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Unidad 2

Actividades
No es lo mismo… (Cine / teatro – Puesta en escena)

El concepto de puesta en escena cruza las diferentes formas de expresión que tienen un interés
figurativo y un impronta narrativa (esto es, que pretenden contarnos alguna historia y tratan de
parecerse de algún modo a la realidad). Teatro y cine, por ejemplo, están entre ellas. Incluso
aunque amabas nos cuenten algo parecido, o la misma cosa (el mismo contenido semántico: la
misma historia, los mismos personajes), nuestra lectura fluctuará de manera diferenciada si se
trata, por poner el caso, de una representación teatral o de uno obra fílmica. No es lo mismo si
lo estoy viendo, por decirlo de alguna manera, mientras “sucede” allí donde me encuentro, que
si lo hago a través de la imagen y el sonido que fueron en su momento registrados y que ahora
se me proyectan sobre una superficie plana. Y esto no tiene que ver con que en un caso (el del
cine) haya una mediación tecnológica y en el otro (el del teatro) no. De hecho, amabas
instancias suponen alguna tecnología interviniendo (más no sea la de unas luces dispuestas de
un modo particular o la distancia que supone un escenario), pero lo más importante es que en
ambos casos opera una puesta en escena. Aunque de maneras diferentes, en ambos casos el
contenido de lo que vemos está recibiendo un tratamiento particular, a partir de una serie de
decisiones sobre cómo es que vamos a tener acceso a ese él; qué parte, en qué orden, con qué
jerarquía se me va a presentar la información y el material. Ya veremos cómo, a fin de cuentas
deja incluso de ser el mismo contenido, e incluso esta diferencia que queremos hacer entre
forma y contenido va perdiendo importancia.

Todavía no sabemos mucho sobre cine o trato (en tanto formas particulares de construcción de
sentido), pero sospechamos que se trata de formas diferentes de comunicar a las que, no
obstante, les compete por igual el concepto de puesta en escena. Entonces, a partir de lo que
Pavis (texto 20) y Magny (texto 21) nos cuentan sobre dicho concepto, veamos qué pasa si
espiemos un poquito los materiales (teatrales y fílmicos) con los que vamos a trabajar en esta
cursada.

Miremos atentamente los primeros 10 minutos del film Los rubios de Albertina Carri, poniendo
especial atención al momento en el que se presenta la protagonista y a la situación posterior que
se recrea con juguetes. Miremos también los primero 10 minutos de la grabación que tenemos
de Mi vida después, la obra de Lola Arias, especialmente el momento que comienza hacia el
minuto 5, cuando los personajes se presentan a partir del año en que nacieron.

Se trata de dos comienzos, dos presentaciones, de dos relatos diferentes con una temática
similar. Pero en un caso se trata de un film y en el otro se trata de una obra teatral. Entonces,
una pregunta que nos podeos hacer sería:

¿Cómo habría sido ese comienzo si Los rubios en lugar de ser un film hubiese sido una
representación teatral? ¿Y cómo hubiese sido ese comienzo de Mi vida después de haber sido
un film y no una obra de teatro?

Desde luego que no les estamos pidiendo que filmen ustedes una versión de Mi vida después o
monten la versión teatral de Los rubios (aunque no estaría nada mal como ejercicio). La idea
es que puedan proponer una descripción lo más detallada posible del modo en que este cruce se
realizaría, teniendo en cuenta el modo en que los conceptos de puesta en escena resultan
operativos para una y otra forma expresiva.

Repasamos lo que los autores que hoy leímos nos dicen sobre cómo cada una de estas formas
de expresión se hacen cargo de lo que muestran y tratemos de imaginar estos comienzos
alternativos. De paso, ya vamos pensando qué vamos que recorrido vamos a elegir en la
siguiente instancia de la materia: cine o teatro.

Ojo: Si bien en ambos casos a lo que estamos teniendo acceso es a una grabación audiovisual,
en el caso del film de Carri (que se trata efectivamente de una película) esa es su forma original;
no sucede lo mismo con la obra de Lola Arias, que en su forma original suponía que nosotros
fuésemos a verla a la sala en la que se estaba llevando a cabo, y ahora sólo podemos reponer
aquella experiencia a partir de una grabación audiovisual. Tengamos en cuenta esta diferencia
cuando saquemos nuestras conclusiones. Ya vamos a ir viendo como esa “materialidad”
particular del signo es un problema muy serio para la Semiótica.

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