Está en la página 1de 7

Inteligencia emocional

El psicólogo Edward Thorndike, en el año 1920 y bajo el término inteligencia social, estableció las
bases “para comprender y dirigir a las personas y actuar sabiamente en las relaciones humanas”.

Sin embargo, el mayor precursor es el psicólogo estadounidense Daniel Goleman quien en 1995
publicó el libro Emotional Intelligence. Según Goleman la inteligencia emocional nos sirve para:

- Tomar conciencia de nuestras emociones.

- Comprender los sentimientos de los demás.

- Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.

- Acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.

- Adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo
personal.

- Participar, deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico y de paz.

Para la coach Sylvia Ramirez, la inteligencia emocional consiste en la administración de las


emociones y establecer qué tan útil es sentirse de una manera frente a cada situación.

“Es algo que todos podemos desarrollar, el rol de los padres o jefes es clave, si ante cualquier
eventualidad esa figura de autoridad se descontrola, los hijos o empleados van a creer que es
correcto reaccionar así. En cambio, si se enseña a hacer una pausa para reconocer la emoción y a
continuación decidir qué hacer, todos ganaríamos mucho en inteligencia emocional”, indicó
Ramírez.

La inteligencia emocional, sostiene Ramírez, también ayuda a tomar mejores decisiones y


fundamentalmente, para ganar poder personal y para evitar que pequeños desafíos se vuelvan
problemas fuera de control.

CLAVES

TRES TIPS PARA TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

1 Asegurarse de entender bien cada sentimiento u emoción. (Es frecuente que las personas
confundan miedo con rabia, por ejemplo).

2 No usar nunca la emoción como justificación para maltratar a otro. (”Tengo rabia, puedo decir lo
que quiera para desahogarme”).
3 Siempre preguntarnos “¿es útil sentirme así en este momento?”, “¿adónde me va a llevar esta
emoción?”

MARISOL VALDÉS ÁNGEL

Comunicadora social-periodista de la U. Católica de Pereira, con experiencia en medios digitales.


Me interesan los proyectos transmedia. Periodista en el ELCOLOMBIANO.COM.

¿Qué permite la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los
sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo,
acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos
brindará mayores posibilidades de desarrollo personal. Daniel Goleman explicaba que el éxito de
una persona no dependía en un 100% de su coeficiente intelectual o de sus estudios académicos.
Lo que más importa es el nivel de inteligencia emocional. La inteligencia emocional, tal y como lo
señala Goleman, es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así
manejar bien las emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean.

Las reglas en el mundo laboral están cambiando, las personas ahora son juzgadas en base a un
nuevo canon: no sólo cuán inteligente, entrenado o experimentado se es, sino también cuán bien
pueden manejarse a sí mismos y a los demás. Las personas con una alta inteligencia emocional no
necesariamente tienen menos emociones negativas, sino que, cuando aparecen, saben manejarlas
mejor. Tienen también una mayor capacidad para identificarlas y saber qué es exactamente lo que
están sintiendo y también una alta capacidad para identificar qué sienten los demás. Al identificar
y entender mejor las emociones, son capaces de utilizarlas para relacionarse mejor con los demás,
tener más éxito en su trabajo y llevar vidas más satisfactorias

Para conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de obtener determinados fines,
se necesita desarrollar cinco habilidades:

Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates “conócete a ti mismo” se refiere a esta
pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un
sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de
las emociones incontroladas.

Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se
expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones.
La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones
interpersonales.

Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y
motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación
consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse,
manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar
gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos
objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en
las actividades que emprenden.

Reconocer las emociones de los demás: Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se
basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las
personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás
necesitan o desean.

Establecer relaciones: El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la
habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que
conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que
dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los
demás.

Actualmente son muchas las empresas que están invirtiendo mucho dinero en formar a sus
trabajadores en Inteligencia Emocional. Y esto es así porque se han dado cuenta de que la clave
del éxito, la clave de las ventas, está en el grado en el que los trabajadores de una empresa
conozcan y controlen sus emociones. Tanto el trabajo como el aprendizaje son sociales. Las
organizaciones son redes de participación. Para lograr un desempeño efectivo en los trabajadores
del conocimiento, la clave está en inyectar entusiasmo y compromiso, dos cualidades que las
organizaciones pueden ganar, pero no imponer. Solamente los trabajadores que deciden
participar, los que se comprometen voluntariamente con sus colegas, pueden crear una compañía
ganadora.

El nivel colectivo de inteligencia emocional de una organización determina el grado en que se


realice su grado de capital intelectual y su desempeño general. El incremento de las presiones
competitivas otorga nuevo valor a las personas automotivadas, que tienen iniciativa, deseos de
esmerarse u optimismo suficiente para tomar con calma los contratiempos y los obstáculos. Ante
la permanente necesidad de servir bien a compradores y clientes, y de trabajar con creatividad
estable en grupos de personas cada vez más diversas, las capacidades empáticas resultan más
esenciales. La demanda de inteligencia emocional no puede menos que elevarse, según las
organizaciones dependan cada vez más de los talentos y la creatividad de trabajadores. La buena
noticia, resalta Goleman, es que “la inteligencia emocional se puede aprender. Individualmente,
podemos añadir estas habilidades a nuestro equipo de herramientas, a fin de sobrevivir en una
época en la “estabilidad laboral” es incierta”

Edrisi Encarnación

https://www.eoi.es/blogs/mintecon/2014/04/28/la-inteligencia-emocional/
Está demostrado que el 65% del éxito laboral se debe a un buen uso de la inteligencia emocional,
no sólo contigo mismo sino con los demás aplicando la empatía, poder influir en otro o incluso
poder persuadir.

Por todo ello, es de vital importancia en el ámbito laboral, saber resolver conflictos, establecer
consensos, convencer a otros, reconocer las ideas de los demás, trabajar en equipo y saber
expresar lo que piensas sin desaprobar lo que piensan o hacen los demás.

Para poder aplicar bien la inteligencia emocional en el trabajo, es importante tener en cuenta
que:

Saber equilibrar la inteligencia emocional en el trabajo, basándose en:

Analizarse uno mismo, para saber qué cosas te pueden hacer reaccionar emocionalmente y de
qué manera, para tratar de mejorar y cambiar esas reacciones.

Aprender a escuchar, que no es lo mismo que oír. Hay que saber escuchar cuando un compañero
plantea un problema, y si dudas se pregunta para aclarar. Esto te ayudará a tomar decisiones
concretas y claras.

Saber interpretar el lenguaje corporal de los demás. No siempre las palabras coinciden con lo que
dice el cuerpo, la mirada o los gestos. Ello puede ir en tu contra.

Saber qué cosas te causan estrés. Te servirá para evitar esas emociones repentinas que puedan
frustrar tu día o tu trabajo.

La empatía: tener la capacidad de ponerse en el lugar de otro, para poder saber cómo puede
influenciar lo que digo sobre la inteligencia emocional del otro y su impacto.

La auto conciencia: es la capacidad para auto controlarse, controlar tus emociones y reconocer tus
debilidades y fortalezas.

La auto motivación: tener fe en uno mismo, en lo que es capaz de lograr para así poder convencer
a los demás.

Las habilidades sociales: serás más competente si logras relacionarte efectivamente con los demás
para inducirlos a la acción requerida.

La auto regulación: capacidad de saber repasar lo que ha podido ocurrir, analizar las propias
acciones y los resultados para poder pensar en una respuesta diferente y mejor, para la próxima
vez que ocurra.

Tener una inteligencia emocional fuerte: es la clave para el éxito laboral. Es fundamental aprender
a contener las emociones y actuar racionalmente frente a cualquier situación de trabajo. Esto es
valorado por las otras personas.

Para aplicar bien tu propia inteligencia emocional en el trabajo, cabría destacar:

 Hay que saber contener las emociones en el trabajo. Debe estar por encima de las
emociones la racionabilidad.
 Si no puedes corregir tus actitudes erróneas frente al trabajo, acude a un profesional.
 Hace falta un trabajo constante para lograr un buen manejo de las emociones.
 Para sacar el estrés hay que practicar alguna actividad, física o de meditación, que te
ayude a evadir emociones negativas.

Como conclusión, es importante diferenciar entre una actitud optimista y una pesimista, radica en
el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades
nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar
soluciones, ventajas y posibilidades.

https://www.obs-edu.com/int/blog-investigacion/tendencias-e-innovacion/la-influencia-de-la-
inteligencia-emocional-en-el-ambito-laboral

La importancia de la inteligencia emocional

Muchos niños y adolescentes problemáticos en la escuela son calificados erróneamente como


“tontos”, cuando en realidad su problema no es de corte cognitivo, sino emocional: tienen
dificultades para manejar sus emociones e impulsos. Y es que todo nuestro pensamiento está
orientado hacia mantenernos en un confort emocional. Si no nos sentimos bien, por muy
racionales que puedan parecer las circunstancias para convencernos de lo contrario, no estaremos
en condiciones de encontrar un equilibrio.

En una sociedad donde el raciocinio parece dominar cada vez más sobre las emociones, es básico
tener en cuenta la importancia de la inteligencia emocional, que juega un papel más primordial
incluso que el cerebro racional. Sin embargo, en los sistemas educativos rara vez se le da prioridad
a la educación emocional. No estamos educados para a observar lo que sentimos y, por lo tanto,
no sabemos cómo actuar ante nuestros sentimientos de forma efectiva.

“Es muy importante entender que la Inteligencia Emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es


el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas”

-David Caruso-

Con todo lo expuesto, apreciamos la importancia de la inteligencia emocional. A través de ella


logramos motivarnos, controlamos nuestros impulsos, regulamos los estados de ánimo y
empatizamos con con los demás. Nos permite no solo convivir con quienes nos rodean, sino
sobrevivir. Es, en fin, la que controla gran parte de quiénes somos.

Andrea Aguilar- Calderon

Licenciada en Periodismo por la Universidad Federada de Costa Rica. Escritora, periodista y


filóloga.

Su primera novela “Sobre el caballito de madera” se publicó en España y ganó el VIII Premio
Internacional de Literatura de Viajes Ciudad de Benicàssim 2012.
En Costa Rica ha ganado el concurso «Letra Joven» en tres ocasiones (1995, 1997 y 1999), así
como el certamen literario «Letra Nova» (2005) en las categorías de cuento y de ensayo.

 Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González
Origen del concepto “INTELIGENCIA EMOCIONAL”

https://comunicacionorganizacional2013.files.wordpress.com/2013/04/grupo-1-inteligencia-
emocional.pdf

PNL

https://freehomebook.blogspot.com/2017/08/descarga-gratis-pnl-para-dummies-de.html

También podría gustarte