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Desde tiempos muy remotos en la historia humana, muchas mujeres tenían y daban a luz a un
primer hijo sano, pero después de este; todos los hijos morían al nacer o en abortos
espontáneos. Siendo este un problema muy grave y queriendo averiguar la razón, muchos
científicos y médicos se vieron atraídos y prestos a descubrir la causa, pero no fue hasta el
siglo XX en 1945 que Coombs, Race y Mourant, después que se conociera la existencia del
factor Rh (1940), descubrieron que la muerte fetal intrauterina o post parto entre bebés que
aparentemente compartían la misma sangre con su madre, era precisamente por la deficiencia
de la proteína de factor Rh en la madre. Entonces si la madre es Rh negativo (no presenta
proteína Rh) y el padre es Rh positivo, es un 50% probable que el hijo nazca Rh positivo, y por
lo tanto que la madre genere anticuerpos que dañen a los futuros bebés, produciendo
eritroblastosis fetal.
El objetivo de este informe es ilustrar de una manera dinámica y educativa la importancia del
conocimiento de dicha enfermedad en el ámbito profesional de la enfermera, y teniendo
siempre como aliado el cuidado humanizado a los pacientes que puedan estar afectados con
esta patología.
¿Qué es la eritroblastosis fetal?
Es un trastorno sanguíneo en el que una madre produce anticuerpos durante el embarazo que
atacan los glóbulos rojos de su propio feto, cuando la madre y el bebé tienen tipos de sangre
diferentes. En la mayoría de estos casos, una diferencia en el tipo Rh (incompatibilidad Rh)
provoca la enfermedad. Esto ocurre sólo cuando la madre tiene sangre Rh negativo y el feto
sangre Rh+, heredada del padre.
El cuerpo del bebé responde a la hemólisis intentando generar más glóbulos rojos muy rápidamente
en la médula ósea, el hígado y el bazo. Esto hace que estos órganos aumenten su tamaño.
Generalmente, los nuevos glóbulos rojos llamados eritroblastos son inmaduros y no pueden realizar
el trabajo de los glóbulos rojos maduros.
A medida que los glóbulos rojos se descomponen, se forma una sustancia llamada bilirrubina. Los
bebés no pueden deshacerse fácilmente de la bilirrubina y puede acumularse en la sangre y otros
tejidos y fluidos del cuerpo del bebé. Esto se denomina hiperbilirrubinemia. Dado que la bilirrubina
tiene pigmento o color, hace que la piel y los tejidos del bebé tome una coloración amarillenta. Esto
se denomina ictericia.
Las complicaciones de la enfermedad hemolítica del recién nacido pueden variar desde leves a
graves. A continuación, se enumeran algunos de los problemas que pueden ocurrir:
Durante el embarazo:
Aemia, hiperbilirrubinemia e ictericia leve. La placenta ayuda a limpiar algo de la bilirrubina pero
no toda.
Anemia grave con agrandamiento del hígado y bazo. Cuando estos órganos y la médula ósea no
pueden compensar la rápida destrucción de los glóbulos rojos, se genera una anemia grave y otros
órganos se ven afectados.
Hidropesía fetal. Esto ocurre porque los órganos del bebé no pueden manejar la anemia. El corazón
comienza a fallar y grandes cantidades de fluidos se acumulan en los tejidos y órganos del bebé. Un
feto con hidropesía corre un gran riesgo de nacer muerto.
Hiperbilirrubinemia e ictericia grave. El hígado del bebé no puede manejar grandes cantidades de
bilirrubina que resultan de la desintegración de los glóbulos rojos. El hígado del bebé se agranda y la
anemia continúa.
La ecografía del feto muestra un aumento de tamaño del hígado, del bazo o del corazón y
acumulación de fluidos en el abdomen del feto, alrededor de los pulmones o en el pericráneo.
Puede haber ictericia o un color amarillo del fluido amniótico, del cordón umbilical y de los ojos.
Puede que el bebé no tenga el color amarillo inmediatamente luego del nacimiento, pero la ictericia
puede desarrollarse rápidamente, por lo general dentro de las 24 a 36 horas.
El recién nacido puede tener un aumento de tamaño del hígado o del bazo.
Los bebés con hidropesía fetal tienen un edema grave (inflamación) de todo el cuerpo y son
extremadamente pálidos. Usualmente, tienen dificultades para respirar.
Un muestreo de sangre del cordón umbilical del feto durante el embarazo para verificar anticuerpos,
bilirrubina y anemia en el feto. Este procedimiento, que se conoce como muestreo percutáneo de
sangre del cordón umbilical (PUBS, por sus siglas en inglés) o muestreo de sangre fetal (FBS, por
sus siglas en inglés), puede realizarse para ver si el bebé necesita una transfusión de sangre
intrauterina.
Una vez que el bebé nace, las pruebas de diagnóstico para detectar la enfermedad hemolítica del
recién nacido pueden incluir lo siguiente:
Pruebas de sangre del cordón umbilical del bebé para obtener el grupo sanguíneo, factor Rh, conteo
de glóbulos rojos y anticuerpos
La magnitud de la enfermedad
La tolerancia de su bebé a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
Su opinión o preferencia
Durante el embarazo, el tratamiento de la enfermedad hemolítica del recién nacido puede incluir:
Transfusión sanguínea intrauterina de glóbulos rojos en la circulación del bebé. Esto se realiza
colocando una aguja a través del útero de la madre y dentro de la cavidad abdominal del feto o
directamente en la vena en el cordón umbilical. Puede que sea necesario administrar sedantes para
evitar que el bebé se mueva. Puede ser necesario repetir las transfusiones intrauterinas.
Parto prematuro si el feto desarrolla complicaciones. Si el feto tiene pulmones maduros, se puede
inducir el parto y alumbramiento para evitar que la enfermedad hemolítica empeore.
Ayuda para insuficiencia respiratoria usando oxígeno, surfactante o una máquina para respirar
Exanguinotransfusión para reemplazar la sangre dañada del bebé por sangre fresca. La
exanguinotransfusión ayuda a incrementar el recuento de glóbulos rojos y a reducir los niveles de
bilirrubina. Una exanguinotransfusión se realiza alternando la administración e interrupción de
sangre en pequeñas cantidades a través de una vena o arteria. Puede ser necesario repetir las
exanguinotransfusiones si los niveles de bilirrubina se mantienen altos.
• Anemia grave, ante una importante destrucción de los eritrocitos, que produce una gran
liberación de hemoglobina que se transforma en bilirrubina. Esta sustancia es la responsable
de la coloración amarillenta que adoptan los tejidos y la piel del recién nacido. Por otra parte,
la hemólisis determina una mayor producción de glóbulos rojos de reemplazo, siendo éstos
inmaduros y con núcleos (eritroblastos).
• Aumento de tamaño del hígado y el bazo. Además, el hígado es incapaz de transformar las
altas concentraciones de bilirrubina en sangre.
• Anemia de grado variable, con posible palidez de la piel. Una anemia pronunciada pone en
riesgo la oxigenación y la provisión de nutrientes a todos los tejidos del niño.
• Coloración amarillenta de la piel y las mucosas (ictericia) a las horas del nacimiento.
DIAGNÓSTICO
Análisis de sangre de la madre paradetectar anticuerpos anti Rh.- Ecografías que
evidencienagrandamientos de órganos o colectasde líquidos.- Toma de muestras de
líquidoamniótico para determinar la tasa debilirrubina.- Toma de muestras de sangre fetal
delcordón umbilical, con el fin dedeterminar presencia de anticuerposmaternos, bilirrubina
y cantidad deglóbulos rojos.- Análisis de sangre del recién nacido.
Tratamiento
El propósito es mantener el embarazo hasta que el feto pueda nacer con seguridad, especialmente
en lo concerniente a la madurez pulmonar.
La teoría de Chown 40 sobre el beneficio de la inducción pretérmino del parto supuso un gran
avance en el tratamiento en los casos de aparición de hydrops a partir de la 32-34 semana de
gestación. Sin embargo, hoy día con la TIU se prefiere prolongar el embarazo hasta la semana 37
de gestación para evitar el distrés respiratorio del neonato inmaduro.
Transfusión
Los hematíes deben ser del grupo 0, carente del antígeno correspondiente, compatibles con el
suero materno, desleucotizados, irradiados, citomegalovirus negativos y de menos de 5 días.
Aunque no hay acuerdo en cuál es el hematocrito crítico para realizar la transfusión, se recomienda
antes de la semana 26 si el hematocrito es inferior a 25 % y después de la semana 26 si el
hematocrito es inferior a 30 % 17,42
.
La supervivencia de fetos no hidrópicos transfundidos es del 96 % cuando se realiza a partir de las
24 semanas y del 70 % si son hidrópicos transfundidos con menos de 24 semanas 45
. Múltiples
transfusiones intrauterinas puede asociarse a anemia hiporregenerativa; sin embargo, los niños
responden a la eritropoyetina.
Pautas de 400-500 mg/kg/día durante 5 días han sido recomendadas por otros autores 48.
Direcciones futuras
Los avances en técnicas no invasivas que permitan determinar el fenotipo Rh del feto en el plasma
materno sin incrementar el riesgo de inmunización, la futura disponibilidad de anti-D monoclonal
exento de efectos adversos y sin restricciones en la dosis a administrar 49
y, por último, los estudios
encaminados a la supresión activa de la respuesta inmune primaria y secundaria frente al Rh-D en
mujeres Rh-D negativas son algunas de las expectativas que permitirán alcanzar la antes utópica
erradicación de la EHRN.
https://www.enfermeriadeciudadreal.com/la-exanguinotransfusion-es-un-procedimiento-que-
salva-vidas-563.htm
https://www.bebesymas.com/embarazo/incompatibilidad-de-rh-y-peligros-para-el-embarazo
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001298.htm
http://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=enfermedadhemolticadelrecinnacido-
90-P05477