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Resumen
El estatuto epistémico de la así llamada ciencia del derecho es uno de los temas más
antiguos de la filosofía política y de la filosofía del derecho. En la actualidad, los pos-
tulados políticos y los enunciados evocativos del sistema normativo hegemónico han
sido aceptados como verdades “científicas”. La crítica jurídica nuevamente ha iniciado
el debate para demostrar que la “cientificidad” del derecho es un efecto retórico del
discurso y, en tal empresa, el estudio de la doxografía permite demostrar las falacias y
la absoluta distorsión de los textos antiguos.
Palabras clave
Verdad, λóγος, ἐπιστήμη, φύσις, ciencia del derecho.
Abstract
The epistemic statute of the so-called science of law is one of the oldest topics of
political philosophy and philosophy of law. At present, the political postulates and
the evocative statements of the hegemonic normative system have been accepted as
‘scientific’ truths. Legal criticism has once again begun the debate to demonstrate that
the ‘scientificity’ of law is a rhetorical effect of discourse, and in such an effort, the
study of doxography allows to demostrate the fallacies and the absolute distortion of
ancient texts.
Keywords
Truth, λóγος, ἐπιστήμη, φύσις, science of law.
Sumario
1. Introducción. 2. Reflexión preliminar. 3. El ser vivo que puede hablar. 4. El estudio
epistémico del derecho. 5. La verdad en Metafísica Θ10. 6. A modo de conclusión.
Introducción
Reflexión preliminar
En la teoría jurídica moderna existe una cierta pretensión por validar la homo-
logía entre λóγος y ἐπιστήμη, la cual afirma la impronta clausurante2 del lenguaje
1
Eric Robertson Dodds, Los griegos y lo irracional, versión de María Araujo, Madrid, Alianza Editorial,
1997, p. 12.
2
Martin Heidegger, Lógica. La pregunta por la verdad; versión de José Alberto Ciria, Madrid, Alianza
Editorial, 2009, pp. 11-12: “Términos como lógica, física, ética se derivan de las formas griegas λογική,
φυσική, ἠϑική, y en cada caso habría que añadir ἐπιστήμη. Este término significa aproximadamente lo
que indica la palabra alemana Wissenschaft, “ciencia”. Wissenschaft, “ciencia” […] es un cierto conjunto
cerrado de multiplicidad de saberes, y en concreto de conocimientos fundamentados, obtenidos de las
propias cosas que hay que conocer, y obtenidos por haberlas inteligido”.
3
Ibid., p. 13: “[…] el comportamiento y el ser del hombre se hacen notar ante todo precisamente mediante
el hablar, los griegos definieron tempranamente al hombre, ya en su caracterización precientífica, como
ζῶον λόγον ἔχον, el ser vivo que puede hablar y que en este hablar codetermina su ser”.
4
La tradición ubica este fragmento, según la nomenclatura de Diels-Kranz, como el fragmento 51,
no obstante, para este escrito he tomado la fuente griega y la traducción de Giorgio Colli. Sobre el
particular, remito a Giorgio Colli, La sabiduría griega, vol. iii, Heráclito, trad. de Dionisio Míngez, Madrid,
Trotta, 2010, pp. 20-21: “14 [A4] No entienden cómo precisamente en la separación se hace realidad la
coincidencia consigo mismo. Y es que se crea una armonía en contrapunto, como la del arco y la lira.”
5
Erika Lindig Cisneros, “El sujeto discursivo: la construcción social de subjetividades en el pensamiento
de Bajtín y su Círculo”, en Acta poética, núm. 30-1, 2009, p. 328, versión electrónica.
6
Heidegger, op. cit., p. 13.
7
Marcel Detienne, Los maestros de verdad en la Grecia arcaica, prefacio de Pierre Vidal-Naquet, México,
Sexto Piso, 2004, p. 127: “Pileo es ese rey de justicia […] estrechamente asociado a las Musas en cuyo
templo —se dice—, ha enseñado ‘el arte de las palabras’ (λόγων τέχνον); él es el inventor de la ‘retórica’,
arte de persuasión, arte de decir ‘palabras engañosas, semejantes a la realidad’”.
8
Ibid., p. 38: “El logos consiste en el simple permitir ver algo”. El logos se entiende así como “percepción
racional y razón”.
9
Este ensayo es sobre el mundo antigüo. La cuestión, sin embargo, es ampliamente tratada en dos textos:
El abuso de las palabras de John Locke y Teología y lenguaje de Giorgio Agamben.
10
Aristóteles, Órganon, tomo I, intr., trad. y notas de Miguel Candel Sanmartín, Madrid, Gredos, 2008,
pp. 26-27: “[…] las categorías [son] los diversos esquemas a los que se ajusta la enunciación del verbo
‘ser’ en los juicios […] el verbo ‘ser’ […] no constituye en sí mismo ningún predicado, ni siquiera en su
forma participal ón, ‘ente’ (lit.: ‘lo que es’) […] la función del eînai de los enunciados […] es ante todo y
sobre todo la de declarar la verdad […] o la falsedad […] del complejo sujeto-predicado […] la verdad o
falsedad de un enunciado corresponde a la existencia o no de una referencia objetiva para los términos
de dicho enunciado y su mutua relación”.
11
Heidegger, Parménides, Madrid, Akal, 2005, pp. 5-6: “Pensar lo verdadero significa: experimentar lo
verdadero en su esencia y saber la verdad de lo verdadero en dicha experiencia esencial […] lo pensado
en dicho pensar es justamente lo histórico por excelencia, lo que precede y, con ello, lo que anticipa
toda historia subsiguiente. Llamamos […] a lo precedente y a aquello que determina toda la historia:
lo inicial. Puesto que no reposa atrás en un pasado, sino que subyace en la anticipación de lo venidero,
lo inicial llega a ser siempre de nuevo expresamente donación para una época […]. El inicio es lo último
en llegar en la historia esencial […]. El primer pensador inicial se llama Anaximandro […]. Los otros
dos pensadores […] son Parménides y Heráclito […] el pensar posterior […] se aleja cronológicamente
de su comienzo, sino también, y sobre todo, de lo que es pensado a partir de su inicio. Las generaciones
ulteriores se enajenan cada vez más del pensar temprano […] surge la duda de si una época más tardía
esté, por cierto, aún en condiciones de pensar nuevamente los pensamientos más tempranos. A esta duda
se agrega otra: la de si tal proyecto, suponiendo que sea posible, puede ser aún de alguna utilidad […] este
pensar temprano sólo nos ha sido transmitido en fragmentos”.
Con necesidad no pelean ni los dioses —dijo Simónides, y al cabo de unos siglos lo
repetía Platón […] Los dados que echa Júpiter caen siempre bien.
Nunca se ha visto a una nación fuerte ser conservadora, ni a una nación sana ser
imperialista. Quiere imponerse quien no puede ya transformarse […]
quien no puede transformarse se ha paralizado en verdad.
Fernando Pessoa13
La verdad en Metafísica Θ 10
Lo falso, dice Aristóteles, siempre es posible sólo donde hay σύνϑεσις […]
Ahora conocemos la estructura del λόγος, pero no lo que significa “verdadero” y
“falso” […] nuestros términos “verdadero”, “falso”, “verdad”, “falsedad” no acier-
tan con el sentido al que se referían los griegos con los términos correspondientes
de ἀληϑές y ψεῦδος […] los griegos entienden […] esto: verdad igual a descubri-
miento o ser descubierto, y ψεῦδος, falsedad, igual a ocultamiento o desfiguración
[…] es un prejuicio pensar que Aristóteles sostuvo una teoría de la verdad en el
sentido de una teoría de la reproducción, como si la verdad consistiera en que las
representaciones en el alma imitan un ente externo […] ni el concepto aristoté-
lico de verdad, ni en general el concepto griego de verdad, hay que orientarlo a la
reproducción […] para comprenderlo hay que orientarlo al descubrir y al ocultar.
Martin Heidegger16
perfecta, de la forma lógico-discursiva del pensar, religión que, irrefrenablemente, absolutiza las ideas que
produce, axiomatiza las propias hipótesis, considera sub specie aeternitatis el propio existir determinado”.
15
¿Qué hay más allá de la grundnorm? Será la pregunta formulada una y otra vez por Kelsen y Schmitt,
la cual enmarca el gran debate entre las dos corrientes jurídicas dominantes del siglo pasado, a saber:
normativismo y decisionismo. Sobre el particular, ver Hans Kelsen y Carl Schmitt, La polémica Schmitt/
Kelsen sobre la justicia constitucional: El defensor de la constitución versus ¿quién debe ser el defensor de la
constitución?, estudio preliminar de Giorgio Lombardi, trad. de Manuel Sánchez Sarto y Roberto J. Brie,
Madrid, Tecnos, 2009.
16
Heidegger, op. cit., p. 134-135.
encriptado, velado a los ojos del profano: que entienda quien merezca y pueda
hacerlo.17 De ahí que la afirmación según la cual la filosofía es la superación del
mito deviene en un perfecto error; una ilusión que se erige como el gran pre-
supuesto de la Modernidad. Y ello porque, en muchos sentidos, el pensamiento
“moderno” es tan mítico como las composiciones homéricas y hesiódicas de
la Grecia arcaica.18 El medioevo se caracterizó por una pléyade de autores
17
Víctor Rafael Martin, El problema de la verdad en la metafísica de Aristóteles, Maracaibo, Universidad de
Zulia/Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico Condes, 1981, p. 33: “La forma poética que adopta
Parménides, volviendo a lo más antiguo de la literatura griega, es la misma que la Teogonía de Hesíodo, el
poema épico […]. Cabe preguntarse, entonces, qué sentido adquiere esta vuelta a la forma poética, sobre
todo teniendo en cuenta que ya existía una tradición de prosa filosófica desarrollada por los jonios […].
De igual modo que en el plano de la experiencia que narra el proemio, en el de la forma poética de todo
el poema el modelo es, como lo señala Werner Jaeger, la Teogonía: “Esta es la obra que por primera vez
había puesto la poesía épica al servicio de quien quisiera conocer y presentar el mundo de los dioses” […]
Parménides pretendió que el proemio en especial tuviera la importancia y seriedad de una revelación
religiosa. La forma que adopta el poema no es, sin embargo, una mera consecuencia, de carácter externo,
de su decisión de expresar su verdad como revelación divina, sino que puede ser interpretada más bien
como una experiencia sentida por Parménides en su intención de presentarse como émulo del poeta de
la Teogonía, con una nueva y más alta Verdad, la Verdad del ser eterno”. Las mayúsculas en la palabra
verdad son del autor. Yo escribo dios, verdad y razón con minúsculas siempre.
18
Ibid., pp. 17-19: “Αλήθεια […] no es una pura creación del espíritu del filósofo de Elea. Se trata más
bien de un momento […] en la historia de este concepto, que encuentra sus raíces en el ámbito de un
pensamiento mítico y poético a partir y como superación del cual, en cuanto pasaje al nivel de λόγος,
nace de la filosofía como algo completamente nuevo y distinto […] La Teogonía de Hesíodo testimonia la
representación más antigua de una Alétheia pon el privilegio de ‘decir la verdad’: ‘Sabemos decir muchas
cosas engañosas (ψεύδεα), que parecen la realidad (ἒτύμοισιν ὁμοῖα) pero también sabemos, cuando
queremos, decir la verdad (ἀληθέα γηρύσασθαι)’. Este texto ha sido interpretado […] en el sentido de
una confrontación de Hesíodo con la poesía homérica, signo de un momento culminante y de crisis de
la intuición poética y que prefigura el pasaje a una nueva forma de pensamiento”. En el mismo registro,
Jaeger Werner, La teología de los primeros filósofos griegos, trad. de José Gaos, México, Fondo de Cultura
Económica, 2011, p. 17: “En la épica más antigua no había ni asomos de llamar al poeta por su nombre;
el poeta era sencillamente un vehículo anónimo de la inspiración de las Musas, que llevaba por el ancho
mundo las leyendas de los antiguos tiempos. Este hecho suministra un topos canónico para los prooimia;
pero Hesíodo lo aprovecha como una ocasión para hacer un poco de historia personal. Nos cuenta
cómo se le aparecieron, a él, Hesíodo las Musas mientras guardaba sus ovejas al pie del monte Helicón,
y cómo le dieron el báculo del rapsoda en señal de que su misión debía ser la de cantor. Aquí está ya
claramente expresada la nueva aparición de lo subjetivo. Pero esta aparición también entraña una nueva
responsabilidad. Las Musas dicen a Hesíodo: ‘Sabemos cómo decir muchas cosas falsas que suenan
como verdades; pero también sabemos cómo expresar la verdad cuando lo preferimos’. Evidentemente,
Hesíodo siente que aquí va más allá que los poetas anteriores; pues pretende decir la verdad acerca de
aquellos seres de que más difícil es saber algo, de los dioses mismos”.
19
Aurora Egido, “La agudeza ante la mitología clásica”, Bodas de arte e ingenio. Estudios sobre Baltasar
Gracián; Barcelona, Acantilado, 2014, p. 109.
20
Boecio, La consolación de la filosofía, trad. de Pablo Masa, Madrid, Aguilar, 1977, pp. 26-28: “[…] sobre
mi cabeza se erguía la figura de una mujer de sereno y majestuoso rostro, de ojos de fuego, penetrantes
como jamás los viera en ser humano, de color, sonrosado, llena de vida, de inagotadas energías […]
En su parte inferior veíase bordada la letra griega pi y en lo más alto, la letra thau […]. La mayestática
figura traía en su diestra mano unos libros; su mano izquierda empuñaba un cetro […]. Y cuando vio a
mi cabecera a las musas de la poesía dictándome las palabras que traducían mi dolor, conmovióse de
pronto; y luego, lanzando por sus ojos miradas fulminantes, indignada exclamó: […] ¿Quién ha dejado
acercarse hasta mi enfermo a estas despreciables cortesanas de teatro, que no solamente no pueden
traerle el más ligero alivio para sus males, sino que antes bien le propinarán endulzado veneno? […] Sí,
con las estériles espinas de las pasiones, ellas ahogan la cosecha fecunda de la razón; son ellas las que
adormecen a la humana inteligencia en el mal, en vez de libertarla […] ¿es que ahora queréis quitarme
a este hombre alimentado con las doctrinas de Elea y de la Academia? […]. Marchad, alejaos más bien
de este lugar, Sirenas que fingís dulzura para acarrear la muerte; dejadme a este enfermo, al cual yo
cuidaré con mis númenes, hasta devolverle la salud y el bienestar”.
21
Aristóteles, Problema xxx, trad. de Cristina Serna, Barcelona, Acantilado, 2009, 953a 25-28, p. 81: “[…]
otros muchos héroes parecen haber sufrido claramente del mismo mal que éstos. Y de entre los más
próximos a nosotros en el tiempo Empédocles, Platón, Sócrates, así como muchos otros personajes de
renombre. Y preciso es añadir también a la mayoría de los que se han ocupado de la poesía”.
lectura del hombre porvenir. El tema de la verdad en Aristóteles inicia con la con-
cepción ontológica de la φύσις en Metafísica Ε 2-4, para concluir, en Θ 10, con el
concepto noético metafísicamente relevante.22 La filología y la exégesis doxográ-
fica ofrecen testimonio inimpugnable de la aseveración anterior, la cual permite
sostener que “el discurso verdadero, el plano del ‘es’ del lenguaje [depende] del
‘es’ real, que se muestra de tal modo en su carácter de fundante de la instancia de
la verdad en el pensamiento y el ser de todas las cosas, en el plano dianoético la
verdad se constituye cuando se establece una distancia entre lenguaje y cosa, de
tal manera que la cosa aparece como instancia previa y fundante”.23
6. A modo de conclusión
Roland Barthes24
22
Martin, op. cit., p. 146: “Aristóteles habría desarrollado sólo después de la redacción de E 4 el concepto de
verdad noética metafísicamente relevante, propia de Platón, en el sentido del paso a una concepción
de la verdad prevalentemente lógica, en la cual sólo hay verdad en el juicio”.
23
Ibid., p. 148.
24
Roland Barthes, “Crítica muda y ciega”, en Mitologías, México, Siglo xxi, 2002, pp. 36-37.
Bibliografía
25
Numa Denis Fustel de Coulanges, La ciudad antigua: estudio sobre el culto, el derecho y las instituciones
de Grecia y Roma, Santafé de Bogota, Panamericana Editorial, 1997, pp 22-23: “Vesta no era otra cosa
que una ‘llama viviente’ […] Vesta fue la diosa virgen, que no representa en el mundo la fecundidad
ni la fortaleza: fue el orden, pero no el orden riguroso, abstracto, matemático, la ley imperiosa y fatal,
àνἁγκη, que se advierte muy pronto en los fenómenos de la naturaleza física. Fue el orden moral. Se
la concibe como una especie de alma universal, que regula los movimientos diversos de los mundos,
como el alma humana dicta la regla en nuestros órganos […] El principio de este culto radica fuera de
la naturaleza física y se encuentra en este pequeño mundo misterioso, que es el hombre”.
26
José Saramago, Claraboya, trad. de Pilar del Río, México, Alfaguara, 2012.