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PROYECTO DE INVESTIGACIÓN:
POR:
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II. DEDICATORIA
se debe al gran sacrificio de nuestra familia simplemente son palabras únicas que
III. AGRADECIMIENTO
IV. ÍNDICE
V. INTRODUCCIÓN
humana ha pasado desde el Estado Primitivo, que data aproximadamente cinco mil años,
pasando por el Estado Feudal, hasta llegar al Estado – Nación que actualmente conforma
uno y en la aceptación de la interacción con las entidades políticas autónomas del Estado.
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invasión europea impuso la cultura del colonizador: lengua, religión y modo de
producción. Produjo el mestizaje que, sin dudas, aportó una parte significativa de “nuestra
modo de estar en el mundo”, el modo “del bien vivir”, que es distinto a “vivir mejor”. El
ama la vida y la naturaleza; con el otro, se ama lo material, el “american way of live”.
Por cierto, esa diferencia aparentemente insignificante es lo que alimentó y aún alimenta
colonizador, al estatus, prestigio y brillo del colonizador. Algo así como el sometimiento
de América Latina a la cultura de occidente. Son estos hechos los que se conocen como
etapa de la “Colonialidad del Poder”. La “Colonialidad del Poder” no es otra cosa que la
superiores y los aborígenes eran inferiores. Pero no solo eso, hubo algo que hizo mucho
más daño a las mayorías mestizas. La independencia la hicieron los blancos, una minoría
que los mestizos identificaron con los europeos y que nunca admitieron como genuinos
representantes. Con esta concepción del mundo entra América Latina al siglo XIX. Entra
por una conciencia oralmente aprendida en la cual se afirma que somos distintos y que
negada por otros, no fue, por las razones anteriormente expresadas, recibida con la
nuestra identidad y por ello, expiando sus conflictos, coloca su mirada hacia Europa y
especialmente hacia el Norte. José Martí, en ese desangramiento vitalicio que forma parte
Venía de las entrañas del monstruo y lo denunció “revuelto y brutal”, con un desprecio
nació el norte y del perro de presa Suramérica”. Nuestra identidad no es sólo “la
reafirmación de lo propio”, sino “la defensa frente a la feudalidad que se nos impone”.
del Estado - nación trajo a América Latina elementos cohesivos y aspectos absolutamente
europeos y norteamericanos. Esas ideas impulsaron las ciudades como referente central
y construyeron conceptos nuevos tanto de “nación” como de “patriotismo” con los cuales
como la identidad pervertida han fracturado siempre nuestra unidad mediante supuestas
nuestros “nacionalismos”, han tenido mucho que ver con la tentativa de liquidar nuestra
cultura mestiza que, equivocadamente han asociado directamente con España. No hay
trato diferenciado entre los unos y los otros. El orden social, a través del orden jurídico
continúa dividiéndonos. Esos Estados, fundados sobre estas bases no establecieron nunca
mismas relaciones de dominación que existían y aún existen con una dimensión más
amplia, con una dimensión nacional. Así, arribamos a las postrimerías del siglo XX. Así,
arribamos a la globalización. Nadie nos preguntó “qué queríamos” y se nos vino encima
el consumo. De nuevo la disputa entre “lo que es y lo que no es”, entre “lo de adentro y
lo de afuera”. Por ello, para algunos autores, la construcción de nuestras naciones nació
sociedad. En toda esta situación juegan, hoy, un papel determinante los medios masivos
de comunicación social. Ellos proyectan las imágenes que les conviene y, además, con
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nuevas tecnologías, han logrado alguna credibilidad. Han logrado, no sé hasta cuando,
comunicar y colocar las imágenes como si de verdad ocurrieran en nuestras propias casas.
Pues bien, así como ‐sin medios‐ los colonizadores instalaron su forma de pensar en la
en deformar nuestros Estados. Sólo que un despertar de amaneceres está en este momento
Estado con dignidad, independencia, soberanía y, por supuesto, el mestizaje que nos han
soberana. Está formada por un conjunto de instituciones que tiene el poder de regular la
Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo (el Congreso Nacional) y el Poder Judicial; además
2.500 años, en la época de la Grecia clásica. Poco a poco, tras muchos esfuerzos y
vaivenes, la idea de ciudadanía ha ido ampliando su vigencia y afectando cada vez a más
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esferas de la realidad. También ha ido ampliando los derechos vinculados al concepto en
sí, de manera que, si en un principio sólo se beneficiaba de ellos una pequeña élite, más
(sólo una tercera parte de los países son sistemas democráticos), a sociedades plurales y
¿Por qué es tan importante para nuestro mundo la idea de ciudadanía? Para entenderlo,
hombre es un ser social, un individuo que necesariamente debe vivir, de una o de otra
puede quedar definido por un determinado individuo o grupo, sino por el conjunto de
es la interdependencia que se produce entre todos los seres que forman parte del medio
pues el potencial de conflictividad que esas relaciones suponen hace necesario que se
establezcan medios para que las tensiones no lleguen demasiado lejos. Y, en este sentido,
la democracia es el modelo que de manera más adecuada plasma estas relaciones, dado
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que otros modelos más autoritarios reducen el efecto de estos vínculos interindividuales
a una cadena jerárquica que prioriza a determinados individuos, separándolos del círculo
dirección a una mayor igualación de los individuos, ya sea en cuestiones que afectan a
derechos/deberes. Siguen existiendo, qué duda cabe, las jerarquías, pero no son de
esencia tiránica y también existe una mayor posibilidad para moverse por sus ámbitos,
pasando de unas a otras con más facilidad. Antes de entrar en un recorrido histórico del
una cosa y la otra, aunque no sean exactamente lo mismo, resultan inseparables. Ambos
deben ponerse en juego constantemente; mientras que la ciudadanía es algo que a cada
olvidar que vivir en una democracia no es algo irreversible, es decir, que el hecho de que
precisamente se caracteriza por una cierta inestabilidad interna, fruto del pluralismo que
la caracteriza, por unos conflictos que, por ejemplo, en una dictadura no se dan (dado que
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no hay pluralidad alguna. Esta paradoja demasiadas veces se deja fuera de análisis
sea, en consecuencia, lo que la teoría dice que es. Todo esto se entiende si recordamos
algo muy básico, como es que la democracia es una construcción cultural, no algo
arraigado en nuestra base genética, y eso comporta que la educación juega un papel
decisivo en todo ello. Una educación ética del ciudadano, el ‘saber de la ciudadanía’,
como se titula un interesantísimo libro editado recientemente por Aurelio Arteta (Arteta
2008), sería, por tanto, un elemento a tener en cuenta para el buen desarrollo de un sistema
acción política. El entramado del primer caso es básico para que pueda existir una
una democracia, que es una sociedad eminentemente reflexiva, los ciudadanos están
siempre está pendiente de realización plena, una Ítaca que, a diferencia del relato
siempre de forma progresiva; su avance ha sido lento y costoso, pero de una manera o
decisivos avances le han seguido no pocos retrocesos, aunque hoy en día podemos decir
VI. OBJETIVOS
7.1 MÉTODO
7.2 METODOLOGÍA
9.1 CRÍTICA
9.2 APORTE
X. CONCLUSIONES
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