Está en la página 1de 8

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

ESCUELA DE OFICIALES DE MILICIA ADI 311 PUME


COMANDO

PENSAMIENTO ZAMORANO

INSTRUCTOR

YORLI FERNANDEZ UZCATEGÜI


PRIMER TENIENTE

ALUMNOS GRUPO 5
S/2 CARLOS EDUARDO CASTILLO MERCADO
CIV: 17845140

S/2 DIXON JAVIER CERINZA MACUALO


CIV: 13791261

S/2 JAIRO ERNESTO HIDALGO


CIV: 10132454

Guasdualito 10.11.18
EZEQUIEL ZAMORA: ENFRENTO A LA OLIGARQUIA VENEZOLANA

EZEQUIEL ZAMORA: Nació en Cúa estado Miranda, el 1° de Febrero de


1.817 en el seno de una familia blanca de orilla, sin bienes. Tanto su padre como
su madre fueron patriotas entregados a la causa independentista. De hecho el
padre de Zamora, Alejandro, murió en la batalla de Carabobo, en 1821. Como
pudo su madre lo crio y Ezequiel logro recibir una instrucción formal en la escuela
Lancasteriana en Caracas, la única que tendría a lo largo de su vida.

Ahora bien, Zamora como figura central de la guerra federal, fue durante
mucho tiempo un hombre vilipendiado por la historia venezolana, y pese a formar
parte de los nombres celebres inscritos en el Panteón Nacional, hasta hace casi
dos décadas, poco se hablaba de el y cuando se hacia, generalmente era para
desprestigiarlo por sus fuertes opiniones y acciones.

Este olvido no es inocente ni accidental, no se trata de un nombre


abandonado por su poco valor para el país, sino todo lo contrario. Tan solo
pronunciar su nombre ante la clase dominante del siglo XIX generaba el mas
aterrorizante rechazo por el símbolo en que se había convertido: la liberación de
los pobres y la sublevación del sistema impuesto por la oligarquía.

La guerra de la independencia había sido librada para establecer una


sociedad mas justa y equitativa, para romper con la tiranía del rey español y
brindar la mayor felicidad posible al pueblo. Esas promesas habían caído en el
mas profundo olvido. Luego de la separación de Venezuela de la Gran Colombia,
buena parte de la estructura social colonial quedo intacta. El hecho de que el
latifundio y la esclavitud siguieran siendo los principales motores de la economía y
se haya mantenido la exclusión social y política de la inmensa mayoría de los
sectores populares, daba cuenta de lo poco o nada interesada que estaba la
oligarquía de modificar el orden de la colonia.
El hecho de que el mismo José Antonio Páez decidiera regresar grandes
extensiones de tierras, expropiadas por Simón Bolívar a la oligarquía durante la
guerra de independencia para repartirlas entre los soldados adscritos a la causa
patriota, demuestra el poco interés que tenia la oligarquía en generar condiciones
progresistas en el país. Mientras la cúspide de la pirámide social seguían viviendo
en la opulencia, la gran mayoría de la población vivía en la pobreza.

Ahora, Páez y sus aliados del partido conservador, debían enderezar y


recuperar la economía venezolana, arrasada por la guerra, por lo que promulgaron
leyes como la del 10 de Abril o Ley de Libertad de los Contratos, que contemplaba
el remate de las propiedades de los deudores que no pudieran pagar a los
acreedores y que se cumpliera la voluntad de los contratantes sin ningún tipo de
consideración hacia el deudor. Esto pudo haber tenido sentido en un país en el
que la situación exigía acciones drásticas pero pronto se verían las consecuencias
de tales leyes que beneficiaron solo a unas pocas familias.

La liberación de los esclavos nunca se llego a dar; los indígenas, seguían


siendo pisoteados, al igual que los pardos y negros. Inclusos los pequeños
propietarios y comerciantes de los centros urbanos eran victimas de los despojos
de los grandes capitales usureros, que actuaban impunemente gracias a leyes que
amparaban sus prácticas poco honestas.

Muchos campesinos y peones preferían huir y formar parte de las rochelas


que vivir en la esclavitud las haciendas. Las practicas de la burguesía de aquel
entonces, nacional y extranjera, como el encarecimiento del crédito y la
marginalización de pequeños comerciantes y de las ejecuciones de las hipotecas,
llevaron a la quiebra a docenas de estos últimos, agravando la situación de
descontento popular por la violencia y codicia oligárquica que azotaba a la
mayoría de la población especialmente en las zonas rurales donde prevalecía una
inmensa injusticia social aunada a la atrocidad medieval. Los campesinos y
peones de las haciendas vivían para intentar pagar sus deudas que eran vitalicias,
e incluso llegaban a transmitirse de generación en generación.

Por otra parte, el sector latifundista de la oligarquía también veía frustrados


sus intentos de llegar al gobierno, en vista de la férrea centralización de poder que
ejerció el partido conservador, especialmente Páez, quien gobernaba estando
nominalmente o no en la presidencia. Esto llevo a una ruptura entre los sectores
oligárquicos de Venezuela, aliados después de la guerra de independencia para
evitar a toda costa el desarrollo del proyecto bolivariano, con la creación del
partido liberal en 1840.

Todas esta injusticias generarían un caldo de cultivo que llevarían, primero


a las guerras campesinas de 1846 – 1847, en las que Zamora estaría involucrado
y posteriormente en la cruenta Guerra Federal 1858 – 1863, donde el General del
pueblo seria su protagonista principal.

EL PROGRAMA POLITICO

Tomando en cuenta todas las injusticias ya mencionadas que se quedan


cortas para todo lo que ocurría en Venezuela en aquel entonces, no es de extrañar
que el programa político y de lucha de Ezequiel Zamora haya girado en torno a la
libertad de los hombres, de las tierras y de liquidar a la oligarquía, y fiel reflejo de
esto son sus consignas “hombres y tierras libres” y “horror a la oligarquía”.

El origen de la formulación de su programa político tiene mucho que ver con


su formación progresista que recibió desde su infancia, en la que la equidad y la
justicia social fueron fundamentales. Zamora fue admirador de la guerra de
Independencia, de la Revolución francesa y de Espartaco. Posteriormente, luego
de establecerse en Villa de Cura, se volvió asiduo lector del periódico liberal El
Venezolano lo que fue determinante en su postura política, ya que a través de este
medio el líder del partido liberal Antonio Leocadio Guzmán vociferaba sus
denuncias demagogas contra el gobierno y el sistema social imperante..

El genio militar de Zamora, su conexión con el pueblo y su claridad política


lo convirtieron en un gran líder y en el terror de la oligarquía.

Luego de afiliarse al partido, Zamora funda la sociedad liberal de Villa de


Cura en la que comenzó a propagar los fundamentos liberales a todo el que lo
oyera. Quienes ya lo conocían por su intachable conducta, se aproximaban
confiados a escuchar el mensaje que comenta sobre la posición del partido en las
paginas del periódico, en cuyos editoriales políticos agrega comentarios sobre la
injusticia predominante, sobre la mala distribución de la tierra, y sobre la
explotación del pueblo pos los godos, en un lenguaje tan llano como el pueblo.

Fue Zamora quien comenzó a darle coherencia, consistencia y proyección


revolucionaria a las ideas que expresaba Antonio Guzmán demagógicamente a
través del Venezolano, y ciertamente se puede calificar de demagógico (como se
comprobaría en los siguientes años) Guzmán solo buscaba entrar en la repartición
del poder y recibir su cuota pesetera como buen oligarca que fue. A diferencia de
este, Zamora explicaba los fundamentos filosóficos que defendía con experiencias
personales comprensibles para el pueblo llano al que le hablaba.

El programa político de la Sociedad Liberal Zamorana, cuyo eje transversal


es el reparto de la tierra y la libertad de los esclavos, se articula en cuatro
principios simples pero consistentes, que eran fácilmente absorbidos por las
masas afiliadas debido a su concreción y su raigambre en la realidad de la
opresión reinante.
1. Comunidad de tierras
2. Hombres libres
3. Elección popular y principio alternativo
4. Horror a la oligarquía
Estos cuatro elementos iban claramente en contra del sistema establecido,
en el que la propiedad de las tierras estaba concentrado en un puñado de familias
que gobernaban el país a su antojo y según sus intereses particulares y que
habían establecido y defendido un sistema social excluyente.

Ejemplo de esto es el sistema electoral vigente desde 1830, que solo


permite el voto a una pequeña población, hombres mayores de edad, propietarios,
con una renta mínima anual determinada, no deudores, y no penalizados por la
justicia, es decir los “ciudadanos”.
A este programa también se le suman propuestas de avanzada para la
época, era realmente un programa progresista: la abolición de la esclavitud y la
pena de muerte por delitos políticos, la defensa de la libertad absoluta de
prensa, de transito, de asociación, de representación y de industria, de
cultos, de inviolabilidad del domicilio y de los escritos privados,
independencia absoluta del poder electoral, elección universal, directa y
secreta, entre otras propuestas.

No obstante, pese a que este era el programa político del Partido Liberal,
poco o nada de esto se concreto luego de la muerte de Zamora por lo que entre
otras razones el verdadero líder de espíritu revolucionario fue el General del
Pueblo Soberano.
Como diría Laureano Villanueva “Zamora no estaba haciendo guerras para
imponer gobernantes a los pueblos, sino al revés, para que los pueblos se
gobernaran por si mismos, pues era de este modo que él entendía el liberalismo y
la Federación”.

¿MUERTE ACCIDENTAL O PLANIFICADA?

Zamora se convertido en una figura determinante en el panorama político


de Venezuela de mediados del siglo XIX. Su verbo avasallante, su accionar
inspirador, su genio militar, sus ideas radicales y la movilización popular que
conservadora como liberal.
No es de extrañar que su muerte ocurrida en Sn Carlos, Cojedes en 1860
estuviera planificada o que su entierro se haya dado en un profundo secretismo.
Hay que recordar que los principales aliados políticos liberales de Zamora como
Antonio Guzmán y Juan Crisóstomo Falcón, fueron de extracción burguesa por lo
que de aplicarse el programa de lucha del General, se verían profundamente
afectados sus intereses políticos, económicos y sociales.

Además durante la guerra federal se dieron muchos sucesos que hacen


suponer que los aliados movían sus piezas buscando continuamente su caída. La
constante desaprobación de Crisóstomo Falcón a los planes militares de Zamora y
su negativa inicial de someterse a su mando, la tardanza de Antonio Guzmán en
unirse a la causa y unir sus fuerzas con las de Zamora al desembarcar lejos de las
tropas de este y dilatar al máximo s u encuentro, la disposición unilateral e
inconsulto del bando de Falcón a buscar el entendimiento político con el gobierno
conservador para concluir la guerra pese a las posibilidades de éxito, las
conspiraciones de Falcón, Guzmán y otros generales para intentar destituir a
Zamora de la conducción militar y la ejecución de algunas maniobras militares que
ponían en peligro la victoria liberal, hacen pensar que efectivamente los supuestos
aliados de Zamora buscaban ponerle fin a la amenaza que él representaba.
No en vano el general Jesús María Hernández de dijera de manera asertiva
a Zamora: “Pele el ojo general no se descuide un solo momento por que el general
Falcón juntamente con los suyos meditan darle un balazo y después de este
atentado no hay remedio y pobre de nosotros”.
El alerta temprano se cumplió. Muerto Zamora durante el asalto a la plaza
de sn Carlos insignificante para la estrategia del ejército liberal y curiosamente
planificada por Falcón, el proyecto revolucionario de reforma agraria y social fue
enterrado por los máximos dirigentes del partido liberal, entiéndase Guzmán y
Falcón.

Luego, de un movimiento absurdo y posiblemente inescrupuloso de estos


líderes (Falcón había entregado previamente el mando) en el que fue aniquilado
por el ejercito conservador perdiendo de 4.000 a 5.000 hombres, luego de tener en
sus manos prácticamente la victoria militar y por ende el poder político.
Ezequiel Zamora muere el 10 de enero de 1860 tras recibir un balazo en la
cabeza en San Carlos, sus restos fueron aterrados secretamente pero luego
fueron trasladados al panteón nacional.

Posteriormente a Guzmán, Falcón, firmarían el tratado de Coche,


poniéndole fin a la guerra federal. Lastimosamente el proyecto revolucionario de
Zamora ya había muerto con su asesinato y tendría que pasar más de un siglo
para que sus banderas y el grito de “Tierras y Hombres libres” fueran enarboladas
de nuevo, esta vez bajo el liderazgo de otro ilustre venezolano el Comandante
Hugo Rafael Chávez Frías quien lo revivió de las catacumbas de la historia y
dignifico su importante papel en la historia venezolana.

También podría gustarte