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5. ¿POR QUÉ EL TÉRMINO FASCISMO ES ADAPTABLE A CUALQUIER CONTEXTO POLÍTICO-SOCIAL?

AUTOR(A): SEGURA SUYÓN, Milagros Alhelí.

“El fascismo filosóficamente era desvencijado, pero desde el punto de vista emotivo
estaba ensamblado firmemente en algunos arquetipos.”1
Cuando mencionan que “el término Fascismo es adaptable” hacen referencia al
Fascismo en esencia aquella raíz que no muta conocida como Ur-Fascismo o Fascismo
Eterno que viene a ser esa base ideológica que presenta características inmanentes a
las cuales se les agrega ciertos pensamientos variantes según el contexto político-
social.
“El fascismo fue, sin lugar a dudas, una dictadura, pero no era cabalmente totalitario, no
tanto por su tibieza como por la debilidad filosófica de su ideología. Al contrario de lo
que suele pensarse, el fascismo italiano no tenía una filosofía propia” ciertamente tiene
sentido pues el Fascismo tienes contradicciones ideológicas demostrando su pobreza y
desorganización idearía, un descoyuntamiento político e ideológico, Sin embargo, ahí
radicará su fortaleza. Esta flexibilidad ideológica será lo que le permitirá al fascismo
transformarse y propagarse en diversas regiones del mundo. Y sobre todo, permanecer.
Justamente, a partir de esta posibilidad de poder perder algún elemento de su
constitución, pero asimismo seguir siendo fascista, el autor va a considerar la existencia
de un “Ur- fascismo” un “fascismo eterno”2.
Umberto Eco afirma que: “el término Fascismo se adapta a todo porque es posible
eliminar de un régimen fascista uno o más aspectos, y siempre podremos reconocerlo
como Fascista. Pero a pesar de estas variaciones, considero que es posible indicar una
lista de características típicas de lo denomino Ur-fascismo. Tales características no
pueden quedar encuadradas en un sistema; muchas se contradicen mutuamente, y son
típicas de otras formas de despotismo o fanatismo, pero basta con que una de ellas este
presente para hacer coagular una nebulosa fascista”.
“Hubo un solo nazismo, y no podemos llamar «nazismo» al falangismo hipercatólico de
la España de Franco, puesto que el nazismo es fundamentalmente pagano, politeísta y
anti-cristiano, o no es nazismo. Al contrario, se puede jugar al fascismo de muchas
maneras, y el nombre del juego no cambia. Le sucede a la noción de «fascismo» lo que,
según Wittgenstein, acontece con la noción de «juego»3, el Fascismo es como un juego,
se le agregan pensamientos o se suprimen según el contexto pero al final sigue siendo
Fascismo quítenle al fascismo el imperialismo y obtendrán a Franco o Salazar; quítenle
el colonialismo y obtendrán el fascismo balcánico. Añádanle al fascismo italiano un anti-
capitalismo radical (que nunca fascinó a Mussolini) y obtendrán a Ezra Pound. Añádanle
el culto de la mitología celta y el misticismo del Grial (completamente ajeno al fascismo
oficial) y obtendrán uno de los gurús fascistas más respetados: Julius Evola.” 4
En conclusión Umberto Eco nos da como diez pensamientos característicos que nos
permiten detectar la continuidad de extremo político. El culto a la tradición, el
irracionalismo, el racismo, la exaltación del héroe y el machismo (expresado como un
profundo desdén hacia las mujeres y la condena a la homosexualidad) serán los ejes
básicos. De los que es interesante señalar una característica crucial: el

1
ECO, Umberto; “Ur-Fascismo O Fascismo Eterno”, pg. 46
2
MINORE, Gito; “Artículo para la Agencia Paco Urondo: Periodismo Militante”, 2019
3
ECO, Umberto; “Ur-Fascismo O Fascismo Eterno”, pg. 46
4
ECO, Umberto; “Ur-Fascismo O Fascismo Eterno”, pg. 47
acompañamiento de una parte importante de la comunidad. Tal como lo expresa “El Ur-
fascismo surge de la frustración individual o social, lo cual explica por qué una de las
características típicas de los fascismos históricos ha sido el llamamiento a las clases
medias frustradas, desazonadas por alguna crisis económica o humillación política,
asustada por la presión de los grupos sociales subordinados”5
Esta convocatoria a las clases medias, paralizadas por el miedo a las clases populares,
temor en la actualidad auspiciado por los medios masivos de comunicación, es una
clave vital para el ascenso del fascismo y toda la violencia que conlleva en nuestras
sociedades.

5
ECO, Umberto; Conferencia proferida en la “Universidad de Columbia”, Celebración en honor a la
Liberación de Europa 1995
6. ¿QUÉ ES EL TRADICIONALISMO?

AUTOR(A): SEGURA SUYÓN, Milagros Alhelí.

Es una de las características del Ur-fascismo. El tradicionalismo es más antiguo que el


fascismo. No fue típico sólo del pensamiento contrarrevolucionario católico posterior a
la Revolución Francesa, sino que nació en la edad helenística tardía como reacción al
racionalismo griego clásico.
El tradicionalismo es un movimiento filosófico y religioso que sostiene la necesidad de
una revelación divina no solo para conocimientos de tipo sobrenatural –que la teología
cristiana llama precisamente «revelados»– sino también para el conocimiento de
cualquier entidad no cognoscible por los sentidos como son la metafísica, la moral, la
existencia de Dios, la noción de ente, la inmortalidad del alma, etc6
En la cuenca del Mediterráneo, los pueblos de religiones diferentes (aceptadas todas
con indulgencia por el Olimpo romano) empezaron a soñar con una revelación recibida
en el alba de la historia humana. Esta revelación habría permanecido durante mucho
tiempo bajo el velo de lenguas ya olvidadas. Estaría encomendada a los jeroglíficos
egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de las
religiones asiáticas.
Está nueva cultura habría de ser sincrética «Sincretismo» no es sólo, como indican los
diccionarios, la combinación de formas diferentes de creencias o prácticas. Una
combinación de ese tipo debe tolerar las contradicciones. Todos los mensajes originales
contienen un germen de sabiduría y, cuando parecen decir cosas diferentes o
incompatibles, lo hacen sólo porque todos aluden, alegóricamente, a alguna verdad
primitiva. Como consecuencia, ya no puede haber avance del saber. La verdad ya fue
anunciada de una vez por todas, y lo único que podemos hacer es seguir interpretando
su oscuro mensaje. Es suficiente mirar la cartilla de cualquier movimiento fascista para
encontrar a los principales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi se alimentó de
elementos tradicionalistas, sincretistas, ocultos.
J. Elster nos dice: “La tradición, según yo entiendo, consistiría en repetir o imitar lo que
hacían nuestros antepasados. La cuestión principal de la tradición así entendida se
traduce en cómo construir una casa, cuándo sembrar y cuándo cosechar, cómo vestirse
para ir a la iglesia los domingos, etc. Las tradiciones están sujetas a cambios, a causa
del resultado acumulado de múltiples imitaciones imperfectas, a menos que fuerzas
externas impidan la desviación de la actividad en cuestión, que varía por momentos
antes que continuamente. En cambio el tradicionalismo —imitación deliberada de algún
modelo original— no está sujeto a cambios; si el tradicionalista cometió un error al copiar
un modelo, ese error no pasará a la generación siguiente, que se remitirá al original
antes que a la copia. La tradición tiene corta memoria, el tradicionalismo la tiene larga.
Generalmente el tradicionalismo está sustentado por normas sociales. La tradición suele
estar apoyada por una norma (como en el caso de decir cómo ha de vestirse uno para
acudir a la iglesia) pero no necesariamente. Una persona que se desvía de la tradición,
en cuestiones técnicas por ejemplo, es considerada por sus vecinos estúpida o
excéntrica, pero no transgresora de una norma.”7

6
Ernesto Basadonna, voz «Tradizionalismo» en la Enciclopedia cattolica, vol. XII, col. 395.
7
J. Elster, 1991, El cemento de la sociedad, p. 127.

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