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1
7€
Este primer número de Malababa es fruto del esfuerzo del Observatori de Re-
sistències i Subcultures (wwww.observatori-risc.net) y ConsumeHastaMorir
(www.consumehastamorir.com)–con la inestimable colaboración de Sabotaje
Contra el Capital Pasándoselo Pipa (www.sccpp.org). Entre Cilia, David, Gem-
contenidos
ma, Irra, Isidro, Jordi, Julia, María, Mariana y Pedro hemos hecho lo que hemos
podido para darle forma, contando con el apoyo gráfico de Tak, Noel y Marco
Antonio. 8: El arte de la resistencia cultural
Queremos dejar claro que nada nos hubiera gustado más que que Malababa
26: La contrapublicidad que da que
no hablara sólo castellano. Esta vez, y por motivos de capacidad, no ha podidos-
hablar y que pensar...
er, pero os animamos a todos y todas a utilizar activamente todas laslenguas
habidas y por haber. Nosaltres, per la nostra banda, farem tot el possible per
a que tots els materials estiguin disponibles a la web en diversos idiomes i per 37: Espacio Público
que tothom (inclosos nosaltres mateix@s) pugui expresar-se en la llengua amb
que se senti més còmode.
50: Contrapublicidad En El Aula
Agradecimientos: Adbusters, R.A.P., Departament de Cultura de la Generalitat
de Catalunya, Jaume, Juan, Panso Aleix i Anna. 59: El Directorio
ISBN: en trámite.
Contacto: malababa@malababa.org
Este primer número de Malababa es fruto del esfuerzo del Observatori de Re-
sistències i Subcultures (wwww.observatori-risc.net) y ConsumeHastaMorir
(www.consumehastamorir.com)–con la inestimable colaboración de Sabotaje
Contra el Capital Pasándoselo Pipa (www.sccpp.org). Entre Cilia, David, Gem-
contenidos
ma, Irra, Isidro, Jordi, Julia, María, Mariana y Pedro hemos hecho lo que hemos
podido para darle forma, contando con el apoyo gráfico de Tak, Noel y Marco
Antonio. 8: El arte de la resistencia cultural
Queremos dejar claro que nada nos hubiera gustado más que que Malababa
26: La contrapublicidad que da que
no hablara sólo castellano. Esta vez, y por motivos de capacidad, no ha podidos-
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er, pero os animamos a todos y todas a utilizar activamente todas laslenguas
habidas y por haber. Nosaltres, per la nostra banda, farem tot el possible per
a que tots els materials estiguin disponibles a la web en diversos idiomes i per 37: Espacio Público
que tothom (inclosos nosaltres mateix@s) pugui expresar-se en la llengua amb
que se senti més còmode.
50: Contrapublicidad En El Aula
Agradecimientos: Adbusters, R.A.P., Departament de Cultura de la Generalitat
de Catalunya, Jaume, Juan, Panso Aleix i Anna. 59: El Directorio
ISBN: en trámite.
Contacto: malababa@malababa.org
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ersonal. Para cerrar el círculo de
resistencia cultural en las sociedades globalizadas, los espacios colectivos y los discursos políticos y al-
ternativos van quedando relegados a la marginalidad. No molan. No son “lo que se
lleva”. Aún peor: la ideología desideologizante de la publicidad y el consumo no sólo
Por Gemma Galdon Clavell crea una masificación de deseos construidos que no tiene parangón en la historia de
la humanidad, sino que genera un escenario ficticio que se presenta como reflejo de
Una calle peatonal. A la derecha, unos grandes almacenes. Luces de león y un cuerpo lo verdadero, y, al jugar constantemente a la confusión entre lo percibido y lo real,
de mujer cuya ropa anuncia el cambio de estación que se avecina. A la izquierda, acaba alejando el nervio óptico del objeto. La publicidad nos cambia la mirada, la
tiendas más pequeñas: ropa, zapatos, accesorios. De vez en cuando, una cafetería, forma de ver y relacionarnos con el mundo –y, con esto, hace desaparecer la posibi-
una heladería o un restaurante de comida rápida. Las farolas, las paredes y hasta lidad de creación y experimentación de un mundo sensible común, base misma de la
las papeleras hablan. Las imágenes se suceden incesantemente. Una banda sonora colectividad y la experiencia política.
histérica y cambiante acompaña al murmullo de la multitud. No muy lejos, una cá- El acto consciente de ver ha dado paso a la absorción automática de las miles
mara inmortaliza el momento –por su seguridad. Yo sólo pasaba por aquí, pero por si de imágenes y millones de mensajes que recibimos diariamente. Esta saturación del
acaso, y porque yo lo valgo, me compro un pintalabios. entorno (televisión, radio, autobuses, estaciones de metro, papeleras, buzones, facha-
Puedo estar en cualquier ciudad del mundo occidental, y me siento en casa. Com- das, ropa...), que despolitiza la experiencia cotidiana es precisamente el objetivo del
parto los códigos, conozco las reglas. Esta es mi cultura. La radio, la televisión, los sabotaje cultural. Se trata de introducirse en el intruso, de intervenir en el universo
periódicos y la calle repiten incesantemente los mismos mensajes. En el imperio de semiótico construido con significados subversivos.
los signos, no escuchar no es una opción. ¿Queda algún espacio de libertad? Sí, la En este sentido, el sabotaje cultural no es nada nuevo. En la larga lista de pione-
libertad de leer los mensajes de forma diferente, de cambiar su significado. Queda el ros de la subversión comunicativa y la interferencias podemos incluir el samizdat (la
culture jamming. publicación clandestina de literatura en la Rusia post-estalinista); los fotomontajes
antifascistas de John Heartfield; el détournement de los situacionistas para denunciar
El sabotaje cultural la “sociedad del espectáculo”; el periodismo clandestino de los años 60; el clásico
álbum de The Who, The Who Sell Out, en el que aparecían falsos anuncios en la
Acuñada inicialmente para describir la interferencia de frecuencias de radio, la ex- portada y entre las canciones; pseudo-religiones satíricas como la Iglesia de los Sub-
presión culture jamming, que puede traducirse como sabotaje cultural, describe ac- genios (y su versión más actual, el Reverendo Billy); en la creación de un icono vacío
tualmente cualquier utilización de la guerrilla de la comunicación en los medios de como André the Giant; las performances con automóviles y televisores como artefac-
comunicación de masas con el fin de confundir y/o distorsionar el mensaje que trans- tos culturales del colectivo Ant Farm; el descontento de los oficinistas proletarizados
miten. La idea central es que los medios de comunicación de masas y la publicidad se de los 80, origen de iniciativas como la revista Processed World; y los primeros ejem-
han apropiado de la cultura popular para reformularla y devolverla a la sociedad en plos de bricolaje subcultural, consistente en la apropiación y utilización de símbolos
forma de envoltorio de una idea principal: la respuesta es consumir. asociados con la cultura dominante.1
Pero la inducción al consumo va más allá de ser la estrategia puntual de una
empresa para conseguir más beneficios. La publicidad no es sólo un intermediario El subvertising
entre la oferta y la demanda. Como afirma el publicista Bernard Cathelat en su libro
Publicité et société, “La publicidad no es sólo palabra comercial, sino también y El sabotaje cultural incluye multitud de expresiones y formatos disidentes y subcul-
siempre palabra política, palabra social, palabra moral y discurso ideológico. Es el turales. En su definición más amplia, cualquier acto que distorsione la onda expan-
lenguaje dominante de la Cultura, y sin duda el sistema de información más impor- siva de la cultura mainstream es culture jamming: desde una performance callejera a
tante de la Historia.” la interrupción de una retransmisión televisiva, pasando por la creación de productos
Poco a poco, el “ciudadano” ha ido dando paso al “consumidor”. El tiempo libre culturales alternativos y el hacking académico desde fuera de los muros de las uni-
de la mitad de la humanidad gira entorno al consumo, y los medios comerciales y los versidades.
espacios de ocio comercial ofrecen entornos cuidadosamente diseñados para excluir No obstante, la forma de sabotaje cultural más extendida es seguramente
y aislar cualquier elemento que pueda interferir con el impulso consumista. Entre el subvertising.
1 http://www.levity.com/markdery/culturjam.html
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lo excluido y aislado están, evidentemente, los problemas reales, el conflicto y la
El arte de la “política” en su sentido más amplio.
A medida que el espacio y la vida privada asumen un papel más importante
resistencia cultural en las sociedades globalizadas, los espacios colectivos y los discursos políticos y al-
ternativos van quedando relegados a la marginalidad. No molan. No son “lo que se
lleva”. Aún peor: la ideología desideologizante de la publicidad y el consumo no sólo
Por Gemma Galdon Clavell crea una masificación de deseos construidos que no tiene parangón en la historia de
la humanidad, sino que genera un escenario ficticio que se presenta como reflejo de
Una calle peatonal. A la derecha, unos grandes almacenes. Luces de león y un cuerpo lo verdadero, y, al jugar constantemente a la confusión entre lo percibido y lo real,
de mujer cuya ropa anuncia el cambio de estación que se avecina. A la izquierda, acaba alejando el nervio óptico del objeto. La publicidad nos cambia la mirada, la
tiendas más pequeñas: ropa, zapatos, accesorios. De vez en cuando, una cafetería, forma de ver y relacionarnos con el mundo –y, con esto, hace desaparecer la posibi-
una heladería o un restaurante de comida rápida. Las farolas, las paredes y hasta lidad de creación y experimentación de un mundo sensible común, base misma de la
las papeleras hablan. Las imágenes se suceden incesantemente. Una banda sonora colectividad y la experiencia política.
histérica y cambiante acompaña al murmullo de la multitud. No muy lejos, una cá- El acto consciente de ver ha dado paso a la absorción automática de las miles
mara inmortaliza el momento –por su seguridad. Yo sólo pasaba por aquí, pero por si de imágenes y millones de mensajes que recibimos diariamente. Esta saturación del
acaso, y porque yo lo valgo, me compro un pintalabios. entorno (televisión, radio, autobuses, estaciones de metro, papeleras, buzones, facha-
Puedo estar en cualquier ciudad del mundo occidental, y me siento en casa. Com- das, ropa...), que despolitiza la experiencia cotidiana es precisamente el objetivo del
parto los códigos, conozco las reglas. Esta es mi cultura. La radio, la televisión, los sabotaje cultural. Se trata de introducirse en el intruso, de intervenir en el universo
periódicos y la calle repiten incesantemente los mismos mensajes. En el imperio de semiótico construido con significados subversivos.
los signos, no escuchar no es una opción. ¿Queda algún espacio de libertad? Sí, la En este sentido, el sabotaje cultural no es nada nuevo. En la larga lista de pione-
libertad de leer los mensajes de forma diferente, de cambiar su significado. Queda el ros de la subversión comunicativa y la interferencias podemos incluir el samizdat (la
culture jamming. publicación clandestina de literatura en la Rusia post-estalinista); los fotomontajes
antifascistas de John Heartfield; el détournement de los situacionistas para denunciar
El sabotaje cultural la “sociedad del espectáculo”; el periodismo clandestino de los años 60; el clásico
álbum de The Who, The Who Sell Out, en el que aparecían falsos anuncios en la
Acuñada inicialmente para describir la interferencia de frecuencias de radio, la ex- portada y entre las canciones; pseudo-religiones satíricas como la Iglesia de los Sub-
presión culture jamming, que puede traducirse como sabotaje cultural, describe ac- genios (y su versión más actual, el Reverendo Billy); en la creación de un icono vacío
tualmente cualquier utilización de la guerrilla de la comunicación en los medios de como André the Giant; las performances con automóviles y televisores como artefac-
comunicación de masas con el fin de confundir y/o distorsionar el mensaje que trans- tos culturales del colectivo Ant Farm; el descontento de los oficinistas proletarizados
miten. La idea central es que los medios de comunicación de masas y la publicidad se de los 80, origen de iniciativas como la revista Processed World; y los primeros ejem-
han apropiado de la cultura popular para reformularla y devolverla a la sociedad en plos de bricolaje subcultural, consistente en la apropiación y utilización de símbolos
forma de envoltorio de una idea principal: la respuesta es consumir. asociados con la cultura dominante.1
Pero la inducción al consumo va más allá de ser la estrategia puntual de una
empresa para conseguir más beneficios. La publicidad no es sólo un intermediario El subvertising
entre la oferta y la demanda. Como afirma el publicista Bernard Cathelat en su libro
Publicité et société, “La publicidad no es sólo palabra comercial, sino también y El sabotaje cultural incluye multitud de expresiones y formatos disidentes y subcul-
siempre palabra política, palabra social, palabra moral y discurso ideológico. Es el turales. En su definición más amplia, cualquier acto que distorsione la onda expan-
lenguaje dominante de la Cultura, y sin duda el sistema de información más impor- siva de la cultura mainstream es culture jamming: desde una performance callejera a
tante de la Historia.” la interrupción de una retransmisión televisiva, pasando por la creación de productos
Poco a poco, el “ciudadano” ha ido dando paso al “consumidor”. El tiempo libre culturales alternativos y el hacking académico desde fuera de los muros de las uni-
de la mitad de la humanidad gira entorno al consumo, y los medios comerciales y los versidades.
espacios de ocio comercial ofrecen entornos cuidadosamente diseñados para excluir No obstante, la forma de sabotaje cultural más extendida es seguramente
y aislar cualquier elemento que pueda interferir con el impulso consumista. Entre el subvertising.
1 http://www.levity.com/markdery/culturjam.html
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Resultado de la fusión de las palabras subversion (subversión) y advertising (pub- haprovocado la invasión de calles, plazas y espacios exteriores por mensajes orienta-
licidad), el subvertising –que podríamos traducir como “contrapublicidad”- se define dos al consumo. Sin ningún tipo de debate ni cuestionamiento, el mobiliario urbano,
en www.subvertise.org como “la pintada en la pared, la pegatina en la farola, la los transportes públicos y los edificios se han convertido en soportes publicitarios. Lo
frase modificada de una valla publicitaria, la camiseta-parodia ... La clave está en que antes eran espacios de encuentro e interacción, de intercambio, de visibilización e
la redefinición y reconquista de nuestro entorno arrancándolo de las manos de las integración de la diferencia –en definitiva, espacios políticos- son hoy meros soportes
grandes empresas.” de imágenes y eslóganes que no se relacionan con el individuo como ciudadano o
Según Adbusters, una buena contrapublicidad debe “imitar la imagen y el sig- como persona, sino como consumidor, como objetivo comercial.
nificado del anuncio-objetivo, generando la clásica ‘reacción tardía’ a la que el espe- Así, el espacio público, antes de todos y todas, se convierte, a cambio del abono
ctador se da cuenta de que ha sido engañado. Los contraanuncios crean disonancia de la tarifa estipulada, en espacio privatizado. Igual que ocurre con los servicios
cognitiva. Atraviesan el bombo y la ostentación de nuestra realidad mediada y, por un sociales, las pensiones y la atención sanitaria, los límites de lo “privatizable” se
momento, revelan una verdad más profunda.” ensanchan aún más para incluir este último reducto de “sociedad”, este vestigio de
Muchos actos de subvertising no pretenden más que conseguir provocar un par- “colectividad”. Después de que el televisor consiguiera meter un repetidor de ide-
padeo momentáneo que, quizás, pueda llevar al cuestionamiento de la sociedad de ología mainstream en cada comedor, la eliminación de esta última frontera completa
consumo. A través de la manipulación de logos, eslóganes comerciales y imágenes de el mapa de implantación de la sociedad de consumo.
marca, se pretende desafiar la idea generalizada de qué es lo “cool”, lo que mola, Y, sin embargo, las paredes no callan. A través de la utilización masiva de plan-
lo que se lleva –y lo que todos deberíamos desear y considerar deseable-, así como la tillas (stencils), de la manipulación del mobiliario urbano, de las pegatinas, de los
idea implícita de que el poder elegir entre un abanico limitado de productos más o graffitis, del bigote pintado, de las burbujas, de la liberación de vallas publicitarias,
menos necesarios es sinónimo de libertad. de la alteración del paisaje, del détournement, etc., la disidencia desdibuja la idílica
imagen del consenso social.
La disidencia grafica en la era digital
El sabotaje cultural como crítica social
Gracias a la difusión masiva de las tecnologías de la información y las comunicacio-
nes, la manipulación de las imágenes que conforman el escenario de la sociedad de Es en la crítica social donde la creatividad disidente encuentra su mejor fuente de
consumo es cada vez más fácil tanto de llevar a cabo como de difundir. Las herra- inspiración y espacio de actuación. En este sentido es revelador que uno de los acon-
mientas de las que disponemos actualmente están muy alejadas no sólo del cartelismo tecimientos que más paredes ha hecho hablar y más incursiones inesperadas en el dis-
de la Revolución Rusa y la Guerra Civil española, sino también de la utilización de la curso de la normalidad ha provocado haya sido un acontecimiento manifiestamente
disidencia gráfica en los años 60 y 70 por parte de movimientos como el de la lucha político: la guerra de Irak.
contra el sida y el movimiento ecologista. De la misma forma, el actual apogeo de las resistencias culturales es insepara-
Sin duda, las innovaciones digitales han provocado cambios en los métodos tradi- ble de la creciente actividad de los nuevos movimientos sociales desde los eventos de
cionales de organización de la disidencia, en parte gracias a la aparición de soportes Seattle y la eclosión del mal llamado “movimiento antiglobalización”. La mayor acción
múltiples, adaptables a las necesidades concretas de cada causa y movilización: el del movimiento antipub francés, por ejemplo, que consiguió manipular, alterar, romper
formato web para la organización rápida de activistas a nivel internacional o ante la y subvertir y grafitear un París tomado por la publicidad, se produjo en noviembre del
falta de recursos; la tinta y el papel en momentos difíciles, como durante un conflicto 2003, coincidiendo con la celebración en la ciudad del Foro Social Europeo.
armado, o ante públicos aún excluidos de la era digital. Pero aunque muchos actos contrapublicitarios son abierta y claramente actos
políticos, es evidente que no todo acto de sabotaje cultural es expresamente político ni
El espacio público refleja una apuesta por un modelo social alternativo. No obstante, toda intervención
en el discurso mainstream abre una puerta a la imaginación de otros mundos posibles.
Aunque es difícil infravalorar la importancia del ciberespacio como espacio “pú- Como veréis en este primer número de Malababa, los cielos claros en el muro de
blico” y, por lo tanto, el impacto de la disidencia gráfica que se limita a alterar o Palestina de Bansky, la abundancia socializada de Yomango, los modelos comerciales
crear imágenes, a menudo el sabotaje cultural sitúa su discurso alternativo en uno liberados del silencio por las burbujas de The Bubble Project, la intervención directa
de los ámbitos menos disputados de las sociedades contemporáneas: los espacios co- en el mainstream de los Yes Men, etcétera, nos recuperan la mirada, la sonrisa y la
munitarios. esperanza. Son el guiño de complicidad que nos saca del supermercado de la vida y
La multiplicación de soportes publicitarios ocurrida en los últimos años abre una puerta verde a la cárcel de la impotencia.
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Resultado de la fusión de las palabras subversion (subversión) y advertising (pub- haprovocado la invasión de calles, plazas y espacios exteriores por mensajes orienta-
licidad), el subvertising –que podríamos traducir como “contrapublicidad”- se define dos al consumo. Sin ningún tipo de debate ni cuestionamiento, el mobiliario urbano,
en www.subvertise.org como “la pintada en la pared, la pegatina en la farola, la los transportes públicos y los edificios se han convertido en soportes publicitarios. Lo
frase modificada de una valla publicitaria, la camiseta-parodia ... La clave está en que antes eran espacios de encuentro e interacción, de intercambio, de visibilización e
la redefinición y reconquista de nuestro entorno arrancándolo de las manos de las integración de la diferencia –en definitiva, espacios políticos- son hoy meros soportes
grandes empresas.” de imágenes y eslóganes que no se relacionan con el individuo como ciudadano o
Según Adbusters, una buena contrapublicidad debe “imitar la imagen y el sig- como persona, sino como consumidor, como objetivo comercial.
nificado del anuncio-objetivo, generando la clásica ‘reacción tardía’ a la que el espe- Así, el espacio público, antes de todos y todas, se convierte, a cambio del abono
ctador se da cuenta de que ha sido engañado. Los contraanuncios crean disonancia de la tarifa estipulada, en espacio privatizado. Igual que ocurre con los servicios
cognitiva. Atraviesan el bombo y la ostentación de nuestra realidad mediada y, por un sociales, las pensiones y la atención sanitaria, los límites de lo “privatizable” se
momento, revelan una verdad más profunda.” ensanchan aún más para incluir este último reducto de “sociedad”, este vestigio de
Muchos actos de subvertising no pretenden más que conseguir provocar un par- “colectividad”. Después de que el televisor consiguiera meter un repetidor de ide-
padeo momentáneo que, quizás, pueda llevar al cuestionamiento de la sociedad de ología mainstream en cada comedor, la eliminación de esta última frontera completa
consumo. A través de la manipulación de logos, eslóganes comerciales y imágenes de el mapa de implantación de la sociedad de consumo.
marca, se pretende desafiar la idea generalizada de qué es lo “cool”, lo que mola, Y, sin embargo, las paredes no callan. A través de la utilización masiva de plan-
lo que se lleva –y lo que todos deberíamos desear y considerar deseable-, así como la tillas (stencils), de la manipulación del mobiliario urbano, de las pegatinas, de los
idea implícita de que el poder elegir entre un abanico limitado de productos más o graffitis, del bigote pintado, de las burbujas, de la liberación de vallas publicitarias,
menos necesarios es sinónimo de libertad. de la alteración del paisaje, del détournement, etc., la disidencia desdibuja la idílica
imagen del consenso social.
La disidencia grafica en la era digital
El sabotaje cultural como crítica social
Gracias a la difusión masiva de las tecnologías de la información y las comunicacio-
nes, la manipulación de las imágenes que conforman el escenario de la sociedad de Es en la crítica social donde la creatividad disidente encuentra su mejor fuente de
consumo es cada vez más fácil tanto de llevar a cabo como de difundir. Las herra- inspiración y espacio de actuación. En este sentido es revelador que uno de los acon-
mientas de las que disponemos actualmente están muy alejadas no sólo del cartelismo tecimientos que más paredes ha hecho hablar y más incursiones inesperadas en el dis-
de la Revolución Rusa y la Guerra Civil española, sino también de la utilización de la curso de la normalidad ha provocado haya sido un acontecimiento manifiestamente
disidencia gráfica en los años 60 y 70 por parte de movimientos como el de la lucha político: la guerra de Irak.
contra el sida y el movimiento ecologista. De la misma forma, el actual apogeo de las resistencias culturales es insepara-
Sin duda, las innovaciones digitales han provocado cambios en los métodos tradi- ble de la creciente actividad de los nuevos movimientos sociales desde los eventos de
cionales de organización de la disidencia, en parte gracias a la aparición de soportes Seattle y la eclosión del mal llamado “movimiento antiglobalización”. La mayor acción
múltiples, adaptables a las necesidades concretas de cada causa y movilización: el del movimiento antipub francés, por ejemplo, que consiguió manipular, alterar, romper
formato web para la organización rápida de activistas a nivel internacional o ante la y subvertir y grafitear un París tomado por la publicidad, se produjo en noviembre del
falta de recursos; la tinta y el papel en momentos difíciles, como durante un conflicto 2003, coincidiendo con la celebración en la ciudad del Foro Social Europeo.
armado, o ante públicos aún excluidos de la era digital. Pero aunque muchos actos contrapublicitarios son abierta y claramente actos
políticos, es evidente que no todo acto de sabotaje cultural es expresamente político ni
El espacio público refleja una apuesta por un modelo social alternativo. No obstante, toda intervención
en el discurso mainstream abre una puerta a la imaginación de otros mundos posibles.
Aunque es difícil infravalorar la importancia del ciberespacio como espacio “pú- Como veréis en este primer número de Malababa, los cielos claros en el muro de
blico” y, por lo tanto, el impacto de la disidencia gráfica que se limita a alterar o Palestina de Bansky, la abundancia socializada de Yomango, los modelos comerciales
crear imágenes, a menudo el sabotaje cultural sitúa su discurso alternativo en uno liberados del silencio por las burbujas de The Bubble Project, la intervención directa
de los ámbitos menos disputados de las sociedades contemporáneas: los espacios co- en el mainstream de los Yes Men, etcétera, nos recuperan la mirada, la sonrisa y la
munitarios. esperanza. Son el guiño de complicidad que nos saca del supermercado de la vida y
La multiplicación de soportes publicitarios ocurrida en los últimos años abre una puerta verde a la cárcel de la impotencia.
13
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John Heartfield
John Heartfield utilizó su
arte como forma de protesta
satírica contra el antisemitis-
mo y el apoyo de los grandes
empresarios al nazismo y el
Tercer Reich, así como una
forma de reflejar la verdadera
realidad de una Alemania de
hambruna y desolación.
Detrás mío hay millones 1932 Adolfo el Superhombre: traga oro y escupe basura 1932
Detrás mío hay millones 1932 Adolfo el Superhombre: traga oro y escupe basura 1932
El meme
“La unidad básica de la comunicación en el sabotaje cultural
es el meme: la unidad central de la transmisión cultural. Los
memes son imágenes condensadas que estimulan asociaciones
visuales, verbales, musicales o conductuales que son fácilmente
imitables y transmisibles. El sabotaje cultural, por ejemplo,
utiliza memes comerciales que nos son familiares como el logo
de Nike, el “happy meal” de McDonald’s o los osos polares de
Coca-Cola para incitar a personas de ideas políticas diferentes
a reflexionar sobre las implicaciones de sus hábitos cotidianos
(la ropa que llevan, la comida que comen). Según Kalle Lasn,
fundador de Adbusters, el mejor sabotaje cultural es el que in-
troduce el meta-meme, un mensaje a dos niveles que se dirige
a una imagen comercial específica, pero de una forma que
pone en cuestión y desafía la cultura política de la dominación
empresarial en general.
El meme
“La unidad básica de la comunicación en el sabotaje cultural
es el meme: la unidad central de la transmisión cultural. Los
memes son imágenes condensadas que estimulan asociaciones
visuales, verbales, musicales o conductuales que son fácilmente
imitables y transmisibles. El sabotaje cultural, por ejemplo,
utiliza memes comerciales que nos son familiares como el logo
de Nike, el “happy meal” de McDonald’s o los osos polares de
Coca-Cola para incitar a personas de ideas políticas diferentes
a reflexionar sobre las implicaciones de sus hábitos cotidianos
(la ropa que llevan, la comida que comen). Según Kalle Lasn,
fundador de Adbusters, el mejor sabotaje cultural es el que in-
troduce el meta-meme, un mensaje a dos niveles que se dirige
a una imagen comercial específica, pero de una forma que
pone en cuestión y desafía la cultura política de la dominación
empresarial en general.
hablar y que pensar... pronunciar. Lo importante, parece ser, es que no llegue el mensaje, o cuánto menos, que
si llega, llegue velado, vaciado, desprovisto de cuánto más poder revelador mejor.
Pero: ¿para qué tantas reticencias? ¿Por qué? La respuesta es bastante obvia. La
Por Israel Rodriguez Giralt contrapublicidad constituye una amenaza, una respuesta ciudadana, un gesto incon-
formista y de crítica radical contra un sistema que está en el centro mismo del modelo
El escritor Émile Zola hace muchos, muchos años denunciaba: “la invasión defini- económico, social y político preponderante. Para silenciarla hay que dedicar cuantos
tiva de los diarios, las paredes y los oídos del público por parte del estruendo de las esfuerzos sean necesarios.
grandes ofertas”. A pesar de los muchos años que nos separan, no cabe duda, que
dichas palabras recogen una sensación muy cotidiana, vigente aún, común y familiar Contrapublicidades y anticonsumos
para la mayoría de nosotros. No hay día en el que no nos enfrentemos a la publicidad,
a sus lenguajes, a sus espacios, a sus informaciones, a sus productos, sus impactos y Como desvelan las acciones contrapublicitarias, la publicidad no es lo que dice ser. La
múltiples actividades... Nuestro espacio de vida es convertido desde hace más de un publicidad no es nunca un simple y neutro instrumento o lenguaje, ni algo que está al
siglo en un catálogo cada vez más amplio al servicio de los intereses publicitarios. servicio de todos, ni mucho menos algo que puede tomar cualquier valor. La realidad
Sin embargo, no es fácil encontrar formas de combate o resistencia a la altura de constata que son unos y no otros quienes la utilizan y explotan, que sirve a determi-
las circunstancias; pocos han conseguido organizar una crítica rotunda que consiga nados intereses, que fomenta determinados valores y que, por todo ello juega un papel
traspasar el umbral de la queja más individual y reactiva. más que relevante en el mantenimiento de un determinado statu quo. La publicidad es,
Por eso, a pesar de todo, la publicidad sigue disfrutando de una excelente salud, en definitiva, la piedra angular de la sociedad de consumo.
copando cada vez más rincones y haciendo gala de índices de aceptación nada des- Muchos de los fundadores de reconocidos grupos contrapublicitarios (como
preciables –a juzgar por su implantación en nuestras vidas. No obstante, también es Adbusters y Casseurs de Pub) son o han sido publicistas. Nadie como ellos para con-
cierto que la publicidad no busca, o al menos no lo parece, disfrutar de una populari- ocer los entresijos del sistema, para denunciar las formas y los mecanismos a través
dad y de una aceptación rotunda y sincera. Pero ahí está probablemente su secreto. Se de los cuales éste opera. No obstante, el acuerdo alrededor de lo que se esconde detrás
conforma con sobrevivir, y hacerlo bajo formas e imágenes “realistas”, “funcionales”, de la publicidad marca la frontera hasta la que los diferentes grupos contrapublicitari-
“pragmáticas” de su propia actividad, naturalizando así sus funciones, su práctica, os están dispuestos a avanzar juntos; aquí es donde empiezan a bifurcarse los caminos
sus objetivos y fines, resguardándose tras consignas que nos recuerdan, con manifiesta de la crítica antipublicitaria –y aquí es donde empieza lo más interesante. La sociedad
obviedad, lo “inevitable” de su ejercicio para una sociedad como la nuestra. De ahí de consumo es algo -cómo decirlo si no- que depende del cristal con que se mire.
que combatir la publicidad no sea una tarea nada sencilla. Quien quiera hacerlo no Puede ser muchas cosas y tomar valores muy distintos: podemos referirnos a ella
sólo debe enfrentarse a fuerzas omnipresentes y poderosas, sino que además tiene que para denunciar el mundo y el poder de las marcas, de las grandes corporaciones, para
hacer frente a la invisibilidad y al olvido que paradójicamente caracteriza una activi- protestar contra la sociedad de mercado, contra los efectos del capitalismo postindus-
dad tan presente en nuestras vidas y conciencias. Y es que es seguramente contra ese trial, o para alertar de un mundo que muere por nuestro modo de vida, por las formas
hábito, contra esa rutina -que se adhiere a nosotros como un sutil maquillaje- contra crecientes de despilfarro y descontrol en todos los ámbitos y sentidos; podemos refer-
lo que es más difícil luchar, puesto que borra, minimiza y desarticula los malestares, irnos a ella para hablar del hiperconsumo, de la explotación de los hombres y mujeres,
las hostilidades y las incomodidades que esta omnipresencia acarrea, desactivando así de la reproducción transformada de la lucha de clases, de una forma de explotación
buena parte del poder subversivo que deriva de esas respuestas emocionales. Fomen- y devastación de los recursos naturales... de todo ello, o de algo en particular. Y ahí
tar esa especie de olvido hipnótico es –y ha sido hasta ahora- una de las actividades reside precisamente la diferencia que hace sustancial a cada propuesta.
y de los cometidos más importantes y prioritarios que sin duda persigue la propia Ciertamente, la crítica generalizada al aumento, impresionante y cada vez más
publicidad. El sistema publicitario –un entramado que cuenta no sólo con publicistas colonizante, del rol social del consumo en la sociedad actual constituye uno de los
y especialistas en marketing, sino también con empresas, medios de comunicación y elementos de más consenso dentro de la contrapublicidad. Como denuncian la may-
demás actores implicados en la manutención, supervivencia y desarrollo de tal magno oría de los grupos contrapublicitarios, la sociedad actual se caracteriza por un culto
entramado empresarial, económico y social- dedica enormes esfuerzos y recursos a desmesurado al consumo, por convertirlo en el eje de su modo de producción y repro-
la tarea de borrarse como incomodidad de nuestras conciencias. ducción social. De ahí que se dediquen esfuerzos considerables a desvelar los secretos
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Una forma privilegiada y tremendamente resultona de hacer esto es dedicar
La contrapublicidad que da que muchos esfuerzos a deslegitimar y desactivar toda forma de disidencia, toda sombra
que se proyecte sobre sus objetivos reales, todo grito hastiado que alguien se atreva a
hablar y que pensar... pronunciar. Lo importante, parece ser, es que no llegue el mensaje, o cuánto menos, que
si llega, llegue velado, vaciado, desprovisto de cuánto más poder revelador mejor.
Pero: ¿para qué tantas reticencias? ¿Por qué? La respuesta es bastante obvia. La
Por Israel Rodriguez Giralt contrapublicidad constituye una amenaza, una respuesta ciudadana, un gesto incon-
formista y de crítica radical contra un sistema que está en el centro mismo del modelo
El escritor Émile Zola hace muchos, muchos años denunciaba: “la invasión defini- económico, social y político preponderante. Para silenciarla hay que dedicar cuantos
tiva de los diarios, las paredes y los oídos del público por parte del estruendo de las esfuerzos sean necesarios.
grandes ofertas”. A pesar de los muchos años que nos separan, no cabe duda, que
dichas palabras recogen una sensación muy cotidiana, vigente aún, común y familiar Contrapublicidades y anticonsumos
para la mayoría de nosotros. No hay día en el que no nos enfrentemos a la publicidad,
a sus lenguajes, a sus espacios, a sus informaciones, a sus productos, sus impactos y Como desvelan las acciones contrapublicitarias, la publicidad no es lo que dice ser. La
múltiples actividades... Nuestro espacio de vida es convertido desde hace más de un publicidad no es nunca un simple y neutro instrumento o lenguaje, ni algo que está al
siglo en un catálogo cada vez más amplio al servicio de los intereses publicitarios. servicio de todos, ni mucho menos algo que puede tomar cualquier valor. La realidad
Sin embargo, no es fácil encontrar formas de combate o resistencia a la altura de constata que son unos y no otros quienes la utilizan y explotan, que sirve a determi-
las circunstancias; pocos han conseguido organizar una crítica rotunda que consiga nados intereses, que fomenta determinados valores y que, por todo ello juega un papel
traspasar el umbral de la queja más individual y reactiva. más que relevante en el mantenimiento de un determinado statu quo. La publicidad es,
Por eso, a pesar de todo, la publicidad sigue disfrutando de una excelente salud, en definitiva, la piedra angular de la sociedad de consumo.
copando cada vez más rincones y haciendo gala de índices de aceptación nada des- Muchos de los fundadores de reconocidos grupos contrapublicitarios (como
preciables –a juzgar por su implantación en nuestras vidas. No obstante, también es Adbusters y Casseurs de Pub) son o han sido publicistas. Nadie como ellos para con-
cierto que la publicidad no busca, o al menos no lo parece, disfrutar de una populari- ocer los entresijos del sistema, para denunciar las formas y los mecanismos a través
dad y de una aceptación rotunda y sincera. Pero ahí está probablemente su secreto. Se de los cuales éste opera. No obstante, el acuerdo alrededor de lo que se esconde detrás
conforma con sobrevivir, y hacerlo bajo formas e imágenes “realistas”, “funcionales”, de la publicidad marca la frontera hasta la que los diferentes grupos contrapublicitari-
“pragmáticas” de su propia actividad, naturalizando así sus funciones, su práctica, os están dispuestos a avanzar juntos; aquí es donde empiezan a bifurcarse los caminos
sus objetivos y fines, resguardándose tras consignas que nos recuerdan, con manifiesta de la crítica antipublicitaria –y aquí es donde empieza lo más interesante. La sociedad
obviedad, lo “inevitable” de su ejercicio para una sociedad como la nuestra. De ahí de consumo es algo -cómo decirlo si no- que depende del cristal con que se mire.
que combatir la publicidad no sea una tarea nada sencilla. Quien quiera hacerlo no Puede ser muchas cosas y tomar valores muy distintos: podemos referirnos a ella
sólo debe enfrentarse a fuerzas omnipresentes y poderosas, sino que además tiene que para denunciar el mundo y el poder de las marcas, de las grandes corporaciones, para
hacer frente a la invisibilidad y al olvido que paradójicamente caracteriza una activi- protestar contra la sociedad de mercado, contra los efectos del capitalismo postindus-
dad tan presente en nuestras vidas y conciencias. Y es que es seguramente contra ese trial, o para alertar de un mundo que muere por nuestro modo de vida, por las formas
hábito, contra esa rutina -que se adhiere a nosotros como un sutil maquillaje- contra crecientes de despilfarro y descontrol en todos los ámbitos y sentidos; podemos refer-
lo que es más difícil luchar, puesto que borra, minimiza y desarticula los malestares, irnos a ella para hablar del hiperconsumo, de la explotación de los hombres y mujeres,
las hostilidades y las incomodidades que esta omnipresencia acarrea, desactivando así de la reproducción transformada de la lucha de clases, de una forma de explotación
buena parte del poder subversivo que deriva de esas respuestas emocionales. Fomen- y devastación de los recursos naturales... de todo ello, o de algo en particular. Y ahí
tar esa especie de olvido hipnótico es –y ha sido hasta ahora- una de las actividades reside precisamente la diferencia que hace sustancial a cada propuesta.
y de los cometidos más importantes y prioritarios que sin duda persigue la propia Ciertamente, la crítica generalizada al aumento, impresionante y cada vez más
publicidad. El sistema publicitario –un entramado que cuenta no sólo con publicistas colonizante, del rol social del consumo en la sociedad actual constituye uno de los
y especialistas en marketing, sino también con empresas, medios de comunicación y elementos de más consenso dentro de la contrapublicidad. Como denuncian la may-
demás actores implicados en la manutención, supervivencia y desarrollo de tal magno oría de los grupos contrapublicitarios, la sociedad actual se caracteriza por un culto
entramado empresarial, económico y social- dedica enormes esfuerzos y recursos a desmesurado al consumo, por convertirlo en el eje de su modo de producción y repro-
la tarea de borrarse como incomodidad de nuestras conciencias. ducción social. De ahí que se dediquen esfuerzos considerables a desvelar los secretos
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que esconde dicho culto al consumo, es decir, a las formas de poder y control social
que se derivan de este fenómeno. Y de ahí también la necesidad de luchar, de organi-
zarse, de rebelarse, de protestar, de articular alternativas, de hacer algo para detener
el desvarío en el que estamos embarcados...
¿Y qué es necesario? ¿Cómo hay que articular esta lucha, esta denuncia? ¿Qué
hacer? y ¿por qué? Aquí es donde las respuestas difieren, apareciendo acentos y én-
fasis muy distintos. La contrapublicidad aquí ejerce distintas funciones y lleva a cabo
cometidos muy distintos: se eleva a la vez como práctica liberadora, como forma de
denuncia, como acto rebelde, como acción comprometida, a veces irónica, a veces
extremadamente política, como gesto gamberro, como herramienta de conocimiento
que nos ayuda a conformar un cuerpo de saber, una mirada crítica... La contrapublici-
dad no es algo homogéneo y compacto... es algo que revela, que visibiliza, que analiza,
que denuncia, que articula procesos vinculados al rol social del consumo en nuestras
sociedades. Es algo, en definitiva, en discusión, en debate, en proceso de definición y de
articulación como herramienta o arma política y de denuncia social.
Mientras que para algunos es indispensable unir el gesto contrapublicitario a
cierto grado de identificación colectiva, para otros se trata de priorizar los actos
puntuales que cualquiera puede hacer. Mientras para algunos lo importante es com-
prender e identificarse con una forma de mirar y denunciar el mundo, para otros
lo importante es sentirse activo, vivir y compartir experiencias. Mientras algunos se
centran en tareas que buscan encontrar y construir puentes, articular empatías y
solidaridades que permitan luchar por derechos, libertades comunes y en especial de
protección de sectores marginales o desfavorecidos (lo que requiere en buena parte
conectar las luchas, dar importancia a la creación de espacios para grupos distintos,
redes de gente afín, globalizar la resistencia y la lucha), para otros es más importante
utilizar estos espacios para vincular emocionalmente, solidariamente, y activamente a
gente muy distinta. Unos consideran el cuerpo individual como espacio de identidad,
de resistencia. Otros quieren dar forma también a un cuerpo colectivo que devenga el
espacio expresivo principal de la lucha. Algunos lo buscan intentando salvaguardar la
imagen corporativa, otros optan por formas más internacionalistas. Mientras algunos
buscan en la contrapublicidad una forma de aportar herramientas de análisis y crítica
de una nueva realidad empírica, para otros las acciones responden a intenciones muy
calculadas y a formas organizadas de protesta. Mientras algunos buscan formas es-
pontáneas, o reducidas, de acción, otros dedican esfuerzos a crear redes que extiendan
y consoliden el movimiento. Mientras para algunos lo que pasa expresa un conflicto
estructural, para otros es otra cosa, algo quizás más latente, un sentimiento, un mal-
estar generalizado e inespecífico.
El acento puede situarse en muchos puntos: en hacer replanteamientos críticos
de los modos de vida actuales vinculados al consumo, en mostrar y fomentar la po-
sibilidad de formas de vida alternativas, en denunciar las identidades construidas o
marginadas por las ideologías dominantes, en criticar la normalización hegemónica
que insiste y persigue nuestra existencia de modo implacable... Subpolítica, life-poli-
tics, neotribalismo, antagonismo del futuro, expresión de la actualización de la lucha
Así que hablar de contrapublicidad, como vemos, es hablar de una forma de activ-
ismo muy variado... a veces un arte, a veces un gesto ideológico y muy político. A veces
ambos. A veces una interferencia nueva e inédita de estos y otros aspectos. De una
misma fuente salen riachuelos muy distintos, retratos y diagnósticos muy variados...
sociedades y luchas también diferentes... tácticas y estrategias incluso contrapues-
tas... Ahí precisamente radica su mayor riqueza, su principal fuerza y sus posibilidades
como arma de combate cotidiana.
Y es que hablar de contrapublicidad es hablar de algo más que un epígrafe genéri-
co y vacío, es hablar de una multiplicidad viva cuya principal fuerza es dar que hablar
y que pensar...
Así que hablar de contrapublicidad, como vemos, es hablar de una forma de activ-
ismo muy variado... a veces un arte, a veces un gesto ideológico y muy político. A veces
ambos. A veces una interferencia nueva e inédita de estos y otros aspectos. De una
misma fuente salen riachuelos muy distintos, retratos y diagnósticos muy variados...
sociedades y luchas también diferentes... tácticas y estrategias incluso contrapues-
tas... Ahí precisamente radica su mayor riqueza, su principal fuerza y sus posibilidades
como arma de combate cotidiana.
Y es que hablar de contrapublicidad es hablar de algo más que un epígrafe genéri-
co y vacío, es hablar de una multiplicidad viva cuya principal fuerza es dar que hablar
y que pensar...
Anti-Pub Accion,
Anti-Pub acción, Paris
Paris 2003. foto: 2003. PIC:www.immoklink.com
Immo Klink, Immo Klink, www.immoklink.com 37
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Espacio Público
Por Noel Douglas
¿De quién son las
calle
Una de las motivac s? ¡Nuestras!
iones principales de
privatización y co l movimiento antic
mercialización del
al cercado de las espacio público. Es apitalista es la
zona te pr
el interés de los ric s rurales y a la gentrificación y desa oceso se debe en parte
os, pero también a rrollo de las ciuda
ciudades por parte la invasión crecien des según
de te y constante de
sobre lo poco demo la publicidad. ¿Por qué no se deba nuestras
cr te abiertamente
¿Por qué no tenem ática que es esta forma de utilizar
os ningún control el
sobre el entorno en espacio público?
el que vivimos?
Anti-Pub Accion,
Anti-Pub acción, Paris
Paris 2003. foto: 2003. PIC:www.immoklink.com
Immo Klink, Immo Klink, www.immoklink.com 37
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o que haya
aj es , y ja m ás he visto un parables, el
is
ionan los pa . En estos parajes incom ia. Cuando
duo, me apas ia itar
“Como indivi ias a una valla publicitar erige una valla public
or ad o gr ac ás vi l cu an do et a de pa trullas de
mej
m ue st ra su faceta m ar é un a so ciedad secr cl et as a motor,
hombre ad is on Avenue fund en si le nciosas bici s condenarán
M do
me retire de que viajarán por el mun ¿Cuántos jurados no
s che.
enmascarado ers a la que caiga la no ana?”
ra nd o pó st to s de ca ridad ciudad
reti en es to s ac
pillen
cuando nos Man "
Advertising
“Confe ssions of an
David Ogilvy.
Anne Cronin
http://www.comp.lancs.ac.uk/
sociology/papers/
cronin-advertising-
metabolism-city.pdf
Anne Cronin
http://www.comp.lancs.ac.uk/
sociology/papers/
cronin-advertising-
metabolism-city.pdf
Simon Sinclair,
Director de la agencia de publicidad
Pravda
Clearchannel
London, 2005 foto: Noel Douglas Paris, 2003 foto: Noel Douglas
Simon Sinclair,
Director de la agencia de publicidad
Pravda
Clearchannel
London, 2005 foto: Noel Douglas Paris, 2003 foto: Noel Douglas
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nada bien un análisis crítico y minucioso.
La publicidad se ha convertido en parte ideológica esencial de un
modelo de consumo social y ambientalmente insostenible, así que el
En un taller sobre publicidad para alumnos y alumnas de un Instituto visuali- análisis de anuncios y la creación contrapublicitaria deben
zamos un anuncio de televisión. La protagonista, una atractiva joven, busca tener un papel activo en el currículum de
aparcamiento para un pequeño y manejable Mazda. Encuentra un espacio cualquier centro educativo que
muy reducido y un par de obreros sonríen prepotentes, seguros de que no quiera formar a individuos críti-
será capaz de aparcarlo en él. Al final, lo logra con una maniobra circense, cos. La publicidad y la contra-
usando unos tablones de obra como trampolín, y se aleja andando victoriosa publicidad, como herramientas
ante los obreros. pedagógicas, posibilitan también
¿Para qué se hizo este anuncio?, preguntamos a la clase. “Para demos- espacios creativos innovadores y,
trar que las mujeres saben aparcar”, contestan en bastantes ocasiones. sobre todo, permiten cuestionar
Probablemente, tampoco a tí nadie te enseñó a ver la televisión, menos un modelo de consumo que es
aún a ver los anuncios publicitarios que ella emite. “Es intuitivo, no hay que necesario cambiar.
tener preparación alguna”, pensamos, y sin embargo, los treinta segundos
de un anuncio televisivo (a razón de unos 6000 euros de coste por segundo)
han sido elaborados con especial cuidado, siguiendo una estrategia comuni-
cativa bien definida que se basa en el conocimiento psicológico y sociológico
del espectador y en el control de las más avanzadas herramientas gráficas
y sonoras.
El conjunto de personas que ahora
se sienta en el sofá de su salón pero que
mañana tendrán que elegir entre cuatro
marcas de yogurt con tropezones de Con el objetivo de trabajar el tema del consumo en la asignatura de Energías
fruta, se consideran a sí mismas libres renovables y medio ambiente de 4º de ESO en el Colegio Santa Cristina de
ante el libre mercado. Los creadores de Madrid, elegimos la contrapublicidad como herramienta didáctica. Quería-
las campañas publicitarias de yogures, mos hacer visibles las técnicas publicitarias utilizadas para seducirnos hacia
sencillamente no lo creen. Por eso se el consumo y poner de relieve los mecanismos que nos influyen a la hora de
dedican a la publicidad, para influir en comprar. De forma menos directa, pretendíamos que los alumnos y alumnas
los hábitos de consumo. analizaran por qué el consumo de marcas refuerza su autoestima y la relación
Sorprendentemente la publicidad, entre los productos que habitualmente consumen y la satisfacción de sus nece-
que educa cada día transmitiendo sidades.
valores, construyendo modelos de ocio, señalando insistentemente el consumo La dinámica se realizó en tres partes. Una primera de análisis crítico de
como patrón del éxito social, no es un contenido que se trabaje en las aulas. un anuncio publicitario, una segunda de creación contrapublicitaria a partir
Y no es complicado hacerlo: al extraer de su contexto habitual un anuncio del anuncio analizado y una última donde los alumnos y alumnas elaboraban
publicitario (30 segundos concentrados de símbolos y sentidos) se despliegan contrapublicidad de temática libre.
fácilmente las distintas estrategias comerciales que lo sostienen. A la mayor Buscábamos un anuncio gráfico relacionado con la asignatura, así que
parte de los anuncios publicitarios, basados en crear lazos afectivos con el propusimos analizar uno de Iberdrola sobre la “energía verde”. Escogimos
espectador antes que en ofrecer información útil del producto, no les sienta éste porque no conviene comenzar analizando anuncios de objetos de consumo
clave para ellos y ellas, ya que podrían negar el valor de lo que se está tratando
51
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si ven necesario autojustificar sus hábitos.
Para analizar el anuncio, que previamente
repartimos en fotocopias, se trabajó en grupos
pequeños a través de tres preguntas muy básicas
y abiertas:
Así pues, tras contestar los puntos en grupo, se pusieron manos a la obra,
sin muchas restricciones en cuanto a técnicas gráficas. La mayor parte decidió
recortar y pegar imágenes y rotular las letras a mano. Otros retocaron las
imágenes en el ordenador y las imprimieron después.
La tercera parte de la dinámica les permitía crear contrapublicidad sin
Así pues, tras contestar los puntos en grupo, se pusieron manos a la obra,
sin muchas restricciones en cuanto a técnicas gráficas. La mayor parte decidió
recortar y pegar imágenes y rotular las letras a mano. Otros retocaron las
imágenes en el ordenador y las imprimieron después.
La tercera parte de la dinámica les permitía crear contrapublicidad sin
Aunque el uso de los programas informáticos de diseño gráfico son ya una herra-
mienta habitual a la hora de hacer contrapublicidad, a veces es interesente e incluso
inevitable, volver a recordar técnicas “corta y pega”. Quizás el resultado sea menos
vistoso a nivel gráfico, pero hay algunas ventajas evidentes:
1 Es poco exigente en recursos y materiales, así que el coste del taller puede
ser mínimo.
Metodología–El taller estaba previsto con una duración de dos horas y media. Co-
menzó con una breve descripción de qué es la contrapublicidad, señalando algunos
ejemplos históricos para fomentar el interés en los y las participantes. A continuación,
Aunque el uso de los programas informáticos de diseño gráfico son ya una herra-
mienta habitual a la hora de hacer contrapublicidad, a veces es interesente e incluso
inevitable, volver a recordar técnicas “corta y pega”. Quizás el resultado sea menos
vistoso a nivel gráfico, pero hay algunas ventajas evidentes:
1 Es poco exigente en recursos y materiales, así que el coste del taller puede
ser mínimo.
Metodología–El taller estaba previsto con una duración de dos horas y media. Co-
menzó con una breve descripción de qué es la contrapublicidad, señalando algunos
ejemplos históricos para fomentar el interés en los y las participantes. A continuación,
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El directorio
Lo que sigue es un intento de recoger las
actividades de algunos de los individuos y gru-
pos internacionales y estatales que trabajan en
el ámbito del sabotaje y la disidencia cultural.
No obstante, para nada pretende ser un listado
exhaustivo. De hecho, nos tememos que sólo
salimos nosotros mismos, nuestros amiguetes
y los amiguetes de nuestros amiguetes. No es
endogamia (bueno, o sí) sino un primer paso
hacia un trabajo de catalogación y difusión más
amplio que esperamos ir desarrollando en la
web y en los próximos Malababa.
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Anti-Pub acción, Paris 2003. foto: Immo Klink, www.immoklink.com