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Los problemas del lenguaje hablado son varios. La mayoría de ellos son producto de la mala articulación de palabras,
por malas costumbres o por pequeños problemas motores en los órganos que intervienen. Existe una gran cantidad de
ejercicios que se pueden hacer con los niños en el aula en educación infantil y primaria, para mejorar y llegar a hacer
desaparecer algunos de los problemas del lenguaje en niños y niñas.
En el lenguaje existen algunos problemas como la disartria, dislalia, dislexia, inexistencia del lenguaje o poco uso
del mismo, estos problemas se pueden generar, bien por trastornos físicos en los órganos que intervienen en el
lenguaje, o por aspectos emocionales derivados de algún problema adicional, especialmente del espectro
autista o déficit de atención, entre otros.
Muchas veces los problemas del lenguaje no son derivados directamente de trastornos del desarrollo, como autismo
o déficit de atención y simplemente son pequeñas equivocaciones en las formas en las que el niño ha adquirido el
lenguaje, y es preciso, como en el caso de dislalias de una terapia con ejercicios que lo ayuden a superarlos.
Estos pequeños problemas motores, de órganos involucrados en el habla, tienen solución y se superan en breve tiempo,
aunque no siempre será así. Pedagogos, psicólogos y especialistas en lenguaje tendrán la última palabra en este
aspecto.
Respiratorios:
Comencemos por aquellos que pueden realizarse sin el uso de instrumentos, sino con simples movimientos repetitivos
de sonidos:
Inspiración y espiración nasal.
Inspiración lenta o profunda, y espiración prolongada (salida del aire lo más pronto posible).
Usar el recurso del cuento: imitar sonidos naturales como el del viento, también puede ser el del mar, rocas cayendo,
lluvia, entre otros.
Soplar intentando llegar el aire lo más lejos posible (usar papeles para determinar qué tan lejos puede llegar el niño).
Inspiración nasal lenta, retención del aire y expiración bucal igualmente lenta.
Combinar todas las inspiraciones y las espiraciones, entre lentas y rápidas con la nariz y la boca.
Ejercicios de ritmo:
El adulto usa un juguete pequeño para dar pequeños golpes a la mesa, que el niño reproducirá procurando usar también
un objeto y luego su propia voz para intentar reproducir los sonidos tal cual los escuchó. El ritmo es muy importante
para la articulación y correcta formación del lenguaje hablado.
Discriminación fonética:
Para que el pequeño pueda escuchar correctamente, es recomendable comenzar con ejercicios de silencio que lo ayude
a detectar sonidos y fijar la atención, y luego preguntarle qué sonidos han escuchado anteriormente. Con este ejercicio
el niño podrá:
Localización de los sonidos lugar desde donde ha sido emitido o ubicación del mismo.
La agilidad que pueda tener en el niño es lo que determina la calidad de lenguaje logrado, además del control motor
que el pequeño tendrá sobre su propia lengua y boca.
Por lo tanto, si existen dislalias, no será difícil corregirlas con ejercicios para la corrección de trastornos del
lenguaje.
Si los problemas al hablar persisten, visitar a un especialista o recomendar a los padres del niño terapias de
lenguaje especiales.
Sostener un palillo con los labios (no introducir en la boca del niño).
Inflar las mejillas, y sujetar con las manos para luego “explotar” con los labios.
Ejercicios Faciales:
Inflar mejillas.
Tomar mucha agua, retenerla en la boca por un tiempo y hacerla soltar lentamente.
Sugerencias de ejercicios para resolver las dificultades del lenguaje.HAZ CLICK PARA
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Los ejercicios son un importante avance en la mejoría de muchas dislalias y disartrias, producidas por diversos
factores.
Los problemas del lenguaje comienzan a ser un problema cuando el niño intenta desarrollar el lenguaje comunicativo
al hablar.
Finalmente acabamos con esta MEGAGUÍA para trabajar las dificultades del lenguaje en niños con un cuento: El
tigre que comió mucho trigo.
Por otra parte, no hay que pensar que este es un indicador de un problema severo del lenguaje. Los niños entre los 2
los 4 años pueden hablar de un modo diferente; agregar o quitar letras, etc. Sin embargo, si alrededor de los 3 años un
niño no pronuncia palabra alguna, es conveniente hacer una consulta con un especialista. Aguardar más tiempo podría
resultar en una pérdida de valioso tiempo para el niño y un problema que podría tener una pronta solución.
A continuación, presentamos un cuento para trabajar con niños que tienen problemas de lenguaje.
¡Melina, Melina! Tengo ganas de emprender un nuevo viaje y creo que esta vez iré por allí, del otro lado de la colina.
Padre, pues si este es otro de los viajes que has de programar, entonces pronto tendrás que empacar.
Melina ayudó a empacar a su padre (pues sabía que era imposible retenerlo una vez que la decisión de viajar había sido
tomada).
Al día siguiente Miguel salía del bosque rumbo hacia la colina. Pronto atravesaría un gran lago en donde se cruzaría
con el cocodrilo “Dino” al que tuvo que preguntarle:
Don cocodrilo Dino: preciso que me indique el camino hacia mi nuevo destino
¿Y cuál es ese destino que usted busca con tanto compromiso? – le respondió
Detrás de la colina debo ir. Y aunque aún no tengo marcado mi rumbo sé que ahora debo partir.
Dicho esto, el tigre partió en dirección hacia la colina (Era frecuente que Miguel hablara y se respondiera él mismo sin
aguardar la opinión de otras personas).
Caminando con paso ligero se encontró a una ardilla que estaba sentada en una silla.
Buenos días señora ardilla, busco el paso más cómodo para cruzar la colina.
Pues si la colina quiere cruzar, por las cuevas ha de pasar… – respondió misteriosa la ardilla
Agradecido continuó su rumbo el tigre y cruzó las cuevas. En pocas horas se encontraba del otro lado de las mismas y
un paisaje nuevo se dibujaba a su paso… Praderas, colinas y hasta un hermoso valle se tendían como alfombra a su
paso.
El tigre, cansado, decidió que ya era hora de un merecido descanso. Se dispuso a dormir hasta que los rayos del sol
asomaron anunciando un nuevo día: ¡había dormido durante 24 horas!
Al despertar, observó como una pequeña coneja cosechaba algo desconocido para él. Entonces le preguntó:
Buenos días señora ¿Podría decirme qué es eso que tiene en sus manos de amarillo color y atractivo como el sol?
Esto que usted ve – respondió la coneja – no es más que trigo, señor tigre ¿Quisiera probar un poco de la cosecha de
este hermoso día?
El tigre no pudo resistirse a tal invitación pues aquello tenía los colores del mismo sol. Así comenzó a comer trigo,
Miguel el tigre. Pronto descubrió que, sin quererlo, había comido más trigo del que debía comer.
Decidió regresar a su hogar lo más pronto posible pero en el camino un dolor profundo le atravesó el estómago y tuvo
que permanecer tendido durante unas cuantas horas.
Pasó por allí el cocodrilo “Dino” y recordando a aquel viajero, su procedencia y destino, decidió cargarlo y llevarlo
con su familia en el bosque perdido.
Así regresó Miguel a su hogar, habiendo comido todo el trigo que había querido pero con un dolor en el estómago por
haberse aventurado más allá de lo debido.
Consigna:
La consigna es que los niños con problemas de lenguaje lean (o repitan) algunas de las frases (o todo el cuento) puesto
que el mismo fue redactado con rimas y también con palabras tipo trabalenguas