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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación universitaria


Universidad Nacional experimental de los llanos
Occidentales “Ezequiel Zamorana”
Acarigua- estado Portuguesa

Estudiantes:
Génesis Hernández
Milena de las Rosas Liscano
Luis Mario Liscano

Abg. Ana Pinto


Primer año de Derecho sección “B"

Acarigua, octubre 2019


INDICE

Introducción…………………………………………………………………..Pag. 3
Ley Orgánica De La Administración Pública……………………………Pag. 4
Ámbito De Aplicación De La LOAP……………………………………….Pag. 4
Invalidez De Los Actos Administrativos…………………………………Pag. 5
Actos Inexistentes…………………………………………………………...Pag. 6
Irregularidades De Los Actos Administrativos…………………………Pag. 6
Impugnación de los Actos Administrativos……………………………. Pag. 7
Principios De Autotutela De La Administración Pública………………Pag. 7

Ineficacia De Los Actos Administrativo………………………….Pag. 8


Noción De Anulación………………………………………………………...Pag. 9
Fundamentos Del Poder De Revocación………………………………...Pag. 9
Recursos Administrativos………………………………………………....Pag. 11
Conclusión…………………………………………………………………....Pag. 20
Bibliografía……………………………………………………………………Pag. 21
3

Introducción

La Administración Pública es el contenido esencial de la actividad


correspondiente al Poder Ejecutivo, y se refiere a las actividades de gestión, que el
titular de la misma desempeña sobre los bienes del Estado para suministrarlos de
forma inmediata y permanente, a la satisfacción de las necesidades públicas y lograr
con ello el bien general; dicha atribución tiende a la realización de un servicio
público, y se somete al marco jurídico especializado que norma su ejercicio y se
concretiza mediante la emisión y realización del contenido de actos administrativos
a continuación presentamos todo lo concerniente a la Ley de Administración
Publica, así como el estudio de los Actos Administrativos y Los Recursos que se
pueden seguir. Esperando cumplir además con las exigencias de la catedra.
4

Ley Orgánica De La Administración Pública

Conjunto de normas jurídicas que establecen la forma de organización y


áreas de competencia de la Administración Pública que comprende al sector central
y paraestatal, a través de las cuales el Estado ejerce sus atribuciones.

Se debe tener claro que la administración pública es un sistema de límites,


que comprende el conjunto de organizaciones públicas que realizan la función
administrativa y de gestión del Estado y de otros entes públicos con personalidad
jurídica, ya sean de ámbito regional o local.

Por su función, la administración pública pone en contacto directo a la


administración con el poder político, satisfaciendo los intereses públicos de forma
inmediata, por contraste con los poderes legislativo y judicial, que lo hacen de forma
mediata.

AMBITO DE APLICACIÓN DE LA LOAP

Me corresponde tratar, en el marco de estas Segundas Jornadas de Derecho


Público de la Universidad Monteávila, el tema del ámbito de aplicación de la Ley
Orgánica de Administración Pública (en adelante, LOAP)[1], así como los principios
de la organización y acción administrativa consagrados en dicho texto normativo,
para, por último, hacer algunos breves comentarios acerca de la participación
ciudadana en la gestión pública.

En cuanto al ámbito de aplicación de la LOAP, es conveniente señalar que


este puede ser estudiado desde dos perspectivas: una subjetiva y otra objetiva. El
ámbito de aplicación subjetivo alude a las organizaciones administrativas sujetas a
la Ley, las cuales fueron objeto de análisis en la exposición que me antecedió, por
lo que no haremos mayor énfasis en ellas. De otra parte, el ámbito de aplicación
objetivo se refiere a la finalidad de la Ley, es decir, alude al objeto de regulación de
la misma, por lo que centraremos nuestro análisis en éste.

En cuanto al ámbito de aplicación objetivo de la LOAP, su artículo 1°


señala que ésta tiene por objeto establecer los principios y bases que rigen la
organización y el funcionamiento de la Administración Pública; los principios y
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lineamientos de la organización y funcionamiento de la Administración Pública


Nacional y de la administración descentralizada funcionalmente; así como regular
los compromisos de gestión; crear mecanismos para promover la participación y el
control sobre las políticas y resultados públicos; y establecer las normas básicas
sobre los archivos y registros públicos.

Como lo señala la norma en referencia, la LOAP reúne en un solo cuerpo


normativo el conjunto de principios y bases sobre las cuales se funda tanto la
Administración Pública central, como la administración descentralizada
funcionalmente. Su ámbito de aplicación se extiende igualmente a otros aspectos
vinculados con el ejercicio de la función administrativa, como son la regulación de
los compromisos de gestión, el establecimiento de mecanismos para el fomento de
la participación y el control sobre las políticas y resultados públicos y establecer la
normativa aplicable a los archivos y registros públicos. Este instrumento legal
responde al nuevo modelo organizativo establecido para la Administración Pública
por la Constitución de 1999, en la cual se modificó notablemente el marco normativo
en esta materia.

La LOAP encuentra como antecedente inmediato la Ley Orgánica de


Administración Central, dictada en desarrollo del artículo 193 de la Constitución de
1961[2], cuyas disposiciones se limitaban a regular la estructura y el funcionamiento
de la Administración Central, sus órganos y sistemas, el número y denominación de
los Ministerios, sus competencias y las bases de su organización. Dicho instrumento
legal, como lo indica su nombre, tenía restringido su ámbito subjetivo de aplicación
a la Administración central, sin que le estuviera dado extenderse fuera de los límites
dispuestos por el propio constituyente

La vocación de las Leyes de Administración Central siempre fue la de crear


los Ministerios, organizarlos y distribuir entre ellos las competencias. Sin embargo,
la entrada en vigencia de la Constitución de 1999, modificó el marco constitucional
que servía de base a la potestad organizativa de la Administración, al deslegalizarla
para permitir que el Presidente de la República, en Consejo de Ministros, fije el
número, organización y competencia de los Ministerios y otros organismos de la
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Administración Pública Nacional, así como también la organización y


funcionamiento del Consejo de Ministros, dentro de los principios y lineamientos
señalados por la correspondiente Ley Orgánica. (Artículo 236, numeral 20, de la
Constitución).

La regulación legal de la administración descentralizada funcionalmente,


bajo la vigencia del régimen constitucional derogado, también estaba exhortado en
la Constitución de 1961, cuyo artículo 230 establecía que «Sólo por ley, y en
conformidad con la ley orgánica respectiva podrán crearse institutos autónomos [...]
los intereses del Estado en corporaciones o entidades de cualquier naturaleza,
estarán sujetos al control del Congreso, en la forma que la ley establezca». No
obstante, nunca llegó a ser dictada la normativa legal destinada a establecer el
régimen jurídico general de la administración descentralizada; los institutos
autónomos, las corporaciones, las sociedades mercantiles estatales, las
fundaciones y las asociaciones, se regían principalmente por sus instrumentos de
creación.

INVALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

La invalidez puede definirse como una situación patológica del acto


administrativo caracterizada porque faltan o están viciados algunos de sus
elementos. Unos vicios originan simplemente una nulidad relativa o anulabilidad que
cura el simple transcurso del tiempo o la subsanación de los defectos, mientras que
otros están aquejados de la nulidad absoluta o de pleno derecho, lo que conduce
irremisiblemente a la anulación del acto. Los vicios invalidantes se pueden producir
como consecuencia de un vicio de nulidad de pleno derecho o de vicios de
anulabilidad

1. Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo


constitucional.

2. Los dictados por órganos manifiestamente incompetentes por razón


de la materia o de territorio.

3. Los que tengan un contenido imposible.


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4. Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como


consecuencia de ésta.

5. Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento


legalmente establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la
formación de la voluntad de los órganos colegiados.

6. Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por


los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos
esenciales para su adquisición.

7. Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de


rango legal.

Con este inciso se abre la posibilidad de que el legislador ordinario, estatal o


autonómico, amplíe indefinidamente esta categoría.

ACTOS INEXISTENTES.

Cuando hablamos de la inexistencia de un Acto Administrativo nos referimos


fundamentalmente a que éste no tiene vida dentro de la esfera jurídica determinada
por la norma, es así que él mismo nació, pero por su forma o contenido es
atentatorio con la base legal que lo regula..

IRREGULARIDADES DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (1982), al regular el régimen de


nulidades administrativas, pretendió definir en términos taxativos, las diferentes
modalidades (causales) de nulidad absoluta del acto administrativo (art. 19),
considerando por exclusión, como causa de nulidad relativa, cualquier otro vicio
insubsumible en la categoría definida “ope legis”

Dicha irregularidad hace que en casos que estos actos se convierten en nulos o
inexistente. Es así como la propia Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos,
LOPA, determina cuando los actos son absolutamente nulos:

Los actos de la administración serán absolutamente nulos en los siguientes casos:


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1. Cuando así este expresamente determinado por una norma constitucional o legal.

2. Cuando resuelvan un caso precedentemente decidido con carácter definitivo y


que haya creado derechos particulares, salvo autorización expresa de la ley.

3. Cuando su contenido sea de imposible o ilegal ejecución.

4. Cuando hubieren sido dictados por autoridades manifiestamente incompetentes,


o con prescindencia total y absoluta del procedimiento legalmente establecido.

IMPUGNACION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

La impugnación procede en los casos en que los actos administrativos presentan


algún tipo de irregularidad.

PRINCIPIO DE LA AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA:

Privilegio de las Administraciones públicas según el cual sus actos se presumen


válidos y pueden ser impuestos a los ciudadanos, incluso coactivamente, sin
necesidad del concurso de los tribunales, y al margen del consentimiento de
aquéllos. Una comparación entre la posición que ocupan los administrados y la
administración frente a los tribunales muestra claramente el alcance de este
privilegio. Según los profesores GARCÍA DE ENTERRÍA y FERNÁNDEZ
RODRÍGUEZ, «Rige en las sociedades actuales un principio al que puede llamarse
de paz jurídica, y que de un modo muy simple puede esquematizarse como sigue.
Cualquier sujeto que pretenda alterar frente a otro la situación de hecho existente
(statu quo) no puede hacerlo por propia autoridad; si el otro sujeto no aceptase de
grado esa alteración, tiene la carga de someter su pretensión a un Tribunal, el cual
la valorará desde la perspectiva del Derecho y la declarará conforme o no con éste,
dándole en el primer caso fuerza ejecutoria, esto es, una virtud especial que la hace
indiscutible y de cumplimiento forzoso para la parte obligada. A su vez, si esta
resolución ejecutoria no fuese cumplida de grado, tampoco el sujeto beneficiado con
la misma podrá imponerla a la otra parte por su propia coacción privada, sino que
deberá impetrar el respaldo coactivo mediante una segunda pretensión dirigida al
Tribunal, el cual dispondrá la asistencia de la coacción pública (única legítima) si se
acredita que, en efecto, la resolución que trata de imponerse goza de fuerza
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ejecutoria. La primera carga de sometimiento a un Tribunal es la carga de juicio


declarativo; la segunda, la de un juicio ejecutivo». Pues bien, la situación de la
Administración, comparada con la de los ciudadanos, es justamente la contraria,
puesto que, como hemos dicho, no precisa del concurso de la autoridad judicial para
alterar las situaciones de hecho existentes, ni para imponerlas. Así, podríamos
distinguir dos tipos de autotutela: la declarativa, consistente en el privilegio de la
Administración de emitir decisiones (actos) capaces de crear, modificar o extinguir
derechos y deberes de los administrados sin el concurso de los Tribunales y sin el
consentimiento de los destinatarios; y la ejecutiva, por la cual estas decisiones
pueden ser impuestas por la Administración, incluso coactivamente (ejecución
forzosa), sin precisar la aprobación judicial ni el consentimiento de los destinatarios.
La autotutela tiene sus límites, derivados del respeto a los derechos fundamentales,
como, por ejemplo, la necesaria autorización judicial de entrada en el domicilio para
ejecutar decisiones administrativas (art. 96.3 L.R.J.P.A.C.), que corresponde a los
Juzgados de lo Contencioso-Administrativo (art. 8.5 L.J.CA), así como los supuestos
de supensión de la ejecución de los actos en vía recurso administrativo o
contencioso-administrativo

La administración pública tiene la posibilidad de autotutelarse, en el sentido de que


cuando vea que un acto que es emanado de ella revista vicios de
inconstitucionalidad y de ilegalidad, podrá convalidarlos, revocarlos e incluso
corregir errores materiales o de cálculo, siendo que a instancia de parte o de oficio
podrá reconocer la nulidad absoluta de un acto administrativo.

INEFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:

NOCIÓN DE REVOCACIÓN:

Revocación es la anulación, sustitución o enmienda de un fallo o una orden. Dicha


decisión es tomada por una autoridad diferente de la que había resuelto en una
primera instancia. La revocación, por lo tanto, supone un modo de extinción de una
relación jurídica. La operatoria de la revocación es ex nunc (tiene vigencia desde
que se manifiesta la voluntad de revocación).
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Dependiendo del caso, la revocación de un acto jurídico puede ser autorizada por
la ley o por la voluntad expresada por las partes. En los contratos bilaterales, ambas
partes tienen derecho a revocar.

NOCIÓN DE ANULACIÓN:

Anulación: Decisión de la autoridad competente por la que un acto jurídico es dejado


sin efectos de forma retroactiva debido a defectos de fondo o de forma

FUNDAMENTO DEL PODER DE REVOCACION

Como ya he dicho, el Artículo 82 de la Ley Orgánica de Procedimientos


Administrativos otorga un amplio poder a la Administración para revocar actos
administrativos, tanto por razones de mérito como por razones de legalidad en
cualquier momento, siempre y cuando los mismos no hayan creado o declarado
derechos subjetivos o intereses legítimos a favor de particulares. Inversamente,
cuando un acto administrativo crea o declara dichos derechos o intereses, la misma
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos es categórica al prohibir su
revocación. La Administración –en principio–no puede revocar dichos actos
administrativos por razones de mérito.

De todo lo anterior resulta que el acto administrativo que revoca un acto previo que
ha adquirido firmeza y que ha creado o declarado derechos a favor de particulares,
es absolutamente nulo e inválido. Como el Tribunal Supremo de Justicia ha
reconocido al referirse al poder de auto-tutela administrativa.

ALCANCE DE LOS EFECTOS DE REVOCACION (DECLARACION DE


CADUCIDAD Y DECAIMIENTO)

Extinción de los Actos Administrativos Todo acto administrativo está


destinado a producir los efectos jurídicos queridos por su autor. Estos efectos
concluyen frecuentemente, de una vez, al ejecutarse el contenido del acto; y en
ciertas ocasiones, pasado cierto tiempo, al transcurrir el lapso preciso en el mismo
acto. En ambos casos puede decirse que el acto se ha extinguido por el
cumplimiento de su ciclo normal, es decir, que el acto administrativo se ha
consumado. Vía Administrativa y Vía Judicial Siempre que una providencia de la
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autoridad administrativa pone fin a la fuerza jurídica de un acto administrativo, se


dice que se ha extinguido por la vía administrativa. En algunas ocasiones los vicios
de mérito pueden no dañar todo el contenido del acto administrativo sino partes de
él, y en virtud de ello, la administración puede resolver no declarar la extinción del
acto, sino su corrección o modificación. Los administrados que se crean agraviados
por los efectos producidos por un acto administrativo y lo estimen ilegal o
inconveniente pueden: Obtener por la vía administrativa dentro de los límites
establecidos, la revocación o reforma de aquel. Que la autoridad que formuló el
acto, o un superior jerárquico, según los casos, pueda dictar la revocación o
reforma. La supresión de la fuerza jurídica de un acto administrativo puede ser
también declarada por los órganos jurisdiccionales por razones de legitimidad.
Como los tribunales no actúan de oficio, es necesario que la anulación del acto haya
sido pedida por un interesado. Cuando los interesados solicitan ante un tribunal la
declaración de la nulidad de un acto administrativo, se dice que hacen uso de la vía
jurisdiccional.

Eficacia de los actos Existen diferentes categorías sobre las decisiones de la


autoridad administrativa acerca de la validez de los actos anteriormente dictados
por la administración: 1. Revocación por mérito: es la declaración de una autoridad
administrativa en la cual, por razones de conveniencia u oportunidad, se suprimen
los efectos de un acto administrativo. La revocación, se funda en un nuevo examen,
hecho por la administración, acerca de la conveniencia u oportunidad de una
medida, siendo entonces la nueva declaración una ratificación de la primera, y
puede también la administración, en vista del cambio ocurrido en las condiciones de
hecho imperantes en el momento de ser dictado el acto, considerar conveniente
para la comunidad la eliminación de dicho acto. 2. Revocación por ilegalidad: esta
es la decisión emanada de la administración que declara la invalidez de un acto
administrativo por infracción de una regla o derecho. En este caso, la
administración, conforme con el principio de auto tutela, se anticipa a la sentencia
declarativa de la nulidad que pudiera ser dictada por un tribunal competente. En
Venezuela la declaración de nulidad de un acto administrativo por ilegalidad, es
decir, revocación por ilegalidad, solo puede ser hecha por la administración cuando
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se trate de un acto absolutamente nulo, y no de un acto simplemente anulable. En


el artículo 83 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la
administración podrá en cualquier momento, de oficio o a solicitud de particulares,
reconocer la nulidad absoluta de los actos dictados por ella.

RECURSOS ADMINISTRATIVOS

Los recursos administrativos surgen como un remedio a la legal actuación de la


administración. Son medios legales que el ordenamiento jurídico pone a disposición
de los particulares para lograr, a través de la impugnación, que la Administración
rectifique su proceder. Son la garantía del particular para una efectiva protección de
su situación jurídica.

Son denominados recursos, porque se trabaja con un acto preexistente, es decir,


con una materia procedimental ya decidida, que en este caso, es un acto
administrativo de efectos particulares, nunca general (artículo 85).

En cuanto a la naturaleza de los recursos administrativos, la tesis predominante


considera los recursos administrativos como un derecho del interesado, que forma
parte de la garantía constitucional a la defensa. Este es el criterio acogido por el
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencias de la Corte Federal del 05.08.55 y del
24.11.53. Otra tesis considera los recursos como medios procedimentales de
defensa de los derechos de los individuos ante las autoridades públicas, criterio éste
mayoritariamente aceptado, ya que el procedimiento en sí no puede ser calificado
como un derecho, sino como un medio que permita al particular revelarse ante la
conducta ilegítima de la Administración.

El recurso administrativo es un acto por el que un sujeto legitimado para ello pide a
la Administración que revise, revoque o reforme una resolución administrativa, o
excepcionalmente un trámite, dentro de unos determinados lazos y siguiendo unas
formalidades establecidas y pertinentes al caso.

Es necesario distinguir el recurso de la petición. En el primero se parte de la


existencia previa de un acto o resolución administrativa, que es lo que se pretende
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que se reforme o revoque, mientras que la petición tiene como finalidad última la
realización por parte de la Administración de un acto nuevo.

Los recursos administrativos se interponen y resuelven ante la misma


Administración, por lo que esta se convierte así en juez y parte de los mismos. De
ahí que la garantía que se pretende asegurar ofreciendo mediante la interposición
de recursos una posibilidad de reacción contra las resoluciones administrativas se
vea limitada por el hecho de ser la propia Administración la que ha de resolver el
litigio planteado y que deriva de un acto suyo. Y de ahí que en muchas ocasiones,
tras la resolución administrativa, haya que acudir a otras instancias (la vía judicial)
para la última consideración y sentencia sobre el asunto en cuestión.

Se podrán interponer contra las disposiciones administrativas dos tipos de recursos:


el ordinario, que puede ser considerado como el sustituto del antiguo recurso de
alzada, y el extraordinario o de revisión. Sus características las examinaremos más
adelante.

Por el contrario, no cabrá la interposición de recurso contra las disposiciones


administrativas de carácter general. En este sentido la Ley a que hacemos
referencia ha introducido una modificación sustancial con la situación anterior, no
permitiendo proceder a la impugnación de forma directa de una disposición de
carácter general. No obstante, sí cabe la posibilidad de una impugnación indirecta
mediante la impugnación de un acto administrativo de aplicación de una disposición
general, pudiéndose interponer el recurso ante el órgano administrativo del que
emanó la disposición general de cuya aplicación deriva el acto recurrido y no sólo
ante el órgano del que emanó el acto.

Las leyes podrán sustituir el recurso ordinario por otros procedimientos de


impugnación o reclamación, incluidos los de conciliación, mediación y arbitraje. Ello
se hará en supuestos o ámbitos sectoriales determinados y cuando la especificidad
de la materia así lo justifique y ante órganos colegiados o comisiones específicas
no sometidas a instrucciones jerárquicas. No obstante, deberán sujetarse a los
principios, garantías y plazos que la Ley sobre Procedimiento Administrativo
establece.
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Fin de la vía administrativa

Para saber qué tipo de recurso procede interponer ante una resolución
administrativa habrá de tenerse conocimiento de cuándo se produce el fin de la vía
administrativa. En este sentido, ponen fin a la vía administrativa:

– Las resoluciones que recaigan en los Recursos Ordinarios interpuestos.

– Las resoluciones que recaigan en los procedimientos especiales que sustituyan al


recurso ordinario, que se han indicado anteriormente (procedimientos de
impugnación o reclamación, incluidos los de conciliación, mediación y arbitraje).

– Las resoluciones que sean dictadas por órganos que carezcan de superior
jerárquico, salvo que se establezca lo contrario por Ley.

– Otras resoluciones administrativas que por ley o reglamentariamente se haya


establecido que ponen fin a la vía administrativa.

La disposición adicional novena de la Ley a que nos estamos refiriendo establece


las resoluciones que ponen fin a la vía administrativa en lo concerniente a la
Administración General del Estado, que son:

– Las del Consejo de Ministros y sus Comisiones Delegadas.

– Las de los Ministros dentro de sus competencias departamentales.

– Las de los Subsecretarios y Directores Generales en materia de personal.

Tipos de Recursos Administrativos

Como se dijera en el capítulo anterior, los recursos administrativos forman parte de


los procedimientos de segundo grado. Dentro de estos procedimientos pueden
destacarse, de acuerdo a la Ley que rige la materia, tres tipologías distintas, a saber:

Recursos Ordinarios:

Son aquellos que revisten un carácter genérico, ya que pueden plantearse en todos
los casos, salvo en aquellos que exista disposición legal en contrario.
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a) Objeto: El recurso ordinario es el que se interpone por las personas interesadas


contra las resoluciones que no pongan fin a la vía administrativa o contra los actos
de trámite que determinen la imposibilidad de continuar un procedimiento o
produzcan indefensión. Dicho recurso se interpone ante el órgano superior
jerárquico del que dictó las resoluciones o actos impugnados en el. A estos efectos,
los tribunales y órganos de selección del personal al servicio de las
Administraciones Públicas se considerarán dependientes de la Autoridad que haya
nombrado al presidente de los mismos.

b) Plazo: El plazo para la interposición del recurso ordinario será de un mes.


Transcurrido dicho plazo sin haberse interpuesto el recurso, la resolución será firme
a todos los efectos, sin perjuicio, en su caso, de que proceda la interposición de
recurso extraordinario de revisión

c) Motivos: El recurso ordinario podrá fundarse en cualquiera de los motivos de


nulidad o anulabilidad de los actos de las Administraciones Públicas.

Los actos de las Administraciones Públicas son nulos de pleno derecho en los casos
siguientes:

a) Los que lesionen el contenido esencial de los derechos y libertades susceptibles


de amparo constitucional.

b) Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de materia o


del territorio.

c) Los que tengan un contenido imposible.

d) Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de


ésta.

e) Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente


establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la formación
de la voluntad de los órganos colegiados.
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f) Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se
adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales
para su adquisición.

g) Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición legal.

También serán nulos de pleno derecho las disposiciones administrativas que


vulneren la Constitución, las leyes u otras disposiciones administrativas de rango
superior, las que regulen materias reservadas a la Ley, y las que establezcan la
retroactividad de disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de
derechos individuales.

Por otro lado, son anulables los actos de la Administración que incurran en cualquier
infracción del ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder. El defecto de
forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los requisitos
formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de las
personas interesadas. Por último, la realización de actuaciones administrativas
fuera del tiempo establecido para ellas sólo implicará la anulabilidad del acto cuando
así lo imponga la naturaleza del término o plazo.

Los vicios y defectos que hagan anulable el acto no podrán ser alegados por los
causantes de los mismos.

Interposición: El recurso podrá interponerse ante el órgano que dictó el acto que se
impugna o ante el órgano competente para resolverlo. Si el recurso se hubiera
presentado ante el órgano que dictó el acto impugnado, este deberá remitirlo al
competente en el plazo de diez días, con su informe y con una copia completa
ordenada de su expediente. En este sentido, la persona titular del órgano que dictó
el acto recurrido será responsable directa de cumplimentar lo anteriormente
indicado.

Resolución Presunta: Transcurridos tres meses desde la interposición del recurso


ordinario sin que recaiga resolución, se podrá entender desestimado y quedará
expedita a vía procedente.
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Se exceptúa el caso de recursos interpuestos contra la desestimación presunta de


una solicitud por transcurso del plazo, en el que se entiende que queda estimado si
la Administración no resuelve en el plazo oportuno.

Dentro de los recursos ordinarios se distinguen a su vez: el recurso de


reconsideración y el recurso jerárquico.

El recurso de reconsideración se le suele calificar como un recurso horizontal, en el


sentido de que el mismo es ejercido en contra de la actuación emanada del órgano
que dictó el acto originario. El mismo debe ser decidido en un lapso de 15 días
hábiles. Ahora bien, cuando quien debe decidir el recurso de reconsideración es la
máxima autoridad, éste cuenta con un lapso mayor, el cual es de 90 días continuos.

Debe destacarse que en contra del acto que decide el recurso de reconsideración,
no es posible volver a ejercer este tipo de recurso.

El recurso jerárquico es denominado, a diferencia del anterior, como un recurso


vertical, ya que el mismo se intenta ante la superior jerarquía dentro de la
organización. En el caso de los Municipios, ante el Alcalde o en los casos de la
Administración Pública Nacional, ante el Ministro respectivo.

El lapso para decidir el recurso es de 90 días continuos, contados a partir de la


interposición del mismo.

Es de hacer notar que las decisiones que resuelvan el recurso jerárquico, agotan la
vía administrativa, es decir, que al ser dictadas por la máxima autoridad del ente
administrativo de que se trate, dicha decisión, abre el camino al ejercicio de los
recursos jurisdiccionales judiciales.

Recursos Especiales:

Estos recursos sólo proceden en aquellos casos expresamente previstos en la


norma, la cual especifica el recurso admisible.

En nuestra legislación se considera como recurso especial, el denominado recurso


jerárquico impropio, el cual se ejerce ante las máximas autoridades de los entes
descentralizados de la Administración Pública. Por ejemplo, en caso de una decisión
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emanada de un Instituto Autónomo Municipal, el recurso debe plantearse ante el


Directorio o Junta Directiva del mismo y luego de su decisión, conocería
eventualmente el máximo órgano del organismo de adscripción que sería el Alcalde.
Este recurso se funda en el principio de jerarquía administrativa, según el cual, los
entes que ejercen la tutela de los órganos que componen la Administración
Descentralizada, tienen competencia para revisar no sólo la legitimidad, sino la
oportunidad o conveniencia de sus actos.

Recursos Extraordinarios: A diferencia de los anteriores, los recursos


extraordinarios operan “aun cuando el acto ha quedado firme”, es decir, aún fuera
de los lapsos que la ley prevé para su impugnación.

Dentro de estos recursos encontramos el denominado recurso de revisión, el cual,


como se dijo anteriormente, supone un acto firme y, por lo tanto, la decisión que
eventualmente se dicte afectará la autoridad de cosa juzgada administrativa. Este
recurso procede frente a cualquier acto que haya quedado firme, no necesariamente
ante aquellos que causen estado.

El lapso para su ejercicio es de tres meses y varía según el motivo de impugnación


de que se trate. En efecto, cuando los motivos de la impugnación sean documentos
o testimonios declarados falsos por sentencia judicial definitivamente firme, que
hubieren influido de manera decisiva en la resolución del asunto, o cuando la
decisión hubiere sido adoptada por cohecho, fraude, violencia o soborno, y ello
hubiere quedado establecido en sentencia judicial definitivamente firme, el lapso de
impugnación será dentro de los tres (3) meses siguientes a la fecha de la sentencia.
Ahora bien, si el motivo hubiere sido la aparición de pruebas esenciales para la
resolución del asunto, no disponibles para la época de la tramitación del expediente,
este lapso comenzará a computarse a partir del momento en que se haya tenido
noticia de la existencia de las pruebas. Por lo que se refiere al lapso para decidir,
éste es dentro de los treinta días siguientes a la fecha de presentación del recurso.
(Artículos 85 al 99 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos).
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Es de hacer notar que, una vez interpuesto cualquiera de los antedichos recursos,
el interesado no podrá acudir ante la jurisdicción contencioso-administrativa hasta
tanto se produzca la decisión o se venza el plazo que tenga la administración para
decidir, ello con la finalidad de evitar decisiones contradictorias.

a) Objeto: El recurso extraordinario de revisión es el que se interpone por las


personas interesadas contra los actos que agoten la vía administrativa o contra los
que no se haya interpuesto recurso administrativo en plazo.

b) Motivos: El recurso extraordinario de revisión podrá interponerse cuando


concurra alguna de las circunstancias siguientes:

1ª. Que al dictar los actos recurridos se hubiera incurrido en error de hecho, que
resulte de los propios documentos incorporados al expediente.

2ª. Que aparezcan o se aporten documentos de valor esencial para la resolución


del asunto que, aunque sean posteriores, evidencien el error de la resolución
recurrida.

3ª. Que en la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios


declarados falsos por sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella
resolución.

4ª. Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación,


cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya
declarado así en sentencia judicial firme.

c) Plazo: El recurso extraordinario de revisión se interpondrá cuando se trate de la


causa primera indicada en el apartado anterior, dentro del plazo de cuatro años
siguientes a la fecha de la notificación de la resolución impugnada. En los demás
casos, el plazo será de tres meses a contar desde el conocimiento de los
documentos o desde que la sentencia judicial quedó firme.

d) Interposición: El recurso extraordinario de revisión podrá interponerse ante el


órgano que dictó el acto que se impugna o ante el órgano competente para
resolverlo. Si el recurso se hubiera presentado ante el órgano que dictó el acto
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impugnado, este deberá remitirlo al competente en el plazo de diez días, con su


informe y con una copia completa ordenada de su expediente. En este sentido, la
persona titular del órgano que dictó el acto recurrido será responsable directa de
cumplimentar lo anteriormente indicado.

El órgano al que corresponde conocer del recurso extraordinario de revisión debe


pronunciarse, no sólo sobre la procedencia del recurso, sino también sobre el fondo
de la cuestión resuelta por el acto recurrido.

e) Resolución Presunta: Transcurrido el plazo de tres meses desde la interposición


del recurso extraordinario de revisión sin que recaiga resolución, se entenderá
desestimado, quedando expedita la vía jurisdiccional contencioso-administrativa.
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CONCLUSION

Luego de realizado nuestro estudio podemos concluir que:

o La Ley Orgánica De La Administración Pública es la encargada de regular


todos los actos que realice el estado a través de los funcionarios públicos y/o
particulares.
o Los actos administrativos constituyen una parte esencial de la administración
pública, para el logro de los objetivos para el logro de los objetivos que esta
pretende alcanzar siendo el Derecho Administrativo una rama del Derecho
que busca brindar a la sociedad por medio de los servicios públicos para la
satisfacción de las necesidades de la comunidad. Los actos administrativos,
son herramientas utilizados por la actividad Administrativa.
o En sentido amplio el acto administrativo se aplica a toda clase de
manifestaciones de la actividad de los sujetos de la administración pública; y
en el sentido estricto, comprende y abarca a las "Manifestaciones de la
voluntad del Estado para crear efectos jurídicos", particularmente esta última,
de significación más restringida y específica, se constituye en el verdadero
eje del derecho administrativo.
o El recurso administrativo es un acto por el que un sujeto legitimado para ello
pide a la Administración que revise, revoque o reforme una resolución
administrativa, o excepcionalmente un trámite, dentro de unos determinados
lazos y siguiendo unas formalidades establecidas y pertinentes al caso.
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BIBLIOGRAFIA

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Caracas Venezuela


1999.

Colección de Estudios Jurídicos Tribunal Supremo de Justicia, Caracas


Venezuela 2002.

Ley Orgánica De La Administración Pública, Caracas Venezuela

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