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Barros dice que no, que el populismo por el tipo de ruptura que implica
ya determina una orientación en su política, y Balsas va a decir que es
una trayectoria en la experiencia política latinoamericana, el populismo
es una trayectoria en términos de su profundización. Es una trayectoria
de políticas claramente de transformación de lo social y él va a decir, de
construcción del socialismo. Eso es lo que va a plantear Balsas, que
Barros no dice, pero retomando del umbral que deja Laclau.
Otro autor dice que hay una retórica y una ideología populista.
Hay otro autor que va a decir que hay tantos populismos como
experiencias populistas. De ahí que retoma el concepto Laclau. Cada
experiencia en si define un populismo, entonces ya no es un régimen, una
lógica del hacer sino que es una forma de construcción, de la relación de
lo político.
De ahí que va a decir, el peronismo es populismo como también lo es el
modelo del crédito social en Canadá. Y nada tiene que ver la lógica de
construcción de Canadá con la experiencia de argentina.
Voy a dar un ejemplo concreto para ver hacia donde vanos con este
planteo. El populismo en America latina, en Argentina el peronismo va a
decir Laclau que emerge como significante vacío cuando hay un modo
de procesar el conflicto y la demanda que se agota en la argentina con la
crisis del 30. Y que la nueva forma de rearticular lo social y de construir
un nuevo tipo de hegemonía surge a partir de la irrupción del significante
populista que va a girar en torno de la definición de significante vacío.
CONVERGENCIA
La carrera de Glenn Postolski resultó vertiginosa en la última década. Luego de ser uno de
los principales impulsores de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada
por ambas cámaras legislativas en octubre del año 2009, este docente e investigador
especializado en políticas de medios masivos y derecho a la comunicación se convirtió en
director de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.
Más tarde, en 2014 asumió como decano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), cargo
que dejó de ocupar hace algunos meses tras frustrarse el intento de la reelección por otros
cuatro años. Actualmente secretario de Comunicación de Escobar bajo la gestión del
intendente kirchnerista Ariel Sujarchuk, la charla con Glenn Postolski atraviesa diversos
temas que forman parte de su preocupación cotidiana: el avance del macrismo al interior de
la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la convergencia de las telecomunicaciones y
los medios en la última etapa, las nuevas formas de comunicación política y la estrategia
comunicacional que debe adoptar la oposición para disputar con posibilidades serias las
elecciones presidenciales de 2019.
¿Qué balance hace de su gestión como decano y cómo caracteriza la nueva etapa que
se abrió en la Facultad de Sociales?
Mi gestión formó parte de un ciclo en la facultad que comenzó con el primer decanato de
Federico Schuster en el año 2001. Esta hegemonía de mi espacio político se extendió
durante 16 años con una particularidad: en un comienzo, una situación muy ruinosa de la
universidad y del país, pero en ese proceso se presentaron muchas condiciones para
transformar de la mano de lo que fue una profunda reconfiguración de la educación como
proyecto a nivel nacional. En ese sentido, la facultad creció significativamente en muchos
aspectos institucionales y logramos ser la que más concursos docentes, no docentes y de
auxiliares se hizo en la UBA, tuvimos una política hacia los movimientos sociales y
estuvimos siempre al lado de todas las causas que hoy seguimos reivindicando. Sin
embargo, ese proceso político emparentado con el kirchnerismo no se tradujo en una
posibilidad o una voluntad política de disputar la Universidad de Buenos Aires. La escena
más reciente fue haber perdido la facultad con un actor muy potente a nivel de la
universidad, que se conformó también a lo largo de todos los años del kirchnerismo como
un núcleo antagónico con algunas ideas que nosotros tenemos respecto al proyecto de la
facultad y de la universidad. Ese núcleo está conformado por una histórica Franja Morada -
identificada claramente y reivindicativa de la imagen de Shuberoff-, que es un sujeto
protagónico en los últimos años de la política nacional de la mano de la experiencia política
de Cambiemos.
Yo no deslindo lo que significó el nuevo escenario nacional a partir de 2015 con los últimos
acontecimientos dentro de la Universidad de Buenos Aires. Nuestra derrota en Sociales
también va de la mano con el desplazamiento de la conducción de la FUBA. Tanto en la
FUBA como en Sociales, un sujeto muy difícil de caracterizar para los que están lejos de la
universidad da cuenta de ese entramado. Ese sujeto, producto de cierta lectura de la etapa,
vino sosteniendo rectores ¨peronistas¨ como Hallú y Barbieri con un apoyo de cierto tipo de
peronismo dentro de la universidad y bajo una confluencia donde parece ser que los que
gobiernan la universidad tienen ciertas características, cuando en realidad los resortes de
poder siguen siendo los permanentes en torno al estilo histórico de la Franja Morada.
¿Qué nuevas consecuencias va a traer para las audiencias y los usuarios de las
telecomunicaciones la reciente autorización de la fusión entre el Grupo Clarín y
Telecom?
Desde el análisis de la comunicación política, durante buena parte de este tiempo del
gobierno de Cambiemos se ha criticado muchas veces que el gobierno no comunicó la
profundidad de la crisis o que no supieron comunicar lo mal que estamos. Por otro lado,
sabemos que han montado el aparato comunicacional virtual más poderoso porque ellos
comprendieron muy profundamente cómo acumular desde esos espacios. Jaime Durán
Barba, que es su referencia teórica conocida por todos, tiene un principio; sin embargo, si la
economía no funciona no hay comunicación que la reemplace. Las crisis que atraviesan son
el producto y el síntoma de los efectos de sus políticas más estructurales vinculadas con la
rearticulación del Estado con los sectores más poderosos. El ajuste brutal que vivimos
cotidianamente, con la boleta de servicios públicos, el aumento de la nafta y la inflación, no
puede ser tapado por un aparato comunicacional, por más excelente que éste sea.
Volviendo a la pregunta, yo creo que todos los espacios políticos han tomado cuenta que las
redes son un campo político de disputa. Es una lectura de la etapa: cuando aparece la
televisión en los ´50 y los ´60, el ver televisión era una práctica que se iba haciendo. Los
nacidos y criados con la televisión tuvieron otra práctica. Nosotros somos una generación
que ha aprendido llegar a las redes desde el mundo analógico y la política territorial, por lo
que tenemos que entender de a poco las claves de lo que las generaciones nacidas y criadas
en la tecnología de la información y la comunicación lo naturalizan. A las fuerzas políticas
tradicionales les ha costado más, pero sin duda todos asumen que ese es un campo de
disputa con sus propias lógicas.
Es importante construir una esperanza y una afectividad. Ellos han puesto toda su
capacidad comunicacional en negar la legitimidad del otro, encabezándolo en la figura de
Cristina, con el objetivo de que derrame en ese espacio político. ¿Cómo llegar a esos
sectores? Se debe construir algún tipo de expectativa de que se supo construir una
Argentina donde todos estábamos mejor y de que esa construcción los involucra
directamente, no mediatizadamente. Es decir, los involucra en términos de una decisión que
los compromete. Eso se logra volviendo a una relación vincular-territorial en el cara a cara
y el diálogo, entendiendo que hay un tipo de sujeto al que se interpela desde las condiciones
reales de su existencia. Para eso también hay que construir un tipo de sujeto político en
donde esa relación pueda ser empática. Si ese sujeto político se construye desde una especie
de saber o distancia, no va a empatizar. En ese sentido, hay que volver a tener la capacidad
de construir un sujeto social que empatice teniendo cuadros que surjan y tengan una historia
en común con esos sectores populares.
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Relacionado
RESUME
Semejanzas y diferencias
Conclusión
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Introducción
Soberanía y autonomía
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“El desarrollo del multimedia: un desplazamiento de la
correlación de fuerzas”. GRANHAM .
Terminales y software
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-Los grupos de comunicación: la hora de la convergencia.
DE MIGUEL
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Conclusión
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Ernesto Laclau
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BALSA
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PRÁCTICOS
Se puede apreciar desde los primeros momentos de gestión el predominio del doble
discurso y la incoherencia.
Al año siguiente del histórico juicio a los jefes militares, y ante la asonada de “Semana
santa” se promovió la ley de Punto final que fijaba un plazo de 20 días para presentar
las acusaciones contra militares por violación de los DDHH. Poco tiempo después la
ley de Obediencia Debida dio lugar al desprocesamiento de oficiales y suboficiales
involucrados en la represión.
Durante los primeros dos años, con Grinspun, se trató de cumplir promesas electorales
de reactivación económica y recomposición salarial y, aplicación de políticas
antiinflacionarias. El sector financiero había adquirido proporcioness enormes y las
prácticas especulativas dominaban la actividad en un contexto de quiebra del erario
público, endeudamiento superlativo y fuga de capitales.
Ese año se envía otro proyecto, con varios guiños al sector privado: se eliminó el canal
público no gubernamental. Se eliminaron las autoridades descentralizadas. Se
aumentó el tiempo de publicidad para los privados. Se establecían cadenas de hasta 8
emisoras. Se adjudican estas modificaciones a la presión del Diario Clarín.
Clarín:
En la década del 80, violando las limitaciones del decreto ley 22285, Clarín compró
Radio Mitre a través de testaferros. Alineado con Menem en la campaña, presiona para
privatizar los canales de tv capitalinos y modificar el artículo 45, lo que le permitiera
participar en la licitación. Mediante la sanción de las leyes de Emergencia
Económica y de Reforma del Estado se modificó la normativa para la
radiodifusión.
En 1992 compra Video Cable Privado e ingresa al negocio de la tv por cable. En ese
momento se asocia con sus futuros competidores (Telefónica y el CEI) para atraer
capitales. En cinco años se convirtió en el principal operador del mercado argentino,
con una facturación anual de 250 millones USD. A fines de 1997, la tercera empresa de
tv por cable fue vendida en partes iguales a sus competidores: Multicanal y
CableVisión.
TISA CEI:
La empresa Telefónica de Argentina SA, controlada por COINTEL de Telefónica de
España, el Citibank, el Banco Río y Techint SA resultó adjudicataria de la región sur del
país. La explotación de un mercado cautivo sin competencia garantizó niveles de
rentabilidad superiores al 15%. A ello se sumó la dolarización de las tarifas por pulso en
1991, lo que permitió no sólo afrontar los gastos de inversión de capital sino obtener
ganancias muy superiores a las que actividades similares logran en economías
desarrolladas.
Con la idea de alcanzar zonas de cobertura donde prestaba servicios Telecom, ante la
futura prestación de servicios en un mercado desregulado, se expandieron hacia la tv
por cable en la zona norte. Para ello durante 1996 se asociaron, en la empresa
Multicanal con Clarín. La intención del CEI por conquistar una participación
accionaria mayor en el negocio, llevó a una primera ruptura entre ambas empresas,
acentuada cuando el holding anunció la compra de CableVisión TCI. Se constituyó así
el segundo operador nacional de televisión por cable, detrás de la empresa Multicanal.
La inversión más importante del CEI fue su asociación con la Editorial Atlántida de la
familia Vigil que al privatizarse los canales capitalinos ganó la licencia de canal 11.
El Estado nacional, ante la negativa de canales de Córdoba y Rosario a vender, anuncia
la próxima licitación de canales de tv abierta en esas localidades. Ante la presión, los
canales venden. Una semana después, las licitaciones son suspendidas con nuevos
decretos.
El estado aparece entonces como administrador directo de los intereses del capital.,
presionando por medio de la normativa para que un sector transfiera el control de sus
empresas a otro. Así, la capacidad casi ilimitada de contar con recursos financieros
adicionada a su proximidad con el poder ejecutivo, le permitieron al CEI aventurarse
con éxito entre los más diversos emprendimientos.
A dos meses de concluir su segundo mandato, Carlos Menem dictó el DNU 1005/99
modificando artículos del decreto ley 22285. Se modifica la cantidad de licencias, de 4
a 24 permitidas. Se autoriza la transferencia de licencias, la formación de cadenas y
libera el tiempo publicitario.
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Transformismo a la argentina.
La búsqueda de una economía de escala fue el principio rector del sector de las radios,
en un mercado donde la pauta publicitaria se alejaba cada vez más respecto a la de la
televisión. En segundo lugar, se produjo la adquisición de las principales radios por
parte de capitales extranjeros.
Decreto 1005/99.
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Así se dio entre otras medidas la sanción del decreto presidencial 527/05 que decidió
las prórrogas de las licencias, sin requisitos. En la misma orientación podemos señalar
el mantenimiento de la suspensión para la instalación de servicios de cable. El decreto
703/05 que permitió separar una AM de una FM, para que la compre Tinelli. En plena
campaña presidencial de 2007 la aprobación de la fusión entre Cablevisión y
Multicanal.
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Cram down consiste en abrir la posibilidad de que los acreedores de las empresas
endeudadas pudieran canjear deuda por acciones de las mismas, evitando la quiebra
pero no su extranjerización.
Clarín y la Nación impulsaron una excepción para el régimen del cram down, alegando
la importancia estratégica de las industrias culturales y los medios de comunicación.
En 2003 se sanciona la Ley.
La protección incluye a diarios, revistas, empresas editoriales, servicios de
radiodifusión, productoras de contenidos audiovisuales y digitales, proveedores de
acceso a internet y empresas de difusión en vía pública. Se limita al 30% del capital y/o
de los votos en el Directorio de las empresas de comunicación, la participación de
personas físicas o jurídicas extranjeras. Esta norma sólo contempla la posibilidad de
ampliar la participación de capitales a pedido de la firma concursada. Pero para eso es
necesaria la autorización previa del poder Ejecutivo.
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Quedó así planteada una suerte de maridaje por conveniencia entre los magnates
propietarios de medios de comunicación y los miembros de la autodenominada clase
política.
Los gobiernos que se sucedieron hasta el 2003 siguieron una línea similar: sin
capacidad y/o convicción para avanzar en la democratización del sistema de medios de
comunicación, y hasta beneficiándolos tras la crisis devastadora que terminó la
aplicación sistemática de políticas neoliberales en nuestro país.
El manifiesto de los “21 puntos para una ley de radiodifusión democrática” elaborado y
presentado en 2004 fue retomado en 2008 por CFK quien instruyó la redacción de una
propuesta de Ley.
En una misma locación, quien produce y emite contenidos por tv de aire no puede
distribuirlos por cable. Nadie podrá emitir por aire a un público potencial mayor al
35% de la población nacional, ni nadie podrá acumular una cifra mayor al 35% de los
abonados nacionales a la tv paga. Amén de que puede acumular más de diez licencias
de radio y/o tv a nivel nacional, más de tres en la misma localización, o más de
veinticuatro de tv por cable a nivel nacional.
Los canales y emisoras radiales de todo el país sólo se podrán sumar a redes privadas
durante el 30% de la jornada de emisión, esto implica al menos un 70% de elaboración
propia. El 60% de los contenidos televisivos deberán ser de producción nacional, el
30% de producción propia y entre el 10 y el 30% de producción local independiente,
según la densidad poblacional del área de cobertura. El 30% de la música que se emita
debe ser argentina, y el 50% de ella de carácter independiente. Todos los canales de tv
deberán estrenar anualmente 8 filmes argentinos, habiendo adquirido los “derechos de
antena” de manera previa a la filmación de las mismas.