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Componentes directos:
Ciudadanos argentinos
Punto cero:
Las primarias en Argentina son obligatorias para todos los ciudadanos de entre 18 y 70
años. Como todos los partidos y alianzas ya habían elegido a sus candidatos, ayer no
hubo competencia interna. Este resultado se entiende, entonces, como un buen
simulacro de lo que sucederá en las próximas elecciones generales del 23 de octubre.
El país vivió ayer una nueva jornada sombría, con la ciudad de Buenos Aires bloqueada
por manifestaciones y con fuertes turbulencias en los mercados financieros. Con el
dólar de nuevo en 60 pesos, el Banco Central se vio obligado a adoptar medidas de
emergencia para frenar la depreciación de la moneda: restringió la financiación en
pesos a las grandes empresas exportadoras, para forzarlas a vender divisas.
Según algunos analistas, esta amplia diferencia entre Macri y Fernández es muy difícil
de revertir. Alrededor del 70% de la población acudió a las urnas para votar entre diez
listas de candidatos a presidente y vicepresidente. El próximo mandato presidencial
iniciará el 10 de diciembre.
Un día después de este resultado, el valor del peso argentino tuvo una caída histórica.
Al cierre de la jornada, la Bolsa de Buenos Aires cayó hasta un 30%, mientras que el
peso argentino se depreció un 24% frente al dólar. Macri atribuyó el derrumbe
financiero a la falta de “credibilidad” de su oponente, el izquierdista Alberto Fernández.
Para revertir esta situación, a través de un mensaje televisado, Macri anunció una serie
de medidas económicas para intentar frenar la crisis en los mercados financieros, que
tiene lugar desde el pasado lunes. Entre ellas, prometió aumentar el salario mínimo
por segunda vez en el año, lo cual beneficiará a dos millones de personas, lo cual aún
no se ha definido. Cabe indicar que el suelo mínimo en dicho país bordea los 210
dólares.
Ante este panorama, Fernández señaló que la devaluación del peso argentino es
“razonable”, por lo que recomendó al actual gobierno “preservar las reservas”. En
entrevista con una radio local, el peronista se refirió a la economía nacional luego de
sostener una conversación vía telefónica con el jefe de Estado, Mauricio Macri. Allí,
ambos acordaron llevar “tranquilidad a los mercados”. Por otro lado, afirmó que, de ser
elegido presidente en los comicios de octubre, adaptaría las políticas “buenas” del
kirchnerismo (que gobernó durante 12 años) y del propio Macri para sacar adelante a
Argentina.
Macri respaldó a Hernán Lacunza, quien ocupa ahora el cargo de ministro de Hacienda.
Lacunza ingresó tras la renuncia de Nicolás Dujovne, luego de una semana marcada por
una fuerte caída del peso argentino y la Bolsa de Buenos Aires. A través de un
comunicado, Dujovne sostuvo el sábado 17 que, debido a las circunstancias, el
gobierno de Macri “necesita una renovación significativa en el área económica”. Los
diarios locales pronosticaban esta situación desde el jueves 15. En tal sentido, el jefe de
Estado expresó que Lacunza es “la persona indicada para esta nueva etapa”, al tiempo
que valoró su “capacidad” y “honestidad”.
Si Fernández gana la Presidencia, deberá lidiar con una economía en recesión, una alta
inflación y una pobreza que castiga a un tercio de los argentinos. Además, deberá
manejar delicadamente la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del
que Mauricio Macri recibió un préstamo por 57.000 millones de dólares a cambio de
una serie de compromisos que algunos analistas consideran difíciles de respetar, como
lograr un superávit fiscal primario del 1% en 2020.
Fernández fue jefe de Gabinete del expresidente Néstor Kirchner entre 2003 y 2007 y
durante el primer año de la gestión de su sucesora y viuda, Cristina Fernández de
Kirchner, por lo que los inversores lo relacionan con las políticas intervencionistas de
entonces.