UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA NÚCLEO ARAGUA-EXTENSIÓN CAGUA
PROFESOR: BACHILLERES: Richard Muñoz Chávez Bárbara C.I.: V-27.048.897
González Andrea C.I.: V-21.426.505
CP-701
CAGUA, OCTUBRE DEL 2019
ANÁLISIS
La Auditoría se define como un proceso sistemático de obtener y evaluar los
registros patrimoniales de un individuo o empresa a fin de verificar su estado financiero. Tiene como objeto determinar la razonabilidad, integridad y autenticidad de los estados financieros, expedientes y demás documentos administrativos contables presentados por la dirección así como expresar las mejoras o sugerencias de la organización. La tarea del Auditor se basa principalmente en analizar la exactitud y veracidad de los registros mostrados por una empresa, a fin de corregir errores, irregularidades y fraudes. Se basa en el funcionamiento de la contabilidad, pero los objetivos son más amplios: emitir una opinión acerca de la marcha de la empresa, evaluar las metas, examinar su gestión y actores, efectuar un posterior seguimiento de las recomendaciones en la empresa.
Existen diferentes tipos de auditorías, entre ellas tenemos: auditoría fiscal,
Esta última, también conocida como auditoria de gestión, es un examen de la
eficiencia y eficacia de las organizaciones en la administración de los recursos públicos, determinada, mediante la evaluación de sus procesos administrativos, la utilización de indicadores de rentabilidad pública y desempeño y de la identificación de la distribución del excedente público, así como de los beneficios de su actividad. Entre los motivos que dan lugar a una auditoría de gestión está la necesidad de controlar la gestión de la empresa en sus diferentes niveles. En este caso, se persigue el objetivo de establecer un control de eficacia, eficiencia y economía.
Los procedimientos y técnicas que se aplican son de carácter general, destinados
a la detección de problemas y puntos débiles en las entidades auditadas, permitiendo analizarlos con el objetivo de mejorarlos, no pudiendo ser tan concretos como en la auditoría financiera, donde el fin mucho más claro, la imagen fiel de un patrimonio y de sus variaciones. Por tanto, en auditoría de gestión, los objetivos que pueden plantearse a un auditor pueden ser amplísimos. Existen diferentes técnicas y procedimientos de auditoria gerencial, entre ellas están las básicas, como las entrevistas, cuestionarios, observación documental y la observación directa. Entre los procedimientos cuantitativos tenemos las revisiones analíticas, análisis de superficies, indicadores de personal, evaluación de los recursos, análisis de flujo y técnicas de análisis económicas. También tenemos las cualitativas, como la evaluación del estilo y calidad, el estudio de las relaciones interdepartamentales, el análisis del clima de trabajo, y el conocimiento del entorno jurídico-laboral de la entidad auditada. Y por último, los de control, como la implementación de un sistema de control, la evaluación y el seguimiento.
El objetivo final de esta auditoría es mejorar y racionalizar los sistemas de gestión
administrativos de la empresa, mejorar la transparencia y, en consecuencia, la información, clarificar la estructura organizacional de la empresa, apoyar la motivación de los recursos humanos en la organización, optimizar la gestión y suministra información en la toma de decisiones y mejora el control al simplificar el proceso de retroalimentación.
Otra de las auditorías mencionada con anterioridad es la auditoría administrativa,
que no es más que un examen completo y constructivo de la estructura organizativa de la empresa, institución o departamento gubernamental; o de cualquier otra entidad y de sus métodos de control, medios de operación y empleo que dé a sus recursos humanos y materiales.
Existen dos tipos fundamentales de auditoría administrativa: la funcional, que se
enfoca en el desempeño y la idoneidad de los cargos gerenciales y las dinámicas propuestas desde estos y la analítica, que se centra en la comprensión de los procesos mismos que se ponen en marcha dentro de la estructura de la empresa.
Toda auditoría administrativa se compone de cuatro pasos elementales, el primero
es la planeación, donde se establecen los parámetros y lineamientos que servirán para enfocar la revisión de la auditoría, es decir, que se debe definir primero, qué cosas buscar y cuál será el criterio específico de búsqueda. Luego está la instrumentación, en este paso se elige entre diversos modelos de recolección de datos y de medición de los mismos, en función de la naturaleza empresarial y del tipo de conclusiones a las que se quiere llegar. Después tenemos el examen, donde se aplica la planificación y se recaudan los datos y las estadísticas o cualquier otro tipo de información que responda a los lineamientos preestablecidos. Y por último se entrega el informe, el cierre de la auditoría arroja como resultado un informe en el cual se detalla y explica todo el proceso, se rinde cuenta de los resultados y, finalmente, se hacen las recomendaciones pertinentes.
Con el desarrollo de la tecnología de sistemas de información ha crecido la
necesidad de examinar y evaluar lo adecuado de la información administrativa, así como su exactitud. En la actualidad, es cada vez mayor la necesidad por parte de los funcionarios, de contar con alguien que sea capaz de llevar a cabo el examen y evaluación de la calidad, tanto individual como colectiva, de los gerentes (auditoria administrativa funcional) y la calidad de los procesos mediante los cuales opera un organismo (auditoria analítica). La auditoría administrativa tiene diversos objetivos, entre los prioritarios para instrumentarla de manera consistente tenemos los siguientes: de control, destinados a orientar los esfuerzos en su aplicación y poder evaluar el comportamiento organizacional en relación con estándares preestablecidos. De productividad, donde se encauzan las acciones para optimizar el aprovechamiento de los recursos de acuerdo con la dinámica administrativa instituida por la organización. De organización, se determina que su curso apoye la definición de la estructura, competencia, funciones y procesos a través del manejo efectivo de la delegación de autoridad y el trabajo en equipo. De servicio, donde se representa la manera en que se puede constatar que la organización está inmersa en un proceso que la vincula cuantitativa y cualitativamente con las expectativas y satisfacción de sus clientes. De calidad, se dispone que tiendan a elevar los niveles de actuación de la organización en todos sus contenidos y ámbitos, para que produzca bienes y servicios altamente competitivos. De cambio, donde se transforma en un instrumento que hace más permeable y receptiva a la organización. De aprendizaje, permiten que se transforme en un mecanismo de aprendizaje institucional para que la organización pueda asimilar sus experiencias y las capitalice para convertirlas en oportunidades de mejora. Y de toma de decisiones, se traduce su puesta en práctica y los resultados en un instrumento de soporte al proceso de gestión de la organización.