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¿Encuentra similitudes o diferencias con las teorías pedagógicas más relevantes?

Al ejercer el papel de docente en una institución adventista y estudiar los diferentes


enfoques históricos del pensamiento pedagógico he notado ciertas similitudes en algunas
teorías pedagógicas expresadas por diversos pensadores de gran relevancia.

Por ejemplo, Johann Heinrich Pestalozzi tenía como parte esencial de su pensamiento
pedagógico tres dimensiones que según él, NO podían desatenderse en el acto de educar: la
mano, el corazón y la cabeza. Al igual que Pestalozzi, la filosofía educativa adventista se
basa en “educar mano, mente y corazón” considerando cada aspecto del alumno, màs que
un conocimiento académico, promueve el desarrollo equilibrado de todo ser; como dijo el
filósofo griego Aristóteles: “Educar la mente sin educar el corazón no es educación”. Para
los educadores adventistas del séptimo día, la educación se extiende aún más, porque
alcanza el alma, se extiende hasta abarcar la eternidad.

¿Qué necesitamos mejorar en el sistema educativo adventista?

Como sistema educativo adventista creo que se realizan grandes esfuerzos por mejorar
procurando capacitar a los docentes en estudios de posgrados como esta especialización y
haciéndola accesible a los maestros, fomentando el uso de las TIC a través de plataformas
actuales, proveyendo proyectos educativos que trascienden el aula de clase. Sin embargo,
muchos docentes pierden el ánimo por factores económicos o condiciones laborales
excesivas en comparación de otras instituciones privadas, esto lleva a una desmotivación en
la labor docente y falta de compromiso al usar las herramientas o conseguir los objetivos
trazados en los planes y proyectos institucionales.

¿Cree usted que existe una base epistemológica sólida en nuestro sistema educativo?

Epistemológicamente hablando, creo que existe una base sólida de nuestro sistema educativo
adventista, ya que el conocimiento científico se produce bajo la luz de las sagradas escrituras y la
inspiración del espíritu santo, estimulando el desarrollo de pensadores independientes y no meros
reflectores del pensamiento de los demás.

la humildad y saber su tamaño real ante la grandeza de Dios

El sistema educativo adventista refleja la “sociedad” celestial que Dios planificó para nosotros. Nos
da herramientas y recursos para que seamos más sabios y saludables. Nos brinda oportunidades
de ver más allá de nosotros para servir a otros. Nos conecta como amigos, como compañeros y
como una comunidad. Lo que es más importante, nos ayuda a cumplir nuestro potencial de ser
“buenos” ciudadanos, anticipando con ansias una eternidad con el Dios que nos creó.

Estimada profesora Leidy Baracalvo, estoy de acuerdo contigo, cuando te refieres a que uno de los
aspectos que debemos mejorar en nuestro sistema educativo adventista es el hecho de hacer
realidad la misión de "educar para la eternidad". Es por ello que debemos unir todos nuestros
esfuerzos para que reflejemos en cada institución la “sociedad” celestial que Dios planificó para
nosotros, usando la educación como un medio para que se reestablezcan la relación original con
Dios. Proveer a cada estudiante las herramientas y recursos para que sean más sabios y
saludables. Brindar oportunidades de que vean más allá de ellos mismos para servir a otros y
conectar con sus amigos, compañeros y con la comunidad. Y lo que es más importante, ayudar a
cada niño y joven a cumplir su potencial de ser “buenos” ciudadanos, de la patria actual y la
venidera.

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