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Jesús reprendió a las personas por ser «hipócritas», pero ¿sabes lo que quiso decir con

esa palabra? ¡No es lo que piensas!


¿sabes lo que quiso decir con esa palabra? ¡No es lo que piensas! Jesús no quería que sus
discípulos se comporten como hipócritas. Él enseñó a sus discípulos que se comporten de forma
discreta y modesta. Les advirtió contra la ostentación de piedad. «Cuando ustedes hagan una
buena acción, no lo anuncien por todos lados; de lo contrario, Dios su Padre no les dará
ningún premio». (Mateo 6: 1).
Hoy en día, usamos la palabra «hipocresía» para describir a una persona que defiende
públicamente un estándar moral o código de ética, pero, en privado, hace todo lo contrario.

Por ejemplo, pensamos en un hipócrita como alguien que sólo pretende ser piadoso/a, cuando está
en público pero es un falsificador, un actor de teatro que dice y hace lo que no piensa ni siente.

Va con una máscara o careta para ocultar su verdadera identidad.

Cuando Jesús reprendió a la gente y les dijo «hipócritas» lo hace refiriéndose a un actor o
intérprete de teatro. Cuando Jesús habló de «hipócritas» Él usó la palabra para describir a las
personas que amaban llevar a cabo una actuación religiosa frente a los demás. Para los Judíos el
«hipócrita» de los Evangelios es cualquier persona que realiza los deberes religiosos en áras de
ser admirado por los demás.

Jesús dijo a sus discípulos que llevaran a cabo tres actos específicos de la justicia en privado: la
caridad, la oración y el ayuno. Con respecto a cada uno, Él advirtió a sus discípulos en contra de
cualquier tipo de espectáculo (es decir, la hipocresía).

La advertencia de Jesús en contra de «no practicar vuestra justicia delante de los hombres» se
refería a personal, individual, ayunos voluntarios, oraciones y donaciones financieras.

Jesús esperaba que sus discípulos a hicieran todo esto, pero les advirtió que no lo hicieran con el
fin de ser reconocidos por la gente.

Una persona que adquiere los deberes religiosos y disciplinas sólo por el bien de ganar el respeto y
la estima de otras personas no halla favor de Dios por sus esfuerzos. Esa persona actúa sólo por el
bien del amor de los hombres y para su alabanza, no por el amor de Dios. Ese es el tipo de persona
que Jesús se refiere como «un hipócrita.»
El problema no es la realización de un acto de justicia en público sino el acto de hacer las cosas
para que los demás te exalten y alaben, queriendo robar así la gloria a Dios.

No busques ser reconocidos por tus bueno actos. Dios se encargará de recompensarte. Tu más que
nadie, debes ser discreto, modesto y humilde con todos tu actos, haciendo todo sólo por el bien de
los ojos de Dios, no por el bien de lo que la gente piensa de ti.

La Hipocresía no nos permite acercarnos a Dios en forma adecuada, dado


que lo hacemos a través de un personaje.
UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA HIPOCRESÍA.

La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas y sentimientos que en


realidad no se tienen. La palabra proviene del latín tardío hypocrisis y del griego
hypokrisis, que significan acción de desempeñar un papel.
El que pretende o finge ser lo que no es. Es una transcripción del vocablo griego
hypokriteis, que significaba actor o protagonista en el teatro griego.
La palabra hipócrita, en el idioma original, venía del mundo del teatro. Significaba “hablar
cubierto con una máscara”. Los actores que representaban los papeles, se ponían una
máscara a fin de que el público supiera, viendo la máscara, qué carácter se estaban
representando. Un mismo actor representaba varios papeles en una misma función, y
disponía de una variedad de máscaras diferentes. Cuando hablaba la parte de uno,
sostenía la máscara correspondiente sobre su cara; cuando hablaba la parte de otro,
cambiaba de máscara, tomando la apropiada y hablando con su cara cubierta con ella. No
podía verse el actor mismo, sino tan sólo a la máscara. La audiencia no conocía al
hombre; conocían tan solo el papel que hacía.
Los actores solían ponerse diferentes máscaras conforme al papel que desempeñaban.
De ahí que hipócrita llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras una
«máscara» de apariencias.
Los hipócritas pretenden que otros piensen que son buenos. Es un mal que se ve mucho
sobre todo entre cristianos, cuando realmente, sus corazones están llenos de pecados
como amargura, orgullo, mentira, rivalidad, adulterio, etc.
Jesús alertó mucho sobre la hipocresía y el peligro de llevar una vida de apariencias
solamente.
“No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis
juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota que
está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O
cómo puedes decir a tu hermano: "Déjame sacarte la mota del ojo", cuando la viga está
en tu ojo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo para que pueda ver la y ayudar a tu
hermano a sacar la mota de su ojo”. (Mateo 7.1).
“¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: "ESTE PUEBLO CON LOS
LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY LEJOS DE MI”. (Mateo 15.7).
Aparentar lo que no se es produce un gasto inútil de energía y, como se basa en la
falsedad, es contrario al desarrollo del carácter y a la propia dignidad personal, así como a
la reverencia que debemos al prójimo.
El trabajo que el hipócrita hace para esconder lo que él es, le es mucho más difícil que el
tratar de hacer las cosas bien.
Un solo cristiano falso puede hacer más por retardar el progreso de la Iglesia que lo que
pueden hacer una docena de cristianos para extender el Reino. El hipócrita llega a ser
culpable ante el prójimo porque destruye la credibilidad del Evangelio de otros y aún hace
que rechacen a Cristo.
La más grande artimaña del maligno consiste en hacer que los cristianos lleven una vida
de dos caras: que alaben públicamente a DIOS pero a la vez se metan en la crítica, la
murmuración, el libertinaje y cosas similares. Satanás no se preocupa porque usted
profese el cristianismo, mientras no lo practique.
Si sólo aparentamos tener fe sin acompañarla de obras, nos pareceremos a la higuera
que se secó y murió porque no dio frutos.
La fe genuina incluye el dar frutos para el Reino de DIOS. Cuando el hombre aparenta lo
que no es, se ha engañado asimismo y ha mentido a los demás.
La solución para la hipocresía es el arrepentimiento, volver a ver y reconocer lo que uno
es, y su pecado. Humillarse ante DIOS para que el perdone y limpie nuestras vidas.
DIOS quiere que todos nos arrepintamos, y reconozcamos lo que somos y lo que hay en
nosotros el pecado. Quiere que seamos sinceros y fieles a él. No perfectos porque él nos
conoce y sabe lo que somos nuestras debilidades y todos nuestros defectos.
DIOS nos ama por lo que somos y no por lo que aparentamos ante los demás.
Dios les bendiga abundantemente.

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