras de plantas
secas o madera) o algas; pero también puede estar integrado
por residuos de cosechas (cáscaras de frutos, pulpas y cáscaras
de semillas) o residuos anima- les (grasa, pelo y estiércol). En
este documento sólo se consideraron los cultivos oleaginosos
o fibrosos cuyo único uso sea la producción de aceites
industriales, gases o la destilación para aplicaciones
biocombustibles. La Figura 1 presenta los dos principales
biocombustibles comerciales, sus materias primas de primera
generación y los usos más destacados.
por lo que los principales demandantes de biocombustibles,
como Estados Unidos y la Comunidad Europea, han puesto
sus expectativas en los llamados biocombustibles de segunda
y tercera generación (Figura 1), los cuales emplean como
materia prima componentes orgánicos diversos, que se
caracterizan por no competir con el sector alimenticio y la
mayoría constituye material actualmente considerado de
desecho; por lo cual esta opción abre nuevas perspectivas y
posibilidades para el desarrollo de tecnologías basadas en
biocombustibles con múltiples beneficios ambientales.
Figura 1. Biocombustibles de segunda y tercera generación y
sus aplicaciones
Fuente: Grieve, A Modern Herbal | Castor Oil Plant, 2014
C. PRINCIPALES PROBLEMAS EN LA
PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
Para darle solución a la problemática de la producción en
masa de etanol sin afectar la oferta alimentaria actual ni la
agricultura o la ganadería se contemplan otras formas de
producción o materia prima. De esta forma se pueden utilizar
las partes de las plantas ricas en celulosa, las cuales no sirven
de alimento ni para personas ni para el ganado, por lo que no
afectan el precio de la comida. Otra opción consiste en
producir combustibles líquidos a partir de algas, las cuales
convierten con gran eficiencia el agua, el CO2 y la luz solar en
aceites aptos para la síntesis de hidrocarburos. también
podrían crearse microorganismos manipulados genéticamente
que segregasen hidrocarburos.
Pese a esto, la propuesta hasta ahora es inviable, lo que ha
generado que la producción de litros de etanol se reduzca,
siendo necesario identificar los problemas que surgen a la hora
de producir dicho carburante los cuales se enumeran a
continuación y hacen parte del análisis realiza por Biello.
! La producción de etanol de maíz es insuficiente: aunque
en estados unidos los sembradíos de maíz para la producción
de etanol aumentaron en los últimos años,
desafortunadamente, la eficiencia energética generada por el
etanol a base de maíz no es mucho y para la producción de
este se requieren grandes cantidades de energía para llevar a
cabo el proceso de destilado de este con el fin de separar de la
mezcla de agua y levadura en la que se ha fermentado, siendo
esta energía, aportada por combustibles fósiles y luego de todo
ese procesos da como re
y esa energía suelen aportarla los combustibles fósiles.
Después de tanto trabajo, un litro de etanol solo suministra al
vehículo dos tercios de la energía de un litro de gasolina [7].
En este sentido, la producción de etanol proveniente de este
cultivo no representa una mayor contribución a la reducción
de los gases invernadero y el cambio climático dado que se
necesita unas mayores extensiones de tierra asi como de
energía para producirlo siendo un reto lograr producirlo
eficientemente y con una baja contaminación.
! Descomponer a la celulosa una tarea difícil: teniendo en
cuenta que la producción de maíz esta destinada a la cubrir la
demanda alimentaria tanto de personas como de ganado, se
opto por la generación de etanol de celulosa, lo que permitiría
aportar un 30% de combustible reduciendo el consumo de
combustibles fósiles. El problema principal consiste en
descomponer las células de la planta para llegar hasta la
celulosa, la pared celular contiene lignina, un compuesto que
sostiene la pared y que impide a los animales digerir la
madera, aunque se han buscado diferentes alternativas para
producir esta encima, hasta la fecha no se ha logrado dar con
una enzima excelente que logre dicha descomposición,
sumado a esto descomponer la celulosa lleva tiempo, puesto
que la cadena de procesos biológicos implicados es lenta, lo
que hace ineficiente la producción de etanol en una grane
escala [7].
Otro reto latente en la producción de etanol ya sea con maíz o
caña de azúcar, es el efecto negativo que tiene la sobre
producción en los suelos y en el medio ambiente, dado que
este genera un desgaste en los minerales y nutrientes que
posee, produciendo problemas ambientales y agrícolas por no
lograrse cultivar alimentos para las personas., lo que acarrearía
un problemática social y económica en los países que lo
produzcan, siendo algo inviable.
! Problema con las algas: Algunos científicos, han buscado
por considerar un organismo mucho más eficiente que las
plantas a la hora de convertir la luz del sol en energía química,
siendo las algas microscópicas la respuesta a esta necesidad,
dado que ciertas variedades aprovechan un 3% de la radiación
solar que reciben para fabricar materia vegetal, en cambio, el
maíz o la caña de azúcar no pasan del 1%. Gracias a la
fotosíntesis, estos organismos fabrican las grasas que después
pueden convertirse en combustible. Una ventaja de estas es
que no necesitan tierras para su producción y además son mas
eficientes que cualquier otro cultivo, teniendo como ventaja
sus fuentes de alimentación, ya que en parte se alimentan del
sol, y de cualquier tipo de agua, lo que permite reducir cotos
en su producción. [7].
Pese a esto, su ineficiencia es uno de los factores que las hace
poco competitivas, asi como los altos costos de su producción
y el equipo especial que utiliza, suponen un reto en su
producción masiva, de igual forma la necesidad de tener un
proceso físico químico estable es otro de las razones por las
cuales se considera ineficiente.
! Uso de organismos sintéticos un camino incierto: los
productores de combustible de algas persiguen modificar el
código genético de estos organismos a fin de superar los retos
que se tienen actualmente con estas. Sin embargo hasta la
fecha no se ha encontrado el organismo adecuado, por lo tanto
una de las opciones mas factibles ha sido fabricarlo. En este
punto la bacteria E. Coli presente en el tracto digestivo de los
seres humanos ha sido la solución, la cual se adapta a
diferentes climas y se alimenta de caña de azúcar excretando
aceite para la producción de etanol [7]
En este sentido, ha sido una de las soluciones mas viables asta
hora, pese a esto, se encuentra con problemáticas como la
producción en masa de caña de azúcar, su estabilidad y
susceptibilidad a variables externar las cuales el hombre logra
controlar pero deberían siempre estar bajo su supervisión, lo
que genera retos que se deben de sortear para lograr su ingreso
al mercado, supliendo la demanda de etanol suficiente para
hacerle competencia a los combustibles fósiles en términos de
precio y eficiencia.
Sin embargo las investigaciones continúan, buscando
alternativas que logren afrontar todos los retos que hasta la
fechan se han venido plateando y que en un futuro no lejano,
se logre tener vehículos alimentados por biocombustibles y
luego de esto llegar a la cero emisiones de carbono a la
atmosfera.
D. LOS BIOCOMBUSTIBLES DE SEGUNDA
GENERACIÓN
Lastimosamente en la actualidad, no se cuenta con una fuente
a gran escala de energía renovable, teniendo en cuenta que en
la actualidad, se pierden más de 40 millones de toneladas de
material vegetal no comestible: caña de trigo, rastrojos de
maíz y restos de la tala de árboles [8]. Adicional a esto, la
producción de etanol y de biocombustibles en general
provenientes de las plantas, poseen una composición química,
difícil de sintetizar y separar, lo que requiera un gasto
energético mayor al resultado final.
Figura 2. Producción de biocombustible de segunda
generación
Fuente: Sanderson, Biocombustibles de segunda generacion
2014
Los polímeros de azúcar que componen la celulosa no se
disuelven en agua; se disponen en estructuras cristalinas
microfibrilares que dificultan el acceso a los azúcares y que se
hallan ligadas a la hemicelulosa. Esta, a su vez, contiene
varios tipos de azúcares, lo cual complica su conversión en un
solo producto final, como el etanol. Finalmente, el conjunto
queda rodeado por una capa protectora de lignina, una
compleja maraña de polímeros unidos por enlaces muy
fuertes. Por añadidura, su composición varía de unas plantas a
otras, por lo que la verdadera estructura de tan macizo material
continúa siendo una incógnita [8].
En este sentido de plantean otras alternativas que permitan
descomponer las enzimas y las cuales se explican a
continuación,
! Termitas marinas: por su nombre científico Limnoria
quadripunctata, un pequeño crustáceo que desde hace tiempo
asuela puertos y embarcaciones puesto que perfora e ingiere
todo aquello que contenga madera, ya se trate de barcos,
muelles u otras instalaciones
! Química industrial: la industria química cuenta con la
ventaja de poseer una gran experiencia en el desarrollo de
procesos a escala industrial. El sistema ideado por el grupo de
Raines utiliza un líquido iónico compuesto de N,N-
dimetilacetamida y cloruro de litio, el cual disuelve la celulosa
sin alterar su estructura química. Este proceso permite obtener
combustibles a partir de biomasa vegetal en una sola etapa y a
temperaturas inferiores a 140 grados Celsius [8].
Pese a toda situación, el mayor reto que existe a la hora de
producir biocombustibles de segunda generación, radica en la
baja inversion, dispuesta al desarrollo de una producción en
masa, teniendo en cuenta que existen avances científicos
claros de una sintonización más eficiente, los gobiernos no
han logrado generar políticas publicas que permitan encaminar
la producción de biocombustibles a gran escala, lo que detiene
el paso hacia una nueva generación de biocombustibles.
E. BIOCOMBUSTIBLES DE MICROALGAS
En una carrera por encontrar el biocombustible mas eficiente,
se ha plateado a las microalgas como una solución viable de
una materia prima para la elaboración de biocombustibles.
Algunas especies producen grandes cantidades de aceite y su
cultivo no interferiría con la producción alimentaria, como
ocurre con el etanol de maíz [9]. Sin embargo, tales promesas
se hallan supeditadas a la superación de una serie de barreras
de índole científica, ambiental y económica. Estas incluyen
explorar nuevas cepas y métodos de explotación, así como
evaluar la sostenibilidad del proceso.
las algas podrían proporcionar resultados óptimos como
materia prima suplementaria para la producción de
biocombustibles. Estos organismos presentan varias ventajas,
entre las que cabe destacar el elevado contenido en lípidos de
algunas especies y su alta productividad por unidad de
superficie. Además, dado que las microalgas no constituyen
una fuente habitual de alimento, su cultivo a gran escala para
la obtención de combustible no debería afectar a la producción
alimentaria de la misma manera en que lo hacen otras materias
primas, como el maíz.
! Micro: Las microalgas, son microorganismos fotosintéticos
unicelulares, omnipresentes en la naturaleza. Medran en agua
dulce o salada, en lagos de elevada salinidad e incluso en
desiertos y ecosistemas árticos. Se dividen a su vez en dos
grandes grupos: las algas eucariotas y las procariotas
(cianobacterias, o algas azul verdosas). La afinidad entre las
cianobacterias y las bacterias no fotosintéticas permite su
explotación mediante técnicas de ingeniería genética, lo que
las convierte en un objetivo atractivo para la investigación en
biocombustibles. Sin embargo, las algas procariotas carecen
de un componente esencial que abunda en las eucariotas: los
lípidos neutros, ricos en triglicéridos, o triacilgliceroles [9].
Para la obtención del biocombustibles, las microalgas
eucariotas, son las algas verdes conforman el grupo
taxonómico que, debido a su riqueza en aceite, suele
denominarse oleaginoso, estas son las principales generadores
de aceite que permiten ser sintetizadas mediante los
cloroplastos para la generación de aceite, estas microalgas
tienen sus ventajas ya que cualquiera de estas puede producir
aceita a diferencia de las plantas terrestres.
Figura 3. Generación lípidos de cada tipo de alga
Fuente: microalgal triacylglycerols as feedstocks for biofuel
production: perspectives and advances, Qiang hu et al. En the
plant journal, 2008
La síntesis de lípidos aumenta cuando los organismos se
someten a condiciones de estrés metabólico. La figura muestra
la proporción de lípidos hallados en varios tipos de microalgas
y cianobacterias en condiciones normales (verde) y de estrés
(rojo), como falta de nitrógeno y otras carencias.
! Pasos a la nueva agricultura: en este sentido para
producir las microalgas, se debe de equiparar la si producción
casi igual a la de maíz en Estados Unidos, aunque su
crecimiento es relativamente sencillo, también se encuentra
susceptible a plagas, depredadores y demás afectaciones que
generan un daño en estas, lo que hace que se desarrollen
técnicas de cultivo mas eficientes, asi como plantas con
crecimientos mas rápidos y eficientes que logren darle
respuesta a la demanda del mercado.
! Nuevo modelos de cultivos: existen dos métodos básicos
para cultivar microalgas fotosintéticas: estanques abiertos y
fotobiorreactores cerrados. Los estanques pueden ser simples,
de 20 a 30 centímetros de fondo y con muy poca o ninguna
circulación del agua; o bien conductos ovalados, con divisores
en el centro y norias que mantienen el agua en movimiento.
Por supuesto, los estanques constituyen la solución más
económica (sobre todo cuando consisten en simples zanjas
abiertas en el suelo), pero protegen muy poco ante plagas,
depredadores o patógenos [9].
Figura 4. Sistema de biorrefinería de algas que de NREL
Fuente: Pienkos, Laurens y Aden, Biocombustibles de
microalgas, 2014
La figura 4. representa el sistema de biorrefinería de algas que
el NREL ha empleado para sus modelos. Las algas crecen en
estanques abiertos donde reciben agua, nutrientes inorgánicos,
dióxido de carbono y luz solar. Las células se recogen
mediante floculación y flotadores de aire disuelto; después, se
concentran por centrifugación. El agua recuperada se recicla
en su mayoría, pero una fracción se desecha para evitar la
concentración de sales y otros residuos del cultivo. Los
disolventes que extraen los lípidos con los que se fabricará el
combustible pueden reutilizarse. La biomasa sobrante se
convierte en biogás por digestión anaeróbica, el cual propulsa
las tur- binas que generan energía para la biorrefinería. Los
sedimentos que quedan en el biodigestor se reutilizan como
nutrientes para los estanques. Un reciclaje exhaustivo es
necesario para reducir costes y asegurar la sostenibilidad
! Economía: para la producción de microalgas, se debe de
contar con una gran infraestructura que permite suplir la
demanda de combustibles. Bajo el método anterior, se prevee
producir cerca de 40 millones de litros de combustible al año a
un precio de entre 3 y 6 dólares por litro. Aunque en esa cifra
influyen una gran variedad de factores, como lo son el
contenido de lípidos y la tasa de crecimiento, los cuales se
condicionan por factores ambientales, siendo necesario
ahondar en un estudio mas profundo que permita solventar
dicha problemática.
! Sostenibilidad: uno de los mayores interrogantes que se
platean para la producción de algas son las fuentes de recursos
hídricos disponibles para la producción de las microalgas,
teniendo en cuenta que estas debe de estar disponibles todo el
año, sumado a esto se planeta cuestiones técnicas que
permitan la perdurabilidad de estos cultivos bajo invernadero
con el fin de reducir los gastos en recursos de esta índole.
F. EL BIOCOMBUSTIBLE IDEAL
Crear moléculas idénticas a la gasolina, es el ideal de los
científicos que buscan crear biocombustibles, tenido en cuenta
que en la actualidad, su rendimiento y potencia no alcanzan al
generado por los combustibles fósiles, siendo una
problemática que hasta la fecha no ha tenido solución, siendo
necesario que toda la biomasa posible se utilice en el proceso
de producción de biocombustibles aprovechando todo el
potencial de esta a sabiendas de que algunos de los procesos
de obtención son mas complejos que otros.
! Alcoholes de mayor tamaño: Los alcoholes superiores,
aquellos cuya molécula contiene más átomos de carbono e
hidrógeno que la de etanol, se acercan más al ideal. El etanol
contiene dos átomos de carbono, cinco de hidrógeno y un
grupo hidroxilo. Su energía útil se almacena en los enlaces
entre el carbono y el hidrógeno, los cuales se rompen duran- te
la combustión y liberan dicha energía. El butanol, menos
corrosivo, posee dos átomos de carbono y cuatro de hidrógeno
más que el etanol, gracias a lo cual su contenido energético
asciende al 90 por ciento del de la gasolina, cuyas moléculas
contienen entre cinco y ocho átomos de carbono. Las
moléculas del diésel y las del combustible para aviones tienen
entre nueve y 16 átomos de carbono [10].
Figura 5. Densidad energética de los combustibles
Fuente: Han et al. En Rev. Chem. Biomol. Eng., vol. 1, p. 19-
36, 2009
En la anterior figura se logra evidenciar como el etano posee
la menor densidad energetica y donde el Butanol y el
isobutanol al ser alcoholes superiores logran equipararse en
alguna medida con la eficiencia energetica de la gasolica.
Siendo posible que hasta se logre mezclar una gran cantidad
de estos (superior al 40%) con una catidad restante de gasolina
sin tener que realizar alguna modificacion a los vehiculos.
Pese a esto, estos alcoholes, por sus caracteristicas, no se
generan en gran cantidad coomo el etanol, lo obliga a los
cientificos a intervenir mediante bacterias como la Steriquia
coli la produccion de butanol, para lo que se debe de modificar
los microorganismo con el fin de conseguir una sintetizacion
adecuada para la generaicon de isobutanol en este caso.
el isobuta- nol puede transformarse en otros com- puestos
útiles mediante procesos ordina- rios. Cree que el isobutanol
«ya es un gran biocombustible» y que los alcoholes de cuatro
y cinco átomos de carbono son ade- cuados para la industria
del carburante [10].
! El paraíso de los hidrocarburos: Según Regalbuto,
cuanto más se asemejen las moléculas sintetizadas por los
microorganismos a las de los carburantes tradicionales, más
fácil será que el producto se incorpore a las infraestructuras
existentes, lo que los expertos denominan “combustibles de
sustitución directa” [10].
De esta forma, el biocombustible ideal según los científicos,
debe de asemejarse a los combustibles fósiles en su
funcionamiento y combustión, para esto se deben de sintetizar
y mediante diferente agentes químicos, extraer la mayor
cantidad de alcohol posible mediante procesos eficientes y de
bajo costo que permitan la competitividad de estos en el
mercado, luchan contra los combustibles fósiles.
III. CONCLUSIONES
Se logra concluir que los combustibles fósiles presentan un
reto en la actualidad, teniendo en cuenta que son provenientes
de materias primas provenientes de la naturaleza, el cambio
climático, la demanda alimenticia y factores políticos,
condicionan la producción en gran escala de estos.
Con los diferentes avances científicos, se ha logrado la mejora
de los procesos en la obtención de alcoholes, encontrándose
alternativas no solo en el maíz, sino en la caña de azúcar, loa
biomasa y las algas marinas, teniendo en cuenta que el proceso
de descomposición para obtener el producto final varia tanto
en tiempo como en recursos, hasta la fecha la masificación de
estos no ha sido posible lograrla.
En general los biocombustibles van por un buen camino, pese
a esto, los gobiernos hasta la fecha no han buscado
potencializar el sector en materia de políticas publicas que
logren mejorar el dinamismo de este, asi como la
investigación y la masificación de su producción como una
respuesta en contra de la contaminación y el cambio climático.
En general, la química forma una parte fundamental de todo el
desarrollo tecnológico y científico que en la actualidad se lleva
a cabo, ya que gracias a esta se logra conocer detalladamente
el proceso de obtención de los biocombustibles permitiendo en
tender la complejidad de estos a fondo, lo que permite que día
a día se sumen esfuerzas con el fin de obtener un combustible
amigable con el medio ambiente.
 IV. BIBLIOGRAFÍA

[1] G. Sorda, B. M y C. Kemfert, «An overview of

biofuel policies across the world,» Energy Polic, vol.
38, pp. 6977-6988, 2010.
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[5] M. Grieve, «A Modern Herbal | Castor Oil Plant,»
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[6] K. Hirst, «Olive Oil,» 2015. [En línea]. Available:
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[7] D. Biello, «Biocombustibles: una promesa fallida»
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[8] K. Sanderson, «biocombustibles de segunda
generación,» Investigación y Ciencia, nº 431, pp. 18-20,
2014.
[9] P. Philip, L. Lieve y A. Andy,
«BIOCOMBUSTIBLES DE MICROALGAS,»
Investigación y Ciencia, nº 427, pp. 26-34, 2014.
[10] N. Savage, «El biocombustible ideal,»
Investigación y Ciencia, nº 431, pp. 14-17, 2014.