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SEMINARIO MAYOR LOS SAGRADOS CORAZONES

SÍNTESIS DE MORAL
GIOVANNI PASTUZÁN ROSERO

TESIS 27: RESTITUCIÓN, APROPIACIÓN Y COMPENSACIÓN

INTRODUCCIÓN

Nos dice el Catecismo de la Iglesia en el N° 2402 que, al comienzo Dios confió la tierra y sus
recursos a la administración común de la humanidad para que tuviera cuidado de ellos, los
dominaran mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos (cf Gn 1, 26-29). Los bienes de
la creación están destinados a todo el género humano. Sin embargo, la tierra está repartida
entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a la penuria y amenazada por la
violencia. La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las
personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las
necesidades de los que están a su cargo (Catecismo). De esta manera, nadie tiene el derecho
de atentar contra los bienes ajenos, ya sean físicos o morales. Es tarea de todos hacer posible
que se viva una solidaridad natural entre los hombres, cuidando de los bienes propios y ajenos,
y respetando la dignidad de la humanidad. Por esta razón, los abusos cometidos a los bienes
de los demás deben ser restituidos, significando un acto de justicia, por el cual, se hace estricta
reparación en la medida de lo posible por un perjuicio hecho a otro. En el presente trabajo, se
ahondará en lo referente a la restitución, cómo y cuándo debe ejercerse, y se reflexionará
sobre dos argumentos que acompañan al análisis de este tema: La apropiación y la
compensación.

RESTITUCIÓN
1. Noción General
En esta tesis no nos ocuparemos de la justicia, sino de la injusticia, de manera que nos quede
claro, que hay que saldar las cuentas de las facturas como cumplimiento de los deberes que
impone la justicia “el que no cumple la justicia comete una injusticia y está obligado a restituir”
(Tomás).

Según la doctrina bíblica, la injusticia es un género de pecado que no se perdona sólo con el
arrepentimiento, sino que exige la reparación; la reparación es exigida por tres notas que
configuran la virtud de la justicia: exigibilidad, alteridad e igualdad. La justicia supone un
derecho que posee otra persona, conculcar ese derecho demanda una reparación con el fin
de que se restablezca la igualdad, lo que se obtiene con la devolución de lo debido, la
restitución re-para y vuelve a poner las cosas en su sitio, dando a cada uno lo suyo. En este
caso el sacerdote no puede absolver al penitente que pudiendo, no está dispuesto a restituir.
En la Sagrada Escritura encontramos que en el A.T. se habla de la conciencia del pueblo judío
de restituir siempre que hubiese faltado a los deberes de justicia tanto materiales como morales
(Ex 21-23). En las enseñanzas del N.T se muestra unánime y parte más de las actitudes vitales
como: Zaqueo (Lc 19,10), el siervo que no perdona la deuda (Mt 18,21-24), san Pablo en
relación a Filemón y su esclavo (13,14), las aclamaciones contra los ricos que han defraudado
a los jornaleros (St 5,4), y la parábola de los talentos (Mt 25,14-30).
Cabe afirmar que la Biblia, a partir de la noción de justicia perpetúa la compensación por algún
daño conferido y exige la devolución de lo que es injustamente poseído.

2. Algunos criterios generales

El tema de la restitución contempla casos concretos y circunstancias particulares. Se trata de


dar un juicio ético sobre las acciones singulares que han lesionado los derechos ajenos y que
la justicia demanda que se iguale mediante la restitución. Estos juicios particulares deben
hacerse a partir de criterios universales.

En la actualidad el tema se ha problematizado ya que no se trata sólo de la justicia conmutativa,


que, en principio, se concreta en saldar cuentas entre dos particulares, sino que abarca todo
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lo relacionado con las demás clases de justicia: la legal, la distributiva y, en general con la
justicia social.
Ante esto se ve la urgencia de una educación ética que abarque todos los ámbitos y sobre
todo los que obliguen a restituir mediante la catequesis, la predicación y la confesión. Los
criterios más destacados son:

a) Formar la conciencia: acerca de la obligación de restituir en el caso de que esté obligado


a ello.
b) Exigir un juicio riguroso: sobre los motivos que obligan a restituir.
c) Nadie está obligado a restituir sino consta claramente esa obligación. El confesor no
debe exigir restitución si no hay razones claras. La misión del sacerdote es iluminar la
conciencia del fiel. En caso contrario, el que tiene la obligación de restituir será el
sacerdote por el daño causado.
d) Aceptada la obligación de reparar cuando se ha lesionado la justicia legal y distributiva,
no es fácil precisar en cada caso el alcance de tal obligación.
e) Cuando consta la obligación, pero se desconoce a quien, se debe restituir con obras
sociales cumpliendo así una doble obligación de caridad y justicia.
f) Sólo la culpabilidad moral obliga a restituir: la simple culpa jurídica no excluye esta
obligación. No obstante si la sentencia del juez condena una acción culpable, puede
obligar a la restitución.

g) En ocasiones es la ley civil la que permite juzgar la obligación o no de restituir.


h) Si se trata no de hurto ni de damnificación injusta, sino de ganancias excesivas, se
puede hacer ver la conveniencia de un justo reparto de beneficios.
i) Las circunstancias: tanto el hurto como la injusta damnificación, la restitución ha de
juzgarse conforme a situaciones concretas.
j) Otras dimensiones diferentes al aspecto económico son: el derecho a puestos de trabajo
de cierto relieve en la vida social o profesional; oposiciones a los ascensos, los valores
morales como el buen nombre, la fama o el prestigio profesional. En estos casos obliga
la restitución.
k) Si se trata de materia grave, con advertencia y consciente de la obligación de restituir y
el penitente se rehúsa llevarlo a cabo, el confesor no puede darle le absolución.
l) El sacerdote, cuando es buscado para un consejo o para consulta sobre un problema
difícil, no debe precipitarse en dar un juicio moral. Debe saber esperar, estudiar y
consultar con permiso del fiel.
3 Doctrina moral sobre la restitución

3.1 Condiciones para que haya obligación de restituir:

 Que se trate de una verdadera injusticia: en caso de duda, se ha de recurrir a la


sentencia civil.
 El sujeto debe en verdad sentirse afectado y violado en sus derechos: no se comete
injusticia contra el que, siendo consciente, cede sus derechos.
 Debe tratarse de una injusticia formal y no material: que la injusticia cometida haya sido
querida e intencionada.
 Una falta leve, reiteradamente cometida puede obligar a restituir. Ej. Hurtos
 La obligación de restituir es grave, cuando se trata de materia en sí grave, o sea, por su
misma índole y es leve cuando es en materia leve.

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3.2 Presupuestos que han de darse, para la restitución:

Bienes materiales: cabe distinguir algunos modos de cometer una acción injusta respecto a los
bienes físicos.
Hurto:
Poseedor de buena fe: Quien está convencido de que lo que posee es suyo (compra, donación,
herencia), pero llega a conocer que no le pertenece:

• si es donado debe devolverlo a no ser que haya un prescrito


• si es comprado debe devolverlo pero debe exigir su precio al vendedor
• si ya no es poseedor de ello porque lo ha regalado, no está obligado a devolverlo
• si la cosa pereció por consumo o daño no está obligado a compensar
• si la posesión le produjo algunos beneficios, estos le pertenecen al verdadero dueño.
• si lo vendió y él lo había recibido como donado, debe restituir al verdadero dueño. Si fue
comprado no está obligado a restituir.
Poseedor dudoso:
• Procurar salir de la duda, dado que no se puede actuar con una duda.
• Si no se resuelve la duda, la cosa es del poseedor.
• Si la duda es positiva, se distribuye a prorrata y dar una parte a los pobres.
• Si se conoce al dueño, se aplican los principios del dueño de buena fe.
• Si no se investiga quién es el poseedor teniendo la duda, es poseedor de mala fe.
Poseedor de mala fe
Si está en posesión de algo sabiendo que no le pertenece, debe devolver lo poseído al
verdadero dueño. Pueden concurrir las siguientes circunstancias:

• Devolver al verdadero dueño, también los beneficios que haya obtenido.


• Si la cosa pereció debe compensarlo.
• Si se siguió algún mal al verdadero dueño, debe resarcirle.
Justicia damnificada
• Justicia conmutativa: devolver todos o compensar todos los daños ocasionados.
• Justicia legal: devolver o compensar al damnificado ya sea el estado u otras entidades.
• Justicia distributiva: si se han lesionado los derechos, por soborno, tráfico de influencias,
créditos, préstamos etc., se debe compensar.
La injusta colaboración
Para que obligue a restituir debe cumplir tres condiciones: que sea verdadera, eficaz e injusta.
Los modos posibles de cooperar son: El que manda hacer el mal, quien lo aconseja, quien
consciente en la ejecución, los que adulan, los que participan, los que callan, los que no lo
impiden, los que no lo denuncian. La obligación de restituir depende del grado de influencia
que haya tenido.

Bienes personales:
Homicidio: es uno de los daños morales más graves ya que la vida es el fundamento de todos
los demás derechos del hombre. La teología moral condena por igual la privación de la vida
como la de la no nacida, la de los minusválidos, ancianos o enfermos incurables. La eutanasia
no es lícita. La restitución en estos casos debe hacerse a su familia o herederos.

Daños materiales: en casos de heridos, mutilados, se tiene la obligación de pagar los daños
según el dictamen del juez, entre ellos están curaciones, medicinas, hospitalización etc. Los
sueldos y las ganancias perdidas.

Daños morales: en los casos de violación, resarcir en su salud física y psicológica, la mala
fama o la reputación; y el adulterio: debe ser reparado en todas las circunstancia injustas.
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La buena fama: es obligación respetar la decisión del juez. Procurar devolver la fama bajo el
peso de reconocer su calumnia, satisfacer económicamente los males causados.

3.3 Cumplimiento o ejecución de la restitución


 Quién ha de restituir: el que posee la cosa contra la voluntad de su dueño, quien colaboró
y los herederos cuando se consta que la herencia es injusta.
 A quién hay que restituir: quien sufrió la injusticia o el daño causado.
 Modo de restituir: medios prudenciales, y puede ser de modo directo o indirecto.
 Tiempo de hacer la restitución: de modo inmediato para evitar mayores perjuicios.
 Cesación de la obligación: Temporal, cuando no es posible por falta de medios, cuando no
se desconoce al damnificado y su domicilio, para evitar el peligro de mala fama. Para
siempre, si el acreedor le perdona la deuda, si se pierde la cosa, cuando se desconoce al
verdadero dueño, cuando no tiene la capacidad de restituir, cuando se ha sido injustamente
damnificado por la misma persona, cuando sobrevienen males económicos o morales.
 Los criterios para fijar la gravedad de la materia varían según el valor familiar, el disgusto
causado, perjuicios al bien común etc.

APROPIACIÓN

Bajo ciertas condiciones, puede ser lícito tomar los bienes ajenos. Esto no quiere decir que
existan excepciones a la Ley de Dios, pues por ser ésta perfecta, prevé todas las
eventualidades. Lo que en realidad sucede es que la formulación completa de este precepto
podría ser: “no tomarás injustamente los bienes ajenos”.

Los casos en que es lícito tomar los bienes ajenos son:

 La extrema necesidad. Para aquel que se halle en una necesidad extrema por ejemplo,
en peligro de perder la vida o de que le sobrevenga un gravísimo mal es lícito y hasta
obligatorio tomar los bienes ajenos necesarios para liberarse de ella (es lícito al que se
está muriendo de hambre tomar lo necesario para recuperar las fuerzas).

 También es lícito tomar lo ajeno para librarse no ya de una necesidad propia, sino de
otro; por ejemplo, el padre puede sustraer una cantidad tal que le permita obtener los
remedios necesarios para salvar la vida de su hijo enfermo.

Estas acciones pueden llevarse a cabo siempre y cuando no se ponga al prójimo en la misma
necesidad que uno padece. Además, una vez que ha pasado la necesidad extrema, y el deudor
está en condiciones, ha de buscar el modo de restituir el daño causado.

El principio general en que se basa esta causa excusante del robo es que “en caso de extrema
necesidad, el derecho primordial a la vida está por encima del derecho de propiedad” (Villa).

Cabe hacer algunas aclaraciones para que este excusante no se convierta en disculpa moral
al abuso de los bienes ajenos:

 No es lícito ir más lejos de lo suficiente para librarse a sí mismo o a otros de una extrema
necesidad, por ejemplo: no debo tomar 100 si sé que con 50 puedo salir de la extrema
necesidad.
 No es lícito apropiarse de una cosa cuando basta su utilización.
 En necesidad común y, aún en la simplemente grave, no es lícito tomar de los bienes ajenos.

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LA COMPENSACIÓN

a. Definición general

Etimológicamente la palabra compensación proviene del latín cum y pensatio, que significa
“pensar en otro”; visto desde un ambiente legal, se ponían en la balanza los créditos y deudas
que tenían dos personas en forma recíproca, los dos sujetos eran, al mismo tiempo, deudores
y acreedores entre sí (p.ej., Juan le debe a Pedro $100.000 y Pedro le debe a Juan $100.000).
De esta manera, se producía una neutralización de ambas obligaciones, es decir, se
extinguían las dos por igual, con la fuerza de un pago (Ghersi).

b. La oculta compensación

La compensación oculta consiste en satisfacer los propios derechos adueñándose ocultamente


de algo que le pertenece al deudor. La justicia legal la prohíbe expresamente porque dentro
de una sociedad bien organizada es ilícita y lo es por el peligro que supone de constituirse uno
mismo juez de su propia causa. Es muy fácil ver en los demás injusticias que no existen o
derechos en uno mismo que son puramente ilusorios. Para remediar las injusticias lo normal
es acudir a la autoridad competente para que juzgue y sentencie de acuerdo con el derecho.

La oculta compensación es lícita en el ámbito de la conciencia, cuando no se puede reclamar


lo debido ni directamente ni acudiendo al juez, sin graves perjuicios, como puede ser el
despido, la enemistad, el odio y cuando se sabe que la reclamación no producirá el efecto
deseado porque reina la injusticia.

Condiciones para su licitud:

 Que el derecho mío no sea dudoso.


 Que yo tenga necesidad de la cosa.
 Que el derecho sea mayor que las desventajas.
 Que no se cause a un tercero ningún perjuicio injustificado como imputaciones,
pesquisas domésticas, etc.

Como norma pastoral digamos que en la predicación no se puede hablar de ella. Son reglas
relativas a la restitución que han de tenerse en cuenta al aconsejar a alguien en particular,
porque está llena de peligros y se presta a alucinaciones; rara vez se debe aconsejar y por lo
mismo ejercitarse.

En la práctica, es muy difícil juzgar por sí mismos los casos de licitud en la compensación
oculta, ya que fácilmente se cae en apreciaciones subjetivas. Por ejemplo, está dicho en el
Magisterio de la Iglesia que no es lícito a los empleados del hogar quitar ocultamente a sus
patrones para compensar su trabajo, que juzgan superior al sueldo que se les da. La oculta
compensación, por los peligros y abusos a que se puede prestar, rarísima vez debe ejecutarse,
lo mejor es consultar al confesor previamente, y en general debe desaconsejarse (cfr. GS 69).
En la ley positiva los códigos, en general, no le dan luz verde a la compensación oculta, porque
supone un peligro, y es que cada uno se convertiría en juez de su propia causa..

CONCLUSIONES

 La restitución tiene un sentido especial en la teología moral. Significa un acto de justicia


conmutativa por el cual se hace estricta reparación en la medida de lo posible por un
perjuicio hecho a otro.

 Como la justicia entre los seres humanos requiere que se le entregue al otro lo suyo, se
viola la justicia al retenerle contra su voluntad razonable lo que le pertenece, y al hacerle
daño deliberadamente en sus bienes o reputación.

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 La justicia conmutativa exige que cada uno debe tener lo que le pertenece, no otra cosa;
y así lo que se había quitado se debe devolver en la medida de lo posible. Si se ha
destruido o dañado la propiedad ajena, se debe reponer el valor del daño causado. Por
lo tanto, la restitución significa la reparación de un daño, y que la reparación se haga
restaurándole a la persona perjudicada lo que había perdido y ponerlo así en su posición
anterior, o hacer la reparación que se pueda.

 Quien se halle en una necesidad extrema (en peligro de muerte o de que le sobrevenga
un gravísimo mal) es lícito tomar los bienes ajenos necesarios para liberarse de ella. La
naturaleza no confiere al hombre el derecho de apropiación, sino en aquellas cosas
necesarias para conservar la vida, pues, de lo contrario, se pondría en peligro el bien
común.

 La compensación se produce en aquellos casos en los cuales un mismo sujeto reúne la


calidad de deudor y acreedor respecto de otro sujeto, en este caso se pueden
compensar en tanto y en cuanto sean deudas y créditos.

 La oculta compensación es lícita cuando se puede reclamar lo debido directamente o


acudiendo a la ley, sin graves perjuicios, como por ejemplo: el despido, la enemistad y
el odio.

Bibliografía
Catecismo. (2 de Noviembre de 2019). Vatican.va. Obtenido de Vatican.va:
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a7_sp.html

Ghersi, C. A. (2005). Obligaciones Civiles y Comerciales. Buenos Aires: Editorial ASTREA.

GS. (2 de Noviembre de 2019). Vatican.va. Obtenido de Vatican.va:


http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html

Tomás, S. (2 de Noviembre de 2019). Dominicos.org. Obtenido de Dominicos.org:


https://www.dominicos.org/estudio/recurso/suma-teologica/

Villa, E. W. (2 de Noviembre de 2019). ESCUELA CIMA. Obtenido de ESCUELA CIMA:


http://www.escuelacima.com/septimomandamiento.html

ALVAREZ B., Carlos Arley. Tratado de moral fundamental II. Manizales, Seminario Mayor, 2010.

GLOSARIO

RESTITUCIÓN: Restablecimiento o recuperación del estado que antes tenía una cosa.

APROPIACIÓN: Acción de adueñarse una persona de cierta cosa.

COMPENSACIÓN: La devolución de una deuda pendiente con una persona o empresa.

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