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Voces: BIOETICA ~ DERECHO DE PROPIEDAD ~ DERECHO AMBIENTAL ~ MEDIO AMBIENTE ~

CONSTITUCION NACIONAL ~ DERECHOS HUMANOS ~ DERECHOS REALES ~ CIENCIA Y


TECNOLOGIA ~ DERECHO A LA SALUD ~ DESARROLLO SUSTENTABLE ~ DERECHOS DE
INCIDENCIA COLECTIVA
Título: Bioética y derechos humanos. La propiedad, el ambiente y la calidad de vida
Autores: Smayevsky, Miriam Penna, Marcela A.
Publicado en: LA LEY 28/11/2013, 28/11/2013, 1 - LA LEY2013-F, 895
Cita Online: AR/DOC/2793/2013
Sumario: I. Introducción. II. La bioética y el ambiente. III. Bioética, propiedad y calidad de vida.
Abstract: "En caso de colisión entre el derecho de propiedad y el derecho a un ambiente sano, ambos
consagrados por la Constitución, debe prevalecer el derecho al ambiente como derecho humano que interesa a la
salud, ingrediente insoslayable de la calidad de vida, objetivo fundamental de la bioética."
I. Introducción
La bioética, en su primer sentido conforma una nueva rama del saber que depende formalmente de la ética,
con la que mantiene una relación de dependencia orientadora y justificadora y que, materialmente, toma su
objeto de la realidad de las ciencias de la vida (tales como la medicina, biología, psicología, etc.). (1)
La bioética surge como abordaje racional de nuevos hechos que son evaluados a la medida del hombre y que
adquieren mayor compromiso en el ámbito social y político.
"La formidable revolución científico-técnica a la que asistimos ha profundizado sin cesar la brecha ya
existente entre los sectores más favorecidos de la sociedad y los menos favorecidos, así como entre países
desarrollados y subdesarrollados, lo que ha llevado a la configuración de un mundo en el cual priman la
inequidad y el egoísmo". (2)
Diariamente los avances de la ciencia en el campo de la genética nos provoca tanto asombro como
inquietud, desde el comienzo de la vida, a través de los sistemas de procreación asistida, como en el fin de
aquélla, con la eutanasia, el encarnizamiento terapéutico o los cuidados paliativos, o la crucial disyuntiva de
investigar y experimentar con seres humanos, clonación de mamíferos superiores y quizá seres humanos,
constituyen todos nuevos temas que no atañen únicamente a la labor médica o científica sino que se irradian a
otros campos de la ciencia.
Todo este avance muy por el contrario no se produce como consecuencia de haber solucionado problemas
antiguos como el de la equidad en la asignación de recursos de salud o la necesidad de arbitrar los medios para
que esta sociedad, verdaderamente riesgosa ecológicamente, permita el desarrollo de la humanidad con una base
verdaderamente sustentable tanto económica como éticamente.
El vocablo "bioética", proviene de las raíces griegas "bios" (vida) y "ethike" (ética y valores morales), que
aspira a conjugar en síntesis paradigmática, ciencia y conciencia hechos y valores, ser y deber ser. (3)
"Toda ciencia tiene diferentes estadios de desarrollo y en ellos, a la par que va concretando su objeto de
estudio, también va puliendo un lenguaje que terminará siendo propio y la diferenciará de otras disciplinas
científicas.
"La bioética tiene una característica diferencial y hasta ahora única: abreva de muchas disciplinas
científicas, va acumulando lentamente un lenguaje diferente a partir del propio, y tiene un objeto de estudio
amplísimo, inconmensurable y omnicomprensivo". (4)
El conocimiento y los descubrimientos científicos son las bases para el avance de la ciencia que requiere la
disponibilidad de la información, un libre acceso a ésta con lo cual facilita un mayor desarrollo de la ciencia y
también de las tecnologías y sus aplicaciones.
En ese sentido, no podemos soslayar que en un mundo que tan vertiginosamente se transforma y en el que
los valores esenciales resultan cuestionados, la bioética propone un diálogo interdisciplinario.
Asimismo y en esa línea de pensamiento, resulta innegable la contribución brindada por Comités nacionales
de ética de la ciencia o bioética, y el debate que la materia provoca en la sociedad.
Sin embargo este pluralismo de concepciones filosóficas, políticas o religiosas en torno a temas de tamaña
trascendencia, puede dar lugar a posturas extremas que afecten el diálogo interdisciplinario, frente a lo cual, en
aras de escuchar a todos, se ha dicho que la sociedad puede en su conjunto descender a una ética mínima, que
todos deben respetar en una sociedad pluralista, pero al mismo tiempo esta sociedad tendrá como umbral de
respeto los derechos fundamentales de las personas, lo que filosóficamente llamamos Derechos Humanos,
cristalizados en los instrumentos internacionales y regionales en la materia.
Por otra parte la bioética debe proyectarse hacia un bioderecho, es decir debe darse una regulación jurídica
de todas las cuestiones vinculadas con las ciencias de la vida.
Esta relación estrecha entre bioética y bioderecho no sólo ha recibido el valioso aporte de comisiones

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nacionales sino también de los comités de ética o bioética de las instituciones de salud.
El Dr. Hooft, en este tema recuerda el caso de Karen Ann Quinlan, sucedido en los años 1970 donde el
tribunal judicial, por primera vez solicitó oficialmente un dictamen del Comité bioético, y el caso de Nancy
Cruzan, en el que las decisiones judiciales fueron, sobre todo en los Estados Unidos, las que contribuyeron a
ampliar y profundizar el debate bioético en la sociedad, influyendo en las futuras políticas legislativas. (5)
En la actualidad el tema de los derechos humanos sobrepasa los límites del derecho nacional, integrado por
una noción más amplia, que fluye hacia el ámbito internacional.
"La filosofía de los derechos humanos, representa la verdadera dimensión ética del derecho, e importa -de
un modo particular en Occidente-, un dato obvio de la ética política contemporánea. Esta afirmación no exime,
sin embargo, de una ulterior profundización, sino que por el contrario obliga a un diálogo crítico y fecundo con
el pensamiento actual". (6)
El principio fundamental que sustentan los Derechos Humanos es el reconocimiento de la dignidad
intrínseca de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, consagrados en la
Declaración Universal de Derechos Humanos aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas
(1948). El art. 1º establece: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". El art. 25, párrafo
1, dispone que: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia,
la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios".
Estos principios están contemplados también en el Pacto Internacional de de Derechos Civiles y Políticos
(1976) y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. (1976)
En este sentido, el respeto por los Derechos Humanos debe estar presente en las normas, instituciones y
marcos legales del Estado, y contribuir al clima económico, político y de programación pública.
II. La bioética y el ambiente
Los tópicos que integran la bioética no explicitan puntualmente al ambiente. Sin embargo su existencia es
impensable sin tenerlo como soporte.
Así, la generalidad de los autores consideran como tema que corresponde a la bioética y constituyen su
núcleo central:
* Diagnóstico prenatal y consejo genético, neonatos defectivos y eutanasia fetal e infantil.
* Crecimiento demográfico y control de la natalidad, eugenismo y esterilización.
* Técnicas de fecundación asistida.
* Transplantes de órganos.
* Ingeniería genética y terapias génicas, mapeo y secuenciación del genoma humano.
* Eutanasia, medicina intensiva, reanimación, prolongación de la vida, medicina paliativa, atención al
paciente terminal.
* Experimentación con seres humanos.
* Psicocirugía y control de la conducta.
* Terapéuticas farmacológicas y drogas psicoterapéuticas.
* Cambio de sexo.
* Los tópicos referentes a población y responsabilidad moral: alimentación y atención sanitaria. (7)
Todo acercamiento a la investigación de temas bioéticos cuyo núcleo es la salud no puede soslayar la
presencia del hábitat donde habrá de desarrollarse.
Basta reiterar todo lo vinculado con problemáticas demográficas y la asignación, programación y cuidado de
todo tipo de recursos.
Los planteos bioéticos abarcan dos dimensiones: la que corresponde a los casos particulares y la que se
refiere a su trascendencia comunitaria y social. En efecto, la bioética "se preocupa de casos individuales.
Interviene en la decisión personal de paciente y de los interesados, en un diálogo y en la decisión finalmente
adoptada. También concierne a la reflexión del investigador y su diálogo con los temas eventuales de
investigación; este es el campo de la microbioética. "Pero la bioética se preocupa también del impacto de estas
decisiones en la sociedad y del impacto de la sociedad en el individuo. La bioética estudia el equilibrio de los
derechos, las estructuras sociales y legales a instaurar, resumiendo, trata de las condiciones estructurales de
promoción de las personas y sociedades, en los marcos sociales, económicos, políticos y culturales de las
decisiones profesionales": Esto es la macrobioética. (8)
La tecnología ha transformado significativamente las formas tradicionales de producción e intercambio de

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bienes y servicios; la automatización, la genética y la biotecnología han provocado una transformación radical
de la producción, la comunicación electrónica ha posibilitado la comunicación permanente de todo el planeta y
la globalización de la economía está generando nuevas modalidades de organización y operación de las
empresas, apuntando a una redefinición de roles entre los países.
Así el mundo ha sufrido importantes cambios en los últimos decenios; los cuales han repercutido en las
condiciones de vida y la situación de salud de sus poblaciones, particularmente en los sistemas de salud.
III. Bioética, propiedad y calidad de vida
El hombre posee, a través del derecho, la capacidad de elegir e idear controles, con la finalidad de asegurar
su supervivencia y evitar los conflictos entre unos y otros, así como procurar el progreso, a través de la
cooperación de unos con otros. Tales son los propósitos que lo llevan a actuar en forma comunitaria. Cómo los
percibe y los transmite lo determinarán para elegir que tipos de conflictos y de cooperación integrará y, en
consecuencia, definirá la naturaleza de la constitución subyacente de la comunidad resultante y la estructura de
las instituciones que le darán su carácter. (9)
Todo ello incide en el espectro de la propiedad desde distintos aspectos, y dándole a la institución la más
amplia acepción.
En el sistema de nuestro Código Civil los derechos reales significan una especie fundamental dentro la
categoría de los derechos patrimoniales y sus notas distintivas se ponen enfáticamente en evidencia al legislar el
derecho de propiedad.
En efecto, absoluto, perpetuidad y exclusividad constituyen los pilares sobre los que se asienta el dominio y
que se compadecen con acendrada protección de la propiedad privada inspirada en la Constitución Nacional de
1853.
La reforma constitucional de 1994 ha incorporado los denominados derechos de tercera generación, nacidos
como consecuencia y en el contexto del desmedido desarrollo científico y tecnológico, con riesgo inminente
para las personas.
Este proceso de avance vertiginoso dio lugar a la necesidad de superar la postura individualista en aras de
proteger los derechos de la comunidad.
La inclusión del ambiente como derecho constitucional y los medios operativos consagran principios
incluidos en Pactos y Tratados Internacionales donde la persona es el sujeto primordial del derecho.
Las únicas fronteras que aparecían en el Código Civil eran las motivadas por cuestiones de vecindad,
agrupadas como restricciones y límites al dominio.
Las circunstancias que hemos reseñado sirvieron de base para la superación de la tesis de la inviolabilidad
del patrimonio que ha quedado desplazada por la tesis de la inviolabilidad de la persona. (10)
Pero muchas veces el ejercicio del derecho de propiedad lesiona el ambiente.
En consecuencia la interpretación que cabe hacer del art. 2513 del Cód. Civil debe orientarse a involucrar
dentro de lo que significa ejercicio regular del derecho de propiedad la defensa del ambiente.
Y esta función de defensa del ambiente dentro del ámbito privado implica una serie de deberes: defender el
ambiente, reparar pero primordialmente prevenir y preservar.
El problema se suscita cuando hay colisión entre derechos para dar prioridad a uno sobre el otro.
A tal fin es interesante recurrir a la teoría de las esferas, sustentada por Lorenzetti (11) para buscar soluciones
a tal problemática.
Así distingue las que denomina esfera íntima, privada y social. La primera es la que protege el art. 19 de la
Constitución Nacional e involucra específicamente la vida privada y aquellos actos que no afecten a terceros o a
la comunidad y por tanto "exentas de la autoridad de los magistrados".
La segunda -esfera privada- es la que involucra el derecho de propiedad y se vincula con los principios
generales del derecho y con el deber de no dañar a otro, en otras palabras podríamos subsumirlo en el concepto
de ejercicio regular del derecho y encuentra su exteriorización legislativa en las restricciones y límites al
dominio.
En cambio, la esfera social está integrada por el accionar individual cuando afecta bienes públicos o tiene
incidencia en los mismos. El derecho a un ambiente sano se inscribe dentro de aquellos derechos que interesan a
la comunidad toda.
En caso de colisión entre el derecho de propiedad y el derecho a un ambiente sano, ambos consagrados por
la Constitución, debe prevalecer el derecho al ambiente como derecho humano que interesa a la salud,
ingrediente insoslayable de la calidad de vida, objetivo fundamental de la bioética.
(1) VIDAL, Martiniano "Bioética. Estudios de bioética racional" p. 16, Tecnos, 2ª ed. Madrid, 1994.

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(2) BERGEL, Salvador Darío, "Aprovechamiento compartido de los beneficios derivados de la
investigación como principio bioético", en "Los desafíos del derecho de familia en el Siglo XXI", Homenaje a
la Dra. Nelly Minyersky, Ciudad de Buenos Aires, Errepar, 2011, pp. 212/13).
(3) HOOFT, Pedro F., "Bioética y Derechos Humanos", LexisNexis-Depalma, segunda edición, p. 3.
(4) MACKINSON, Gladys J., "Bioderecho, Desafío de fin de siglo" en Univ. Nacional de Rosario, Fac. de
Derecho Bioética y bioderecho. Nro. 2 Fundación para las investigaciones jurídicas. 1997, p. 23.
(5) HOOFT, Pedro F., ob. citada, p. 24.
(6) HOOFT, Pedro, ob. citada, con referencia a D. F. Schletens, dien Mensenrechte, Ihere gechichte. Ihere
bleibende Aufgabe, en Rechtsfiolsofie en Rechtsheorie, ed. W.E.S., Tjeenk Willink bv. Holanda, 1989-3-189,
MASSINI, Carlos I., "Los derechos humanos, paradoja de nuestro tiempo", Algateba Impresores, Sgo. de Chile,
1989, p. 11.
(7) BLANCO, Luis Guillermo, Bioética Proyecciones y aplicaciones jurídicas, ED, 158-932.
(8) BLANCO, Luis Guillermo, ob. citada, p. 932.
(9) ZAMUDIO, Teodora, "Los conceptos de personas y propiedad, la necesidad de su revisión jurídica ante
las nuevas realidades genéticas. Cuadernos de Bioética. www.bioetica. Org.
(10) GOLDENBERG, Isidoro y LÓPEZ CABANA, Roberto M., "Daño y protección a la persona humana
(obra colectiva)", Buenos Aires, 1993 p. 173.
(11) LORENZETTI, Ricardo, "Las normas fundamentales de derecho privado" Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1998.

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