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Módulo I Introducción PDF
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Módulo 1
Introducción: gramíneas y
leguminosas
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Forraje, es todo producto que se utiliza para alimentación del ganado mayor y/o menor. El
pasto, -forraje de origen vegetal-, es la base de la alimentación en nuestros sistemas de producción
ganadera. Resulta de convertir energía solar en biomasa vegetal de gran valor alimenticio y bajo
costo.
Así, alimento es todo producto de origen natural o artificial, que contiene uno o más nutrientes
necesarios para la dieta del animal y que permite el normal funcionamiento de los procesos vitales
de mantenimiento y producción.
De acuerdo al reino del que provengan los alimentos, se los clasifican en productos de:
- origen mineral; sales minerales, las que pueden ser utilizadas para
complementar alguna dieta, a granel o en panes de sales.
En este curso se tratan en particular los recursos de origen vegetal y en especial de las plantas
herbáceas, que son los alimentos más utilizados en nuestros sistemas ganaderos.
1) La fracción orgánica está integrada por los tejidos vegetales, en los que se encuentran:
- Las paredes celulares formadas por carbohidratos estructurales (celulosa,
hemicelulosa y lignina) y otras sustancias (taninos, cutina, silica).
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- Los contenidos celulares; proteínas, carbohidratos no estructurales (azúcares y
almidones) que las plantas utilizan para cumplir sus procesos productivos, y además
ácidos orgánicos y pectinas.
Macro nutrientes; se requieren en cantidades relativamente grandes para el desarrollo de las plantas;
Nitrógeno (N2)-Fósforo (P) –Potasio (K) – Calcio (Ca) –Magnesio (Mg)- Azufre (S).
El valor nutricional del forraje va a depender de su composición química, que diferirá entre los
diferentes recursos que se utilicen: especies, estado vegetativo y partes de las plantas.
Voluminosos; los que poseen un alto contenido de fibra que va entre un 18% al 50% y su
porcentaje de materia seca variara de acuerdo al tipo de forraje entre un 10% a un 90%. Como
ejemplo podemos citar a: los pastos verdes, silajes, henos, entre otros.
Concentrados; son aquellos forrajes que poseen un alto contenido de materia seca, entre un 35% y
un 90% con un bajo porcentaje de fibra, menos del 18%. Tenemos como ejemplo, los granos de
cereales y oleaginosas y aquellos derivados de la industria de la alimentación, como el afrechillo,
semitín, rebacillo.
Suculentos; si bien no son los mayormente utilizados en nuestra región, en las zonas más
marginales resultan un importante fuente de alimentación. Corresponde a esta clasificación aquellos
que provienen de raíces y/o tubérculos como la papas, nabo, remolacha, frutos carnosos (tunas).
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El Ingeniero Agrónomo Arturo Burkart dividía a los forrajes en:
- Rastrojos, paja, marlos; son aquellos recursos provenientes de la agricultura, luego de su cosecha, si
bien son de baja digestibilidad, aportan un buen volumen de materia seca al momento de su
aprovechamiento.
En este curso será el objetivo desarrollar los temas vinculados a tratar a los integrantes de sistemas
agroecológicos pastoriles: plantas forrajeras. Se particularizará sobre las plantas herbáceas
cultivadas y espontáneas utilizadas como recursos forrajeros.
Para su mejor comprensión, a las plantas forrajeras las podemos clasificar desde distintos puntos de
vista:
Plantas forrajeras autóctonas o nativas; son todas aquellas especies propias de la región,
formando parte de asociaciones vegetales mas o menos complejas, las mismas presentan como
fortaleza que se hallan ecológicamente adaptadas a la zona, y por lo tanto, han soportado diferentes
inclemencias climáticas pudiendo subsistir las más fuertes, y así lograr una selección natural.
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Como ejemplo para nuestra región podemos citar dentro de las gramíneas a las Cebadillas (Bromus
sp.) y el Pasto miel (Paspalum dilatatum). Mientras que dentro de la familia de las leguminosas
nativas tenemos la Adesmia sp .y Pega pega.
Plantas forrajeras exóticas o introducidas; éstas han sido importadas por el hombre desde otras
regiones con el objetivo de mejorar o complementar los recursos forrajeros locales existentes dado su
calidad y volumen de producción. Necesariamente, deben requerir la mano de hombre para lograr su
vegetación de determinados lugares.
Como ejemplo podemos citar a Trébol rojo (Trifolium pratense), Sorgo (Sorghum sp), la mayoría de
los verdeos de invierno (Avena, Cebada, Centeno).
Espontáneas; en muchos casos las especies exóticas implantadas, se han adaptado perfectamente
al lugar donde fueron llevadas y habiendo encontrado condiciones favorables, se han aclimatado
reproduciéndose por si mismas.
Como ejemplo tenemos al Trébol blanco (Trifolium pratense), Trébol de carretilla (Medicago
polimorphum) o el Raigras anual (Lolium multiflorum). Estudios determinan que los sistemas
orgánicos presentan una mayor diversidad de especies espontáneas que los sistemas
convencionales.
Especies cultivadas; las que necesariamente requieren de la mano del hombre para ser sembradas
y así llegar a ser logradas. Como ejemplo tenemos la Alfalfa (Medicago sativa).
Una de las clasificaciones de mayor importancia es la de J. Papadakis, que divide las plantas
forrajeras y otras, en dos grandes grupos, de acuerdo a la estacionalidad de sus hábitos:
Plantas criófilas (“amigas del frío”): forrajeras de ciclo otoño-inverno-primaveral (OIP), nacen o
rebrotan en otoño, cumplen su ciclo vegetativo durante el invierno y florecen y semillan en primavera
cuando los días se alargan.
Requieren de un alto nivel de fertilidad en el suelo, pues la microflora que moviliza los nutrientes en
el suelo, se va inactivando a medida que se enfría el suelo.
Nitrógeno: Para los cultivos sembrados se acumulan nitratos por el laboreo anticipado (“barbecho”), o
se eleva el nivel de nitrógeno agregando urea.
Fósforo: por agregado de fertilizantes al suelo (superfosfato triple, fosfato diamónico o Hiperfosfato -
fosfato de roca-), en el caso de cultivos sembrados, praderas y campos naturales en mejoramiento.
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Buenas reservas de agua en el suelo, se aseguran para los cultivos también mediante el laboreo
anticipado (“barbecho”). Puede medirse la humedad en profundidad cavando con una pala y
apretando el suelo con la mano. En las praderas se favorece la penetración de las lluvias mediante
un manejo racional de las mismas y evitando el sobrepastoreo.
Buena llegada de luz, para favorecer la actividad fotosintética. Esto es crítico en el manejo de
praderas y campos naturales con predominio de especies estivales (“pastos duros de verano”). Un
buen pastoreo y/o corte del remanente de verano a fines de febrero o principio de marzo, seguido de
un buen descanso posterior, favorece el rebrote de raigras y cebadilla. (En algunos campos este
tratamiento suele hacerse aplicando de glifosato en la época indicada)
Estos cultivos forrajeros conviene sembrarlos sobre finales del verano o al principio del otoño de
manera que se implanten antes de comenzar los fríos del invierno. Así por ejemplo, una avena
sembrada en la primera semana de marzo puede comenzar a pastorearse a fines de abril o principios
de mayo. La misma avena sembrada a mediados de abril, recién podrá ser comenzada a pastorear a
fines del mes de julio, y su mejor producción será en primavera cuando generalmente no faltan
recursos forrajeros.
A este grupo pertenecen las forrajeras y pastos tiernos de invierno de gran interés para el productor.
Son aptas para invernar y producir leche. Entre ellas se encuentran algunas cultivadas (avena,
centeno, cebada, triticale, raigras, cebadilla, pasto ovillo, falaris, festuca, tréboles de carretilla y
subterráneo, trébol blanco) y algunas malezas (cardos, mostacilla, nabo, flor morada, enredadera,
etc.)
Por nacer o rebrotar cuando comienza la primavera, ven facilitado su aprovisionamiento en nutrientes
debido a que la actividad microbiana es estimulada por temperatura y la humedad del suelo.
Comienzan su crecimiento vegetativo cuando las especies invernales entran al ciclo reproductivo
(encañazón y semillazón). Se adaptan a climas o estaciones cálidas: con las heladas interrumpen su
ciclo vegetativo.
Para el caso de la gramíneas, son especies del grupo C4 (Carbono 4) de alta capacidad de
fotosintetizar, de muy rápido crecimiento cuando tienen temperatura favorable, y que producen una
gran biomasa, por lo general de bajo valor nutritivo pues tienen muy poca proteína, mucha fibra y
material estructural (ligninas), por lo que su manejo requiere pautas diferentes a las de las forrajeras
de zona templada. Consocia difícilmente con leguminosas debido a que la gran masa forrajera tiende
a deprimirlas. La mayor cantidad de información técnica sobre forrajeras subtropicales y tropicales se
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encuentra en nuestro país en las Estaciones Experimentales de INTA de El Zaiman (Misiones), El
Colorado (Formosa), El Sombrerito (Corrientes), en los grupos CREA de Virasoro (Corrientes) y de
Formosa.
En la descripción que sigue se mencionan algunas de las forrajeras más difundidas, habiéndose
omitido muchas otras.
Son plantas subtropicales o tropicales que se llegan a helar en invierno, y de alta eficiencia para
producción de biomasa de menor calidad. A este grupo pertenecen los llamados pastos duros de
verano y otras forrajeras estivales. Entre ellas se cuentan algunas cultivadas (maíz, sorgos, mijo,
moha, pasto llorón, pangola, grama rhodes, trébol rojo, alfalfa), y algunas malezas (gramón, sorgo de
alepo, paja vizcachera, pasto salado, etc.)
Anuales; aquellas especies que solamente cumplen todo su ciclo productivo en un periodo
vegetativo, nacen, crecen, desarrollan, florecen y fructifican para finalmente morir. Crecen muy
rápidamente, tiene una vida muy corta, pero su continuidad en el medio está asegurada por la gran
capacidad de producción de semillas. Los cereales que utilizamos como verdeos de invierno son
especies anuales (trigo, cebada, avena, triticale), como así también los de verano (maíz, sorgo, mijo y
moha). También hay plantas que se utilizan para mezclas de pasturas como el raigras anual,
cebadilla criolla y trébol de olor dulce blanco (melilotus alba).
Bianuales; las especies comprendidas dentro de este grupo se desarrollan dentro de dos ciclos o
temporadas. En la primera etapa mayormente producen su crecimiento y en la segunda su ciclo
reproductivo. El número de especies que presentan este ciclo es mas reducidas que los otros dos
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grupos. Como ejemplo podemos citar al trébol rojo y el trébol de olor dulce amarillo (melilotus
officinales)
Plurianuales ("perennes"); son aquellas especies que viven más de dos años, lo que les permite
desarrollar estructuras más fuertes y grandes, tal es el caso de los sistemas radiculares más
profundos le dan una mayor resistencia a secas temporales o para el caso de las gramíneas, mayor
cantidad de macollos.
De acuerdo con la definición que André Voisin en su libro “La Productividad de la Hierba”, una planta
forrajera o pratense, es aquella especie capaz en varias ocasiones durante un año, de acumular en
sus raíces (y bases de los tallos), las reservas suficientes para que pueda después de cada corte
generar un nuevo crecimiento.
Esta capacidad de rebrotar luego del corte o pastoreo, esta dada por la existencia de distintos
mecanismos que pueden actuar en forma independiente o combinados entre si.
A partir de reservas que la plana acumula previamente, las células de los tejidos jóvenes a través del
proceso de fotosíntesis trasforman y almacenan energía, en forma de hidratos de carbono, quienes
forman parte de la estructura del vegetal, como carbohidratos estructurales. Por otro lado, los
carbohidratos que no constituyen la estructura del vegetal son los llamados carbohidratos solubles,
que se traslada hacia los diferentes órganos de la planta como son las raíces y semillas entre otros,
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con el fin de permitir el desarrollo de los diferentes procesos y actividades que llevan a cabo los
vegetales. (Además de sintetizar proteínas y otros compuestos orgánico.)
Área foliar remanente; llamamos IAF (índice de área foliar) a la relación existente entre el área de
hoja con capacidad fotositetizadora y el área de suelo que se encuentra por debajo de ellas. Cuanto
mayor sea el valor del índice, la velocidad de crecimiento del forraje se hace máxima. Durante cada
corte o defoliación se diminuye el índice. Una vez que la planta llega a su máxima área foliar, se
compensa en el crecimiento de las hojas nuevas, con hojas viejas que se vuelven senescentes y
mueren.
Otras características esenciales que debe cumplir la planta para poder comportarse como especies
forrajeras son:
9 Capaz de competir con otras plantas integrantes del eco-agrosistema, para poder ser
perdurables.
9 Implantación y reproducción; es una condición fundamental para una especie forrajera que
sea de fácil implantación para poder cubrir rápidamente el terreno como así también que
tengan una buena capacidad de semillar o como es el caso de las especies rastreras generar
nuevos organismos a partir de su sistema de estolones.
9 Resistente al pisoteo y al pastoreo del ganado a que se destine; tanto el diente del animal
como la pezuña causan daño a las plantas, las que se protegen mediante la ubicación de sus
yemas de crecimiento alejadas, siempre y cuando no se las someta a un sobre pastoreo,
donde el daño es más relevante.
9 No causar daño a la salud animal; si bien son numerosas las especies que en algún
momento de su ciclo biológico pueden comprometer la salud del animal, como es el caso del
sorgo forrajero, el cual durante su etapa inicial de desarrollo o bien inmediatamente después
de algunos rebrotes, por la existencia de un compuesto llamado glucósido cianogenéticos,
causa una intoxicación de curso agudo que afecta a bovinos, llegando a causarle la muerte.
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Resumiendo deben ser perdurables en el agroecosistema y tolerantes al daño que puedan
sufrir durante el pastoreo.
Palatable; esta condición le permite ser apetecible para el ganado, es una interacción existentes entre
las características organolépticas del forraje y los sentidos del gusto y olfato del animal.
Buen valor nutritivo; que permita aportar le energía y nutrientes a los animales que las consumen.
Estas condiciones hacen a la productividad del sistema y deben ser tenidas en cuenta tanto sea por
los productores al momento de elegir las especies que van a ser utilizadas para la alimentación de
sus ganados, como así también por los fitotécnistas, para encaran el mejoramiento de las plantas
forrajeras conjuntamente con ensayos con ganado.
Las plantas forrajeras poseen características morfológicas y fisiológicas que le son propias,
permitiéndoles adaptarse al medio para lograr su crecimiento y permanencia en el ecosistema.
Necesariamente, debemos tener conocimiento de las mismas ya que los mecanismos de rebrotes y
hábitos de crecimientos dependen de ello. Las mismas llegan a experimentar modificaciones
morfológicas en el rendimiento y su calidad cuando ocurren cambios en los fenómenos naturales
como lo son las condiciones climáticas, donde la temperatura, la radiación solar (cantidad y calidad),
las precipitaciones y su distribución o la acción de manejo del pastoreo, son los componentes que
más determinan las condiciones productivas.
La calidad de las plantas forrajeras esta dada principalmente por la digestibilidad (D) y el contenido
en proteína bruta (PB). Comienzan siendo altas al principio de su crecimiento y desarrollo, en estado
vegetativo para la mayoría de las especies pratenses, para luego ir decreciendo cuando comienza
con su etapa reproductiva (floración y fructificación), donde el vegetal comienza a engrosar sus tallos
lo que conlleva a una disminución de su digestibilidad y a su vez, el contenido de proteína bruta
disminuye en forma más o menos continua hasta la semillazón.
Si bien existe una gran diversidad de especies forrajeras, para este curso sólo consideraremos
importante el llegar a reconocer a las familias de las gramíneas y leguminosas, dado que ellas son los
componentes más numerosos tanto de los cultivos forrajeros (pasturas y verdeos) como también de
nuestros campos naturales.
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GRAMÍNEAS
Se caracterizan por ser especies monocotiledóneas (un solo cotiledón), y adaptarse a diversas
condiciones climáticas y edáficas. Existe un gran número de especies (cerca de 9000), las que se
hallan distribuidas a lo largo de todo nuestro país y diferentes nichos ecológicos. Su ciclo de vida
puede ser desde plantas anuales, bianuales y perennes.
Las más utilizadas son: raigras (Lolium sp), pasto ovillo (Dactylis glomerata), festuca (festuca
arundinacea), falaris (Phalaris tuberosa), cebadilla (Bromus sp.), maíz (Zea maíz), avena (Avena
sativa), sorgo (Sorghun sp).
Los tallos son herbáceos, raramente leñosos o subleñosos, de porte erecto, semierecto o rastrero. Su
forma es cilíndrica o elíptica y, normalmente, huecos. En su estado vegetativo, se halla comprimido y
en su extremo superior se encuentra la yema apical la cual a medida que va acercando a su ciclo
reproductivo, comienza a elongarse dando lugar a una estructura visible que, usualmente, se
denomina caña. Está compuesta por nudos que poseen yemas de crecimiento y dan origen a las
hojas y a la separación entre dos nudos se lo conoce con el nombre de entrenudos.
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Algunas especies forrajeras poseen un tallo subterráneo, que se denominan rizomas (sorgo de
Alepo) y otras presentan un tallo rastrero que crece sobre la superficie del suelos llamado estolón
(gramón) capaz de producir nuevas plantas por fragmentación.
Las hojas de las gramíneas son simples, alargadas, paralelinervadas y de estructura laminar plana.
Se hallan dispuestas en forma alterna, compuesta por una vaina que nace en los nudos y envuelve a
la caña, pudiendo ser abierta o cerrada en sus bordes.
La lámina de disposición plana y acintada, con apéndices que pueden ser membranosos o pilosos en
la unión de ésta con la vaina llamada lígula y/o con apéndices en la base tienen forma de “pequeñas
orejas” llamadas aurículas
Salvo el caso del maíz, la estructura morfofisiológica de las gramíneas, corresponde a un tallo
principal o planta madre, salido directamente de la semilla y unidades funcionales que se denominan
macollos. Éstos son originados en las yemas basales axilares de la planta madre y tienen la
capacidad de generar nuevos sistemas radiculares, inflorescencia y fructificaciones propias. Es decir,
si la planta madre muere, estas unidades pueden adquirir independencia y continuar con el ciclo vital.
Cuando la planta forrajera se encuentra en su ciclo vegetativo, el conjunto de macollos es lo que
constituye la estructura de la planta y es la parte que el animal aprehende durante el momento del
pastoreo.
Comúnmente a este conjunto de vainas que forman un pseudotallo, se lo confunde con el tallo
verdadero del vegetal que sólo se lo ve cuando la planta se halla en su estado reproductivo y estas
estructuras solamente corresponde a las hojas.
Es importante mencionar que cada macollo a su vez, tendrá la capacidad de generar nuevos
macollos y esto es lo que le confiere una mayor perennidad a la planta. La vida de los macollos
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puede variar entre un mes y un año dependiendo los cortes o pastoreos sufridos. La remoción de
hojas senescentes ayuda a mantener la longevidad de los mismos, siempre y cuando no haya daños
en el meristema apical (punto de crecimiento) por pastoreos muy bajos (sobrepastoreo).
Una característica importante es la disposición de la lámina antes de salir de la vaina, la que puede ser de
tipo plegada (conduplicada) o arrollada (convolutada), esto nos permite conjuntamente con las
aurículas y las lígulas, diferenciar las especies durante su ciclo vegetativo.
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En su etapa reproductiva, llega un momento en que la planta deja de producir hojas, el tallo comienza
a elongarse para dar lugar a la formación de la inflorescencia (ramas del tallo de crecimiento limitado,
que portan las flores) que en un primer momento se encuentra encerrada por dentro de las vainas de
la última hoja previa a la floración, llamada hoja bandera y, posteriormente, la misma se hará visible.
Normalmente, a este estadío lo conocemos con el nombre de encañado que correspondería a la fase
del alargamiento del tallo desde su comienzo hasta la espigazón.
La espiguilla se halla formada por un eje que lleva de una a diez flores, las cuales son normalmente
hermafroditas, (con aparato reproductor masculino y femenino presente en la misma flor) y cuyas
bases se encuentran envueltas por las glumas.
Espigas y Panojas. Las panojas a su vez, pueden ser de estructuras laxas o densas, envueltas por
las glumas.
PANOJA
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El fruto, característico de las gramíneas, es un cariopse que puede ser de tamaño variable y da lugar
a la formación de un grano por lo general rico en almidón.
LEGUMINOSAS
En su composición contiene más proteínas, ácidos orgánicos y minerales, que las gramíneas, pero
poseen menos carbohidratos, tanto solubles como estructurales, que las gramíneas. La limitante más
importante para su implantación los suelos con bajo contenido de fósforo. Ejemplo: alfalfa (medicago
sativa), trébol rojo (trifoliun pratense), trébol blanco, (trifoliun repens) vicia (vicia sp.), lotus (lotus
sp.), trébol de olor dulce (melilotus sp).
El sistema radicular de las leguminosas, a diferencia de las gramíneas, es pivotante, con profunda
capacidad de almacenar reservas energéticas. En la unión del tallo con la raíz, se encuentra la
corona que es el lugar donde se acumulan los carbohidratos (energía) que utilizará la planta para
efectuar su rebrote después del corte o pastoreo, como así también para florecer y fructificar. La
ubicación de la corona va a depender del tipo de especie y variedad con la que estemos trabajando.
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Tallos herbáceos, subleñosos y leñosos, ramificados de porte variado que pueden se erecto (alfalfa),
semierecto (lotus tenuis) o rastrero (trébol blanco).
Las hojas son compuestas, alternas y, generalmente, con estructuras laminares divididas en varios
segmentos llamados folíolos. La parte estrecha de la hoja se denomina pecíolo y une la lámina con el
tallo (pecíolulos y folíolulos). En la base de la hoja existen estructuras membranosas denominadas
estipulas. Dentro de las forrajeras más comunes las hojas son trifoliadas (tréboles y alfalfas),
pentafoliadas (lotus) o multifoliadas (Vicias). En relación con las gramíneas presentan un mayor
contenido de nitrógeno y un alto contenido de calcio, pero un menor nivel de fibra.
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Los frutos de las leguminosas tienen forma de vainas o legumbres típicas, denominadas, usualmente,
chauchas y que contienen numerosas semillas.
GRAMINEAS LEGUMINOSAS
RAÍCES Fascicular o fibrosas (en Pivotantes, profundas.
cabellera).
TALLOS Tallos herbáceos aéreos, Tallos herbáceos, subleñosos
erectos o rastreros. Se y leñosos, ramificados de
denomina caña. porte variado.
HOJAS Alargadas, simples, de Compuestas, con estipulas.
estructura laminar plana.
GRAMÍNEAS.
A. Plantas con prefoliación plegada (achatada).
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B. Especies de ciclo Perenne.
C. Con presencia de lígula, follaje verde azulado, glabra (sin pelos), inflorescencia en panoja.
..........PASTO OVILLO (Dactylis glomerata)
C.C. Con aurículas sin pelos, hojas planas tiernas y muy brillantes en el
envés de inflorescencia en espiga…
………………………….....RAIGRÁS PERENNE. (Lolium perenne)
Especie que además de poseer una pequeña lígula tiene aurículas glabras. Hojas
de color verde grisáceo, algo duras, con nervaduras muy marcadas en el haz con pelos cortos y
duras que se sienten al tacto. Inflorescencia en espiga.
….….……………AGROPIRO ELONGATUM (Thynopirum ponticum)
Especie con aurículas pilosas, de hojas con nervaduras bien marcadas. Base de
los macollos de color rojizo. Posee rizomas cortos. Inflorescencia en panoja laxa
…………………………….......FESTUCA ALTA (Festuca arundinacea)
Con lígula corta pestañosa, hojas algo duras con pubescencia evidente. Crecimiento
en matas. Inflorescencia en panoja
………………………….................PASTO LLORON (Eragostis cúrvula)
C. Auque también hay especies bianuales y trianuales. Con vaina cerrada formando un
tubo, lígula membranosa desarrollada, base del macollo, blanquecina y achatada.
Inflorescencia en panoja laxa. ……………….................CEBADILLA CRIOLLA (Bromus unioloides)
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C.C. Especie con aurículas glabras. Hojas tiernas brillantes en el envés. Inflorescencia en
espiga. Semillas aristadas.
…….………………….............RAIGRÁS ANUAL (Lolium multiflorum)
LEGUMINOSAS.
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