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Sobre su biografía no hay extenso contenido para recolectar, sea por la época o por
el poco tiempo que duro Mark desempeñándose como deportista olímpico. Sin
embargo en (Biografias y Vidas, s.f.) Nos cuentan un poco sobre su vida y
crecimiento: “Antes de cumplir los dos años, su familia se trasladó a Hawái, y al
igual que el gran nadador hawaiano del pasado, Duke Kahanemoku, aprendió a
nadar en la playa de Waikiki. A los ocho años, de regreso en California, comenzó a
nadar en las filas del club YMCA. Un año después tenía ya su propio entrenador,
Sherm Chavoor. Practicaba natación los siete días de la semana y las 52 semanas
del año. Antes de cumplir 11 años, Spitz ya era titular de 17 récords nacionales en
su categoría. Poco después, su padre le inscribió en el Club de Natación Santa
Clara, donde tuvo un preparador, George Haines, todavía más duro que Chavoor.
En 1967 se llevó cinco medallas en los Juegos Panamericanos celebrados en
Canadá. Un año después, en los Juegos Olímpicos de México, Spitz consiguió dos
oros (4x100 y 4x200 libres relevos), una plata (100 metros mariposa) y un bronce
(100 metros libres), triunfos que consideró algo decepcionantes, pues esperaba
conquistar cinco o seis medallas de oro. Cuatro años después, los resultados fueron
muy diferentes. Ante todo, Spitz tenía un nuevo preparador, Doc Counsilman,
especialista en manejar atletas, que le llevó a ganar cuatro campeonatos nacionales
y dos interuniversitarios, estableciendo siete récords mundiales. Cuando el equipo
de los Estados Unidos llegó a Múnich, Spitz se había clasificado para siete pruebas.
Las medallas de oro que acumuló en aquellos juegos fueron siete, récord que no
sería superado hasta 36 años después por un compatriota suyo, Michael Phelps.
Comenzó en los 200 metros mariposa, en los que Spitz bajó su propio récord
mundial en casi un segundo (2 min 00 seg 70 cent). Una hora más tarde, lideró al
equipo de 4x100 relevos hacia la victoria, con una nueva plusmarca mundial. Al día
siguiente volvió a la piscina para llevarse su tercer oro y batir su tercer récord
mundial, esta vez en los 200 libres (1 min 52 seg 78 cent). Dos días más tarde
pulverizó otras dos plusmarcas mundiales en los 100 metros mariposa (54 seg 27
cent) y los 4x200 relevos libres.
En ese momento ya había batido el récord establecido en 1964 por Don Schollander
al llevarse cuatro medallas de oro en natación, e igualado al esgrimista italiano Nedo
Nadi en el número de victorias en una misma edición de los Juegos Olímpicos. Para
superar la marca de Nedo, Spitz necesitaba un oro más, y lo consiguió en los 4x100
estilos relevos, por lo que casi renunció a participar en los 100 metros libres, que
finalmente nadó animado por su antiguo entrenador Sherm Chavoor, volviendo a
establecer entonces su sexto récord mundial (51 seg 22 cent). El equipo de Estados
Unidos, en el que Mark nadó el tramo de mariposa, ganó por cuatro segundos de
diferencia, con otro récord mundial para Spitz, que obtenía así su séptimo oro.
Pero, aparte de su carrera deportiva, ¿qué más se sabe de Mark Spitz? ¿Qué fue
de su vida?
De acuerdo con algunos portales web, Mark es judío y vive entregado a su religión,
de hecho continua implicado en los Juegos Macabeos. Su retiro fue a tan solo los
22 años justo después de los atentados terroristas en aquel llamado “septiembre
negro” y con un futuro prometedor aparentemente en ese entonces para incursionar
en el negocio de los bienes raíces.
Mark responde contundentemente sobre el uso de drogas de las cuales dice nunca
probo así como el alcohol por cuestiones de su religión y compromiso con el
deporte, la imagen de Mark se vio en apuros y manchada para muchos de sus
seguidores cuando aparecieron rumores de que durante su competencia en los
Olímpicos de Múnich en el 72 donde logro sus records estaba dopado.
Además, comenta que aún sigue nadando algunas veces por semana y siente que
sería un gran nadador en estos días puesto a los entrenamientos y mejoras que ha
tenido el deporte.
Actualmente, Mark vive con su esposa y sus dos hijos en la ciudad de Los Ángeles
y dedicado a colaborar en fundaciones.
Definitivamente, no siempre se puede tener a todo el mundo contento y aun estando
en la cima de la fama unos te amaran y otros no tanto, pero sin importar altos y
bajos, logros y fracasos, espectáculos o polémicas Mark Spitz hizo que su nombre
quedara enmarcado en la historia.
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