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EUGEN VON BÖHM-BAWERK

Biografía

Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914) fue el tercer miembro del primer triunvirato
austriaco (junto con Menger y Von Wieser). Era profesor de economía política en la
Universidad de Viena y prestó sus servicios en el gobierno austriaco como ministro de
finanzas. Estaba casado con la hermana de Von Wieser. Entre las contribuciones de
Von Böhm-Bawerk al análisis económico sobresale una: su análisis del elemento
tiempo, no el tiempo en relación con los cambios sistemáticos en la economía o en
relación con el crecimiento económico, sino el tiempo como un elemento significativo en
el curso normal de los asuntos económicos, que influye en todos los valores, precios e
ingresos.

Profesor Böhm-Bawerk falleció en Viena, Austria, el 27 de agosto del 1914.

Principales trabajos y contribuciones

Desde 1881 hasta 1889, publicó dos de los tres volúmenes de su obra magna, Capital
e Interés, dedicado a temas de finanzas. El primer volumen se publicó en 1884 con el
título de History and Critique of Interest Theories (Historia y crítica de las teorías de
interés), un análisis exhaustivo del interés y de sus usos. Además, estudió las
teorías del tiempo de Carl Menger, donde se analiza las diferentes preferencias que los
consumidores dan a los distintos tiempos del consumo, diferenciando el consumo
inmediato con la preferencia del retraso del consumo.

Durante los años 1880 y 1890, escribió críticas notables en contra de las teorías
económicas de Karl Marx, convirtiéndose en enemigo número uno de los comunistas.
Su enfoque fue que el sistema capitalista no explotaba al trabajador, base fundamental
de las teorías marxistas del valor del trabajo, explicando que la teoría de explotación
ignora el tiempo de producción, donde los capitalistas ayudan a los trabajadores con
ingresos, antes de que la producción genere ingresos.

Su segundo volumen se publicó en 1889 con el título, Positive Theory of Capital (Teoría
positiva del capital) se enfocó en el análisis del tiempo de producción de la economía
y de los intereses que estos retrasos crean como resultado de la inversión necesaria
para financiar el proceso de producción, de inventarios y de trabajo en curso.

Como parte del segundo volumen salió Value and Price (Valor y precio) que elabora
sobre los principios de la utilidad Carl Menger de su Principios de las Económicas,
desarrollando la idea del valor subjetivo donde los productos sólo tienen un valor si los
consumidores los quieren. Estas ideas las elaboró en más detalle en el tercer volumen
publicado en 1921 con el título de Further Essays on Capital and Interest (Más ensayos
sobre capital e interés).

Teoríadel interés

La incorporación del tiempo en el análisis económico de Eugen von Böhm-Bawerk se


puede ver claramente en su famosa teoría del interés del agio (bonificación). El interés
se origina por tres razones, de las cuales las dos primeras son subjetivas:

 Orientación presente. Los bienes se aprecian más altamente en el presente


que en el futuro. “Subestimamos sistemáticamente los deseos futuros y los
bienes que deberán satisfacerlos.” Esto es una falla en la perspectiva, la única
irracionalidad que Von Böhm-Bawerk introdujo en su “hombre económico”. Las
personas subestiman las necesidades futuras porque tienen imaginaciones
defectuosas, porque tienen una fuerza de voluntad limitada y porque no se
pueden resistir a las extravagancias presentes, aun cuando están conscientes
de las necesidades futuras y porque saben que la vida es breve e incierta y, por
consiguiente, desean disfrutar de la vida el día de hoy en vez de sacrificarla en
bien del futuro.
 Expectativas de una creciente riqueza. La segunda base para el interés,
también subjetiva, se deriva de la idea de que el hombre está preparado para
solicitar préstamos y pagar intereses para el consumo presente, más que para
el futuro, porque espera tener una riqueza mayor en el futuro. Debe observar
que esta base para el interés, lo mismo que la primera, se enfoca en el consumo.
 Producción indirecta. La tercera base para el interés involucra la producción.
El proceso de producción se alarga, o se vuelve más indirecto, cuando se
produce una cantidad cada vez mayor de bienes de capital y se utilizan para
fabricar los productos finales. Por ejemplo, para pescar con más éxito, se
construye una embarcación; esto alarga el proceso de producción y el producto
físico, es decir, el número de peces atrapados es mayor que si todo el tiempo se
estuviera pescando en vez de construir la embarcación. Hasta la época de Von
Böhm- Bawerk, la duración del periodo de producción se consideraba como un
dato técnico y por consiguiente constante. Él lo convirtió en una variable.

Después de estos conceptos seguía la explicación del interés. Es un agio, o prima,


asignado sobre el valor y el precio de los bienes para el consumidor presentes. Los
trabajadores y los terratenientes reciben el valor presente de sus servicios producti- vos.
Los incrementos en el valor, que se deben a los métodos más altamente pro- ductivos,
que hizo posible el paso del tiempo, siguen en manos del empresario. El interés fluye
del empresario al capitalista (financiero) que puso a su disposición los fondos para una
producción indirecta, o de utilización de capital. Por consiguiente, los trabajadores y los
terratenientes sí reciben el valor del producto de sus servicios, pero el valor se
descuenta al momento presente

Otros puntos de vista

Eugen von Böhm-Bawerk convenía con los otros dos líderes de la escuela margi- nalista
austriaca en que la utilidad total de un bien es su utilidad marginal, multi- plicada por el
número de unidades. También convenía con ellos en que el valor de los medios de
producción depende del valor de los bienes finales producidos, que a su vez obedece a
la utilidad marginal de los bienes producidos. El valor del pro- ducto final es mayor que
el valor de los servicios que lo producen por la cantidad de interés a lo largo del periodo
que transcurra. Lo mismo que los marginalistas, Von Böhm-Bawerk aceptaba el análisis
de Say de que la economía tiende hacia el empleo total. Refutaba las críticas a su
creencia de que, si todos los miembros de una comunidad ahorran simultáneamente
una cuarta parte de sus ingresos, la producción seguiría inalterada:

De hecho, no hay que ir muy lejos para buscar la falla del razonamiento [de mi crítica].
Es que una de las premisas, la que asevera que una reducción del “consumo para un
disfrute inmediato” también debe implicar una reducción de la producción, es errónea.
La verdad es que una reducción del consumo implica, no una reducción de la producción
en general, sino sólo, mediante la acción de la ley de la oferta y la demanda, una
reducción en ciertos ramos. Sin embargo, no habría una producción más pequeña de
bienes en general, debido a que la producción disminuida de bienes listos para su
consumo inmediato se puede compensar y se compensará por una creciente producción
de bienes “intermedios” o de capital.

Eugen von Böhm-Bawerk citó después a su crítico, quien decía que la producción de
bienes de capital se origina por la demanda de bienes para el consumidor y está guiada
sólo por ella; si la demanda de bienes para el consumidor se reduce una cuarta parte,
¿por qué habría una demanda y una producción mayores que antes? Ésta es la
respuesta de Von Böhm-Bawerk:

El hombre que ahorra reduce sus demandas de bienes para el consumo presente, pero
de ninguna manera su deseo de bienes que producen placer. Ésta es una proposición
que, bajo un título ligeramente diferente, ya se ha repetido y que, según creo, se ha
discutido en forma concluyente en nuestra ciencia, tanto por los escritores más anti-
guos como en la literatura contemporánea. Creo que hoy día, los economistas están
totalmente de acuerdo en que la “abstinencia” relacionada con el ahorro no es una
verdadera abstinencia, es decir, no es una renuncia final a los bienes que proporcio-
nan placer, […] sino una simple “espera”. La persona que ahorra no está dispuesta a
entregar sus ahorros sin recibir nada a cambio, sino que requiere que se los devuelvan
en algún momento futuro y de hecho, por lo común, con intereses, ya sea para ella
misma o para sus herederos. Mediante el ahorro no se extingue en el momento una sola
partícula de la demanda de bienes, sino como mostró J. B. Say en forma magistral hace
más de cien años, […] la demanda de bienes, el deseo de los medios de disfrute, bajo
cualesquiera circunstancias en las que se encuentren los hombres, es insaciable. Una
persona puede tener lo suficiente, o incluso un exceso de una clase particular de bienes
en un momento particular, pero no de bienes en general ni para todo el tiempo. Esta
doctrina aplica particularmente al ahorro, ya que el motivo principal de quienes ahorran
es precisamente prever para su propio futuro o para el futuro de sus herederos. Esto no
quiere decir nada más, sino que desean obtener y estar seguros de su dominio sobre
los medios de satisfacción de sus futuras necesidades, es decir, sobre el consumo de
bienes en algún momento futuro. En otras palabras, quienes ahorran reducen su
demanda de bienes de consumo en el presente, simplemente para incrementar
proporcionalmente su demanda de bienes de consumo en el futuro.

El énfasis de Eugen von Böhm-Bawerk en la productividad del capital, su defensa del


interés y su apoyo a la ley del mercado de Say probablemente fueron en parte una
reacción a la creciente influencia del marxismo en su época. En 1896 hizo una famosa
crítica a Marx, que se publicó en la traducción al inglés con el título de Karl Marx and
the Close of His System.

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