Está en la página 1de 2

Insuficiencia venosa de las extremidades inferiores.

Puede considerarse como la pérdida de la función en la circulación de retorno de las venas de las
extremidades inferiores. Esta pérdida de la función de retorno conduce a una serie de alteraciones
fisiopatológicas que explica las manifestaciones clínicas que se expresan en este cuadro.

Esta alteración está ampliamente relacionada con el ortostatismo (posición de pie, erecta), por el
efecto de la gravedad en la circulación venosa de las extremidades por lo que puede presentarse
en cualquier persona, aunque su incidencia es mucho mayor en el sexo femenino. Pueden ser
determinante también en esta afección: el sedentarismo, la obesidad, las labores permanentes de
pie, e incluso predisposición familiar o hereditaria.

Las manifestaciones más comunes de la insuficiencia venosa de las extremidades inferiores son: las
teleangiectasias (vénulas violáceas, como pequeñas arañas) hasta las várices, las expresiones más
comunes de esta afección y que consisten en las dilataciones tortuosas de las venas del sistema
venoso superficial, tanto en el territorio de la safena mayor o interna como en el de la menor o
externa; pasando por otras manifestaciones como edema, pesadez de la extremidad, dolor,
calambre, sensación de extremidad cansada, coloración violácea de la pierna hasta la ulceración de
la piel.

Los casos agudos de insuficiencia venosa de la extremidad inferior son debidos o a la compresión
extrínseca de las venas importantes como la ilíaca externa o la femoral por efecto de masa,
generalmente, o a la trombosis de las mismas, produciéndose en ambas circunstancias un edema
enorme que hace que el diámetro de la extremidad afectada crezca dos o tres veces su diámetro
ordinario.

En los casos crónicos, las manifestaciones más importantes son las várices. Estas pueden deberse a
daño primario de las válvulas del sistema superficial o a daño de las venas perforantes o a
obstrucción, como se dijo, del sistema profundo.

El diagnóstico de la insuficiencia venosa de las extremidades inferiores se hace en base a la clínica


y a algunos estudios paraclínicos como el doppler dúplex o la flebografía.

Los casos agudos de compresión extrínseca se pueden corregir eliminando la causa, la trombosis
venosa se corrige inicialmente con anticoagulación, posteriormente si no cede o se cronifica podría
requerirse de cirugía (trombectomía o puenteo [bypass]).

En los casos de edema, pierna cansada, etc., se puede recurrir al vendaje, medias compresivas y la
elevación o reposo de la extremidad afectada.

Las várices reciben manejo diverso como el uso mismo de vendaje elástico de la extremidad y las
medias compresivas, la escleroterapia, ablación con el uso de rayos laser y la cirugía como la
safenectomía, que extirpa la vena safena mayor, generalmente, o la safena menor, menos
frecuentemente, también la extirpación segmentaria de venas varicosas. En realidad la modalidad
terapéutica tiene que ser muy bien escogida, sobre todo en los casos quirúrgicos para evitar malos
resultados.

Dr. José D. Alvarez Cepeda

Cirujano General

Profesor de Cirugía

También podría gustarte