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Presupuesto 2017: Un complejo escenario de
mediano y largo plazo para la Economía Chilena
Le recuperación aún está lejos
En Esta edición
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Noviembre, 2016
C
uando la Presidenta Michelle Bachelet presentó en Cadena Nacional el proyecto de Ley de
Presupuestos, se pudo conocer una expansión del gasto público coherente con una economía
en virtual estado de desaceleración, y acorde con la responsabilidad fiscal que impone la
meta de Balance Fiscal Estructural.
La economía chilena se encuentra en un ciclo de desaceleración, razón por la que el diseño del
Proyecto de Ley de Presupuestos apunta a un crecimiento moderado del gasto para garantizar la
sostenibilidad de las cuentas fiscales.
En concreto, el gasto público anotará una expansión de 2,7% anual en 2017, lo que representa su
menor expansión desde 2003.
Esto genera una importante pregunta para el normal devenir de la economía nacional, y además, del
escenario en que se desarrollarán las elecciones presidenciales de 2017. En definitiva, la interrogante
es,
En primer lugar, el dato relevante es que el presupuesto 2017 será financiado con hasta US$ 11.500
millones de deuda, y con esto resultará que Chile perderá su rol de ser el único acreedor neto de la
región.
De este total, US$ 9 mil millones se destinarán a emisiones de deuda en el mercado para financiar
el déficit, US$ 1.000 millones para hacer operaciones relativas a los bonos de reconocimiento, US$
1.000 millones para el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) y US$ 500 millones para operaciones
con organismos multilaterales.
El contenido del “Estado de Hacienda Pública” y el “Informe de Finanzas Públicas”, explica en detalle
el 2,7% de incremento en el gasto público del gobierno central total, respecto de la ley rebajada,
además actualiza y entrega las proyecciones para el mediano plazo en la economía chilena.
Así, el aumento de 2,7% en el gasto fiscal empuja la deuda nacional a aproximadamente el 25,3% del
PIB a finales del año, que viene desde 20,6% en junio.
Ahora, si bien se observa un crecimiento moderado del gasto público, comparado con expansiones
en períodos anteriores-, éste no resulta ser tan austero como se plantea a primera vista, pues aun
cumpliendo la meta, aumenta el déficit.
En tanto, hacia el mediano plazo se observa que los ingresos proyectados no alcanzarían a cubrir los
compromisos adquiridos hoy, y aún peor, su deterioro es creciente.
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Noviembre, 2016
Se estableció un incremento del gasto del gobierno central total de un 2,7% para el presupuesto del
2017, lo que arroja un déficit igual a -3,3% del PIB y uno cíclicamente ajustado de -1,5%.
Colocando estas cifras en perspectiva, se tiene, por una parte, que el crecimiento del gasto como
tal es moderado en relación con incrementos de presupuestos anteriores, siendo éste el menor
incremento desde el año 2003.
Sin embargo, no debe perderse de vista el hecho que, aun cuando se está cumpliendo con la regla
del balance cíclicamente ajustado, se está aumentando el déficit del gobierno central desde -3,1%
estimado para este año al -3,3% proyectado para el 2017.
Esto, tomando en cuenta una trayectoria del PIB de tendencia que crece al 3% anual en un contexto
donde se espera que Chile registre un crecimiento de 2,25% según la autoridad fiscal para 2017.
Hay que recordar que este 2016, la economía chilena está muy cerca de crecer solo un 1,8%.
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Si bien la regla sigue al producto de tendencia, éste y el efectivo deben, en un período razonable,
tender a converger. En este caso se ha dado más bien una desaceleración del producto de largo plazo,
con un impacto relevante en el déficit fiscal, el que, concretará ya dos años sobre 3% del producto.
En el siguiente gráfico podemos observar como el presupuesto ha tendido a ser expansivo, donde el
gasto crece más rápido que el producto.
A mediano plazo, se establecieron supuesto que tienden a converger con las estimaciones de largo
plazo entregadas por los comités de expertos. Específicamente, se supone que el Producto Interno
Bruto crecería a una tasa del 3,5% anual a partir de 2019, que la inflación permanecería controlada
en 3%, el tipo de cambio se estabilizaría entorno a los $700 y que el precio del cobre repuntaría hacia
los US$ 256 centavos de dólar la libra.
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Noviembre, 2016
En tanto, por el lado de la Demanda Interna, se realiza un supuesto más optimista que la lleva desde
un crecimiento real estimado de 1,4% el 2016, pasando por un crecimiento proyectado de 2,8% para
el 2017, para alcanzar un crecimiento de 4,5% el 2020.
Es importante destacar que lo relevante desde el punto de vista de medir la disponibilidad de recursos,
es la proyección de ingresos de largo plazo, o estructurales, definidos a partir de los parámetros de
largo plazo.
El crecimiento de la demanda agregada sobre el crecimiento del producto tiene por su parte algún
efecto positivo sobre los ingresos estructurales. En este contexto, para efectos del crecimiento de
tendencia y el precio del cobre, se usan las estimaciones entregadas por un panel externo.
Estos parámetros deben usarse por convención, aunque sigue existiendo un riesgo de deterioro
adicional de ellos. Así es como los supuestos utilizados establecer una mejora en las condiciones
macroeconómicas de Chile hacia el 2020.
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Con esto, se vislumbra un panorama de mediano plazo donde el nivel de gasto del gobierno central
total, compatible con la meta fiscal, es menor al total de gastos comprometidos, y en tanto, la brecha
negativa es creciente.
Esto sucede, a pesar de que la meta fiscal ha sido relajada a principios de año a una rebaja gradual
de un cuarto de punto del PIB al año, independiente de si los parámetros de largo plazo cambian,
caso en el que se posterga para el futuro hacerse cargo del deterioro producido por estos nuevos
parámetros de largo plazo (cobre y crecimiento)
En datos concretos, la brecha de gasto (el gasto comprometido en exceso) alcanza a US$ 382 millones
en 2018; US$ 627 millones en 2019 y US$ 784 millones en 2020. Es decir, la brecha no cierra, es
más, tiende a expandirse.
Esto a pesar que los gastos comprometidos se realizan con compromisos vigentes, y por lo tanto,
asumen, un reajuste real de remuneraciones y de subvenciones nulo.
Por lo tanto, y a modo de conclusión respecto a este punto de análisis, el “Informe de Finanzas
Públicas” plantea un escenario donde, si no se dan los supuestos establecidos, tendrán que
introducirse nuevos ajustes en la trayectoria del gasto, situación que fue explícitamente
explicada por el Director de Presupuesto.
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Otro aspecto importante de destacar en este análisis es el efecto del menor crecimiento de largo plazo
en las finanzas públicas. Al respecto se tiene que, sólo comparando las proyecciones de mediano
plazo de hace un año con las actuales, se constatan caídas significativas en los ingresos.
En datos duros, hace un año se estimaba para el 2019 una recaudación mayor a la que se estima hoy
para ese mismo año por $ 2.550.363 millones, lo que al tipo de cambio de $700 por dólar, equivale
a US$ 3.643 millones.
Por su parte los ingresos ajustados, es decir, aquellos con que se estima la regla fiscal, caen en
US$ 4.297 millones ese año. Como consecuencia, el gasto compatible se ve reducido en US$ 1.678
millones.
Se supone que el Producto Interno Bruto crecería a una tasa del 3,5% anual
a partir de 2019, que la inflación permanecería controlada en 3%, el tipo
de cambio se estabilizaría entorno a los $700 y que el precio del cobre
repuntaría hacia los US$ 256 centavos de dólar la libra.
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Noviembre, 2016
Las cifras anteriores se traducen en un “desplazamiento a la baja” de los Ingresos Estructurales
mayor al desplazamiento de los Gastos Comprometidos (comparando el IFP actual con el del año
anterior), lo que da cuenta de un empeoramiento general del desempeño de nuestra economía que
podría atribuirse a factores más estructurales, o factores productivos de más largo plazo.
De acuerdo a los datos revelados, una de las principales conclusiones que se puede obtener es que se
valora el esfuerzo que significa reducir la tasa de crecimiento del gasto a 2,7%, tasa que sólo ha sido
inferior en dos ejecuciones presupuestarias previas desde 1990.
Este incremento en el gasto público será utilizando en parte para las siguientes iniciativas,
a US$ 382 millones en 2018; US$ • En Seguridad, se destinarán fondos para contar con
627 millones en 2019 y US$ 784 1.500 nuevos carabineros y 250 vehículos policiales
adicionales.
millones en 2020. Es decir, la
brecha no cierra, es más, tiende a • El Programa de Integración Social y Territorial
sumará la construcción de 12.500 viviendas, a las
expandirse. 25.000 ya anunciadas.
La realización de estas iniciativas y la cantidad de recursos destinadas para ellas cobra mayor
importancia, ya que se realiza en un contexto de altas expectativas de gasto. Sin embargo, con
todo, ello no ha sido suficiente para reducir el déficit fiscal, sino por el contrario, éste
aumenta desde 3,1% a 3,3%.
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En tanto, realizar una mirada de mediano plazo requiere especial atención, pues pese a supuestos
que pueden deteriorase, se observan compromisos de gasto que exceden a lo que puede
financiarse cumpliendo una regla fiscal que se ha hecho más gradual.
Ahora, si se consideran las estimaciones del déficit efectivo, aceptando el marco macroeconómico
propuesto, partiendo de una deuda bruta de 21,7% en 2016, se estaría llegando a una de 32,6%
en 2020, si cada año se financia el déficit con deuda y se agrega una obligación de bonos de
reconocimiento de otro 0,3% del PIB anuales.