“No te dejes urbanizar la conciencia.
No olvides que eres un milagro
¡ABORTO!
TABÚ, DERECHO Y VOLUNTAD

-Steven Gärtner-
N uestra constitución política, el gran acuerdo de paz
de 1991, establece la vida como derecho
fundamental con el agregado de ser llevada dignamente,
esto es, con el mínimo de condiciones que requiere
para“la posibilidad real y efectiva de gozar de ciertos
bienes y servicios que le permiten a todo ser humano
funcionar en la sociedad según sus especiales condiciones
y calidades, bajo la lógica de la inclusión y de la
posibilidad de desarrollar un papel activo en la
sociedad”.1 Pero más allá, está la dignidad como límite
del campo de acción del legislador quien debe procurar en
sus decisiones, las leyes que ayuden a la materialización
de derechos como estos, tanto de los que en su calidad
humana cuentan con una vida, como de la vida misma que
se encuentra en gestación.
Ahora bien, cuando se menciona la palabra aborto, se
tiende a pensar en todo lo contrario a lo anterior, pues a
primera vista se estaría tratando un hecho que tiene como
consecuencia la aniquilación de un ser al que la naturaleza
ha formado, por otro ser que busca no dejarle ver la luz,
ni respirar el aire.
Pero existen circunstancias en las cuales este
procedimiento es tomado como opción legítima, puesto
que el ser que viene en camino puede poner en inminente
peligro a la madre gestante, o cuando aún si se le
permitiere nacer, problemas genéticos en el feto le
afectarían de forma tal su futuro desarrollo, haciendo de
su existencia una completa indignidad.
¿Y en donde queda entonces el derecho, en el mero
papel?
Es aquí donde surge la contradicción, pues aunque tales
derechos son tutelados por el Estado, lo son en distinta
proporción a cada momento y en cada etapa de la vida
humana. Así, las penas impuestas por el homicidio de un
1
Sentencia Corte Constitucional T-227/2003
con pantalones. Mas nunca es tarde, ni todo será consumado, si
comprendes una cosa: que posees el secreto de la Naturaleza, que
estás vivo, y eres el hijo predilecto de las estrellas
.
Tu vida es bella, tu vida es santa, y la salvación está en el mundo. Yo
te amo desde el fondo de mi desesperación, pero también sería
capaz de odiarte si eres la amenaza y la negación de la vida. Por eso
te recuerdo la única verdad que merece ser recordada, y es esta:
hoy o mañana vas a morir, solo y sin esperanzas como se mueren
los vivos. Pero sé de una cosa que derrota a la muerte, y esa cosa es
tu propia vida.
Gonzalo Arango, “El sermón atómico”
niño serán más duras que por el de un adulto y a su vez
ambas que por un nonato. Pero en cualquiera que sea el
contexto, es en realidad el acto de voluntad de la mujer
embarazada el que define la suerte del ser que lleva
dentro de sí, aunque dicho acto vaya más allá de los
límites jurídicos, las creencias populares o los prejuicios
morales.
Es un reto no pequeño el que asume el Estado al poner un
derecho fundamental en tela de juicio ante la opinión
pública y con mayor razón en un país con una historia
marcada profundamente por la influencia del catolicismo
conservador, pero también por un pasado de pobreza y
violencia de un pueblo machista y en algunos casos
endogámico a pesar de lo tabúes macondianos.
Exponer, solicitar y demandar que el derecho a
interrumpir la gestación sea tutelado jurídicamente,
parece entonces ser parte del proceso de reconocimiento
de que sólo lo divino sería lo perfecto; que existe un
derecho también fundamental que garantiza el libre
desarrollo de la personalidad, dándole a la mujer la
potestad, sobre casos precisos, para decidir frente a la no
vida; y que existe un grave problema de salud e
ignorancia pública ante la alta tasa de mortalidad de
mujeres de todas las clases sociales por cuenta de clínicas
clandestinas en las que se practican procedimientos
abortivos.
Es en resumen, el reconocimiento de los derechos
sexuales y reproductivos como derechos humanos y no
como simples instrumentos patriarcales de procreación y
reproducción de la especie, en concordancia con el
proceso de emancipación de la mujer, la equidad de
género en el marco de la denominada justicia social.
Es pues mediante el impulso del malestar social y los
ruegos de los grupos feministas, el ejercicio legislativo 2 y
el aval de la Corte Constitucional, que se logra en el año
2006 la resolución de un dilema de interpretación jurídica
para darle vía libre, mas que a la despenalización del
aborto, a la aclaración de los casos en los cuales el poder
punitivo del Estado debía abstenerse de ser aplicado en
cumplimiento del principio de legalidad el cual dicta que
para los particulares todo aquello que no esté
expresamente prohibido por una norma jurídica, le está
implícitamente permitido. Esto se debe a que el aborto no
se encontraba formalizado como delito, pero ante este
conflicto operaba el principio de protección a la vida en
oposición a estás prácticas.
Son entonces tres los casos en los que el aborto no
constituye delito ahora en Colombia:
“(I) Cuando la continuación del embarazo constituya
peligro para la vida o la salud de la mujer, certificada
por un médico; (II) Cuando exista grave malformación
del feto que haga inviable su vida, certificada por un
médico; y, (III) Cuando el embarazo sea el resultado de
una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de
acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo
o de inseminación artificial o transferencia de óvulo
fecundado no consentidas, o de incesto.”3
Aunque las vías legales se han facilitado, es difícil aún
indagar en este tema puesto que existen médicos y centros
hospitalarios que alegando indiscriminadamente el
supuesto derecho de objeción de conciencia, se niegan a
prestar este servicio que les es obligatorio en los casos
pertinentes.
Lo único que esto ha generado es un “trancón” judicial
por alta cantidad de recursos interpuestos por víctimas de
abuso sexual (acceso carnal no consentido) en su mayoría.
Pero lo cierto es que tal objeción de conciencia es
positivamente un derecho, sólo si se desprende de una
convicción religiosa suficientemente fundamentada y no
de una mera opinión subjetiva, a lo cual se sigue que otro
médico practique el procedimiento.
Pero yerran las clínicas y centros de salud al asumirse esta
postura como política, ya que como personas jurídicas que
son, carecen del ejercicio de derechos que son inherentes a
los ciudadanos de a pie.
2
artículo 122 de la Ley 599 de 2000
3
Sentencia C-355 de 2006
Esta es una conducta negligente que puede acarrear
consecuencias penales. Pero ante todo se debe tener
presente el tema de lo prohibido; del tabú cultural que se
ha colado en la mente de la gente a través de la imposición
de conceptos inmanentes e inalterables como leyes
herméticas. El régimen de una moral del miedo, de la
miseria y del camino difícil ante la acusación del prójimo
cuyo castigo se ve reflejado en la discriminación,
acusación y aislamiento tanto de quienes osan cruzar esta
muralla como de quienes en su racionalidad la toleran.
La sociedad es una moneda de dos caras; por un lado
acuden a las buenas costumbres y a su moral del miedo
abonando así indulgencias celestiales. Mientras al reverso
con grandes y vistosos gravados se muestra su
indiferencia y peor aún, la tolerancia persistente del
maltrato y violencia a la mujer. Las legislaciones
modernas se han concentrado en tratar de influir en la
trascendencia de la sociedad por medio de tratados y
acuerdos internacionales que obligan a los Estados a crear
las condiciones adecuadas de igualdad, incluso en materia
legislativa, sobre la base de sentar oportunidades y la
protección especial para la mujer del misógino trato
bipolar, con duras sanciones ante su incumplimiento.
Son múltiples los compromisos adquiridos que reconocen
que el embarazo forzado es un crimen contra la
humanidad. Como ejemplo se puede evidenciar en la Ley
248 de 1995 la dureza e importancia con la que se es tratado
este asunto, por medio de la cual “se aprueba la
Convención Internacional para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer, suscrita en la
ciudad de Belem Do Para, Brasil, el 9 de junio de
1994.”:
“Artículo 1°.-… debe entenderse por violencia contra
la mujer cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño, o sufrimiento físico,
sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito
público como en el privado.”
“Artículo 2° Se entenderá que violencia contra la mujer
incluye la violencia física, sexual y psicológica: …c)
que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus
agentes, dondequiera que ocurra”
“Artículo 3.- toda mujer tiene derecho a una vida libre
de violencia, tanto en el ámbito público como en el
privado.”
“Artículo 4° Toda mujer tiene derecho al
reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos
 los derechos humanos…Estos derechos comprenden, la sociedad y que sólo con la debida educación se puede
entre otros: a) El derecho a que se respete su vida; b) lograr… como el rompimiento de un tabú.
El derecho a que se respete su integridad física,
psíquica y moral; el derecho a la libertad y a la
seguridad personales; el derecho a no ser sometida a
torturas e) el derecho a que se respete la dignidad
inherente a su persona y que se proteja a su familia f)
El derecho a igualdad de protección ante la ley y de la
ley;…”
.
“Artículo 7°.- Los Estados parte condenan todas las
formas de violencia contra la mujer y convienen en
adoptar, por todos los medios apropiados y sin
dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y
erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo
siguiente: a) abstenerse de cualquier acción o práctica
de violencia contra la mujer…c) incluir en su
legislación interna normas penales, civiles y
administrativa así como de otra naturaleza que sean
necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer y adoptar las medidas
administrativas apropiadas, que sean del caso e) tomar
las todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas
de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y
reglamentos vigentes, o para modificar prácticas
jurídicas o consuetudinarias que respaldan la
persistencia o la tolerancia de la violencia contra la
mujer”. 4

En fin, se trata de hacer prevalecer los derechos de quienes

ya han nacido sobre aquellos que no. De tratar la
prohibición absoluta del aborto como un medio de tortura
legalizada y legitimada por una moral metafísica, ciega,
hostigadora y falsa; De aceptar que el pensamiento del
tiempo actual exige deshipotecarle el país al corazón de
Jesús y a cualquier otro ícono que se interponga como
“pero” para la defensa y ejercicio de los derechos
humanos, porque la atadura a cualquier doctrina por más
noble e ilustre que se haga parecer, puede confundir en vez
de iluminar y dividir en lugar de converger.

Que no es lo mismo aborto que infanticidio ni la

masturbación un vicio con fines genocidas. Que ya son 193
los países que lo han despenalizado o autorizado de forma
parcial o total, y que Colombia no se puede quedar por
fuera. Y lo más importante, que es no obstaculizar el
conocimiento temprano de la salud sexual y reproductiva
(y a cualquier clase de conocimiento), de los métodos de
prevención y anticoncepción, y ante todo del respeto a las
decisiones libres e importantes que no van en desmedro de
4

http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley/199
5/ley_0248_1995.html