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1.

- principios morales y ética del administrador republicano

1. Salvaguardar en todo momento y en cada una de sus actuaciones, los


intereses generales del Estado y la preservación del patrimonio público.
2. Actuar con estricto apego a las leyes y a todas las demás normas e
instrucciones que deben regir su comportamiento en la realización cabal de
todas las tareas que tenga asignadas.
3. Dedicar todos sus esfuerzos para cumplir, con la máxima eficiencia y la más
alta eficacia, la misión que le esté encomendada.
4. Realizar permanentemente actividades de superación personal y de
colaboración en el mejoramiento institucional de la administración pública y,
en particular, del organismo donde preste sus servicios.
5. Rehusar con firmeza inequívoca el mantenimiento de relaciones o de
intereses, con personas u organizaciones, que sean incompatibles con sus
cargos y con las atribuciones y funciones que le estén asignadas.
6. Proceder con objetividad e imparcialidad en todas las decisiones que le
corresponda tomar y en los asuntos en los que deba intervenir.
7. Rechazar en cualquier caso y circunstancia y no solicitar jamás, ni para sí
mismos ni para terceros, pagos, beneficios o privilegios en ocasión de los
servicios que deba prestar.
8. Ajustar su conducta, de modo estricto y sin excepciones, a favor de la
transparencia en la administración pública manteniendo la confidencialidad
y reserva de información en aquellos casos excepcionales cuya divulgación
esté prohibida, por razones del superior interés público, de modo expreso y
temporal.
9. Denunciar ante la autoridad competente y rechazar cualquier actividad
contraria al correcto manejo de los fondos y del interés público.
10. Tratar a los ciudadanos y a los funcionarios públicos con absoluto respeto y
con apego a la estricta legalidad, prestándole sus servicios y colaboración
de manera eficiente, puntual y pertinente, sin abusar en modo alguno de la
autoridad y atribuciones que le sean conferidas en ocasión del cargo que
desempeñe.

2.- Registro Nacional de Funcionarios y Funcionarias Públicos


Artículo 9. El Ministerio de Planificación y Desarrollo deberá llevar y mantener
actualizado el registro nacional de funcionarios y funcionarias públicos al servicio
de la Administración Pública Nacional, de conformidad con lo que señalen los
reglamentos de esta Ley.

Al registro nacional de funcionarios y funcionarias públicos quedarán integrados


los demás registros de personal que puedan preverse en leyes especiales.

Parágrafo Único: En los estados y municipios el órgano o ente encargado de la


planificación y desarrollo de la correspondiente entidad territorial tendrá las
mismas competencias previstas en este artículo en el ámbito de su territorio.

3.- Oficina de Recursos Humanos

La Oficina de Recursos Humanos, es la responsable de desarrollar las políticas y


programas de Recursos Humanos, en procura de una gestión administrativa
eficiente y eficaz.

Por otra parte, debe ser enlace entre las autoridades ministeriales y los sindicatos
del ministerio y demás entes gremiales que funcionen en el ámbito nacional, a fin
de facilitar su comunicación y toma de decisiones.

Prestar los servicios que garanticen la salud, la seguridad laboral e instrumental y


el bienestar social de los trabajadores, de conformidad con las leyes que regulen
la materia, es otra de las responsabilidades de esta unidad.

A esta oficina también le corresponde elaborar el plan de personal de conformidad


con la Ley del Estatuto de la Función Pública y realizar los concursos que se
requieran para el ingreso o ascenso de los funcionarios y funcionarias de carrera,
según los lineamientos del Ministerio del Poder Popular para al Planificación y
Desarrollo.

La Dirección de Gestión y Desarrollo de Recursos Humanos y la Dirección de


Administración de Recursos Humanos son las direcciones de líneas que
conforman esta oficina.
4.- sistema de administración de personal

Antes este capítulo estaba referido a los funcionarios públicos de carrera. Ahora,
no hay distinción. Los conceptos no varían en cuanto al servicio activo y a la
comisión de servicio; sólo que esta última antes duraba máximo un año (por el
Reglamento, art. 74) y hoy, el Decreto Ley dispone que no podrá exceder de tres
(3) años (art. 89).

Como novedad se regula la transferencia del funcionario público cuando tenga


lugar la descentralización de las actividades a cargo del órgano o ente donde
presten su servicio. El pasivo laboral causado hasta la fecha de la transferencia
será pagado al órgano receptor para que éste, a su vez, lo cancele al funcionario
como parte de las cantidades que puedan corresponderle al momento de su
retiro. Se indica que el funcionario que cumpla con los requisitos para el disfrute
de la jubilación o de la pensión por invalidez no podrá ser transferido. Se elimina el
permiso especial para los funcionarios públicos de carrera que hubieren sido
elegidos para cargos de representación popular. Nada se dice, como antes, sobre
el tiempo se servicio prestado con anterioridad en otros organismos públicos para
los efectos de la antigüedad. Consideramos que siendo el patrono el Estado, el
tiempo servido en cualquier organismo público deberá tomarse en cuenta para los
efectos de la antigüedad.

Comentamos que no existe la disponibilidad que regulaba la Ley de Carrera


Administrativa, y es por eso, que señala el Decreto Ley, que el funcionario de
carrera nombrado para ocupar un cargo de alto nivel tiene derecho a su
reincorporación en un cargo de carrera del mismo nivel al que tenía en el
momento de separarse del mismo; pero agrega el Decreto, “si hubieren cargos
vacantes” .

Como en la Ley de Carrera Administrativa, se deja al Reglamento el régimen


de los permisos y licencias.

5.- responsabilidad y régimen disciplinario

RESPONSABILIDADES Y REGIMEN DISCIPLINARIO


Como en la Ley de Carrera Administrativa los funcionarios públicos, también
responden penal, civil, administrativa y disciplinariamente por los delitos, faltas,
hechos ilícitos e irregularidades administrativas cometidos en el ejercicio de sus
funciones. Se incorpora una disposición para frenar los abusos -y ojalá se
cumpla- de los funcionarios públicos irresponsables. El artículo 100 del Decreto
Ley señala que: “Los funcionarios que renuncien, disminuyan o comprometan
sus competencias de dirección o gestión de la función pública mediante
convenciones colectivas de trabajo o decisiones administrativas, serán
responsables de los perjuicios causados a la República por responsabilidad
administrativa, civil y penal, de conformidad con las leyes de la República”, aparte
de que el artículo 124 ejusdem señala que: “ El órgano o ente empleador y la
organización sindical no podrán suscribir una convención colectiva contentiva de
compromisos de índole laboral que excedan los límites técnicos y financieros
establecidos por el Ejecutivo Nacional. Las convenciones firmadas en
contravención de esta disposición serán nulas. Asimismo, los sindicatos no podrán
ejercer el derecho a huelga cuando el mismo tenga por objeto lograr la suscripción
de la convención colectiva contraviniendo las previsiones del presente Decreto
Ley”.

El artículo 125 ejusdem, agrega que: “el incumplimiento por parte de los
representantes de los órganos de entes empleadores, de los criterios técnicos y
financieros fijados por el Presidente de la República y de las instrucciones
impartidas por el Ministerio de Finanzas, así como de las demás disposiciones
consagradas en el presente Decreto Ley y su Reglamento, dará lugar a
responsabilidad administrativa, penal y civil según el caso”.

REGIMEN DISCIPLINARIO

La Ley de Carrera Administrativa instituyó cuatro tipos de sanciones


disciplinarias: amonestación verbal; amonestación escrita; suspensión del cargo,
con o sin goce de sueldo; y destitución. Ahora, por el Decreto Ley se reducen a
dos: amonestación escrita y destitución.

Quedan eliminadas las amonestaciones verbales, pasando algunas de ellas a


ser causales de amonestación escrita, como son: “la negligencia en el
incumplimiento de los deberes inherentes al cargo” y “la falta de atención debida al
público”. Quizás privó el criterio de que en la práctica las amonestaciones verbales
eran inoperantes.

También desaparece la suspensión del cargo, con o sin goce de sueldo, como
sanción disciplinaria; que si bien es cierto, en la Ley de Carrera Administrativa no
se previeron las causales, la jurisprudencia las había admitido en algunos
supuestos de destitución, pero aplicándose no ésta, sino la suspensión como
sanción. La suspensión como medida preventiva para una investigación judicial o
administrativa se mantiene en un Título nuevo (VII, arts. 108 y ss.) denominado
“Medidas Cautelares Administrativas”.

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