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1era de conrintios capitulo versículos 1-13

El mayor de los dones

1 Corintios capítulo 13 Pablo analiza la excelencia de la caridad —


La caridad, el amor puro, sobrepasa y excede a casi todo lo demás.

Versículos .1-13

1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo


a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.

Tenemos la certeza que aquí las "lenguas angélicas" significan


elocuencia. Nunca hemos escuchado hablar a un ángel, pero
pensamos que Pablo sí los escuchó. Es que la elocuencia más
grandiosa, sin amor, no significa absolutamente nada. El Dr.
Scroggy lo expresó de esta manera: "El idioma sin amor es como un
ruido sin melodía". Y el Dr. McGee dijo: "Parlotear sin caridad es
como un ruido sin alma". Usted puede cantar como un serafín, pero
sin amor, no se diferenciaría de un sonido infernal. El amor es lo
que da sentido, profundidad y realidad, y hace que la elocuencia
resulte significativa, que tenga sentido

2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y todo


conocimiento, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los
montes, y no tengo caridad, nada soy.

El primer versículo hablaba del amor tal como surge del corazón, y
aquí en el versículo 2, surge de la mente, y es el amor como un acto
del intelecto. El conocimiento solo no es suficiente. El amor debe
añadirse a ese conocimiento. La inteligencia sola no es bastante. El
amor debe acompañar a esa inteligencia. Ésta es la triste condición
en que se encuentran algunos cristianos en la actualidad. Tienen un
conocimiento de la Biblia, una comprensión de las verdades de la
Biblia, pero demuestran tener una falta de amor.

3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si


entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me
sirve.

Este amor es un acto de la voluntad. O sea que el amor implica al


corazón (v.1), a la mente (v.2) y a la voluntad (v.3). El amor es un
fruto del Espíritu Santo. Aunque debemos desear intensamente los
mejores dones, ellos han de ser ejercitados, llevados a la práctica
con amor, y sólo el Espíritu de Dios puede lograrlo.

Permítanos mirarlo de esta manera. Usted puede escribir una lista


de ceros. El primer cero representa la elocuencia; el segundo la
profecía; el tercero el conocimiento; el cuarto la fe; el quinto el
sacrificio; el sexto el martirio; todos estos ceros siguen sin ser nada
más que ceros. No equivalen a nada. Pero si usted coloca un
número uno a la izquierda de esa fila de ceros, entonces cada uno
de los ceros adquiere un valor. Estimado oyente, el amor es el
elemento que necesito ser añadido a cada uno de los dones del
Espíritu. Sin el amor, un don resulta inútil, no tiene ningún valor.

4 La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la


caridad no se jacta, no se envanece.

El amor es sufrido, eso quiere decir que es paciente y amable. El


amor resulta imposible sin la bondad. El amor sin bondad es como
una primavera sin flores, un fuego sin calor. Recordemos lo que dijo
el apóstol Pablo, en su carta a los Efesios, capítulo 4, versículo 32;
dice: "Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo". Usted puede notar pues, que ése es el lado
positivo. Y ahora vamos a ver el lado negativo.

Dice además aquí, el amor no tiene envidia. Es decir, se conforma


con lo que tiene. Todos sabemos que la vida en el día de hoy está
llena de desigualdades. Algunas personas son ricas, tienen
muchísimos recursos y, a veces algunos creyentes dicen: "¿Por
qué Dios bendice a esa persona con tanta riqueza y no me da algo a
mí?" Bueno, el amor reconoce que existen desigualdades sociales y
las acepta, se muestra satisfecho con lo que tiene. Recordemos que
la primera muerte en el mundo fue causada por la envidia, cuando
Caín mató a su hermano.

Haremos bien en reflexionar sobre el ejemplo de Juan el Bautista,


que no sintió envidia cuando el ministerio de Jesús aumentaba en
popularidad entre el pueblo. En el evangelio según San Juan,
capítulo 3, versículo 30, el dijo del Señor Jesucristo: "Es necesario
que él crezca, pero que yo disminuya". Cuando consideramos que
cada uno de nosotros tiene una porción diferente en la vida, y cada
uno tiene una función diferente que cumplir para el Señor,
debiéramos recordar las palabras de Jesús a Pedro, en Juan 21:22,
hablando del apóstol Juan: "Si yo quiero que él se quede hasta que
yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú, sígueme". Bacon dijo hablando de la
envidia, que es el sentimiento más vil y lo más depravado de todas
las cosas.

Tenemos un buen ejemplo de un hombre que tuvo afecto por otro y


que nunca lo envidió, ese fue Jonatán. Aunque él era el príncipe de
la corona, nunca le tuvo envidia a David, aun sabiendo que éste
ocuparía el trono en lugar suyo.

Ahora, leemos aquí que El amor no es jactancioso. O sea que, no


hace alarde ni ostentación de sí mismo. Hay cierta vulgaridad en
cuanto a la jactancia.

Ahora, dice aquí el resto del versículo: El amor no se envanece, no


es arrogante. Quiere decir, que no está viajando en el aire. Que no
está inflado y, repentinamente, se queda sin aire. Y cuando el aire
ha salido, no queda nada porque, en realidad, no había nada
5 no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no
piensa el mal;

Ahora, también leemos que el amor no hace nada indebido,


indecente. Quiere decir que no actúa de forma peculiar, extraña.
Usted sabe que en la carta del apóstol Pedro, se nos ha dicho que
nosotros los creyentes, somos personas escogidas, algo especial.
Pero que no debemos actuar de una manera extraña, rara, con
brusquedad. Debemos practicar la cortesía, actuar
respetuosamente, con educación. Quiere decir que nosotros
debemos hacer uso de la cortesía hoy, no debemos ser rudos. No
debemos actuar como personas extrañas. En nuestros días
tenemos mucho de lo que se considera religión sin amor. Pero el
amor no se comporta indebidamente.

Ahora, continuamos leyendo que el amor no busca lo suyo. Es decir


que trata de averiguar sobre los motivos. Y se pregunta: ¿Por qué
estoy haciendo esto? Debiéramos examinarnos a nosotros mismos,
investigando nuestros propios motivos. ¿Lo estoy haciendo por
amor a Cristo? Eso es lo importante. Ése es el secreto de nuestro
servicio.

También vemos que el amor no se irrita. O sea que, no tiene un mal


temperamento. El ser provocado es el vicio de los virtuosos. Y
parece que ése es el defecto de muchos de nosotros en la
actualidad.

Ahora, vemos también que el amor no guarda rencor. Hay muchos a


quienes les gusta arrojar tierra, suciedad sobre otros, por medio del
cotilleo, y son muy sugerentes en la manera en que hacen
comentarios sobre los demás.

6 no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad;

Qué es lo que alegra su corazón, estimado oyente? ¿Lo malo o lo


bueno? Debería ser lo bueno. Si usted oye algo malo sobre alguien
a quien considera enemigo, o que no le cae bien, ¿se alegra usted?
o ¿le entristece que su enemigo sufra
7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Ahora, dice aquí que el amor todo lo sufre. Esto transmite la idea de
protección. Es como poner una sombrilla sobre los demás. También
dice que el amor todo lo cree. Eso no quiere decir que el amor es
insensatamente crédulo, pero sí quiere decir que el amor no mira a
la gente con sospecha.

Y escuchemos lo siguiente: el amor todo lo espera. Éste es el


optimismo del amor.

Todo lo soporta. O sea que, permanece fuerte y firme en medio de


las pruebas.

De aquí aprendemos que el amor es un nombre abstracto, pero que


no debe permanecer abstracto, sino transformarse en algo
concreto. Debe traducirse en vida y acción. Debe expresarse en
acción por medio de la paciencia, la bondad, sin envidia y sin
jactancia. Y ahora llegamos al versículo

8 La caridad nunca deja de ser; mas las profecías se acabarán, y


cesarán las lenguas, y el conocimiento se acabará;

El amor nunca deja de ser. Es por eso que al final del capítulo, en el
versículo 13 dice: "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el
amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor". O sea que, el
amor es permanente.

9 porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

10 más cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se


acabará.

Explicación del nueve y diez

O sea que nuestro conocimiento es incompleto, e incompleta nuestra


profecía. Pero tocarán a su fin cuando venga lo que es perfecto..
11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,
juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara


a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui
conocido.

Explicación del once y doce

Muchas personas dicen: ¿Podré conocer a los que amo cuando esté
en el cielo? Por supuesto que sí, estimado oyente. Y ¿cuál es la
prueba Bíblica de esa afirmación? Hemos leído que ahora vemos
por espejo oscuramente, veladamente. Usted nunca ha podido
verme a mí realmente. Muchos de ustedes nunca me han visto.
Algunos quizá digan: "Sí, yo lo he visto". No, usted solamente vio
algo vestido con ropa de la cual se distinguían un par de manos y
una cabeza. Pero usted no me vio a mí. Yo nunca lo he visto a usted
porque nosotros, como dice este pasaje, observamos todo como
por un espejo, de manera borrosa, pero un día lo veremos todo
como es en realidad, cara a cara y de frente, directamente. Nuestro
conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceremos todo
del mismo modo en que Dios nos conoce a nosotros

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero


la mayor de ellas es la caridad.

El objetivo de la fe se cumplirá, así que ya no habrá necesidad de la


fe. La esperanza se convertirá en realidad; por tanto no quedará
nada por lo cual tener esperanza, así que la esperanza
desaparecerá. Pero el amor, estimado oyente, permanecerá. Por
ello, la más importante de estas tres, es el amor. Y la fe, la
esperanza y el amor son las palabras más elevadas del vocabulario
cristiano.
En este capítulo, Pablo no estaba describiendo un término
abstracto, cuando se refería al amor. Él estaba escribiendo la
biografía del Señor Jesucristo de quien se escribieron estas
palabras que se encuentran en Juan 13:1: "Habiendo amado a los
Suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin". El amor de
Jesús es un amor eterno. Estimado oyente, el Señor Jesucristo
nunca cesará de amarle. Él demostró Su amor entregándose para
morir en la cruz, llevando sus pecados. Y si usted aún no ha
experimentado este amor de una manera personal, le invitamos a
creer en la eficacia de su muerte, y en Su resurrección de los
muertos, para que Dios perdone sus pecados y le conceda la
salvación, la vida eterna. Entonces, toda su vida actual y su vida
futura, se verá transformada por la realidad del amor de Dios.

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