Está en la página 1de 2

Finlandia, uno de los países estrella en los exámenes Pisa.

En este respecto, la revista ‘The Atlantic’ publicó una columna de Anu Partanen,
‘What Americans Keep Ignoring About Finland’s School Success’ (29 de dic. de 2011),
que explica por qué el sistema educativo finlandés ha sido exitoso, en lo que
corresponde en los exámenes Pisa, codo a codo con los asiáticos en los resultados,
mientras que el sistema educativo norteamericano se encuentra bastante alejado de los
primeros puestos.
Anu basa su columna en una conversación con Pasi Sahlberg, director en el
ministerio de Educación finlandés del Centro de Educación para la Movilidad
Internacional, y autor del libro Finnish Lessons: What Can the World Learn from
Educational Change in Finland? Igualmente escuchó a Pasi en una conferencia a una
escuela privada de NYC.
¿Por qué Finlandia es una superpotencia en educación? Porque valora más la equidad
que la excelencia, dice Anu. No hay escuelas privadas en Finlandia. Tampoco hay
universidades privadas, solo unas pocas instituciones privadas, y no se les permite que
cobren; son financiadas por el Estado.
Lo importante en Finlandia, según Sahlberg, es que todos los docentes gozan de
prestigio, paga decente y mucha responsabilidad. Se requiere un título de maestría para
entrar a la carrera docente, y hay programas de entrenamiento de maestros muy
selectivos. Si algún profesor no sirve, ese es un asunto de los rectores.
El término de competencia no es del agrado de los finlandeses, y les incomoda. Los
ganadores no compiten. No hay listas de los mejores profesores, ni de las mejores
escuelas. La principal motivación no es la competencia sino la cooperación. Los padres
de familia no eligen, les es indiferente, porque todas las escuelas tienen las mismas
características.
El principio de equidad: “Desde la década de 1980, el principal impulsor de la
política educativa finlandesa ha sido la idea de que todos los niños deben tener
exactamente la misma oportunidad de aprender, independientemente de los antecedentes
familiares, los ingresos o la ubicación geográfica. La educación se ha visto ante todo, no
como una forma de producir grandes estrellas, sino como un instrumento para equilibrar
la desigualdad social”.
Desde el punto de vista de los finlandeses, como Sahlberg describe, la equidad
significa que las escuelas deben ser ambientes seguros, y saludables para los niños,
comenzando desde lo básico. Finlandia ofrece a todos los alumnos comidas escolares
gratis, fácil acceso a la atención médica, consejería psicológica y orientación estudiantil
individualizada. La clave de Finlandia es: “La excelencia académica a través de su
política especial de atención a la equidad”.
El objetivo finlandés es que todos los niños tengan una buena educación pública,
sin tener en cuenta en dónde estudian o de qué clase de familia vienen. “La experiencia
de Finlandia muestra que es posible alcanzar la excelencia, centrándose no en la
competencia, sino en la cooperación y no en la elección, sino en la equidad”.
La educación de Finlandia es tan buena que el 27% de su fuerza laboral
universitaria son ingenieros, mientras en el resto de países OECD son el 15%, y se
destacan por el número de patentes registradas. Finlandia, una economía de recursos
naturales, se trasformó en una economía de la innovación (‘Does education lead to more
innovation?’, voxeu.org, 21 de julio de 2013).

También podría gustarte