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Análisis somero de Inequidades en Salud en Cartagena de Indias.

No hay sector social que refleje mejor la situación de desigualdad de una colectividad que el
de la Salud, siendo esta, la resultante de la satisfacción de las necesidades básicas o
componentes del bienestar, en cada población, familia y persona, como consecuencia del
esfuerzo mancomunado entre un gobierno legitimado, la comunidad con sus mecanismos de
control social y los sectores responsables de cada componente del bienestar.

Desde un punto de vista Integrativo, a la Salud confluyen los Componentes del Bienestar –
Seguridad alimentaria; Educación y Capacitación como mecanismo de cambio social; Vivienda
digna; Vestimenta; Equipamiento doméstico; Recreación, cultura, participación social;
Deporte formativo; Comunicación; Generación de empresa; Sostenibilidad del medio
ambiente; Seguridad ciudadana, protección social y seguridad ciudadana; Transporte y uso de
vías adecuadas; Acceso a servicios de salud básicos; - y los Condicionantes del Bienestar –
Sociales, Políticos, Económicos, Culturales, Biológicos, Ecológicos, Geográficos, Demográficos y
los Riesgos potenciales, sentidos y percibidos - de las personas, las familias y las
comunidades. El concepto de salud integrativa obliga a trabajar a los entes territoriales bajo
los criterios de eficacia gubernativa y cooperación intersetorial a fin de obtener poblaciones
sanas.

Para el manejo de estas desigualdades en salud se han hecho visibles dos enfoques que tienen
estrecha relación con el campo de trabajo de la Salud Pública: 1:“El enfoque de determinantes
sociales de la salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y 2. El enfoque de la
determinación social de la salud de la Medicina Social Latinoamericana (MSL) que concluye
en los textos que la Comisión de Determinantes de la Salud de la OMS no se cuestiona ni
demanda un cambio en las relaciones económicas y políticas globales, mientras que, por el
contrario, para la Medicina Social Latinoamericana (MSL) el propósito de avanzar en la
eliminación de las desigualdades globales pasa obligatoriamente por un cuestionamiento ético
y una re-estructuración de las relaciones de poder a escala global”. 1

En Cartagena de Indias, se sufre en silencio una grave desigualdad en términos de indicadores


de oportunidad (bajo peso al nacer, desnutrición crónica, bajo desarrollo físico, intelectual y
afectivo de nuestros recién nacidos e infantes), de acceso (atención médica inoportuna en
fase prenatal, a pacientes con enfermedades crónicas y pacientes con accidentes de trabajo y
enfermedades laborales-ATEL-) y de resultados (morbilidad sentida expresada en
prevalencia de IRA, EDA, patologías emergentes como leptospirosis, lepra, TBC, y
enfermedades crónicas. Discapacidad percibida y mortalidad materno infantil, entre otros).

Con una población de 1.013.375 habitantes según proyección del DANE 2017, la capacidad de
oferta de nuestra red hospitalaria sigue siendo baja generando un estado colectivo de
vulnerabilidad ante la poca capacidad de respuesta de nuestro sistema asistencial local en
caso de una emergencia de proporción masiva, agravada por la insuficiencia de actividades de
prevención de emergencias y desastres, y de promoción y prevención de enfermedades
comunes y de riesgos laborales, que impacten en poblaciones con estilos saludables de vida.

1 Steven Orozco A. Justicia global: sus implicaciones para el manejo de las inequidades en salud. Global
justice: implications for managing health inequities. Universidad de Antioquia. Correo electrónico:
sorozco27@gmail.com ISSN 0120-386X. Rev. Fac. Nac. Salud Pública vol.31 supl.1 Medellín Dec. 2013.
Sin alarmismos, y con conocimiento de causa, se puede argumentar que hasta las personas
con mucha solvencia económica que viven en Cartagena de Indias, muy pocas de estas
advierten las consecuencias de enfermar en esta bella ciudad a causa de un episodio agudo de
origen cardiovascular, por ejemplo, o ante un evento fortuito en zona urbana o insular.
También muchas personas se tendrían que enfrentar a la Parca en la ocurrencia de un evento
masivo de consecuencias devastadoras en una zona industrial como Mamonal, a causa de la
débil respuesta de nuestra red prestadora de servicios de salud. Por supuesto que Dios nos
ampara, Barranquilla nos apoyaría y Novus Civitas y su hospital avanzan. Pero lo que sí es
conveniente como sociedad local es que cada ciudadano que le importe la ciudad debería
entrar en acción cuanto antes para lograr una reacción positiva en cadena de la ciudadanía
adormilada con la firme intención de: mejorar la calidad de vida, defender lo público,
construir un mejor futuro y cualificar la escogencia de nuestros dirigentes políticos - que han
sido muy inferiores al reto del progreso y al compás del sector privado -.

La educación es un factor diferenciador clave, pero también está en crisis de calidad y es otro
asunto de vital importancia, pero las estadísticas de salud corroboran una realidad no
halagadora: con corte 7 de marzo de 2018, se cuenta con 6.795 personas o instituciones que
prestan servicios de salud. Hay 1.157 profesionales independientes; 5.414 IPS, 19 empresas
dedicadas a transporte especial de pacientes y 205 organizaciones con objeto diferente a la
prestación, para un total de 6.795 actores del sector. En capacidad instalada - que sirve para
medir la dimensión de la respuesta institucional ante eventos de salud individual en caso de
episodios agudos o crónicos o en ocurrencias de eventos catastróficos masivos relacionados
con el cambio climático, el azote del mar, la imprevisión de algunas empresas del sector
industrial petroquímico, los inminentes deslizamientos en el cerro de la popa o incendios
mayores, tenemos una oferta disminuida de: 86 ambulancias – 37 básicas y 49 medicalizadas -
; 12 empresas dedicadas a apoyo diagnóstico y complementación terapéutica con oferta de 79
sillas de quimioterapia; 140 sillas de hemodiálisis; hay 261 IPS con 2.952 camas distribuidas
así: Camas adultos: 1.207; Cuidado agudo mental: 7; Cuidado básico neonatal: 54; UCI adulto:
227; UCI neonatal: 91; UCI Pediátrica: 46; UC Intermedios Adulto: 125; Intermedio Neonatal:
87; Intermedio Pediátrico: 19 e Intermedio Mental: no hay oferta; camas de
farmacodependencia: 105; Paciente crónico: 166; Obstetricia: 210; Pediátricas: 222;
Psiquiátricas: 270 y Salud mental: 36. Existen además, 16 salas de partos; 151 salas para
procedimientos menores y 88 quirófanos.

Según datos del Banco Mundial, en 2012, Colombia tenía 1.5 camas por 1.000 habitantes;
Argentina: 4,7; Cuba: 5.3; Mónaco: 13.8; Brasil: 2,3. La OMS recomienda que en poblaciones
superiores a 100.000 habitantes se deba tener de 4 a 4.75 camas por 1.000 habitantes. Eso
indica que Cartagena con un Indicador de 2.9 camas por 1.000 habitantes está por debajo del
indicador deseable. La mayoría de indicadores están por debajo de la media internacional en
comparación con países empobrecidos por la corrupción o países en vía de desarrollo o que
hacen parte del OCDE. En términos de capacidad de resolución quirúrgica se cuenta con 0,086
quirófanos por cada 1.000 habitantes; y así sucesivamente para cada servicio; en UCI adultos
hay una insuficiencia del indicador de 0,22 camas por 1000 habitantes; 0,21 camas de
pediatría por cada 1000 habitantes; 0,30 camas para enfermedades mentales por 1000
habitantes; y así sucesivamente… de igual forma, se generan indicadores negativos en
oportunidad de la atención de enfermedades crónicas como la insuficiencia renal, infarto del
miocardio, diabetes, cáncer, Alzheimer o degenerativas.
Ni siquiera se tienen en cuenta las fallas del mercado, la saturación diferencial del segundo y
tercer nivel de complejidad en la atención de salud, los mecanismos inoportunos de pago de
las aseguradoras a los prestadores o la ausencia en Cartagena de sub especialistas en algunas
áreas como ortopedia oncológica, urología oncológica, cirugía de base de cráneo, cirugía
neuropediàtrica u otología que prefieren otras ciudades de mayor progreso en salud como
Bogotá, Medellín, Cali o Barranquilla, variables que enturbian aún más el diagnóstico
situacional del sector salud cartagenero. Y mucho menos tocamos los desvíos de dinero de
salud a raíz de los escándalos de corrupción en las alcaldías de Vélez Trujillo y Manolo Duque
aparecidos en los medios, o la inversión no priorizada en infraestructura física de CAPS y
UPAS de la ESE Hospital Local Cartagena de Indias, ni analizar en profundidad el impacto de la
inversión del Sistema General de Participaciones – SGP - y los dineros de regalías en sector
salud. Esto le corresponde a la Contraloría General, Fiscalía y demás Asustadurías.

No es broma, es agudeza mental, al escuchar a Juan Gossaín Abdala cuando dijo que el mejor
hospital de Cartagena es el Aeropuerto Internacional de Crespo para “huir” en caso de
enfermedad ante la triste realidad del sector salud y su poca capacidad de resolución lo que
denota que todos los que vivimos en La Fantástica, estamos en riesgo moderado y vulnerables
en caso de llegar a necesitar una cama de UCI, una sala para una urgencia vital, tener un
accidente de tránsito, padecer de un infarto del miocardio o sufrir de algún episodio agudo
que ponga en peligro nuestras vidas. ¡Dios nos proteja por segunda vez!

Para terminar, se propone como instrumento de planeación y alternativa de solución inicial la


creación de un Observatorio del Sector Salud en Cartagena, auspiciado por Universidades
públicas y privadas interesadas y gremios de la producción, para generar una instancia de
análisis, resolución de problemas y control social orientado a resultados.

Muchas gracias por su tiempo.

ARMANDO LUJÁN SALCEDO.


Odontólogo Cirujano. UDEC
Magíster en Administración. UNAL
cirucartagena@gmail.com

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